Breve resumen.
T. promovioó juicio de divorcio vincular contra C., por la causal de injurias graves, y
pidioó costas. Manifestoó que su esposo la hizo blanco de todo tipo de calumnias e
injurias, imputaó ndole la calidad de infiel y haciendo comentarios agresivos tanto en
puó blico como ante el grupo familiar.
Fracasaron todos los intentos de conciliacioó n entre las partes, por lo que se abrioó
(mediante audiencia preliminar) la causa a prueba. Concluida esta, las partes
alegaron y se dictoó sentencia. En aquella se rechazoó las causales de divorcio
denunciadas en la demanda y la reconvencioó n, decretoó el divorcio vincular por la
causal contemplada por el artíóculo 214 inciso 2 del Coó digo Civil sin culpa de las
partes, e impuso las costas en el orden causado. Tambieó n decretoó la disolucioó n de
la sociedad conyugal con efecto retroactivo a la fecha de notificacioó n de la demanda
y rechazoó el reclamo por danñ o moral del reconviniente, con costas. Tambieó n
decretoó la disolucioó n de la sociedad conyugal con efecto retroactivo a la fecha de
notificacioó n de la demanda y rechazoó el reclamo por danñ o moral del reconviniente,
con costas. Ambas partes apelaron.
Es en este marco que, la Caó mara resolvioó que “conforme a legislación actual el
simple hecho de la infidelidad por sí sola no genera ‘in re ipsa’ un daño moral, ni
tampoco se lo presume”, sino que “el interés lesionado debe configurarse de manera
relevante, para poder indemnizar, por lo cual, el daño debe verificarse a través de las
pruebas producidas”.
Comentario de la sentencia.
Como se ve, el presupuesto que toma en cuenta la Caó mara para responsabilizar a la
actora por sus actos es el danñ o psicoloó gico sufrido por la parte demandada. Por
dicho danñ o el tribunal decide condenar al pago del danñ o moral.
Respecto a lo que puede leerse en el fallo, el danñ o psicoloó gico sufrido por el actor
parece tener relacioó n directa con el comportamiento adultero de su ex esposa. Es
por ello que para pronunciarnos sobre si es procedente o no la indemnizacioó n
haremos un repaso raó pido al respecto de este.
El adulterio hasta el anñ o 1995 se consideraba un delito penal. Fue en ese anñ o que a
traveó s de la ley n°24.435 desaparecioó del coó digo penal y, asíó dejo de sancionarse
penalmente. A pesar de ello, se seguíóa considerando que aquel era un accionar
culpable y, por el que se debíóa una indemnizacioó n econoó mica al “damnificado” en el
aó mbito civil.
En el actual coó digo, la compensacioó n econoó mica es para aquel de los coó nyuges a
quien manifiestamente el divorcio le ocasione un empeoramiento de su situacioó n,
desequilibrando sus finanzas.
Ahora bien volviendo al tema, el danñ o moral ocasionado por un coó nyuge como
consecuencia de su infidelidad acreditada en el proceso de divorcio pareceríóa tener
que repararse, dado que si bien el art. 431 del Coó digo Civil y Comercial de la Nacioó n
decreta como deber moral en el matrimonio la fidelidad, tambieó n capta un intereó s
relevante, ya que este intereó s se despliega en el derecho a la dignidad, la armoníóa
familiar, la integridad psíóquica y moral que son derechos tutelados por el
ordenamiento juríódico, por lo cual son dignos de amparo legal y deben ser
resarcidos.
Seríóa sencillo entonces encontrar un asidero legal a la indemnizacioó n propuesta.
Para la opinioó n de quien suscribe, lamentablemente, el hecho de que la actora haya
sido infiel puede ser reprendido tanto eó tica como moralmente maó s no legalmente.
Nos encontramos entonces, con la idea que los deberes conyugales no constituiríóan
obligaciones juríódicas en sentido estricto, sino que su naturaleza seríóa la de ser
simples deberes eó tico-morales cuyo cumplimiento se encuentra sometido a la
conciencia de los coó nyuges, siendo incoercibles en su esencia. Efectivamente, no
tendríóa sentido la aplicacioó n de medios dirigidos a la compulsioó n, aunque sea
indirecta, de los mismos, debiendo mantenerse, por las mismas caracteríósticas de
la vida familiar, en un contexto de libertad y no gracias a la amenaza de remedios
resarcitorios.