Entonces, ¿por qué el término "conflicto" tiene esa connotación negativa? Ciertamente, no es
debida al conflicto en sí, sino a la manera de expresar o de resolver el conflicto. Una definición de
conflicto sería:
Una situación en la que dos o más personas entran en oposición o desacuerdo por la
incompatibilidad entre sus intereses, necesidades, deseos o valores. Esta situación puede
venir acompañada de tensión o no.
Como se ve, no debemos confundir conflicto con violencia; la agresividad en una situación
conflictiva no es innata o genética, sino que es perfectamente evitable y controlable.
2. Conflictos de datos: Originados cuando a las personas les falta la información necesaria,
están mal informadas o difieren sobre la interpretación de los datos. Pueden ser
innecesarios los causados por la escasa comunicación entre las personas en conflicto,
pero también pueden ser auténticos conflictos los que se producen cuando no son
compatibles la información y los procedimientos empleados para obtener datos.
4. Conflictos estructurales: Son causados por estructuras opresivas para las relaciones
humanas. Estas estructuras suelen estar configuradas externamente a las personas en
conflicto: masificación, falta de tiempo, competitividad,…
Los conflictos de datos se producen cuando hay una mala información a los
miembros del grupo.
Los conflictos estructurales son aquellos que se producen en la estructura del grupo.
Los conflictos de valores se producen por una valoración errónea del orden del día.
Los conflictos de intereses están debidos a una falta de interés de los miembros en
el grupo.
Una vez que conocemos los conflictos desde un punto de vista
general, ¿necesitamos conocer cómo se presentan en el marco de
trabajo del grupo?
Por su manifestación.
Según la relación.
Evitación-evitación (todas las opciones son negativas, pero hay que elegir
una de ellas irremediablemente).
Conflicto intergrupal: Afecta al grupo, pero tiene un origen externo, con algún otro
grupo con el que se interactúa.
Internos o de frustración.
Latentes o manifiestos.
De roles o interpersonales.
Seguimos con nuestra actividad dentro del grupo y
adentrándonos en su conocimiento. Ya conocemos qué son
los conflictos, cómo se manifiestan, sus tipos y por qué se
producen, sin embargo, se nos plantea una pregunta: ¿Cómo
los afrontamos?
Ignorar o huir del conflicto: Supone la evitación, negación del conflicto o la represión de
las emociones que suscita en ciertas personas.
Posponer el problema: Dejar la resolución del conflicto para otro momento suele agravar
la situación.
Actuar de manera agresiva: Por falta de habilidades para la resolución de problemas
puede surgir la agresividad.
Cerrar en falso: Es dar una respuesta provisional que parece haber solucionado el
conflicto, sin conseguirlo. El conflicto se reabrirá en otro momento.
El profesor Jesús Beltrán se refiere a diferentes maneras de responder ante los conflictos, que
en síntesis serían las que se indican en la siguiente tabla:
Compromiso. Colaboración.
Partir de la Analizar el
diferencia. conflicto.
Todos ganan. Dar
Tener turnos. alternativas.
Ganar-ganar.
En la búsqueda de la resolución del conflicto podemos decir que serían formas resolutivas de
afrontar un conflicto las siguientes fórmulas genéricas de prevención o afrontamiento de
conflictos:
Actitud tolerante.
Disposición a la cooperación.
Utilización de las habilidades sociales y comunicativas adecuadas.
Reconocimiento, afrontamiento del conflicto y no evasión del mismo.
Definición del conflicto por cada parte y de lo que constituye la posición e intereses de
cada una.
Actitud favorable al diálogo.
Resolver los conflictos no es tarea fácil, pero tampoco
imposible, y te podemos dar algunas pautas para
conseguirlo, aunque sin recetas mágicas. ¿Quieres ver cómo
abordarlos?
Definir el conflicto.
Analizar las causas que lo provocan.
Establecer los objetivos que se quieren conseguir en este proceso de resolución y su
priorización.
Recopilar alternativas o soluciones posibles.
Decidir la solución a aplicar o el sistema a utilizar.
