Utilidad del aspecto descriptivo. La teoría de la argumentación jurídica sirve para realizar
un análisis conceptual que permite clarificar el lenguaje empleado en la argumentación. Nos
describe qué y cómo deciden los jueces en su labor jurisdiccional. Tiene como función el
análisis de razonamiento que emplean los jueces. Utilidad del aspecto prescriptivo o
normativo. Cómo hacer y construir mejores argumentos. Cómo deberían decidir los jueces
en los casos difíciles. Formular guías muy abstractas para la resolución de casos.
Argumentación Jurídica Proponer algunos criterios para intentar mejorar la racionalidad de
la función jurisdiccional. Cómo justificar las resoluciones de las autoridades administrativas
en la emisión de sus actos.
Theodor Viehweg. (1907-1988) Filosofo del derecho Alemán que en el año de 1953
publicó su obra Topik und Jurizprudenz, cuya idea principal era reivindicar el interés que
para la teoría y la práctica jurídica tenía el resurgimiento del modo de pensar Tópico o
Retórico.
Según Viehweg, Tópica es la técnica de pensamiento orientada a problemas o técnica del
pensamiento problemático.
Aporía es un problema sobre el cual no tenemos una respuesta, pero que la tenemos que
buscar cueste lo que cueste. Viehweg la define como una cuestión acuciante e ineludible,
respecto de la que no está marcado un camino de salida. Es un problema en un rango
mayor. En la ciencia del derecho estamos expuestos a resolver aporías y la aporía principal
de la jurisprudencia es determinar qué es lo justo aquí y ahora.
Existen disciplinas en donde se puede elaborar un sistema a partir del cual se pueden
encontrar las soluciones a los problemas que se presenten, pero la jurisprudencia es una
disciplina que no se puede problematizar.
Deriva que es a partir de la Tópica como se puede mostrar la estructura que conviene a la
jurisprudencia. Esta tesis general es desgranada en tres tesis derivadas:
Hace un análisis de la forma en que los abogados realizan los razonamientos jurídicos. Se
le considera el Cicerón moderno porque para desarrollar su teoría toma las ideas de
Aristóteles y Cicerón sobre retórica.
Para argumentar se va a elaborar un discurso para lograr la adhesión del auditorio. Lograr
la adhesión del auditorio supone un contacto intelectual. Para que se pueda lograr ese
contacto es necesario:
1.- Un lenguaje común. Para que pueda comunicarse el orador con el auditorio, aunque
esto no es suficiente. Se requiere además.
2.- La adhesión del interlocutor. Su consentimiento para que nos escuche. El orador tiene
que adaptarse en todo momento al auditorio. Dice Perelman que convencer a alguien
requiere cierta modestia del que argumenta. El orador se debe preocupar por el estado
anímico del auditorio.
El auditorio. Se puede definir como el conjunto de aquellos a quienes el orador quiere influir
con su argumentación. Aunque se puede decir que además de influir, el orador quiere
persuadir y convencer.
Para que la argumentación sea efectiva se tiene que ajustar a la realidad. Por ejemplo un
ejercicio de argumentación escolar no se puede considerar como verdadera argumentación
porque el mismo no se ajusta a la realidad.
Dice que el orador debe tener la imagen adecuada del auditorio. Si el orador no conoce la
realidad, la cultura y el contexto del auditorio, la consecuencia será que no se adhieran al
argumento.
Se puede hacer una clasificación de los tipos de auditorios: por ejemplo de profesionistas,
de una creencia determinada, de una clase social, lo cual determina como debemos
dirigirnos y aún más, determina el tipo de lenguaje que vamos a utilizar en la argumentación.
Existen auditorios heterogéneos y el orador hace uso de múltiples argumentos para poder
adaptarse a ese auditorio heterogéneo. Aun cuando se trate de un grupo heterogéneo de
personas cada uno tiene una ideología propia, y el auditor debe adaptarse a ese auditorio.
Factores externos:
Música
Iluminación
Tono demagógico
Control teatral
Derivados del propio discurso:
Se logra gracias a la adaptación del orador al auditorio.
AUDITORIO UNIVERSAL. Conformado por todos los entes dotados de razón. La finalidad
es el convencimiento.
