VOZ EN OFF MASCULINA: “Desnudé el lazo de sus cabellos y arrojé lejos su guirnalda de
flores, luego probé sus labios y el néctar de su sonrisa... y besé con arrebato la colina de sus
senos”1
PRIMAVERA
Ella se convierte en la mujer pantera. Tiene ahora, algo menos que par de décadas y corre por el
bosque hasta llegar al borde de un río en el que están tres mujeres de aproximadamente las mismas
edades. Una, la mujer elefanta; está tocando un instrumento de cuerda parecido a un laúd, mientras
tanto, la mujer concha de mar, se está bañando semi desnuda en el río y junto a las flores; la mujer de
loto canta y baila muy sonriente.
I
MUJER CONCHA DE MAR: (Grita a mujer pantera) ¡Hey! ¡Ven, métete al río, negrita!¿En
dónde andabas?
MUJER PANTERA: Fui a caminar por el sendero. Mientras más adentro es el bosque, más espeso y
oscuro se pone.
MUJER DE LOTO: (Bailando) ¡Miren que hermoso se puso el día hoy! ¡Me encanta el olor de la
primavera, todo huele a flores! ¡Las aves cantan y los conejos se corretean! ¡Soy una flor a punto de
ser polinizada! (Sonríe picarona) ¡Ven, bonita! (A mujer pantera) ¡Baila conmigo, ven!
MUJER CONCHA DE MAR (Chapoteando en el agua) ¡Uyuyuy! ¡Yo, soy un pez y busco mi
tiburón! ¡Quiero sentirme entre sus dientes! (Ríe)
MUJER PANTERA: (Encuentra su libro en el suelo y lo recoge inmediatamente) ¡Cuidado lo
mojas, loca! (Con aire de misterio) Saben: en lo profundo del bosque junto a una fogata; por las
1
Ananga Ranga: manual sexual indio, escrito en el siglo XVI por Kaliana Mal
2
noches, se pueden ver hombres bebiendo sustancias parecidas a la sangre y fumando de extrañas
hierbas que los vuelven risueños…
La mujer elefanta. deja de tocar su laúd. Y las tres: la mujer concha de mar, la mujer de loto y
la mujer elefanta gritan al unísono.
Las tres mujeres: ¡Hombres! ¡Hombres!¡Hombres! (La mujer concha, inmediatamente sale del
agua)
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Uy! ¿Dónde, dónde? Yo nunca he visto uno. Dicen que son
hermosos y que si te tocan… ¡te derrites y te vuelves agua!
MUJER DE LOTO: Sí. ¡Dicen que entre sus piernas tienen un junco extraño que a veces crece y a
veces desaparece! (Ríe)
MUJER ELEFANTA: (Parca) ¡Cuidado! Dicen que es como un sable y si te lo atraviesa...te pueden
matar.
MUJER PANTERA: ¡No es verdad! (Prosigue) Dicen también. Que si te miran fijo, pueden
hacerte cosquillas sin siquiera tocarte. Y que si te abrazan, de buena manera, puedes sentir que un
rayo dorado te atraviesa y te parte en dos…
MUJER ELEFANTA: ¡Calla!
MUJER CONCHA DE MAR: ¿Qué anduviste leyendo negrita? (Tiene una cesta llena de pescado)
¡Miren! (A la mujer elefanta) Tú, ayúdame a encender el fuego. (A la mujer loto) Tú, exprime la
fruta. (A la mujer pantera) Y tu negrita… ven a seguirme contando esas cosas raras mientras le
pongo sabor a la carne.
Las mujeres alrededor del fuego hacen sus labores
MUJER PANTERA: (La dos en secreto) Vamos en la noche a buscarlos.
MUJER CONCHA DE MAR: ¿Será peligroso?
MUJER PANTERA: No. Ya estuve caminando por dentro del bosque y allá, a lo lejos, pude divisar
una extraña casita rústica con techo de paja.
MUJER CONCHA DE MAR: ¿Y?
MUJER PANTERA: Pero en ese momento, algo se movió entre en la maleza y…
MUJER DE LOTO: ¡Ya está! La bebida está exquisita. Mmm ¿Quieren probarla? (La mujer loto
extiende en un cántaro pequeño un poco de bebida a cada una de las mujeres)
MUJER ELEFANTA: ¡Está riquísima! (Saboreando) Tiene naranja, con… fresas.. .un poquito de
canela… y algo picante como… como…
MUJER LOTO: Eso es... ají. ¡Casi no lo adivinas guapa!
MUJER PANTERA: (Capturando la atención de todas) Dicen que los hombres tienen una extraña
sustancia que sacan de la caña de azúcar y la dejan reposar por días debajo de la tierra. Dicen que si la
bebes, todo el cuerpo se te ablanda y comienzas a moverse solo como una serpiente y entonces…
3
II
Junto a la cabaña, una fogata con un cerdo atravesado por un palo. El hombre liebre unta al
cerdo un aceite lleno de especias. El hombre toro, toca un instrumento de cuatro cuerdas
parecido a un sitar. El hombre caballo, parte con un hacha troncos y alimenta el fuego.
HOMBRE LIEBRE: (Olfateando) Mmm. Sí, sí, sí. ¡Esto va a quedar más sabroso que el pato que
nos comimos el otro día! ¡Van a ver!
HOMBRE TORO: (Al hombre liebre) Deja de ver así al cerdo. ¿Te estás enamorando de él?
(Ríen) Mejor…¡sirve el aguardiente que la noche recién empieza!
4
HOMBRE CABALLO: (Fumando algo, hecho de hojas de tabaco.) Hoy vamos a salir de caza.
Espero que la luna nos guíe y vengamos con un buen cervatillo, o por lo menos con una pava de
monte. Cuando la luna se ponga en el cenit, entonces, será la hora de salir. (Al hombre toro) ¡No
bebas mucho si quieres venir con nosotros!
HOMBRE TORO: ¡Demasiado tarde, ya me lo bebí todo!
HOMBRE LIEBRE: (Reparte pedazos de carne) Mmm. ¡Luego de comer me van a entrar las
ganas dormir abrazado a...Leandra!
HOMBRE CABALLO: ¡Deja en paz a nuestra mula, luego no está lista para llevar carga!
HOMBRE LIEBRE: ¡Y tú, deja de agujerear calabazas! El otro día la encontré babosa por dentro!
HOMBRE TORO: ¡Ya, dejen de cacarear como las aves que no vuelan! (Al hombre liebre)
Mejor... trae más licor del barril que está dentro. (El hombre liebre entra a la cabaña)
HOMBRE CABALLO: Hoy en la mañana percibí un olor a flores. Creo que muy cerca están unas
mujeres, muy, pero muy tiernas. Si las logramos atrapar, podremos tenerlas muy cerca y por una
buena vez, saber ¿cuál es el mecanismo para que se conviertan en agua y germinen como flores
preñadas de jugosos frutos?
