Cumplir 40 años de edad es todo un suceso. Si bien estamos seguros de que aún eres joven de espíritu, cuando alcanzas los 40 es momento de hacer un balance de tu vida y de ajustar tus objetivos. Adoptar un enfoque indiferente como si fueras a vivir para siempre es cosa del pasado. Ha llegado el momento de enmendar tus excesos y de enfrentar lo que has estado postergando. No aportar a un plan de ahorro registrado para la jubilación (Registered Retirement Savings Plan, RRSP), mala salud dental, malos hábitos y elecciones riesgosas... aquí te presentamos algunos de los patrones de mal comportamiento que deberías remediar de inmediato. Vivir al día De acuerdo con un estudio llevado a cabo por el sitio web CareerBuilder, el 78 % de los encuestados admitió vivir al día, y una de cada cuatro personas no aparta nada de dinero para ahorros. Este hábito podría tornarse problemático si no acabas con él cuando llegas a los 40. ¿Cómo les harás frente a las sorpresas de último momento, las emergencias y las necesidades de tus hijos que varían en cada etapa? Es hora de acudir a un consultor financiero y preparar tu presupuesto para anticiparte a los giros imprevistos. No aportar a tu fondo de jubilación “¡Más adelante ahorraré para mi vejez!” Por más cliché que pueda resultar, cuanto antes comiences a hacerlo, mejor. De acuerdo con un artículo del periódico The Globe and Mail, no hay necesidad alguna de desesperar si aún no has comenzado a invertir en un fondo de jubilación; tan solo deberás esforzarte más en pos de lograr tus objetivos, afirma Sadiq Adatia, director de inversiones de Sun Life Global Investments. Los planificadores financieros advierten que quienes tienen más de 40 deberían ponerse en marcha. Recuerda, no puedes contar con gozar de buena salud para toda la vida; por ello, no pierdas tiempo. No someterte a controles médicos o no buscar un médico de cabecera Antes de cumplir 40, solemos creer que viviremos por siempre y que las enfermedades son para otras personas. Sin embargo, no visitar al médico para someterte a controles periódicos puede tener graves consecuencias. Cuando superas los 40, es momento de comenzar a controlar determinados factores, como los niveles de colesterol, el riesgo de padecer diabetes, etc. También es tiempo para buscar un médico de cabecera, en caso de que aún no cuentes con uno. Visita este enlace donde encontrarás ayuda para planificar tus controles médicos. Beber alcohol en exceso El alcohol está presente en muchos momentos importantes de nuestras vidas: noches con amigos, cenas, fines de semana en una cabaña, cumpleaños, celebraciones y más. No hay nada de malo con tomar un vaso ocasionalmente, pero, a veces, las cosas pueden salirse de control. Ten presente que cuando alcanzas los 40 años de edad, se torna cada vez más difícil recuperarse de una noche de consumo excesivo. El abuso del alcohol e incluso el consumo en exceso afectan al cuerpo en su totalidad. Esto ataca al cerebro, la piel, el hígado y el corazón; y, a menudo, ocasiona aumento de peso. Controla la cantidad que bebes y, de ser necesario, modifica tus hábitos. No dormir lo suficiente Eres una persona sumamente ocupada que hace muchas cosas y participa en varios proyectos a la vez, pero ya no tienes 20. No puedes compensar la falta crónica de sueño durmiendo la siesta un par de horas adicionales los fines de semana. De acuerdo con un estudio llevado a cabo por el Sleep Council (Consejo del Sueño) del Reino Unido, las personas que duermen menos de 6 horas por noche tienen un 12 % más de probabilidades de morir jóvenes. Asimismo, la privación del sueño puede causar una variedad de dificultades con la concentración, el peso, la memoria, la diabetes, etc. No establecer una rutina La rutina suele confundirse con una repetición aburrida. Quienes recién cumplen los 20 evitan la rutina a toda costa, en busca de nuevas experiencias. Sin embargo, realizar tareas diarias en un orden determinado mejora el desempeño. Además, las rutinas nos ayudan a controlar mejor el estrés. Ahora que ya has superado los 40, esta es