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Jueces 16:21-31 – parte 2

La tragedia de vivir para uno mismo…

Hoy por la mañana llegamos a la conclusión en el estudio de los


12 jueces presentes en este libro, Sansón es el último de los 12.
Lo que nos quedará son los caps. 17-21 que no son muy lindos
tampoco, pero es a lo que nos lleva la infidelidad al Señor una
vida deplorable, a traer duras consecuencias sobre uno mismo.
Pero en estos caps. no hay más mención de ningún juez.
El cap. 16 nos muestra la tragedia cuando uno ignora a Dios y
busca vivir para sí mismo. Fue lo que le pasó a Sansón.
Después de ver lo que Dios había revelado a sus padres en el
cap. 13, y ver todo lo que relatan los cap. 14-16, que Sansón
NO actuó con devoción y fidelidad a Dios, es común un
sentimiento de molestia y indignación. Cuando uno mira a la vida
de Sansón y todo lo que hizo la tendencia nuestra es con facilidad
descartarlo y pensar bien hecho, recibió lo que mereció. Pero
esta tendencia en ser demasiado justos con los demás no nos
ayuda a ver que somos llamados para andar de manera digna
del Señor y con frecuencia hacemos lo que bien parece a
nuestros ojos, a obedecer la palabra, pero con frecuencia
quebrantamos la ley de Dios actuando en impulsividad, a ser
pacientes y pacíficos, pero nos enojamos y tomamos venganza.
En lugar de luchar contra el pecado sometiéndonos a Su palabra,
no son pocas las veces que cedemos a nuestras debilidades
pensando que estamos bien, que no habrá consecuencias.
Perdemos de vista que cuando entregamos el corazón a
cualquier cosa que ocupe el lugar de Dios, terminaremos en
ceguera y esclavitud.
Como muchos de nosotros Sansón no imaginaba que su historia
terminaría así. V. 20 Saldré como las otras veces…
El hombre apartado para Dios, juez de Israel, el hombre más
fuerte de entre su pueblo, ahora está cegado, esclavizado, en
las manos de sus enemigos. Una situación triste, pero es la
consecuencia del pecado. La soberbia humana nos hace pensar
que todo nos saldrá bien aun cuando no hacemos lo que es
correcto. Dios será misericordioso. Dios no permitirá que me
pase algo…
Cuando Dios nos entrega a nosotros mismos, nos deja de frenar,
y permite que suframos las consecuencias justas de nuestros
pecados, seremos llevado a la humillación y solo queda una
opción clamar por Su misericordia.
Es lo que encontraremos en los últimos versículos de la historia
de Sansón, humillación, clamor y liberación de parte de Dios.
Preguntas:
¿Qué esperas de la desobediencia?
¿Hasta dónde pensás que podés probar la paciencia de Dios?
¿Cómo te gustaría terminar tus días?
Una vida de infidelidad al Señor no conducirá a otra cosa sino en
terminar los días de manera lamentable. Desperdiciamos la
oportunidad de vivir una vida que exalta a Dios en todo lo que
hacemos…
Texto:
Semana pasada terminamos con los vs. 21 y 22, donde los
filisteos lo cegaron, lo ataron y lo metieron en la prisión de Gaza,
el lugar donde Dios exaltará Su nombre sobre los filisteos. Le
obligan a servir a Dagón, el dios de los cereales, trabajando en
un molino de maíz, un trabajo de esclavos. Para un hombre con
el poder y la reputación de Sansón, esto era una situación de
grande humillación, era peor que la muerte.
Cuando leemos la biblia y miramos a diferentes personajes y sus
acciones sean positivas o negativas, tenemos que entender que
el propósito de toda la revelación es uno solo exaltar a Dios
en las debilidades o en las conquistas de Sus siervos. No se trata
de uno o de otro personaje, se trata de Dios, de que Él reciba
toda la gloria.
Y el clímax de la revelación, la culminación es en Cristo Jesús El
Salvador, El Hijo de Dios que vino para rescatarnos y salvarnos
para que vivamos para Su gloria.
Por eso siempre que leemos las escrituras tenemos que
preguntar donde está Dios en la historia, que está haciendo, cuál
es Su deseo para nosotros para que podamos exaltarlo….
Cuando vemos lo que pasa con la vida de Sansón llegamos a
entender que todo lo que le pasa es resultado de una rebelión,
de ignorar a Dios, Sus preceptos, Sus padres, su vocación…
El resultado de no andar en conformidad con los propósitos de
Dios termina como esclavo, ciego y humillado. No espere que la
rebelión, la desobediencia, una vida de pecado vaya a traer
bendición, favor de Dios… No espere que vendrán cosas buenas
del pecado, la paga del pecado es muerte, es humillación, es
ceguera, es esclavitud, es quebrantamiento de la comunión con
Dios.
El v. 22 nos dice que el cabello de su cabeza vuelve a crecer
después de rasurado, lo que quiere llamar la atención al texto es
que Dios no había terminado con Sansón, que el propósito de
Dios con Sansón no terminaba con el rasurarse el pelo, el
propósito de Dios era de por vida, Dios terminaría en cumplir Su
propósito en Su vida a pesar de Su infidelidad. El cabello crecer
significa que Dios volvería a tratar con él y úsalo para Sus fines
santos y perfectos.
Una lección clara en el texto es que la obra y el poder de Dios
no están limitados, ni depende de la obediencia de Sus siervos,
aunque ellos le deben obediencia y fidelidad.
Esto no es un estimulo a desobediencia, ni que no pasa nada con
la desobediencia, la historia muestra claramente a lo que lleva
la infidelidad y la desobediencia. Pero es un consuelo y animo
para movernos a una vida de obediencia y fidelidad sabiendo que
Dios llevará a delante Su obra.
Lecciones finales en la vida de Sansón.