Frente a los conflictos que surgen en los grupos no hay que ser catastrofistas o alarmistas, pero
tampoco hay que restarles importancia y tenemos que buscar la forma de solucionarlos. El primer
paso sería detectar las causas y sentimientos que los producen, ya que ante diferentes causas
que los provocan se aconsejan soluciones diferentes. Una vez que hemos visto las causas (y las
conocemos), hay que optar por alguno de los procedimientos que la experiencia demuestra que
pueden ayudar a la resolución de conflictos, como:
Negociación: Las partes difieren en los intereses, pero coinciden en intentar la solución a
través del intercambio y el acuerdo. No es imprescindible un tercero, las partes pueden
negociar solas. Se compatibilizan las diferentes posiciones buscando un punto medio de
acuerdo. Es una buena vía de solución de conflictos al no haber perdedor, por lo que
tendremos que tener mucho cuidado en que no quede la negociación en una situación de
ganador-perdedor. Evitaremos votar alternativas, buscando llegar a un consenso entre las
partes que negocian.
Mediación: Son las partes, en el proceso de negociación, quienes tratan de llegar a un
acuerdo con ayuda de la figura del mediador. El mediador es un tercero imparcial, sin
facultad de decisión, pero que es escuchado por las partes y que trata de acercar las
diferentes posturas. Este sistema permite flexibilidad, lo que aporta ventajas para la
resolución final del conflicto. Para que sea efectivo requiere, del mismo modo, confianza
plena en la persona que ejerce el papel de mediador, así como la suficiente confianza de
una parte en la otra, unida a la voluntariedad por conseguir una solución al conflicto. El
proceso de mediación se desarrolla bajo la más absoluta confidencialidad, lo que se aplica,
tanto a las partes, como al mediador, no pudiéndose hacer públicas las conversaciones del
mediador con las respectivas partes. Por último, diremos que el mediador sólo facilita la
comunicación utilizando diferentes técnicas, ayuda a las partes a resolver sus conflictos,
pero no da ninguna solución.
Persuasión: Se trata de convencer con argumentos, partiendo de la premisa de que los
objetivos básicos son compartidos por las partes en conflicto y de que los desacuerdos
son por cuestiones secundarias o accesorias.
Arbitraje: Es una forma de resolver el conflicto recurriendo a una o más personas que
actúan como árbitros. En este caso, para que el conflicto quede superado, es necesario
que el árbitro sea aceptado por ambas partes y, luego, que lo resuelto en el arbitraje sea
aceptado.
Solución del problema: Este procedimiento es utilizado especialmente para la solución de
conflictos de carácter individual. Lo sustancial consiste en el esclarecimiento de la situación
que produce el conflicto, para buscar la solución posible entre los contendientes.
Señala la respuesta correcta. Los pasos a seguir para resolver los conflictos
serían...
Definir el conflicto, analizar las causas que lo provocan, establecer los objetivos que
se quieren conseguir en este proceso de resolución y su priorización, recopilar
alternativas e imponer la solución definitiva.
Su creador, Eric Berne, desde un enfoque humanístico, parte del principio de que toda persona
nace emocionalmente saludable y que, debido al proceso de socialización, puede asumir
conductas inadecuadas que hacen daño a su vida y a sus relaciones interpersonales. Pero
sostiene que el individuo es responsable de sus pensamientos, sentimientos y conductas, y que
lleva dentro de sí la capacidad creativa de modificar su vida. Es un modelo de toma de decisiones
que permite:
Análisis de la personalidad.
El "Análisis estructural y funcional de los estados del yo" es el pilar fundamental dentro
de la teoría que Eric Berne desarrolló a partir de los conceptos freudianos del Yo. Plantea
que en todo individuo se manifiestan tres estados del Yo y les dio el nombre de Estado del Yo
Niño, Estado del Yo Adulto y Estado del Yo Padre.
El análisis de transacciones nos suministra un camino para entender cómo nos comunicamos
y si esto es efectivo o no, mostrándonos además alternativas que nos pueden ayudar a
mantener relaciones más satisfactorias.
Entender los juegos psicológicos en los que participamos, es el primer paso para
interrumpirlos y buscar opciones más adecuadas en nuestras relaciones. Si entendemos lo
que pasa, cómo comienza, qué pasa después, cómo termina, etc., podremos interrumpir
esos comportamientos más fácilmente.
