Su abundancia y bajo
costo son dos grandes ventajas estratégicas, que lo convierten en una excelente alternativa
energética para los países desarrollados y en desarrollo. Desde 1970, la investigación se ha
orientado a encontrar formas de aprovechar la energía de una manera más eficiente [1].
Un bajo rendimiento en el uso de este tipo de energía es una de las principales desventajas
con respecto a otras fuentes de energía convencionales. En este aspecto, el desarrollo de los
concentradores solares se vuelve importante, ya que son dispositivos que mejoran
considerablemente el rendimiento de los sistemas que utilizan energía solar para su
funcionamiento. El obstáculo físico más destacado en estos sistemas es el área que debe
estar expuesta para obtener el máximo aprovechamiento de la energía solar, por lo que el
objetivo de un concentrador es redirigir la mayor cantidad de radiación a un área
determinada. La mayoría de los estudios sobre diseño de colectores [2-4] se han centrado
en mejorar la proporción de área de radiación a disponible. Se han propuesto diferentes
tipos de colectores para obtener la máxima cantidad de radiación redirigida a un absorbente
específico.
Los concentradores parabólicos compuestos (CPC) son pantallas curvas diseñadas para
redistribuir la radiación solar, como la difusa y la directa, en absorbentes cilíndricos. La
geometría de estos colectores está determinada por la forma del absorbente, y es muy
importante aumentar el uso de la radiación solar [5]. Inicialmente, este dispositivo se
propuso para aplicaciones fototérmicas [2,6]. No obstante, el CPC se ha aplicado
principalmente al tratamiento fotoquímico del agua contaminada [7-12]. La desintoxicación
solar de aguas residuales contaminadas con reactores fotocatalíticos de CPC se ha estudiado
ampliamente [5,7,8,12-15], con el modelado y la ampliación de estos reactores como los
aspectos más desafiantes de las aplicaciones fotoquímicas. El modelado del campo de
radiación es una de las tareas más difíciles que hay que enfrentar, y hay varios trabajos
reportados con respecto a la solución de este problema. Arancibia-Bulnes et al. [16,17]
desarrolló un enfoque para modelar campos de radiación en colectores parabólicos y CPC
basados en el llamado modelo P1. Alfano et al. [18,19] han propuesto un enfoque más
riguroso que implica la solución numérica de la ecuación de transferencia radiativa (RTE).
Mueses et al. [20] realizó un enfoque basado en un área efectiva del absorbedor al ajustar
los parámetros a los datos experimentales.
Según trabajos anteriores [11], un valor óptimo para el ángulo de aceptación está entre 60º
y 90º. Este valor se usa más adelante para calcular la proporción de concentración del CPC
de acuerdo con la siguiente ecuación:
Para construir la curva CPC con coordenadas cartesianas, las expresiones se pueden deducir
a partir de la geometría analítica, donde la involuta se construye como una curva normal a
las tangentes que definen la curva del absorbedor [26], consulte la figura 2.
Donde el vector normal N está dado por la ec. (10) después de evaluar las derivadas
correspondientes, se obtuvieron las siguientes expresiones:
El vector N forma un ángulo b respecto al eje horizontal determinado en las ecuaciones (9)
y (10), y se puede calcular de la siguiente manera:
La incidencia y los ángulos de reflexión se estimaron a partir del ángulo del eje normal a la
superficie CPC (Figura 1) considerando las superficies del colector como especulares. Ecs.
(14-16) describe el fenómeno de reflexión de la siguiente manera, (1)
Ec. (16) fue sustituido en la ecuación. (17) dando como resultado una ecuación de segundo
grado que se resolvió con las ecuaciones. (18-22):
Ecs. (21-22) corresponden a las coordenadas de los puntos donde el rayo reflejado podría
interceptar la pared del reactor. Si estas ecuaciones no tenían soluciones reales, significa
que el rayo reflejado interceptó un punto en la superficie CPC en lugar de la pared del
reactor. En ese caso, las coordenadas de este punto de CPC se estimaron numéricamente
debido a la complejidad de la solución analítica de las ecuaciones involucradas. La función
de error desarrollada en la ec. (25) permitió estimar las coordenadas de dicho punto.
Las gráficas de energía incidente proporcionaron una buena idea del comportamiento del
flujo de fotones incidente en aplicaciones fotoquímicas. Esta información puede ser útil
para estudiar el efecto de absorción de fotones en reactores solares de CPC. Este
procedimiento se puede acoplar a los modelos matemáticos propuestos en la literatura
[11,16-18,28] para modelar el fenómeno de absorción de fotones en reacciones
fotocatalíticas y, de esta manera, estimar verdaderas leyes de velocidad intrínseca para este
tipo de procesos. Los perfiles de energía incidente fueron comparables a los obtenidos en
un trabajo previo realizado por Malato et al. [11]. Esta observación adicional confirmó que
el modelo propuesto en este estudio es válido para aplicaciones fotoquímicas.
Este modelo proporciona un buen primer enfoque para modelos matemáticos más
complejos que involucran radiación total, incluidos los componentes dispersos y directos.
Además, puede ser una herramienta útil para desarrollar modelos de absorción en
aplicaciones fotoquímicas y obtener modelos cinéticos más rigurosos en reacciones
fotocatalíticas que emplean CPC como fotorreactores.
Las simulaciones con tres valores de reflectividad mostraron que los materiales reflectantes
más altos proporcionan una distribución de energía más uniforme, siendo más conveniente
para aplicaciones fotoquímicas o fototérmicas que utilizan radiación solar como fuente de
energía. Los valores de reflectividad más bajos dan una mala distribución de la energía
incidente en las zonas posteriores del absorbedor (como se ve en la Figura 6a).