HOMBRE TORO: (Queda callado tocando su instrumento y mirando a la luna) Dicen que la
mujer es un delicioso instrumento, si se la toca con arte puedes crear las más exquisitas armonías,
ejecutar las más arduas variaciones y proporcionar los más divinos placeres.
HOMBRE CABALLO: Pero dicen también que si te dejas dominar por ellas perderás tu libertad. Y
que con el tiempo... se vuelven locas e irritables.
HOMBRE LIEBRE: ¡Miren lo que me encontré en mis pantalones! (Abre un pañuelo y tiene setas
del color del tamarindo)
HOMBRE TORO: (Se come un par de zetas) ¡Eso!¡En honor a la luna llena, vamos a estallar en
pedazos! (El hombre liebre y hombre toro comen zetas, beben y ríen).
HOMBRE CABALLO: ¡Ya veo que me van a dejar solo, otra vez, al ir de caza!
HOMBRE LIEBRE: No, para nada. Yo quiero ir. ¡Es la primera vez que voy de caza y no me lo
quiero perder!
Suena algo en la espesura del bosque. Son la mujer pantera y la mujer concha de mar, que
gozan al verlos, entre risas y susurros.
HOMBRE CABALLO: Parece que hay cervatillos cerca. Creo que es hora de adentrarnos en el
bosque. ¿Quién viene conmigo?
HOMBRE LIEBRE:¡Sí, sí, sí! ¡Todo está listo para ir de caza! Mmm. Quiero cocinar ese caldo de
pava de monte para mañana.
El hombre caballo y el hombre liebre se adentran en el bosque.
5
HOMBRE TORO: (Con la botella de licor en mano) ¡Hey, que pasa que me dejan solo en este
viaje! (Grita) ¡Esperen! (Los sigue un poco tarde)
El bosque luce plateado por la luz de la luna. El Hombre caballo y el hombre liebre se adentran
sigilosos.
HOMBRE CABALLO: Debes estar atento a todos los movimientos, sonidos y sobre todo: agudiza
el olfato… Debe oler a sangre y a sudor.
HOMBRE LIEBRE: (Olfateando) Creo que aquí, huele solo a mierda de algún animal y…. yo la
acabo de pisar. Esperemos a nuestro compañero.
HOMBRE CABALLO: ¡Siempre va a llegar tarde, déjalo! El ama más a sus instrumentos musicales
que a ir de casa. Para mi, que se orina en los calzones al entrar en la espesura del bosque. (Se
adentran)
La mujer pantera y la mujer concha de mar han estado viéndolo todo detrás de unos
matorrales.
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Uy! ¡Lo viste. Es alto y hermoso como un caballo! ¿Viste el bulto
que tiene entre las piernas?
MUJER PANTERA: ¡Calla loca! Nos van a escuchar y puede ser muy peligroso. (Busca con su
mirada) ¿Y dónde se quedó el otro?
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Entreguemos nuestros cuerpos en sus
manos! ¡Uyuyuy!¡Sí! ¿Siento que la sangre me hierve, todo me cosquillea! ¡Viste sus manos grandes
y los músculos de sus brazos! ¡Quiero que me suba en ellos y alcanzar la luna! (Se retuerce)
MUJER PANTERA: (Busca con su mirada al hombre toro y no lo encuentra, se inquieta)
MUJER CONCHA DE MAR: ¿Qué buscas negrita, se te perdió algo? Sigámoslos. ¡Se nos pierden
en la espesura del bosque! (Con picardía) El hombre liebre puede ser para ti…
MUJER PANTERA: ¡No hables tonterías! mi cuerpo, no cabría en su madriguera. O mejor dicho…
su cuerpo se perdería en la mía. (Ríen)
Aparece el hombre toro extasiado por los colores del bosque. Las setas alucinógenas han hecho
efecto.
HOMBRE TORO: (Mirando con asombro el cielo, la luna y las estrellas) ¡Todo es violeta ante
mis ojos! ¡El universo es un cristal iridiscente lleno de destellos! ¡Todo son frecuencias! ¡Todo es
violeta, violeta,violeta! (Golpea su cabeza contra un árbol y luego acerca su oreja para escuchar
sus ondas)
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La mujer pantera hace un movimiento repentino y se posiciona frente al hombre toro con
seguridad e imponencia. Le clava sus ojos color miel.
HOMBRE TORO: (Hombre toro la mira y se le dilatan las pupilas) ¡Púrpura, mujer púrpura,
déjame ver tus alas, mujer púrpura!
La mujer pantera, de un zarpazo, se quita el vestido y queda desnuda ante él. El hombre toro,
estira la mano para tocarle las tetas y en ese instante, la mujer pantera de un salto se adentra
en el bosque. El hombre toro queda en frente de la mujer concha de mar.
MUJER CONCHA: ¡Se te escapo la presa, cazador! ¡Baja de las estrellas!
HOMBRE TORO: (Irónico) ¿Me está hablando un marsupial que se para en dos patas?
MUJER CONCHA: (Le da una cachetada y se va) ¡Eres un cerdo!
HOMBRE TORO: ¿Dónde estás bella hada púrpura? ¡Ven, ven, ven, a mi! (Se va en busca de la
mujer pantera hacia el otro lado del bosque)
IV
El hombre caballo seguido del hombre liebre, llegan al claro del bosque junto al río en donde
encuentran a la mujer elefante y a la mujer de loto. Las miran desde lejos.
HOMBRE CABALLO: ¡Todo huele a flores! No sé, si huele a jazmín, rosa o girasol. ¡Es muy fuerte
y excitante esa aroma! ¿la sientes? ¡Tenemos que atraparlas! Es la primera vez que tendremos mujeres
en nuestras manos. ¡Sí!
HOMBRE LIEBRE: (Maravillado, olfateando) Mmm ¡Guarda los dardos! Míralas son exóticas y
hermosas! Se están lamiendo desnudas la una a la otra. La una parece un elefante, de tan grande que es
y es redonda, enorme y blanca. Y la otra es frágil y delicada, pero tiene una mirada perversa como
mujer de desierto.¡Esa me encanta! ¡Sí, sí, sí!
HOMBRE CABALLO: Es verdad. Mira, humedecen sus dedos como flores en su boca y luego se los
introducen, una a la otra, entre las piernas. ¡Huelo los ríos que afloran entre los muslos de la mujer
blanca y enorme, mientras la otra le lame los pechos!. ¡Que manera tan extraña de tratarse entre ellas!
(Nuevamente se dispone a lanzarles un dardo) ¡Es el momento preciso para dejarlas dormidas y
llevarnos sus cuerpos a la cabaña!
HOMBRE LIEBRE: No, no, no. ¡Déjalas que sigan!¿No las escuchas? Están cantando. Nunca he
escuchado gemidos tan hermosos.
EL HOMBRE CABALLO: ¿Estas loco? ¡Un verdadero cazador no puede detenerse. (Lanza el
dardo) ¡Vamos, a ellas! (Sale en actitud combativa, el hombre liebre lo sigue confundido)
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V
Mientras tanto; la mujer pantera llega corriendo a un recodo del bosque, está sudada. Se sienta
en la hierba humedecida, toma un poco del jugo que llevaba en el morral, le da un tascón a la
manzana. El hombre toro llega jadeando después de ella. Se queda mirándola desde lejos. Ella
también lo mira durante un buen rato.