Esto último significa que no sólo que diversos oradores construyen diversos
auditorios universales, sino también que el auditorio universal de un mismo orador cambia.
1.- Orador
2.-Discurso
3.- Auditorio
Perelman habla de la Paz Judicial (La Lógica Jurídica, 185). Dice que la paz judicial se pude
lograr si se encuentran las soluciones más aceptables socialmente por parte del juez. Esto
no se logra sólo con la ley, dice que el Poder Judicial debe aplicar el derecho de manera
juiciosa para poder progresar. Los jueces deben exponer los argumentos que convenzan a
las partes.
ARGUMENTOS CUASILÓGICOS.
Para evitar las incompatibilidades, Perelman establece que se deben tener tres actitudes
En el ámbito jurídico Perelman pone de ejemplo las normas, dice que entre éstas se pueden
presentar incompatibilidades, lo que nosotros llamamos antinomias.
La identidad
Una definición por sí misma es un argumento. Y por lo tanto nos va a ayudar al momento
de elaborar un razonamiento.
Se conoce a esta teoría como “La Teoría de las Pasiones”. El juez al tomar las decisiones,
no puede separar su parte emotiva, biológica, subjetiva, de su parte racional. MacCormick
dice que existen premisas o argumentos últimos que no se pueden demostrar o probar de
manera racional. Esto es conocido como “El contexto del descubrimiento”.
1.- Descriptiva. En el estudio que hace de las resoluciones, describe el sistema jurídico o
el estilo particular de argumentar.
2.- Normativa. Da ciertas reglas, que si se cumplen, se dice que se está realizando una
argumentación justificativa razonable.
McCormick dice que existe una falta de sinceridad por parte de los jueces porque no revelan
(tampoco las partes) sus verdaderos motivos, no revelan sus verdaderas intenciones. Dice
que no se pueden revelar las verdaderas intenciones porque no serían aceptadas como
buenas razones.
McCormick dice que existen casos difíciles cuando se presentan 4 tipos de problemas:
De interpretación
De relevancia
De prueba
De calificación o hechos secundarios
McCormick dice que existen casos en los cuales se puede aplicar la justificación deductiva,
donde tenemos el precepto y lo aplicamos. MacCormick dice que en los casos en que no
se puede aplicar la justificación deductiva, estaremos en presencia de un caso difícil y
entonces tendremos que dar otro tipo de razones.
Elementos de la argumentación.
Las razones: Vendrían a ser los hechos específicos del caso, es decir el demostrar,
que lo que pienso es lo correcto y esas razones son las que dan fuerza a la
pretensión.
La garantía. Se determina del tipo de argumento del que se trate, de modo que
podría consistir en una regla de experiencia, en una norma o en un principio jurídico.
Debemos de considerar que la garantía resulta valida, relevante y con suficiente
peso.
Desde el punto de vista práctico teórico el esquema seria así (cuadro 2):
Tipos de argumento.
Según lo manifestado por Manuel Atienza en su libro Las Razones del derecho, Toulmin en
a concedido gran importancia a la distinción entre argumentos substanciales y argumentos
analíticos que formulaba de esta manera:
Argumentos analíticos:
Falacia por falta de razones: Consiste en efectuar una pretensión y argumentar con
razones cuyo significado es igual al de la pretensión.
Falacias que resultan de ambigüedades: Surgen cuando una frase o palabra se usan
equivocadamente debido a una falta gramatical o a una colocación errónea del acento.
Robert Alexy estudió Derecho y Filosofía en Göttingen, donde se graduó en 1976 con la
tesis sobre la Teoría de la Argumentación Jurídica, publicada en su idioma original en
1978. En 1984, logró su habilitación como profesor en la Universidad Georg August de
Göttingen, con su trabajo sobre Teoría de los Derechos Fundamentales, que también fue
publicado por el Centro de Estudios Constitucionales de España. Desde 1986 ocupa la
cátedra de Derecho Público y Filosofía del Derecho en la Universidad Christian Albrecht
de Kiel.
