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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Soy todo tuyo oh María

A Jesús por Manos de María

PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL


INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Según San Luis María Grignión de Montfort

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

DISCÍPULOS MISIONEROS DEL INMACULADO


CORAZÓN DE MARÍA

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

“A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy


devoto de la Virgen María”.

San Luis de Montfort

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

CONTENIDO

JUSTIFICACIÓN
INTRODUCCIÓN A LA PREPARACIÓN........................... Pág. 7

PRIMERA PARTE: El espíritu del mundo.............................. pág. 26


Día 1: Conocer el espíritu del mundo
que nos aparta de Jesucristo ...................................................... pág. 27
Día 2: ¿Qué dice Jesús acerca de las riquezas?........................ pág. 35
Día 3: Verdades máximas de Jesucristo:
Caridad, generosidad y desapego.............................................. pág. 39
Día 4: Falsas máximas del mundo:
Avaricia, envidia, egoísmo......................................................... pág. 46
Día 5: Humildad de Cristo contraria a la soberbia................ pág. 52
Día 6: Servicio y Obediencia de Cristo como oposición a la
rebeldía............................................................................................pág. 60
Día 7: La Conversión...................................................................pág. 65
Día 8: Santos Ángeles amigos del hombre vs.
Demonio enemigo del hombre.................................................. pág. 73
Día 9: Pecado: rechazo al amor de Dios................................... pág. 82
Día 10: Pureza como virtud excelsa,
contraria a la lujuria.....................................................................pág. 87
Día 11: Nueva era, engaño del mundo .................................... pág. 94
Día 12: Fin de los tiempos......................................................... pág. 108
SEGUNDA PARTE: Conocimiento de sí mismo.................... pág. 112
Día 13: Conocimiento de sí mismo para llegar
al dominio de sí mismo.............................................................. pág. 113
Día 14: Las tentaciones............................................................. pág. 120
Día 15: Perdón como Máxima expresión de Dios
opuesto al odio..............................................................................pág. 124
Día 16: Templanza y diligencia vs. Gula y pereza................... pág. 131
Día 17: Mortificación, sacrificio, penitencia y ayuno............. pág. 136
Día 18: Postrimerías....................................................................pág. 146
Día 19: Examen de conciencia................................................. pág. 158

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

TERCERA PARTE: Conocimiento de María.......................... pág. 162


Día 20: María es el mejor camino para ir a Jesús................... pág. 163
Día 21: Falsas devociones a la virgen....................................... pág. 171
Día 22: Características de la verdadera
devoción a la Santísima Virgen................................................. pág. 180
Día 23: Efectos maravillosos de la consagración total........... pág. 184
Día 24: Verdadera devoción, entrega y esclavitud.................. pág. 193
Día 25: Vida de unión con María.............................................. pág. 201
Día 26: María en las escrituras.................................................. pág. 221
CUARTA PARTE: Conocimiento de Jesucristo....................... pág. 230
Día 27: El misterio de la encarnación....................................... pág. 231
Día 28: El misterio del nacimiento, vida, pasión,
muerte y resurrección de Jesús................................................. pág. 236
Día 29: El excesivo amor de Dios hacia nosotros
al compartirnos su cruz.............................................................. pág. 241
Día 30: El excesivo amor de Dios manifestado
en la eucaristía............................................................................. pág. 250
Día 31: El Espíritu Santo en los tiempos actuales
(santificar la iglesia).................................................................... pág. 260
Día 32: La Oración ..................................................................... pág. 269
Día 33: Jesucristo en la historia de la salvación...................... pág. 276
ANEXOS
1. Dogmas Marianos.................................................................. Pág. 286
2. La medalla milagrosa............................................................. pág. 297
3. El Silencio..................................................................................Pág. 301
4. Lectio Divina............................................................................ Pág. 303
5. Práctica de la consagración total
en la sagrada comunión...............................................................pág. 305
6. Los cenáculos de oración........................................................ pág. 309
7. Oraciones del consagrado....................................................... pág. 318
8. Jornada ideal del consagrado..................................................Pág. 333
9. Examen de Conciencia............................................................Pág. 339
10. Examen mariano para antes de acostarse...........................Pág. 345

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Justificación

R
espondiendo al insistente llamado de nuestra Santísima
Madre la Virgen María en sus apariciones en Fátima
de 1917 y a otros instrumentos suyos como el padre
Stefano Gobbi, del movimiento Sacerdotal Mariano para que
nos consagremos a su Corazón Inmaculado; la comunidad de
los Discípulos Misioneros del Inmaculado Corazón de María
(DICMA), ha querido por gracia de Dios, recopilar en este
libro la preparación para consagrarnos a ella; siguiendo el
método de los 33 días propuestos por San Luis María Grignón
de Montfort, basándonos en la palabra de Dios, el Catecismo
de la Iglesia Católica, el Tratado de la Verdadera Devoción a la
Virgen Santísima y en otros valiosos libros que nos sirvieron de
apoyo para lograr este propósito.

Esperamos que por medio de este libro, sean muchas las almas
que se acerquen a Dios a través de su Madre y que juntos
conformemos el Ejército Victorioso de su Inmaculado Corazón.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Introducción a la Preparación
¿QUÉ ES LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO
CORAZÓN DE MARÍA?

E l acto de Consagración, es un momento en la vida de cada


ser humano, en el que voluntariamente, ofrece todo su ser
y sus circunstancias, a la Madre de Dios y Madre Nuestra, la
Santísima Virgen María, para que a través de Ella lleguemos a
Jesús nuestro Salvador.

Consagrar, significa hacer sagrado algo.


Al ofrecer nuestra vida a la Santísima Virgen y colocarla en su
Inmaculado Corazón, hacemos una promesa de pertenencia de
por vida, y esta promesa se hace sagrada.

¿POR QUÉ LA VIRGEN NOS PIDE ESTO?


El mundo y sus habitantes recorremos en estos días, caminos
amargos de dolor y desolación. Nos hemos apartado de Dios,
encerrándonos en nuestro egoísmo y soberbia.

Nos hemos olvidado del mandato más importante que nos dejó
Jesús: “ Amaos los unos a los otros, como Yo los he amado.”
Así, apartados de La Divina Voluntad, sufrimos hoy los dolores
desgarradores de esta soledad, provocada por nuestros errores...
Pero nosotros, por gracia de un Dios amoroso, contamos en
el Cielo con una Madre que sufre y clama por nosotros a cada
instante. Que piensa en cada uno como si fuera el único. Que se
alegra con nuestras buenas obras, y se preocupa y entristece con
los pecados que cometemos.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Dios le ha concedido a la Virgen Santísima, en estos últimos


tiempos, que sea nuestra Arca de Salvación. Que de su mano,
protegidos con su manto, y mediante el acto de consagración a
su Inmaculado Corazón, retomemos ese camino del cual nunca
nos deberíamos haber apartado, el que nos lleva a Jesús y nues-
tra vida eterna en el Cielo.

Por lo tanto, La Virgen Amabilísima, nos busca, nos llama, nos


insta a la conversión del corazón.

Pero no solo se queda en este pedido. Nos dice que, si nosotros


decidimos consagrarnos a Ella, este trabajo de conversión, será
más rápido, más fácil, más seguro y más corto, que si lo deseá-
ramos hacer lejos de su afable protección.

PIDO A TODOS LA CONSAGRACIÓN

“Contemplad el momento inefable de la Anunciación cuando el


Arcángel Gabriel, enviado por Dios, recibe mi “sí” para realizar
el eterno designio de Redención, y el gran misterio de la Encar-
nación del Verbo en mi seno virginal, y comprenderéis enton-
ces el porqué os pido consagraros a mi Corazón Inmaculado.

Sí, Yo misma he manifestado mi voluntad en Fátima, cuando


me aparecí en 1917. Se la he pedido repetidas veces a mi hija
Sor Lucía, para cumplir esta misión que le he confiado. En estos
años la he pedido insistentemente, a través del mensaje confia-
do a mi Movimiento Sacerdotal. Hoy pido de nuevo a todos la
consagración a mi Corazón Inmaculado.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

La pedí, ante todo al Papa Juan Pablo II, mi hijo predilecto, que
con ocasión de esta fiesta, la realizara de manera solemne, pero
pido también esta consagración a todos los Obispos, a todos los
Sacerdotes, a todos los Religiosos y a todos los fieles. Ésta es la
hora en que toda la Iglesia se debe recoger en el seguro refugio
de mi Corazón Inmaculado.

Cuando se consagra una cosa, se la sustrae a todo otro uso pro-


fano para destinarla sólo al uso sagrado. Así sucede con un ob-
jeto cuando se le destina al culto divino...

Pero puede serlo también una persona cuando Dios la llama


a rendirle un culto perfecto. Comprended, por tanto, cómo el
verdadero acto de vuestra consagración fue el del Bautismo.

Con este Sacramento, instituido por Jesucristo, se os comunicó


la Gracia, que os injerta en un orden de vida superior al vues-
tro, esto es, en el orden sobrenatural. Participáis, así, de la na-
turaleza divina, entráis en una comunión de amor con Dios, y
vuestras acciones tienen, por esto, un nuevo valor, que supera al
de vuestra naturaleza porque tienen un verdadero valor divino.

Después del Bautismo estáis ya ordenados a la perfecta glori-


ficación de la Santísima Trinidad y consagrados a vivir en el
amor del Padre, en la imitación del Hijo y en la plena comunión
con el Espíritu Santo.

El hecho que caracteriza el acto de la consagración, es su tota-


lidad: cuando os consagráis, desde ese instante lo estáis entera-
mente y para siempre.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Cuando os pido la consagración a mi Corazón Inmaculado, es


para haceros comprender que debéis entregaros completamen-
te a Mí, de manera total y perenne, para que pueda disponer de
vosotros según el querer de Dios.

Debéis entregaros de modo completo, dándomelo todo. No de-


béis entregarme algo y retener todavía alguna cosa para voso-
tros; debéis ser verdadera y solamente del todo míos.

Y luego os debéis entregar a Mí, no un día sí y otro no, o por


un período de tiempo, hasta que vosotros queráis, sino para
siempre. Es para subrayar este importante aspecto de completa
y duradera pertenencia a Mí, vuestra Madre Celeste, el por qué
Yo os pido la consagración a mi Corazón Inmaculado.

¿CÓMO DEBEÍS VIVIR VUESTRA CONSAGRACIÓN?


¿Si meditáis el inefable misterio, que hoy recuerda la Iglesia,
comprenderéis cómo debe vivirse la consagración que os he pe-
dido.
El Verbo del Padre, por amor, se me ha confiado completamen-
te. Después de mi “sí”, descendió del Cielo a mi seno virginal.

Se me ha confiado en su divinidad. El Verbo eterno, la segunda


Persona de la Santísima Trinidad, después de la Encarnación, se
ha escondido y recogido en la pequeña morada, milagrosamen-
te preparada por el Espíritu Santo, de mi seno virginal.

Se me ha confiado en su humanidad, de manera tan profunda,


como cualquier otro hijo se confía a su madre de la que todo lo
espera: sangre, carne, respiración, alimento y amor para crecer
cada día en su seno y luego –después del nacimiento– cada año

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

crecer siempre junto a su madre.

Por esto, así como soy Madre de la Encarnación, así también soy
Madre de la Redención, que tuvo aquí su admirable comienzo.
Vedme aquí, por ello, íntimamente asociada a mi Hijo Jesús;
colaboro con Él en su obra de salvación, durante su infancia,
adolescencia y sus treinta años de vida oculta en Nazaret y su
ministerio público; durante su dolorosa pasión hasta su Cruz,
donde ofrezco y sufro con Él, y recojo sus últimas palabras de
amor y de dolor, con las cuales me da como verdadera Madre a
toda la humanidad.

Podré ser así para vosotros madre atenta e interesada en hace-


ros crecer en el designio de Dios, os llevaré todos los días a una
cada vez mejor imitación de Jesús, que debe ser vuestro único
modelo, y vuestro mayor y único amor.

Seréis sus verdaderos instrumentos, fieles colaboradores de su


Redención.
Hoy esto es necesario para la salvación de toda la humanidad,
tan enferma y alejada de Dios y de la Iglesia.

El Señor la puede salvar con una extraordinaria intervención de


su Amor Misericordioso, y vosotros mis hijos predilectos, estáis
llamados a ser los instrumentos del triunfo del Amor Miseri-
cordioso de Jesús.

Hoy esto se hace indispensable para mi Iglesia, que debe ser cu-
rada de las llagas de la infidelidad y de la apostasía para retornar
a una renovada santidad y a su esplendor.
Vuestra Madre Celeste quiere curarla a través de vosotros,

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Pronto lo haré, si me dejáis obrar en vosotros, si os confiáis, con


docilidad y sencillez, a mi misericordiosa acción materna.

Por esto, una vez más hoy, con dolorosa súplica, os pido a todos
que os consagréis a mi Corazón Inmaculado.” (Mensaje dado
por la Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Ma-
riano 25 de marzo de 1984 Fiesta de la Anunciación de María
Santísima)

¿QUÉ ENTREGAMOS EN NUESTRA CONSAGRACIÓN?


Sobre todo entregamos nuestra vida y todo lo que ella incluye:
t/VFTUSPBNPSB%JPT NVDIPPQPDP &MMBTFFODBSHBSÈEFJO-
crementarlo y perfeccionarlo...
t/VFTUSPQBTBEP OVFTUSPQSFTFOUFZOVFTUSPGVUVSP
t/VFTUSPTTFOUJNJFOUPT EPMPSFTGÓTJDPTZFTQJSJUVBMFT SFODPSFT 
amarguras, alegrías, tristezas.
t /VFTUSPT TBDSJĕDJPT  QFOJUFODJBT  PSBDJPOFT  BDUPT EFWPUPT Z
píos.
t /VFTUSPT TFSFT RVFSJEPT  DØOZVHF  IJKPT  QBESFT  IFSNBOPT 
amigos...
t/VFTUSPTUSBCBKPT FNQSFTBT PCSBTEFCJFO
t/VFTUSPTFNQMFBEPTZQFSTPOBTBDBSHPRVFQPEBNPTUFOFS
t/VFTUSBDBTB BVUP QSPQJFEBEFT CJFOFTNBUFSJBMFT BSUÓDVMPT
de lujo, confort...nuestro dinero.
t/VFTUSPTQBTBUJFNQPT EFTDBOTPT WBDBDJPOFT
t /VFTUSPT QFDBEPT QBTBEPT  OVFTUSPT WJDJPT Z EFCJMJEBEFT 
nuestros egoísmos, soberbias y defectos.
t/VFTUSBTWJSUVEFT EPOFTZUBMFOUPT/VFTUSPTDPOPDJNJFOUPT 
estudios, carreras, postgrados, doctorados.
Nada debemos excluir de esta lista. Ya que Ella se ofrece a ad-
ministrar santamente estos bienes nuestros, como lo hizo aquí

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

en la tierra en lo propio cuando vivía junto a José y a Jesús, y


como lo hace actualmente con miles de almas consagradas, que
ya han confiado en sus manos sus vidas y sus actos.

¿QUÉ HARÁ MARÍA CON NUESTRA ENTREGA?


Con nuestras vidas y todo lo que ellas incluyen bajo su protec-
ción podremos vivir tranquilos, sabiendo que la Bendita en-
tre todas, la Bienaventurada ante los ojos de Dios, se encarga a
partir de nuestra consagración de organizar nuestras vidas, de
manera que lleguemos lo antes posible al destino de la santidad
y salvación de nuestras almas, y la salvación y santidad de nues-
tros seres queridos.

Santificará esta ofrenda hecha por nosotros y la hará llegar hasta


el mismo Jesús en una bandeja de oro. Esto quiere decir, que
todo lo que entregamos Ella lo limpiará de vicios y errores. Lue-
go lo ofrecerá a su Hijo muy amado, como muestra de nuestra
voluntad de cambiar, de ser mejores, de aprender a amar a Dios
y a nuestros semejantes.

Jesús no detendrá mucho tiempo su mirada en esta ofrenda,


más bien perdido de amor en los ojos de su Madre, le concederá
a la Santísima Virgen María lo que está solicitando en favor de
la salvación de este hijo por el cual intercede.

Ella volverá a nosotros con un corazón nuevo. Un corazón lleno


de amor, que reemplazará al corazón de piedra que había en
nuestros cuerpos hasta antes de nuestra consagración.
Ella es la mejor evangelizadora, la mejor catequista, la mejor
formadora. No se detendrá en este camino de cambio espiritual.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Y aunque nosotros podamos olvidar la promesa sagrada que hi-


cimos de entregarnos todos a Ella, Ella nunca nos abandonará
ni olvidará lo que prometió en el momento de nuestra consa-
gración:
“...Los invito a consagrarse a mi Corazón Inmaculado. Deseo
que ustedes se consagren personalmente, como familias y como
parroquias, de tal modo que todos ustedes le pertenezcan a
Dios a través de mis manos... Yo no quiero nada para mí, sino
todo por la salvación de sus almas. Satanás es fuerte y, por tan-
to, queridos hijitos, ustedes, por medio de la oración constante,
apriétense fuertemente a mi corazón maternal. Gracias por ha-
ber respondido a mi llamado!” (Octubre 25 de 1988)
- Virgen Reina de la Paz, Medjugorje.

PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA AL


CONSAGRADO

(Del Libro de Mensajes de María del Rosario de San Nicolás)


Este Mensaje enuncia lo que podríamos llamar la gran promesa
de María:

t&TUPEJHPBNJTIJKPTEFUPEPFMVOJWFSTP7PMDBPTB.J$PSB-
zón y desde allí viviréis con toda docilidad al Señor.
Desde Mi Corazón lo amaréis; desde Mi Corazón, lograréis fi-
delidad hacia Él; desde Mi Corazón llegaréis a su Sagrado Corazón.
Gloria al Todopoderoso. (M. 1369)

t.BSÓBQSPNFUFMJCFSBSBM$POTBHSBEPEFMEFNPOJPZMFHBSBO-
tiza la vida eterna:
(M. 275): A todos mis hijos que se Consagren a vuestra Madre, os

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

digo: Mi Corazón recibe gozoso esa entrega, ese amor que ofrecéis
porque son almas que se salvan de las garras del mal mereciendo
la Gloria Eterna, la Gloria del Señor.

t.BSÓBQSPNFUFMBMJCFSUBEJOUFSJPS FMDSFDJNJFOUPZMBSFOP-
vación espiritual, su Corazón de Madre y el amor total a Jesús:
(M. 939): La Consagración no quita la libertad del cristiano, no
lo anula, sino que lo hace crecer interiormente, hace que el espíri-
tu se renueve día a día, se introduzca en Mi Corazón y se alimen-
te completamente de Él. De esta manera se llega a amar a Jesús en
forma total, sólo por medio de Mi Corazón.

Mi Corazón da y exige, más no exige lo imposible.


t.BSÓBPGSFDFBM$POTBHSBEPFMWÓODVMPRVFMPVOFB4V$PSB-
zón y una particular atención:
(M. 973): Que la Consagración, sea el vínculo que una vuestro
corazón con el Mío.

Cada hijo necesita una particular atención de la Madre.


t.BSÓBBTFHVSBRVFFM$POTBHSBEPĕFMKBNÈTTFSÈBCBOEPOBEP
por Dios:
(M.1042): Deben obrar de manera que Dios, siempre habite en
ellos y no se verán por Él, jamás abandonados.

t.BSÓBTFDPNQSPNFUFBDPOEVDJSBM$POTBHSBEPQPSFMDBNJ-
no de la fidelidad al Señor.
(M. 1 223): Quieran mis hijos, ser totalmente Míos; eso hará que
sean fieles al Señor, porque Yo, los conduciré a Él.

t.BSÓBTFPGSFDFBTVTIJKPTDPNPBVYJMJPZQSPUFDDJØOZPGSF-

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ciendo al humilde introducirlo en Su Corazón.


(M. 1242): Como Auxilio de los Cristianos, quiero rescatar a mis
hijos, pidiéndoles la conversión y luego la Consagración a Mi Co-
razón de Madre.

Yo les digo: Responderé a vuestra Consagración con Mi Protec-


ción, es decir, os defenderé de toda adversión.
Haceos pequeños e interiormente humildes y entraréis en Mi
Corazón.

t.BSÓBQSPNFUFTFSQBSBTVTIJKPTSFGVHJPZDPOTVFMPZMPTDPO-
ducirá con especial ternura:
(M.1305): En la Consagración, el hijo se entrega a la Madre y
Ella a su vez, será su Refugio y su Consuelo, porque es el Arca,
donde los hijos depositan el corazón.

Responded a Mi llamado, responded a Mi pedido, veréis que


tiernamente seréis conducidos por Mí.

El texto de Jeremías 24,7 señala: “Les daré un corazón para que


me conozcan a Mí, que soy el Señor. Ellos serán mi pueblo y Yo
seré su Dios, porque volverán a Mí de todo corazón”.
Y agrega el mensaje en su parte final:
(M. 1337): “Benditos sean mis hijos por Consagrar su corazón a
María”.

“La Consagración irá directamente al corazón de María y Ella


hace promesas concretas de unión con su Hijo a quien se dirige
con amor y con la oración constante del Rosario”.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

(M. 1426): Esa Consagración, que no requiere papeles ni fórmu-


las, porque esa Consagración irá directamente a Mi Corazón:
será única y exclusivamente para Mi Corazón y será recibida por
Mi Corazón.

Debéis tener amor y devoción a María; oración constante del


Santo Rosario y participación diaria en la Santa Eucaristía.

En el amor a la Madre, hallaréis al Amor del Hijo; en la oración


a la Madre, estaréis en unión con el Hijo y en la Santa Eucaris-
tía, os encontraréis con el Hijo.

El mensaje nos invita a pertenecer a la Madre Y al Hijo, y la luz


de María quitará toda oscuridad en el camino:
(M. 1534): Deben saber mis hijos, que los llamo a la Consagra-
ción, porque siendo Consagrados a Mi Corazón, pertenecen a la
Madre y al Hijo.

Mi luz quitará toda oscuridad y ayudará a mis hijos, a caminar


el Camino que el Señor, ha establecido.

¿CÓMO REALIZAMOS ESTA CONSAGRACIÓN?


Para realizar esta consagración, debemos prepararnos para ello.
En este libro, aplicamos el método de los 33 días propuestos
por San Luis María Grignion de Montfort. Este método pro-
puesto por el Santo, tiene como finalidad realizar un progresivo
avance espiritual, que abandonando todo los que nos aparta de
Dios, junto con las oraciones y sacrificios necesarios, se logre
el objetivo de encontrar a Jesús como fin único de nuestra vida
terrenal y nuestra vida eterna.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

PRÁCTICAS PARTICULARES DE ESTA DEVOCIÓN

tPRÁCTICAS EXTERIORES
Aunque lo esencial de esta devoción consiste en lo interior, no
por eso carece de prácticas exteriores que no es conveniente
descuidar: Estas son cosas que deberán observar, sin descuidar
las otras (Mt 23, 23). Ya porque las prácticas exteriores debida-
mente ejercitadas ayudan a las interiores; ya porque recuerdan
al hombre, acostumbrado a guiarse por los sentidos, lo que ha
hecho y debe hacer; ya porque son a propósito para edificar al
prójimo que las ve, cosa que no hacen las prácticas interiores.

Por tanto, que ningún mundano ni crítico autosuficiente nos


venga a decir que la verdadera devoción está en el corazón, que
hay que evitar las exterioridades, ya que ahí puede ocultarse la
vanidad, que hay que esconder la propia devoción, etc. Yo les
respondo con mi Maestro: Que vean sus buenas obras y glorifi-
quen al Padre que está en los cielos (Mt 5, 16).

Lo cual no significa, como advierte san Gregorio, que debamos


realizar nuestras buenas acciones y devociones exteriores para
agradar a los hombres y ganarse sus alabanzas, esto sería vani-
dad, sino que, a veces, las realicemos delante de los hombres
con el fin de agradar a Dios y glorificarlo, sin preocuparnos por
los desprecios o las alabanzas de las criaturas.
Voy a proponer, en resumen, algunas prácticas exteriores, lla-
madas así no porque se hagan sin devoción interior, sino por-
que tienen algo exterior que las distingue de las actitudes pura-
mente interiores.

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

1. Preparar y hacer la consagración total


Primera práctica. Quienes deseen abrazar esta devoción par-
ticular, no erigida aún en cofradía, aunque sería mucho de de-
sear que lo fuera, emplearán, como he dicho en la primera parte
de esta “preparación al reinado de Jesucristo”, doce días, por lo
menos, en vaciarse del espíritu del mundo, contrario al de Jesu-
cristo, y tres semanas en llenarse de Jesucristo por medio de la
Santísima Virgen. Para ello, podrán seguir este orden:

Durante la primera semana, dedicarán todas sus oraciones y ac-


tos de piedad a pedir el conocimiento de sí mismos y la contri-
ción de sus pecados, haciéndolo todo con espíritu de humildad.
Podrán meditar, si quieren, lo dicho antes sobre nuestras malas
inclinaciones, meditar estos tres pensamientos de san Bernar-
do: Piensa en lo que fuiste: un poco de barro; en lo que eres: un
poco de estiércol; en lo que serás: pasto de gusanos. Rogarán
al Señor y al Espíritu Santo que los ilumine, diciendo: ¡Señor,
que yo vea! (Lc 18, 41) o: ¡Que yo te conozca! (san Agustín), o
también: Ven, Espíritu Santo.

Durante la segunda semana se dedicarán en todas sus oraciones


y obras del día a conocer a la Santísima Virgen, pidiendo este
conocimiento al Espíritu Santo.

Dedicarán la tercera semana a conocer a Jesucristo. Podrán re-


petir una y mil veces cada día, con el mismo santo: ¡Que yo te
conozca, Señor!, o bien: ¡Señor, sepa yo quién eres tú!

Al concluir las tres semanas, se confesarán y comulgarán con


la intención de entregarse a Jesucristo, en calidad de esclavos
de amor, por las manos de María. Y después de la Comunión,

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

recitarán la fórmula de consagración. Es conveniente que la es-


criban o hagan escribir, si no está impresa, y la firmen ese mis-
mo día.

Es conveniente también que paguen en ese día algún tributo a


Jesucristo y a su Santísima Madre, ya como penitencia por su
infidelidad al compromiso bautismal, ya para patentizar su total
dependencia de Jesús y de María. Este tributo, naturalmente,
dependerá de la devoción y capacidad de cada uno, como, por
ejemplo, un ayuno, una mortificación, una limosna o un cirio.
Pues, aún cuando sólo dieran, en homenaje, un alfiler, con tal
que lo den de todo corazón, sería bastante para Jesús, que sólo
atiende a la buena voluntad.

Al menos en cada aniversario, renovarán dicha consagración,


observando las mismas prácticas durante tres semanas. Todos
los meses y aun todos los días pueden renovar su entrega con
estas pocas palabras: ¡Soy todo tuyo y cuanto tengo es tuyo, oh
mi amable Jesús, por María, tu Madre Santísima!

2. Rezo de la Coronilla y las Oraciones del Consagrado


Segunda práctica: Rezarán todos los días de su vida, aunque
sin considerarlo como obligación, la Coronilla de la Santísima
Virgen, compuesta por tres Padrenuestros y doce Avemarías
para honrar los doce privilegios y grandezas de la Santísima
Virgen. Esta práctica es muy antigua y tiene su fundamento en
la Sagrada Escritura. San Juan vio una mujer coronada de doce
estrellas, vestida de sol y con la luna bajo sus pies (Apoc 12, 1).
Esta mujer, según los intérpretes, es María.
Las oraciones del consagrado nos ayudan a vivir más plena-
mente los compromisos asumidos de la consagración.

20
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

3. Llevar cadenillas de hierro con la medalla de la milagrosa


Tercera práctica: Es muy laudable, glorioso y útil para quienes
se consagran como esclavos de Jesús en María, llevar como se-
ñal de su esclavitud de amor, alguna cadenilla de hierro ben-
decida oportunamente. Estas señales exteriores no son, en
verdad, esenciales y bien pueden suprimirse, aun después de
haber abrazado esta devoción. Sin embargo, no puedo menos
de alabar en gran manera a quienes, una vez sacudidas las ca-
denas vergonzosas de la esclavitud del demonio, con el pecado
original y tal vez los pecados actuales los tenían atados, se han
sometido voluntariamente a la esclavitud de Jesucristo y se glo-
rían con san Pablo de estar encadenados por Jesucristo (Ef 3, 1;
Flm 9), con cadenas mil veces más gloriosas y preciosas, aun-
que sean de hierro y sin brillo, que todos los collares de hierro
de los emperadores.

En otro tiempo no había nada más infame que la cruz. Ahora


este madero es lo más glorioso del cristianismo. Lo mismo de-
cimos de los hierros de la esclavitud. Nada había entre los anti-
guos más ignominioso ni lo hay ahora entre los paganos. Pero
entre los cristianos no hay nada más ilustre que estas cadenas
de Jesucristo, porque ellas nos liberan y preservan de las prisio-
nes infames del pecado y del demonio, nos ponen en libertad y
nos ligan a Jesús y a María, no por violencia y a la fuerza como a
presidiarios, sino por caridad y amor, como a hijos: Los atraeré
a mí, dice el Señor por la boca de su profeta, con cadenas de
amor (Os 11, 4).

Éstas son las razones para llevar estas cadenillas:

21
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

a. Para recordar al cristiano los votos y promesas del Bautismo,


la renovación perfecta que hizo de ellos por esta devoción y la
estrecha obligación que ha contraído de permanecer fiel a ellos.
Dado que el hombre, acostumbrado a gobernarse más por los
sentidos que la fe pura, olvida fácilmente sus obligaciones para
con Dios, si no tiene algún objeto exterior que se las recuerde,
estas cadenillas sirven admirablemente al cristiano para traerle
a la memoria las cadenas del pecado y de la esclavitud del de-
monio, de las cuales los libró el Bautismo, y de la servidumbre
que en el santo Bautismo prometió a Jesucristo y ratificó por la
renovación de sus votos. Y una de las razones que explican por
qué tan pocos cristianos piensan en los votos del Bautismo y
viven un libertinaje propio de paganos, como si a nada se hu-
bieran comprometido con Dios, es que no llevan ninguna señal
exterior que les recuerde todo esto.

b. Para mostrar que no nos avergonzamos de la esclavitud y ser-


vidumbre de Jesucristo y que renunciamos a la esclavitud fu-
nesta del mundo, del pecado y del demonio.

c. Para liberarnos y preservarnos de las cadenas del pecado y


del infierno. Porque es preciso que llevemos las cadenas de la
iniquidad o las del amor y la salvación.

4. Celebración especial del misterio de la Encarnación


Cuarta práctica: Profesarán singular devoción al gran misterio
de la Encarnación del Verbo, el 25 de marzo. Éste es, en efecto,
el misterio propio de esta devoción, puesto que ha sido inspira-
da por el Espíritu Santo.

22
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

5. Recitación del Avemaría y del Santo Rosario


Quinta práctica: Recitarán con gran devoción el Avemaría o
salutación angélica, cuyo valor, mérito, excelencia y necesidad
apenas conocen los cristianos aun los más instruidos. Ha sido
necesario que la Santísima Virgen se haya aparecido muchas
veces a grandes y muy esclarecidos santos, como santo Domin-
go, san Juan de Capistrano o el Beato Alano de la Roche, para
manifestarles por sí misma el valor del Avemaría. Ellos escribie-
ron libros enteros sobre las maravillas y eficacia de esta oración
para convertir las almas.

La Santísima Virgen lo decía al Beato Alano: Recuerden, almas


predestinadas, esclavas de Jesús en María, que el Avemaría es
la más hermosa de todas las oraciones después del Padrenues-
tro. El Avemaría es el más perfecto saludo que pueden dirigir
a María. Es, en efecto, el saludo que el Altísimo le envió por
medio de un arcángel para conquistar su corazón y fue tan po-
deroso sobre el corazón de María que, no obstante su profun-
da humildad, Ella dio su consentimiento a la Encarnación del
Verbo. Con este saludo debidamente recitado también ustedes
conquistarán infaliblemente su corazón.

El Avemaría bien dicho, es decir, con atención, devoción y mo-


destia, es según los Santos, el enemigo del diablo, a quien hace
huir, y el martillo que lo aplasta. Es la santificación del alma, la
alegría de los ángeles, la melodía de los predestinados, el cán-
tico del Nuevo Testamento, el gozo de la Santísima Virgen y la
gloria de la Santísima Trinidad. El Avemaría: es un rocío celes-
tial que hace al alma fecunda, es un casto y amoroso beso que
damos a María, es una rosa encarnada que le presentamos, es
una copa de ambrosía y néctar divino que le damos.

23
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Así también el Santo Rosario es tan poderoso que desarma a Sa-


tanás. Cambia los corazones tibios en corazones ardientes por
el Amor de Jesucristo.

En todas las apariciones, La Santísima Virgen María pide el rezo


del Santo Rosario porque a través de esta oración la Santísima
Virgen nos acompaña a rezar a Dios Padre, y estamos revivien-
do la vida de Jesucristo Nuestro Señor.