HOMBRE TORO: ¡Yo las estoy viendo posarse en tus pechos! (Le roza los senos con el anverso de
su mano)
MUJER PANTERA: (Mirando sus pezones por el escote de su vestido) Mira, se han puesto como
moras silvestres.
HOMBRE TORO: ¿Puedo tocarlas?
MUJER PANTERA: (Agarra la mano del hombre toro y se la pone en uno de sus pechos)
¿Sientes? ¡Están duros! Es extraño…
MUJER CONCHA DE MAR: (Gritando desde lejos) ¡Negra! ¡Negrita! ¿Dónde estás? ¡Ayúdame!
MUJER PANTERA: (Sale corriendo en busca de la mujer concha de mar) ¡Concha! ¡Conchita!
¿Qué pasa?
HOMBRE TORO: (Hombre toro, se queda como carpa de circo y se rasca la entrepierna)
¡Espera. No te vayas! (Toma un trago de la botella y un poco tarde, va tras la mujer pantera)
VI
En el borde del río, el dardo del hombre caballo le ha llegado a la mujer de loto que yace en el
piso. El hombre caballo, llega agitado y pretende robarse a esa mujer. La mujer elefante se
incorpora y de un golpe, le arroja al piso.
El hombre liebre, encuentra en el piso a la mujer de loto. Se acerca despacio a ella. Le acaricia
muy suavemente las mejillas, los labios y las cejas. Baja su índice por en medio de sus senos. Le
levanta curioso un poco el vestido, le quita el dardo que se le ha metido entre sus nalgas y luego
inmediatamente pone el vestido en su lugar. La levanta entre sus brazos y le lleva junto a una
cascada de aguas termales. La contempla extasiado hasta el amanecer. Comienzan a escucharse
pajarillos y la mujer de loto se despierta.
MUJER DE LOTO: ¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy? Se topa la nalga herida)
MUJER DE LOTO: (Lo besa)
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HOMBRE LIEBRE (Le devuelve el beso apasionadamente y largo): Mmm ¡Tú, me encantas!¡Sí,
sí, sí!
MUJER LOTO: (Se araña suavemente el muslo alzando su vestido) Tengo miedo...
HOMBRE LIEBRE: No temas, yo te protejo. Escucha: El manantial nos arrulla y la luciérnagas
hacen el resplandor perfecto para dibujar tu cuerpo.
MUJER DE LOTO: (Le muerde el cuello y le araña la espalda, él no opone resistencia.
El hombre liebre y la mujer de loto se introducen desnudos en las aguas termales) Tengo miedo
de que me hagas daño.
HOMBRE LIEBRE: No, no ,no. Tranquila, nadie más sabe de este lugar...
Llegan junto al río, la mujer pantera y la mujer concha de mar. Encuentran la fogata apagada,
y el libro fuera del tapete de flores.
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Eres una bestia, un caballo! (Dando patada al aire) ¡haz conmigo
lo que quieras, llévame a tu cabaña y haz conmigo lo que quieras!
El hombre caballo pone en su espalda a la pequeña mujer concha de mar y se la lleva. Ya en la
cabaña...
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Uy! ¡Eres grande y fuerte me encantan tus brazos No quiero tocar la
tierra nunca más, con mis pies! ¡Llévame en tu lomo, voy a cabalgarte como a un potro salvaje!
HOMBRE CABALLO: (Besando y mordisqueando las tetas) ¡Beberé del jugo que corre entre tus
piernas. ¡Me encanta tu olor! Hueles a orquídea salvaje, a mar en verano. (Gruñe) !Soy tu potro, ven
que te llevo al cielo! (Se corretean por debajo y encima de los muebles de la cabaña)
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MUJER CONCHA DE MAR: (Fingiendo) ¡Uy, qué potro tan grandote! ¡Te domaré como a un
caballo salvaje!
Ríen y tumban todo lo que encuentran a su paso. De repente entra la mujer elefante y golpea al
hombre caballo, que cae de súbito al suelo.
MUJER ELEFANTE: ¡Vine a salvarte de las manos de esta bestia! Vístete. Y, vamos a casa.
MUJER CONCHA: ¡Estas loca! Nadie te pidió ayuda. (A los pies del hombre caballo) Mi potrillo
salvaje. ¿Estas bien? (A la mujer elefante) ¡Ándate, no te metas!
La mujer elefante no entiende nada, baja la cabeza y se va.
VIII
La mujer elefante vuelve meditabunda al borde del río. Toma su laúd y entona una melodía.
MUJER ELEFANTE:
“La recuerdo con su caminar de cisne real,
y en sus ojos el brillo de las gacelas.
Y su cuerpo leve consumiéndose en mi fuego
… ella es la bella copa donde bebo mi gozo”
Y ahora, no sé dónde está.
El hombre toro, llega al claro del bosque buscando a la mujer pantera. Mira a la mujer elefante
y se acerca a ella llevado por el sonido de su laúd.
HOMBRE TORO: Buen sonido… bastante afinado...¿Dónde aprendiste a tocarlo?
MUJER ELEFANTE: (Se levanta sobresaltada, dejando de tocar su laúd)
HOMBRE TORO: No me tengas miedo. Yo también hago música.
MUJER ELEFANTE (Dudosa): Es de familia… me enseñó... mi abuela.
HOMBRE TORO: ¿Puedo, tocarlo?
MUJER ELEFANTE: (Le extiende el laúd y el hombre toro entona en él una melodía. Luego, la
mujer elefante lo acompaña con su flauta larga y gruesa)
HOMBRE TORO:
“Si al terminar el día viniese una vez más mi amada,
ofreciéndome los desbordantes cántaros
de néctar de sus senos...
renunciaría a las riquezas de un reino y a la eternidad del paraíso”
Y ahora, no sé dónde está.
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El hombre toro y la mujer elefanta entonan sus instrumentos, se miran y ríen. La mujer pantera
regresa, los mira unos segundos en los que ellos no se percatan de su presencia.
Se hace oscuro
VOZ EN OFF MASCULINA:
“Sus trémulos ojos quedaron azorados por el deleite. Abandonados en el latir de la pasión sus
cuerpos son como cisnes en un estanque de lotos”
VERANO
Suena música festiva. Poco a poco, el sol inunda el bosque. En una carpa de circo se escucha desde
un altavoz:
Voz: Bienvenidos sean a: “Sutra love” la feria del corazón. Les invitamos a adentrarse en el interior de la
pasión de nuestra carpa y conocer muy de cerca a lo más exótico de la región. No tema, entre suavemente
y sin miedo. ¡Viva con arte, sumisión a la naturaleza y sobre todo goce de los sentidos! (Con énfasis)
Estas son “palabra sagradas” Con ustedes: “Las yonis” Tiernas, seductoras y perfectas en todos sus
detalles.