Para lograrlo hay que examinar, de forma sistemática las funciones de la dogmática
jurídica, en los campos de:
La estabilización, se logra con la ayuda de los enunciados dogmáticos, que se fijan por
largos períodos y se hacen reproducibles, en determinadas soluciones prácticas, cuando
la dogmática opera en el ámbito institucional, con lo cual se logran determinadas formas
de decisión. Esto es un asunto de gran importancia cuando se tienen en cuenta las
posibilidades discursivas, ya que, si se tuviera que discutir algo de nuevo, surge la
posibilidad de que no se violen las reglas de los discursos jurídico y práctico, para lograr
resultados distintos. Ello contradice el principio de universalidad, pero no implica que un
enunciado dogmático, una vez aceptado, deba ser mantenido con rigor por un tiempo
ilimitado, pero si determina que no pueda ser abandonado con ligereza, ya que no es
suficiente que haya buenas razones para cambiarlo; éstas deben ser tan buenas como
para que justifiquen el cambio, hasta incluso romper con la tradición. Las nuevas
soluciones deben soportar la carga de la argumentación.
El progreso, esta función guarda una estrecha relación con la estabilización, aunque el
progreso en las ciencias jurídicas es mucho más complejo que el que se da en las
ciencias empíricas, ya que no depende sólo del científico del Derecho sino de la actividad
del legislador y de los cambios de valores dentro de una sociedad
A fin de elaborar un bosquejo de una teoría del discurso práctico racional general como
paso previo para la construcción de una teoría de la argumentación jurídica, Alexy utiliza
fuentes muy variadas:
· Diversas teorías de la ética analítica (especialmente, las de Hare, Toulmin y Baier),
Pero, de todas ellas, la influencia fundamental es, sin duda, la de Habermas. La teoría de
Alexy viene a significar, por un lado, una sistematización y reinterpretación de la teoría del
discurso habermasiana y, por otro lado, una extensión de esa tesis al campo específico
del derecho.
En dos enunciados, según Alexy (1989), se reúne el contenido medular de la lógica de los
silogismos jurídicos que actualizan la ley y que son utilizados por quienes administran la
justicia y por los que elaboran leyes; estos enunciados son:
El primer grupo de reglas del discurso práctico racional son las reglas fundamentales,
cuya validez es condición para cualquier comunicación lingüística en que se trate de la
verdad o de la corrección; esto es, se aplican tanto al discurso teórico como al discurso
práctico.
2. de sinceridad,
-Todo hablante que aplique un predicado a un objeto debe estar dispuesto a aplicar
también a cualquier otro objeto igual a en todos los aspectos relevantes.
-Todo hablante sólo puede afimar aquellos juicios de valor y de deber que afirmaría
asimismo en todas las situaciones en las que afirmare que son iguales en todos los
aspectos relevantes.
El segundo grupo son las reglas de razón, que definen las condiciones más importantes
para la racionalidad del discurso. A la primera de ellas se la puede considerar como la
regla general de Fundamentación, y las otras tres contienen los requisitos de la situación
ideal de habla o de diálogo habermasiana, esto es, igualdad de derechos, universalidad y
no coerción. En relación con cuestiones prácticas, estas ideal reglas sólo se cumplen de
manera aproximada.
He aquí como las formula Alexy:
Todo hablante debe, cuando se le pide, fundamentar lo que afirma, a no ser que pueda
dar razones que justifiquen el rechazar una fundamentación.
Las reglas sobre la carga de la argumentación El uso irrestricto de las anteriores reglas
especialmente de las diversas variantes podría bloquear la argumentación. Se necesita
por ello añadir a las anteriores un tercer grupo de reglas de carácter esencialmente
técnico, las reglas de carga de la argumentación cuyo sentido es, precisamente, el de
facilitar la argumentación. Enuncia estas cuatro:
- Quien pretende tratar a una persona A de manera distinta que a una persona B,
está obligado a fundamentarlo.
- Quien ataca una proposición o una norma que no es objeto de la discusión debe
dar una razón para ello.
- Quien ha aducido un argumento sólo está obligado a dar más argumentos en caso
de contrargumentos.
- Quien introduce en el discurso una afirmación o manifestación sobre sus
opiniones, deseos o necesidades que no se refiera como argumento a una anterior
manifestación tiene, si se le pide, que fundamentar por qué introdujo esa
afirmación o manifiesto.
