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“¿Es Colombia un Estado de derecho o un Estado social de derecho?

: distintas
perspectivas argumentativas”

Laurys Marcela Larios Castro1

Resumen

Entre el Estado de derecho y el Estado social de derecho existen diferencias radicalmente


fundamentales, algunas de éstas derivan de asuntos prestacionales y políticas sociales de un
Estado benefactor. Las políticas de desminución de la desigualdad y la protección y tutela de los
derechos fundamentales, son algunos de los escaños imperativos que tiene éste último. Invocado
en la Constitución Política de 1991, este nuevo paradigma trajo consigo diferentes puntos de
vista, conceptuales y prácticos, que afirman y argumentan que Colombia, lejos de ser un Estado
social del derecho, sigue abasteciéndose únicamente del elemento normativo y legalista
aportado por el Estado de derecho señalado en la Carta Magna de 1886. ¿Es Colombia un Estado
social de derecho? Al menos, legal y conceptualmente hablando, la respuesta es sí. Por ello, lo
que en este artículo se pretende es determinar, mediante el estudio de distintas posiciones, si
Colombia es un Estado social de derecho meramente enunciativo, o posee el elemento real que
así lo configura.

Abstract

There are fundamental radical differences between the rule of law and the state of social law,
some of which are derived from welfare issues and social policies of a welfare state. Policies to
reduce inequality and protection and protection of fundamental rights are some of the imperative
seats that the latter has. Invocations in the Political Constitution of 1991, this new paradigm is

1
Laurys Marcela Larios Castro. Abodaga egresada de la Universidad Libre de Colombia-Seccional
Cúcuta. Cursante de Maestría en Derecho Constitucional de la Universidad Libre de Colombia.
related to different points of view, concepts and practices, which affirm and argue that Colombia,
far from being a social State of law, continues to be supplied as a normative and legalistic element
contributed by the Rule of law indicated in the Magna Carta of 1886. Is Colombia a social State
of law? At least, legally and conceptually speaking, the answer is yes. Therefore, in this article it
can be determined, by studying different positions, whether Colombia is in a purely enunciative
social state of law, or possesses the real element that configures it.

Palabras clave
Estado social de derecho. Constitución. Estado. Social. Derechos fundamentales. Dignidad
humana.

Keywords
Rule of Law. Constitution. State. Social. Fundamental rights. Human dignity.

I. Introducción

La constitución Política de 1991 marcó el paradigma jurídico más grande y ambicioso en la


historia del derecho Colombiano. Definir, desde luego, a un estado como democrático y social de
derecho, requiere una serie de modificaciones normativas e institucionales, que Colombia, para
su momento no tenía. Ninguna Constitución otrora, había establecido ni marcado el norte de una
manera tan radical y profundamente optimisma. No obstante, la notable desigualdad
económica, jurídica, política y social; el defeciente cumplimiento de los mandatos
constitucionales y el pobre desempeño de la política benefactora del Estado colombiano,
parecen demostrar lo contrario, y afirmar, casi con nostalgia, que Colombia llega a ser un Estado
de derecho, con cumplimiento básico de normas y una institucionalidad medianamente fuerte,
pero que el camino para conseguir el elemento social, es largo y escabroso. Estas afirmaciones,
lejos de ser pasionales y meramente críticas, tienen un fundamento jurídico y material que es
conveniente estudiar.
La Constitución política de 1991 en su artículo primero, establece, taxativamente, que
Colombia es un Estado social de derecho con todas las implicaciones que esto merece. Al estar
establecida esta afirmación en la Carta Magna, adquiere por automasia un carácter estructural y
edificador del sistema jurídico y político colombiano. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir, en un
sentido jurídico, que todo lo establecido y enunciado allí, tiene un carácter configurante de la
esencia misma del Estado colombiano y no podría ser reformado ni sustituido sin un completo
cambio de la Constitución, por ello, el Estado social de derecho, se encuentra en el rango de los
principios nucleares del sistema jurídico colombiano, esos principios configurativos y con los que,
en consonancia, debe entenderse el resto de la Carta fundamental (Villar Borda, 2007).