Teniendo eso en cuenta, la negociación se puede utilizar y resultar efectiva en este último caso,
en las situaciones de pseudoconcordancia.
Los métodos y procedimientos para una negociación en el grupo constan de dos elementos
fundamentales:
Consenso: Disposición al acuerdo común que recoja las preferencias de todos, de forma
total, (si es posible) o relativa, pero suficiente. No se trata de elegir entre esto y aquello,
sino de encontrar la aceptación de todos, siempre que sea posible.
Compromiso: Al analizar una situación conflictiva se llega a un compromiso de cambio de
actitudes. Para ello, se ofrece una acción que evite dicha situación conflictiva y que los
protagonistas del conflicto deben asumir.
Expresar lo que se siente, empatizar y recopilar posibles soluciones, pero sin dejar
ver nuestras intenciones.
Empatizar, recopilar y convencer a la otra parte.
Descubrir qué quiere la otra parte para convencerle de las ventajas de nuestra
postura.
Conocemos el conflicto, conocemos las tácticas de negociación y diferentes modos de resolver los
conflictos, pero, sobre todo, conocemos técnicas de comunicación que serán nuestra mejor arma a
la hora de afrontar un proceso de negociación para resolución de conflictos.
Las técnicas de comunicación que vimos en unidades anteriores, deberemos integrarlas
ahora en nuestras técnicas de negociación, es el único modo de obtener resultados
satisfactorios.
Técnica de negociación
Tenemos unos conocimientos básicos sobre resolución de conflictos
que nos llevan, en una situación de conflicto, a tomar una serie de
decisiones. En general, la lógica de lo aprendido nos dice que
conviene:
Para buscar alternativas se pueden hacer preguntas (¿qué?, ¿quién?, ¿dónde?, ¿cuándo? y
¿cómo?), que ayudan a encontrar soluciones e ideas nuevas para dar solución a un
problema. La técnica “lluvia de ideas” también sirve, o comparar cómo han solucionado el
problema otros grupos y si se puede aplicar a nuestro caso.
Intentar resolver, en un mismo momento, todos los problemas que haya planteados.
Taller de conflictos
Trailer
Cecilia ya conoce cómo organizar una reunión y está
altamente cualificada para coordinar y dinamizar el
grupo. Ahora se plantea que necesita mejorar su
capacidad para tomar decisiones y conseguir que
todo el trabajo realizado se plasme en la mejor de
las soluciones posibles ante los problemas o retos
que se plantean al grupo.
Las decisiones en un grupo son efectivas cuando se toman después de que los miembros
del grupo hayan expresado sus opiniones y diferentes puntos de vista, asumiendo
conjuntamente la decisión adoptada. Las decisiones que mejor expresan el trabajo del
grupo y son asumidas por éste (con la máxima participación posible), son las que tienen
más fuerza y posibilidades de llevarse a cabo.
Una vez que conocemos la importancia de la toma de decisiones y de la búsqueda de la máxima
participación y consenso, deberemos resolver ahora cómo tomarlas y qué procedimientos utilizar.
Para conocer la forma en qué deberemos tomar las decisiones encontramos dos clasificaciones
principales en función de diferentes criterios:
Un proceso libre en el que cada uno puede decidir lo que mejor crea conveniente.
Otro criterio es teniendo en cuenta la forma de tomar las decisiones en grupo, que nos da
cuatro posibilidades diferentes, que son:
Decisión por unanimidad: Se toma cuando las partes coinciden plenamente en las
valoraciones del problema y posibles soluciones para resolverlo. Los intereses y
motivaciones de los miembros del grupo son los mismos con relación al tema sobre el que
se decide.
Decisión por votación: Es un medio rápido de toma de decisiones, considerando como
válida la postura mayoritaria. Sin embargo, si el procedimiento de la votación deja
conflictos, tensiones y descontentos latentes, éstos saldrán a la luz más adelante.
Decisión por consenso: Es el resultado de un esfuerzo por llegar a un acuerdo o postura
relativa, en la que se intenta recoger opiniones y propuestas diferentes, incluyendo los
intereses y motivaciones no coincidentes. No se trata de hacer una elección tajante entre
una opción u otra mediante una votación, sino que se trata de un tipo de solución mixta,
donde cada parte cede algo y logra algo. No es tan satisfactoria como lo que desearía
cada miembro del grupo o cada parte, pero como contempla parcialmente los intereses y
propuestas de todos y cada uno permite llegar a un acuerdo. Aunque haya desacuerdos
parciales en cuanto a intereses y motivaciones, todos asumen como propia la decisión
final.