El Santo Rosario se debe rezar pausadamente, recemos con


amor, recordemos que los Misterios son la descripción grafica
de la vida de nuestro Señor Jesucristo.

Durante el rezo del Padrenuestro estamos Santificando al Padre


Celestial y proclamando su Reino. En las Ave Marías, estamos
recordándole a María Santísima la Anunciación del Verbo Di-
vino y Santificando a Jesús en su Vientre Virginal. Durante el
“Santa María” le estamos hacienda una súplica. En la Gloria,
estamos glorificando a la Santísima Trinidad.

6. Recitación del Magnificat


Sexta práctica: Recitarán frecuentemente el Magnificat, a ejem-
plo de la beata María d’Oignies y de muchos otros santos, para
agradecer a Dios las gracias que otorgó a la Santísima Virgen. El
Magnificat es la única oración y el único cántico compuesto por
la Santísima Virgen o mejor en Ella por Jesucristo que hablaba
por boca de María. Es el mayor sacrificio de alabanza que Dios
ha recibido en la ley de la gracia. Es el más humilde y recono-
cido y, a la vez, el más sublime y elevado de todos los cánticos.
En él hay misterios tan grandes y ocultos que los ángeles los

24
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ignoran.

7. Menosprecio del mundo


Séptima práctica: Los fieles servidores de María deben poner
gran empeño en menospreciar, aborrecer y huir de la corrup-
ción del mundo y servirse de las prácticas de menosprecio de
lo mundano

t13«$5*$"4*/5&3*03&4
Además de las prácticas exteriores de devoción que acabo de re-
ferir, las cuales no se deben dejar por negligencia ni desprecio,
en cuanto lo permiten el estado y la condición de cada uno, he
aquí algunas prácticas interiores que tienen gran eficacia san-
tificadora para aquellos a quienes el Espíritu santo llama a una
elevada santidad.

Todo se resume en obrar siempre: por María, con María, en


María y para María a fin de obrar más perfectamente por Jesu-
cristo, con Jesucristo, en Jesucristo y para Jesucristo. (Tratado
de la verdadera devoción a la Virgen Santísima – San Luis Grig-
non de Montfort)

“María es para el alma como el oratorio del corazón,


para hacer en él todas las oraciones a Dios”

San Luis de Montfort.

25
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Primera Parte

Tema: El Espíritu del Mundo

E
xamina tu conciencia, reza, practica la renuncia a tu pro-
pia voluntad, la mortificación, la pureza de corazón. Esta
pureza es la condición indispensable para contemplar a
Dios en el cielo, verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe.

La primera parte de la preparación se deberá emplear en va-


ciarse del espíritu del mundo, que es contrario al Espíritu de
Jesucristo.

El espíritu del mundo consiste, en esencia, en la negación del


dominio supremo de Dios, negación que se manifiesta en la
práctica del pecado y de la desobediencia, por tanto, es total-
mente opuesto al espíritu de Jesucristo, que es también el de
María.

Esta negación del dominio de Dios, se manifiesta en la concu-


piscencia (apetito desordenado) de la carne, de los ojos, en el
orgullo como norma de vida, así como en la desobediencia a las
leyes de Dios y el abuso de las cosas creadas.

Sus obras son el pecado en todas sus formas; en consecuencia,


todo aquello por lo cual el demonio nos lleva al pecado; obras
que conducen al error y la oscuridad de la mente, y seducción y
corrupción de la voluntad.

26
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Sus pompas son el esplendor y las artimañas empleadas por el


demonio para hacer que el pecado sea deleitoso en las personas,
sitios y cosas. (Preparación para la consagración total ‘Sociedad
Internacional Grignión de Montfort’. Pág. 8).

Día 1:

Conocer el Espíritu del mundo que


nos aparta de Jesucristo
“No améis al mundo ni lo que hay en él. Si alguno ama al mun-
do, el amor del Padre no está en él”.(1 Juan 2, 15)

¿QUÉ ES EL MUNDO?

S
e llama mundo el modo de pensar totalmente materiali-
zado que tienen las personas que no le dan importancia a
Dios ni a sus mandamientos. Se llama secularismo el obrar
de acuerdo a las modas, y costumbres e ideas de la gente sin
Dios, sin fe y sin moral. Hay dos secularismos: el de muchas
gentes que consiste en organizar la vida como si Dios no existie-
ra, dándole únicamente importancia a lo que agrada al cuerpo,
al orgullo o a la avaricia, El otro secularismo es el comunismo
que consiste en negar que Dios existe. Y decir que no hay cielo
ni otra vida, y que solo hay que preocuparse de esta vida. El co-
munismo es enemigo de Dios y de toda religión. Todo esto es lo

27
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

que se llama mundo y va contra nuestra alma y contra nuestra


salvación.

También lo podemos definir como todo aquello que se opone


al Espíritu de Jesús, también le llaman el espíritu del engaño,
de la maldad... Es el rechazo a la acción del espíritu santo en
nuestras vidas. Esta fuerza perversa va desfigurando la imagen
de Cristo en nosotros que se inaugura en el bautismo. Más aun,
trata de impedir la liberación integral de Jesús en el ser huma-
no. Además promueve la idolatría a las cosas creadas, disfraza la
verdad, suscita la muerte y la negación de Dios. Este espíritu del
mundo consigue que las almas simulen la “piedad” hasta llegar
a relativizarla volviéndola falsa e hipócrita.

Este ambiente malsano se constituye y manifiesta en cuatro fór-


mulas principales:

a. Falsas máximas, en directa oposición a las del Evangelio


(Bienaventuranzas Mt 5, 1-12).
El mundo exalta las riquezas, los placeres, la violencia, el fraude
y el engaño, puestos al servicio del propio egoísmo.

b. Burlas y persecuciones contra la vida de la piedad, los vesti-


dos decentes y honestos, las procesiones morales que califican
de ridículas y aburridas; contra las leyes santas del matrimonio,
que juzgan anticuadas y difíciles de practicar; contra la vida
cristiana del hogar; contra la obediencia y sumisión de la juven-
tud, a la que proclaman libre para saltar sobre todos los frenos
y barreras, etc.

c. Placeres y diversiones cada vez más abundantes, refinados

28
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

e inmorales: teatros, cines, baile, centros de perversión, playas


y piscinas con inmoral promiscuidad de sexos; revistas, perió-
dicos, novelas, vitrinas, modas indecentes, conversaciones tor-
pes, chistes, morbo, frases de doble o hasta triple sentido. No se
piensa ni se vive más que para la diversión, a la que se le sacrifi-
ca muchas veces el descanso, la unidad familiar y muchas veces
hasta lo materialmente necesario para vivir.

d. Escándalos y malos ejemplos casi continuos, hasta el punto


de que es imposible salir a la calle, abrir un periódico, contem-
plar una vitrina u oír una conversación, sin que aparezca, en
toda su crudeza, una incitación al pecado, en alguna de sus for-
mas.

Con razón decía San Juan, que “el mundo está como sumergido
en el mal” (1 Jn 5,19); y el divino maestro nos puso en guardia
contra las seducciones del mundo: “¡Ay del mundo a causa de sus
escándalos!” (Mt 18, 7), anunciándonos el espantoso destino que
aguarda a los escandalosos… el infierno (Mt 18, 9).
(Tomado de Teología de la perfección cristiana por el P. Royo Marín OP)

Hay diferentes modos de pertenecer al mundo:


a. Apostasía, esto es abandonar la religión por la pérdida de la fe
y la adhesión a las sectas condenadas por la Iglesia.

b. Pertenecer de hecho al mundo. Aunque se llenen algunos ofi-


cios religiosos, si se quiere vivir en pecado mortal, se pertene-
cerá al mundo.

c. Estar influenciados por el espíritu del mundo, aún incons-


cientemente y comunicar esta influencia por sus palabras, ma-

29
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

neras y mentalidad.
Es pues, el mundo ese conjunto de personas, doctrinas y obras
que bajo la dirección de Satanás se oponen al reino de Cristo y
quieren arrebatarle su dominio en las almas. Es ese conjunto de
falsedad, de malicia, de pecado, de corrupción y cuanto a esto
conduce.

Lo que el mundo ofrece a sus secuaces:


Libertad absoluta, basada en la soberbia para pensar, para ha-
blar, para “amar”, para gozar, para seguir sus caprichos y todos
sus antojos.

Felicidad embriagante a base de toda clase de placeres, espectácu-


los y diversiones sin tasa ni medida, hasta la completa saciedad.

¡Pero en realidad no da ni una ni otra! ¡Da sin duda algunos


cuantos ratos de placer y bienestar pero no ha dado nunca, ni
dará jamás a nadie, la verdadera dicha ni felicidad!

Salomón exclamó harto de placeres “vi que todo era vanidad y


apacentarse de viento” (Eclo 2, 1).

San Agustín que también gozó abundantísimamente de cuan-


to el mundo puede ofrecer tuvo esta frase lapidaria: “Nos has
hecho Señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que
descanse en ti” (Conf. Cap. 1. Núm. 1).

Lo que el mundo exige:


Mucho exige a cambio de lo que ofrece. Exige mucho dinero,
mucho tiempo y muchas molestias, incomparablemente mayores
que las que Dios exige para el perfecto cumplimiento de su ley.

30
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Lo que el mundo quita:


a. La salud del cuerpo, muchas veces por las demandas de los
vicios.

b. El propio prestigio y reputación humana, gracias a sus ridi-


culeces, bajezas, degradaciones, descuidos vergonzosos, modas
y costumbres degradantes.

c. Los goces íntimos del hogar.

d. El verdadero espíritu religioso.

e. La paz de la conciencia. Porque se intenta ahogar los gritos de


la conciencia a fuerza de “distraerse”, multiplicando los placeres
y las diversiones, pero es empeño vano e inútil, porque la con-
ciencia clama a pesar de todo.

En las horas inevitables de soledad y de aburrimiento ¡cuánto


malestar, cuánta inquietud, cuánta amargura del alma, cuántas
punzadas del remordimiento, cuanto vacío del corazón!
“no hay paz para los impíos” nos certifica la Sagrada Escritura
(Is 48, 22) y el augurio divino se cumple a cabalidad en el corazón.

¿CÓMO SE VENCE AL MUNDO?


Se vence al mundo aprendiendo a valorar lo corporal, lo mate-
rial, el dinero y las personas como los valora Dios y como los
valoran los santos y no como los valoran la gente sin fe.

San Juan dijo: “todo el mundo se compone de tres cosas: De malos


deseos del cuerpo, de avaricia de tener mucho dinero y de orgullo.

31
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

(1 Jn 2) y Jesucristo repetía: “¿de qué le sirve a una persona ganar


el mundo entero si pierde su alma?”

El remedio más eficaz contra el mundo sería huir materialmen-


te de él. Pero como no todos los cristianos tienen vocación de
cartujos o ermitaños y la inmensa mayoría han de vivir en me-
dio del mundo, sin renunciar a la perfección cristiana, es pre-
ciso que adquieran el verdadero Espíritu de Jesucristo, que es
totalmente opuesto al espíritu del mundo.

PARA ELLO PROCURARÁ CON TODA DESICIÓN Y EM-


PEÑO:
a. La huida de las ocasiones de pecar.
En el mundo las hay abundantísimas. Sobre todo, el alma que
aspire a santificarse, debe renunciar de buen grado a los espec-
táculos, en la mayor parte de los cuales el mundo inyecta su
veneno, siembra sus errores y excita las pasiones bajas.

En ninguna otra parte, como aquí, tiene aplicación el oráculo


del Espíritu Santo “El que ame el peligro, en él perecerá” (Eclo 3, 26).

b. Avivar la fe.
Animar la fe que nos da la victoria contra el mundo. “Todo lo
que ha nacido de Dios vence al mundo, y la victoria en que el
mundo ha sido vencido es nuestra fe” (1 Jn 5, 4).

Guiados por ella (la fe), hemos de oponer: a las falsas aparien-
cias del mundo, la firme adhesión del espíritu a las cosas divinas
invisibles; a sus máximas perversas, las palabras de Jesucristo; a
sus halagos y seducciones, las promesas eternas; a sus placeres y
diversiones, la paz de nuestra alma y la serenidad de una buena

32
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

conciencia; a sus burlas y persecuciones, la firmeza de los hijos


de Dios; a sus escándalos y malos ejemplos, la conducta de los
santos y la afirmación constante de una vida irreprochable ante
Dios y ante los hombres.

c. Considerar la vanidad del mundo.


El mundo pasa velozmente “Piensen que todo lo presente pasa”
(1 Co 7, 31) y con él, pasan sus placeres y concupiscencias:
“El mundo y sus concupiscencias pasan” (1 Jn 2, 17a).

Nada hay estable bajo el cielo, todo se mueve y agita como el


mar azotado por la tempestad. El mundo cambia continuamen-
te sus juicios, sus afirmaciones, sus gustos y caprichos; reniega a
veces de lo que antes había aplaudido con frenesí, yendo de un
extremo a otro sin el menor escrúpulo o pudor, permaneciendo
constante, únicamente, en la facilidad de la mentira y la obsti-
nación en el mal.

d. Pisotear el respeto humano.


La atención al “qué dirán”, es una de las actitudes más viles e in-
dignas de un cristiano y una de las más injuriosas contra Dios.
Para no “disgustar” a cuatro gusanillos indecentes que viven en
pecado mortal, se viola la ley de Dios y se siente rubor de mos-
trarse discípulo de Cristo.

El divino maestro nos advierte claramente en el evangelio que


negará delante de su Padre Celestial a todo aquel que le hubiere
negado delante de los hombres (Mt 10, 33). Es preciso tomar una
actitud franca y decidida, pues ante Él: “el que no está conmigo,
está contra mí” (Mt 12, 30). Y San Pablo afirma de sí mismo que
no será discípulo de Jesucristo si buscase agradar a los hombres

33
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

(Gl 1, 10). El cristiano que quiera santificarse, ha de prescindir


en absoluto de lo que el mundo pueda decir o pensar. Aunque
le chille el mundo entero y le llene de burlas y menosprecios,
ha de seguir adelante con inquebrantable energía y decisión. Es
mejor adoptar desde el primer momento una actitud del todo
clara e inequívoca para que a nadie le quepa la menor duda
sobre nuestros verdaderos propósitos e intenciones. El mundo
nos odiará y perseguirá, nos lo advirtió el divino maestro (Jn 15,
18-20), pero si encuentra en nosotros una actitud decidida e in-
quebrantable, acabará dejándonos en paz, dando por perdida la
partida. Sólo contra los cobardes que vacilan vuelve una y otra
vez a la carga para arrastrarlos nuevamente a sus filas. El mejor
medio de vencer al mundo es no ceder un solo paso, afirmando
con fuerza nuestra personalidad en una actitud decidida, cla-
ra e inquebrantable de renunciar para siempre a sus máximas
y vanidades. (Teología de la Perfección Cristiana por el P. Royo
Marín OP).

PRÁCTICA: Arrodillarme delante de una imagen de la Santísi-


ma Virgen María y recitar tres aves Marías, tomando la disposi-
ción de Consagrarme a su inmaculado corazón.

“¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios?


cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye
en enemigo de Dios” (Santiago 4,4)

34
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 2:

¿Qué Dice Jesús Acerca


De Las Riquezas?
“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que
un rico entre en el reino de Dios” (Marcos 10, 17-27)

J
esús dijo que las riquezas son un peligro. Ese apego sofoca la
semilla de la palabra divina que cae al corazón; tuvo lástima
de Judas, el discípulo pervertido, por el afecto desordenado
al dinero; dijo al joven que quiso seguirle “si quieres venir en mi
seguimiento, vende cuanto tienes y dalo a los pobres” (Mt 19, 21);
y en otra ocasión afirmó: “Qué difícil es que los ricos entren al
reino de los cielos” (Mt 19, 23).

Dios ha puesto al hombre a la cabeza de la creación visible y le


ha dado el derecho de disponer de los productos y frutos de la
tierra, para proveer a sus necesidades.

Como consecuencia del pecado original, el hombre se apegó


desordenadamente a los bienes de la tierra, persiguiéndolos con
pasión desordenada y aún por medios ilícitos; porque los bienes
materiales ya no los quiere tener como un medio de salvación,
sino como fin de su existencia.

35
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

En el mundo el hombre vale en proporción a su riqueza, el


mundo tiene más afecto por un pícaro con fortuna, que por un
hombre virtuoso, pero pobre.
De la avaricia proceden las mentiras, los engaños, los robos, las
injusticias. De la avaricia proceden la crueldad para los débiles,
la violencia, el pillaje, los asesinatos y la desunión de las familias,
cuando se trata de repartición de bienes.

Para el avaro todos los precios son justos y todas las ganancias
honestas; todo lo que pueda obtener de cualquier manera, lo
considera como posesión legítima.

“La avaricia es la raíz de todos los males” (1 Ti 6, 10) dice San


Pablo; es uno de los medios más poderosos de que se vale
Satanás para perder las almas y ahogar la buena voluntad en el
corazón de los cristianos.

Males del apego a las riquezas:


Cuando alguien quiere buscar desordenadamente los bienes de
este mundo, sentirá pronto que se debilitan sus sentimientos
religiosos, que poco a poco va desinteresándose de los valores
espirituales y eternos. Poco tiempo le queda para la oración
y los deberes religiosos; sólo atiende a los bienes caducos que
persigue. Se abandona a la familia por el deseo de tener.

La conducta de Jesús ha sido completamente opuesta. Él no


quiso vivir en medio de comodidades, como le hubiese sido
posible, sino todo lo contrario: nació pobre, vivió pobremente
y murió más pobre todavía. Su Madre y su Padre nutricio
fueron pobres; en su ministerio se rodeó de pescadores, se

36
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

dirigía preferentemente a los pobres y nos enseñó a confiar en


la providencia del Padre Eterno. (Mt 6, 24-34)

Para asemejarse a María, el esclavo de amor quiere vivir pobre,


amar la pobreza y a los pobres.

El esclavo no posee nada por derecho ni lo podría poseer;


nosotros libremente hemos querido ser esclavos de amor. Al
entregarnos a María, no conservamos sino la administración
de los bienes que hemos ofrecido y consagrado. No debemos
disponer de ellos sino con asentimiento de Nuestra Señora y
según su Voluntad; debemos ser lógicos y practicar una pobreza
religiosa, aunque sin voto.

De esta manera se nos facilita el desprendimiento de los bienes


de este mundo, porque uno no se apega a los bienes ajenos.

Ante todo, debemos pedir en oración, el verdadero espíritu


evangélico en esta materia, principalmente al rezar el Santo
Rosario, cuando contemplamos el nacimiento de Cristo.

Si Dios nos concede bienes temporales más allá de los necesarios,


tenemos el deber de atender a nuestro prójimo indigente,
dándole gustosa y generosamente, con respeto y amor. Demos
asimismo a tantas obras e instituciones benéficas, sobretodo a
las que redundan directamente en honor a la Santísima Virgen.
Los esclavos de María deben evitar toda preocupación voluntaria,
en lo tocante a bienes de la tierra; eso es no sólo una exigencia
del Evangelio (Mt 6, 25) sino también de nuestro espíritu de
abandono y dependencia; se ocuparán de sus negocios con
esmero e inteligencia, pero evitando toda inquietud voluntaria.

37
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

La Madre incomparablemente buena, tomará cuidado de ellos


en todo sentido, aún en sus necesidades temporales.

El gran problema no está en la posesión de los bienes de este


mundo, sino en el apego a ellos, el cual forzosamente disminuye
el amor a Dios; muchas veces es apego a las cosas pequeñas, a
tonterías, pero que atan el corazón.

Los esclavos de María, deberán agradecerle cuando Ella permita


que padezcan alguna pérdida en sus bienes y tendrán sumo
cuidado en evitar lo que sea lujo y opulencia, sin que por ello
tengan que privarse de lo sano, lo justo y conveniente para vivir.

PRÁCTICA: En el día de hoy compartiré con los necesitados,


sabiendo que todo lo que tengo es un regalo de Dios; hablare de las
obras de misericordia con otra persona y recordare la necesidad
de observarlas, para poder llevar vidas buenas.

“Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por


dejarse llevar de él, se extraviaron en la fé y se atormentaron con muchos
sufrimientos” (1 Timoteo 6,10)

38
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 3:

Verdades Máximas De Jesucristo:


Caridad, Generosidad, Desapego
“Amaos unos a otros; como yo os he amado” (Juan 13,34)

N
uestro Señor Jesucristo en su palabra nos ha dejado
su más importante legado, “sus verdades máximas”
que resumen la manera como debemos comportarnos
para ser verdaderos cristianos y heredar el reino de los cielos.
Estas frases y enseñanzas nos invitan a llevar una vida santa
y conforme a su voluntad, haciendo lo que es agradable a
Dios y lo que nos aparta de vivir como nos invita el mundo
de hoy. Observemos la carta magna del Reino de Dios, las
bienaventuranzas (Mt 5, 1-12).

La felicidad que proponen las bienaventuranzas está orientada,


a una esperanza y descansa en la garantía de la palabra de Jesús.
El acceso a esta felicidad está ya concedido a los que llevan a
cabo en su vida concreta las exigencias de virtud que se expresan
en la primera parte de cada una de las bienaventuranzas.

Dice Catalina Rivas que Jesús cuando pronunciaba las


Bienaventuranzas se las dedicaba a la Santísima Virgen María,
definitivamente ella es la pobre de espíritu, la humilde, la que
sufre, la misericordiosa, la limpia de corazón por su pureza
angelical…

39
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t #JFOBWFOUVSBEPT MPT QPCSFT EF FTQÓSJUV Ya mucho se ha


comentado acerca de la pobreza que habla vuestro Señor
Jesucristo, sabemos que no se trata de una pobreza material,
aunque en la mayoría de los casos si se da, estas bienaventuranzas
de san Mateo apuntan más a la virtud que a la condición social.
Se trata de esa “pobreza” espiritual, integrada por humildad y
serena paciencia, sumisión total y confiada, y que sólo es posible
a través de un perfecto desprendimiento de sí. Es la liberación
del ego y la dependencia total a Dios. Los bienaventurados son
pobres “de espíritu”, que por su propia voluntad están dispuestos
a soportar por amor de Dios esta dolorosa y humilde condición,
incluso aunque realmente sean ricos y felices; mientras que, por
otro lado, los realmente pobres pueden no alcanzar esta pobreza
“de espíritu”.

t Bienaventurados los mansos: Puesto que la pobreza es un


estado de humilde sujeción, el “pobre de espíritu”, está próximo
al “manso”, sujeto de la segunda bienaventuranza. Los que
humilde y mansamente se inclinan ante Dios y el hombre,
“heredarán la tierra” y poseerán su herencia en paz. Esta es una
frase tomada del Salmo 36 (versión hebrea, 37,11) donde se
refiere a la Tierra Prometida de Israel, pero aquí en las palabras
de Cristo, es por supuesto sólo un símbolo del Reino de los
Cielos, el reino espiritual del Mesías.

tBienaventurados los que lloran: Los “que lloran” esto se opone


a la risa y a la alegría mundana de carácter vacío. Los motivos
del llanto no derivan de las miserias de una vida de pobreza,
abatimiento y sometimiento, sino más bien los de las miserias
que el hombre piadoso sufre en sí mismo y en otros, y en mayor

40
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

medida el tremendo poder del mal por todo el mundo. A tales


dolientes el Señor Jesús les trae el consuelo del reino celestial,
“la consolación de Israel”(Lc 2, 25) predicha por los profetas,
y especialmente por el Libro de la Consolación de (Is 11, 66).
Incluso los judíos tardíos conocían al Mesías por el nombre de
Menahem, el Consolador. Estas tres bienaventuranzas, pobreza,
abatimiento y sometimiento son un elogio de lo que ahora se
llaman virtudes pasivas: abstinencia y resistencia, y la Octava
Bienaventuranza nos lleva de nuevo a la enseñanza.

t #JFOBWFOUVSBEPT MPT RVF UJFOFO IBNCSF Z TFE EF KVTUJDJB


Lo primero de todo, “hambre y sed” de justicia: un deseo fuerte
y continuo de progreso en perfección moral y religiosa, cuya
recompensa será el verdadero cumplimiento del deseo, el
continuo crecimiento en santidad. Es tener hambre y sed de
hacer la voluntad de Dios; esa es la justicia.

t Bienaventurados los Misericordiosos: A partir de este


deseo interior se debe dar un paso más hacia la acción por las
obras de “misericordia”, corporales y espirituales. Por medio
de éstas los misericordiosos logran la misericordia divina del
reino mesiánico, en esta vida y en el juicio final. La maravillosa
fertilidad de la Iglesia en obras e instituciones de misericordia
corporal y espiritual de toda clase muestra el sentido profético,
por no decir el poder creativo, de esta sencilla palabra del
Maestro divino. Por otra parte la misericordia tiende al perdón
y a la reconciliación, contradice la venganza que propone el
mundo, la felicidad verdadera está en sentirse perdonado por
Dios, para eso debemos perdonar, es decir ser misericordiosos.

t Bienaventurados los limpios de corazón: Son los de

41
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

conducta irreprochable, los que no piensan de una manera y


obran de otra, los que han quemado todos los ídolos, los que
no abrigan malas intenciones contra los demás, los de conducta
transparente y sincera, los que crean confianza a su alrededor...
Tendrán una profunda y constante experiencia de Dios en su
vida. Esta limpieza de corazón o de espíritu no se consigue con
ritos ni con observancias religiosas, sino con una verdadera
disposición hacia los demás y la fidelidad a la propia conciencia.

t#JFOBWFOUVSBEPTMPTRVFUSBCBKBOQPSMBQB[Los “pacíficos”
son no sólo los que viven en paz con los demás sino que además
hacen lo mejor que pueden para conservar la paz y la amistad
entre los hombres y entre Dios y el hombre, y para restaurarlas
cuando han sido perturbadas. Es por esta obra divina, “una
imitación del amor de Dios por el hombre” como la llama San
Gregorio de Nisa, por la que serán llamados hijos de Dios, “hijos
de su Padre que está en los cielos” (Mt 5, 45).

t#JFOBWFOUVSBEPTMPTQFSTFHVJEPTBDBVTBEFMBKVTUJDJB Cuando
después de todo esto a los piadosos discípulos de Cristo se les
retribuya con ingratitud e incluso “persecución” no será sino una
nueva bienaventuranza, “pues suyo es el reino de los cielos”.

Así, mediante una inclusión, no infrecuente en la poesía bíblica,


la última bienaventuranza vuelve a la primera y a la segunda.
Los piadosos, cuyos sentimientos y deseos, cuyas obras y
sufrimientos se presentan ante nosotros, serán bienaventurados
y felices por su participación en el reino mesiánico, aquí y en
el futuro. Y, visto lo que los versículos intermedios parecen
expresar, en imágenes parciales de una bienaventuranza sin
fin, la misma posesión de la salvación mesiánica. Las ocho

42
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

condiciones requeridas constituyen la ley fundamental del


reino, la auténtica médula y tuétano de la perfección cristiana.
Por su profundidad y amplitud de pensamiento, y su relación
práctica sobre la vida cristiana, el pasaje puede ponerse al
mismo nivel que el Decálogo en el Antiguo Testamento, y que
la Oración del Señor en el Nuevo, y supera ambos por su belleza
y estructura poética. El mundo declara dichosos a los que son
aplaudidos por los hombres.

Jesucristo en su palabra nos hace una constante invitación a vivir


la caridad, entendida también como el amor, la generosidad con
nuestros hermanos y el desapego a las cosas de este mundo.

CARIDAD: ”Yo podría hablar las lenguas de los hombres y de los


Ángeles; sino tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo
que retiñe” (1 Co 13,1-13).

La caridad es una virtud sobrenatural por la cual amamos a Dios


sobre todas las cosas y amamos al prójimo como a nosotros
mismos por el amor de Dios.

Se conoce que alguien tiene caridad si se esfuerza por cumplir


los mandamientos y por no pecar; si se hace con frecuencia
actos de amor a Dios: dándole gracias por sus favores,
pidiéndole perdón por sus pecados, y ofreciéndole lo que hace
y lo que sufre, y si trata a los demás, como quisiera que los
demás lo trataran a él mismo.

San Juan dijo: “se conoce al que es de Dios si se esfuerza por


cumplir los mandamientos” (1 Jn 3,24) y por no pecar (5,18)

43
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

San Francisco de Sales recomienda como mejor método para


aumentar el amor de Dios: “recordar sus favores y darle gracias
por ellos”.

Y Jesús dio la LEY DE ORO en el trato con el prójimo: “todo


el bien que deseáis que los demás os hagan a vosotros, hacedlo
vosotros a ellos” (Mt 7,12)

GENEROSIDAD: “Ya conocéis la generosidad de nuestro Señor


Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para
enriqueceros con su pobreza” (2 Co 8, 1-15)

La generosidad es la virtud que nos caracteriza en nuestra


imitación de Cristo, en nuestro camino de imitación con Él.
Esto es porque la generosidad no es simplemente una virtud que
nace del corazón que quiere dar a los demás, sino la auténtica
generosidad nace de un corazón que quiere amar a los demás.
No puede haber generosidad sin amor, como tampoco puede
haber amor sin generosidad. Es imposible separar estas dos
virtudes.

Esta virtud nos dispone a dar no solamente bienes materiales


sino también de nuestro tiempo, talento y nuestra propia vida
para cumplir la voluntad de Dios, sin esperar nada en cambio
de este mundo.

DESAPEGO: “Vended vuestro bienes y dadlos en limosna. Haceos


bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos,
donde no llega el ladrón ni la polilla corroe. Porque donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Lc 12, 33-34)

44
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El evangelio recomienda el desapego de los bienes de la tierra.


Ese desapego no significa que el hombre deba evitar su uso, sino
solamente que los debe usar con superioridad y fuerza del alma,
así como con templanza cristiana, en lugar de dejarse esclavizar
por ellos.

Cuando el hombre no procede así, y hace mal uso de esos


bienes, el mal no está en los bienes sino en él.

Así por ejemplo, el mal del borracho, está en si mismo y no en el


vino con que se embriaga. Tanto es así que muchos son los que
beben vinos de la mejor calidad y no abusan de ellos. Lo mismo
se puede decir de otros bienes.

PRÁCTICA: Recitare 50 veces la jaculatoria: “María Madre mía,


renuncio a mi mismo y me consagro a tu Inmaculado Corazón”.

“El que es generoso prosperará, el que da de beber,


también será saciado”
(Proverbios 11, 25)

45
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 4:

Falsas Máximas Del Mundo:


Avaricia, Envidia, Egoísmo.
“Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende
del poseer muchas cosas” (Lucas 12, 15)

E
l mundo también tiene sus bienaventuranzas y son todo
lo contrario a las del evangelio; además utiliza muchas
maneras para difundir su doctrina, desde las más
menudas hasta las más descaradas; la mayoría para satisfacer
el propio egoísmo, haciendo nos creer que con esto seremos
felices, exalta el apego a las riquezas, los placeres exagerados, el
fraude, el deseo de grandezas, etc. Todo esto es el entrar por la
puerta ancha que lleva al camino de la perdición. Como hijos y
esclavos de María, debemos rechazar a Satanás y a sus obras que
son la falsedad y el pecado; pero además, tenemos que detestar
sus pompas o vanidades que se identifican con las máximas
engañosas y actividades seductoras del mundo pervertido.

Jesús ha venido a reconciliar el cielo con la tierra y tiene sus


seguidores reunidos en la Iglesia, para extender su doctrina y
comunicar su vida. Por medio de los Sacramentos y también
por su influencia directa y misericordiosa, atrae hacia Él a la
humanidad y quiere ofrecerla al Padre Celestial, formando un

46
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

sólo cuerpo místico. Este es su Plan.

Pero en frente se levanta Satanás con el propósito de arrastrar


tras sí a todos los hombres invitándoles a la rebelión contra
Dios. Quiere establecer su imperio en la tierra y este reino es
el “mundo”.
Satanás tiene sus axiomas, sus máximas, sus doctrinas falaces
y engañosas con las cuales bajo la máscara de verdad, trata de
seducir a las almas. Tiene sus secuaces, que son todos aquellos
que viven apartados de Dios por el pecado y tiende a invadir
todos los campos sociales, la economía, la política, el arte, la
moda, la radio, el cine, la prensa, las diversiones y todo en
general.

Veamos algunas de las tantas expresiones que el mundo nos


enseña:
t4PNPTKØWFOFT IBZRVFEJTGSVUBSEFMBWJEB ZUPEBWÓBOPOPT
vamos a morir.

t%JPTFTNVZCVFOPZDPNQSFOTJWPOPQPSHP[BSZEJWFSUJNPT
nos vamos a condenar.

t)BZRVFHBOBSEJOFSPTFBBDVBMRVJFSDPTUP

t-PQSJNFSPEFUPEPFTFMDVFSQPZMBMBSHBWJEB

t:PDSFPFO%JPTBNJNBOFSB

El mundo también persigue y se burla de muchos valores


cristianos. Ejemplo: contra la vida piadosa, contra el vestir
decente y recatado, contra las santas leyes del matrimonio que

47
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

son juzgadas por anticuadas y difíciles de practicar; contra la


vida cristiana del hogar; contra la obediencia y sumisión de la
juventud, a la que proclaman libre para saltar sobre todos los
límites y barreras.