¿Qué es un Estado social de derecho?¿Qué lo diferencia, tan distantemente, del Estado de


derecho? Estos cuestionamientos, aunque en un primer plano parecen plantear un tema etéreo y
esteril, son configurantes jurídicamente de lo que aquí se pretenden establecer. El elemento social,
que es el elemento distinto -al menos nominalmente- tiene una trascendencia increíble y altamente
comprometedora. Para el primero de estos conceptos, establece la Corte Constitucional (2002),
que uno de los fines del Estado Social de Derecho que pregona la Carta Política, es el de garantizar
la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución. Además, por
mandato superior las autoridades de la República están instituidas, entre otros objetivos, para
asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares así como para
proteger a todas las personas residentes en Colombia en su vida, honra, bienes, creencias y demás
derechos y libertades. De otro lado, y referencia al Estado de derecho, afirman muchos autores, en
un sentido conclusivo, que éste tiene su fundamento en el hecho de que las autoridades
institucionales del Estado, se rigen bajo el mandato de la ley y la constitución (el imperio
normativo/imperio de la ley) Esto signfica, que toda decisión institucional o estatal, debe encontrar
refugio en los supuestos normativos o fácticos de una norma del derecho vigente. Por lo tanto, ya
se pueden observar y esquematizar diferencias sustanciales entre los dos conceptos, que lejos de
ser nominativas, son altamente implicativas.

En relación con lo anterior, muchos académicos, jueces, ciudadanos y funcionarios,


acuerdan establecer y determinar que el elemento configurativo del Estado social de derecho, y
quizá también el elemento diferenciador, es el concepto de la dignidad humana. La jusrisprudencia
de la Corte Constitucional, en un primer lugar señala que en el Estado social de derecho,
especialmente en el establecido en la constitución política de 1991, la dignidad humana ocupa un
lugar de primer orden (C-070, 1996). Seguido de ello, lo lógicamente ideal sería comenzar a
plantear el concepto de dignidad humana como concepto diferenciador, sin embargo, la dignidad
humana tiene un trasfondo filosófico y político que no encuentra espacio suficiente en este
documento. Determinar si la dignidad humana tienen incidencia superior en el Estado social de
derecho, es también tema de estudio de este escrito, de ser así, serían primero estudiables y
aplicables los conceptos Kantianos de la dignidad humana, y los aportes brindados por Jean
Jacques Rousseau en este asunto, sin apartarse del sentido jurídico del termino.

Ahora, será quizás necesario realizar un análisis histórico y detallado de lo que significa y
de lo que lleva consigo el término Estado Social de derecho y el Estado de derecho. ya vamos
encontrando que el término ¨social¨, no es un simple artificio linguístico diferenciador; sino por
el contrario, lleva éste consigo una serie innumerable de condiciones, pautas y estándares que
deben ser cumplidos. Lo anterior, conlleva a la obligatoriedad de un estudio estricto de este
concepto. Para ello, se requiere en primer lugar un panorama general del constitucionalismo
histórico de occidente y de Colombia, que lo ha engendrado, y un aporte conceptual, histórico y
filosófico de los dos conceptos ya esgrimidos. El principal problema es, probablemente, que pese
a que la Constitución política de Colombia incorpora el Estado social de derecho, ésta no se
encarga de definirlo ni determinarlo, no determina la incidencia de la dignidad humana en las
nuevas decisiones institucionales ni la obligatoriedad de la tutela de los derechos fundamentales;
ni siquiera, la Carta Magna realiza un paralelo diferenciador entre éste y el Estado de derecho.

II. Estado de derecho

La primera concepción que se va a determinar y delimitar, es la concepción del Estado de


derecho. Habrá que señalar, sin embargo, que no siempre se conoció como Estado de derecho,
y que suele, en muchos momentos y ocasiones -no tanto en la actualidad- equiparársele e
igualarse a la acepción de imperio de la ley o imperio normativo. El antecedente histórico del
estado derecho es, como todos los procesos de conformación del Estado, de origen europeo.
El estado, como máximo ente organizacional, tiene bajo su autoridad el ejercucio del poder
punitivo y el ejercicio de las arbitrariedades políticas. Este poder punitivo y arbitario, fue
otorgado por los mismo integrantes de la sociedad en su origen. Muchos autores como Rousseau
y Hobbes, tratan de dar respuesta a este fenómeno del poder estatal. Por el lado de Rousseau,
en el Contrato social, se afirma que en realidad las primeras organizaciones sociales se dieron
porque los individuos, ante el creciente número de integrantes de su comunidad, y para buscar
tener una mejor organización, accedieron a lo que se conoce como ¨el primero convenio¨, que
fue aceptado unánimente y que transformó, en un primer nivel, la voluntad individual por
voluntad comunitaria y política, en cabeza del Estado (Rousseau, trad. 2013).