una lección que deberías tomar en serio. No hacerte exámenes de detección de cáncer de próstata “Los exámenes de próstata son para las personas mayores”. En la actualidad, 40 es exactamente la edad en la que deberías comenzar a pensar en consultar a un médico. El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más frecuente en los hombres. Por ello, ¿por qué correr ese riesgo? Es hora de dejar de postergar esta consulta. Cuanto antes te sometas al control, mayores probabilidades tendrás de que cualquier tratamiento posible sea exitoso. Ya no pasar tiempo con tus amigos Estás involucrado en 1001 proyectos. Gastas toda tu energía en el mantenimiento de la casa. Tu cónyuge suele ser un tanto dependiente, y tu vida familiar domina todo tu tiempo. Es posible que existan varios motivos por los cuales tus amistades han caído en el olvido, pero luego de cumplir los 40 es la época ideal para reavivar esas relaciones que has descuidado. No es necesario que te pongas en contacto con todos tus “amigos” de las redes sociales. Tan solo aparta algo de tiempo y de espacio para fortalecer tus relaciones de toda la vida, porque si no lo haces, corres el riesgo de acabar en soledad. Después de todo, los recuerdos son más agradables cuando son compartidos. Trabajar demasiado Ya hemos hecho cierta referencia a las consecuencias de no tener una rutina, o de no apartar tiempo, no guardar energía o no dormir lo suficiente. Algo que puede ocasionar todos estos problemas es trabajar en exceso. ¿Careces de las herramientas propicias para tu carrera, de organización o de dinero? Este es el momento para tomarte un descanso y reflexionar sobre lo que deseas hacer. No puedes mantener este ritmo de manera indefinida, y tu cuerpo de seguro sufrirá. ¿Qué es lo que necesitas? ¿Qué es lo que puedes modificar? ¿Necesitas volver a analizar tu plan profesional? Si continúas trabajando tanto, es probable que tus problemas solo aumenten. No concluir tus estudios ¿Estás cansado de tu empleo y deseas hacer algo diferente? ¿O te has quedado sin trabajo luego de una serie reciente de despidos? Podrías estar lamentándote por no haber dedicado más energía para obtener tu diploma. No esperes más. Averigua cómo continuar con tus estudios (o comienza un nuevo programa) a tiempo parcial o por Internet. Jamás es demasiado tarde para planificar el futuro. Olvidar apartar tiempo para ti La familia, el hogar, el empleo, los paseos, las obligaciones... honestamente, ¡es necesario ser una especie de pulpo! Sin embargo, incluso los pulpos deben relajarse en alguna que otra ocasión y pensar en algo más. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo realmente divertido, para ti y SOLO para ti? Deja de procrastinar y adopta medidas para tu propio bienestar. Algunos de los efectos positivos son una mejoría de los niveles de energía, productividad elevada e, incluso, relaciones personales más satisfactorias. No usar protector solar No, el protector solar no es tan solo para los niños. Tu piel está expuesta a los rayos solares todos los días. Si no la proteges, corres el riesgo de, tarde o temprano, pagar un alto precio. Evita los tratamientos contra el cáncer de piel a futuro al aplicarte protector solar antes de salir. Hacer poca actividad física o nada de ejercicio en absoluto ¿Acaso el sofá es tu mejor amigo? ¿Evitas hacer ejercicio? Pues entonces estás en un grave problema. Mantenernos en forma se vuelve un asunto cada vez más importante a medida que envejecemos. ¿Tienes dificultad para respirar o sientes algo de dolor cuando te levantas de la cama? Las personas inactivas corren el riesgo de sufrir hipertensión arterial, obesidad, ansiedad y otros problemas a medida que envejecen. Por ello, busca un gimnasio o una actividad ¡y comienza a moverte! Alimentarte mal No metabolizamos los alimentos de la misma manera a los 20 que a los 40. Las necesidades nutricionales también cambian con la edad. Definitivamente es hora de hacer a un lado la comida rápida y escoger, por el contrario, comidas saludables. Además, por si aún no lo has notado, tu estado