Las formas de los argumentos
El cuarto grupo lo constituyen las formas de argumento específicas del discurso práctico.
Alexy parte de que, básicamente, hay dos maneras de fundamentar un enunciado
normativo singular por referencia a una regla, o bien señalando las consecuencias. Ahora
bien, si se sigue la primera vía, además de una regla debe presuponerse también un
enunciado de hecho que describa las condiciones de aplicación de la misma; y, si se
sigue la segunda, hay que sobrentender también que existe una regla que dice que la
producción de ciertas consecuencias es obligatoria, o es algo bueno.
Los dos siguientes argumentos pueden servir como ejemplos de aplicación de estas dos
formas:
Como las reglas anteriores dejan abierto un campo amplísimo de indeterminación, hay
que añadir un quinto grupo, las reglas de fundamentación que se refieren específicamente
a las características de la argumentación práctica y regulan la forma de llevar a cabo la
fundamentación mediante las formas anteriores. Por un lado, Alexy formula tres variantes
del principio de universalidad.
Téngase en cuenta que entre las dos primeras formulaciones existe esta diferencia:
mientras que en el primer caso se parte de las concepciones normativas de cada
hablante, el segundo se refiere a las opiniones comunes por obtener en el discurso.
Para formular el sexto y último grado de reglas, las reglas de transición, se parte del
hecho de que en el discurso práctico surgen problemas que obligan a recurrir a otros tipos
de discurso; puede tratarse de problemas sobre hechos (discurso teórico), de problemas
lingüísticos y conceptuales (discurso de análisis del lenguaje) o de cuestiones
concernientes a la propia discusión práctica (discurso de teoría del discurso).
Las reglas del discurso no garantizan que pueda alcanzarse un acuerdo para cada
cuestión práctica (es decir, que se puedan resolver todos los problemas de conocimiento),
ni tampoco que, en caso de que se alcanzase dicho acuerdo, todo el mundo estuviera
dispuesto a seguirlo (problema de cumplimiento). Las razones para lo primero son,
básicamente, estas tres: algunas de las reglas del discurso sólo pueden cumplirse de
manera aproximada; no todos los pasos de la argumentación están determinados; todo
discurso debe empezar a partir de las convicciones normativas de los participantes, las
cuales están determinadas históricamente y son, además, variables.
El discurso jurídico es, en opinión de Alexy, un caso especial del discurso práctico
general. Esto quiere decir, más concretamente, que:
2) se erige también una pretensión de corrección (la pretensión de justicia sería un caso
de pretensión de especial corrección), pero ello,
El procedimiento del discurso jurídico se define, pues, por un lado, por las reglas y formas
del discurso práctico general y, por otro lado, por las reglas y formas específicas del
discurso jurídico que, sintéticamente, expresan la sujeción a la ley, a los precedentes
judiciales y a la dogmática.
Por lo que se refiere a la justificación interna, Alexy distingue una forma simple y una
forma más general. La primera la enuncia así: T es un predicado que permite representar
el supuesto de hecho de las normas en cuanto propiedad de personas; O es operador
deóntico general; R es un predicado que expresa lo que tiene que hacer el destinatario de
la norma)
Enunciados empíricos (que se justifican de acuerdo con los métodos de las ciencias
empíricas, las máximas de la presunción racional y las reglas procesales de la carga de la
prueba); y
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que estos tres procedimientos de justificación
interactúan entre sí; en particular, las reglas de derecho positivo y los enunciados
empíricos juegan un papel considerable en la fundamentación de este tercer tipo de
premisas.
En su texto, Las Razones del Derecho (2003), Manuel Atienza recoge las diversas críticas
realizadas a los representantes de las teorías precursora y estándar de la argumentación,
y las ensambla mediante proposiciones de carácter general que -a su decir- es necesario
y conveniente considerar y tener en cuenta en lo que respecta al diseño, construcción y
evaluación de una teoría general de la argumentación, con una planteamiento de carácter
modelito, derivado de las líneas estructurales y funcionales de su propuesta crítica,
mediante un proceso de generalización de la teoría. Esto último, podría entenderse como
una propuesta de integración plausible de las teorías precursoras y estándar de la
argumentación, respecto a distintos elementos implicados en el tema, en la medida que
ello resulte adecuado, necesario y útil para edificar e instrumentar una teoría de carácter
alternativo.