Ahora Reiteraremos una de las más peligrosas artimañas que el


Demonio, príncipe del Mundo, promueve: las palabras travestis
y los disfraces que ocultan la verdad.

Veamos algunas expresiones:


t"MMJCFSUJOBKFFMNVOEPMPEJTGSB[BDPOMBFYQSFTJØOEFMJCFSUBE

t 6O QPMJUJRVFSP FM NVOEP MP DBUBMPHB DPNP VO IPNCSF


inteligente, astuto político.

t " MB QFSEJDJØO TF MF MMBNB DVMUVSB TJ EPT IPNPTFYVBMFT
se besan en la calle, y no toleras lo visto, entonces eres un
desadaptado, intolerante, un atrasado de la sociedad).

t"VO#SVKP FMNVOEPMFEJDFiÏTUFIPNCSFTÓRVFTBCF

t"VOTFEVDUPSFMNVOEPMFEJDFRVFFTVOIPNCSFEJWFSUJEPZ
agradable.

t"VOB.VKFSRVFWJTUFTFSJBZEFDFOUF FMNVOEPMBUSBUBEF
anticuada.

t"VOBNVKFSRVFWJTUFDPOUSBKFTPCTDFOPTZEFHSBEBOUFT FM
mundo le dice que viste bien y que está a la moda.

t"$IJTNPTFBS FMNVOEPMPDPOTJEFSBDPNPVOBDPOWFSTBDJØO

48
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

sabrosa.

t&MNVOEPMFMMBNBBSUFBMPTEFTOVEPTZBMBQPSOPHSBGÓB

t"VOBUFOUBDJØORVFMMFWBBMPEFTIPOSBEPFMNVOEPMFMMBNB
una buena oferta.

t&MRVFQFDBZSF[B FNQBUB

t&MNVOEPEJDFRVFOPFTQFDBEPMPRVFMBJHMFTJBTJFNQSFIB
conocido como pecado.

t"VOCVFONBSJEPFMNVOEPMFMMBNBEPNJOBEPQPSTVNVKFS

t "M RVF WB QPS FM DBNJOP EF MB TBOUJEBE FM NVOEP MP MMBNB
“fanático”

t &M NVOEP OP MMBNB BM  "CPSUP BTFTJOBUP  TJOP MJCSBSTF EFM
problema.

t&MNVOEPMMBNBBMEJWPSDJP SFIBDFSTVWJEB -B*HMFTJBHVÓB


estos casos)

Veamos otras frases:

t:POPUFGVJJOĕFM GVFFOEFTMJ[

t&TRVFZPBNPBMBT MPT
EPT

t:POPTPZJSSFTQPOTBCMF FTRVFZPMBDPKPTVBWF

49
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t " MPT EFTPSEFOFT TFYVBMFT FM NVOEP MFT EJDF RVF FTP OP FT
malo, hay que satisfacer nuestras necesidades.

t:POPTPZBMDPIØMJDP OBEBNÈTNFCFCPVOBTDVBOUBTUPEPT
los fines de semana (ya está esclavo del alcohol)

t/PNFWFPWVMHBS FTUPZBMBNPEB

t&MNVOEPEJDF4FYPBOUFTEFMNBUSJNPOJPFTBMHPOPSNBM FT
para conocernos mejor.

t%BNFMBQSVFCBEFBNPS BDVÏTUBUFDPONJHP

t -PT QBÓTFT EFTBSSPMMBEPT OP FTUÈO FO MB  QFSEJDJØO  FTP FT
desarrollo.

t1BSBBMDBO[BSMBQB[ IBZRVFJSBMBHVFSSB

Nota: Estos son algunos argumentos que el mundo difunde.

Todo consagrado a la Santísima Virgen María, no debe creer


ni secundar las falsas máximas del mundo. Estas tienen una
doctrina tan contraria a la Sabiduría encarnada como las
tinieblas a la luz, la muerte a la vida. Examina atentamente
sus sentimientos y palabras. Los mundanos piensan y hablan
mal de las más sublimes virtudes. Es verdad que no mienten
abiertamente, pues revisten sus mentiras con apariencias
de verdad. Piensan que no mienten, pero en realidad están
mintiendo. Por lo general, no aconsejan abiertamente el pecado,
pero lo consideran como acto de virtud, honesto, indiferente o
sin consecuencias.

50
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

En esta sutileza, que el mundo ha copiado del demonio para


disimular la fealdad del pecado y de la mentira, consiste aquella
malicia de que habla San Juan: El mundo entero está bajo el
poder del maligno, hoy más que nunca. (Texto de San Luis
María Grignion de Montfort, tomado de “Amor de la Sabiduría
Eterna”)

PIDAMOS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA QUE AL


CONSAGRARNOS A ELLA, CONSERVE Y AUMENTE
NUESTRAS VIRTUDES, A PESAR DEL DEMONIO DEL
MUNDO Y DE LAS PASIONES, QUE HACEN ESFUERZOS
POR ROBARNOS NUESTROS TESOROS ESPIRITUALES.

PRÁCTICA: Reflexionar durante cinco minutos, que si muriera


en la noche a qué lugar debiera ir mi alma.

“No ameis al mundo, ni lo que hay en el mundo, si alquien ama al mundo,


el amor del padre no está en él, porque todo cuanto hay en el mundo - la
concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia
de las riquezas - no viene del padre, si no del mundo. El mundo y sus
concupiscencias pasan, pero quién cumple la voluntad de Dios permanece
para siempre” (1 Jn 2, 15 - 17 )

51
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 5:

Humildad De Cristo Contraria


A La Soberbia
“Pues el que se ensalza será humillado y el que se humilla será
ensalzado” (Mateo 23, 12)

¿QUÉ ES LA HUMILDAD?

E
s el reconocimiento y la aceptación de que somos creaturas
necesitadas de Dios y que somos pequeños delante de El.
Es la virtud moral por la que el hombre reconoce que de
sí mismo solo tiene la nada y el pecado. Todo es un don de Dios
de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria. El
hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo
admira porque ha descubierto que ser hijo de Dios es un valor
muy superior. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se
ve a sí mismo y al prójimo ante Dios. Es así libre para estimar
y dedicarse al amor y al servicio sin desviarse en juicios que no
le pertenecen.

La humildad no solo se opone al orgullo sino también al auto


abyección (auto humillación) en la que se dejaría de reconocer
los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según su
voluntad.

Jesús dice: Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón


y como nota de san Bernardo ¿qué orgullo tan obstinado que no

52
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

pueda ser abatido por la humildad de este divino maestro?

El ejemplo perfecto de humildad es Jesús, que vino al mundo


a servir y no a ser servido; siendo el rey del más alto linaje,
sufrió el éxodo, nació a la intemperie, su cuna fueron pajas
acomodadas que lo protegían un poco del frío, de la noche.

Su cetro fue la cruz, cruz que redimiría el mundo, su corona


fue una tosca corona de espinas impuesta como irrisión, como
burla. En la entrada triunfante a Jerusalén llegó en un borrico,
para mostrar que la suntuosidad no va con los hijos de Dios.

Compartió con publicanos, fariseos, pecadores, leprosos, cojos,


ciegos y lisiados, nunca buscó la burguesía, la alcurnia porque
su Sagrado Corazón siempre estuvo adornado del oro de la
humildad.

Bienes que alcanzaré si abrazo la humildad:


Consideremos a continuación, los grandes bienes que se
alcanzan si mortificamos la soberbia y abrazamos la humildad,
esto con el fin de purificar el alma. Estos bienes se encierran en la
promesa que hizo Cristo nuestro Señor, diciendo que “quien se
humillare será ensalzado” (Mt 23,12; Lc 14,11 y 18,14): librando
a los humildes de las miserias en que han caído, conservándoles
las gracias y excelencias que han recibido, y levantándoles de
nuevo a otras mayores. Y así, los que se humillan con corazón
contrito por haber pecado, son ensalzados por Cristo en lo
mismo que se humillaron: porque les perdona sus pecados,
aparta de ellos los castigos que merecían, les da su gracia
y caridad, los levanta a la dignidad de hijos de Dios, oye sus
oraciones y los llena de grandes dones; pues “Dios resiste a los

53
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

soberbios y da su gracia a los humildes” (Stg 4,6).

¿QUÉ ES LA SOBERBIA?
Dice el catecismo: “Uno de los siete pecados capitales. Consiste
en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la
atención y el honor e inserta a su ser en un antagonismo con Dios”

También se define como la elevación del “Yo” respecto de otros


por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación,
o bien, en alcanzar un estatus elevado y subvalorar al contexto.

Igualmente la soberbia inyecta a los hombres la creencia de


que todo lo que se hace o dice es superior, y que se es capaz de
superar todo lo que digan o hagan los demás.

Según San Bernardo existen dos clases de soberbia:

Soberbia Espiritual: Es aquella en la que las personas se


apropian de los dones que el Señor les ha regalado y creen
que todos deben estar sometidos a el. Se gloría de los bienes
espirituales como ciencias y virtudes, dones y carismas, obras
de misericordia, etc

Soberbia carnal: Las personas se sienten más que los demás


porque tienen algunos bienes materiales como dinero, carro, o
mejor estrato social y creen que pueden humillar a otros.

La soberbia tiene 7 cabezas:


1.Vanagloria: Es el apetito desordenado de ser alabado y
estimado por los demás.

54
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

2. Jactancia: Es alabarse o gloriarse a si mismo y exagerar lo


que se tiene.

3. Ambición: Es desear los bienes que no se merece o buscarlos


obsesivamente por los medios que sea, solamente por la honra
que da el mundo.

4. Presunción: Es alardear de si mismos cosa mayores de las


que pueden y se arrojan temerariamente a conseguir cosas que
no son capaz, porque no tienen la capacidad suficiente para
conseguirlas.

5. Hipocresía: Es fingir la intensión y la buena virtud que no se


tiene para ser tenido por santo y haciendo obras buenas con
fingida bondad para este fin.

6. Protervia: Es la obstinación que tienen algunas personas por


hacer el mal.

7. Desprecio de los demás: Es hacer poco caso de los otros;


primero de los menores, luego de los iguales, después de los
mayores, hasta llegar a despreciar a Dios.

¿CUÁLES SON LOS CASTIGOS DE LOS SOBERBIOS?


1. Ser castigados en su propia excelencia.
2. Dios les niega lo que desean.
3. Dios les da bajeza y la confusión que temen.

¿CÓMO DETECTAMOS SI SOMOS SOBERBIOS O


HUMILDES?

55
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

SOBERBIO:
t %FTFB TFS BMBCBEP  FTUJNBEP  FMPHJBEP  RVFSJEP  CVTDBEP 
preferido.

t-FEBSBCJBDVBOEPMPDSJUJDBOPIBCMBONBMEFFM

t)BCMBNVDIPEFTJNJTNP EFTVTPCSBTZIBTUBEFMPRVFOP
han hecho.

t$SFFRVFUPEPMPRVFIBDFFTQPSTJNJTNPZRVFOPOFDFTJUB
de Dios.

t4FDPOTJEFSBTVQFSJPSFOCJFOFT JEFBTZDPOPDJNJFOUPT

t7JWFFOMBNFOUJSBTJOEBSTFDVFOUB

t&YBHFSBZTJFNQSFIBCMBEFMPRVFUJFOF

t$POTUSVZFTPCSFBSFOB DPTBTBSUJĕDJBMFTZQBTBKFSBT

t/VODBSFDPOPDFTVTGBMUBT

t/PTPQPSUBFMTVGSJNJFOUPOJMBTIVNJMMBDJPOFT

t/PFTDBQB[EFQFEJSQFSEØO

t-FEVFMFRVFMFEJHBOTVTEFGFDUPT
t&TMMFWBEPQPSFMPEJP FMSFTFOUJNJFOUP MBSBCJB FMSFODPSZOP
se abre a los demás.

t%JPTOPFTDVDIBTVPSBDJØO

56
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t4FDSFFTBOUPQPSMPTEPOFTRVF%JPTMFEJP

t&TWBOJEPTP TFBSSFHMBQBSBNPTUSBSTFZBHSBEBSBMNVOEPZ
para llamar la atención.

t/PTPQPSUBOBEB

HUMILDE:
t%FTFBTFSQFRVF×PBOUFMPTEFNÈTZOPTFSQSFGFSJEPQPSOBEJF

t4JMPPGFOEFOPMPJOKVSJBO TJOPMPBNBO UPEPFTUPTJSWFFOTV


corazón porque se parece a Cristo.

t/PIBCMBNVDIPEFMPRVFIBDFQPSRVFTPMPCVTDBBHSBEBSB
Dios y no al mundo.

t 3FDPOPDF RVF FT QFRVF×P Z  OFDFTJUB EF %JPT Z RVF EF &M
procede todo.

t4FDPOTJEFSBNFOPSRVFMPTEFNÈT

t-FHVTUBMBWFSEBE

t/PFYBHFSBOJIBCMBEFMPRVFUJFOF

t$POTUSVZFTVWJEBTPCSF$SJTUPRVFFTMBSPDB

t3FDPOPDFTVTGBMUBTZUSBUBEFDPSSFHJSMBT

t0GSFDFTVTTVGSJNJFOUPTZIVNJMMBDJPOFTB%JPT

57
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t4JFNQSFQJEFQFSEØO

t.JSBEFDBSBTVTEFGFDUPTZTFFTNFSBQPSDPSSFHJSMPT

t/PTFEFKBMMFWBSQPSFMPEJP FMSFTFOUJNJFOUPOJMBSBCJBIBDJB
los demás.

t4VPSBDJØOFTFTDVDIBEBQPS%JPT

t4BCFRVFTVTEPOFTTPOEF%JPTZMPTQPOFBMTFSWJDJPEFMPT
demás.

t4FBSSFHMBQBSBBHSBEBSB%JPTZOPBMNVOEP

t-PTPQPSUBUPEP

Si quieres que Dios te conceda más fácilmente el beneficio de la


humildad, toma por abogada y protectora a la Santísima Virgen.

San Bernardo dice que María se ha humillado como ninguna


otra criatura, y que siendo la más grande de todas, se ha hecho
la más pequeña en el abismo profundísimo de la humildad.

Abandónate lleno de confianza en su seno materno; pídele que


te alcance esa virtud que ella tanto apreció; no tengas miedo de
no ser atendido, María la pedirá para ti de ese Dios que ensalza
a los humildes y reduce a la nada a los soberbios; y como María
es intercesora cerca de su Hijo, será con toda seguridad oída.

Recurre a ella en todas tus cruces, en todas tus necesidades, en


todas las tentaciones. Sea María tu sostén, tu consuelo; pero la

58
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

principal gracia que debes pedirle es la santa humildad; no te


canses de pedírsela hasta que te la conceda, y no tengas miedo
de importunarla; ¡Cuánto le gusta a María que la importunes
por la salud de tu alma y para ser más agradable a su divino
hijo! Pídele por último, que te sea propicia. Se lo pedirás por su
humildad, que fue la causa de que fuese elevada a la dignidad de
Madre de Dios, y por su Maternidad, que fue el fruto inefable
de su humildad. (Práctica de la Humildad S.S León Xlll).

Está comprobado hermanos, que Dios aborrece de una manera


inexplicable a los soberbios. Como lo dice el magnificad: “Él
hizo proezas con su brazo: dispersó a los o soberbios de corazón,
derribó del trono a los poderosos y enalteció a los humildes, a los
hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió vacíos.”
(Lc 1, 51-53)

PRÁCTICA: Durante el día has un acto de humildad y reza un


padre nuestro, cuando lo hagas.

“Dios os ama y os ha elegido para que seáis miembros de su pueblo.


por tanto, sed compasivos, bondadosos,
humildes, pacientes y comprensivos”
(Colosenses 3,12 )

59
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 6:

Servicio y Obediencia de Cristo como


oposición a la Rebeldía
“Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor,
como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y
permanezco en su amor” (Juan. 15, 10)

¿QUÉ ES EL SERVICIO?

E
s poner a disposición de los demás todo lo que somos
y lo que tenemos; nuestros bienes materiales, dones y
carismas haciendo con ellos todo lo que beneficie a los
demás

(Lc 1,38-56) Este pasaje nos revela la vocación de servicio y


entrega de María, primeramente con su entrega a la voluntad
de Dios: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra”, y enseguida con su entrega en el servicio al prójimo, al
enterarse que su prima Isabel estaba encinta corrió a visitarla y
se quedo para servirla hasta que dio a luz. La elección de María
como la Madre de Mesías no es motivo de soberbia para ella,
sino un motivo de humildad, al comprometerse y darse en
servicio a los demás. De esta manera la Madre de Jesús realiza
con antelación el mandamiento nuevo de nuestro Señor: Amar
a Dios y al prójimo.

Y es que en el amor al prójimo se demuestra la verdad del amor

60
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

a Dios: “El que dice: ‘Amo a Dios”, y no ama a su hermano, es


un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que
no ama a su hermano, a quién ve? Este es el mandamiento que
hemos recibido de él: el que ama a Dios debe amar también a su
hermano (1 Jn 4,20-21). María no sólo es la mujer que ayuda a
su pariente, también es la que intercede por los novios en Caná,
la que en el Calvario sufre por todos, la que entrega lo mejor de
sí misma para la formación de la primera comunidad cristiana
y que con su acción favorece la fe de los creyentes. La perfección
de María radica en la perfección del servicio fraterno el cual
tiene un valor inestimable.

Para entregarnos a Dios y al prójimo debemos ser imitadores


de María, dejar a un lado la soberbia, el orgullo y el egoísmo,
olvidarse de uno mismo y darnos cuenta de qué es lo que Dios
quiere que hagamos a favor de su Reino y de toda su Creación.

Esto se logra por la contemplación de Dios en la oración guiada


por el Espíritu Santo, la cual nos lleva a la actuación de Dios
a través de nuestras obras como instrumentos de Dios y de
nuestro testimonio de vida como hijos de Dios.

¿QUÉ ES LA OBEDIENCIA?
“La obediencia es una virtud moral sobrenatural que nos inclina
a someter nuestra voluntad a la de los superiores legítimos en
cuanto son representantes de Dios. Estas últimas palabras han de
explicarse antes que otra cosa, porque son la base de la obediencia
cristiana.”(Compendio de teología ascética y mística. 1057).

Ser obedientes, es ejercitarse al mismo tiempo en la humildad,

61
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

la mortificación y la fe; de la misma forma, al conseguir la


humildad acrecienta el proceso de perfección en la obediencia,
en el amor de Dios, en la caridad; por ser la soberbia el mayor
obstáculo para el ejercicio de esas virtudes.

La obediencia atrae la bendición de Dios.


La virtud de la obediencia es un canal poderoso para recibir
la bendición de Dios, démonos cuenta lo que Dios le dijo a
Abraham: “Y porque has obedecido a mi voz, todos los pueblos de
la tierra serán bendecidos a través de tu descendencia.”

Con esta virtud nos parecemos mucho a Jesucristo y a la


Santísima Virgen María, esto abre las puertas de la gracia
mientras que la desobediencia atrae la maldición. ¿Quieres
saber qué tan cerca estas de Dios? Pues comienza a ver qué tan
obediente eres.

Dios le dice a su pueblo en el libro del Deuteronomio 28, 2:


“Entonces vendrán sobre ti y te alcanzarán todas las bendiciones
siguientes, por haber obedecido a la voz de YAHVEH, tu Dios…”

Con respecto a la obediencia la Santísima Virgen María nos


dice lo siguiente: Si sois obedientes escalareis altas cimas a la
santidad.

Obedeced a las mociones del Espíritu Santo. Él no sopla porque


si, su hálito divino os mueve, os impulsa a seguir el frescor de su
viento, el suave oleaje de su presencia. Caminad impulsados por
su voz. Parad por instantes en los ímpetus de vuestro corazón
y discernid si es voluntad de Dios. Lo que proviene de él os
debe dar paz. La desazón y turbación de espíritu no proviene de

62
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Dios. La obediencia pule la aspereza de vuestro corazón, lima


lo bruñido de vuestra vida y da forma a lo tosco de vuestro ser.

La obediencia os hace obras perfectas, es signo de que Dios está


en vosotros y signo de que lo que hacéis, así camine en contra vía
a vuestro gustos e intereses, es para dar gloria a su nombre. Sed
obedientes como mi Hijo Jesús fue obediente al Plan salvífico
de Dios. Él no opuso resistencia a su gran Misterio, lo aceptó a
pesar del sufrimiento y vejámenes que tendría que soportar con
tal de obedecer a su Padre, para rendirle tributo con su muerte en
cruz. Sed obedientes como los primeros discípulos, que lo dejaron
todo, lo arriesgaron todo para seguir sus huellas, para abrazar la
cruz, porque todo seguimiento implica renuncias y sacrificios que
duelen. Sed obedientes como lo fui Yo, no me cuestioné al plan de
Dios, me puse en sus manos para que me guiara en su caminar.
Me abandoné por completo a su proyecto de amor.
(María Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, Tomo 1)

Debéis tener una docilidad exterior, que os lleve a ser ejemplo


de obediencia vivida y testimoniada. Obedientes a vuestra
Madre que os habla y os lleva con su palabra a la obediencia al
Papa y a la Iglesia en comunión con Él. Cada día mi corazón se
siente nuevamente herido por actos aún públicos de verdadera
desobediencia y rebelión contra el papa. Vuestra obediencia
debe ser como la mía: humilde, consciente, perfecta. (A los
Sacerdotes Hijos Predilectos de la Santísima Virgen, Pag. 249)

¿QUÉ ES LA REBELDÍA O DESOBEDIENCIA?


Es oponerse a los mandatos de Dios, así como lo hicieron
nuestros primeros padres, que no permanecieron en estado
de inocencia y de gracia, porque quisieron ser como Dios y lo

63
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

desobedecieron gravemente al comer del fruto prohibido


(Gn 3). Jonás también fue rebelde a su misión al tratar de huir al
llamado de Dios (Jn 1, 1-16)

Por su obediencia y fidelidad para con Dios; San Miguel


Arcángel es el capitán de la milicia de Dios, el primer príncipe
de la ciudad Santa a quien los demás ángeles obedecen; y por el
contrario, Satanás por su rebeldía para con Dios, fue arrojado al
abismo del infierno.

La desobediencia atrae la maldición.


No obedecer es un acto de mucha soberbia y más que somos
consientes que la voluntad de Dios es lo que más nos conviene.
Miremos lo que le dice Dios A su pueblo si desobedecen:

“Pero si no obedeces la voz de YAHVEH, tu Dios, y no pones en


práctica todos sus mandamientos y normas que hoy te prescribo,
vendrán sobre ti todas estas maldiciones: Maldito serás en la
ciudad y en el campo. Maldita será tu canasta de frutos y tu
reserva de pan. Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tus
tierras, los partos de tus vacas y las crías de tus ovejas. …”
(Dt 28, 15-22)

La desobediencia nos hace rebeldes, y esta rebeldía nos afecta


en nuestro interior, lo desordena tanto que nos volvemos
cismáticos y causantes de divisiones en la iglesia.

PRÁCTICA: Recitare siete veces el gloria al Padre inclinando la


cabeza y pidiendo la gracia de ser obediente.

“Hagan todo lo que él les diga”


(Juan 2,5)

64
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 7:
La Conversión
“En aquel tiempo dijo Jesús: El tiempo se ha cumplido y el
Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva”
(Marcos 1, 15)

D
e acuerdo con su significado etimológico en las
lenguas clásicas, la palabra CONVERSIÓN (conversio,
epistrophé, metanoia) significa cambio, no sólo de
forma de pensar o vivir sino también de dirección: movimiento
en dirección hacia, giro de trayectoria. Expresa así, de algún
modo, la idea de un cambio radical, y en este sentido, se
emplea también en el vocabulario religioso: cambio de actitud
en relación con Dios o cambio de conducta de acuerdo con
las exigencias de la experiencia de fe, que hace del creyente
auténtico un “convertido” y un testigo de una nueva manera de
vivir. (P. Miguel Ángel Keller. Agustino).

¿Por qué este tema dentro del mundo?


Porque la Virgen lo pide en todas sus apariciones: “Conviértanse,
deben llevar vidas buenas” (Mensaje de Fátima)
Además observemos que en el texto bíblico, El Señor comenzó
su predicación invitando a la conversión porque había llegado el
reino de Dios. Es el requisito fundamental para que el altísimo
comience a reinar en nosotros.
El reino de las tinieblas reina en nosotros y evita a toda costa la
conversión, y lo más grave es que el mundo con su propaganda
relativista promueve una conversión “light”, un falso cambio con
una religión acomodada que tolere los desórdenes del mundo.

65
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Nada más observemos algunos programas de televisión que


en sus sesiones presentan a un sacerdote emitiendo mensajes
de esperanza y de consuelo, más tarde muestran a una figura
esotérica que lee el tarot o que practica Yoga. Realmente esto es
un verdadero disparate. Se pretende hacer de la conversión en
el hombre, una especie de centro comercial, donde haya de todo
y que pueda mesclar lo diabólico con lo sagrado.
Otro claro ejemplo lo vemos en las parroquias y las comunidades
religiosas. Se confunde la conversión con el trabajo y actividades
de la parroquia. Se confunde la conversión con el rezar mucho
o tener algún don de piedad.

Deseo de Cambio:
Nadie cambia si no quiere. Es una decisión voluntaria y libre,
Dios te propone a cambiar, pero tuya es la decisión. Nadie va a
decidir por ti, por lo que te toca hacer. Como dice San Agustín:
“Dios que te creó sin ti, no te va a salvar sin ti.
Profundicemos un poco los tres grados de conversión que nos
propone San Agustín: Conversión de la mente, conversión del
corazón y conversión continua. El mismo santo es ejemplo de
esto.

a. La conversión de la mente:
La conversión de la mente es la búsqueda de la verdad. Es el
cambio de pensamiento y la forma de ver las cosas. La conversión
de la mente consiste en limpiar nuestros pensamientos y nuestras
filosofías, aquellas que nos llenan de soberbia, encegueciendo
el espíritu para que no veamos la verdad.
Veamos el ejemplo que nos da San Pablo en su historia de vida.
Era fariseo, educado en la mejor escuela rabínica de Israel.
Celoso por las tradiciones y por la ley; para él era imposible

66
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

que Jesús fuera el mesías, y más aún, el hijo de Dios. El vio


una amenaza para su pueblo y para su gente. Pablo como gran
estudioso de las escrituras no se daba cuenta que éstas, que
tanto profundizó, alcanzaban su plenitud en Cristo. Entonces
lideró una horrible persecución contra la iglesia de Jesús. Pablo
no era una persona perversa como lo fue Herodes, él defendía
su fe.
Hasta que en el camino se encuentra con Jesús, el resucitado.
Fue derribado y cegado, y con él toda su verdad, esquemas,
pensamientos, lógicas, orgullo, Etc. El encuentro con el señor,
produjo en él un cambio radical. Tanto fue así, que la ley
que tanto defendía la mostraba como esclavitud, propuso la
circuncisión del corazón y no de la carne. Con esto, mostró una
postura contra uno de los ritos más importantes de los judíos.
(Hch 9, 1-14)
La conversión de la mente es necesaria para arrancar tanta
basura que tenemos. Es el camino que vamos siguiendo hacia
el bien. El mundo nos lava el cerebro a través de su propaganda
consumista, se aprovecha de muchas fallas y debilidades que
comete y cometió la iglesia para atacar sus doctrinas, para
alejarnos de lo que puede salvarnos. Nos llena de soberbia para
que creamos que por nosotros mismos podemos salvarnos, y
hasta nos hace pensar que no hay vida eterna o que el diablo no
existe y cosas así de absurdas.
De hecho, la conversión de la mente también es necesaria para
sacar los pensamientos herejes. Ejemplo, creer que Cristo no
está en la eucaristía, o que la Virgen tuvo más hijos; la estupidez
de las imágenes, que la iglesia es la gran ramera. O en el caso
de la nueva Era, en creer que Dios es una energía y que la
meditación trascendental es mejor que la meditación cristiana.
Ni hablar de la mala interpretación de la biblia y sobretodo de

67
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

la ineficacia de los sacramentos.


Esta son las frase que profieren comúnmente las personas: “Yo
creo en Dios y ya, yo le pido el me escucha y no debo de ir
a misa”. Es un claro ejemplo de las ideas llenas de basura que
nos inculca el mundo. Precisamente la eucaristía es el culmen
de nuestra fe, y si no comes del cuerpo de Jesús no tienes vida
eterna, no ir a misa es autosuficiencia. En este caso, se necesita
cambio de pensamiento.
Desafortunadamente el demonio como príncipe de este mundo
está envenenando la mente de muchas personas y lo está
alejando de lo que más le hace daño, EL SACRAMENTO DE LA
CONFESIÓN. Hoy en día, muchos no quieren confesarse con
el sacerdote diciendo: “para qué confesarme con un sacerdote,
si él es más pecador que yo” por este mal pensamiento, muy
soberbio entre otras cosas, muchas almas han muerto sin el
perdón y se han ido al infierno. ¡Oh Cuánto daño hace ese
pensamiento al alma!
Para obtener conversión de la mente, es necesario rezarle mucho
al espíritu santo para que nos ilumine y nos muestre la verdad, y
tener conocimiento apologético.
Debo convertirme de lo que pienso y creo de Dios, de la Virgen,
de la iglesia y sus doctrinas. En conclusión, la conversión de
la mente consiste en aceptar la propuesta que nos trae Jesús y
considerarla como la verdad.

b. Conversión del corazón.


Es la conversión que consiste en dejar el pecado y lo que no
le agrada a Dios. Es algo difícil, solo Dios te ayuda a lograrlo.
Es un encuentro personal con el Señor; por lo general, los
síntomas que produce esta conversión se generan a través del
llanto (como en el caso de San Pablo una ceguera). Esto lleva al

68
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

arrepentimiento, Dios te ha llevado al desierto y te ha seducido


y su amor y misericordia te derrumban todo, te sientes pequeño
y muy amado. Lo que se siente y se vive es indescriptible, es una
liberación portentosa. Es como la pascua, el Señor pasa y no te
deja igual.
Una mujer que llega a Jesús se acercó muy arrepentida de
sus pecados, con el corazón desgarrado y con aquella fe en
la promesa que dice el salmo 51: “Un corazón arrepentido y
humillado, Señor, tú no lo desprecias” Este gesto semita es muy
grande, demuestra un amor inmenso, una confianza exagerada
en la misericordia divina. Esta mujer no quiere volver jamás a
esa vida de pecado, quiere ser una nueva criatura en Cristo. ¡Y
así fue! (Lc 7, 36-50)
Así es la conversión del corazón, No querer volver aquella vida de
pecado, porque se ofende al buen Dios. Dice la bienaventuranza:
“Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”
Dice el catecismo: “La lucha contra la concupiscencia de la
carne pasa por la purificación del corazón” 2517
¿Cómo se sabe que es auténtica? Cuando se entrega totalmente
a Dios sin ninguna atadura mundana. Cuando no se le tiene
miedo a la puerta estrecha. Cuando hay fuerza de voluntad para
seguir un buen propósito.
Una conversión es auténtica, cuando Dios es el centro de tu vida,
y no tú mismo. Es cierto que Dios nos consuela y que muchas
veces obra milagros en nuestras vidas, pero hay que tener bien
claro quién es el rey, y que él no debe actuar en función de mí,
sino yo en función de Él.
Pero esta conversión no garantiza la perfección cristiana, se
necesita mantenerla y mejorarla, es en sí, un gran paso.