Salen bailando cuatro mujeres, llevan en sus cabezas tocados de la flor que les caracteriza, como
disfraces infantiles. La voz las nombra y ellas hacen sus maromas.
Voz: Capullo en flor, es una cierva mansa de aspecto inocente. Su blancura hace resaltar el carmín de sus
labios. Es cálida, estrecha y seca hasta el punto que uno podría arder entre sus pétalos. Sus labios son
delgados y su lengua es pequeña… (Una mujer alegre y coqueta)
Voz: La orquídea salvaje, es glotona pese a su pequeño tamaño, traga sin masticar, se mueve
violentamente hasta llegar al final. ¡Siempre está a punto y le encantan los duelos!, pero, ¡cuidado! Puede
ser peligrosa y violenta si no encuentra a un buen contrincante. (Otra mujer hace graciosos movimientos
y guiños)
Voz: Girasola, tiene los bríos de una yegua, se mueve como un cedazo, le gusta mantenerse en abstinencia
para cargarse de deseos y cuando encuentra a su jinete, es capaz de cabalgar sin descanso hasta absorber
los efluvios del rocío al amanecer y luego dejarlo todo… mojado. (Aparece una mujer intimidante y
seductora)
Voz: Alcatraz, es blanca y taciturna. Parca en palabras, pero de una bondad extensa. ¡Le gusta ayudar, si
eres un curioso visitante, ella te enseña todos sus rincones e incluso te hace bailar sin perder el compás,
con mucha paciencia! (Otra mujer toca la pandereta)
Voz: ¡No se olviden nunca del arte de jugar el uno con el otro! Y ahora, con ustedes, aparentemente
tímidos pero conquistadores: “Linga boys”. Nuestras plantas espinosas pertenecen a la familia de las
suculentas.
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Salen tímidos, hombres con capuchas de distintos tipos de cactus, las mujeres se han metido dentro
de la carpa y solo sacan sus cabezas.
Voz: El Nopal, es un abre caminos. Se abre paso con la cabeza hasta entrar a donde él desee. ¡Cuidado ,
que puede romper y destrozar todo lo que está a su paso! (Un hombre se da múltiples volteretas al
estilo circense)
Voz: Higo chumbo, es un dormilón, pero cuando se despierta… ¡Se convierte en el extintor necesario
para apagar el fuego de todo un bosque! (Otro hombre lanza un balde de agua a las mujeres y cae
papel picado)
Voz: Echino, pese a su gran tamaño... es un llorón. ¡Al ver una cara bonita, llora. Si toca a una mujer,
llora. E incluso a veces, llora tan sólo al recordar! (Otro hombre entrega flores a las mujeres) Pero
antes de la contienda, disfrutemos del maravilloso show del Pez Guppy. Un ser de agua tropical que puede
convertirse en macho o hembra según su antojo. (Guppy, baila exótic@)
Echino: (Ingenuo) Solo meteré mi cabeza para ver que hay dentro. ¡No entraré… si tú no quieres!
Echino mete la cabeza en la carpa y luego las manos de las muchachas lo introducen dentro. La
carpa se mueve, se escuchan maullidos de gatos, gorjeos de palomas y hasta rugidos de tigre.
Echino sale inmediatamente.
Orquídea: ¡Hey, embustero, por qué te retiras, deberían llamarte fugitivo mentiroso!
Nopal: ¡Sí, sí, sí! ¡Me toca a mi! (Toma vuelo y tropieza antes de entrar) ¡Allá voy! (Cae) Ups.
Capullo en flor: (Tierna y coqueta) Ven, es por aquí. ¿Por qué tropiezas, bobo?
Las muchachas lo introducen dentro. La carpa se mueve se escuchan risas, rugidos e incluso
aullidos. Nopal no sale.
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Echino y Chumbo: (Con falso espanto) ¡Nuestro hermano a muerto! ¡Nuestro hermano a muerto! (Los
sacan fulminado)
Capullo, Orquídea, Girasola y Nopal: ¿Por qué te retiras embustero? ( Miran a Chumbo) ¡Ahora te
toca a ti, ven!
Chumbo: (Con mucho temor se prepara como un nadador olímpico y entra como un reptil)
Capullo, Orquídea, Girasola y Nopal:: ¡Incendio. Incendio! ¡Es ardiente como en fuelle de un herrero!
(Gritan varias veces) ¡Ahhhhhhhhhhh!
Chumbo: ¡No saldré hasta incendiarlo todo! ¡Su bosque será calcinado¡
Salen rápidamente de la carpa: Capullo en flor, luego Orquídea, y Girasola es expulsada sin saber
por qué. Ya afuera, Girasola entra nuevamente y es expulsada otra vez. A la tercera vez que vuelve
a entrar se escuchan forcejeos y peleas. Girasola arrastra a Alcatraz de los pétalos y la saca de la
carpa)
Girasola: ¡Déjalo!
Guppy: (Intercediendo) ¡No peleen! ¡En éste juego hay para tod@s los gustos! (Se mete en la carpa
con los cactus que están allí y arman un alboroto)
Voz: ¡Tranquilos que la vida es una Tómbola, tom, tom. Tómbola ¿Y cuál de estos lleva usted entre sus
piernas? Mírese sin temor alguno. ¿Será usted tal vez el escupidor, el desvergonzado, el cogotudo o el
calvo? ¿Cómo será su flor? ¿Será tal vez, la húmeda, la giganta o la mordedora?¿Será la siempre a punto,
la avispa o el abismo? ¡O serás una estrella de mar a la que le gusta entrar por la puerta de atrás! ¿Un
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caracol o una araña venenosa? ¡Somos diversos y esa es cosa maravillosa! ¡Por la existencia de los dioses
que han creado esta variedad de parajes, una vez dentro… solo muertos saldrán de allí!
Girasola da vueltas sobre la tierra, en lo espeso del bosque, gritando y convirtiéndose de nuevo en
la mujer pantera.
II
MUJER ELEFANTA: No. No es el verano. Es ese libro extraño que lees por las noches. ¡Hay que
quemarlo!
MUJER ELEFANTA: ¡Lo que contiene te está haciendo daño, he sabido que sus imágenes desordenan
todo lo establecido y pueden causar ansiedad y hasta la muerte!
Mujer elefanta corre con el libro en brazos. Mujer pantera le persigue y se pierden en el bosque.
III
El hombre toro ha caminado hasta la cima de la montaña junto a un árbol de jugosos mangos.
Entra el hombre ciervo tocando una flauta corta .Se lo ve viejo pero muy alegre.
HOMBRE CIERVO: ¡Oh, tanto tiempo! ¡Eras un niño y ahora... mírate, eres todo un hombre!
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HOMBRE TORO: Son ellas, al fin las conocimos. Son hermosas pero, me dan… miedo.
