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21-5-2019
En el autobús una mujer habla sobre el triste caso de quiénes sólo se acuerdan de
que tienen madre cuando precisan dinero. Es una pena, eso y también que medio
autobús pueda escucharlo.
Intento localizar a uno de mis ancianos, pero estaba en terapia, así que decido ir
a encontrarme con la señora de mi pueblo, la que tuviera de vecina de era en aquellos
años de trilla cerca el molino de mis abuelos y donde hoy se puede disfrutar de unas
bonitas piscinas. Los tiempos cambian que es una barbaridad. Con sus dolores que no
cesan, se lamenta de que tengan que abrir la ventana y más. Le comento que es preciso
ventilar. Se repite en sus temas, pero es normal con más de 90 años. Ha pasado por el
quirófano en varias ocasiones y son unos cuantos los años que lleva ya en el centro.
Esther, no sé si con la “h” o no, atiende muy alegre a los ancianos. Al ver su
nombre en la pechera me come la envidia por no tener lo mismo en esos lugares
públicos en los que tenemos tantos derechos los ciudadanos, pero se nos niega el saber
con quién estamos hablando. Es el CINISMO en estado puro.
1
Hacía dos días había sido el día de la comunidad con los Comuneros rondando. Ese día
me repatea bastante, menos mal que lo salva el que sea el día de mi Confirmación.
Antes de entrar en esa sala multiusos, me encuentro con el hombre joven que
padece una enfermedad degenerativa y al que ya he aludido en anteriores escritos. Me
recuerda a la también joven mujer que no hace tanto estaba en el lugar. No sabe dónde
se encontraba R. Muy cerca, apenas unos pasos en la sala donde pronto empezarían su
trabajo. Abandono el lugar para no importunar más de lo estrictamente necesario. Al
marchar me encuentro con el dicharachero E. le recuerdo bien, no en vano tengo yo
cuatro en la familia con ese mismo bonito nombre.
2
Voy a casa de una conocida que vive muy cerca. Su tía con ella muy bien atendida,
¡cuántos recuerdos con mi abuela y esa familia! Charlamos un buen ratito. El marido
marcha a dar una vuelta. Me comenta hablando de la eutanasia, que en sus más de 20
años de enfermera no había escuchado jamás, Montes Claros, me dice, que le matase.
Bueno, un joven le dijo que le tirase por la ventana. Yo, eso tan grave, como mucho, te
la abro. Bueno no, tampoco, acabó declarando. También me dijo lo del interés de la
mayoría de los médicos por el dinero. Contados con los dedos de una mano y le
sobraban, los que realmente miraban por el paciente; es muy triste.
El aborto fue otro tema que tocamos. Me lamentaba ante ella de esos doctores
que son obligados a practicar abortos. No es cierto que se les obligue, me comentó, se
pueden negar, pero ganarán menos; insistí yo para no quedarme con la duda, vamos que
no les pueden obligar.
3
Tras ese especial 13 de mayo, el 31 con doble carga emocional para mí,
celebramos la Visitación de María a su prima Isabel. ¡¡¡Cuantos recuerdos de
mis tiempos de catequesis!!! Era ya una tradición la puesta en escena con mis
niños como protagonistas. Al principio eran reacios a participar, pero al final
todos querían hacer su pequeño papel. Ampliamos nuestro campo de corta
representación al siervo que debía una buena cantidad de dinero y suplicaba
misericordia mientras él, no hacía lo propio con su deudor agarrándole por el
cuello y zarandeándole sin piedad. Ese día de la Visitación se prestaba para
tener un recuerdo para las madres en gestación. Por fortuna pude escuchar tal
súplica tras los ambones de San Pablo y Fátima. Menos mal. Insisto, se
debería tomar como costumbre, al igual que se hace con la clase política y hasta la
misma Iglesia. Sigo esperando contestación desde el Vaticano a mi escrito dirigido al
Papa Francisco. Antes de abandonar el segundo templo pude entonar la bonita canción a
la Virgen en ese último día del mes a Ella dedicado. Un hombre, instrumento en mano
me trasladó por unos instantes a la iglesia de mi pueblo: ERES MÁS PURA QUE EL
SOL MÁS HERMOSA QUE LAS PERLAS QUE OCULTAN LOS MARES…
El tren que llevaba el circo arranca y sigue un sinuoso trayecto pasando por túneles,
puentes y empinadas subidas. Oscuridad, peligros y esfuerzos varios. Fiel reflejo de lo
que es la vida.
4
Para terminar un tren más lujoso desde el que
Dumbo con su mamá nos dicen adiós, también a
sus amigos los cuervos. La increíble humareda les
precede. Aquí más de lo mismo. Con vagón más o
menos glamuroso, con tren de vapor o eléctrico, el
trayecto un día u otro llegará a su fin y con él
nuestra jornada; y se hará bueno el conocido
dicho:
Mi último disparo en el lugar para una larga lombriz, como queriendo competir con mis
trenecitos.
5
Un 25 más viendo la vida pasar.
De aquel que pusiera en septiembre,
hace cinco años ya,
este otro frente a sedes
presumiendo de VALORES,
los que ellos han de echar,
y mamandurria lograr,
sin importarles un pito
el que es el principal.