1- La infidelidad trae vergüenza no solo a nosotros sino al


nombre de Dios - v. 23-25
Los príncipes de los filisteos, aquellos que habían dado a Dalila
cada uno 1.100 piezas de platas para traicionar a Sansón, ellos
están en Gaza, en el templo de Dagón celebrando la victoria que
les dio sobre Sansón.
Este es el único de los jueces que sufrió una derrota en las manos
de los opresores. Hay un coro de voces que cantan diciendo:
“Nuestro dios ha entregado a nuestro enemigo Sansón en
nuestras manos… Y cuando la gente lo vio, alabaron a su dios,
pues decían: Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a
nuestro enemigo, al que asolaba nuestra tierra, y multiplicaba
nuestros muertos.” (Jue. 16:23-24)
¿Que se esperaba si Sansón fuera fiel al Señor?, que Su nombre
fuera exaltado entre Su pueblo, y que fuera temido entre las
naciones.
No es lo que encontramos aquí, sino que El nombre de Dios es
avergonzado, los filisteos piensan que Dagón es más que
Jehová… Ahora es cierto que los filisteos están tan cegados como
Sansón, pues Dios les mostrará que los dioses de los hombres
no son nada.
Cuando el creyente vive de manera infiel al Señor, es
avergonzado, pero en lugar de exaltar El nombre de Dios hace
con que Su nombre sea blasfemado entre los gentiles.
Por eso la biblia exhorta a los creyentes a una vida de fidelidad
al Señor, pues ella no solo nos hará bien, sino que exaltará el
nombre de Dios.
“Asimismo, exhorta a los jóvenes a que sean prudentes;
muéstrate en todo como ejemplo de buenas obras, con pureza
de doctrina, con dignidad, con palabra sana e irreprochable, a
fin de que el adversario se avergüence al no tener nada malo
que decir de nosotros.” (Tito 2:6-8 LBA)
La humillación es tanta que lo traen para divertirlos,
posiblemente ya estaban borrachos, y ahora quieren reírse con
la situación que le había tocado vivir el hombre fuerte.
Nuestra infidelidad no solo traerá humillación sobre nosotros,
pero también será motivo de burla entre los incrédulos.