69
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

c. Conversión Continua.
Es no conformarse con lo alcanzado hasta ahora, es no creerse
totalmente convertido, no estar satisfecho con la santidad
alcanzada en el momento. Es la conciencia de que todavía se está
en pleno proceso de conversión, tentado y probado duramente,
necesitado todavía de la gracia de Dios para perseverar en su
propósito. Es decir, alguien que vive y experimenta la necesidad
de una conversión constante.
Analicemos este texto de San Pablo: “No que lo tenga ya
conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera
por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado
por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado
todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo
a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar
el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús. (Flp
3, 12-14.)
El Apóstol Pablo nos enseña que en la conversión hay que ser
como el atleta que corre hasta alcanzar la meta. Si hemos llegado
hasta cierto punto de perfección, siempre faltará mucho que
mejorar. Como nos asegura San Agustín: “Mientras vivimos
estamos en lucha y mientras luchamos estamos en peligro”. Es
claro que en este grado de conversión se consigue la santidad.
Desafortunadamente, este es un gran problema en nuestra
iglesia. El conformismo hacia la perfección nos afecta demasiado.
Al tener mucha soberbia no se admite la mejora continua,
entramos en un adormecimiento, nos volvemos esclavos de la
comodidad, le impedimos a Dios que nos siga interrogando y
que nos purifique, nos duele dejar muchas cosas;¡el desapego
cuesta mucho! por eso no se avanza.
Precisamente esta idea del mundo intoxica el alma de nuestras
comunidades. Por eso, en la mayoría de los casos, no se avanza

70
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

a un proceso de conversión. Con una fe acomodada a nuestros


gustos y a nuestros placeres, va hacer muy difícil que Cristo
reine en nosotros.
Quizás muchos se preguntan ¿Por qué rezan y no cambian?
Quizás se conformaron con la conversión obtenida hasta ahora,
o quizás siempre te buscaste a ti mismo en la oración y no a
Dios, y por eso nunca cambiaste.
Por cierto, es muy interesante que la iglesia nos proponga
todos los años, la imposición de las cenizas, esto es señal de
que siempre necesitamos conversión. O sino el año siguiente no
vamos porque ya nos creemos convertidos.
Más aun, una de las renuncias que se dicen en el momento de
la renovación de las promesas bautismales, precisamente es el
creerse convertido.
Es momento de reflexionar, quizás tuviste un encuentro
personal en una eucaristía, en un retiro, en un concierto de
música católica, en un grupo de oración; y sientes que te cambió
la vida, pero si no renovamos y mejoramos aquel encuentro
continuamente, estamos perdidos. Si nos quedamos estancados,
pronto terminaremos retrocediendo y hasta podríamos caer
muy bajos.
¡Si quieres ser santo, no te conformes! Sigue luchando. Sigamos
analizando lo que nos dice San Agustín: “Somos caminantes
peregrinos de tránsito, debemos, pues, sentirnos siempre
insatisfechos con lo que somos si queremos llegar a lo que
aspiramos. Si nos complace lo que somos dejaremos de avanzar.
Si lo creemos suficiente no volveremos a dar un paso. Es mejor
ser un cojo en el camino que un buen corredor fuera de él.”
Conviértanse y apártense de todas sus rebeldías, de manera
que nada los haga caer en el pecado. Arrojen lejos de ustedes
todas las rebeldías que han cometido contra mí y háganse un

71
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué quieres morir, casa


de Israel? Yo no deseo la muerte de nadie –oráculo del Señor–.
Conviértanse, entonces, y vivirán.”(Ez 18, 21-32)
María y la conversión.

Nuestra madre del cielo nos enseña la virtud de la perseverancia,


la cual es necesaria para alcanzar y mantenernos en la gracia.
En sus apariciones se le ve preocupada por nosotros sus hijos,
y con el corazón inmaculado lleno de espinas, se los muestra al
mundo y pregona el mensaje de ayer y de ahora “Conviértanse,
que Dios está muy ofendido.”

La invitación a la conversión es una constante en todos sus


mensajes. ¿Vamos a seguir llenando de espinas al corazón
Inmaculado de nuestra madre? Demos verdaderos frutos de
conversión. ¡Basta ya! Sigamos adelante en el amor y en el santo
temor de Dios.

PRÁCTICA: Cambia el modo de pensar, no te conformes con la


perfección que has alcanzado hasta ahora, siempre hay algo que
mejorar. Esfuérzate en imitar a nuestra Señora en todo lo que
haces. Y ofrece el rosario de las lágrimas de la Santísima Virgen
María por tu conversión.

“Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre,


entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo”
(Apocalipsis 3, 20)

72
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 8:

Santos Ángeles amigos del Hombre


Vs. Demonio, enemigo del Hombre
“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de
todos sus ángeles...” (Mateo 25, 31).

¿QUIÉNES SON LOS SANTOS ÁNGELES?

S
an Agustín dice respecto a ellos: “El nombre de ángel indica
su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza,
te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te
diré que es un ángel” Con todo su ser, los ángeles son servidores
y mensajeros de Dios. Porque contemplan “constantemente el
rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mt 18, 10), son “agentes
de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra”
(Sal 103, 20).

Aun así que son criaturas puramente espirituales, tienen


inteligencia y voluntad, son también criaturas personales e
inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles.
El resplandor de su gloria da testimonio de ello.
Cristo “con todos sus ángeles”.

Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le


pertenecen porque fueron creados por y para El: “Porque en él
fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles

73
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las


Potestades: todo fue creado por él y para él” (Col 1, 16).

Le pertenecen aún más porque los ha hecho mensajeros de


su designio de salvación: “¿Es que no son todos ellos espíritus
servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la
salvación?” (Hb 1, 14).

¿CÓMO SE CLASIFICAN LOS ÁNGELES?


Suelen enumerarse tres jerarquías con tres coros cada una,
sumando un total de 9 coros u órdenes angélicos.

PRIMERA JERARQUÍA: Son los Ángeles de la más alta


jerarquía que se dedican exclusivamente a glorificar, amar y a
albar a Dios en su presencia.

Los Serafines: Asisten ante el trono de Dios y su privilegio es


estar unidos a Dios de manera más íntima en los ardores de la
caridad. Arden en el amor de Dios. (Is 6, 1-7)

Los Querubines: Asisten también en el trono de Dios y es su


privilegio ver la verdad de un modo superior a la de todos los
Ángeles que están bajo de ellos. (Gn. 3, 24, Ez 1,4; Hb 9,5)

Los Tronos o sedes de Dios: Son portadores de la gloria de


Dios y nos la comunican. También asisten en el trono de Dios
y es su misión asistir a los Ángeles inferiores en la proporción
necesaria.
SEGUNDA JERARQUÍA: Gobiernan el espacio y las estrellas.
Son los responsables del universo.

74
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Dominaciones: Dominan sobre todas las órdenes angélicas


encargadas de ejecutar la voluntad de Dios. Distribuyen a los
Ángeles inferiores sus funciones y ministerios.

Potestades o conductores del orden sagrado: Reprimen a


los demonios. Ejecutan las grandes acciones que tocan en el
gobierno universal del mundo y de la iglesia operando para eso
prodigios y milagros extraordinarios.

Virtudes: Su nombre significa fuerza. Son encargados de


eliminar los obstáculos que se oponen al cumplimiento de las
órdenes de Dios, apartando a los ángeles malos que asedian a
las naciones para desviarlas de su fin, y manteniendo así a las
criaturas y el orden de la Divina Providencia.

TERCERA JERARQUÍA: Son los que intervienen en todas


nuestras necesidades y los que protegen naciones, ciudades e
iglesias. (Dn 7 y 8, Ap 1, 20).

Principados: Presiden los reinos, las provincias y las diócesis.


Organizan los mensajes de Ángeles y Arcángeles hacia nosotros.

Ángeles: Comunican la fuerza y el poder cotidianos para actuar


según los planes de Dios, y nos lo susurran en nuestro corazón.

Los Padres de la Iglesia declararon en varias ocasiones que a la


iglesia en conjunto, como a cada uno de sus miembros, ha sido
asignado un ángel custodio contra las arremetidas del maligno
y como guía en este difícil camino de salvación.

En la sagrada escritura se fundamenta está doctrina: El libro

75
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

del Éxodo 23, 20-23a: “Así habla el Señor: «Yo voy a enviar un
ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca
hasta el lugar que te he preparado. Respétalo y escucha su voz. No
te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya
que mi Nombre está en él. Si tú escuchas realmente su voz y haces
todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de
tus adversarios. Entonces mi ángel irá delante de ti.»”

La Iglesia recomienda acudir a su protección. En el Salmo


91, Dios nos promete si nos refugiamos y confiamos en él,
protegernos y defendernos de todo peligro enviando a los
ángeles. “pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en
todos tus caminos. En sus manos te habrán de sostener para que
no tropiece tu pie en piedra alguna.”

Arcángeles: Manifiestan la gloria de Dios y nos ayudan en


nuestra santificación y a cumplir la voluntad y el plan de Dios
en nuestras vidas. Estos son:

t 4BO .JHVFM BSDÈOHFM Su nombre significa “¿Quién como


Dios?” la iconografía lo representa con el traje de Guerrero o de
Soldado Centurión. San Miguel es uno de los siete arcángeles
y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia. Los
otros dos son Gabriel y Rafael.

La Iglesia le da a San Miguel el lugar más alto entre los


arcángeles y le llama “Príncipe de los espíritus celestiales”, “jefe
de la milicia celestial”. En el Antiguo Testamento aparece como
el gran defensor del pueblo de Dios contra el diablo y continua
su defensa poderos en el Nuevo Testamento.

76
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

En el arte es representado como el ángel guerrero, el que vence a


Lucifer, poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo infernal,
amenazándole con su espada, traspasándolo con su lanza, o
presto para encadenarlo para siempre en el abismo del infierno.

Los cristianos aun desde la Iglesia primitiva, veneran a San


Miguel como el ángel que derrotó a Satanás y sus seguidores y
los expulsó del cielo con su espada de fuego.

Tradicionalmente es identificado como el guardián de los


ejércitos cristianos contra los enemigos de la Iglesia y como
protector de los cristianos contra los poderes diabólicos,
especialmente a la hora de la muerte.

t San Gabriel: Su nombre significa: “Dios es mi fuerza”. La


iconografía lo representa con una azucena y a veces con un
pergamino que dice “Ave María”

Uno de los siete arcángeles, en innumerables ocasiones Dios lo


envía como mensajero (Dt 8, 15-27). Se le apareció a Daniel y
le explicó una visión que se cumpliría en el futuro.

En el Nuevo Testamento se le apareció a Zacarías para avisarle


que Isabel, su mujer, tendría un hijo al que llamaría Juan (Lc
1,11-20). Así mismo, Gabriel se le apareció a María diciéndole
que concebiría y daría a luz a un Hijo, a quién pondría por
nombre Jesús (Lc 1, 26-38). Es el ángel de las buenas noticias y
protector de las mujeres embarazadas.

tSan Rafael: Significa: “ Dios cura o sana; medicina de Dios”.


La iconografía lo representa con un ropaje de caminante o

77
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

peregrino, con bastón y cantimplora, y el pez de Tigris del que


obtuvo la hiel para curar a Tobías.

Se dice que ayuda en las enfermedades y que trae la sanación de


Dios, también se invoca para proteger a los viajeros, y guardián
de los matrimonios. En el libro de Tobías aparece otorgando
medicinas, protegiendo a Tobías en el viaje y atando al demonio
llamado Asmodeo.

¿QUIÉN ES EL DIABLO ?
Diablo viene del griego “Diabolos” que significa acusador,
Satanás del hebrero “Shatan” que significa adversario opositor.

También es conocido como Lucifer o Luzbel, que quiere decir


ángel portador de luz.

Es un ser concreto, la personificación del mal. Cuenta la


tradición que era el ángel más bello y poderoso; conocía muchos
misterios de Dios, pero se opuso al plan divino y se reveló contra
la divina providencia. Inmediatamente fue expulsado y con él
arrastró la tercera parte de los ángeles, la cual se convirtieron
en lo que hoy conocemos como los demonios. Ellos trabajan
sin descanso para obtener que ofendamos a Dios y seamos
condenados en el infierno. (Ap 12)

La biblia no nos habla de temerle al diablo, pero si nos habla


de tener cuidado “el Diablo anda como león rugiente buscando
a quien devorar” (1 P 5,8). Es de cuidado nuestra lucha, no es
contra la carne ni la sangre; (Ef 6,10-17). Es un ser superior y
poderoso, no alcanzamos a imaginar su poder, su inteligencia
supera a la nuestra considerablemente. San Agustín dice:”Si

78
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Dios no tuviera controlados a los demonios, no quedarían justos


sobre la tierra” Satanás tiene un poder extraordinario contra las
facultades del hombre. En la caída perdió la gracia y la caridad
pero no perdió el poder.

Pero aun así, por grande que sea su poder, está sometido al
permiso de Dios. El padre Fortea asegura que Dios permite
todas estas tentaciones para probar el amor y la fidelidad de los
hombres. En la raíz de las tentaciones del diablo se presentan
dos movimientos: el amor de Dios por los hombres y la odiosa
envidia de Satanás. Dios permite la tentación por amor, para dar
a la criatura humana la ocasión de elevarse hacia Él por actos
de virtud; el demonio realiza la tentación por odio, para hacer
caer al hombre. Dios ofrece al hombre una ocasión de subir, y
Satanás utiliza esta misma ocasión para hacerle caer. Así, por
una misteriosa orden de Dios, sin saberlo, sin quererlo, a pesar
suyo, contra las inclinaciones de todo su ser, Satanás contribuye
indirectamente pero realmente a la extensión del Reino de
Dios sobre la tierra. ¿No es ésta, por otra parte, la razón de su
presencia entre los hombres hasta el último juicio, antes de ser
precipitado en las profundidades del infierno?.

¿QUIÉNES SON LOS DEMONIOS?


Eran ángeles que se revelaron por la seducción de Satanás,
también están ordenados por jerarquías. San Pablo en la carta
a los efesios nos dice que nuestra lucha es contra principados,
potestades.
Las potencias infernales trabajan a orden del adversario para la
perdición de las almas.

79
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Lo que causan el reino de las tinieblas:


Atacan la mente, y hacen que el apetito sensitivo se desordene y
de esa manera cometer pecado y alejarse de Dios.

Son los pájaros que se roban la semilla que es la palabra de Dios.


Por tal razón, son los causantes de las herejías, y de las practicas
ocultas, son los causantes del ateísmo en todas sus formas.

Se dice que influye en líderes mundiales que manejan Masas,


esto causa guerras, dictaduras y opresiones y las mayores
injusticias en la humanidad.

¿CUÁLES SON LAS PUERTAS EN EL ALMA POR DONDE


DEJAMOS ENTRAR EL DEMONIO?
1. Puerta del pecado: Si vivimos en pecado el demonio entra en
nuestras vidas. La mejor forma de cerrar esta puerta es estando
en gracia de Dios haciendo una buena confesión.

2. Puerta del odio: El odio hacia nuestro prójimo abre la


puertas al demonio por eso cerramos esta puerta perdonando
de corazón.

3. Puerta de la brujería, la hechicería y el ocultismo: realizar


estas prácticas conllevan a tener posesiones demoniacas, por
lo tanto la mejor manera de apartarlo es abandonando estas
prácticas.
4. Heridas intergeneracionales: Por alguna maldición de
nuestros antepasados que nos afecta a nosotros. La forma de
cerrar esta puerta es con oración de sanación intergeneracional,
para romper todas estas ataduras.

80
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿CÓMO INFLUYE EL DEMONIO EN LAS PERSONAS?

Influye en tres formas principales:

1. OBSESIÓN DEMONIACA: Ataca algunos de los sentidos de


la persona y hace que esta caiga en algún vicio, se obsesiona y
no sea capaz de salir fácilmente de este. Por ejemplo la obsesión
por el cigarrillo, la televisión, las drogas, el sexo. Para vencerlo,
debemos tener una auténtica conversión.

2. OPRESIÓN DEMONIACA: Es cuando el demonio ataca una


parte del cuerpo de la persona y esta empieza a tener signos
de rebeldía, apatía contra la iglesia o cambios bruscos de
temperamento y de su forma de ser. Se da mucho en quienes
practican o creen en brujería. Se requiere de una oración o
plegaria de liberación para cerrar esta puerta.

3. POSESIÓN DEMONIACA: Cuando hay pactos o juegos


demoniacos, el demonio puede poseer el cuerpo. Se reconoce
la posesión cuando hay apatía por las cosas sagradas, fuerzas
extraordinarias, la persona habla lenguas que no conoce,
se puede salir de la posesión con un exorcismo que hace un
sacerdote delegado para esta función.

PRÁCTICA: Recitar nueve padre nuestros en honor de cada uno


de los 9 coros de ángeles

81
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 9:

Pecado: Rechazo al Amor de Dios


“Contra ti, contra ti solo pequé Señor.
Hice la maldad que aborrreces” (Salmo 51)

¿QUÉ ES EL PECADO?

E
l pecado es faltar contra el amor de Dios o del prójimo a
causa de un apego indebido a otros fines que atraen. San
Agustín dice que pecado es una obra, una palabra o un
deseo contrario a la ley de Dios. El pecado es ir contra el amor
que Dios nos tiene, y nos aparta del amor de Dios. San Agustín
afirma que pecar es “amarse a si mismo hasta despreciar a Dios”.

¿QUÉ ES EL PECADO ORIGINAL? Es aquel que heredamos


de nuestros primeros padres y por lo cual nacimos sin la
gracia santificante y sometidos al desorden de nuestras malas
inclinaciones, a la ignorancia, a los sufrimientos y al peligro de
la muerte eterna.(Rm 5)

CLASES DE PECADOS: La variedad de pecados es grande. La


Escritura contiene varias listas. La carta a los Gálatas opone las
obras de la carne al fruto del Espíritu: ‘Las obras de la carne
son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría,
hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones,
disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes,
sobre las cuales os prevengo como ya os previne, que quienes

82
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios’ (Ga 5,19-21;


Rm 1, 28-32; 1 Co 6, 9-10; Ef 5, 3-5; Col 3, 5-8; 1 Tim 1, 9-10; 2
Tim 3, 2-5).

Hay pecados espirituales y pecados carnales. Pecados de


pensamiento, de palabra y de obra y de omisión (el no hacer lo
que se debe hacer).

La gravedad del pecado: pecado mortal y venial


“Conviene valorar los pecados según su gravedad. La distinción
entre pecado mortal y venial, perceptible ya en la Escritura se
ha impuesto en la tradición de la Iglesia. La experiencia de los
hombres la corroboran.”

EL PECADO MORTAL: Se llama mortal porque nos hace


perder la vida de la gracia, o sea la vida sobrenatural de nuestra
alma y nos pone en peligro de condenación eterna.
(Ga 5,21).

Para que un pecado sea mortal se necesitan 3 condiciones: que


haya materia grave, pleno consentimiento y pleno conocimiento.
La materia grave es precisada por los Diez mandamientos
según la respuesta de Jesús al joven rico: “No mates, no cometas
adulterio, no robes, no levantes testimonio falso, no seas injusto,
honra a tu padre y a tu madre” (Mc 10, 19).

La gravedad de los pecados es mayor o menor: un asesinato es


más grave que un robo. La cualidad de las personas lesionadas
cuenta también: la violencia ejercida contra los padres es más
grave que la ejercida contra un extraño.

83
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El pecado mortal requiere plena conciencia y entero


consentimiento. Presupone el conocimiento del carácter
pecaminoso del acto, de su oposición a la Ley de Dios.

Implica también un consentimiento suficientemente deliberado


para ser una elección personal. La ignorancia afectada y el
endurecimiento del corazón (Mc 3, 5-6; Lc 16, 19-31) no
disminuyen, sino aumentan, el carácter voluntario del pecado.

La ignorancia involuntaria puede disminuir, y aún excusar, la


imputabilidad de una falta grave, pero se supone que nadie
ignora los principios de la ley moral que están inscritos en la
conciencia de todo hombre. Los impulsos de la sensibilidad,
las pasiones pueden igualmente reducir el carácter voluntario
y libre de la falta, lo mismo que las presiones exteriores o los
trastornos patológicos. El pecado más grave es el que se comete
por malicia, por elección deliberada del mal.

Con el pecado mortal ofendemos gravemente a Dios, perdemos


la vida de la gracia y el derecho al cielo, nos exponemos a graves
castigos de Dios en esta vida, y merecemos el castigo eterno en
el infierno.(Ex 34, 7; Nm 14, 18).

Cuando cometemos la desgracia de cometer un pecado mortal


debemos arrepentirnos, pedir muchas veces perdón a Dios
hacer propósito de no volver a ofenderlo, ofrecerle oraciones
y buenas obras en satisfacción por nuestra culpa y hacer una
buena confesión.(2 S 12)

EL PECADO VENIAL: Es hacer, pensar o decir algo contra la


ley de Dios o la ley humana en materia leve, o también en materia

84
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

grave pero sin grave advertencia o sin grave consentimiento.

El pecado venial es señal de que hay un afecto exagerado a los


bienes creados. Impide el progreso del alma en la virtud y va
llevando poco a poco a cometer el pecado mortal. Pero no nos
priva de la amistad con Dios.

Es casi imposible para el ser humano permanecer sin cometer


pecados veniales. Pero no los consideremos poca cosa, porque
si no son tan temibles por su peso si lo son por su gran cantidad.
(1 Jn 5).

Con el pecado venial disgustamos a Dios, se afea nuestra


alma, perdemos grados de gloria para el paraíso eterno, nos
disponemos al pecado mortal y merecemos castigos del Señor.
(Jn 16, 10)

Pecado lleva a más pecados. Cada pecado que se comete trae


facilidad para cometer nuevos pecados, y se forma el vicio de la
repetición de actos y llegan las malas costumbres, porque cada
pecado tiende a reproducirse y repetirse.

Los pecados capitales se llaman así porque son causa de


otros muchos pecados y son 7: orgullo, avaricia, envidia, ira,
impureza, gula y pereza.

REMEDIOS PARA NO COMETER PECADOS:


La Iglesia Católica ha experimentado 4 remedios muy efectivos
para no cometer pecados:

1. Orar, pedir mucho a Dios para que nos ayude.

85
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

2. Evitar hacerlos.

3. Pensar que Dios nos oye, nos ve y lleva cuentas de todo lo que
hacemos.

4. Pensar que todo pecado disminuye nuestra amistad con Dios


y trae castigos.

PRÁCTICA: En el día de hoy, recitare la oración a mi ángel de la


guarda y rezare tres padres nuestros en su honor pidiéndole que
no me deje caer en el pecado.

“He venido, no para llamar a los buenos,


si no para invitar a los pecadores
a que se arrepientan”
(Lucas 5, 32)

86
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 10:

Pureza como virtud excelsa,


contraria a la lujuria
(debilidad máxima del hombre)
“Dichosos los puros de corazón porque ellos verán a Dios”
(Mateo 5,8)

¿QUÉ ES LA PUREZA?

E
s una virtud, un fruto del trabajo espiritual, pero es tam-
bién un regalo, don o carisma de Dios, que el Espíritu
Santo puede conceder. La castidad exige aprender a do-
minarse a si mismo. Nunca se conseguirá adquirir esto ya para
siempre en esta tierra. Exige un esfuerzo repetido en todas las
edades de la vida. Y este esfuerzo es necesario que sea más in-
tenso en ciertas épocas en las que se está formando la persona-
lidad, como lo son la adolescencia y la juventud.

Para tener pureza es necesario tener pudor, el cual consiste en


no mostrar lo que debe permanecer oculto. El pudor preserva la
intimidad de la persona y pone orden en la mirada y en los ges-
tos de acuerdo a la dignidad de las personas. Lleva a elegir los
vestidos más convenientes y a mantener silencio cuando existe
el riesgo de alguna curiosidad malsana. El pudor rechaza las
exhibiciones del cuerpo humano, el exhibicionismo de ciertas
publicidades y el dejarse llevar por las modas inconvenientes.

87
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

A los niños hay que educarlos en el pudor. Es necesario evitar


los espectáculos que favorecen el exhibicionismo sin pudor, y
tener cuidado para no dejarse llevar por la permisividad de las
costumbres que con pretexto de una falsa libertad lleva a exce-
sos inmorales. (Nuevo catecismo Católico explicado)

¿QUÉ DEBEMOS HACER PARA PRACTICAR LA VIRTUD


DE LA PUREZA?
Debemos evitar las ocasiones peligrosas, asistir a la Santa Misa
y confesarnos y comulgar con frecuencia; ser devotos de la San-
tísima Virgen y San José, evitar toda lectura sensual y en cam-
bio leer libros santos e interesantes; pensar en el juicio que de
Dios nos espera; hacer de vez en cuando un pequeño sacrificio
y pedir a Dios muchas veces la pureza con pequeñas pero fer-
vorosas oraciones.

La Importancia de la Pureza.
Es la Santa virtud los héroes, nos conduce a respetar el orden
establecido por Dios en el uso de la capacidad sexual de pen-
samiento y de las palabras, con el fin de vivir el amor de mane-
ra más perfecta. Junto con la humildad es la virtud que mejor
predispone al hombre a su diálogo con Dios. La soberbia, las
impurezas y los pecados nos impiden la atracción de Dios.

Decía San Juan Bosco: “Que la pureza es el mejor adorno para


una persona joven. Esta virtud es muy querida por Dios y pre-
miada en el cielo y en la tierra, y es muy perseguida y atacada por
los enemigos del alma”.
Debemos vivir la santa pureza, la virtud de la castidad. Porque
el Señor dijo: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque
ellos verán a Dios”(Mt 5,8).

88
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El Cuerpo de un cristiano, desde que recibió el Bautismo, es


Templo del espíritu Santo, y no debemos profanarlo cometien-
do pecados de impureza, que causan el alejamiento de Dios y
llevan al alma merecedora del infierno.

Hay que defender la pureza y la castidad como fieras, es un re-


galo, es una bienaventuranza, porque ella nos hace más libres y
nobles, esta virtud transforma al hombre de tal manera que se
vuelve más sincero y trasparente.

La pureza es amiga de la humildad, andan juntas, así también


la soberbia anda junto con la impureza. San Juan Bosco decía:
“Que los soberbios caen muy rápido en pecados de impureza” y
más cuando se tiene soberbia espiritual. “Viven creyendo más
de lo que son o más de lo que pueden. Dios le dio permiso a los
enemigos del alma y al vicio de la impureza para lo humillaran
porque habían olvidado su debilidad”
(Pureza o Castidad. P. Eliecer Sálesman)

Un consagrado debe de imitar la pureza de la Virgen, y revi-


sarse porque es posible que tenga los perros de las malas in-
clinaciones amarrados, pero en cualquier momento se pueden
soltar. Y causar grandes decepciones.

¿QUÉ ES LA LUJURIA O IMPUREZA?


Es uno de los grandes pecados capitales que nos lleva al deseo
desordenado de satisfacer las inclinaciones sexuales.
Sentir inclinación y admiración hacia el otro sexo no es pecado.
Es una inclinación que Dios mismo puso en la naturaleza. Lo
que es pecado es dejarse dominar y vencer por esa inclinación.
Lo más peligroso para una persona es llegar a tener “obsesión

89
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

sexual”, que consiste en andar pensando siempre en sexo, ha-


blando siempre de sexo, y por lo tanto, cometiendo también
pecados sexuales de obra. Las personas que tienen la obsesión
sexual son muy desdichadas; nunca se sienten plenamente feli-
ces y le contagian esta enfermedad del alma a los que trataban
amistad con ellos. Por eso jamás debemos tener amistad con
alguien que vive hablando de sexo.

La S. Biblia cuenta que a José en Egipto le concedió Dios gran-


des triunfos por ser puro y por preferir aún la cárcel con tal de
no cometer un pecado de impureza. (Génesis 39). Y en cambio
a la gente impura la destruyó Dios primero con el diluvio de
agua en tiempos de Noé y luego con diluvio de fuego en Sodo-
ma y Gomorra (Gn 6 y 19).

Dios premia a los que son puros y castiga a los impuros. Uno se
vuelve impuro si asiste a películas pornográficas, si lee revistas
malas, si tiene amistad con personas corrompidas y si le gusta
tomar bebidas embriagantes.

El sexto mandamiento prohíbe hacer actos impuros, consentir


malos pensamientos, o malos deseos, mirar malas figuras y te-
ner malas conversaciones.

Dice Jesús: “Quien mira a una mujer con malos deseos ya comete
pecado en su corazón (Mt 5, 27) y San Pablo recomienda: “Huid
de todo pecado de impureza” (1 Co 6, 18-20). “Que la impureza
o fornicación ni siquiera se nombre entre vosotros” (Ef 5). “Los
impuros no heredarán el reino de los cielos” (Ga 5) “Las malas
conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Co 15).

90
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

OFENSAS CONTRA LA CASTIDAD:


La fornicación, el adulterio, la masturbación, la homosexuali-
dad, leer libros malos, mirar revistas pornográficas, ver pelí-
culas sexuales, oír con gusto o decir chistes de doble sentido,
escuchar o cantar con gusto canciones inmorales, la poligamia
(tener varias mujeres u hombres), el incesto (relación carnal en-
tre familiares), Onanismo (interrupción en el acto sexual del
coito, arrojando el semen afuera, evitando la fecundación), bes-
tialidad (acto sexual con un animal), Uso de anticonceptivos y
cualquier otro medio para procurar el placer sin compromisos.
Esto es pecado, aun así, si son utilizados por solteros o casa-
dos), la unión libre.

Los Novios: Deben reservar para el tiempo del matrimonio las


manifestaciones de ternura propias del amor conyugal y ayu-
darse mutuamente a crecer en castidad.

Los esposos: Los actos con los cuales los esposos se unen íntima
y castamente entre sí, son honestos y dignos. Los esposos no
hacen nada malo procurando el placer y la satisfacción de los
actos que llevan a la generación de una nueva creatura. Por ra-
zones justificadas los esposos pueden espaciar los nacimientos
de sus hijos. Pero que su deseo no nazca de su egoísmo.

La pureza conyugal, no consiste en romper los parámetros na-


turales en las relaciones de las parejas, no es algo meramente
negativo: “no mirar”, “no tocar”, “no desear”, “no hacer”. Esto
nos conllevaría a un despliegue emocional equívoco a lo que
Dios quiere en la unión de los esposos; esto consiste en una
entrega de dos corazones unidos a DIOS, que sean capaces en
deleitarse en la delicadeza y ternura con el señor. En el matri-

91
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

monio la pureza enseña a los casados a respetarse y a quererse


mutuamente con un amor cimentado con el amor celestial.

El verdadero amor permite que las relaciones conyugales, sin


dejar de ser naturalmente carnales, se envuelvan de la nobleza
del espíritu santo y logren estar a la altura de la verdadera dig-
nidad del hombre.

La iglesia permite ciertos métodos de la regulación de la na-


talidad como por ej. El método de reducir los actos sexuales a
los periodos infecundos. Estos métodos respetan el cuerpo y
aumentan el afecto entre ellos.

“Si una fruta buena se hecha en una vasija en la que hay otra
fruta podrida, la fruta dañada corrompe la buena. Así cuando un
joven se hace amigo de alguien que es impuro en conversaciones o
en actos, pronto se volverá también corrompido”.
(Nuevo catecismo de la Iglesia Católica, Pag.239 a 247 y 284 a 286)

“En mi corazón Inmaculado hallaréis la pureza verdadera porque


en mi vientre residió la pureza infinita”

(Palabras de la Santísima Virgen María, libro María Maestra de


los Apóstoles de los últimos tiempos, Tomo I, Pag.27)

PRÁCTICA: En el día de hoy y en honor a los siete dolores de la


santísima Virgen María recitare siete veces a la siguiente jacula-

92
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

toria: “Virgen María, guarda mis tesoros espirituales”, pero sobre


todo la pureza de mi cuerpo y de mi alma.

“¿No saben que sus cuerpos son parte de Cristo?


¿ y cómo le quitarían a Cristo esa parte de su cuerpo
para hacerla parte de una prostituta?
¡ Ni pensarlo !
pero ustedes saben que al unirse con una prostituta
llegan a ser un sólo cuerpo con ella.
Pues la escritura dice:
Los dos serán una sóla carne.
En cambio, el que se une al señor,
se hace con él un mismo espíritu. ”
(1 Corintios 6, 15-17)

93
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

día 11:

Nueva era, engaño del mundo


“Entonces el dragón vomitó de sus fauces como un río de agua,
detrás de la mujer para arrastrarla con su corriente”
(apocalipsis 12, 15)

L
a New Age (Nueva Era, o la Era de Acuario) es un
movimiento pseudo-espiritual de corte esotérico
y ocultista- pagano, que incluye teorías erróneas y
herejías condenadas por la Iglesia, que contradicen verdades
fundamentales de la fe cristiana, y que busca llevar al hombre a
creer que puede llegar a ser como Dios.

Su finalidad, encubierta bajo un pretendido respeto a todas


las creencias, es la destrucción de la fe cristiana, con lo que
intenta acabar con la Iglesia Católica y con toda denominación
cristiana.

Según sus promotores, el sol entrará en su ciclo y la galaxia


pasará de la constelación de piscis a la de acuario. Y esto
conllevaría a una nueva era de espiritualidad. Entonces, por ser
piscis la era del cristianismo, la de acuario, que según ellos es la
era actual y la que reemplaza a la de Jesús de acuerdo al ciclo, le
corresponde el mando de la espiritualidad mundial.

94
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿Qué causas nos llevan a practicar la nueva era?

1. Ignorancia religiosa.

2. Pérdida de la espiritualidad católica.

3. bTodo lo que nos parece oculto nos atrae.

4. Algunos católicos no tenemos conocimiento claro de los


dogmas de fé, y por eso nos engañan fácilmente.

5. La nueva era se presenta como una ciencia y casi todo lo que


dice parece ser verdad.

6. Tiene una gran propaganda en los medio de comunicación

LA NUEVA ERA, UN ENGAÑO CON MIL MÁSCARAS.


La Nueva Era habla de muchas cosas que tocan nuestra fe:
Dios, la creación, la vida, la muerte, la meditación, el sentido de
nuestra existencia, etc. Pero no es una religión. Toma diversos
aspectos de muchas religiones y también de las ciencias y de la
literatura y los mezcla con cierta originalidad para dar respuestas
fantásticas a las preguntas más importantes de la vida humana.
A veces inclusive usa un lenguaje cristiano para expresar ideas
muy contrarias al cristianismo.