HOMBRE CIERVO: Tranquilidad. (Le ofrece un mango) Ellas son...así. Sí. Su naturaleza es exótica y
bella. (Los dos, chupan mangos) Cambian de genio con la luna: en luna llena son hechiceras, alegres y
vivarachas, pero en cuanto la luna se hace menguante, se ponen biliosas y flemáticas. ¡Cuidado con ellas
cuando la luna es nueva y devuelven su sangre a la tierra, porque son ariscas y sabías como una
serpiente! Pero cuando la luna empieza a crecer se vuelven frágiles, juguetonas y parlanchinas como
niñas.
HOMBRE TORO: Todo es muy confuso. ¡Qué difícil! ¿Cómo he de tratarlas, entonces?
HOMBRE CIERVO: Siete días de baños en flores para ellas y siete días en romero para ustedes.
Abrázalas como les agrade. En la oscuridad, bésalas en silencio. Eso sí, escúchalas cuando hablen…
HOMBRE TORO: Pero, a veces, casi siempre, hablan mucho… demasiado, diría yo.
HOMBRE CIERVO: (Como en un trance y saboreando el néctar del mango) Tócales suavemente los
senos, acaríciales la palma de las manos, besa sus cuerpos por completo. Al principio, la pasión puede ser
de corta duración, pero no te desesperes… solo respira y toma fuerzas para dejarlas extremadamente
satisfechas…
HOMBRE TORO: Pero, ¿cómo sabré cuando han quedado satisfechas, si ellas me miran con cara de
hambre de semanas, ¡de meses! Me miran de una manera que pareciera que nadie pudiese lograrlo…
tienen brillo, suavidad y fuerza al mismo tiempo.¡Me intimidan!
HOMBRE CIERVO: No existe ni Sutra, ni orden ¡ Juega, abre tus sentidos! Imítalas con suavidad como
el reflejo de un lago. Nuestro cuerpo es así; (Refiriéndose al mango) solo rinde su fragancia cuando se lo
frota con las manos. Tan pronto se empieza a experimentar placer, los ojos se entrecierran y lagrimean, el
cuerpo se enfría y la respiración, tras haber sido fuerte y espasmódica, exhala sollozos y suspiros. Al cabo
de un periodo de rigidez, la parte inferior de los muslos se extiende débilmente. Y allí, se produce un
momento de afecto, besos juguetones y finalmente parece como si fuesen a desmayarse…
HOMBRE CIERVO: No. Mueren y renacen habiendo alcanzado el paroxismo. Luego de un descanso
pueden volver a intentarlo. ¡Es infinito! Hay que ir más allá de los opuestos. Es tan sólo una pequeña
muerte o un largo abrazo.
HOMBRE TORO: ¿Paroxismo? ¿Es- pas-mó-di-co? (Se limpia entre los dientes) ¡No entiendo!
HOMBRE TORO: ¡Maestro, maestro! (Para sí) ¡Suena todo tan difícil! Pa-ro-xismo. Es- pas-mó-di-co.
¡Humm! ¡Ya sé, debe ser como tocar en una extraña afinación al compás de trece octavos. Sí!
VI
El hombre toro llega a la cabaña y encuentra a los muchachos viendo las imágenes extrañas del
libro de la mujer pantera e intentando reproducir con sus cuerpos lo que ven.
El hombre caballo dibuja en el piso unas fórmulas matemáticas ayudado de una rama.
HOMBRE CABALLO: ¡Claro. Ya entendí! Área de la base, por radio, por altura. Eso: V es igual al:
Radio al cuadrado sobre H.
HOMBRE TORO: (Llegando) ¿Que miran? (Se ríe) Parecen escarabajos apareándose. ¡El verano los
vuelve locos!
HOMBRE CABALLO: Mira éste libro. Yo me estaba bañando en el río y floto hasta mis manos.
HOMBRE TORO: Debe haber viajado desde muy lejos. Hay que secarlo con cuidado para que no se
estropeen los dibujos.
HOMBRE CABALLO: ¡Eh. Eh. No lo topes! Vamos a estudiarlo siempre después de la cena y nos lo
pasaremos en orden de…
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HOMBRE CABALLO: No. Dámelo. Cada día cambiaremos el orden y así siempre en una progresión
aritmética simple; un día, el libro será de los pares y otro los impares. Punto. ¡Uf, hace un calor tremendo!
HOMBRE TORO:¡La deliciosa bebida frutal de ellas, con nuestro aguardiente de caña quedó magnífica!
(Beben)
HOMBRE LIEBRE. Sí, sí, sí. Hoy las invité a que vengan. Mmm.
Hombre toro toca su cordófono y hombre liebre toca una especie de tambor. Cantan.
HOMBRE LIEBRE:
HOMBRE CABALLO:”
Aunque tuviera ante mí, otra vez, su fino cuerpo consumido por la ardorosa pasión
HOMBRE CABALLO: (Leyendo del libro en tono muy serio) Bambú hendido, el cangrejo, mmm
¿giratoria? ¡Esta es imposible! ¿pisada del pavo real? ¿salto de la liebre? ¿Y todo manteniendo el ritmo?
HOMBRE LIEBRE: ¡Ya mismo vienen, hay que ponerlo todo en práctica! Si, si, si.
Junto al río, las muchachas recogen flores para hacer adornos, pócimas y collares. La luna luce
menguante y sonríe de un lado.
MUJER CONCHA DE MAR: (A pantera y a elefanta) ¡Es la última vez que las quiero ver haciéndose
daño! ¿Escucharon?
MUJER FLOR DE LOTO: Sí, preciosas. ¿Les parece si, untamos nuestros cuerpos con miel para recibir
baños de luna menguante, y luego, nos bañamos con flores antes de visitar a nuestros nuevos amigos.
¡Deben estar esperándonos!
MUJER PANTERA: ¡Ella arrojó “mi libro” al río y por más que nadé, no pude encontrarlo! La corriente
se lo llevó muy lejos.
MUJER ELEFANTA: ¡Ella rompió “mi” instrumento de cuerda! Por suerte no pudo con el de viento.
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Basta! (Respira profundo) ¿Les cuento todo lo que me pasó en la
cabaña con el hombre grande como un caballo? Vengan. (Susurra algo en el oído de flor de loto)
MUJER ELEFANTA: ¡Es terrible! ¡Ella tiene marcas de media luna en sus nalgas y un coral de dientes
en su cuello! Si alguien se atreve a hacerme eso...yo lo mato.
MUJER PANTERA: Dicen que para conseguir el amor de un hombre, las brujas aconsejan a la
enamorada hacerle beber un café con su sangre menstrual…
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MUJER ELEFANTA: ¡Por esas cochinadas arrojé ese libro maldito lejos de nosotras!
MUJER PANTERA: También dicen que, hace más de cuatro mil años todos debían estudiar ese libro,
era palabra sagrada. Luego se olvidaron de eso y todo terminó muy mal. Se hicieron mucho daño. Por eso
a las nuevas generaciones nos arrojaron en esta isla, para que nos reinventemos y no nos volvamos a
hacer daño.
MUJER CONCHA DE MAR: Basta. ¡Me encantan tus historias negrita! Sigue, sigue.