2- La humillación es un camino para la restauración - V. 26-


28
Los vs. 26 y 27, nos dan algunos detalles del lugar, es como una
Antel Arena, un lugar con azotea que tiene una audiencia de
3.000 personas sin contar los lugares vips de los príncipes y
familias. Todo lo que hacia Sansón al moverse de un lado a otro
sin dirección es motivo de gracia.
Lo que encontramos aquí es difícil de entender, por eso los
comentaristas se dividen entre los que ven un arrepentimiento
en Sansón y otros que solo ven lo mismo, deseo de venganza
personal. Los que ven arrepentimiento lo dicen por el hecho de
invocar el nombre del Señor. Los que ven lo mismo lo dicen por
la ultima parte de su oración, “para vengarme de los filisteos por
mis dos ojos…”
Lo que no podemos negar es que la humillación fue de beneficio
para Sansón, pues recordó al Señor. Aunque su motivación no
era de todo correcta.
La humillación le hizo entender que no era nada sin El Señor,
que vivir para uno mismo ignorando a Dios le trajo solo
humillación y tragedia.
La humillación es instrumento de la gracia de Dios para nuestra
salvación, bienaventurado los humildes porque de ellos es el
reino de Dios, solo aquellos que ven Su miseria y depravación,
clamaran a Dios por salvación, mientras el hombre sea orgulloso
no se postrará delante de Dios. Por eso Dios nos humilla para
que veamos nuestra condición de polvo, de pecado y que
necesitamos salvación.
Pero también en la vida cristiana, la gracia de Dios nos hace
conscientes que no somos nada y que todo lo que somos y
alcanzamos procede de Dios, por eso no nos jactamos de nada.
Y cuando somos soberbios Dios permite que pasemos por
situaciones que nos recuerden de donde nos ha sacado, y que la
única manera de vivir una vida digna y agradable delante de Él
es en humildad.
Sansón invoca el nombre del Señor, diciendo que se acuerdes
de él, porque sabia que Él Señor le había entregado a sí mismo.
Suplica que le conceda fuerzas… Hasta aquí bárbaro, pero
todavía la motivación no es exaltar a Dios y cumplir con su role
de juez.
Pero la humillación le enseñó algunas lecciones que había
olvidado, quien era Su Dios, el casamiento con los filisteos, el
estar con los filisteos resultó en alejarse de Dios, ahora vuelve
al Señor, segundo el ora, es la segunda vez que menciona
Sansón orando (15:8), es cierto que el pedido no es de todo
correcto, Señor dame fuerza… para vengarme… Orar de manera
correcta es una debilidad de los más fieles, cuanto más en
aquellos que están en un proceso de restauración. Yo entiendo
que su motivación no era exaltar a Dios, era venganza personal,
pero también hay un proceso de volverse a Dios.
Cuando una persona es reconducida a Dios en una situación de
pasar por un tiempo de rebelión hay que entender que es
proceso es un proceso. No esperé ver todo perfecto para decir
que es genuino. Hay que tener paciencia y acompañar con
paciencia y amor para que haya una restauración y crecimiento
en madurez.
La humillación es instrumento de Dios para conducirnos a Él sea
para la salvación o para el arrepentimiento y restauración.

3- El propósito de Dios prevalece – v. 29-31


Dios había dicho en 13:5: “él comenzará a salvar a Israel de
manos de los filisteos.” (Jue. 13:5)
La desobediencia e infidelidad de Sansón y el engaño de los
filisteos son circunstancias donde Dios revela Su fidelidad a Su
palabra. Nada puede frustrar los propósitos de Dios, ni la
desobediencia de Sus siervos, ni la jactancia de los incrédulos.
La obra de Dios, los propósitos de Dios triunfarán, porque Él es
fiel.
El final de la historia es que Sansón se apoya en las dos columnas
que sostenía el edificio, que estaba lleno, y empurra
derrumbando el edificio sobre él y sobre los filisteos que allí
estaban. El texto dice que más filisteos murieron con su muerte
que con su vida.
La muerte de Sansón no fue un martirio ni un acto heroico. Fue
un acto de venganza personal, pero que no escapó de la
soberanía de Dios en cumplir Sus propósitos eternos. “Y su padre
y su madre no sabían que esto era del SEÑOR, porque Él buscaba
ocasión contra los filisteos, pues en aquel tiempo los filisteos
dominaban a Israel.” (Jue. 14:4)
Lo que exalta el texto es la grandeza y la fidelidad de Dios. Dios
se exalta en la infidelidad de Su siervo, Dios se exalta sobre los
ídolos de los incrédulos. Ni Sansón es el que recibe gloria, ni
Dagón es el que recibe gloria. A Dios es debido toda la gloria.
Tenemos un epílogo a la historia en 16:31, luego, sus hermanos
(de Sansón) y la familia de su padre bajaron, lo llevaron de
regreso y lo sepultaron. Entre Zorah y Eshtaol en la tumba de su
padre Manoa. Así, juzgó a Israel 20 años.