El consenso hace posible la convivencia y el crecimiento del grupo, evitando conflictos
posteriores a la toma de decisiones, precisamente como consecuencia de la forma en que
éstas han sido tomadas. Para una toma de decisión por consenso, tienen que darse dos
tipos de requisitos:
Mucha comunicación y diálogo; que el tema sea ampliamente tratado, analizado y
discutido.
Que exista un compromiso entre los miembros del grupo de aceptar la decisión
final que se haya adoptado.
Decisión por vía intermedia: Más que una toma de decisión es una forma de aplazar la
decisión, recurriendo a un asesoramiento externo o delegando en un comité. Es útil en las
ocasiones que, por falta de datos o de capacitación técnica, el grupo sea incapaz de tomar
una decisión válida por sí mismo.
Señala la afirmación correcta:
La decisión por vía intermedia es una toma de decisión basada en una mezcla de los
otros sistemas.
Sobre la articulación del proceso de toma de decisiones existen
varias teorías que nos presentan caminos diferentes para llegar a
la toma de la decisión. Vamos a ver que, tanto la esencia del
proceso de toma de decisiones, como los pasos que vamos a dar
presentan una gran similitud con el proceso de resolución de
conflictos. Podríamos decir que son procesos, en su esencia,
semejantes; incluso podríamos catalogarlos de inseparables.
Definición del problema: El primer paso será definir qué es ITE. Uso educativo-nc. Procedencia.
exactamente lo que queremos conseguir con la situación,
qué es lo que queremos resolver.
Buscar alternativas: Una vez que conocemos cuál es el problema o qué queremos
conseguir, el siguiente paso será buscar la mayor cantidad de alternativas posibles de
resolución. A mayor cantidad de alternativas que seamos capaces de valorar, mayores
posibilidades tendremos de elegir la más adecuada a cada caso. Es interesante realizar
este paso en grupo, puesto que con la participación activa de los miembros podremos
conseguir un mayor número de alternativas de actuación ante un problema. La búsqueda
de alternativas es de gran relevancia en el proceso de toma de decisiones, siendo una
fase fundamental para la elección de la más adecuada. Si eludimos pasar por este
proceso perderemos la posibilidad de valorar diferentes posibilidades de actuación y no
conoceremos si hemos optado por la decisión más adecuada.
Valorar las consecuencias: Es fundamental que valoremos todos los aspectos, tanto
positivos como negativos de cada una de las alternativas tomadas en cuenta durante el
proceso de toma de decisiones, tanto a corto plazo como a largo plazo. Deberemos
valorar y tomar en cuenta las ventajas e inconvenientes, ponderarlos convenientemente y
tomar una decisión sobre la valoración global, una vez tenidos en cuenta las ventajas e
inconvenientes puntuales de cada una de ellas.
La técnica es conocida como “Los Seis Sombreros para Pensar”, utilizándola nos vemos
obligados a cambiar la forma habitual de pensar y estaremos en condiciones de afrontar los
problemas desde perspectivas muy diversas. De Bono plantea esta técnica creativa con una
metodología singular, consistente en utilizar seis sombreros de diferentes colores, asociando a
cada sombrero unas funciones mentales específicas:
Blanco → Información.
Rojo → Sentimiento e intuición.
Negro → Prevención o aspectos negativos.
Amarillo → Beneficios o aspectos positivos.
Verde → Pensamiento creativo.
Azul → Organización del pensamiento.
¿Cómo se desarrolla la técnica de los Seis Sombreros para Pensar?
Los sombreros se usarán de forma consecutiva, utilizando un sombrero en cada ocasión para
obtener un determinado pensamiento y en una secuencia decidida previamente o en el transcurso
de la discusión.
En esta página podrás encontrar una aplicación práctica de la técnica de los 6 sombreros,
con justificación teórica de su aplicación y las diferentes variantes. Explicada en forma de
diapositivas gráficas resulta muy ilustradora sobre la técnica y su aplicación: