Masterclass
“Cómo criar hijas REBELDES”
Dentro del Programa de Empoderamiento y Transformación
Femenina: DÉJATE DE CUENTOS
#elhadacolegiada
https://vimeo.com/240154601
Contraseña: brAveSimbologiA
Luego veremos a lo largo de la película como Mérida, llega a dominar todo esto
tan bien que es capaz de disparar y hacer diana en centros móviles o en centros
que están quietos y es ella quien se mueve con su caballo. Estas características,
son tradicionalmente masculinas, lo que no significa, que una mujer no pueda
tenerlas, pero sí que es una parte que a nosotras por educación nos cuesta más
porque nos han transmitido características dentro de la “esfera femenina”. La
película lo que nos está queriendo decir, es que Mérida en primer lugar, es
educada por su padre y tiene esa educación del padre; para la gente de su época,
un arco y unas flechas, significa el poder cazar, el poder ser autosuficiente,
económicamente independiente. En el momento en que eres capaz de
conseguirte tu propio alimento, no necesitas un hombre que te provea, sino que
tú misma lo puedes hacer. Tú misma puedes vender esa caza o hacer un truque
por otros alimentos, pieles, por lo que necesites (esto entronca con otro módulo
del curso Déjate de cuentos, el que habla del cuento de La lechera).
El padre con este gesto, con este símbolo que vemos al inicio de la película, está
haciendo algo muy importante; transmitirle a su hija, la importancia y la
necesidad de que ella sea una persona independiente, autosuficiente y capaz de
proveerse a sí misma (poder personal, autonomía e independencia económica),
aunque sea una mujer, aunque en su época eso no fuera propio de mujeres,
aunque en nuestra época, muchos siglos después, no se vea bien esto. (Mérida es
una Atenea, es hija de su padre).
Estos regalos (del padre y de la madre que veremos después) no son objetos
mágicos, pero van a marcar las elecciones que Mérida realizará en su vida.
3 La madre por un lado le está diciendo: “una princesa nunca hace esto, esto
otro…”; por otro lado, le dice que: “las leyendas transmiten verdades”; le está
trasmitiendo una sabiduría antigua. ¿Por qué da estas dos imágenes tan
opuestas? Porque en ella hay esa disociación; por un lado, conoce la necesidad y
la verdad profunda de las leyendas, pero por otro, ella misma ha sido educada
de una forma disociada, dejando de lado su propia naturaleza y su propio
instinto y haciendo propio ese “cumplir las normas”, “cumplir con la tradición”
… cumplir con lo que “se supone” que debemos hacer en una sociedad patriarcal
para satisfacer al hombre.
4 Los fuegos fatuos serían una imagen de la propia Mérida; ella tiene esa
capacidad supra natural de poder verlos. Son seres mágicos que le muestran el
camino hacia su propio destino. Lo que viene a decir es que “todos tenemos la
capacidad de poder verlo”. Al final de la película, en el epílogo, ella dice que
nuestro destino en realidad está dentro de nosotros esperando a que lo veamos.
Todos tenemos la capacidad de poder ver ese destino, pero a veces estamos
ciegos, al igual que Eleanor, la madre de Mérida, nos hemos dejado engañar por
tantos convencionalismos sociales y no somos capaces de verlo, hemos
acallado esa voz interior.
7 La madre le pone un corsé para encontrarse con los hijos de los clanes, porque
le han buscado marido y tienen que decidir quién de ellos va a ser, por medio
de una prueba. Mérida manifiesta que no se puede mover y que le aprieta
mucho y su madre le dice: “Es perfecto”. Ya que el corsé es un símbolo de todo
el convencionalismo social que nos aprieta y constriñe para que podamos tener
un cuerpo y una mente adecuada de lo que se espera de nosotras. El mismo
corsé al que la madre se acostumbró en su momento.
9 Mérida es una mujer avanzada para los tiempos que vive; muchas de
nosotras nos reflejamos en ella porque en el fondo, somos mujeres avanzadas
para nuestro tiempo. Ese pelo rojo es un símbolo de esa rebeldía y de ese
adelantamiento a lo que la sociedad espera de nosotras.