Conclusión:
Sansón y los filisteos.
Los filisteos aquí son enemigos de Dios, a los cuales Sansón
debería juzgar, un pueblo incrédulo y contrario a los propósitos
de Dios. Todo aquel que se levanta contra Dios, todo aquel que
no se somete a Su palabra afrontará Su juicio.
Si no sos creyente, sino te has arrepentido de tus pecados, sino
has clamado a Dios por perdón y por salvación, sino has creído
en Jesús como salvador, afrontarás con la ira y con la
condenación eterna que Dios tiene reservado para el día final.
Sansón y yo.
Es tentador condenarlo o ser comprensivo con él y pensar que
fue demasiado lo que le pasó. Pero debemos entender que
tenemos la misma inclinación que Sansón y que si no hacemos
caso a la palabra de Dios, podemos experimentar situaciones
muy parecidas o peores. Sansón al buscar hacer lo que bien le
parecía a sus propios ojos no solo obtuvo lo que merecía, sino lo
que quería. Todo lo que recibió fue resultado de que Dios le
permitió tener todo lo que a sus ojos él creía correcto. Él
experimenta lo que trae las rebeliones, la debilidad y la
derrota. Él experimenta lo que trae el pecado, la humillación. Él
experimenta lo que trae la desobediencia, la muerte.
La fidelidad es el camino que Dios nos llama a recorrer para que
experimentemos Su cuidado, Sus bendiciones.
La infidelidad es el camino que Dios nos llama a evitar para que
no terminemos sufriendo las consecuencias de nuestras propias
elecciones obstinadas.
Sansón y Jesús.
Hay varios aspectos de la vida de Sansón que apuntan a Cristo,
y muchos que no. Yo quisiera nombrar algunos…
Sansón recibe lo que se merece. Sansón representa a cada
pecador, a cada uno de nosotros. Dejados a nosotros mismos,
amaremos al mundo en rebelión y terminaremos ciegos, atados
y esclavizados por nuestro pecado. A menos que seamos
liberados de nuestro pecado, moriremos en ello, porque la paga
del pecado es la muerte y Dios es fiel a sus promesas de juzgar.
Pero Dios también es fiel a su promesa de salvar. “Pero Dios,
que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que
nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos,
nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido
salvados)” (Ef. 2:4-5). En lugar de dar lo que merecemos y por
causa de Cristo nos da lo que no merecemos.
Como Sansón, Jesús era fuerte, pero diferente de Sansón Jesús
era manso. Sansón poseía gran fuerza y habilidades, pero lo
usaba para servirse a sí mismo. Jesús poseía toda la fuerza y la
sabiduría infinita, y usó todo para cumplir los propósitos de
Dios. Sansón no salvó a su pueblo porque vivió para sí
mismo. Jesús salvó a todos aquellos que Él Padre le dio,
sometiéndose en todo al Padre.
Sansón sufrió las consecuencias de sus propios pecados, Jesús
sufrió por los pecados de Su pueblo.
Como Sansón, Jesús fue traicionado por dinero por alguien
cercano que decía amarlo. Sansón fue capturado por el
mundo. Su propio orgullo construyó una trampa en la que cayó
de cabeza. Jesús no fue atrapado por el enemigo. Él sabía de la
traición antes de que ocurriera. Sansón se entregó al enemigo,
Jesús se entregó al Padre para destruir el enemigo. Sansón
creyó las promesas del pecado, se debilitó y fue capturado por
el enemigo. Jesús creyó las promesas de Dios y aplastó al
enemigo al debilitarse.
Como Sansón, Jesús fue humillado. Pero diferente de Sansón,
Jesús no tomó venganza. Jesús, aunque completamente
inocente, fue avergonzado públicamente. Fue considerado
criminal, rebelde y pecador. Pero confió todo en las manos de
Dios perdonando a los que le hicieron daño.
Sansón murió y fue sepultado con su padre Manoa y allá
permanece su cuerpo esperando la resurrección.
Jesús murió y fue sepultado para nuestra salvación, pero
resucitó en gloria para que pudiéramos tener la certeza de
nuestra salvación y de nuestra confirmación a Su semejanza.
El libro de jueces fue escrito para que cuando el pueblo de Dios
lo leyera anhelaran al Salvador perfecto al Mesías que Dios había
prometido enviar. Eso es lo que hicieron los creyentes del pasado
mirar para el futuro y esperar en Dios. Para nosotros Él ya vino,
y en Él esperamos para nuestra salvación, confiando que todo lo
que Él hizo nos garantiza verdadera salvación, y nos concede
todo lo necesario para vivir una vida digna de Él.

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