La Nueva Era no tiene ningún jefe y no sigue reglas de ningún


tipo. Son muchas personas y organizaciones (sectas, también)
que piensan de la misma forma y que tienen las mismas
creencias sobre Dios, sobre el hombre, sobre la vida y la muerte
y sobre el mundo. Estas personas y organizaciones trabajan de

95
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

mil maneras para convencer a los demás de sus ideas. Se creen


unos ‘iluminados’ o ‘sabios’ que tienen conocimientos nuevos
que van a cambiar el mundo. Prometen un futuro sin guerras,
sin enfermedades, sin pobreza, sin contaminación y sin ninguna
insatisfacción personal.

¿Quién no quisiera un mundo así? El problema es que prometen


lo que no pueden cumplir. Y bajo el influjo de Satanás.

¿Te das cuenta de la cantidad de librerías que venden solo libros


de magia, de hipnosis, de cómo interpretar los sueños, de cómo
ser médium y comunicarse con los espíritus? Estas librerías
promueven la Nueva Era.

¿Te diste cuenta de todas esas ferias que venden amuletos de


suerte, cristales o piedras energéticas, polvitos y menjunjes para
curaciones, pirámides para aprovechar las fuerzas del cosmos,
pequeñas estatuas de buda, de los diositos orientales y miles de
pavaditas mágicas? Esas a su manera también participan de la
Nueva Era.

¿Nunca te invitaron a un curso de control mental, de yoga, de


meditación trascendental, de dianética, de auto-hipnosis, de
zen o de tai-chi? Muchas veces la Nueva Era logra sus fines a
través de esas actividades.

¿Oíste alguna conferencia sobre los ovnis, sobre el sentido


‘secreto’ de la Biblia, sobre los poderes paranormales, sobre los
maestros espirituales que supuestamente nos guían, sobre la era
del acuario o la importancia de la astrología para nuestras vidas?
Esas pláticas suelen expresar ideas muy típicas de la Nueva Era.

96
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿Qué fines persigue la Masonería? ¿En qué consiste la


conspiración masónica?

La Masonería, que es una sociedad secreta de corte esotérico y


ocultista condenada por la Iglesia, aunque simula lo contrario,
persigue la destrucción de la civilización cristiana, comenzando
primero con la Iglesia Católica y continuando con otras
creencias cristianas; así como también de toda norma, principio
o institución basados en el cristianismo, para sustituirlos por
una civilización pagana y una pseudo-religión también pagana.

El Papa León XIII en 1884 en su Encíclica “Humanum Genus”


(#7) dice lo siguiente: “Varias son las sectas que, aunque
diferentes en nombres, ritos, forma y origen, al estar, sin embargo,
asociadas entre sí por la unidad de intenciones y la identidad
en sus principios fundamentales, concuerdan de hecho con la
Masonería, que viene a ser como el punto de partida y el centro
de referencia de todas ellas.”

PILARES BÁSICOS DE LA NEW AGE:


Sociedades secretas: Ilumináis, Masonería, Rosacrucismo,
sociedad de huesos y carabelas.
Espiritismo - Teosofía o Gnosticismo - Paganismo Oriental.
Al tener en cuenta esta base de sustentación del New Age
podremos descifrarlo y analizarlo mejor.

EL New Age se origina, entonces, en la Masonería, por medio


de instrucciones y dictados dados por espíritus demoníacos.
Dice Pablo: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de los demonios” (1 Tm 4,1).

97
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Penetración literaria de la Nueva era: Muchos escritores de


la New Age atraen las personas con una mentira disfrazada
de la verdad; dice cosas aparentemente buenas de superación
personal pero en el fondo traen su veneno como el decir que el
pecado no existe, colocar al hombre como si fuera un dios y a
Dios como una energía; alejando cada vez más a las personas de
la Religión, de Jesucristo y de la Santísima Virgen María.

Penetración audiovisual: Son evidentes en películas, videos,


juegos de vídeo, música y también en libros y revistas las
siguientes influencias: gusto por el terror, por lo imaginario
y fantasioso, por lo cósmico-mágico, lo feo y monstruoso,
experiencias extra-sensoriales, poderes parasicológicos como la
telepatía, comunicación con espíritus a través de juegos como la
Ouija; viajes al más allá, talismanes, brujería, hechicería, etc. y
hasta lo expresamente satánico. Las películas satánicas abundan
y se transmiten frecuentemente por la televisión.

Penetración por símbolos: La simbología satánica puede verse


abundantemente en periódicos, revistas, artes, publicidad, TV,
cine, ropa, etc.

Penetración en la música: La llamada “Música New Age”,


con la repetición de sonidos en secuencias alternadas está
realizada para crear atmósferas que lleven al oyente a un estado
de relajación que favorezca la alteración de los estados de
conciencia.
La música ‘nueva era’ es como cualquier otra música: una
combinación de sonidos más o menos agradable al oído. Lo que
podría hacerla ‘mala’ sería algún contenido dañoso (la letra) o
algún uso irresponsable de la música (v.g. para ayudar inducir

98
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

un estado alterado de conciencia; para provocar sentimientos


negativos, etc.).

Descrédito progresivo de la moral y la ley de Dios: Esta es


una forma de penetración evidente en todos los sectores de
la sociedad, a través de los medios de comunicación, tanto en
programas de ficción (novelas, películas) como en las de no-
ficción (programas de opinión, científicos, etc.).

La ideología de la Nueva Era y las fachadas con que se presenta


Aparente aceptación de todas las religiones: no va contra
ninguna, pero tampoco acepta ninguna que no sea de las paganas:
Hinduismo, Budismo, Zen, Taoísmo. Va introduciendo creencias
paganas (por ejemplo, la reencarnación). De esta forma, al ir
los cristianos y especialmente los católicos, “anexando” estas
falsas doctrinas y creencias a nuestra fe, terminamos perdiendo
la verdadera Fe. Así, al quedar debilitada y destruida la Fe
cristiana, se logra uno de los fines del New Age: integrar todas
las religiones en una sola.

Búsqueda de la salud: Un caso típico es el de las curaciones


por “energía universal”; también la “Meditación Trascendental”,
para lograr el equilibrio emocional y psíquico.

Uso de lenguaje y términos cristianos para engañar y confundir


a los cristianos. Pueden declararse rosacruces, propulsores de
la metafísica y simultáneamente utilizar pasajes de la Biblia,
terminología cristiana y hasta mencionar actividades de la
Iglesia.

Dar apariencia de científico a lo ocultista: Por ejemplo,

99
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

la Parapsicología como ciencia para estudiar fenómenos


ocultos. Otro ejemplo: el espiritualismo hindú convertido en
aparente ciencia como técnica de relajación en la “Meditación
Trascendental”.

PILARES QUE SUSTENTAN LA NUEVA ERA:


A continuación las columnas fundamentales de la Nueva Era,
que son contrarios a los mandatos de Dios: “Dijo YAHVEH a
Moisés «Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles:
Sean santos, porque yo, YAHVEH, Dios de ustedes, soy Santo. No
coman nada encima de la sangre. No practiquen la hechicería ni
la astrología. No se hagan cortes en su cuerpo por los muertos; no
lleven inscripciones o tatuajes en su cuerpo: ¡yo soy YAHVEH!”
(Lv 19,1; 26; 28)

t &TQJSJUJTNP Ya hemos visto cómo la Nueva Era proviene


principalmente del espiritismo, es decir, de la comunicación
con espíritus malignos y de las instrucciones recibidas de éstos.
No está constituido por meros descubrimientos hechos por los
hombres. ¡¡¡ALERTA!!! Son dictados y dictámenes provenientes
del demonio.

El New Age proviene del Espiritismo pero también lo incluye y


lo fomenta.

El Espiritismo, ahora llamado “canalización” y hasta


“espiritualismo”, es la práctica de contactar espíritus malignos,
o sea, ángeles caídos y/o almas condenadas.

t1BOUFÓTNP Todo es Dios. El hombre es parte de Dios. Dios y


el mundo son -en última instancia- idénticos. Dios es la energía

100
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

del universo. Dios no es un ser con personalidad, no es un Dios


personal, no es un Dios Persona: Si todo es dios, yo también soy
dios. Los gurúes sostienen que ellos son dioses. Dios incluye
todo, tanto el Bien como el Mal.

t.POJTNP Todo es uno, todo es una misma cosa. Se relaciona


con el Panteísmo en que no existe una distinción final entre
Dios y el hombre, entre el Creador y la creación.

t 4JODSFUJTNP Igualación de todas las religiones. Pretende


que todas las religiones pueden ser una sola: La Biblia es uno
más entre muchos libros “sagrados”. Jesús es un “profeta” más,
igualado con Buda, Mahoma o Laotsé.

t (OPTUJDJTNP P 5FPTPGÓB Es un conjunto de enseñanzas y


prácticas secretas, mediante las cuales la persona pretende
llegar al conocimiento de la esencia misma de la divinidad,
conocimiento que trata de lograrse mediante prácticas
“mágicas” y ocultas.

t3FMBUJWJTNPNPSBM Negación de las premisas sobre las cuales


descansa la ley moral, llegándose al extremo de afirmarse que
Dios incluye tanto el bien como el mal. No hay diferencia entre
el bien y el mal, entre el vicio y la virtud. Todo depende de
la opinión de cada persona. Es bueno lo que a cada quien le
plazca. Si la persona acepta su propia bondad, todo lo que haga
es bueno, aunque sea malo.

tRelativismo práctico y subjetivismo: El relativismo que es la


negación de la realidad (todo es apariencia o una impresión de
la realidad), en el New Age se amplía uniéndose al Subjetivismo.

101
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Así se propone: ¿cree Ud. su propia realidad? No hay una verdad;


cada cual tiene la suya. De allí el gran auge de lo fantasioso y de
lo imaginario.

tEsoterismo y Ocultismo: Conjunto de prácticas escondidas o


secretas mediante las cuales se pretende llegar a la divinización
de uno mismo.

t Idolatría: La Idolatría se ha estado introduciendo en


Venezuela y también en otros países, de diversas maneras; entre
otras, por la vía de las curaciones por contacto a través de la
llamada “energía universal”.

tQuietismo: La búsqueda de una extrema pasividad espiritual


que tiende a la destrucción del ser humano a través de una
supuesta absorción en la divinidad. Es la raíz del Budismo, cuyo
ideal es el estado de “nirvana”, en el cual ya el hombre no tiene
deseo, ni pasión, ni la “ilusión” del mundo exterior.

tLa reencarnación: es la creencia en una cadena de regresos


a esta vida bajo diverso aspecto corporal. Si fuera cierta,
mi libertad sería inútil y mis decisiones, luchas, esfuerzos,
sacrificios y sufrimientos en la vida no tendrían ningún valor,
pues al fin y al cabo tendría que hacerlo todo de nuevo una y
otra vez.

t Yoga: El yoga es, en su esencia, un ejercicio espiritual y


corporal nacido de la espiritualidad hindú. Las posturas y
ejercicios, aunque se presentan como un simple método, son
inseparables de su sentido propio en el contexto del hinduismo.
El yoga es una introducción a una tradición religiosa muy ajena

102
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

al cristianismo.

tBudismo: Es una nueva forma de religiosidad pagana oriental


proveniente del Hinduismo, pues según la leyenda, Buda, antes
de llegar a la iluminación, fue un errante monje hindú. Propia
del Budismo es la teoría reencarnacioncita de que la existencia
es un continuo ciclo de muerte y reencarnación y que mientras
la persona se mantiene en ese ciclo, no puede librarse del
sufrimiento, para lo cual hay que buscar el estado de felicidad y
paz total (nirvana).

t Taoísmo/Zen: El Zen es una forma de Budismo, cuya meta


es llegar a un estado de conciencia en el cual “todo es uno”
(Monismo). Dice un zenista: “Todo es uno, uno es nada, todo
es nada...”

tMaterialismo y Hedonismo: Aunque las metas y métodos del


New Age parecen ser muy espiritualistas, el móvil subyacente es
eminentemente materialista (no de Dios) y hedonista (búsqueda
del placer), pues se considera que la meta suprema del hombre
es la satisfacción personal y el éxito.

tPoder Mental - Metafísica: En el Control Mental Silva y en


algunos cursos de “Sofrología”, por ejemplo, hay cosas que se
enseñan que son inofensivas y a la vez útiles, como pueden
ser las reglas mnemotécnicas para aumentar la capacidad
de memoria, ejercicios para aumentar la inteligencia o para
facilitar el aprendizaje. El problema es que estos cursos no se
quedan allí, sino que pretenden desarrollar otras facultades,
como puede ser, por ejemplo, la telepatía y cosas ocultas que
son del demonio.

103
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Es el mismo engaño de la “Meditación Trascendental” y de


los Cursos de Curación por la llamada “Energía Universal”:
presentar un método esotérico o religioso pagano disfrazado de
científico para que tenga aceptación.

En cuanto al “Poder Mental” propiamente, éste pretende ser


una facultad de la mente humana para desarrollar en el hombre
la posibilidad de lograr lo que anhela con tan solo desearlo,
proponérselo y decretarlo. Se utilizan técnicas desarrolladas
expresamente para ello, con el peligro de que el hombre vuelve
a acariciar su deseo más antiguo (tener poderes), cayendo en
la misma tentación de Adán y Eva (ser como dioses). Se corre
un grave riesgo con el uso de ese supuesto “poder mental”:
sucumbir a la tentación de pretender dominar la libertad de
acción de los demás.

tAstrología: Es una pseudo-ciencia que pretende descifrar la


influencia determinante que supuestamente tienen los astros
sobre los seres humanos.

t Adivinación: En esta manifestación de la Nueva Era se


incluyen ahora formas hinduístas como el I Ching y el Tarot,
además de las Runas vikingas.

t Brujería - Hechicería - Fetichismo: incluyen ritos paganos


para tratar de controlar el futuro y la vida de los demás, vengarse
de los enemigos o protegerse de hechizos, intimidar a personas,
lograr poder sobre otros, etc., y en esto puede llegarse a infligir
enfermedades, peligro físico y, en general, circunstancias muy
adversas para las víctimas. En esos medios se habla de la magia

104
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

blanca, que supuestamente se hace para lograr un bien personal


y de magia negra que se hace para causar daño

t La santería: pretende fingir un culto católico, pero es una


forma oculta de idolatría. La santería incluye rituales paganos
como sacrificios de animales, sesiones adivinatorias, trances
por posesión de espíritus malignos, etc.

t Comunicación con “ángeles: El concepto cristiano de lo


que son los Ángeles de Dios y sus funciones es muy distinto
a lo que trata de fomentarse con los cursos de comunicación
con “ángeles”, que es la manifestación de un movimiento
“angeológico” mundial claramente enmarcado dentro del New Age.

Según este movimiento, los “ángeles” son “esferas de luz”


“energía pura” dispuestos a tomar contacto con nosotros a
través de técnicas especiales, tales como meditaciones paganas,
repetición de “mantras” (dados por dichos “ángeles”), apertura
de “chakras”, entre otras, para poder entrar en la “rata de
vibración angélica”, etc., etc.
Los cristianos sabemos que Satanás y sus demonios siguen
siendo “ángeles”: ángeles caídos, superiores en inteligencia
y poderes a nosotros los seres humanos, con una capacidad
de engaño digna de su astucia con la que buscan engañar sin
descansar (Jn 8, 44), disfrazándose de “ángel de luz”
(2 Co 11,14).

t Satanismo: Culto y consagraciones al propio Satanás. La


finalidad suele ser obtener poder y riquezas, las cuales Satanás
promete para luego ir hundiendo al consagrado a el.

105
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t Guruismo y Espiritualismo Oriental: En 1966 los Gurúes


hindúes convinieron en exportar el Paganismo Oriental a
occidente y trazaron la estrategia para lograrlo.

El Maharishi Mahesh Yogui (Meditación Trascendental),


por ejemplo, convirtió a partir de esa época su movimiento
llamado de “Regeneración Espiritual” en el de la “Ciencia
de la Inteligencia Creativa”, y así ha vendido la “Meditación
Trascendental” en Occidente como si fuera no religiosa, sino
científica. Sin embargo, el ritual de iniciación es abiertamente
pagano-idolátrico, pues se rinde culto a una deidad hindú y el
“mantra” que se le da al alumno es el nombre de una de esas
deidades.

tIluminismo y falso misticismo: Uso de técnicas ocultas para


llegar a la auto-divinización.

t Teorías y técnicas psicológicas: como las de C.G. JUNG y otras


que promueven el desarrollo ilimitado de las potencialidades
del ser humano.

tTécnicas psicológicas de origen oculto: Exponente importante


de esta manifestación de la Nueva Era es el Eneagrama, con el
cual se pretende sintetizar y analizar 9 tipos de personalidades,
a través de símbolos provenientes del ocultismo.

Apartémonos de todas estas cosas, y lavémonos en la sangre


del cordero inmaculado, Jesús: “Felices los que lavan sus ropas,
porque así tendrán acceso al árbol de la vida, y se les abrirán las
puertas de la ciudad. Fuera los perros, los hechiceros, los impuros,
los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la

106
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

mentira.” (Ap 22, 15-16).

PRÁCTICA: Recitare la coronilla de la Misericordia pidiendo a Jesús


mi salvador que me aleje de todos los tentáculos de la nueva era.

“Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, si no contra los


principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo
tenebroso, contra los espíritus del mal que estan en el aire”
(Efesios 6, 12)

107
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 12:

Fin de los Tiempos


“Pero el que persevere hasta el fin se salvará”
(Mateo 24, 13)

L
os últimos tiempos de los que nos habla muchas veces las
Sagradas Escrituras, comienzan propiamente a partir de
la Ascensión de Cristo a los cielos y se van a caracterizar
por la falta de fe. Al final de los mismos tendrá lugar la aparición
del último y personal Anticristo, así como el Juicio de las
Naciones, es decir, un juicio o purificación sobre el mundo, el
cual anuncian con frecuencia tanto los profetas como el mismo
Jesucristo, por vivir los hombres alejados de Dios y a espaldas
del Evangelio. De este Juicio de las Naciones o Castigo saldrá un
mundo purificado y renovado desde sus mismas entrañas y al
que habrá de seguir una época de paz admirable y de santidad
en la que Cristo reinará “de un confín a otro en la tierra”, y en la
que “todos sus enemigos caerán a sus pies y le darán vasallaje”,
teniendo entonces la Iglesia, después de una gran tribulación
(CIC 675), un triunfo glorioso en un nuevo Pentecostés. Por
tanto, no debemos confundir el Juicio de Naciones o Fin de los
tiempos, con el Juicio Final o Fin del Mundo.

En el primero, el mundo saldrá purificado y serán juzgados


algunos; en el segundo, habrá de tener lugar el fin de la historia
de la humanidad y seremos juzgados todos.

108
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Sobre los últimos tiempos y la venida de Jesús en gloria, existen


unos signos que están claramente indicados por los evangelios,
y las epístolas de San Pedro y San Pablo y que se están realizando
en estos años. A continuación se explicarán algunos de los signos
que aparecen en la palabra de Dios y que han sido explicados
por la Santísima Virgen María al Padre Stefano Gobbi fundador
del Movimiento Sacerdotal Mariano, en el libro A los Sacerdotes
hijos predilectos de la Santísima Virgen:

1. El primer signo es la difusión de los errores, que llevan a la


pérdida de la fé y a la apostasía. Estos errores son propagados
por los falsos maestros, y por teólogos que ya no enseñan la
verdad del evangelio, sino perniciosas herejías basadas en
errados y humanos razonamientos. Y es a causa de la enseñanza
del error, que se pierde la verdadera fe y se difunde por todas
partes la gran apostasía. (Mt 24, 5-9, 2 Ts 2,3)

2. El segundo signo es el estallido de guerras y luchas fratricidas,


que llevan al predominio de la violencia y del odio y a un general
enfriamiento de la caridad, mientras se hacen cada vez más
frecuentes las catástrofes naturales como epidemias, carestías,
inundaciones y terremotos. (Mt 24, 6-12)

3. El tercero es la persecución sangrienta, de aquellos que se


mantengan fieles a Jesús y a su evangelio y permanezcan firmes
en la verdadera fe. Entre tanto el evangelio será predicado
en todas partes del mundo. Pensad hijos predilectos, en las
grandes persecuciones a que viene sometida la iglesia y en el
celo apostólico de los últimos papas, sobre todo, del papa Juan
Pablo ll llevando a todas las naciones de la tierra el anuncio del
evangelio. (Mt 24, 9-10).

109
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

4. El cuarto signo es el horrible sacrilegio, realizado por aquel


que se opone a Cristo, esto es por el anticristo. Entrará en el
templo Santo de Dios y se sentará sobre su trono haciéndose
adorar a si mismo como Dios. (2 Ts 2, 4-12; Mt 24, 15; Dn 12,
9-12).

La Santa Misa es el sacrificio perpetuo, la oblación pura que es


ofrecida al Señor en todas partes desde la salida del sol hasta el
ocaso. El sacrificio de la Santa Misa renueva el llevado a cabo
por Jesús en el calvario. Acogiendo la doctrina protestante, se
dirá que la misa no es un sacrificio, sino tan solo la Santa Cena,
esto es, el recuerdo de lo que Jesús hizo en su última Cena. Y así
será suprimida la celebración de la Santa Misa. En esta oblación
del sacrificio perpetuo consiste el horrible sacrilegio, llevado a
cabo por el anticristo, el cual durará tres años y medio.

5. El quinto signo está constituido por los fenómenos


extraordinarios, que suceden en el firmamento del cielo. (Mt
24, 29). El milagro del sol acaecido en Fátima durante mi última
aparición, quiere indicaros que ya habéis entrado en los tiempos
en los que se cumplirán estos acontecimientos, que os preparan
el retorno de Jesús en gloria. (Mt 24, 30-31).

La Madre de Dios juega un papel importantísimo en estos


últimos tiempos, sus múltiples apariciones dan muestra de
esto. En Fátima, en la Salette y en sus demás apariciones ha
dejado un mensaje de advertencia y esperanza, un llamado a la
conversión, al ayuno y a la oración y sobre todo, un llamado a
acogerse a la misericordia de Dios, antes de que se derrame su
justicia.

110
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Son pues, los Consagrados a la Santísima Virgen, lo Apóstoles


de éstos Últimos Tiempos, y serán ellos los que “llevando en
su boca la espada de dos filos de la palabra de Dios (Heb 4,12),
sobre sus hombros, el estandarte ensangrentado de la cruz; en la
mano derecha, el crucifijo; el rosario en la izquierda; los sagrados
nombres de Jesús y de María en el corazón, y en toda su conducta
la modestia y mortificación de Jesucristo” aplastarán junto con
María la cabeza de la serpiente (Gen 3, 15) y permaneciendo
fieles hasta el final verán cumplida la promesa de Nuestro Señor
y Salvador Jesucristo:

“LAS PUERTAS DEL INFIERNO, NO PREVALECERÁN


CONTRA LA IGLESIA” (Mt 16, 18)

PRÁCTICA: Recitare setenta veces “Jesús, yo confió en ti” y


confiando mi corazón a él y pidiendo que se aleje todo temor
servil de mi y todo miedo a los tiempos apocalípticos o tiempos
de gran angustia y persecución.

“Ellos lo vencieron gracias a la sangre del cordero


y a la palabra de testimonio que dieron,
porque despreciaron su vida
ante la muerte”
(Apocalipsis 12, 11)

111
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Segunda Parte

Tema: Conocimiento de si Mismo


“Dios mío: conózcate a Ti y conózcame a mi”
(San Francisco)

L
as oraciones, exámenes, reflexiones, actos de renuncia de
nuestra propia voluntad, de arrepentimiento por nuestros
pecados, de desprecio propio, realizado todo a los pies
de María, ya que por Ella esperamos la luz para conocernos
a nosotros mismos. Junto a Ella, podremos medir el abismo
de nuestras miserias sin desesperar. Debemos emplear todas
nuestras acciones piadosas en pedir un conocimiento propio y el
arrepentimiento de nuestros pecados: y debemos hacer esto con
espíritu de piedad. Durante este período, consideraremos tanto
la oposición que existe entre el espíritu de Jesús y el nuestro,
como el miserable y humillante estado en que nos han reducido
los pecados. Además, siendo la verdadera devoción una manera
fácil, corta, segura y perfecta para llegar a esa unión con Nuestro
Señor, que es la perfección a la imitación de Cristo. Entraremos
decididamente por este camino, firmemente convencidos de
nuestra miseria e incapacidad. Pero, ¿cómo conseguir esto sin
el conocimiento de sí mismo?

En este tiempo hay que rogarle mucho al espíritu Santo para


que nos ilumine y pedirle lo que le pedían los ciegos a Jesús:
“Señor que yo vea”. Señor, conózcate a ti, conózcame a mi”. Y
decir muchas veces “Ven creador Espíritu”

112
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 13:

Conocimiento de si mismo para llegar


al dominio de sí mismo
“Han muerto (a si mismas) y su vida se encuentra
escondida en Dios” (Colosenses 3,3)

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL CONOCIMIENTO DE


NOSOTROS MISMOS?

E
l conocimiento de Dios nos lleva directamente a
amarle, porque es infinitamente digno de ser amado; el
conocimiento de nosotros mismos también nos lleva,
más indirectamente, a ver la necesidad absoluta que tenemos
de Él, para hacer más perfectas las buenas cualidades que nos
ha regalado, y para remediar nuestras profundísimas miserias.
Además porque el conocernos a nosotros mismos amamos
más a Dios y porque logramos reconocer dos grandes aspectos
de nuestra vida:

1. Los dones, virtudes y carismas: El conocimiento de ellos


nos llevan a agradecerle a Dios porque nos los ha regalado y a
reconocerle como dueño único de ellos y a considerarnos como
simples administradores de ellos. Debemos luchar cada día por
mejorarlos.

2. Defectos y vicios: Los estudiamos para corregirlos y eliminarlos


de nosotros. Es necesario confesarlos así, humildemente, y sin

113
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

caer en el desaliento, poner manos a la obra con la gracia divina,


para curar esas heridas con el ejercicio de las virtudes cristianas,
para acercarnos de esa manera a la perfección de nuestro Padre
celestial.

PARA ALEJARNOS DE LO MALO QUE TENEMOS Y


CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS SE REQUIERE:
a. Conocer muy bien nuestro mal fondo: reconocer con la luz
del Espíritu Santo la incapacidad que tenemos para conseguir
por nosotros lo que conviene para nuestra salvación; reconocer
nuestra debilidad total para hacer el bien y evitar el mal; la
inconstancia tan grande que nos acompaña siempre.

b. Es necesario que muramos a nosotros mismos: Para vaciarnos


de nosotros mismos es menester morir a nosotros mismos
todos los días; es decir, es menester renunciar a las operaciones
de las facultades de nuestra alma y de los sentimientos de
nuestro cuerpo; es menester ver como si no se viese, oír como
si no se oyese, servirse de las cosas de este mundo como si no
se sirviese uno de ellas, lo cual llama San Pablo morir todos los
días: Quotidiemorior (1 Co 15,31). Si al caer el grano de trigo
en la tierra no muere, permanece solo y no produce fruto bueno
(Jn 12,24). Si no morimos a nosotros mismos y si nuestras
devociones más santas no nos conducen a esta muerte necesaria
y fecunda, no produciremos fruto alguno, y serán inútiles
nuestras devociones; todos nuestros actos de justicia estarán
mancillados por el amor propio y la propia voluntad, lo que
hará que Dios tenga por abominación los mayores sacrificios y
las mejores acciones que podamos ejecutar, y a nuestra muerte
nos hallaremos con las manos vacías de virtudes y de méritos, y
no tendremos una centella del amor puro que sólo se comunica

114
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

a las almas muertas a sí mismas, cuya vida se esconde con


Jesucristo en Dios.

3. Es necesario escoger la devoción que más nos lleve a


sacrificarnos a nosotros mismos: Es menester escoger entre
todas las devociones a la Santísima Virgen, la que más nos lleve
a esta muerte propia, como que es la mejor y más santificante,
porque ni es oro todo lo que reluce, ni miel todo lo dulce, ni lo
más factible y practicado por la mayoría es lo más perfecto.

Como en el orden de la naturaleza hay operaciones que se hacen


a poca costa y con facilidad, asimismo en el de la gracia hay
secretos que se ejecutan en poco tiempo, con dulzura y facilidad,
operaciones sobrenaturales y divinas que consisten en vaciarse
de sí mismo y llenarse de Dios, y lograr así la perfección.

(Tomado del Libro Tratado de la Verdadera Devoción a la


Santísima Virgen por San Luis María Grignion de Montfort.
núms. 81 y 82)

CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS NOS AYUDA A


EVITAR DOS ERRORES:

1. La presunción: Tener una estima propia más allá de la que se


debería tener.

2. La desesperación: Llegar al caso de creer que no somos nada


y que nunca podremos mejorar nuestros errores.

115
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

LOS DISFRACES
Todo disfraz tiene dos fines: encubrir lo que se es, y aparentar
algo distinto. El desconocimiento de nosotros mismos nos
deja en la ignorancia de la verdad y por tal razón es cuando
se aparenta. ¡Esto es muy grave!, porque no sabemos lo que sí
somos, más aun, desconocemos nuestra naturaleza que tiende
al pecado, ignoramos lo que perdimos al principio en la caída,
(Gn 3).

Usamos disfraces porque sencillamente no creemos en el


amor y en la misericordia de Dios. Nos falta fe; ésta es la raíz
del pecado y tiene graves consecuencias. El mundo apoya los
disfraces, ya no se valora al hombre por lo que es sino por otras
cosas. Veamos varios de estos:

t&MEJTGSB[EFMUÓUVMP Eres alguien si eres el doctor, el ingeniero,


el licenciado, etc. No eres nadie si no tienes títulos, la sociedad
nos cataloga por un titulo sin reconocer que solo es feliz el
hombre que tiene a Dios en su corazón.

t&MEJTGSB[EFM.FTÓBT: El que lo sabe todo, el indispensable, el


que aparenta de mucha sabiduría y conocimiento. Este disfraz
nos hace orgullosos, creemos que somos necesarios y que si no
se está, no sale bien las cosas, nos creemos los salvadores; esta
realidad lastimosamente se encuentra mucho en los grupos
religiosos.

t%JTGSB[EFM1PTFFS se basa en obtener muchas cosas (dinero,


ropa, lujos, etc.) aunque no sean necesarias. Muchas veces
queremos tener para estar a la moda, o porque nos da prestigio
y podemos presumir ante los demás. Pensamos que tal marca o

116
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tal cosa nos hacen mejores.


t El disfraz del fuerte: Es la propia autosuficiencia. Nos lleva
a mostrarnos agresivos, rebeldes, autoritarios, ambiciosos;
pero en realidad solo estamos ocultando nuestros miedos,
fragilidades e inseguridades, que siguen haciéndonos daño
interiormente.

t %JTGSB[ EF MBT JOĘVFODJBT Nos figuramos de nuestros


contactos, amistades importantes. Decimos: “tengo inmediación
con tal senador”, se presume por todas las influencias, hasta
presumimos de la amistad con el jefe, con el gerente de la tal
entidad y hasta con el obispo.

ESTOS SON LOS DISFRACES RELIGIOSOS:

t Humildad: En el camino espiritual una de las cosas más


difíciles de conseguir es la humildad; por tal motivo, éste
disfraz sí que es peligroso porque la aparentamos cuando en
realidad no la tenemos; ya el mismo acto de intentar mostrarnos
humildes ante los demás es algo evidente que nos falta. ¡No nos
pongamos este disfraz delante de Dios y delante los demás! Esto
nos hace ser hipócritas.

t Autoridad: Este disfraz oculta nuestras inseguridades.


Precisamente por esta razón, las personas imponen su cierta
“autoridad”, dada por el cargo de la cual están asignados,- o peor
aún- en muchas ocasiones sin ningún cargo dado. Anteponen
en sus afirmaciones el dicho “yo soy” como resguardo de su
estatus social o superioridad: “yo soy el coordinador”, “yo soy el
responsable del grupo”, “yo soy el gerente” “yo soy el padre”, “yo
soy la superiora”, etc. Cabe aclarar que aunque en algunos casos

117
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

halla autoridad, no se debe abusar de ella para imponerse ante


los demás; al contrario, se debe aprovechar para guiar mejor y
corregir lo negativo.

t Los Dones y carismas: Este es muy anticristiano y se ve


bastante en los grupos y comunidades. Esto se convierte en una
plaga pestilente; se presume de los dones que Dios nos dio “Es
que yo me lo merecía por mi trabajo apostólico, yo tengo el don
de sanación, he escrito tantos libros, me buscan por todas partes,
me pidieron ayuda, soy el formador porque sé más” etc. Estos
son los síntomas más comunes por los que lo padecen. Los
dones y carismas son para el servicio a los demás, ¡no son míos!
Dios me lo dio por pura gratuidad, ¡yo no me los merecía! Los
dones no son signos de santidad, son para el servicio. Es mejor
ejercitarse en las virtudes.