de ánimo está directamente relacionado con tu digestión. Por ello, ¡comienza a seguir una dieta saludable! Comer demasiado rápido ¿Puedes devorar dos hamburguesas en cinco minutos? Fantástico. Pero, ahora que tienes más de 40 y ya no tienes a quién impresionar, por qué no tomarte las cosas con calma. Comer demasiado rápido no te ahorrará nada de tiempo. Por el contrario, este mal hábito podría ser la raíz de muchos problemas de salud, como, entre otros, diabetes, elevados niveles de colesterol, problemas cardiovasculares o aumento excesivo de peso. Aceptar demasiados compromisos La vida está repleta de relaciones, tanto en nuestra vida personal como en la laboral, que implican compromisos. Si bien tales obligaciones nos permiten vivir y trabajar juntos, existe un límite. En las relaciones románticas, por ejemplo, es fundamental encontrar una persona que te complemente. Evita sacrificar quién eres realmente para convertirte en lo que la otra persona espera. Aceptar demasiados compromisos podría llevarte a acceder a una situación desagradable que algún día podría acabar de manera explosiva. Tómate un momento para reflexionar. ¿Acabas involucrado en demasiados compromisos? ¿Aceptas situaciones que en realidad deberías intentar cambiar? Este es el momento para hacer un balance. Jamás decir que no Al igual que aquellas personas que aceptan demasiados compromisos, quienes siempre dicen que “sí” acaban creando situaciones de las cuales podría resultar difícil escapar. Involucrarte en demasiados compromisos y aceptar muchas responsabilidades inevitablemente comenzará a pesar mucho sobre tus hombros, sin importar cuán fuerte seas. No puedes, ni deberías, cargar el peso del mundo. Decir que “no” demuestra respeto por tu propio bienestar, así como por el de aquellas personas a las que les has dicho que “sí”. Aprende a brindarles apoyo a los demás, a la vez que atiendes tus propias necesidades. Aún no es demasiado tarde. Conservar un empleo por los motivos equivocados Tu empleo, o el entorno en el cual trabajas toda la semana, te genera suma infelicidad, pero, aun así, asistes día tras día. Resulta sencillo justificar tus elecciones con excusas financieras o de otra índole, como recibir un cheque de manera regular o un buen plan dental, que se haya vuelto un hábito o contar con un fondo de pensiones, pero ¿a qué costo? Podrías ir camino a sufrir depresión o desgaste profesional. No pierdas tiempo y busca una solución. Considera tu edad como un activo ante la mirada de determinados empleadores. Y, nuevamente, nunca es demasiado tarde para cambiar. ¿No te agradaría ir al trabajo cada mañana con una sonrisa en el rostro? No ser capaz de pasar tiempo a solas Con la familia, los amigos, los colegas y demás, a veces resulta difícil estar solo en esta sociedad actual tan ajetreada y demandante. ¿Serías capaz de pasar todo un fin de semana solo contigo como compañía? Si tu respuesta es negativa, es hora de arreglar esa situación. A medida que envejecemos, nuestra red social tiende a estar menos disponible. Cuando alcanzamos los 40, las obligaciones de la vida (hijos, tareas que demandan mucho tiempo, etc.) dominan nuestros días. Aprender a pasar tiempo a solas es fundamental. No necesitas a otras personas para disfrutar de una velada agradable. Publicar absolutamente todo en las redes sociales En su momento, publicar un comentario o compartir determinado artículo probablemente parecía divertido, o relevante, pero ¿realmente has llegado tan lejos? Las declaraciones irrespetuosas, o quizás incluso inapropiadas, sobre las personas o las empresas podrían ser costosas a medida que envejeces. De hecho, aproximadamente el 70 % de los empleadores ahora revisa los historiales “en Internet” de los candidatos. Piensa en ello la próxima vez que hagas clic en “enviar”. Procrastinar ¿Sueles postergar todo hasta mañana, tus próximas vacaciones o para después de las fiestas? Este hábito sumamente perjudicial puede tener costosas repercusiones. ¿Cuántos proyectos has dejado sin concluir porque te has quedado sin tiempo? Cuanto más