MUJER FLOR DE LOTO: Si, sigue. ¡Porque yo quiero probarlos a todos! Cada uno debe saber a un
fruto diferente. (Ríe) ¡Yo quiero experimentarlo todo!
MUJER CONCHA DE MAR:¡Uy! (Suspira) ¡Probar el jugoso fruto que guardan entre sus piernas!
MUJER PANTERA: En el libro había un mapa que explica que: entre dos montañas está un templo
sagrado con muchas esculturas en piedra de cuerpos haciendo fiesta, desnudos, alegres, todos
extasiados….
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Uyuyuy, suena lindo!¡Vamos, vamos a buscar ese templo, mi negra!
MUJER FLOR DE LOTO: Sí, pero primero vamos donde nuestros nuevos amigos. ¡Y luego, vamos
todos juntos! ¿Les parece?
MUJER ELEFANTA: ¡Con esta miel en nuestros cuerpos lo único que vamos a conseguir es que nos
sigan las moscas, las avispas, y hasta abejorros! (Se lava la cara en el río y se va)
MUJER CONCHA DE MAR: Eli, te esperamos donde los muchachos. Respira y tómate tu tiempo. (A
la mujer pantera) ¡Me pones la miel en la espalda, negrita!
MUJER PANTERA: ¡Miren lo que hice! Pulverice con mucho cuidado madera de sándalo, y cáscara de
mango, todo mezclado con el rocío de la mañana. Al aplicarse, da una fragancia encantadora. ¿Huelen?
MUJER FLOR DE LOTO: ¡Si, huele riquísimo! (Besa a la mujer pantera) Hace tanto calor, que me
pongo pegajosa. ¿Les cuento lo que me hicieron a mí?
Todas: ¡Sí!
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Flor, los collares te quedaron hermosos! Sí, sí. Cuenta. Cuenta (Las
mujeres secretean y ríen) ¡Pero luego, iremos a probar esos frutos extraños!
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VI
¡Abre la ventana del centro de tu pecho y deja los espíritus volar dentro y fuera!”2 (Ella se pierde en el
bosque)
OTOÑO
I
En la montaña, las hojas de los árboles se desprenden. Los amigos corretean con confianza. Se
persiguen, se abrazan, se besan, ríen. Avanzan a veces en pareja, otras en grupo.
Cantan:
“Jubilosos vamos en busca del perfumado jardín.
Nadie es insensible al placer.
No hay porqué avergonzarse
si el deseo es beber el agua del amor
que brota de nuestros cuerpos alegres”
2
Poema Sufí
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El hombre liebre corretea a la mujer flor de loto. Caen, se hacen cosquillas, se besan y vuelven a
corretearse, hasta perderse. La mujer elefante toca su flauta gruesa y grande, mira el atardecer.
Mujer elefante: (Para sí)
Me abrazabas por la cintura y me hacías prometer que cuando esté triste me acuerde de esto..
.entonces me peinabas. Veíamos nuestro reflejo en el lago... Me gustaba la sensación de que soy yo la
que penetra cuando estoy sobre ti, me gustaba mirar nuestro cuerpos desnudos reflejándose e en el
agua, y si había luna, la idea de que nos miren me gustaba, aunque me aterre.
Continúa tocando su flauta, sigue caminando. Por momentos se pierde en la espesura del bosque
pero su música continúa en el ambiente.
El hombre liebre tras de flor de loto que se le escurre entre los árboles.
Hombre liebre:
Me encanta verte, jugar y que me des todas pistas para saber qué quieres. Me gusta que tú tomes la
iniciativa y sobre todo, que me hagas sentir que me deseas. Sí, sí, sí. Me encanta acariciarte, lamerte y
que hagas lo mismo conmigo. Luego… sacarte la ropa… ¡Eso me encanta! Sí, sí sí. utilizar un
poquito de fuerza… sólo si tú quieres, claro. Bésame apasionadamente y cuando estemos desnudos,
come de mi fruto y déjame probar el tuyo. ¡Hagamos todas las figuras que nuestros cuerpos inventen
hasta sentir que me mojas con la lluvia de tu cuerpo!
La mujer imperceptible lo vé todo, y luego se va. Flor de loto lo escucha escondida tras de un
árbol y deja ver su pantorrilla desnuda. Con picardía lo llama con una mano.Él corre hacia
ella, pero ella se le escurre.
Por otro lado, de la mano, como una niña con su padre, la mujer concha y el hombre caballo
avanzan por entre las hojas marrones. Ella lleva en su mano flores, él una canasta con frutas.
Hombre caballo descansa en la hojarasca del bosque, mientras come algunas uvas de un robusto
racimo. Mujer concha de mar se peina los cabellos y pinta sus labios con pétalos de rosa. Luego,
se unta aceite de coco en las piernas.
Mujer concha de mar termina de arreglarse, camina coqueta hacia hombre caballo, quien le da
de comer unas fresas de su boca.
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Mujer concha de mar: (Dulzona) ¿Y a ti que te gusta que te haga, mi pequeño tesorito?
Hombre caballo: A mi…a mi… a mi… me gusta… que… que… ¡que me la chupes! (Se
sonroja)¡Cuando estoy dentro tuyo, siento estar en el vientre de mi madre! (Se besan melosos)
Mujer concha de mar: ¡Uy! ¡Uy! ¡Uy! ¿Y cómo es adentro, mi potrito?
Hombre caballo: Es… es… es… es.. ¡calientito, esponjoso y húmedo!.
Ella se trepa en él como una niña, lo abraza. Hombre caballo la lleva cargando
Se escucha el cordófono de hombre toro. Él se acerca y mira al horizonte. Cerrando los ojos.