Previo al Estado de derecho, se originó en las cunas jurídicas el Estado absolutista, que en
palabras reducidas, esgrimía un poder ilimitado y lleno de arbitrariedades sin ningún tipo de
límite de forma ni fondo. Por lo anterior, el Estado de derecho fue una respuesta reduccionista a
esta forma de Estado, cuya finalidad fue establecer límites al ejercicio del poder. (Quinche
Ramírez, 2014) En consecuencia de ello, lo que logró el Estado de derecho fue desarrollar su tesis
principal: el hecho de que las decisiones de tipo público no fueran arbitrarias ni fuesen tomadas
por un suprapoderoso, sino que estuviesen bajo la supervisión directa de los órganos normativos.
No obstante, se presenta un inconveniente primario: ¿quién determina la ley que va a estar por
encima de las decisiones arbitrarias? La respuesta es clara y concreta, el legislador, que toma las
veces de constituyente derivado, es quien mediante las leyes y las normas, determina a posteriori
las decisiones estatales. La figura importante aquí es la figura del constituyente derivado, por
ello, el modelo presentó muchas críticas que decían que lo que hacía era justificarse el poder
absoluto en un complejo cameral. En respuesta a las críticas, los defensores plantearon que en
realidad lo que determinaba el imperio de la ley imperante en el Estado de derecho, era el poder
Constituyente, poder que crearías las constituciones y éstas serían luz y faro de los demás
compendios normativos. En consecuencia, se trataría de un orden estatal justo expresado a
través de una Constitución escrita, el reconocimiento de los derechos del hombre, la separación
de poderes y garantizado por leyes producidas y promulgadas conforme a procedimientos
debidamente establecidos en la constitución2.

En este sentido, podríamos señalar que las características generales del Estado de derecho,
pueden determinarse de la siguiente manera:

a) El principio de la legalidad como mandato supremo. Todas las decisiones estatales y de


funcionarios públicos, estarán previamente determinadas por la ley, entiéndase
constitucional o estrictamente legal. Este principio no obstante, ha evolucionado y avanzado
en determinadas características: Si una ley debe cumplirse bajo cualquier circunstancia, esta
ley debe ser producto de la voluntad general hecha política, como lo afirmaba Rousseau. En
el contexto general de Colombia, podemos encontrar este principio en las figuras del debido
proceso jurisdiccional, la funciones adjudicadas a una institución, y el previo establecimiento
o solicitud de una orden de captura en el ámbito del derecho penal.

b) El principio de división de poderes. El principio de división de poderes no tiene un origen


actual ni contemporáneo. El primero en plantearlo o enunciarlos, fue Montesquieu en el
Espíritu de las leyes. Sin embargo, esta teoría, que determinaba que todas las funciones -
poderes- no podían ni debían estar en una sola cabeza, sino que dentro del Estado deben
existir unas divisiones de funciones y poderes ejercidos (Montesquieu, trad. 2012). En
Colombia, en este sentido, se aprecia claramente que las funciones dentro del Estado están
divididas y parecen o aparentan ser autónomas. El órgano legislativo, el judicial y el ejecutivo,
ejercen poderes distintos y en distintos sentidos; no obstante, esta afirmación merece ciertos
reparos que han sido planteadas numerosas veces, como la poca autonomía de los
organismos judiciales y el alto donomio del ejecutivo sobre las decisiones de éste y del
organismo legislativo. En consecuencia de lo anterior, podría afirmarse que frente al Estado
de derecho Colombia tiene y posee ciertas misivas positivas. No obstante, se encuentran
ciertas objeciones con respecto al segundo punto. Según Loewenstein (1970) en la Teoría de
la constitución, lo que en realidad significa la así llamada separación de poderes, no es sino el

2
Ibídem. Al respecto, consultar el libro Derecho Constitucional Colombiano, de Manuel Fernando
Quinche Ramírez, 2014.
reconocimiento de que una parte del Estado tiene que cumplir determinadas funciones, y que
por otra parte, los destinatarios del poder salen beneficiados por esta división. Pág. 54.

c) Existencia meramente formal de derechos. Para entender esto es preciso considerar las
teorías existentes sobre las normas y su estructura. Se considera, en principio, que la norma
es aquella que tiene una estructura ontológica: Un supuesto de hecho y una consecuencia
jurídica, por ello, lo previamente establecido en la constitución y que no posee esta
estructura, no es considerado derecho ni de obligatorio cumplimiento en el Estado de
derecho. Al lado de ello, también influía el hecho de la diferenciación existente entre el
derecho objetivo y subjetivo, para los ciudadanos era suficiente que se enunciaran los
derechos, pero no se ofrecían las herramientas para ejercerlos ni reclamarlos (Quinche
Ramírez, 2014).