esperes para solucionar un problema, más probabilidades hay de que la situación se torne aún peor. ¿Por qué no dividir el proyecto en tareas más pequeñas que puedan concretarse día a día? Cuanto antes comiences, mayores beneficios obtendrás a largo plazo. Ignorar las fluctuaciones de peso Los malos hábitos alimentarios, el estrés y una agenda sobrecargada son tan solo algunos de los motivos por los cuales tu peso podría estar fluctuando, pero tales cambios no son buenos para tu cuerpo. Cumplir 40 significa que ya es tiempo de abordar este inconveniente. Adelgazar es un buen punto de partida. No minimices el impacto que el aumento de peso tiene sobre tu salud en general. A los 40, si tienes dudas, debes consultar a un médico o comunicarte con una línea de salud profesional. No practicar sexo seguro Si bien confías en tus parejas, lo cual es un factor positivo, podrías estar poniendo tu salud, y la de ellas, en riesgo. Si usar protección disminuye el placer, es hora de cambiar de perspectiva. Las infecciones de transmisión sexual, si bien podrían no ser mortales, podrían alterar tu vida en gran manera. Por más que actualmente las personas estén mejor informadas, las ITS aún son frecuentes. Por ello, si tienes varias parejas sexuales, asegúrate de usar protección. Subestimarte constantemente Vales más de lo que crees, y desvalorizarte constantemente a la larga te llevará a la falsa creencia de que eres una persona indigna. De por sí ya recibes suficiente de este tipo de trato del resto del mundo, por lo que no hay necesidad alguna de que tú también lo hagas. Deja de ser tu propio peor enemigo. Elabora una lista de tus virtudes y envejece con confianza. ¡Te lo mereces! Soportar un entorno estresante El estrés se trató desde el punto de vista médico por primera vez en 1936, y aproximadamente cientos de años más tarde, aún nos referimos a este como la “enfermedad del siglo”. Algunos de los efectos bien documentados del estrés en la salud son temblores, tartamudeo, dolores de cabeza, problemas digestivos, palpitaciones cardíacas y dolor muscular. Si esta es una descripción de tu existencia diaria, haz una lista de los aspectos estresantes de tu vida y comienza a buscar soluciones. Nadie, excepto tú, puede resolver este problema. Olvidar conservar los souvenirs físicos Aprecias el momento, es cierto, pero debes tomarte el tiempo para guardar uno o dos souvenirs. Tomar una fotografía de un evento especial o filmar la actuación de tu hijo te permite conservar un recuerdo tangible. Desde luego, jamás olvidarás los grandes momentos, pero, a menudo, suelen ser los pequeños detalles los que hacen que la vida resulte interesante. Así es que, antes de perder demasiados recuerdos al envejecer, conserva algunos. Tus seres queridos lo apreciarán. No pasar el tiempo suficiente con tus hijos Desde luego, si bien tus hijos siempre serán tus bebés, no serán pequeños para siempre y, a medida que crezcan, tus interacciones con ellos naturalmente disminuirán. Aprecia el momento ahora. Juega con ellos. Participa en sus actividades. Reprograma una reunión; posterga tu trabajo hasta mañana. Este es un pequeño precio a pagar a fin de pasar tiempo de calidad con tus hijos ahora, cuando aún tienes la energía para hacerlo. Depender demasiado de la opinión de los demás Considerar las opiniones de los demás es normal. Pero permitir que estas gobiernen por completo tus pensamientos y acciones es equivalente a dejar que los otros definan quién eres. Escucha nuestro consejo, se trata de un hábito peligroso. Eres un individuo único, y si esta jamás ha sido una de tus prioridades, ya es tiempo de cambiar dicha actitud. Concederle tanto poder a otra persona solo hará que comiences a sentirte deprimido. No cocinar Pasar tiempo cocinando y comiendo es uno de los grandes placeres de la vida, aunque muchos adultos jóvenes podrían no estar de acuerdo. Sin embargo, los restaurantes y los paseos, sin mencionar las comidas listas para consumir, pueden ser costosos. Es hora de pensar en economizar (después de todo, tienes que hacer aportes para el