Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre, entraré en
su casa y cenaré con él y él conmigo”. (Ap 3:20)
Iniciemos nuestro taller con la oración que San Juan Eudes propone para
disponerse a orar:
“Adoremos a Dios, nuestro Padre. Reconozcamos ante él nuestra incapacidad para
orar debidamente. Entreguémosle nuestro corazón y nuestro espíritu con el deseo
de hacer esta oración únicamente por su amor.
Entreguémonos a nuestro Señor Jesucristo para que nos llene de su Espíritu Santo,
puesto que sólo animados por este Espíritu podemos orar como conviene.
Roguemos a la Virgen María, a los ángeles y a los santos, nos concedan la gracia
de hacer bien esta oración”.
Según San Juan Eudes en la oración mental, también llamada oración interior: “el
hombre se entretiene interiormente con Dios, sobre alguna de sus divinas
perfecciones, o sobre algún misterio, virtud o palabra del Hijo de Dios, o sobre
alguna de sus obras en el orden de la gloria, de la gracia, de la naturaleza, en su
santa Madre, en sus santos, en su Iglesia y en el mundo natural. Usa del
entendimiento para considerar con atención suave y fuerte, las verdades que se
encuentran en el tema escogido, capaces de llevamos al amor de Dios y al odio de
nuestros pecados. Luego el corazón y la voluntad producen actos y afectos de
adoración, de alabanza, de amor, de humildad, de contrición, de ofrenda y de
propósito de huir del mal y de obrar el bien, y otros semejantes según las
inspiraciones del Espíritu de Dios.
No hay palabras para ponderar cuán santa, útil y llena de bendiciones es esta forma
de oración. Por eso, si Dios te llama a ella y te da la gracia, debes darle gracias
como de un don precioso. Si aún no te ha dado esa gracia, pídesela y pon de tu
parte lo necesario para corresponder a ella y para ejercitarte en ella. Dios te la
enseñará mejor que todos los libros y maestros del mundo si te postras ante él con
humildad, confianza y pureza de corazón”. (San Juan Eudes, Vida y Reino. Obras
Escogidas).
Esto que propone San Juan Eudes fue muy importante en su época y sigue siendo
importante hoy por varias razones:
Primero: Porque nos recuerda que lo importante en la oración es estar enfocados
(centrados) en Dios y todo lo relacionado con él.
Segundo: Porque nos recuerda que hay que amar a Dios y odiar el pecado, lo cual
tiene que verse reflejado en un estilo de vida saludable.
Tercero: Porque nos recuerda que hablar con Dios es siempre iniciativa de él, por
lo tanto es un don divino que no depende de nuestras buenas intenciones.
Cuarto: Que como todo don de Dios, sino lo tenemos lo podemos pedir con la
certeza que si es para su gloria y para nuestra santificación él nos lo concederá, lo
cual significa, como lo dice claramente San Juan Eudes, que a orar se aprende
orando, más que un libro o un maestro, lo que se necesita es arriesgarse a hacerlo
con amor y constancia
En la obra que tenemos de referencia (Vida y Reino), San Juan Eudes nos deja ver
lo que bien podríamos llamar un modelo o estructura esencial de la meditación del
cristiano, dicha estructura tiene su lógica y su fundamento en la “psicología del
encuentro con Dios”, encuentro que es tipificado por el Santo Francés como un
diálogo amoroso entre Dios (que se revela) y el hombre que lo llega a descubrir y
reconocer y en virtud a ello “responde”.
Reflexionemos
¿En qué se enfoca la mente cuando se hace la oración mental?
¿Para qué sirve este tipo de oración?
¿Es un regalo de Dios o es un invento humano?
¿Qué podemos hacer si no tenemos el don de poder orar bien con nuestra
mente?
Son tantos los métodos de meditación como tantos son los maestros espirituales.
Pero un método es sólo una guía, lo más importante es avanzar con la ayuda del
Espíritu Santo sobre el único camino de la oración: Cristo Jesús. “En la búsqueda
de la propia vía cada uno se dejará guiar no por sus gustos personales sino más
bien por el Espíritu Santo, el cual lo guiará por medio de Cristo hasta el Padre” (MC,
29).
El P. Basset nos propone un método para la meditación, que en alguno de sus
escritos lo denominó P.I.C.A.R.O
P=Presencia
I= Invocación
C= Contenido
A= Afectos
R= Resoluciones
O= Ofrecimiento
Y lo explica así en el texto guía “Mi encuentro con Cristo”: Después de recogerte lo
mejor posible en la presencia de Dios y de invocar con fervor el Espíritu Santo leerás
una parte del tema escogido para meditar, procurando grabar en tu memoria una o
dos ideas principales. Entonces empezarás a reflexionar sobre estas ideas y aplicar
estas reflexiones a tu propia persona y a tu conducta. Cada aplicación será para ti
fuente de afectos espontáneos de humildad, gratitud, amor etc. Si no nacen
fácilmente, por ejemplo en un periodo de sequedad, tendrás que recurrir para
inspirarte a las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad o a los fines de la
oración: adoración, acción de gracias, contricción y petición. Naturalmente también
puedes hacer afectos de todas las demás virtudes, con profunda sinceridad.
Terminados estos afectos leerás otra parte del tema. Al final tomarás una resolución
de acuerdo con el tema meditado y a tus necesidades, y pedirás al Espíritu Santo
que te ayude a cumplirla con generosidad.
Reflexionemos
¿Cuál ha sido tu experiencia con el método propuesto por el P. Basset? ¿Si no
lo has seguido, cómo realizas tu meditación diaria? Compartir.
¿Lo que veo, lo que leo, oigo y mi mundo privado contribuyen a tener una
buena meditación? ¿Crees que eso influye en la meditación? ¿Por qué?
¿Qué hacer si los propósitos de mi meditación no salen, un día y otro? ¿A qué
te invita este consejo de san Agustín: "Haz tú lo que puedas, pide lo que no
puedes, y Dios te dará para que puedas”? (Sermón 43)
Aspectos a tener en cuenta para el ejercicio de la Meditación:
Reflexionemos
¿Te es difícil encontrar tiempo y lugar para meditar? ¿Cuáles son los mayores
obstáculos? ¿Qué debes hacer para superarlos?
Muchas veces, tenemos ideas erradas sobre la meditación que hacemos
diariamente: “no tengo tiempo”, “es aburrida”, “no sé cómo hacerlo”, “no siento
nada”, “no sé qué decir” etc. Pero ¿tienen algún sentido estas
afirmaciones? Ante estas ideas erradas ¿Qué podemos hacer?
Teniendo en cuenta las luces recibidas en este taller: ¿Conoces qué es lo
que más necesitas para mejorar tu meditación?
Bibliografía
San Juan Eudes, Vida y Reino. Obras Escogidas.
Oremos con San Juan Eudes
Catecismo de la Iglesia Católica
MC= “Carta a los obispos de la iglesia católica sobre algunos aspectos de la
meditación cristiana”: Congregación para la doctrina de la fe