Teniendo y observando este panorama, se puede afirmar que Colombia con algunas
excepciones, encaja en el modelo del Estado de derecho. Las razones para esta afirmación (no
excluyente de que Colombia encaje en el Estado social de derecho) serán brindadas en las
conclusiones de este documento. No sin antes anticipar que material y prácticamente, las
herramientas ofrecidas en Colombia para ejercer los derechos básicos de los ciudadanos y la
permonizada autonomía de sus ramas del poder, lo posicionan dentro del primer concepto
presentado.

III. Estado social de derecho

Para dar continuidad al artículo, se estudiará el Estado social de derecho y sus


elementos, tratanto en el mismo sentido, de determinar a cuál de éstos atina o desatina el
modelo Colombiano. El modelo del Estado social de derecho tiene un fundamento diferenciador
del Estado de derecho, y es el elemento social del Estado, conocido muchas veces como el
¨Estado social¨. El Estado social es aquel, que conservando los elemento primarios del Estado de
derecho, incorpora los derechos sociales fundamentales (Villar Borda, 2007) Estos derechos
sociales, podrían enmarcarse dentro de los derechos de tercera generación: salud, educación,
vivienda, bienestar social. Muchos autores afirman, que los derechos civiles y políticos (primera
generación) ya existen dentro del marco del Estado de derecho, por lo tanto, el elemento social
lo que hace es incorporar este tipo de mandatos fundamentales. Según Villar (2007) el creador
del concepto o el primero en determinar el Estado social de derecho, fue el jurista alemán
Hermann Heller en 1930, al realizar una tercera vía que escapara del Estado de derecho y el
Estado absolutista. Pág. 83.

Dentro del elemento social del Estado social de derecho, podemos encontrar ciertas
características o requerimientos que han de ser obligatorios en la aplicación del modelo. En
sentencia de constitucionalidad, la Corte Constitucional (1998) señala que el Estado de derecho,
a diferencia del Estado Liberal clásico, no solamente enuncia ni reconoce los derechos de los
individuos, sino que busca su efectividad y legitimidad. No como simples facultades, sino como
beneficios imperativos que deben ser otorgados a los titulares. Los antecedentes del Estado
social de derecho son, principalmente, Cartas políticas del siglo XX. La Constitución de Weimar
en Alemania, y la Constitución de Querétaro en 1917, que puso fin a la Revolución Mexicana, son
grandes paradigmas iniciales del Estado social de derecho.

El antecedente filosófico de las Constituciones que promulgan el Estado social de


derecho, son las corrientes de pensamiento socialista y marxista, las ideologías de la política
liberal y las doctrinas sociales del cristianismo (Quinche Ramírez, 2014) Por lo anterior, en este
modelo, el legislador que en el Estado de derecho tenía prevalencia por lo que expedía
arbitrariamente, ahora debe hacerlo bajo los conceptos de la constitución que lo determina y la
realidad social circundante en el medio en que se desarrolla y aplica la sociedad. Como ya se ha
mencionado, los elementos del Estado social de derecho configurantes y distintivos, puede
señalarse expresa y taxativamente.

La Corte Constitucional desarrolló los elementos del Estado social de derecho bajo la
división principal de una dimensión cualitativa y otra visión cuantitativa. Por un lado, la
dimensión cuantitativa señala que el Estado de bienestar es aquel en el que se garantizan
estándares mínimos de salario, alimentación, salud, vivienda, educación y derechos laborales,
bajo la idea de obligación y no de piedad estatal (T-406, 1992). En un segundo lugar, la dimensión
cualitativa del Estado social de derecho señala que el Estado debe garantizar los mecanismos
democráticos de participación y la articulación de la sociedad mediante herramientas
democráticas, de control político y de ejercicio del poder institucional y estatal3. Ahora bien, en
esta división realizada por la jurisprudencia, también se ha percibido ciertas esquematizaciones
enunciadas en el artículo primero de la Constitución, mediante la interpretación conjunta de los
otros principios fijados en la carta.