fondo de jubilación). En Internet es posible encontrar muchas recetas para cocineros de todos los niveles de habilidades; por ello, no hay excusas para continuar gastando dinero de manera innecesaria. Asimismo, preparar tus propias comidas te otorga el control sobre lo que ingresa a tu organismo. Alimentarte mal te hace envejecer de manera prematura, así es que procura asumir el control. ¡Piénsalo! Ignorar tu puntuación crediticia Vivir el momento sin lugar a dudas tiene sus beneficios, pero solo hasta determinado punto. Las malas decisiones y los pagos atrasados acabarán impidiendo que hagas lo que deseas. Ahora tienes la edad suficiente como para considerar hacer grandes compras, como una vivienda, un chalé o un auto familiar, pero una mala puntuación crediticia impedirá que poseas tu propia vivienda, realices viajes e inviertas. Estás involucrado en un juego peligroso con graves consecuencias, y ya es hora de volver a evaluar tus decisiones. Automedicarte Acceder a información sobre salud en Internet de seguro es útil; sin embargo, esto también permite que resulte sencillo autodiagnosticarte, lo que puede llevarte a la automedicación y a repercusiones perjudiciales para tu salud. Si recurres a medicamentos de venta libre para aliviar el estrés, el insomnio u otros inconvenientes, ¿cómo puedes estar seguro acerca de qué medicamentos son adecuados para ti y sobre cuándo —o cómo— dejar de consumirlos? Consulta con tu médico o farmacéutico para cerciorarte de estar haciendo lo correcto. Después de todo, estos profesionales han estudiado mucho durante años para ofrecerte un buen asesoramiento. Hablar un solo idioma ¿Hablas únicamente un idioma de manera fluida, a la vez que sabes un par de palabras en francés, inglés o japonés? Este es el momento ideal para aprender de manera apropiada un segundo o un tercer idioma. Es posible incluso que se te abran más puertas a nivel profesional. De seguro disfrutarás de viajar más y quizás te enamores de una nueva cultura. Y no olvides que, a medida que envejeces, se torna más difícil (¡pero no así imposible!) aprender un nuevo idioma. Cuanto antes comiences, más sencillo te resultará. Guardar rencor Existe una edad en la que comenzamos a preguntarnos “¿Qué podría tener de bueno guardar todos esos viejos rencores?”. Nos damos cuenta de que sencillamente es hora de seguir adelante. Esto suele pasar cuando alcanzamos los 40. ¿Antiguos pleitos con amigos o familiares están impidiendo organizar cenas o salidas? Si lo analizas con detenimiento, podrías descubrir que ni siquiera recuerdas qué fue lo que dio inicio al conflicto. La vida es corta, y tienes mejores cosas que hacer que estar enojado con alguien como consecuencia de algún motivo poco claro o erróneo. Renunciar a un sueño Aquí no nos referimos a la procrastinación de la que hablamos anteriormente, sino a la tendencia a considerar un proyecto como algo imposible. ¡Adelante! ¿Qué tienes por perder? Si lo logras, ¡excelente! Y si no funciona, al menos tienes el consuelo de haberlo intentando, y lo que al principio podría haber parecido un fracaso, podría convertirse en un fantástico plan B. El que no arriesga no gana. Por ello, ¡cierra los ojos y lánzate al vacío! A menos que estés conduciendo, por supuesto. Jamás asumir un riesgo Hablando de postergar proyectos, si el riesgo es lo que te causa temor, recuérdate que las posibilidades de éxito suelen ser mucho mayores de lo que crees. Por lo general, sobrestimamos la cantidad de cosas que podrían salir mal. Es necesario deshacerte de este mal hábito, ya que impide que alcances tus objetivos y aproveches todo tu potencial. No visitar a tus padres o a tus abuelos ¿Tienes más de 40 y tus abuelos aún viven? ¡Considérate una persona afortunada! Si aún gozan de buena salud, aprovecha esta ventaja lo máximo posible. O bien, si ese no es el caso, visítalos cada tanto. No acabes lamentándote por haber perdido una oportunidad cuando ya sea demasiado tarde. Los abuelos pueden ser un recurso invaluable, si se lo permites. Desde luego, lo mismo ocurre en el caso de tus padres.