Hombre toro: Me gusta su voz. Esa melodía firme y tu carcajada estrepitosa. Pero, lo que más me
gusta son sus tetas. Me las comería de un mordisco. (Exhala)¡Te tengo unas ganas! (Mordiendo los
dientes) En su cuerpo y con mis manos pudiese entonar melodías perfectas… (Toca su instrumento
con vehemencia lo trata como a una mujer) Sólo al pensar en ti, siento que un árbol crece allí abajo
y se bambolea con el viento. Quiero juguetear entre tus pechos con mi árbol al viento, golpeando entre
tus dos montañas. (Silencio) ¡Y el árbol llueve sólo de pensarte! Quiero desanudar las tiritas de tu
vestido para que vuelva a caer y ver el bosque que guardas bajo tu ombligo. Quiero que me mires con
esa firmeza que me hace temblar... (Silencio) Cuando me clavas tus ojos; me sudan las manos, pero
yo sé que, con muchos besos largos entenderé tus acordes y seré yo, tu instrumento musical. Sería
un lindo juego… cambiar los roles y que tus manos fuertes me agarren las nalgas ¡Lameré este licor
de tu espalda y de tus carnosas nalgas! ¡Lo juro! (Busca huellas entre las hojas marrones) No hay
apuro mientras te siga los pasos. (Pretende salir y entra la mujer pantera que le ha venido
siguiendo)
MUJER PANTERA: ¡Yo vine siguiendo los tuyos!... A mí me encantaría que me desnudes con los
ojos, con esa especie de picardía y timidez. Que luego me acaricies despacito el cabello y me abraces
fuerte. ¡Me gustan tanto tus silencios! Y tu caricias en mis pechos; entre tímidas y atrevidas, y sentir
que luego se extienden hasta mis nalgas... (Mirándole a los ojos a quemarropa) Debes tener la
paciencia necesaria para primero deshacerme a besos. Me gusta saborear tu saliva y sentir como tu
respiración se va agitando... ¡Me gusta olerte y sentir tu miedo... y tus deseos juntos! Me gusta verte
sonrojar, adoro desarmarte… amarte y volver a armar. Me urge que comas de mi entrepierna y que
me hinques tu barba crecida. (Suspira)¡Cuando te veo todo es música! (Le arrebata la botella y
toma de ella) Mírame siempre a los ojos, ríe a carcajada abierta con ese, tu tono oscuro. Déjame
sentir ese demonio que crece en tu entrepierna al contacto de nuestros cuerpos. ¡Y cuando ya no
puedas más, sea yo quien me abalance a ti a desvestirte y comerte entero una y mil veces! Y que sea
yo quien te conduzca a la puerta lúbrica de mi mansión ardiente de placer. ¡Déjame estar sobre ti y
llegar al paroxismo del que habla ese libro y elevarme al cielo! (Le da un beso pequeño y susurra)
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Cuídame con ternura al caer. Para entonces; ya me habré entregado de tal manera que puedas hacer
conmigo lo que tú quieras. (Mujer pantera le quita la guitarra y se la pone al hombro, luego le
agarra de la mano y se lo lleva con ella)
Cantan:
“Nadie e insensible al placer.
No hay porqué avergonzarse
si el deseo es beber el agua del amor
que brota de nuestros cuerpos alegres”
II
Ya dentro del templo…
GLUPPY: (Muy arreglad@) ¡Bienvenid@s! ¡Qué gusto tan grande! Soy…
MUJER PANTERA: ¡Gluppy! Nos conocimos en sueños…
GLUPPY: ¡Sí, hermosa pantera negra! ¡Yo soy un ser de ensueño!
HOMBRE CIERVO:¡ Bienvenidos, pasen!
HOMBRE TORO:¡Maestro, el lugar es precioso!
MUJER ELEFANTA: ¡Sí, cuántos instrumentos!
MUJER FLOR DE LOTO: ¡Es maravilloso! Todo hecho en piedra tallada, y esas figuras desnudas
llenas de gozo y alegría.
HOMBRE LIEBRE: ¡Son posturas de alto nivel acrobático y vitalidad, tal y como las que se detalla
en el libro!
MUJER PANTERA: ¿Mi libro?
HOMBRE CABALLO: Mi libro.
GLUPPY: (Elocuente) Un libro, como el cuerpo, es del disfrute de quien lo lee.
MUJER CONCHA DE MAR: No importa. Miren aquí, hay una biblioteca enteras y con libros más
exótico que ese. ¡Uy! Y los espejos en el techo me hacen ver tan hermosa! ¡Pero miren la comodidad
de las alfombras y la gran variedad de cojines de todos los tamaños!
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Mujer elefante: (Comiendo una manzana) Mmm ¡Y, hay gran variedad de fruta y bebida! (Bebe
de una copa) Esta es deliciosa… tiene jengibre, canela naranja y fresa. Mmm.
Hombre ciervo: ¡Hagan lo que les apetezca! Están en su casa. La única regla es que: ¡No hay reglas!
(Guiñando un ojo a la elefanta) ¡Todo es posible mientras la tierra, la luna y el sol existan…
Recuerden que: todo lo que con juego y con consentimiento se resuelva, ¡es enteramente posible!
Tú. (Tomando suavemente a la mujer elefante de la mano) Tú, Ayúdame a encender los
candelabros que ya llega la noche. Unos deben ir a conseguir piedras hembra del río para encenderlas
y, así mantener el ambiente temperado y sahumar especias. Otros, a pelar, un echinopsis
pachanoi… (Todos regresan a ver) Son esos cactus gigantes que están en el jardín. Agarren el que
les parezca más robusto, erguido y dispuesto. (Todos se ponen a hacer sus labores, menos el
hombre toro)
GLUPPY: Yo estoy para ayudarlos. Y luego, ¡lles maquillaré y les vestiré con ropas coloridas
acordes con la velada!
HOMBRE TORO: ¡Disculpe maestro!... ¿Me dejaría entonar algo en sus cordófonos?... ¡Me pican
las manos!
HOMBRE SIERVO: (Sonríe) ¡Claro! ¡Sigue! ¡Sigue! Pero, que sea algo a trece octavos, mira que
mis instrumentos tienen una afinación especial.
Hombre toro y hombre ciervo empiezan a tocar melodías con todos los instrumentos de cuerda.
Mujer elefanta también se integra con entusiasmo. Luego hombre liebre, se une con la percusión
menor en una extraña vasija agujereado. La mujer de loto baila de una forma seductora y
majestuosa moviendo sus caderas. La mujer pantera está entusiasmada revisando muchos
libros. La mujer concha de mar, de vez en vez, da de comer en la boca uvas a hombre caballo.
Gluppy los viste y maquilla mientras pelan el cactus y colocan su corteza en una fuente para
luego repartirla entre los presentes. Hacen un jugo con el resto de cactus, jugo del que todos
beberán por turnos. Todos ríen. De pronto, mágicamente los instrumentos siguen sonando
solos y todos bailan alegres, se besan, se abrazan y hacen con sus cuerpos extrañas formas
parecidas a mandalas. Todos son un solo amasijo de cuerpos, no se distinguen ya; si son
hombres, mujeres o peces Se miran pies y manos que parecen corresponder a otros cuerpos. El
ambiente huele a jazmín que se humea al calor de brasas incandescentes, son las piedras de río.
De vez en cuando, algunos fuman algo de una extraña pipa persa grande y dorada que hace que
todos rían sin poder contenerse. Pedazos de cuerpos se reflejan en los espejos. Están alumbrados
solo por velas y hay mucho vapor en el ambiente. En el fondo, suena el viento del otoño.
HOMBRE CIERVO: ¡Eso, eso! ¡Déjense llevar, somo solo cuerpos, hechos de la misma piel!
¡Cualquier postura es insatisfactoria cuando el beso con otro es imposible!
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Por un momento los cuerpos reposan abrazados entre todos bajo las majestuosas aletas
coloridas de Gluppy. Luego se van desmembrado. Hombre caballo abrazado a hombre liebre,
en el centro de ellos mujer concha de mar. Mujer flor de loto con mujer pantera. La mujer
elefanta y el hombre toro yacen besándose apasionados en una esquina. La mujer pantera, los
escucha y luego, los mira sin parpadear. Parece temblar, sus ojos se hacen agua. Lentamente y
de manera agazapada se acerca a la pareja y arrastra de los pelos a la mujer elefanta. Las dos
mujeres comienzan a luchar casi desnudas sobre la alfombra. El hombre ciervo trata de
separarlas. El hombre toro se recluye en una esquina perturbado.