Se había mencionado ya, que la dignidad humana era uno de los criterios altamente
diferenciantes entre el Estado de derecho y el Estado social de derecho. Este, mediante la
jurisprudencia, ha sido determindo y denomidado como el único derecho absoluto, se afirma
también, que éste es superior a todos los demás principios y derechos fundamentales (Naranjo
Mesa, 2014). Por ello, será necesario y pertienente realizar una esquematización de éste y otros
derechos fundamentales configurantes del Estado social de derecho:

a) El Principio de dignidad.

Este, como ya se había mencionado en un primer lugar, es el único derecho reconocido


como absoluto. Por regla general, en Colombia, no existen derechos absolutos ni aplicados sin
nungún tipo de detrimento, pero la dignidad humana ha sido calificada como un principio que
ostenta la característica de supra-principio, por lo que su generalidad es compatible y entendible
con la aplicación general del derecho. La Corte Constitucional le ha dado un tratamiento especial
al principio de la dignidad humana y su aplicabilidad, no en una sola sentencia, sino en una serie
de decisiones y argumentos que han sido esquematizados y fortalecidos dogmática y
materialmente.

3
Ibídem.
b) El principio de trabajo.

El principio de trabajo, por su parte, tiene su fundamento en las modificaciones y aportes


realizados por las revoluciones y cambios económicos y laborales que han originado los distintos
movimientos sociales. La base económica de una sociedad, es el trabajador, y el trabajor en su
sentido de vulnerabilidad, debe ser protegido por las prestaciones básicas de subsistencia, pero
también obligado como derecho y deber fundamental. Este principio, como fundamento del
Estado social de derecho, se equipara a los principios de igualdad, remuneración mínima vital y
movil, estabilidad, irrenunciabilidad de los derechos y garantías mínimas, prestaciones sociales y
seguridad social. (Quinche Ramírez, 2014)

c) El principio de participación democrática

Este principio tiene fundamento en las formas de participación democrática: la directa y la


representativa, a estas dos formas hace referencia la constitución al reflejar la participación
democrática como elemento del Estado social de derecho. No obstante, no dede entenderse la
participación democrática como participación política electoral; a la que hace referencia el
Estado de derecho, es a la participación en distintos escenarios y distintos medios políticos
sociales y económicos: Acción popular, voto, plebiscito, referendo, cabildo abierto y participación
política.

d) Supremacía constitucional

Si en el Estado de derecho nos encontramos con la supremacía de la ley y el cumpliento


meramente efectvo de ésta, en el Estado social de derecho nos encontramos con que la forma
primariamente superior, es la de la constitución política, que determina los procesos y
procedimientos en los que de forma y fondo, debe construirse una ley. También, en el sentido
en que la Constitución, lejos de ser un simple catálogo de derechos enunciados y sin mecanismo,
es cumplible como cualquier otra ley de aplicación directa en la sociedad política y jurídica. La
constitución en este modelo, no es más la revista escrita que sólo se mira para contemplar
aparenre los derechos y deberes, ahora establece obligaciones y mecanismos para el Estado y
para el ciudadano, asegurando así su cumplimiento.

e) Efectividad de los derechos

En el acápite anterior, se mencionaba el carácter obligatorio de cumplimiento de los


derechos enunciados en la Constitución del Estado social de derecho. Esta característica, propia
del Estado social de derecho, será quizá la que cause más dificultades en el sistema político y
jurídico colombiano. El Estado, acorde al estado social y benefactor, tiene la obligación de
proteger y garantizar los bienes, derechos y honra de todos los ciudadanos sin ningún tipo de
excepción. Esta protección, incluye y cubre a los derechos de primera, segunda y tercera
generación, co. Igualdad de condiciones e importancia de aplicación. La constitución no es un
texto muerto, que enuncia simplemente los derechos, sino un texto vivo con todas las facultades
y mecanismos de aplicación.

En conclusión, se puede afirmar que las diferencias entre el Estado social de derecho y el
Estado de derecho, son radicales en el entorno de los derechps sociales y patrimoniales. Se deja
de lado la enunciación simple de los derechos, y se establecen mecanismos que permitan
hacerlos efectivos cumpliento con el mandato de los valores, principios y reglas de la
Constitución. Por otro lado, otra gran diferencia es la participación democrática pluralistam que
identifica que todos los ciudadanos e integrantes de la sociedad deben participar en un diálogo
democrático de la construcción de un sistema de justicia propia de lo social, como lo afirma John
Rawls (Trad. 2012) en la teoría de la justicia.