DE LA CONSIDERACIÓN DE SÍ MISMO
No debemos confiar de nosotros grandes cosas, porque muchas
veces nos falta la gracia y la discreción. Poca luz hay en nosotros,
y presto la perdemos por nuestra negligencia. Y muchas veces
no sentimos cuán ciegos estamos en el alma. Muchas veces
también obramos mal, y lo excusamos peor. A veces nos mueve
la pasión, y pensamos que es celo.

Reprendemos en los otros las cosas pequeñas, y tragamos las


graves si son nuestras.

Muy presto sentimos y agravamos lo que de otros sufrimos, mas


no miramos cuánto enojamos a los otros.

118
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El que bien y rectamente examinare sus obras, no tendrá que


juzgar gravemente las ajenas.
(Imitación de Cristo, libro II, cap. 5)

PRÁCTICA: Realizar una oración espontánea de cinco minutos


delante de una imagen de la Santísima Virgen María.

“Como hijos amadisimos de Dios, esfuércense por imitarlo.


Sigan el camino del amor, a ejemplo de cristo que los amo a ustedes.
El en verdad se entregó por nosotros y vino a ser la ofrenda y la victima
sacrificada, cuyo buen olor sube a Dios”
(Efesios 5,12)

119
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 14:

Las Tentaciones
“Orad para que no caigáis en tentación” (Lucas 22, 39-46)

E
s la tentación una seducción, una instigación o estímulo,
interior y exterior, para cometer algún pecado. Decimos
interior o exterior, porque las tentaciones pueden
provenir bien de nuestra propia concupiscencia, de las falsas
del mundo o del demonio.

Se debe tener en cuenta que si nuestro divino salvador no se


libró de ellas menos nosotros. De hecho las tentaciones son
necesarias para fortalecernos en la virtud.

El poder que tiene el Demonio sobre los seres humanos a través


de la tentación es limitado. Con Cristo no tenemos nada que
temer. Nada ni nadie puede hacernos mal, si nosotros mismos
no lo deseamos.

Las tentaciones sirven para que los seres humanos tengamos


la posibilidad de optar libremente por Dios o por el Diablo.
También sirven para no ensoberbecernos creyéndonos
autosuficientes y sin necesidad de Cristo Salvador.

¿CÓMO LUCHAR CONTRA LAS TENTACIONES?


La oración es el principal medio en la lucha contra las
tentaciones y la mejor forma de vigilar. “Vigilen y oren para no

120
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

caer en tentación” (Mt 26, 41). “El que ora se salva y el que no ora
se condena”, enseñaba San Alfonso María de Ligorio.

¿QUÉ HACER ANTE LA TENTACIÓN?


Despachar la tentación de inmediato. ¿Cómo? También
orando, pidiendo al Señor la fuerza para no caer. Nos asegura
el Catecismo: “Este combate y esta victoria sólo son posibles con
la oración”

“No nos dejes caer en tentación”, nos enseñó Jesús a orar en el


Padre Nuestro. La oración impide que el demonio tome más
fuerza y termina por despacharlo. Sabemos que tenemos todas
las gracias para ganar la batalla. Porque... “si Dios está con
nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Rm 8, 31).

Y después de la tentación ¿qué? Si hemos vencido, atribuir


el triunfo a Quien lo tiene: Dios, que no nos deja caer en la
tentación. Agradecerle y pedirle su auxilio para futuras
tentaciones. Si hemos caído, saber que Dios nos perdona cuántas
veces hayamos pecado pero con arrepentimiento y con el deseo
de no pecar más. Volvamos a Él a través del Sacramento de la
Confesión.

¿ES PECADO TENER TENTACIONES?


No es pecado tener tentaciones. Lo que es pecado es consentirla,
o sea, quedarse detenidamente a pensar con gusto en esto.
Jesucristo mismo nos dio el ejemplo, porque el mismo tuvo
tentaciones en el desierto pero no cayó en ellas. (Mt 4, 1-11)

121
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿POR QUÉ PERMITE DIOS QUE TENGAMOS


TENTACIONES?
Para poder demostrar que lo amamos más a Él a todo lo demás;
para que nos conservemos humildes y para darnos ocasión
de aumentar nuestros méritos y nuestro premio para el cielo.
Recordemos lo que decía San Pablo: “Quien está en pié tenga
cuidado porque puede caer” (1 Co 10, 8-13)

¿QUÉ DEBEMOS HACER PARA NO CONSENTIR EN LAS


TENTACIONES?
La iglesia ha descubierto en toda su existencia, siete remedios
que producen muy buenos resultados y son: asistir a la Santa
Misa, confesarse y comulgar, evitar las amistades peligrosas y
las ocasiones de pecar, hacer sacrificios, y pensar en el Juicio
y la eternidad que nos esperan. (Nuevo Catecismo Católico
explicado)

¿CÓMO SE HA DE RESISTIR A LAS TENTACIONES?


Mientras en el mundo vivimos no podemos estar sin
tribulaciones ni tentaciones. Por lo cual está escrito en Job:
Tentación es la vida del hombre sobre la tierra. Por eso cada
uno debe tener mucho cuidado acerca de la tentación, y velar
en oración, porque no halle el demonio lugar de engañarle,
que nunca duerme, sino que busca por todos los lados a quien
tragarse. Ninguno hay tan santo ni tan perfecto que no tenga
algunas veces tentaciones, y no podemos vivir sin ellas. Mas las
tentaciones son muchas veces utilísimas al hombre, aunque sean
graves y pesadas; porque en ellas es uno humillado, purgado y
enseñado.
Todos los santos, por muchas tribulaciones y tentaciones
pasaron, y aprovecharon. Y los que no las quisieron sufrir y

122
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

llevar bien, fueron tenidos por malos y desfallecieron.


No hay orden ni religión tan santa, ni lugar tan secreto donde
no haya tentaciones y adversidades. No hay hombre seguro
del todo de tentaciones mientras que vive; porque en nosotros
mismos está la causa de donde vienen, pues nacimos con la
inclinación al pecado. Pasada una tentación o tribulación viene
otra, y siempre tendremos que sufrir, porque se perdió el bien
de nuestra primera felicidad.

Muchos quieren huir de las tentaciones, y caen en ellas más


gravemente. No se pueden vencer solo con huirla; con paciencia
y verdadera humildad nos hacemos más fuertes que todos los
enemigos.
El que solamente quita lo que se ve y no arranca la raíz, poco
aprovechará; antes tornarán a él más presto las tentaciones y se
hallará peor. Poco a poco, con paciencia y buen ánimo, vencerás
(con el favor divino) mejo que con tu propio conato y fatiga.

Toma muchas veces consejo en la tentación, y no seas


desabrido con el que está tentado; antes procura consolarle
como tú lo quisieras para ti. El principio de toda tentación es
la inconstancia del ánimo y la poca confianza en Dios. Porque
como la nave sin timón la llevan a una y otra parte las olas, así
el hombre descuidado y que desiste de sus propósitos es tentado
de diversas maneras. (Imitación de Cristo, libro 1, Cap. 13)

PRÁCTICA: En el día de hoy recitare ochenta veces la frase


“Primero morir que pecar”.

“Por eso somentanse a Dios; resistan al diablo y huirá de ustedes”


(Santiago 4, 7)

123
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 15:

Perdón como máxima expresión de


Dios opuesta al odio
“Cuando os pongáis a orar, perdonad, si tenéis algo que
perdonar a alguno, para que también vuestro Padre que está en
los cielos os perdone vuestras ofensas” (Marcos 11, 25)

¿QUÉ ES EL PERDÓN?

E
s olvidar y dejar atrás sin ninguna clase de resentimiento
las ofensas que hemos recibido de alguno de nuestros
hermanos, por muy graves que sean y por muchas heridas
que nos pudiera ocasionar. Un ejemplo muy claro del perdón de
corazón nos lo dio Jesucristo en la cruz en su máxima expresión
de amor al decir: “Padre, perdónalos porque no saben lo que
hacen” aunque nosotros lo crucificamos con nuestros pecados.

El perdón es una decisión. Es tu elección mirar al otro con


compasión, comprensión, con ira y odio. El ser misericordioso
es una bienaventuranzas: “Dichos los misericordiosos porque
ellos obtendrán misericordia” (Mt 5).

El rencor y el odio es una atadura que impide que el Señor obre


bendiciones en nosotros. Aunque es algo difícil en algunos
casos Jesús recomienda en el texto perdonar siempre, 70 veces
siete: significado teológico de plenitud, es decir siempre.

124
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Jesús no limita la misericordia. Además, nos dejó un sacramento,


el de la confesión, que borrar los pecados que cometimos contra
Él y contra Dios. De esto se enseña una lección de misericordia
y de amor. Dios nos gana a todos en bondad, y no sólo nos
perdona una o dos faltas, sino todos los pecados por graves que
éstos sean.

El perdón experiencia difícil, es un proceso de sanación.


En ciertos casos es muy difícil perdonar y perdonarse, por
ejemplo: en acontecimientos muy duros: asesinatos de
familiares, violaciones, equivocaciones médicas, etc. En estos
casos se necesita vivir un proceso de sanación interior y de
peticiones diarias al espíritu santo, porque son heridas muy
fuertes pero en todo caso no hay nada imperdonable.

La necesidad de perdonar.
Es muy necesario perdonar o sino Dios no nos perdonará a
nosotros.

En la oración del Padre nuestro, la petición del perdón de las


ofensas tiene una condición: “Perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6, 12.)

Miremos ahora lo que dice San Agustín: “Dios ha establecido


una alianza, ha firmado un pacto con nosotros. Si queremos
que él perdone nuestras ofensas, tenemos que decirle de corazón:
como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Si falla esta
condición, queda anulado el contrato.”

El perdón es muy necesario, es una actitud muy cristiana, sobre


todo en los ambientes donde reina el odio y la venganza.

125
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Dicen que las guerras no se vencen con la fuerza de las armas,


sino con el poder del perdón.

El perdón es sanación.
Perdonar es el primer paso a la sanación, está comprobado en
muchos estudios médicos que el rencor y el odio enferman.
Perdonar es el mejor regalo para nuestra salud integral.

El resentimiento mata, el perdón da la vida.


Veamos lo necesario que es el perdón par la sanación interior:
“La sanación interior total solo puede ocurrir, cuando perdonamos
a aquellos que nos han herido, cuando le entregamos por completo
al Señor nuestras heridas del pasado”.

Sea cual sea la experiencia que has tenido, las heridas que hayas
sufrido, Jesús quiere curarlas y sanar tu corazón roto. (Sal 147,3)
Quiere llenar el vacío que hay en tu vida con Su amor. Quiere
liberarte de todo cautiverio para que puedas sentirte realizado
(a).

Después que le hayas pedido a Dios que te libere, después que le


hayas orado para que rompa todas las cadenas que te han atado,
después que Él haya limpiado todas tus heridas de las cosas que
las infectaban, después que hayas perdonado a todos los que
te hirieron; estarás listo (a) para pedirle a Jesús que sane tus
recuerdos dolorosos. ¡Y la noticia maravillosa, gloriosa, es que
Él sanará todas tus heridas! (Sanación Intergeneracional, por el
Padre Robert De Grandis S.S.J. y Linda Schubert.)

El perdón libera.
El perdón nos saca de la cárcel del odio y rompe las cadenas

126
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

del rencor. Nos da control sobre nuestra vida. El perdón es


una expresión de amor. Perdonar no significa dejar de darle
importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que
nos lastimó. Significa sacar aquellos pensamientos negativos
sobre esa/s personas que nos causo dolor.

Bendecir y soltar es liberación, es que tu alma quede libre como


el viento, es redimir tu ser y quedar sin ese peso para seguir el
camino.

Jesucristo, envió a sus apóstoles a “predicar en su nombre la


conversión para el perdón de los pecados (Lc 24, 47) y les dio lo
que se llama el poder de las llaves cuando dijo a Pedro: “Te doy las
llaves del reino de los cielos. Lo que desates en la tierra, quedará
desatado en el cielo” (Mt 16,19).

No hay ninguna falta por grave que sea que la Iglesia no pueda
perdonar. No hay nadie tan perverso y culpable que deba esperar
con confianza su perdón siempre que su arrepentimiento y su
deseo de volverse mejor sean sinceros.

Cristo que murió por salvar a todos los seres humanos, quiere
que en su iglesia estén siempre abiertas las puertas del perdón
a cualquiera que esté dispuesto a abandonar su pecado. Si en
la Iglesia no hubiera perdón de los pecados, no tendríamos
esperanza de conseguir la vida eterna. Demos gracia a Dios que
le ha concedido a la Iglesia semejante don.

PASOS PARA PERDONAR


1. Estar en paz con uno mismo: Entonces, perdonarse, lograr la
paz y reconciliación con uno mismo, pues nuestra actitud con

127
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

los demás es muchas veces reflejo de lo que somos con nosotros


mismos. Si no nos aceptamos, no podemos aceptar a otros. A
algunas personas les resulta más fácil perdonar a otros que a sí
mismos. ¡Pídete perdón a ti mismo!, date un abrazo... Si Dios
nos ama como somos, así debemos amarnos también nosotros.

%FMJNJUBSMB[POBEFMDPOĘJDUP Cuando en un campo aparece


una zona de incendio, lo primero que hacen los campesinos
es cercar el lugar para evitar que el fuego se expanda, luego
intentarán apagarlo. En el campo de nuestra vida surgen también
conflictos -es que la vida espiritual es lucha- y, del mismo modo
que los campesinos, debemos también nosotros apagar nuestros
propios “incendios”... Para ello, es conveniente evitar que se
expanda el problema, por ejemplo: que lo llevemos del trabajo
al hogar, o viceversa; o que descarguemos nuestra bronca con
el primero que se cruza en el camino; o que involucremos al
vecino, etc. ¡No traer más gente al problema! Si tu problema
es con “fulano”, no te la agarres con “mengano”. En todo caso
enfréntate con tu enemigo, no con otra persona que no tiene
nada que ver con el asunto.

3. No ir más allá de la ofensa que uno ha recibido: Veamos lo


que dice la Palabra de Dios en Levítico 24, 17-21:

“El que hiera mortalmente a cualquier hombre, será castigado


con la muerte. El que hiera mortalmente a un animal, pagará la
indemnización correspondiente: vida por vida. Si alguien lesiona
a un prójimo, lo mismo que él hizo se le hará a él: fractura por
fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará la misma lesión
que él haya causado al otro. El que mate a un animal pagará
una indemnización por él, pero el que mate a un hombre, será

128
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

castigado con la muerte.” no así, el camino es: amar y orar por


nuestros enemigos como nos enseñó Jesús.

4. No vengarse: Levítico 19.18 “No serás vengativo con tus


compatriotas ni les guardarás rencor...” y en la segunda parte del
versículo agrega: “...Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo
soy el Señor”.

5. Poner la otra mejilla: No hay que entenderlo en forma literal


“poner la otra mejilla” (Jesús dijo que seamos mansos... ¡pero no
“mensos”!). Hay que entender la otra mejilla como la otra cara
de la moneda, es decir, al “mal” poner la mejilla del “bien”. Tal
vez a alguno le sea más fácil poner literalmente la otra mejilla,
pero la propuesta del Evangelio va más allá: hacer el bien al que
te ofende. Es más difícil pero, por supuesto, está la ayuda de la
gracia... Requiere de oración, hay que pedir esta gracia.

6. Volver a la misma confianza que se tenía antes de la ofensa:


En este paso debemos imitar lo que Jesús hizo con Pedro. Le
devuelve la confianza que tenía antes de la ofensa.

El Señor le había dicho que le daba las llaves del Reino de los
Cielos, pero en el momento más importante Pedro lo niega
tres veces. Ya resucitado, en el pasaje de la cita bíblica, junto al
lago Tiberiades Jesús no le dice: “¡Pedro, ahora que me negaste,
devuélveme las llaves!” No, el Maestro, lo confirma en su puesto,
le otorga nuevamente su confianza: ¡Apacienta a mis ovejas,
porque cuando yo me vaya tú seguirás siendo el Pastor!

Es el perdón más elevado, volver a la confianza para comenzar


de nuevo. Es admirable cómo a veces los niños cumplen esto

129
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

al pie de la letra, y cuánto nos cuesta a los adultos. Tal vez


tengamos que volver a ser como niños para alcanzar este paso...

Es el resentimiento que sentimos hacia alguna persona porque


nos hizo una ofensa. Este sentimiento no nos deja vivir felices,
porque siempre vamos a recordar con ira a esta persona
hasta llevarnos a desear el mal al otro o hasta la muerte. Se
ha comprobado científicamente que el odio es el causante de
muchas enfermedades, puesto que este es como un carbón
encendido que solo quema al que lo tiene; y por lo tanto al odiar
solo nos hacemos mal a nosotros mismos.

“Porque si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre


perdonará vuestras ofensas” (Mt 6, 15).

PRÁCTICA: Recitare 50 veces la oración: “Jesús enséñame a


perdonar, como tu lo hiciste”

“Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres,
también el Padre Celestial los perdonará.
En cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres,
tampoco el Padre los perdonará a ustedes ”
(Mateo 6, 14-15)

130
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 16:

Templanza y Diligencia vs.


Gula y Pereza
“si eres moderado vivirás más años y vivirás más feliz. Si te exce-
des en comer tendrás pesadillas y dolor de estómago”
(Eclesiástico 37, 27- 31).

¿QUE ES LA TEMPLANZA?

E
s la virtud moral que vence a la gula y consiste en ser
moderados en la comida, en la bebida, en el descanso, en
las diversiones y en todo.
Esta virtud nos modera la atracción hacia los placeres. Asegu-
ra el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los
deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada
domina y encamina hacia el bien sus apetitos e inclinaciones
y trata de cumplir lo que aconseja el libro santo: “no te dejes
arrastrar por las pasiones de tu corazón” (Ecl. 5, 2), El Antiguo
Testamento alaba frecuentemente esta virtud y dice: “no sigas
a donde te inclinan tus pasiones. Tienes que moderar tus deseos”
(Ecl. 18, 30).En el Nuevo Testamento la templanza se le llama
sobriedad. San Pablo aconseja:
“Debemos vivir con justicia, piedad y sobriedad” (Tt 2, 12).

131
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿QUE ES GULA?
Es un Uno de los siete pecados capitales. La gula es el deseo
desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida.

Este deseo puede ser pecaminoso de varias formas:


1- Comer o beber muy en exceso de lo que el cuerpo necesita.

2- Cortejar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas que


va en detrimento de la salud.

3- Consentir el apetito por comidas o bebidas costosas, especial-


mente cuando una dieta lujosa está fuera del alcance económico.

4- Comer o beber vorazmente dándole más atención a la comi-


da que a los que nos acompañan.

5- Consumir bebidas alcohólicas hasta el punto de perder con-


trol total de la razón. La intoxicación injustificada que termina
en una completa pérdida de la razón es un pecado mortal.

Dijo Jesús: “cuidado: no sea por el vicio y la embriaguez, os sor-


prenda el día del Juicio” (Lc 21,34).

REFLEXIONA: ¿Vives en desorden sin la debida moderación


en el comer y en el beber? ¿Te dejas arrastrar por la bebida fácil-
mente? ¿Eres glotón y tienes una barriga que no aguanta tu traje
o pantalón por excesiva y exagerada?

¿QUÉ ES LA DILIGENCIA?
La diligencia es la virtud que vence al pecado capital de pereza.
Diligencia es prontitud, cuidado y eficiencia en el cumplimien-

132
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

to del deber.
Jesús nos enseña que el discípulo debe ser fiel en el cumpli-
miento del deber lo cual requiere diligencia. A cada uno se le
pedirán cuentas.

Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros


cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes
otros cinco que he ganado.”

Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido


fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”
(Mt 25, 20-21)

Que cada uno sea diligente para escuchar y tardo para hablar,
tardo para la ira. (St 1,19)

Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste


hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la
esperanza (Hb 6,11)

La diligencia es la mejor fortuna del hombre. (Pr 12, 27)


Mano indolente empobrece, la mano de los diligentes enriquece.
(Pr 10,4)

La mano diligente obtiene el mando; la flojedad acaba en traba-


jos forzados. (Pr 12, 24)

Los proyectos del diligente, todo son ganancia; para el que se


precipita, todo es indigencia. (Pr 21, 5)

133
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿QUÉ ES LA PEREZA?
Falta culpable de esfuerzo físico o espiritual; acedía, ociosidad.
Podemos también definirla como la negligencia, el tedio o el
descuido en las cosas a que estamos obligados (a hacer); tam-
bién se refiere a la flojedad, “flojera”, al descuido o a la tardanza
en las acciones o movimientos –propios o ajenos-. El origen de
este pecado capital es completamente natural: todos los seres
vivos que se mueven –incluidos nosotros, tienden a no mal-
gastar energías si no hay un beneficio que no tiene por qué ser
seguro e inmediato. Puede ser algo probable o que se obtendrá
en un futuro. La pereza es la falta de estímulo, de deseo, de vo-
luntad para atender a lo necesario e incluso para realizar activi-
dades creativas o de cualquier índole; es una congelación de la
voluntad, el abandono de nuestra condición de seres activos y
emprendedores.

Por la pereza se reducen los frutos que le damos a Dios y nos


vamos empobreciendo. Por la pereza faltamos a nuestro deber
causando daño a quienes dependen de nosotros. Ej.: Los pa-
dres que por pereza no educan a sus hijos, los policías que por
pereza no protegen, los médicos que por pereza no atienden a
sus pacientes... Creo que puedes ver en esto las consecuencias
malignas.

REFLEXIONA:
¿Has sido negligente y comodón en tus obligaciones? ¿Malgas-
tas el tiempo en la ociosidad? ¿Te gozas de la pereza, y le huyes
al trabajo? ¿Te gusta vivir de otros porque no eres suficiente
tu mismo? ¿Eres un(a) mantenido y te molestas si no te man-
tienen? ¿Prefieres que otros actúen por ti y no tienes dignidad
y orgullo propio (respeto hacia ti como persona)? ¿No sientes

134
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

alegría del trabajo hecho por ti mismo(a)?

Tiene hambre el perezoso, más no se cumple su deseo; el deseo


de los diligentes queda satisfecho. (Pr 13, 4)

“El perezoso se parece a una piedra enfangada, todos silban al ver


su indignidad; el perezoso se parece a una boñiga: todo el que la
toca se sacude la mano” (Ecl 22, 1-2)

PRÁCTICA: Recitare 3 Salves para pedir a La Santísima Virgen


María que me ayude a tener buenos hábitos y que todo lo haga
con amor.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece ”


(Filipenses 4, 13)

135
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 17:

Mortificación, Sacrificio,
Penitencia y Ayuno
“No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios” (Mateo 4)

¿QUÉ ES MORTIFICACIÓN?

L
a mortificación son las prácticas penitentes, que se sacri-
fican prudentemente nuestro cuerpo para la lucha contra
las malas inclinaciones y lograr someterlas a la voluntad
y de ésta a Dios.

“Nos mortificamos para vivir una vida más excelsa; nos despo-
jamos de nuestros bienes materiales para mejor poseer los es-
pirituales; renunciamos a nosotros mismos para poseer a Dios;
no luchamos, sino para gozar de la paz; no morirnos a nosotros,
sino para vivir con la vida de Cristo, con la vida de Dios: o sea,
la unión con Dios, que es el fin de la mortificación. De aquí se
deduce su necesidad.” (Compendio de Teología Ascética y mís-
tica tomo II)

La penitencia es la mortificación, para purificamos de las fal-


tas pasadas, pero su fin principal es cuidarnos contra las faltas
del tiempo presente y futuro, disminuyendo el amor al placer,
fuente de nuestros pecados.

136
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

“Mortificar no es matar, sino amortiguar: por lo tanto cuando se


dice que hemos de mortificamos, no se entiende, claro está, que
hayamos de aniquilar nuestra naturaleza, sino sólo que hemos
de amortiguar sus instintos rebeldes, sofocar los estímulos de la
sensualidad y del amor propio reprimir las inclinaciones y movi-
mientos desordenados de nuestro corazón, moderarlos y gober-
narlos según la voluntad divina, reducir, en fin, cuanto sea dable,
nuestra condición actual a aquel dichoso estado de integridad en
que se hallaban nuestros primeros padres antes de su caída.”
(Perfección cristiana)

MORTIFICACIÓN INTERIOR Y EXTERIOR, CORPORAL,


ACTIVA Y PASIVA
Mortificación interior: lleva a la humildad, al autodominio, al
control de la imaginación y de la memoria, alejando de la men-
te los pensamientos y recuerdos que llevan al pecado; y, espe-
cialmente, reprimiendo el amor propio y la soberbia, del afecto.

Mortificación exterior: es la mortificación de los sentidos ex-


ternos: la vista, el oído, el gusto, la lengua, evitando, por ejem-
plo, las murmuraciones.

Mortificación corporal: es la que los cristianos hacen —de for-


ma moderada, prudente, ordenada y humilde— con su cuerpo,
uniéndose al sufrimiento de Cristo en la Cruz, con deseos de
corredimir, mediante ayunos, uso del cilicio, disciplinas, etc.

Esta mortificación tiene tradición evangélica, que abarca desde


los primeros cristianos, pasando por el Canciller de Inglaterra,
Tomás Moro, hasta la actualidad.

137
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Mortificación activa: es la que se busca directamente:


tTPQPSUBSVOBPGFOTB
tBZVEBSBMPTEFNÈTDVBOEPDVFTUB
tIBDFSVOBDUPEFNPSUJĕDBDJØO(por ejemplo, ayunar un día, etc.)

Mortificación pasiva: es la mortificación que no se busca, pero


que, cuando viene, se lleva por amor de Dios, con serenidad:
por ejemplo, la mortificación de una madre que pasa las noches
en vela cuidando a sus hijos.

San Josemaría, fundador del Opus Dei, recordó la necesidad de


la mortificación en las cosas corrientes de cada día: saber son-
reír, llegar a los compromisos con puntualidad.

«Donde más fácilmente encontraremos la mortificación es en las


cosas ordinarias y corrientes: en el trabajo intenso, constante y
ordenado; sabiendo que el mejor espíritu de sacrificio es la per-
severancia por acabar con perfección la labor comenzada; en la
puntualidad, llenando de minutos heroicos el día; en el cuidado
de las cosas, que tenemos y usamos; en el afán de servicio, que
nos hace cumplir con exactitud los deberes más pequeños; y en
los detalles de caridad, para hacer amable a todos el camino de
santidad en el mundo: una sonrisa puede ser, a veces, la mejor
muestra de nuestro espíritu de penitencia. Tiene espíritu de peni-
tencia el que sabe vencerse todos los días, ofreciendo al Señor, sin
espectáculo, mil cosas pequeñas.
Ése es el amor sacrificado que espera Dios de nosotros.»

En el tiempo de Cuaresma, los católicos nos dedicamos a incre-


mentar la oración y la penitencia, se reaniman fuertes críticas,
burlas o indiferencias, hacia estas prácticas cristianas de mor-

138
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tificación, llegando en ocasiones al escándalo. Hasta miembros


de la iglesia les parece ridículo y se indignan sorprendiéndose,
no falta quienes se sorprenden indignados de que todavía en
el mundo secularizado y moderno haya quienes se mortifican.

El padre Dr. Eduardo María Volpacchio cuestiona acerca del


rechazo del mundo sobre la mortificación, como un acto de
hipocresía:

“El sacrificio es parte de la vida de cualquier persona. Cambian


las motivaciones y las prácticas concretas. De hecho, la cultura
que rinde culto al cuerpo tiene también su “mortificación” secu-
larizada”:

EL MUNDO Y SUS FALSAS EN CONTRA DE LA MORTI-


FICACIÓN
t Piercing: agujerearse el cuerpo y llevar colgando todo tipo
de metales en las partes más variadas del cuerpo: lengua, ceja,
cintura, pechos, etc.

ttatuajes: marcarse el cuerpo como antiguamente se hacía a los


esclavos con inscripciones que duran para toda la vida.

t Cinturones gástricos: impiden comer más de la cuenta

tcostosas cirugías estéticas: para mejorar el perfil del cuerpo


y de la cara.

tDietas extenuantes: para lucir el cuerpo exageradamente fla-


co que exigen a las mujeres los cánones estéticos actuales; y que
no pocas veces conducen a enfermedades psiquiátricas como la

139
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

anorexia o la bulimia
t Horas agotadoras de gimnasio: para conseguir una muscula-
tura “dibujada” y una pancita plana.

tExposición solar: por horas sufriendo un calor a veces inso-


portable para lucir un bronceado que teóricamente mejore la
propia imagen (esto sólo lo hacen los blancos, paradójicamente
las personas de otras razas intentan blanquear el color de su piel)

t encierro por horas en boliches sin luz, sin aire: llenos de


humo, con música ensordecedora, en horarios que exigen horas
de paciente espera...

¿NO SERÁ QUE LO QUE ESCANDALIZA NO ES LA MOR-


TIFICACIÓN EN SÍ MISMA, SI NO EL MOTIVO POR EL
QUE SE REALIZA?
En efecto, lo que no se entiende de la mortificación cristiana
es el por qué: no se hace para ganar dinero, ni para adquirir
fama, ni gloria, ni poder, ni para triunfar profesional o deporti-
vamente, ni para tener un cuerpo más atractivo, ni por motivos
egoístas. Todo sacrificio hecho por motivos terrenales es elo-
giado. Pero si la motivación dice ser espiritual, la cosa cambia.
Desconcierta... y hasta indigna.

Y a ese mismo mundo de las dietas estrictas le parece un horror


el ayuno: que una persona deje voluntariamente de comer por
amor a Dios le suena como un acto oscurantista, retrógrado,
masoquista y superado... Y le molesta que haya gente que lo
practique. De la práctica de la mortificación corporal ni hable-
mos.

140
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Y los que se escandalizan por el celibato (que haya quienes no se


casen por el Reino de los Cielos les parece una afrenta a la hu-
manidad), son los mismos que no quieren casarse para no atar-
se a nadie (¿para qué casarse, se preguntan, si se puede gozar de
una mujer/hombre sin compromisos y sin hijos, y cambiarlo/a
cuando se quiera, sin más trámite?)

Esta inhabilidad para comprender la mortificación es una ar-


timaña del espíritu del mundo. Los cristianos entendemos que
quienes tienen una idea materialista de la vida no puedan en-
tender la mortificación y muchas otras cosas. El apóstol San
Pablo apunta: “el hombre animal no puede entender las cosas que
son del espíritu de Dios, son necedad para él” (1 Corintios 2, 14).

LOS BENEFICIOS DE LA MORTIFICACIÓN


Concluimos nuevamente con lo expuesto por el padre Dr.
Eduardo María Volpacchio: “Los principales beneficios de la
mortificación son espirituales”.

¡Hace tanto bien al alma! Purifica de los propios pecados y de


sus consecuencias, “espiritualiza” aumentando la sensibilidad
para la oración, da dominio sobre uno mismo, aleja las tenta-
ciones, libera de caprichos, inmuniza contra el consumismo y la
frivolidad, es escuela de generosidad. Lleva a superar defectos y
a crecer en virtudes.

Y como la mejor mortificación es la que nos ayuda a mejorar


nuestro carácter y a darnos a los demás, tiene muchas conse-
cuencias en el plano humano. Nos ayuda a trabajar mejor (la
puntualidad y el orden, por ejemplo, son excelentes mortifi-

141
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

caciones). A vivir mejor la caridad y la convivencia (soportar


pacientemente las bromas inoportunas, escuchar a personas
pesadas, etc. son otros tantos ejemplos de mortificación). In-
cluso ayuda a disfrutar más las cosas buenas de la vida (la falta
de negación de uno mismo lleva a que las cosas “empalaguen”),
de la misma manera que cuando éramos chicos, los caramelos
que nos gustaban, los disfrutábamos más cuanto menos los co-
míamos.

La mortificación no nos amarga la vida, ni nos empequeñece el


ánimo, sino que acaba siendo fuente de alegría.

El bautizado debe seguir el mismo camino que enseñó Cristo,


por medio de la mortificación de las «obras de la carne», para
arrancar el «hombre viejo» y todas las tendencias que apartan
del seguimiento fiel y continuo de Cristo.

La mortificación es para incorporarse plenamente al Cuerpo


místico de Cristo. Dice san Pablo: «suplo en mi carne lo que fal-
ta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia.»
(Col 1, 24)

¿QUÉ ES EL SACRIFICIO?
Es hacer o dejar de hacer algo que realmente me cueste, todo
por amor a Dios.

La Iglesia quiere que cada viernes hagamos un sacrificio para


recordar a Cristo que en ese día se sacrificó por nosotros en la
cruz y porque los sacrificios borran muchos pecados, vuelven
más fuerte la voluntad y son una demostración de nuestro amor
a Dios. Pequeños sacrificios pueden ser por ejemplo: Apagar

142
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

un rato el radio, televisor o computador, fumar menos este día,


permanecer en silencio mientras se trabaja, dar una limosna
que nos cueste, etc.

Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de


gratitud, de súplica y de comunión:”Toda acción realizada para
unirse a Dios en la santa comunión y poder ser bienaventurado
es un verdadero sacrificio” (S. Agustín).

El sacrificio exterior, para ser auténtico, debe ser expresión del


sacrificio espiritual. “Mi sacrificio es un espíritu contrito...” (Sal
51,19). Jesús recuerda las palabras del profeta Oseas: “Miseri-
cordia quiero, que no sacrificio” (Mt 9,13; 12,7). El único sa-
crificio perfecto es el que ofreció Cristo en la cruz en ofrenda
total al amor del Padre y por nuestra salvación ( Hb 9,13-14).
Uniéndonos a su sacrificio, podemos hacer de nuestra vida un
sacrificio para Dios.

¿QUÉ ES PENITENCIA?
La penitencia consiste en oración u obras buenas que tenemos
que hacer para ir pagando la pena temporal que debemos por
nuestros pecados.

La Sagrada escritura recomienda 3 maneras de hacer peniten-


cia: La oración, el ayuno y la limosna. Hay otras muy recomen-
dables como por ejemplo los esfuerzos por reconciliarse con
el prójimo y a la tristeza y arrepentimiento por haber pecado,
el ser perseguidos o tratados mal por causa de la religión o el
buen comportamiento, el esforzarse por obtener la salvación de
otros. Y el tener amor de caridad hacia los demás, pues según el
Apóstol San Pedro: “el tener caridad cubre multitud de pecados”

143
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

(1 P 4,8).

Formas de hacer penitencia:

tEn oración: postura de cruz, arrodillado, cabeza en el piso.

t)BDFSQFSFHSJOBDJPOFT

t&TDVDIBSDPOQBDJFODJBBMRVFOPNFHVTUB

t"DFQUBSIVNJMMBDJPOFT

tUn sí a mi no y un no a mi si: Llevar la contraria a mis gustos.

t.JTEPMPSFTVOJSMPTBMPTEPMPSFTEF+&4Á4FOMBDSV[

t/PBDPTUBSNFCSBWPDPOFMQSØKJNP(2 Tm 2, 22 – 26)

Si no hacemos estas penitencias no estamos muriendo a no-


sotros mismos y nuestras devociones serán inútiles, no darán
frutos, porque estarán manchadas de amor propio y serán abo-
minables a los ojos de DIOS.

¿QUÉ ES EL AYUNO?
Es la práctica de limitar el consumo de comida y bebida para
imitar los sufrimientos de Cristo durante su pasión y a través
de toda su vida terrena. Es solo hacer tres comidas en el día: un
desayuno no muy grande, un almuerzo ordinario y una cena
no muy abundante. Y entre comida y comida no tomar ningún
alimento sólido. Para el alma es algo muy provechoso porque
sirve de penitencia por los pecados y como un sacrificio que se

144
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

hace por amor a Dios.

Dice San Juan Crisóstomo: “El valor del ayuno consiste no solo
en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitu-
des, pensamientos y deseos pecaminosos. Quien limita el ayuno
simplemente a la comida, esta minimizando el gran valor que el
ayuno posee. Si tu ayunas, que lo prueben tus obras! Si ves a un
hermano en necesidad, ten compasión de él. Si ves a un hermano
siendo reconocido, no tengas envidia. Para que el ayuno sea ver-
dadero no puede serlo solo de la boca, sino que se debe ayunar de
los ojos, los oídos, los pies, las manos, y de todo el cuerpo, de todo
lo interior y exterior.”

El ayuno obliga a los que ya cumplieron 21 años y solo el miér-


coles de ceniza y el viernes Santo. La abstinencia de carne obliga
a los que ya cumplieron los 14 años y solamente los 6 viernes de
cuaresma, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

Además de ayunar con tu boca, debes de ayunar de no decir


nada que haga mal a otro. Pues ¿de qué te sirve no comer carne,
si devoras a tu hermano?

PRÁCTICA: En el día de hoy hare un ayuno y lo ofreceré a la


Santísima Virgen María.

“Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada


y espacioso el camino que lleva a la perdición
y son muchos los que entraron por ella; mas
¡Que estrecha la entrada y que angosto el camino que lleva a la vida!
y pocos son las que la encuentran”
(Mateo 7, 13-14 )

145
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 18:
Postrimerías
“En todo lo que hagas acuérdate de tus postrimerías
y nunca pecarás” (Eclesiástico 7,36)

¿QUÉ SON LAS POSTRIMERÍAS?

S
on las realidades que le esperan al hombre al final de su
vida. Estas son: Muerte, juicio, infierno y gloria.

LA MUERTE:
Es la separación del alma y del cuerpo. El saber que vamos a
morir cuando menos lo pensemos, da urgencia a nuestra vida
terrena y sirve para hacernos pensar que no contamos sino con
un tiempo limitado para hacer las obras buenas que debemos
hacer. La muerte es el fin de la peregrinación o viaje difícil del
ser humano por la tierra. La Santa Biblia afirma: Está determi-
nado que el ser humano muera solo una vez (Hb 9, 27). No hay
reencarnación.

La iglesia nos recomienda que vivamos preparados para la


muerte y nos enseña a repetir: “de la muerte repentina e impre-
vista, líbranos Señor”.

La novedad de la muerte cristiana está en que es una ganancia,


como lo dijo san Pablo: “Para mí la muerte es una ganancia” (Fil
1, 21) “porque si hemos muerto en Cristo, también viviremos con
Él” (2 Tm 2, 11) o sea que si morimos en amistad con Cristo la
muerte nos lleva a un estado mejor.

146
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Es una realidad que nos toca a todos, no tiene edad, color po-
lítico, sexo, clase social. De ella nadie se salva, es sorpresiva,
temida y dolorosa. La muerte es lo más seguro que tenemos,
es inamisible que el ser humano viva como si algún día no le
tocara pasar por ella.

Por tanto, es absurda la vanidad, poco a poco el cuerpo se va


envejeciendo; el mundo nos engaña, de ahí el racismo y la dis-
criminación.

El cuerpo se comienza a idolatrar; en efecto, se piensa en la


necedad de creerse superior a los demás. Como dicen algunos
sabios.” El mismo gusano nos comerá a todos”.

Lo más grave es que son raras las almas que se preparan para
ese momento, seguimos pecando y como dice Jesús. “En cual-
quier momento llega el ladrón”

Por eso debemos de mejorar las relaciones con los seres que-
ridos, darles todo nuestro amor porque ya después de muerto
¿para qué? El amor a la familia debemos manifestarlo en vida,
no después, cuando ya estén en el ataúd, ahí si nos rompemos a
llorar y a lamentar todo el amor que pudimos dar a nuestros fa-
miliares; existen muchos casos de personas que nunca le habían
dicho “te amo” a la mamá y el día de funeral se lo gritaban con
lamentación. No se le regala flores en vida, en cambio el día de
la muerte una corona de rosas, ¡hermanos! ¿Ya para qué? Solo
le sirven las oraciones, misas y rosarios, etc. Quizás esto con-
suele a los que han pasado por esa situación.

Existen innumerables devociones y consagraciones que poseen

147
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

promesas para obtener una buena muerte, entre ellas están el


santo rosario, el corazón de Jesús, la divina misericordia. Etc.
Una santa muerte consiste en morir en la gracia de Dios y con
todos los sacramentos. Existe un combate en ese momento (la
muerte), dicen los santos que es una tentación terrible, necesi-
tamos mucha asistencia y ayuda de nuestra Madre Santísima.
No como dicen algunos: “no quiero quedarme en una cama
postrado, ojalá me dé un infarto para no sufrir” esto no es una
muerte sabrosa, la verdadera muerte sabrosa la tuvo San José al
lado de Jesús y María. Hermanos!, la mejor muerte es cuando
antes de partir, hayamos recibido los sacramentos.

EL JUICIO:
El alma es juzgada por Dios después de la muerte. Se distin-
guirán dos juicios: el particular inmediatamente después de la
muerte y el universal en el fin del mundo cuando Jesús venga a
“juzgar a vivos y muertos” (Mt 25, 31- 46).

Juicio Particular: “Cada hombre, después de morir, recibe en su


alma inmortal su retribución eterna en el juicio particular que
refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación (purga-
torio), bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza
(cielo), bien para condenarse inmediatamente para siempre (in-
fierno)” (CIC 1022).

Jesús “vendrá con amor para los buenos -dice San Agustín- y con
terror para los malos”.

Las lágrimas allí no valen, los arrepentimientos ya no aprove-


chan, las oraciones ya no son escuchadas, las promesas para el
futuro no son admitidas; tampoco hay tiempo para hacer pe-

148
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

nitencia. El tiempo de misericordia acabó con la muerte, aquí


empieza el tiempo de la justicia.

San Alfonso nos exhorta también, a que consideremos este


juicio que cada uno debe soportar: “Se sentó Jesús para juzgar
y fueron abiertos los libros (Dn 7, 10)… Dos eran los libros: El
Evangelio y la propia conciencia. En el Evangelio se leerá lo que el
reo debió hacer; en la conciencia, lo que hizo. Se hará el examen.
Dice el Señor: ‘Y entonces, será cuando Yo iré con una antorcha
en la mano registrando a Jerusalén’ (So 1, 12). Nuestro Señor
penetrará en los rincones más oscuros de los corazones y de las
conciencias”.

Lo más triste será saber que no es Jesús quien lo juzga, pues “no
vino a condenar, sino a salvar” (Jn 3, 17), será su propia con-
ciencia la que lo condenará o salvará eternamente, pues esta fue
una decisión personal que estuvo respaldada por toda una vida
(CIC 679).

Juicio Universal: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria


rodeado de todos los ángeles, se sentará en el Trono de la gloria,
que es suyo. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y
separará a unos de otros, al igual que el pastor, separa las ovejas
de los chivos. Colocará a las ovejas a la derecha y a los chivos a su
izquierda” (Mt 25, 31-33).

Será el Juicio Final, en el que será juzgada toda la humanidad,


desde Adán, hasta el último hombre de la tierra y dónde se ve-
rán al descubierto los pecados de toda la humanidad (Lc 12,
2-3). Será el día de la vergüenza universal, pues “si te avergüen-
za declarar tu falta a un hombre, y hombre pecador, ¿qué harás

149
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

en el día de la venida final, cuando todos los hombres vean al


descubierto toda tu conciencia?” (San Bernardo).

Y los condenaos arderán de más rabia, pues verán que muchos


de ellos cometieron semejantes o aún menos pecados que los
justos, pero no se arrepintieron y por ello no se salvarán.

Se efectuará entonces, la “resurrección de la carne” que mencio-


namos en el Credo. “Al sonido de la última trompeta” (1 Co 15,
51), descenderán las almas hermosísimas de los bienaventura-
dos, para unirse a sus cuerpos con los cuales sirvieron a Dios
en este mundo; y las almas infelices de los condenados, saldrán
del infierno y se unirán con sus cuerpos malditos, que fueron
instrumentos para ofender a Dios (San Jerónimo).

Los justos verán aquel día abrirse toda la tierra y en una inmen-
sa fosa serán mezclados y hundidos los demonios con los répro-
bos. ¡Qué cadenas y qué ruidos se oirán entre ellos en aquel jui-
cio tremendo! Entonces los justos serán levantados en el aire…
¡Qué procesión y qué música serán las de aquellas compañías
celestiales, cuando los bienaventurados estén con Dios para go-
zar de Él eternamente!

Los réprobos, por el contrario, verán como tras ellos se cierra la


puerta del infierno, que jamás volverá a abrirse… ¡condenados
para Siempre! ¡Oh maldito pecado! ¡A qué desdichado fin lle-
varás un día a tantas pobres almas! ¡Oh almas desventuradas, a
quienes aguarda tan espantoso fin!

“Al atardecer de la vida, seremos juzgados en el amor” (San Juan de la Cruz).

150
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

INFIERNO:
La existencia del infierno es dogma de fe (verdad que debe ser
creída). El infierno es un lugar de tormentos, donde sufrirán
eternos suplicios los que mueran en pecado mortal (1 Co 6,
9-11). Quienes llegan a este lugar van por la autoexclusión, es
decir, por no estar arrepentidos ni acoger el amor misericordio-
so de Dios. Respecto al infierno son verdades de fe: que existe,
que hay en él pena de fuego, que sus tormentos son eternos y
que van a él los que mueren en pecado mortal.

Jesús habla con frecuencia del infierno (gehena) y del fuego que
nunca se apaga (Mt 5, 29 y Mc 9, 48) y dice que un día enviará
a sus ángeles y recogerán a todos los que se dedicaron a hacer
el mal y los echarán en el horno ardiente (Mt 13, 42) y que a los
que no quisieron hacer obras de caridad les dirá: “Vayan maldi-
tos al fuego eterno” (Mt 25, 41).

Dice el catecismo: “Las afirmaciones de la Escritura y las ense-


ñanzas de la Iglesia a propósito del infierno son un llamamiento
a la responsabilidad con la que el hombre debe usar de su libertad
en relación con su destino eterno. Constituyen al mismo tiempo
un llamamiento apremiante a la conversión: “Entrad por la puer-
ta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que
lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas
¡qué estrecha la puerta y qué angosto el camino que lleva a la
Vida!; y pocos son los que la encuentran” (Mt 7, 13-14)

«Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el


consejo del Señor, estar continuamente en vela. Para que así, ter-
minada la única carrera que es nuestra vida en la tierra merece-
remos entrar con Él en la boda y ser contados entre los santos y no

151
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

nos manden ir, como siervos malos y perezosos, al fuego eterno,


a las tinieblas exteriores, donde “habrá llanto y rechinar de dien-
tes”» (LG48).” 1036

Ahora veamos la visión del infierno que el Señor le regaló a


Santa Faustina:
Durante un retiro de ocho días en octubre de 1936, se le mostró
a Sor Faustina el abismo del infierno con sus varios tormentos,
y por pedido de Jesús ella dejó una descripción de lo que se le
permitió ver: “Hoy día fui llevada por un Ángel al abismo del in-
fierno. Es un sitio de gran tormento. ¡Cuán terriblemente grande
y, extenso es! Las clases de torturas que vi”:

La primera es la privación de Dios: la primera privación es la


más horrible, cierto que muchos dicen que creen en Dios por-
que no lo ven, pero después de la muerte se darán cuenta de la
verdad, se abren los ojos, se manifiesta la tristeza de no haber
creído y saber que Dios si existe; en el caso de los creyentes será
igual de tormentoso porque el Señor al que algún día creyeron
no se siguió. La visión de Dios en esencia es la mayor felicidad
del hombre. La felicidad del hombre no es tanto por lo que Dios
da, sino Dios mismo. No verlo es la mayor desgracia. Como
dijo San Agustín:” ¿Hay mayor desventura que la de estar lejos
de aquel que está en todas partes?” (Inps.99,5)

La segunda es el remordimiento de conciencia continuo: ¡es


horrible!, no tiene caso el arrepentimiento, es en vano las ga-
nas de saber que el sufrimiento se pudo evitar, es como si lan-
záramos puñetazos al aire, como pedirle manzanas al árbol de
trupillo.
La tercera consiste en no poder cambiar nada: la impotencia

152
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

es indescriptible, es peor que el duelo que se vive por la pérdida


de un ser querido, no tiene comparación porque es un tormen-
to de burla, ya que no puedes cambiar tu triste y dolorosa reali-
dad. Es saber que todo esto dura hasta toda la eternidad.

La cuarta tortura es el fuego eterno: una llama espantosa, es


el producto de rechazar la misericordia, es un ardor espiritual.
Para poder vislumbrar esto, imaginemos el dolor que da una
quemadura; sin embargo, el fuego eterno no tiene compara-
ción, resulta espeluznante, un sufrimiento aterrador.

La quinta es una oscuridad aterradora y un mal olor terrible:


es un tormento desagradable, lastimosamente para siempre.

La sexta es la compañía continua de Satanás: a nuestro jui-


cio, después de la primera, ésta no tiene comparación. Decía la
misma santa que la presencia del diablo es algo que no tiene ex-
plicación. Aludía también, que verlo es peor que todos los tor-
mentos del infierno juntos. Su odio hacía nosotros es infinito.
La séptima es la angustia: se llega odiar a Dios, se pierde el
amor, se blasfema y se vive en una guerra constante, es la desfi-
guración de la belleza que solo la da Dios.

Sigue diciendo la Secretaria de la Divina Misericordia: “Estos


son los tormentos que sufren los condenados, pero no es el fin de
los sufrimientos. Existen tormentos especiales destinados para al-
mas en particular. Estos son los tormentos de los sentidos”.

Cada alma pasa por sufrimientos terribles e indescriptibles, re-


lacionado con el tipo de pecado que ha cometido.
Existen cavernas y fosas de tortura donde cada forma de ago-

153
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

nía difiere de la otra. Yo hubiera fallecido a cada vista de las


torturas si la Omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido.
Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna
alma encuentre una excusa diciendo que no existe el infierno, o
que nadie ha estado ahí y por lo tanto, nadie puede describirlo.”

PURGATORIO: Los que mueren en gracia y amistad con Dios,


pero no están perfectamente purificados, aunque están seguros
de su eterna salvación, sufren después de la muerte una purifi-
cación a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la
alegría del cielo.

La Sagrada escritura habla de un “fuego purificador” (1 Co 3,15


y 1 P 1,7). Jesús dijo que ciertos pecados no serán perdonados
ni en esta vida ni en la otra (Mt 12, 31). En esta frase podemos
entender que ciertas faltas pueden ser perdonadas en la otra
vida (San Gregorio Magno).

La Sagrada Escritura dice que Judas Macabeo mandó hacer un


sacrificio expiatorio a favor de los muertos para que quedaran
libres de sus pecados (2 M 12, 46). Desde los primeros tiempos
la Iglesia ha ofrecido oraciones a favor de los difuntos especial-
mente la Santa Misa.

El purgatorio es producto de la insondable misericordia de


Dios. Al cielo no puede entrar nada impuro. Este estado del
alma es también obra de la redención de Cristo, el fuego purifi-
cador hace parte del efecto de su pascua, como dice el libro del
Apocalipsis: “sus ropas fueron lavadas con la sangre del cordero”

Las penas del purgatorio son terribles similares a las del infier-

154
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

no, solo que aquí se mantiene la esperanza de que algún día


se verá el rostro de Dios. Cuenta una mística que un alma del
purgatorio le dijo que prefería estar durante treinta años en una
silla de ruedas en esta vida, que un minuto en las llamas del
purgatorio.

Hermanos, si en esta vida nos arrepentimos, practicamos peni-


tencia y nos confesamos, podemos librarnos de muchos sufri-
mientos, pero después de muertos, ya no podemos hacer nada
por nosotros mismos, dependeremos de las oraciones de los fie-
les. Cuentan muchos religiosos que hay almas que le faltan solo
un rosario o una eucaristía para ir al cielo y salir del purgatorio.
El Papa San Gregorio Magno, refiere que ofreció 30 misas por
un difunto, más tarde el difunto se le apareció en sueños a darle
las gracias por las misas, ya que por ellas había logrado salir del
purgatorio.

GLORIA:
Estado del alma donde habita Dios. Es el reino preparado para
nosotros desde la creación del mundo. Es el hogar de la especie
humana y Cristo nos conduce a él. Cristo ascendió al cielo y
con eso nos invita a aspirar a los bienes de arriba. No es fácil de
lograr sin esfuerzo.

“Vengan benditos de mi Padre, reciban la herencia del Reino pre-


parado para ustedes , desde la creación del mundo, porque tuve
hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; era
forastero y me acogieron; estuve desnudo y me vistieron; enfermo,
y me visitaron en la cárcel, y acudieron a mí”(Mt 25, 34).

El cielo es indescriptible, inimaginable, insondable, inexplica-

155
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ble para el ser humano, pues somos limitados para comprender


y describir lo ilimitado de Dios… y el cielo es básicamente la
presencia de Dios en forma clara, “le veremos tal cual Él es”.
(1 Jn 3, 27).

“Si el hombre pudiese imaginar que es el Paraíso, con que deseo


invocaría la muerte. Porque allá arriba se suceden sin fin las ale-
grías, una tras otra”. (Fanny Moisseieva).

En la gloria del cielo, los bienaventurados continúan cumplien-


do con alegría la voluntad de Dios con relación a los demás
hombres y a la creación entera. Ya reinan con Cristo; con Él
“ellos reinarán por los siglos de los siglos” (Ap 22, 5; Mt 25, 21
-23). 1029.

Hablar del cielo es hablar de lo que no se sabe, más bien, hay


que ganárselo!.
La consagración a María precisamente nos ayudará a llegar al
cielo. San Luis María Grignon de Montfort en el tratado de la
verdadera devoción compara el cielo y el infierno con la ben-
dición de Jacob. Esaú vendió su bendición (primogenitura) por
un plato de lentejas, llegó cansado de la cacería, y le dijo a Jacob:
¡qué me importa la primogenitura!. Así ocurre, vendemos lo in-
comparable, la felicidad eterna, todos los gozos por unos cuan-
tos momentos de placer. Preferimos unos años de felicidad, que
toda una eternidad bienaventurada.
También comenta el santo que, Rebeca la madre de Jacob, lo
ayudó a conseguir la bendición de su padre Isaac; Montfort
compara esto con la ayuda que María les da a sus hijos los
cristianos, y enfatiza además, que Jacob era el preferido de su
madre y no Esaú. Por tal motivo, en estos tiempos, el que esté

156
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

con María de seguro alcanzará la bendición de Dios. El que se


apegue a María y le obedezca como le obedeció Jacob, de seguro
va para el cielo.

Hermanos! el cielo no tiene comparación con ningún gozo, así


sea el más grande gozo aquí en la tierra, por que el gozo que
sentiremos en el cielo será eterno en comparación con lo que
nos ofrece el mundo, un gozo efímero.

Meditemos lo que nos dice San Agustín.”El premio de Dios es


Dios mismo. No tiene otro”.
“En todo lo que hagas, acuérdate de tus postrimerías y nunca pe-
carás” (Eclo 7, 36).

Para esta alegría de estar en el cielo fuimos creados… esta es


la felicidad a la cual hemos sido llamados todos los hombres;
desafortunadamente, ya muchos la han rechazado.
“Está establecido que las personas mueran una sola vez, y en
seguida venga el juicio” (Hb 9, 27). Y los muertos resucitarán,
unos para la vida eterna en el cielo, y otros para la condenación
eterna en el infierno, (Dn 12). “Los sufrimientos de esta tierra no
son comparables con la gloria que nos espera” (Rm. 8).

PRÁCTICA: En el día de hoy buscare en el catecismo de la Igle-


sia católica, las palabras, infierno, purgatorio y cielo y reflexiona-
re delante de una imagen de Jesús sobre el significado de cada una
de estas palabras.

“Porque Dios no ha enviado a su hijo al mundo para juzgar al mundo,


sino para que el mundo se salve por él”
(Juan 3, 17 )

157
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 19:

Examen de Conciencia
“Examine cada cual sus propias obras. Porque cada uno
responderá por sus pecados” (Gálatas 6,4)

E
l examen de conciencia se trata de examinar nuestra con-
ciencia en oración ante Dios, a la luz de las enseñanzas
de la Iglesia, a partir de nuestra última confesión. Es un
paso necesario antes de hacer una buena confesión. Además es
aconsejable hacer un examen del día antes de dormir.

El fin del examen no es angustiarse con las culpas sino recono-


cerlas con seriedad y confianza en Dios para confesarlas sabien-
do que seremos perdonados. Todo el proceso se mueve en la
misericordia infinita de Dios manifestada en Jesucristo.

Vemos nuestras faltas en relación con:


t Los Diez Mandamientos.
t Los Siete Pecados Capitales.
t Los defectos de carácter.
t Los dones que Dios nos ha dado para servirle
t Las responsabilidades de nuestra vocación.

Precisamente por ser pecadores, nos cegamos ante nuestros pe-


cados. Satanás quiere hacernos ver que no hay mal en lo que
hacemos. Entonces el corazón se endurece, se hace insensible a
las exigencias del amor. Por eso es tan importante la conversión

158
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

del corazón.

Para hacer bien el examen de conciencia debemos pedir a Dios


nos ilumine y nos ayude a recordar las ofensas que le hemos he-
cho a Él; y luego ir repasando los mandamientos para recordar
contra cuál de ellos hemos pecado.

Por eso, como dice el Espíritu Santo: “Si escucháis hoy mi voz,
no endurezcáis el corazón... ¡Atención hermanos! Que ninguno
de ustedes tenga un corazón malo e incrédulo...” Hb 3.

Dios es un Padre amoroso que nos hace ver el pecado para dar-
nos la gracia del arrepentimiento y perdonarnos. El nos quiere
libres. El demonio no quiere que veamos nuestro pecado. Pero
si buscamos el camino de Dios tratará de acusarnos con nues-
tros pecados para que nos desanimemos y volvamos atrás. Po-
demos discernir entonces la diferencia. Dios enseña el pecado
para liberar y perdonar; el demonio lo esconde pero cuando lo
enseña es para que desesperemos. Debemos rechazar enérgica-
mente estos pensamientos e ir a la confesión con toda confian-
za en el perdón de Dios. Dios SIEMPRE perdona cuando hay
arrepentimiento.

Es muy provechoso hacer examen de conciencia diario y tam-


bién, con toda humildad, abrirnos a que personas cerca de no-
sotros nos corrijan. “Si nos examináramos a nosotros mismos,
no seríamos condenados.” (1 Co 11, 31)

El examen se hace ante Dios, escuchando su voz en la conciencia.

El examen de conciencia es muy beneficioso, ya que nos permi-

159
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

te ver directamente las faltas que hemos cometido. Estas faltas


una vez escritas en un papel y confesadas, nos permitirán acer-
carnos más a Dios, llegar como el hijo pródigo hasta el Padre
Misericordioso. Recibir el perdón que nos dará la tan ansiada
paz en el corazón.

Sin embargo en el camino de la Consagración es necesario en-


focar un examen de conciencia diferente, que se hace luego del
examen de conciencia tradicional. Este es muy importante en
cuanto a reconocer todo lo que hemos recibido de Dios y cómo
lo retribuimos en nuestra vida diaria.

El conocimiento de uno mismo es fundamental en la relación


de nosotros como hijos con el Dios Padre, en el reconocer todas
las cosas que El nos ha donado en nuestra vida, nuestras virtu-
des, talentos y capacidades.

Una vez que hemos podido valorar todo lo que hemos recibido
de Dios, el paso que sigue es contemplar cómo hemos retribui-
do en actos de amor y desamor a este Dios que tanto nos ama.
Ver si hemos sido capaces de explotar nuestras capacidades y
conocimientos en beneficio de nuestros seres queridos y nues-
tros hermanos.

Cuando completemos con la ayuda del espíritu santo el conoci-


miento sobre nosotros mismos, y la obra de Dios en nosotros,
estaremos en condiciones de continuar en el camino de la en-
trega de nuestras vidas al Inmaculado Corazón de María.

Sabremos qué vamos a entregar en esta consagración. Las cosas


buenas y las malas. Pues nadie es enteramente bueno o malo.

160
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

En esta entrega pediremos a María Santísima que nos ayude a


modificar nuestros grandes o pequeños pecados, y a perseverar
e intensificar nuestras buenas acciones, virtudes y talentos.

Así seremos sinceros con nosotros mismos y con Dios. Y la


Consagración será plena y consiente, con amor, gratitud y pedi-
do de misericordia.

“Líbrame Señor de los pecados que se me ocultan”

NOTA: En la parte final de este libro


encontrarás un examende conciencia
que te ayudará a hacer una buena confesión

PRÁCTICA: En cinco minutos de oración pediré a la Virgen Ma-


ría que me alcance el perdón de mis pecados delante de su hijo
Santísimo y si es posible acudiré a la confesión sacramental.

“Si decimos: no tenemos pecado,


nos engañamos y la verdad no está en nosotros,
si reconocemos nuestros pecados fiel y justo es él
para perdonar los pecados y purificarnos de toda la injusticia”
(1 Juan 1, 8 - 9 )

161
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Tercera Parte

Tema: Conocimiento de María

L
os actos de amor, afectos piadosos hacia la Santísima Vir-
gen, imitación de sus virtudes, especialmente su humil-
dad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su continua
oración mental, su mortificación en todas sus cosas, su caridad
ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical, su pureza
virginal y su sabiduría divina: Siendo estas -como dice San Luis
María Grignión de Montfort-, “las diez virtudes principales de
la Santísima Virgen”.

Tenemos que unirnos a Jesús por María, ésta es la caracterís-


tica de nuestra devoción; por tanto pide que nos empleemos a
fondo para adquirir un conocimiento de la Santísima Virgen.
María es nuestra soberana y nuestra medianera, nuestra Ma-
dre y nuestra Señora. Esforcémonos, pues, en conocer los efec-
tos de esta realeza, de esta mediación, y de esta maternidad,
así como las grandezas y prerrogativas que son fundamentos
o consecuencias de ello. Nuestra Santísima Madre también es
perfecta: un molde en donde podemos ser transformados, para
poder hacer nuestras sus intenciones y disposiciones. Esto no lo
conseguiremos sin estudiar la vida interior de María, o sea, sus
virtudes, sus sentimientos, sus acciones, su participación en los
misterios de Jesucristo y su unión con Él. (Preparación para la
consagración total ‘Sociedad Internacional Grignión de Mont-
fort’. Pág. 52)

162
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 20:

María es el mejor Camino para ir a


Jesús
“Siempre que pensamos en María,
Ella piensa por nosotros en Dios”

C
omo lo dijo San Luis María Grignión de Montfort: “Esta
devoción es el camino fácil, corto, perfecto y seguro para
llegar a la unión con Dios, en la cual consiste la perfección
Cristiana”.

Es camino fácil: Es el camino abierto por Jesucristo al venir a


nosotros, y en el que no hay obstáculos para llegar a él.

1. Es camino fácil.
Es el camino abierto por Jesucristo al venir a nosotros y en el
que no hay obstáculos para llegar a Él. Ciertamente que se pue-
de llegar a Jesucristo por otros caminos. Pero en ellos se en-
cuentran cruces más numerosas, muertes extrañas y dificulta-
des apenas superables; será necesario pasar por noches oscuras,
terribles combates y agonías, escarpadas montañas, punzantes
espinas y espantosos desiertos. Pero, por el camino de María se
avanza más suave y tranquilamente.

Cierto que también encontramos rudos combates y grandes


dificultades por superar. Pero esta bondadosa Madre y Señora
se hace tan cercana y presente a sus fieles servidores para ilu-

163
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

minarlos en sus tinieblas, esclarecerlos en sus combates y difi-


cultades, que, en verdad, este camino virginal para encontrar a
Jesús resulta de rosas y mieles, comparado con los demás.

Ha habido santos, por recordar sólo algunos, como san Efrén,


san Juan Damasceno, san Bernardo, san Bernardino, san Bue-
naventura, san Francisco de Sales, etc., que han transitado por
este camino suave para ir a Jesucristo, porque el Espíritu Santo,
Esposo fiel de María, se lo ha enseñado por gracia singular. Pero
los otros santos, que son la mayoría, aunque hayan tenido to-
dos devoción a la Santísima Virgen, no han entrado o sólo muy
poco en este camino. Es por ello que tuvieron que pasar por las
pruebas más rudas y peligrosas.

¿De dónde procederá entonces, me preguntará algún fiel ser-


vidor de María, que los fieles servidores de esta bondadosa
Madre encuentren tantas ocasiones de padecer, y aún más, que
aquellos que no le son tan devotos? Los contradicen, persiguen,
calumnian y no los pueden tolerar... o caminan entre tinieblas
interiores o por desiertos donde no se da la menor gota de ro-
cío del cielo. Si esta devoción a la Santísima Virgen facilita el
camino para llegar a Jesucristo, ¿por qué son sus devotos los
más crucificados?

Le respondo que ciertamente, siendo los más fieles servidores


de la Santísima Virgen sus preferidos, reciben de Ella los más
grandes favores y gracias del cielo, que son las cruces. Pero sos-
tengo que los servidores de María llevan estas cruces con mayor
facilidad, mérito y gloria, y lo que mil veces haría caer a otros, a
ellos(sus devotos) no los detiene nunca, sino que los hace avan-
zar, porque esta bondadosa Madre, plenamente llena de gra-

164
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

cia y unión del Espíritu Santo, endulza todas las cruces que les
prepara con el azúcar de su dulzura maternal y con la unción
del amor puro, de modo que ellos las comen alegremente como
nueces confitadas aunque de por sí sean muy amargas.

2. Es camino corto.
Esta devoción a la Santísima Virgen es camino corto para en-
contrar a Jesucristo. Sea porque en él nadie se extravía, sea por-
que, como acabo de decir, se avanza por él con mayor gusto y
facilidad y, por consiguiente, con mayor rapidez.

Se adelanta más en poco tiempo de sumisión y obediencia a


María que en años enteros de hacer nuestra propia voluntad y
apoyarnos en nosotros mismos. Porque el hombre obediente
y sumiso a María cantará victorias señaladas sobre todos sus
enemigos (Pr 21, 28). Éstos, ciertamente, querrán impedirle que
avance, hacerle retroceder o caer; pero con el apoyo, auxilio y
dirección de María, sin caer, retroceder ni detenerse, avanzará
a pasos agigantados hacia Jesucristo por el mismo camino por
el que está escrito que Jesús vino a nosotros a pasos de gigante
y en corto tiempo (Sal 19, 6).

