A finales del siglo XIX, Sigmund Freud desarrolla al Psicoanálisis como un método
para explorar los procesos mentales inconscientes. A partir de los trabajos de Freud,
acepta que la sexualidad está presente desde la infancia y se desarrolla hasta la edad
adulta.
La sexualidad se constituye desde la infancia como la búsqueda de un placer que se
apuntala en las necesidades fisiológicas pero que las sobrepasa. Freud lo ejemplifica
con el chupeteo. Cuando un bebé nace, su reflejo de succión existe para que pueda
satisfacer la necesidad biológica de alimentarse. Además, se establece un vínculo
estrecho con la madre mediante el amamantamiento, el acto de ser alimento. Es un
momento idílico entre ambos, en el cuál ella lo mira y acaricia: la primera experiencia de
satisfacción.
El niño utiliza su sexualidad, no sólo como fuente de placer, sino que también como
fuente de conocimiento. Es un medio para comprender el mundo, para divertirse, para
relacionarse, para conocerse a sí mismo y conocer a los demás. Las etapas de
desarrollo del niño son muy diversas y complejas, pero se puede decir a grandes rasgos
que antes de los cinco años las conductas relacionadas con la sexualidad son el mamar,
el chupar, el querer percibir todo con la boca, bailar, abrazarse, tener objetos de textura
suave, e inconscientemente manejan cierto placer con la actividad de higiene y limpieza
a la que son sometidos comúnmente por la madre.
Por lo que, la sexualidad infantil. Se desarrolla y expresa fundamentalmente a través de
la curiosidad (observación, manipulación, autodescubrimientos, fisgoneo o preguntas) y
el juego (exploración, imitación e identificación).
Son múltiples y de gran trascendencia las cuestiones referidas a la sexualidad que están
presentes desde el nacimiento y en la primera infancia. Éstas son algunas de ellas:
¥ El descubrimiento del propio cuerpo y la experimentación de sensaciones a
través de la autoexploración y de los contactos (caricias, besos, abrazos...) con
otros cuerpos.
¥ Las relaciones y los vínculos afectivos con las figuras de apego y los
sentimientos hacia ellas.
¥ La conciencia del propio sexo y de la existencia del otro y de las diferencias entre
ambos.
¥ Las primeras nociones sobre los estereotipos y características asociadas a lo
femenino y a lo masculino.
¥ La curiosidad por el cuerpo adulto (masculino y femenino) y por el de otros niños
y niñas.
¥ El interés por el propio origen, la reproducción y las relaciones sexuales y
amorosas entre personas adultas.
Sexualidad en la adolescencia.
Los impulsos instintivos, que rigen todas las acciones del pequeño durante la primera
infancia, quedan latentes, y despiertan al cabo de unos años con el inicio de la pubertad.
Debido a esto Freud considero a esta etapa como el momento de aparición del instinto
sexual. En esta etapa se comienzan a producir varios cambios; el joven se desarrolla
física y mentalmente, adquiriendo los caracteres sexuales secundarios como la nuez en
los hombres o el ensanchamiento de las caderas en las mujeres, convirtiéndose así en
un ser sexual.
Los cambios que se producen en la sexualidad pueden enmarcarse dentro de las etapas
de la adolescencia y la pubertad, ya que las transformaciones físicas y mentales
condicionan sobremanera el desarrollo de la sexualidad y de la identidad sexual:
¥ Adolescencia temprana (11-13). Esta etapa se caracteriza por la velocidad de
los cambios físicos en el adolescente, el joven se encuentra aún lejos del deseo
sexual adulto, por lo que se presenta como una fase de autoexploración(a
menudo a través de la masturbación), debido a los nuevos cambios físicos y
psíquicos que experimenta (como la aparición de los primeros impulsos sexuales
y de la espermarquia o primera eyaculación), y también de exploración del
contacto con el otro sexo.