11 Se sube a una roca, con forma de aguja (símbolo fálico, de pene) y bebe de
la cascada de la que sólo los antiguos reyes podían beber; esto hace alusión a
que será algún día una reina, con un linaje tan antiguo, que ya ni se recuerda
que ha sido capaz de realizar una gesta, algo extraordinario que hace muchos
siglos, nadie lograba. También podemos pensar que Mérida ha conquistado al
subirse a esta roca, no sólo lo que los antiguos reyes (hombres) podían hacer,
sino también lo que los hombres podrían hacer en la actualidad. Mérida nos
demuestra que podemos tener aptitudes tradicionalmente masculinas y hacer
cosas que hasta hora sólo hicieron ellos, igual o mejor incluso. En cierta manera,
trepar la roca y beber agua, es el ritual de paso por el cual ya se ha convertido
en reina.
Esos tres jóvenes son 3 partes, las características que una única persona debería
reunir. Son como una especie de símbolo de lo que podría ser el “hombre
perfecto” o un personaje bastante complejo. Viene a decir eso, que cada uno de
esos aspectos del hombre, aislados pueden dar problemas, pero si se dan a la vez
pueden hacer grandes cosas. Hay otra máxima que suelen darse en los cuentos
en donde nada es evidente. Aquel que parece el más inútil, es el que realmente
vale. Ahí es cuando ella se planta, se quita la toca que le han puesto al modo de
las monjas, donde la toca les cubría el pelo=rebeldía al modo de un
pasamontañas. Hemos visto cómo le sale ese rizo rebelde, que su madre intenta
esconder y que ella misma sacará para no perder del todo su identidad.
Entonces, ella se levanta y compite por su propia mano y gana a los tres jóvenes.
Clava una de las flechas, en el centro de la que ya estaba clavada en la diana. Ahí
es cuando ella hace su declaración silenciosa, dice “Yo soy Mérida y no voy a
pasar por el aro de lo que me estáis imponiendo”.
12 A su madre le dice “no voy a ser como tú” y rasga el tapiz con la imagen
familiar, separando imágenes madre/hija. Esto es algo que muchos hemos
hecho en la adolescencia, que ha sido separarnos completamente de nuestra
madre para poder descubrir quiénes éramos nosotras.
Recuerdo una profesora en la facultad que contaba que esto era algo normal y
lógico, una necesidad y más teniendo madres que nos quieren y cuidan y que
quieren lo mejor para nosotras, pero que llegan a ser algo agobiantes y
atosigantes y no nos dejan el espacio necesario para crecer. Contaba que más
tarde, cuando esa hija es madre, de repente vuelve a descubrir a la suya y se
vuelven a reunir las dos, ya desde haber eliminado esa jerarquía de “Yo soy la
madre y tú eres la hija y estás ahí abajo”, “yo tengo que enseñarte educación y
alimentarte y tú tienes que obedecer”. Cuando la hija a su vez es madre, vuelve a
acercarse a su propia madre en una posición de igual a igual. Vemos que suele
haber muchos problemas en la maternidad cuando nuestras madres no admiten
el que nosotras somos iguales suyas, porque ya somos madres a su vez y tratan
de seguir diciéndonos lo que tenemos que hacer, lo que no tenemos que hacer,
no sólo respecto a nosotras sino también, respecto a nuestros propios hijos.
Puede aquí haber un problema con esa abuela, que no cede su pedestal y sigue
tratando de estar en el papel de “reina” del resto del mundo y es un camino que
cada una tenemos que realizar. Nosotras como hijas y ellas como madres.
bajo mi ala como a un polluelo hasta que te entregue a quien vaya a ser tu
futuro marido y te proteja él”. Es su necesidad como madre saber que su hija va
a estar protegida y que ella va a hacer todo lo posible para que a ella no le pase
nada malo.