Comienza el autor haciendo una pertinente advertencia, al señalar que una teoría general
de la argumentación debe evaluarse desde tres perspectivas diferentes: el objeto, el
método y la función de la misma.
Respecto al objeto expresa que la argumentación jurídica debe considerar los diversos
planos o campos y contextos de la misma (lo que guarda relación con su visión acerca de
los enfoques y perspectivas del Derecho, tratados al inicio del presente ensayo). Señala
que la teoría estándar se ocupa preferentemente de la cuestión normativa en desmedro
de la cuestión fáctica, que ocupa el grueso de la atención y los problemas de la praxis del
Derecho. Tal tendencia va contra la realidad, puesto que, en la vida jurídica, en gran
parte, la argumentación tiene por objeto en mayor medida, los hechos. De modo que la
teoría de la argumentación alternativa debe virar su atención con mayor énfasis a la
cuestión del hecho, para lo cual es necesario que se aproxime hacia las teorías de la
argumentación que se desarrollan en otros ámbitos, como la argumentación científica y la
argumentación de la vida ordinaria, debiendo además trascender los límites de la teoría
del derecho y considerar los aportes de la teoría sociológica.
“Si la teoría de la argumentación jurídica pretende introducir algún tipo de pauta que
permita controlar racionalizar el uso de los instrumentos jurídicos, entonces parece claro
que no puede renunciar a extender ese control al momento de la producción de las
normas.”
A este propósito el autor, consigna la idea distinguir entre una fase pre legislativa, otra
propiamente legislativa y otra pos legislativa, siendo necesario partir de alguna teoría de
la legislación, que cumpla un papel similar al de la teoría del derecho en el razonamiento
jurídico en la fase de interpretación y aplicación del derecho.
Atienza señala que la legislación constituye una serie de interacciones que tiene lugar
entre distintos elementos: editores, destinatarios, el sistema jurídico, los fines y los
valores; ello implica afirmar que la racionalidad legislativa se puede apreciar desde uno de
varios o todos los ángulos indicados, con lo cual la argumentación en cada uno de estos
aspectos adquiere perfiles concretos. Coloca como ejemplos la racionalidad lingüística
desde las perspectivas del editor, de la ley en el sentido de que el editor debe ser capaz
de transmitir un mensaje la ley al receptor el destinatario; una racionalidad jurídico formal
en tanto la Ley se inserte armónicamente en el sistema jurídico existente; una
racionalidad pragmática dirigida a motivar la conducta de los sujetos destinatarios; una
racionalidad teleológica que comprenda los fines sociales que la ley debe contener y
alcanzar; y una racionalidad ética que logre amalgamar las conductas prescritas y los
fines perseguidos por la Ley en una justificación ética.
Problemas metodológicos
Atienza propone que una teoría de la argumentación debe ser lo suficientemente amplia y
profunda como para disponer de un método que represente adecuadamente el proceso
real de la argumentación, tal como esta se presenta en la realidad: en las sentencias y
otros documentos jurídicos; pero debe disponer también de criterios tan precisos como
sea posible para juzgar la mayor o menor corrección de los argumentos en relación con
su resultado final: las decisiones jurídicas.
1. La Representación de la Argumentación; y
Lo que concierne a las funciones de la teoría de la argumentación refiere Atienza que esta
debería cumplir a menos tres funciones fundamentales: teórica, práctica o técnica y
política o moral: Mediante la primera se postula que la teoría de la argumentación debería
contribuir al desarrollo de otras disciplinas, jurídicas o no, lo que plantearía la posibilidad
de una comprensión más profunda del fenómeno jurídico y de la práctica de argumentar.
Se trata entonces, de combinar la visión del Derecho como sistema de normas, pero
también como sistema de procedimientos, en lo que el autor reconoce la propuesta que
hace Alexy. Y agrega que, una teoría desarrollada de la argumentación debe
necesariamente considerar los estudios que se realizan sobre la argumentación en el
contexto de otras ciencias en particular.
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