HOMBRE SIERVO: ¡Basta! ¡El ego sólo comprende el lenguaje de obtener. El amor es el lenguaje
del dar. El ego sólo comprende el lenguaje de obtener. El amor es el lenguaje del dar!
MUJER ELEFANTA:¡Es mío, es mío, mío!
MUJER PANTERA: ¡Nadie es de nadie, nadie es de nadie, ese no es el juego! (Silencio) Sin
embargo a él, yo lo conozco como si fuese hecho con la mitad de los colores que me complementan.
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Basta, basta!
MUJER ELEFANTA: ¡Es mío, es mío, mío!
HOMBRE SIERVO: ¡Allí radica el mal de toda la desgracia, en esa palabra tan corta!
MUJER ELEFANTA: ¡Es mío, es mío, mío!
MUJER FLOR DE LOTO: (Entra gritando) ¡Fuego, fuego, los candelabros están en el suelo y
todo el templo arde en llamas. Fuego, fuego!
HOMBRE LIEBRE: (Valentón) ¡Tranquila preciosa, estás conmigo! Pero, (Temeroso) ¿por dónde
salimos ahora?
Todo se llena de humo. No se ve nada. Solo se escuchan gritos.
GLUPPY: ¡Auxilio! Auxilio!
HOMBRE CABALLO: ¡Por acá, por acá hay una salida. Todos por acá!
MUJER CONCHA DE MAR: ¡Negra, negrita! ¿Dónde estás?
MUJER ELEFANTA: Ven, la salida es por acá.
HOMBRE TORO: Espera. Hay que ayudar a… los demás. ¡Maestro, ¿dónde está maestro? ¡Déjeme
ayudarle!
GLUPPY: ¡Socorro! ¡Socorro!
HOMBRE CIERVO: Huyan ustedes, yo ya cumplí lo acordado. Hay tres barcas en la orilla de la
isla, en cada barca sólo pueden ir dos. Váyanse en parejas… que sean diversas, como ustedes quieran.
Dos, siempre es mejor que uno.
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Los demás salen. El fuego lo consume todo. Solo se escucha la tos del hombre ciervo y de la
mujer pantera y los gritos de Gluppy Fin del otoño. Fin del tercer acto.
INTERMEDIO PEQUEÑO: Para repartir frutos secos.
20 AÑOS DESPUÉS.
Otra vez; una mujer de edad madura, la de la escena inicial, aproximadamente de cuarenta
años, están en el mismo puerto del inicio. Mira los barcos partir y llegar. Hace frío, tiene la
mirada perdida en el horizonte. Detrás de ella una ciudad de altas edificaciones. En sus manos
sostiene un libro antiguo. Ella cierra el libro y lo oprime contra el pecho. Tiene los ojos llorosos.
Un hombre barbado de la misma edad de ella se baja de un navío, la divisa y va hacia ella. Son
la mujer pantera y el hombre toro, mucho tiempo después.
Hombre: Hola.
Mujer: (Se queda en silencio, lo mira por segundos largos, le acaricia la barba. Los dos se
abrazan) Toma, lo escribí para ti. (Le da el libro)
Hombre: Gracias (La mira a los ojos con encanto y seguridad) ¡Sí, eso quería, solo eso! Mírame
con esos ojos lindos ojitos tristes. ¡Púrpura, bella mujer púrpura!
Mujer: ¡Azul, hombre azul de frecuencias altas! Sabes, todas las noches, durante estos veinte años
las escuchaba entre sueños y también, escuchaba tu voz que me decía:
Los dos: Desnudé el lazo de tus negros cabellos y arrojé lejos tu guirnalda de flores, luego probé tus
labios y el néctar de tu sonrisa y besé con arrebato la colina de sus senos. (Un silencio hermoso)
Mujer: ¿Por qué te fuiste?
Hombre: No sé, sentí que algo no fluía,me fuí a buscarme. (Silencio largo)
Mujer: Y, ¿cómo va la… familia?
Hombre: Tengo dos hijos… ya están grandes.
Mujer: ¿Con Eli?
Hombre: Solo uno es de ella, al otro casi no le veo…
Mujer: Entiendo, la monotonía causa saciedad y la saciedad...desgano
Hombre: Estas linda, (Con picardía) Y tus tetas siguen igual de hermosas…
Mujer: (Acariciándole el cabello) Me gustan tus canas. El tiempo te viene bien… ¿Vienes para
quedarte?
Hombre: Tal vez… ¿Cómo estás?...¿Y qué pasó con el maestro, aquella vez?
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Mujer: Yo… bien. No hay mejor soledad que estar con uno mismo… ¿No lo supiste? El maestro
murió en el incendio (Silencio mutuo) Yo logré salvar algunos libros con la ayuda de Gluppy. Luego
con el tiempo y la ayuda de la gente, que poco a poco llegó a la isla, hicimos del templo un museo.
Hoy lo conocerás. Hubo que reinventarlo todo. ¿Sabes? ¡Ese es el juego! Re Inventarse y reinventarse
las veces que sean necesarias para seguir viviendo...Yo, escribí este libro durante todo este tiempo…
pensando en ti. Tú te fuiste en la barca en el mar del amor y yo… yo...
Hombre: (La besa) No digas nada. Es mejor así. (En son de broma) Sabes, el hombre liebre subió a
la barca con la mujer flor de loto, pero ella no aguantó su intensidad y prefirió saltar y continuar a
nado. La mujer concha de mar huyó sola en una barca…
Mujer: (Riendo) Claro, el hombre caballo ahora es pareja de Gluppy. (Él saca de su maleta una
botella de licor)
Hombre: Prometí beber licor de tu espalda y de tus nalgas. Te traje esto. (Le da la bebida)
Mujer: Hoy será una noche perfecta, presiento que será un invierno ardiente... la luna está
creciendo… el tiempo desaparece cuando el amor te encuentra, y tengo una cama circular con las
sábanas bordadas y almohadones de todos los tamaños esperando…Me muero de ganas de hacerte una
hija (Ríe) Claro, sólo si tu quieres... (Ella le ayuda a llevar el estuche de la guitarra y el lleva su
amplificador. Va agarrados de la mano. Se escucha ambiente de fiesta: Entran mujer concha,
hombre caballo, mujer flor de loto, hombre liebre y mujer elefanta y Gluppy bailan e invitan a
bailar)
Cantan:
Jubilosos vamos en busca del perfumado jardín.
Nadie es insensible al placer.
No hay porqué avergonzarse,
si el deseo es beber el agua del amor
que brota de nuestros cuerpos alegres.
Los trémulos ojos quedarán azorados por el deleite.
Abandonados en el latir de la pasión, los cuerpos, después del amor, son como cisnes en un estanque
de lotos.
Invitan a los presentes a bailar y ofrecen vino. Fin
DB 20-10-16 (Segunda corrección mayo- 2018) Nota: TEXTO EN CONSTRUCCIÓN. DERECHOS
RESERVADOS