Mérida le dice a la bruja que quiere un hechizo para cambiar a su madre y así
cambiar su destino. Está convencida de que eso pasa si cambia a su madre. La
bruja le da un hechizo en forma del pastel y su madre se come un trocito y se
convierte en osa. La madre pierde su capacidad de habla, ya no puede
recriminarle a su hija todo el día nada y esto simboliza el que ella debe aprender
a comunicarse con su hija de otra manera. También descubre que está desnuda,
pero Mérida le dice que no está desnuda, que está cubierta de pelo. Esto
trasladado a nuestro lenguaje vendría a decir que, en ningún momento, por
mucho que salgan nuestros instintos más profundos, no vamos a perder nuestra
esencia de seres humanos. No estamos desnudos, estamos cubiertos del pelo de
la cultura de miles de años de lo que hemos avanzado como especie humana.
(Qué importante es tejer con nuestros hijos un vínculo seguro. Muchos cuentos nos hablan
de esto, aunque no sepamos escuchar lo que nos dicen).
22 Aquí han entroncado con esa tejedora que salía en el cuento de la Bella
Durmiente, con esa mujer súper vieja que responde a la sabiduría de los siglos,
que es quien trasmite a la Bella Durmiente y a Mérida (y a Vaina-Moana, a
Blanca Nieves, a Caperucita, a Cenicienta…), la verdadera sabiduría que su
madre, Eleanor, había perdido por los convencionalismos sociales. Al
restablecer ese vínculo, de alguna manera, las dos mujeres se van a unir y a
través de ellas, van a poder reestructurar todo ese linaje antiguo.
25 Van a la fortaleza de piedra, que está hueca. Pasan por un arco. El arco
simboliza toda la cultura de la diosa, simboliza la entrada de la vagina, la
entrada a un mundo profundo, relacionado con la sabiduría antigua, con las
leyendas, con lo femenino… Un mundo reservado sólo para mujeres. Mérida y
su madre se mueven en él y están logrando soluciones, en tanto que Mor’Du, el
príncipe que también se convirtió en oso por un hechizo, no supo interpretar y
moverse en ello y por eso está atrapado en ese espíritu maligno.
Esto es algo que las civilizaciones matriarcales antiguamente tenían hasta que el
patriarcado se impuso; las civilizaciones matriarcales vivían desde la
cooperación; el patriarcado impuso el yugo de la guerra, de la jerarquía del
esclavismo, incluso las mujeres quedan como esclavas en casa de su marido.
27 “Las leyendas son lecciones, sus historias son enseñanzas” les dice Mérida a
los hombres. Lo que está haciendo es transmitirles parte de esa sabiduría
femenina para que, ellos que están dentro de lo masculino, también puedan
empezar a conectar con esa parte más femenina y que también tienen.
28 Al invasor se le ve como alguien malo al que hay que atacar, pero Mérida
le da la vuelta y les explica cómo gracias a ese invasor, los clanes se unieron y
tienen la cultura y la sociedad actual. (En tiempos difíciles, hay que hacer cosas
diferentes). Mérida es consciente de que tiene que enmendar su error y restaurar
el vínculo madre/hija. Más adelante la madre dirá: “He decidido hacer lo
correcto y romper la tradición”.
34 En las imágenes finales están las dos a caballo con el pelo suelto y siguen
disfrutando de ese vínculo. Imaginamos que Mérida seguirá enseñándole a su
madre, todas las cosas que conoce y tal vez le lleva a la cascada de los reyes y su
madre podrá descubrir ese linaje entroncado con dinastías tan antiguas que
provienen de los dioses. Las dinastías se transmiten a través de la madre, no a
través del padre. Es la madre de Mérida la que desciendo de los antiguos dioses;
el linaje de Mérida a través de sus antepasados, va a través de su madre.
Me gustaría hacer un último aporte, que no aparece en el video, pero que creo
que cierra un poco todo el tema del que hemos hablado y nos ayuda a
interiorizar y ver cómo hacerlo realidad en nuestra vida.
Sí, te voy a pedir una pequeña tarea, que puedes realizar si quieres y enviarme
al correo (hola@monicaalvarezalvarez.com). Prometo contestarte a la mayor
brevedad.
Tarea:
Cuéntame:
> Con qué personaje te identificabas al principio de la explicación de la
historia.
> Y quiero que pienses, desde toda esta enseñanza que nos entrega Mérida, 3
acciones que podrías poner en marcha cuanto antes, para llevar a tus hijas (y a ti
misma) a interiorizar estos conceptos de poder personal, autonomía e
independencia económica.