IV. Conclusión

Para efectos de cumplir con el objetivo acá planteado, es necesario refrescar las ideas
otrora planteadas, que mencionan y señalan las diferencias sustanciales entre el Estado de
derecho y el Estado social de derecho, para finalmente determinar a qué modelo se acoge más
la institucionalidad y el modelo jurídico y político colombiano. En primer lugar, se torna necesario
señalar que el modelo del Estado social de derecho tiene como fundamento principal la dignidad
humana en todos sus sentidos y aspectos generales; a diferencia del Estado de derecho, que
considera por encima de todo la primacía de la ley. A continuación, esquemáticamente
presentaremos unas razones -ya obvias y claras- que dan razón a la afirmación de que Colombia
no es un Estado social de derecho, y que por el contrario, se acomoda más al modelo secundario:

a) Existe un supra-legalismo y una tendencia a considerar la Constitución como un factor


orientador: En Colombia, aunque formalmente se establece la supremacía de la Constitución
y en los casos de demandas de constitucionalidad, la Corte ha jugado bien su papel de
garantizar que ninguna norma infringa la carta magna, existe una tendencia dirigida a
determinar que lo que no es ley no se puede aplicar ni exigir de forma obligatoria y directa.
Por ello, muchas veces la vía jurisdiccional es la que se ha encargado de hacer postivos los
derechos que en la Constitución se expresan y determinan, sin que el ejecutivo y el legislador
así lo establezcan por mandato directo Constitucional.

b) La efectividad de los derechos es parcial y poco rentable en términos cualitativos:


Aunque la herramienta de la acción de tutela significó un grandísimo avance en Colombia,
esta se ha convertido en el arma de peso por automasia de los ciudadanos para hacer
efectivos sus derechos fundamentales. Quiere decir esto, que aunque el Estado social de
derecho determine que se deben tomar decisiones desde todos los ámbitos de poder para
efectivizar los derechos de tipo fundamental, en Colombia se debe recurrir al poder
jurisdiccional para que este mediante sentencia coaccione a las demás instituciones. La Corte
Constitucional, por ello, se ha visto obligada a ordenar al congreso de la República o a la misma
rama ejecutiva, a que realice determinada acción que efectivice un derecho fundamental
específico.

En Colombia existe una vieja costumbre jurídica que consiste en tener unos textos demasiado
utópicos y quiméricos. La Constitución política de 1991 no fue la excepción al momento de
denominar a Colombia un Estado social de derecho. Pese a los grandes avances que ha tenido la
institucionalidad política y jurídica en Colombia desde esta Constitución, el modelo aquí
representado puede ser señalado como un modelo de Estado de derecho de vieja data. En el
país, aún se violan masivamente derechos fundamentales, todavía se perpetúa el conflicto
armado y muchos -la mayoría- de sus habitantes, no conocen ni pueden hacer efectivos sus
derechos. Bastará entonces con recordar la historía del aquel campesino colombiano que leyó
los derechos que para él se establecían en la Constitución, y decidió marchar desde su tierra hasta
la capital, para exigir, por su conduición deplorable y paupérrima, que el Estado, según la
Consitución ¨social¨, le cumpliera una parte o el mínimo de éstos.

REFERENCIAS

Corte Constitucional, Sala plena. (2 de mayo de 2002). Sentencia C-317. M.P. Clara Inés
Vargas Hernández.

Corte Constitucional, Sala plena. (22 de febrero de 1996). Sentencia C-070. M.P. Eduardo
Cifuentes Muñoz.

Corte Constitucional, Sala plena (29 de abril de 1998). Sentencia C-158. M.P. Vladimiro
Naranjo Mesa.

Corte Constitucional, Sala primera de revisión. (5 de junio de 1992). Sentencia T-406.


M.P. Ciro Angarita Barón.

Loewenstein, K. (1970) Teoría de la constitución. Barcelona, España: editorial Ariel.


Montesquieu. (Trad. 2012) El espíritu de las leyes. Barcelona, España: editorial BookTrade.

Naranjo Mesa, V. (2014) Teoría constitucional e instituciones políticas. Colombia: Editorial


Temis.
Quinche Ramírez, M. F. (2014) Derecho Constitucional Colombiano. Colombia: editorial
Temis.
Rawls, J. (Trad. 2012) Teoría de la justicia. México D.F.: México: Editorial Fondo
Económico de cultura.

Rousseau, Jean-Jacques. (Trad. 2013). El contrato social. Colombia: Random House.

Villar Borda, L. (Diciembre, 2007). Estado de derecho y Estado social de derecho. Derecho
del Estado, 20, 73-96.

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