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EL GRAN REGALO DEL ESPÍRITU SANTO

¿Qué regalo grato has recibido en tu vida? Un regalo agradable tiene unas características
sencillas como la funcionalidad, la oportunidad, la solución de conflictos y problemas, el
impulso que da una actividad a la vida, la distinción que causa, en ocasiones el costo que
tiene el regalo. Así que hay regalos inútiles y considerados basura porque no aportan algo
nuevo a la persona que los recibe. Además los regalos exigen dos actitudes importantes:
saber dar y saber recibir. Así que avancemos a las dimensiones trascendentes.

El gran regalo, con las mejores cualidades y funcionalidades es el Amor de Dios, que se
llama Espíritu Santo (Rom 5,5). El gran Padre quiso manifestar su amor con regalos cada
vez más grandes y crecientes. El primero es la creación y, con ella, la existencia humana. El
segundo es su hijo Jesucristo y la salvación del pecado y de la muerte. El tercero es el
Espíritu Santo, con una gran cantidad de dones, carismas, frutos, virtudes y acciones a favor
de la nueva vida del ser humano.

El gran Padre da regalos con amor, con generosidad, edificantes, oportunos, que proyectan
al ser humano a ser mejor y a crecer constantemente hasta alcanzar su plenitud, generando
nuevos dinamismos. Así que en ésta semana tomamos conciencia del regalo del Espíritu
Santo en la fiesta de Pentecostés, donde se realiza la entrega de quien hace crecer la
comunidad cristiana, hace testigos y conduce a vivir con el poder de Dios.

El gran Padre y su hijo Jesucristo entregan su amor generosamente, sin embargo piden a sus
discípulos una disposición: la de recibir. Cuando Jesús Resucitado se presenta a sus
discípulos les dice: “reciban el Espíritu Santo” (Jn 20,22); cuando sube a los cielos les dice:
“ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo” (Hch 1,8), para que en el desbordamiento de
Pentecostés “todos queden llenos del Espíritu Santo” (Hch 2,4). De manera que cuando los
discípulos explican lo ocurrido invitan a los oyentes a que “reciban el don del Espíritu
Santo” (Hch 2,38).

La acogida del Espíritu Santo es muy importante, porque es la apertura a la Vida, al Amor y
al dinamismo de la existencia. El gran Padre se desborda con generosidad para que nosotros
recibamos con disposición a su Espíritu y, de esa manera, llenarnos de su divinidad. La
principal actitud que debemos desarrollar es saber recibir el gran regalo, el fuego divino, el
viento nuevo, el impulsador y el Amor divino.

Algunas personas no saben recibir por deficiencias en la autoestima, por complejos de


culpa, por miedo al compromiso, por temor al rechazo o a quedar mal en lo que se realiza.
Otras porque fueron enseñadas a que no son dignas de tales regalos, están cargadas de
defectos y pecados, de manera que no son dignas de ser bendecidas con tanto poder
creador.

Para quienes reciben el gran regalo, viene la construcción de un estilo de vida en la que se
trasciende en la historia para transformar los ambientes sociales en los que nos movemos.
Con el regalo del Espíritu Santo comienza en el ser humano un dinamismo que impulsa a
acciones como las que aparecen en el evangelio según Juan 20,21-23: vive en paz y hace la
paz, comienza una nueva creación, perdona los pecados de los ofensores y genera nuevos
ambientes comunitarios. Además genera unidad para mostrar las maravillosas acciones de
Dios.

En otras palabras, las personas que reciben y viven bajo la actividad del Espíritu se
convierten en seres con características divinas, llenas de sabiduría, inteligencia especial,
consejo, fortaleza interior, compasión con las personas que sufren, crecimiento en la fe,
aumento del discernimiento, lo que conduce a asumir un estilo de vida de salvados y por
ello hacen milagros cotidianamente. La fuerza para trascender se fortalece porque se
conecta con la fuente de la vida, el dinamismo de la existencia adquiere nuevas
dimensiones y las capacidades para construir familiar nuevas se hace una realidad.

Es maravilloso conocer personas que se conectan con el gran Padre para vivir movidos por
la acción amorosa del Espíritu Santo, porque han superado los prejuicios de trabajar la
espiritualidad, se han conquistado a sí mismos, tienen una visión clara por la que luchan
hasta alcanzarla, despliegan el uso de los dones y carismas recibidos, se vuelven canales de
bendición por su estilo de vida conforme a los frutos y virtudes del Poder de Dios.
Debido a que eres un ser humano, tu ya tienes el Amor divino y todas las fuerzas del
Espíritu, debes disponerte para usarlo bien en favor de procesos constructores de una
sociedad mucho mejor que la actual.

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