¿Cuál crees sea el motivo de que Jesucristo haya vivido tan poco
tiempo sobre la tierra y que haya pasado casi todos esos años en
sumisión y obediencia a su Madre? Es ésta la respuesta: Que no
obstante la brevedad de su carrera mortal (Sap 4, 13), vivió lar-
gos años, inclusive muchos más que Adán, cuyas pérdidas vino
a reparar, aunque éste haya vivido más de novecientos años.
Largo tiempo vivió Jesucristo porque vivió en sumisión y unión
a su Santísima Madre por obediencia al Padre. Porque:

165
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t&MRVFIPOSBBTVNBESF EJDFFM&TQÓSJUV4BOUP FTDPNPFMRVF


atesora (Eclo 3, 3-5), es decir, el que honra a María hasta some-
terse a Ella y obedecerla en todo, pronto se hará muy rico, pues
cada día acumula riquezas por el secreto de esta piedra filosofal.

t4FHÞOVOBJOUFSQSFUBDJØOFTQJSJUVBMEFMBTTJHVJFOUFTQBMBCSBT
del Espíritu Santo: Mi vejez se encuentra en la misericordia del
seno ( Sal 92, 11), en el seno de María, la que rodeó y engen-
dró a un varón perfecto (Jr 31, 22) y pudo contener a Aquel a
quien no puede abrazar ni contener todo el universo, los jóve-
nes se convierten en ancianos por la experiencia, luz, santidad
y sabiduría y llegan en pocos años a la plenitud de la edad en
Jesucristo (Ef 4, 13).

3. Es camino perfecto.
Esta devoción a la Santísima Virgen es camino perfecto para ir
a Jesucristo y unirse con Él. Porque María es la más perfecta y
santa de las puras criaturas y Jesucristo que ha venido a noso-
tros de la manera más perfecta, no tomó otro camino para viaje
tan grande y admirable que María.

El Altísimo, el Incomprensible, el Inaccesible, el que se ha queri-


do venir a nosotros, gusanillos de la tierra, que no somos nada.

¿Cómo sucedió esto?


El Altísimo descendió de manera perfecta y divina hasta no-
sotros por medio de la humilde María, sin perder nada de su
divinidad ni santidad. Del mismo modo, deben subir los pe-
queñuelos hasta el Altísimo perfecta y divinamente y sin temor
alguno, a través de María.
El Incomprensible se dejó abarcar y contener perfectamente

166
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

por la humilde María, sin perder nada de su inmensidad. Del


mismo modo, debemos dejarnos contener y conducir perfecta-
mente y sin reservas por María.

El Inaccesible se acercó y unió estrecha, perfecta y aun perso-


nalmente a nuestra humanidad por María, sin perder nada de
su majestad. Del mismo modo, por María, debemos acercarnos
a Dios y unirnos a su majestad, perfecta e íntimamente, sin te-
mor de ser rechazados.

Finalmente, el que Es, quiso venir a lo que no es y hacer que lo


que no es llegue a Dios. Esto lo realizó perfectamente, entre-
gándose y sometiéndose incondicionalmente a la joven Virgen
María, sin dejar de ser en el tiempo El que Es en la eternidad.
Del mismo modo, nosotros, aunque no seamos nada, podemos
por María llegar a ser semejantes a Dios por la gracia y la gloria,
entregándonos perfecta y totalmente a Ella, de suerte que no
siendo nada por nosotros mismos, lo seamos todo en Ella, sin
temor de engañarnos.

Ábranme un camino para ir a Jesucristo, embaldosado con to-


dos los méritos de los bienaventurados, adornado con todas sus
virtudes heroicas, iluminado y embellecido con todo el esplen-
dor y belleza de los ángeles, se presentaran todos los ángeles y
santos para guiar, defender y sostener a quienes quieran andar
por él..., afirmo abiertamente con toda verdad, que antes que
tomar camino tan perfecto, prefiero seguir el camino inmacula-
do (Sal 18, 33) de María..., vía o camino sin mancha ni fealdad,
sin pecado original ni actual, sin sombras ni tinieblas. Y si mi
amable Jesús viene otra vez al mundo para reinar en él, como
sucederá ciertamente, no escogerá para su viaje otro camino

167
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

que el de María, por quien vino la primera vez con tanta seguri-
dad y perfección. La diferencia entre una y otra venida es que la
primera fue secreta y escondida, mientras que la segunda será
gloriosa y fulgurante. Pero ambas son perfectas, porque ambas
se realizan por María. ¡Ay! ¡Éste es un misterio que aún no se
comprende!

4. Es camino seguro.
Esta devoción a la Santísima Virgen es camino seguro para ir a
Jesucristo y alcanzar la perfección uniéndonos a Él.

Porque esta práctica que estamos enseñando no es nueva. Es tan


antigua que no se pueden señalar con precisión sus comienzos,
como dice en un libro que escribió sobre esta devoción Mns.
Boudon, muerto hace poco en olor de santidad. Es cierto, sin
embargo, que se hallan vestigios de ella en la Iglesia hace más
de setecientos años.

San Odilón, abad de Cluny, que vivió hacia el año 1040, fue uno
de los primeros en practicarla en Francia, como se consigna en
su biografía.

El cardenal san Pedro Damiano relata que en el año 1076 su


hermano, el beato Marín, se hizo esclavo de la Santísima Vir-
gen, en presencia de su director espiritual.

Los RR. PP. Jesuitas, siempre celosos en el servicio de la Santísi-


ma Virgen, presentaron en nombre de los Congregantes de Co-
lonia un opúsculo sobre la santa Esclavitud, al duque Fernando
de Baviera, arzobispo entonces de Colonia. Éste lo aprobó y
permitió imprimirlo y exhortó a todos los párrocos y religiosos

168
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

de su diócesis a difundir en la medida de lo posible esta sólida


devoción.

Consta, pues, que esta devoción no es nueva. Y si no es común


se debe a que es demasiado preciosa para ser saboreada y prac-
ticada por toda clase de personas.

Esta devoción es un medio seguro para ir a Jesucristo. Efectiva-


mente el oficio de la Santísima Virgen es conducirnos con toda
seguridad a su hijo, así como el de Éste es llevarnos al Padre
con toda seguridad. No se engañen de las personas que quieren
hacer creer falsamente que María impide llegar a la unión con
Dios, porque, ¿será posible que la que halló gracia delante de
Dios para todo el mundo en general y para cada uno en par-
ticular, estorbe a las almas a alcanzar la inestimable gracia de
la unión con Jesucristo? ¿Será posible que la que fue total y so-
breabundantemente llena de gracia y tan unida y transformada
en Dios que lo obligó a encarnase en Ella, impida al alma vivir
unida a Dios? Ciertamente que la vista de las otras criaturas,
aunque santas, podrá en ocasiones retardar la unión divina,
pero no María, como hemos dicho y no nos cansaremos de
repetirlo.

Donde está María no puede estar el espíritu maligno. Precisa-


mente una de las señales de que somos gobernados por el buen
espíritu es el ser muy devotos de la Santísima Virgen, pensar y
hablar frecuentemente de Ella. Así piensa san Germán, quien
añade que así como la respiración es señal cierta de que el cuer-
po no está muerto, del mismo modo, el pensar con frecuencia
en María e invocarla amorosamente es señal cierta de que el
alma no está muerta por el pecado.

169
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Siendo así, dicen la Iglesia y el Espíritu Santo que la dirige, Ma-


ría sola ha dado muerte a todas las herejías, por más que los crí-
ticos murmuren: jamás un fiel devoto de María caerá en herejía
o ilusión, al menos formales.

Quien entre, entonces, por este camino fácil, a causa de la ple-


nitud de la gracia y unción del Espíritu Santo que lo llena: nadie
se cansa ni retrocede, si camina por él. Es camino corto, que
en breve nos lleva a Jesucristo. Es camino perfecto, sin lodo ni
polvo ni fealdad de pecado. Es, finalmente, camino seguro, que
de manera directa y segura, sin desviarnos ni a la derecha ni a la
izquierda, nos conduce a Jesucristo y a la vida eterna.

Entremos, pues, por este camino y avancemos por él, día y no-
che, hasta la plena madurez de Jesucristo (Tratado de la verda-
dera devoción a la Virgen María. San Luis María Grignón de
Montfort)

PRÁCTICA: Recitar tres Magnificas en honor de la trinidad úni-


ca verdadera y Santa: una en honor del Padre, una en honor del
Hijo y otra en honor del Espíritu Santo.

“He aquí la esclava del señor,


hágase en mí según tu palabra”
(Lucas 1, 38 )

170
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 21:

Falsas Devociones a La Virgen


“Toda devoción a la Santísima Virgen María
que no te lleve a Jesús no es de Dios”

H
oy más que nunca, nos encontramos con falsas devo-
ciones que fácilmente podrían tomarse por verdaderas.
El demonio, como falso acuñador de moneda y ladrón
astuto y experimentado, ha engañado y hecho caer ya a muchas
almas por medio de falsas devociones a la Santísima Virgen y
cada día utiliza su experiencia diabólica para engañar a muchas
otras, entreteniéndolas y adormeciéndolas en el pecado, bajo el
pretexto de algunas oraciones mal recitadas y de algunas prác-
ticas exteriores inspiradas por él.

Como un falsificador de moneda no falsifica ordinariamente


sino el oro y la plata y muy rara vez los otros metales -porque
no valen la pena-, así el espíritu maligno no falsifica las otras
devociones tanto, como las de Jesús y María: la devoción a la
Sagrada Comunión y la devoción a la Virgen, porque son entre
las devociones, lo que el oro y la plata entre los metales.

Es por ello, importantísimo:


1. Conocer las falsas devociones para evitarlas y las verdaderas
para abrazarlas.

2. Conocer cuál es, entre las diferentes formas de devoción ver-

171
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

dadera a la Santísima Virgen, la más perfecta, la más agradable


María, la más gloriosa para el Señor y la más eficaz para nuestra
santificación, a fin de optar por ella.

Hay, siete clases de falsos devotos y falsas devociones a la Santí-


sima Virgen, a saber:

a. Los devotos críticos


Los devotos críticos son, por lo común, sabios orgullosos, en-
greídos y pagados de sí mismos, que en el fondo tienen alguna
devoción a la Santísima Virgen, pero critican casi todas las for-
mas de piedad, con las que la gente sencilla honran ingenua y
santamente a esta buena Madre, sólo porque no se acomodan
a sus fantasías. Ponen en duda todos los milagros e historias
referidas por autores fidedignos o extraídas de las crónicas de
las Ordenes religiosas, que atestiguan la misericordia y poder
de la Santísima Virgen. Se irritan al ver a las gentes sencillas y
humildes arrodilladas para rogar a Dios ante un altar o imagen
de María o en la esquina de una calle... llegan hasta a acusarlas
de idolatría, como si adorarán la madera o la piedra. En cuanto
a ellos, así dicen, no gustan de tales devociones exteriores ¡ni
son tan “ilusos” para creer a tantos cuentos e historietas como
corren acerca de la Santísima Virgen! Si se les recuerdan las ad-
mirables alabanzas que los Santos Padres tributan a María, res-
ponden que hablaban como oradores, en forma hiperbólica, o
dan una falsa explicación de sus palabras.

Esta clase de falsos devotos y gente orgullosa y mundana es mu-


cho de temer: hace un daño incalculable a la devoción a la San-
tísima Virgen, alejando de Ella definitivamente a los pueblos,
bajo pretexto de desterrar abusos.

172
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

b. Los devotos escrupulosos.


Los devotos escrupulosos son personas que temen deshonrar
al Hijo al honrar a la Madre, rebajar al Uno al honrar a la Otra.
No pueden tolerar que se tributen a la Santísima Virgen las jus-
tísimas alabanzas que le prodigaron los Santos Padres. Toleran
penosamente que haya más personas arrodilladas ante un altar
de María que delante del Santísimo Sacramento, ¡como si esto
fuera contrario a aquello o si los que oran a la Santísima Virgen,
no orasen a Jesucristo por medio de Ella! No quieren que se
hable con tanta frecuencia de la Madre de Dios, ni que los fieles
acudan a Ella tantas veces.

Oigamos algunas de sus expresiones más frecuentes: “¿De qué


sirven tantos Rosarios? ¿Tantas congregaciones y devociones ex-
teriores a la Santísima Virgen? ¡Cuánta ignorancia hay en tales
prácticas! ¡Esto es poner en ridículo nuestra religión! ¡Hábleme
más bien de los devotos de Jesucristo! -Y, al pronunciar frecuen-
temente este nombre, (lo digo entre paréntesis), no se descubren-.
Hay que recurrir solamente a Jesucristo. El es nuestro único me-
diador. Hay que predicar a Jesucristo: ¡esto es lo sólido!”

Y lo que dicen es verdad en cierto sentido. Pero, la aplicación


que hacen de ello para combatir la devoción a la Santísima Vir-
gen es muy peligrosa, es un lazo sutil del espíritu maligno, bajo
pretexto de un bien mayor. Porque ¡nunca se honra tanto a Je-
sucristo como cuando se honra a la Santísima Virgen! Efecti-
vamente, si se la honra, es para honrar más perfectamente a
Jesucristo y si vamos a Ella, es para encontrar el camino que nos
lleve a la meta, que es Jesucristo.

La iglesia, con el Espíritu Santo, bendice primero a la Santísima

173
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Virgen y después a Jesucristo: “Bendita tú entre las mujeres y


bendito el fruto de tu vientre, Jesús”. Y esto, no porque la Virgen
María sea mayor que Jesucristo o igual a Él -lo cual sería intole-
rable herejía-, sino porque para bendecir más perfectamente a
Jesucristo hay que bendecir primero a María.

Digamos pues, con todos los verdaderos devotos de la Santí-


sima Virgen y contra sus falsos devotos escrupulosos: “María,
bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús”.

c. Los devotos exteriores.


Los devotos exteriores son personas que cifran toda su devo-
ción a María en prácticas externas. Solo gustan de lo exterior de
esta devoción, porque carecen de espíritu interior. Rezan mu-
chos Rosarios, pero atropelladamente. Participan en muchas
Misas, pero sin atención. Se inscriben en todas las Cofradías
Marianas, pero sin enmendar su vida, sin vencer sus pasiones
ni imitar las virtudes de la Santísima Virgen. Sólo gustan de lo
sensible de la devoción, no buscan lo sólido. De suerte que si no
experimentan algo sensible en sus prácticas piadosas, creen que
no hacen nada, se desalientan y lo abandonan todo o lo hacen
por rutina.

El mundo está lleno de esta clase de devotos exteriores. No hay


gente que más critique a las personas de oración, que se empe-
ñan en lo interior como lo esencial, aunque sin menospreciar
la modestia exterior, que acompaña siempre a la devoción ver-
dadera.

174
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

d. Los devotos presuntuosos.


Los devotos presuntuosos son pecadores aletargados en sus pa-
siones o amigos de lo mundano.

Bajo el hermoso nombre de cristianos y devotos de la Santísima


Virgen, esconden el orgullo, la avaricia, la lujuria, la embria-
guez, el perjurio, la maledicencia o la injusticia, etc.; duermen
en sus costumbres perversas, sin hacerse mucha violencia para
corregirse, confiados en que son devotos de la Santísima Vir-
gen; se prometen a sí mismos que Dios les perdonará, que no
morirán sin confesión ni se condenarán, porque rezan el Ro-
sario, ayunan los sábados, pertenecen a la cofradía del Santo
Rosario, a la del Escapulario y otras congregaciones, llevan el
hábito o la Cadenilla de la Santísima Virgen, etc.

Cuando se les dice que su devoción no es sino ilusión diabólica


y perniciosa presunción, capaz de llevarlos a la ruina, se resis-
ten a creerlo. Responden que Dios es bondad y misericordia;
que no nos ha creado para perdición; que no hay hombre que
no peque, que basta un buen “¡Señor, pequé!” a la hora de la
muerte. Y añaden que son devotos de la Santísima Virgen; que
llevan el escapulario, que todos los días rezan puntualmente
siete Padrenuestros y Avemarías en su honor y, algunas veces,
el Rosario o el Oficio de Nuestra Señora, que ayunan, etc.

Para confirmar sus palabras y cegarse aún más, alegan algunos


hechos, verdaderos o falsos -poco importa- que han oído o leí-
do, en los que se asegura que personas muertas en pecado mor-
tal y sin confesión, gracias a que durante su vida habían rezado
algunas oraciones o ejercitado algunas prácticas de devoción
en honor de la Virgen, resucitaron para confesarse o su alma,

175
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

permaneció milagrosamente en el cuerpo hasta que lograron


confesarse o, a la hora de la muerte, obtuvieron del Señor, por la
misericordia de María, el perdón y la salvación. ¡Ellos esperan
correr la misma suerte!

Nada en el cristianismo, es tan perjudicial a las gentes como


esta presunción diabólica. Porque, ¿Cómo puede alguien decir
con verdad que ama y honra a la Santísima Virgen, mientras
con sus pecados hiere, traspasa, crucifica y ultraja despiadada-
mente a Jesucristo, su Hijo? Si María se obligara a salvar por su
misericordia a esta clase de personas, ¡autorizaría el pecado y
ayudaría a crucificar a su Hijo! Y esto, ¿quién osaría siquiera
pensarlo?

Protesto que abusar así de la devoción a la Santísima Virgen,


devoción que después de la que se tiene al Señor en el Santísi-
mo Sacramento es la más santa y sólida de todas, constituye un
horrible sacrilegio, el mayor y menos digno de perdón después
de la comunión sacrílega.

Confieso que, para ser verdadero devoto de la Santísima Virgen,


no es absolutamente necesario que seas tan santo, que llegues a
evitar todo pecado aunque esto sería lo más deseable. Pero es
preciso, al menos ¡nota bien lo que digo!:

1. Mantenerse sinceramente resuelto a evitar, por lo menos,


todo pecado mortal, que ultraja tanto a la Madre como al Hijo.

2. Violentarse para evitar el pecado.

3. Inscribirse en las cofradías, rezar los cinco o quince misterios

176
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

del Rosario u otras oraciones, ayunar los sábados, etc.

Todas estas buenas obras son maravillosamente útiles para lo-


grar la conversión de los pecadores, por endurecidos que estén.
Y si tú, lector, fueras uno de ellos, aunque ya tuvieras un pie en
el abismo... te las aconsejo, a condición de que las realices con
la única intención de alcanzar de Dios, por intercesión de la
Santísima Virgen, la gracia de la contrición y perdón de tus pe-
cados y vencer tus hábitos malos y no para permanecer tranqui-
lamente en estado de pecado, no obstante los remordimientos
de la conciencia, el ejemplo de Jesucristo y de los santos y las
máximas del Santo Evangelio.

e. Los devotos inconstantes.


Los devotos inconstantes son los que honran a la Santísima Vir-
gen a intervalos y como a saltos. Ahora fervorosos, ahora ti-
bios... En un momento parecen dispuestos a emprenderlo todo
por su servicio, poco después ya no son los mismos. Abrazan de
momento todas las devociones a la Santísima Virgen y se inscri-
ben en todas sus cofradías, pero luego no cumplen sus normas
con fidelidad. Cambian como la luna. Y María los coloca debajo
de sus pies junto a la medialuna, porque son volubles e indignos
de ser contados entre los servidores de esta Virgen fiel, que se
distinguen por la fidelidad y la constancia. Más vale no recar-
garse con tantas oraciones y prácticas devotas y hacer menos,
pero con amor y fidelidad a pesar del mundo, del demonio y de
la carne.

f. Los devotos hipócritas.


Hay todavía otros falsos devotos de la Santísima Virgen: los de-
votos hipócritas. Encubren sus pecados y costumbres pecami-

177
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

nosas bajo el manto de esta Virgen fiel, a fin de pasar a los ojos
de los demás por lo que no son.

g. Los devotos interesados.


Existen, finalmente, los devotos interesados. Son aquellos que
sólo acuden a María para ganar algún pleito, evitar un peligro,
curar de una enfermedad o por necesidades semejantes... sin las
cuales no se acordarían de Ella.

Unos y otros son falsos devotos, en nada aceptos a Dios ni a su


Santísima Madre.

Pongamos, pues, suma atención a fin de no ser del número:


t %F MPT EFWPUPT DSÓUJDPT  RVF OP DSFFO FO OBEB QFSP UPEP MP
critican.

t%FMPTEFWPUPTFTDSVQVMPTPT RVFUFNFOTFSEFNBTJBEPEFWP-
tos de la Santísima Virgen por respeto a Jesucristo.

t%FMPTEFWPUPTFYUFSJPSFT RVFIBDFODPOTJTUJSUPEBTVEFWP-
ción en prácticas exteriores.

t%FMPTEFWPUPTQSFTVOUVPTPT RVFCBKPFMPSPQFMEFVOBGBMTB
devoción a la Santísima Virgen, viven encenagados en el peca-
do.

t %F MPT EFWPUPT JODPOTUBOUFT  RVF QPS MJHFSF[B DBNCJBO TVT


prácticas de devoción o las abandonan a la menor tentación.

t%FMPTEFWPUPTIJQØDSJUBT RVFFOUSBOFOMBTDPGSBEÓBTZWJTUFO
la librea de la Santísima Virgen, para hacerse pasar por santos.

178
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t:ĕOBMNFOUFEFMPTEFWPUPTJOUFSFTBEPT RVFTØMPSFDVSSFOB
la Virgen, para librarse de males corporales o alcanzar bienes
de este mundo. (Tratado de la Verdadera devoción a la Virgen
Santísma).

PRÁCTICA: Si he sido un falso devoto de la Santísima Virgen


María me esforzaré por ser un verdadero devoto imitándola en
sus virtudes.

“Simeón les bendijo y dijo a María, su madre:


Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel,
y como signo de contradicción.
y a ti misma una espada te atravesará el alma
a fin de que queden al descubierto las intenciones
de muchos corazones”
(Lucas 2, 34- 35 )

179
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 22:

Características de la Verdadera
Devoción a La Santísima Virgen
“Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espiritu se alegra
en Dios mi salvador”
(Lucas 1, 46- 47 )

D
espués de haber desenmascarado y reprobado las falsas
devociones a la Santísima Virgen, conviene presentar
en pocas palabras la verdadera. Esta es:

a. Devoción interior.
La verdadera devoción a la Santísima Virgen es interior. Es de-
cir, procede del espíritu y del corazón, de la estima que se tiene
de Ella, de la alta idea que nos hemos formado de sus grandezas
y del amor que le tenemos.

b. Devoción tierna.
Es tierna, vale decir, llena de confianza en la Santísima Virgen,
como la confianza del niño en su querida madre. Esta devoción
hace que recurras a la Santísima Virgen en todas tus necesi-
dades materiales y espirituales con gran sencillez, confianza y
ternura e implores la ayuda de tu bondadosa Madre en todo
tiempo, lugar y circunstancia:
En las dudas, para que te esclarezca.
En los extravíos, para que te convierta al buen camino.

180
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

En las tentaciones, para que te sostenga.


En las debilidades, para que te fortalezca.
En los desalientos; para que te reanime.
En los escrúpulos, para que te libre de ellos.
En las cruces, afanes y contratiempos de la vida, para que te
consuele, y finalmente, en todas las dificultades materiales y es-
pirituales, María en tu recurso ordinario, sin temor de importu-
nar a tu bondadosa Madre ni desagradar a Jesucristo.

c. Devoción santa.
La verdadera devoción a la Santísima Virgen es santa. Es decir,
te lleva a evitar el pecado e imitar las virtudes de la Santísima
Virgen y, en particular, su humildad profunda, su fe viva, su
obediencia ciega, su oración continua, su mortificación univer-
sal, su pureza divina, su caridad ardiente, su paciencia heroica,
su dulzura angelical y su sabiduría divina. Estas son las diez
principales virtudes de la Santísima Virgen.

d. Devoción constante.
La verdadera devoción a la Santísima Virgen es constante. Te
consolida en el bien y hace que no abandones fácilmente las
prácticas de devoción. Te anima para que puedas oponerte a lo
mundano y sus costumbres y máximas; a lo carnal y sus moles-
tias y pasiones; al diablo y sus tentaciones. De suerte que si eres
verdaderamente devoto de María, huirán de ti la inconstancia,
la melancolía, los escrúpulos y la cobardía. Lo que no quiere
decir que no caigas algunas veces ni experimentes algunos cam-
bios en tu devoción sensible. Pero, si caes, te levantarás, ten-
diendo la mano a tu bondadosa a Madre, si pierdes el gusto y la
devoción sensible, no te acongojarás por ello. Porque, el justo y
fiel devoto de María vive de la fe de Jesús y de María y no de los

181
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

sentimientos corporales.

e. Devoción desinteresada.
Por último, la verdadera devoción a la Santísima Virgen es des-
interesada. Es decir, te inspirará a no buscarte a ti mismo, sino
sólo a Dios en su Santísima Madre. El verdadero devoto de Ma-
ría no sirve a esta augusta Reina por espíritu tu lucro o interés,
ni por su propio bien temporal o eterno, sino únicamente por-
que Ella merece ser servida y sólo Dios en Ella. Ama a María,
pero no por los favores que recibe o espera recibir de Ella, sino
porque Ella es amable. Por esto la ama y sirve con la misma
fidelidad en los sinsabores y sequedades, que en las dulzuras y
fervores sensibles. La ama lo mismo en el Calvario, que en las
bodas de Caná.

¡Ah! ¡Cuán agradable y precioso es delante de Dios y de su San-


tísima Madre, el devoto de María que no se busca a sí mismo en
los servicios que le presta! Pero, ¡qué pocos hay así!

¡Oh! ¡Qué bien pagado quedaría mi esfuerzo, si éste humilde


escrito cae en manos de una persona bien dispuesta, nacida de
Dios y de María y “no de la sangre ni de la carne ni de la vo-
luntad de varón”, le descubre e inspira, por gracia del Espíritu
Santo, la excelencia y precio de la verdadera sólida devoción a
la Santísima Virgen, que ahora voy a exponerte! Si supiera que
mi sangre pecadora serviría para hacer penetrar en tu corazón,
lector amigo, las verdades que escribo en honor de mi amada
Madre y soberana Señora -de quien soy el último de los hijos
y esclavos-, con mi sangre en vez de tinta, trazaría estas líneas.
Pues ¡abrigo la esperanza de hallar personas generosas, que por
su fidelidad a la práctica que voy a enseñarte, repararán a mi

182
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

amada Madre y Señora por los daños que ha sufrido a causa de


mi ingratitud e infidelidad!

Hoy me siento más que nunca animado a creer y esperar aque-


llo que tengo profundamente grabado en el corazón y que ven-
go pidiendo a Dios desde hace muchos años, a saber, que tarde
o temprano, la Santísima Virgen tenga más hijos, servidores y
esclavos de amor que nunca y que, por este medio, Jesucristo,
reine como nunca en los corazones.

Preveo claramente que muchas bestias rugientes, llegan furio-


sas a destrozar con sus diabólicos dientes este humilde escrito y
a aquel de quien el Espíritu Santo se ha servido para redactarlo;
o sepultar, al menos, estas líneas en las tinieblas o en el silencio
de un cofre, a fin de que no sea publicado.
Atacarán, incluso, a quienes lo lean y pongan en práctica.
Pero, ¡Qué importa! ¡Tanto mejor! ¡Esta perspectiva me anima
y hace esperar un gran éxito, es decir, la formación de un escua-
drón de aguerridos y valientes soldados de Jesús y de María, de
uno y otro sexo, que combatirán al mundo, al demonio y a la
naturaleza corrompida, en los tiempos, como nunca, peligrosos
que van a llegar!

“¡Qué el lector comprenda!” “¡Entiéndalo el que pueda!”. (Trata-


do de la Verdadera Devoción)

PRÁCTICA: Recitar tres veces a la oración a la Santísima Virgen


María de: “Oh Santa maría de mares estrella”.

“A María, nuestra Madre, le demostraremos nuestro amor trabajando por su


Hijo Jesús, con Él y para Él”. Madre Teresa de Calcuta

183
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 23:

Efectos Maravillosos de
La Consagración Total
“Porque ha puesto los ojos en la pequeñéz de su esclava”
(Lucas 1, 48)

C
onvéncete, querido hermano, de que si eres fiel a las
prácticas interiores y exteriores de esta devoción las
cuales voy a indicar más adelante, participarás de los
frutos maravillosos que produce en el alma fiel.

1. Conocimiento de sí mismo.
Gracias a la luz que te comunicará el Espíritu Santo por medio
de María, su querida Esposa, conocerás tu mal fondo, tu co-
rrupción e incapacidad para todo lo bueno. Y, a consecuencia
de este conocimiento, te despreciarás y no pensarás en ti mismo
sino con horror. Te considerarás como una babosa que todo lo
mancha, como un sapo que todo lo emponzoña con su veneno
o como una serpiente maligna, que sólo pretende engañar. En
fin, la humilde María te hará partícipe de su profunda humil-
dad y, mediante ella, te despreciarás a ti mismo, no despreciarás
a nadie y gustarás de ser menospreciado.

2. Participación de la fe de María.
La Santísima Virgen te hará partícipe de su fe, la cual fue mayor

184
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

que la de todos los patriarcas, profetas, apóstoles y todos los


demás santos. Ahora que reina en los cielos, no tiene ya esa fe,
porque ve claramente todas las cosas en Dios, por la luz de la
gloria. Sin embargo, con el consentimiento del Señor, no la ha
perdido al entrar en la gloria: la conserva para comunicarla a
sus fieles en la iglesia peregrina.

Por lo mismo, cuanto más te granjees la benevolencia de esta


augusta Princesa y Virgen fiel, tanto más reciamente se cimen-
tará toda tu vida en la fe verdadera:

t6OBGFQVSB RVFIBSÈRVFOPUFQSFPDVQFTQPSMPTFOTJCMFZ
extraordinario.

t6OBGFWJWBZBOJNBEBQPSMBDBSJEBE RVFUFIBSÈPCSBSTJFN-
pre por el amor más puro.

t6OBGFĕSNFFJODPONPWJCMFDPNPVOBSPDB RVFUFBZVEBSÈB
permanecer siempre firme y constante en medio de las tempes-
tades y tormentas.

t6OBGFQFOFUSBOUFZFĕDB[ RVFDPNPNJTUFSJPTBMMBWFNBFTUSB 
te permitirá entrar en todos los misterios de Jesucristo, las pos-
trimerías del hombre y el corazón mismo de Dios.

t6OBGFJOUSÏQJEB RVFUFMMFWBSÈBFNQSFOEFSZMMFWBSBDBCP 
sin titubear, grandes empresas por Dios y por la salvación de
las almas.

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divina, tu tesoro escondido de la divina sabiduría y tu arma om-

185
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

nipotente, de la cual te servirás para iluminar a los que viven


en tinieblas y sombras de muerte; para inflamar a los tibios y
necesitados del oro encendido de la caridad; para resucitar a los
muertos por el pecado; para conmover y convertir con tus pa-
labras suaves y poderosas los corazones de mármol y los cedros
del Líbano, y finalmente, para resistir al demonio y a todos los
enemigos de la salvación.

3. Madurez cristiana
Esta Madre del Amor Hermoso, quitará de tu corazón todo es-
crúpulo y temor servil desordenado y lo abrirá y ensanchará
para correr por los mandamientos de su Hijo, con la santa li-
bertad de los hijos de Dios y encender en el alma el amor puro,
cuya tesorera es Ella. De modo que, en tu comportamiento con
Dios, ya no te gobernarás como hasta ahora por temor, sino por
amor puro. Lo mirarás como a tu Padre bondadoso, te afanarás
por agradarle incesantemente y dialogarás con Él, confiden-
cialmente, como un hijo con su cariñoso padre. Si, por desgra-
cia, llegaras a ofenderlo, te humillarás pronto delante de Él, le
pedirás perdón humildemente, tenderás hacia Él la mano con
sencillez, te levantarás de nuevo amorosamente, sin turbación
ni inquietud y seguirás caminando hacia Él sin descorazonarte.

4. Gran confianza en Dios y en María.


La Santísima Virgen te colmará de gran confianza en Dios y en
Ella misma, PORQUE:

a. Ya no te acercarás por ti mismo a Jesucristo, sino siempre por


medio de María, tu bondadosa Madre.

b. Habiéndole entregado todos tus méritos, gracias y satisfac-

186
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ciones para que disponga de ellos según su voluntad, Ella te co-


municará sus virtudes y te revestirá con sus méritos, de suerte
que podrás decir a Dios con plena confianza: “¡Esta es María, tu
servidora! ¡Hágase en mi, según lo que has dicho!”

c. Habiéndote entregado totalmente a Ella en cuerpo y alma,


Ella que es generosa con los generosos y más generosa que los
más generosos, se entregará a ti en recompensa de forma mara-
villosa, pero real, de suerte que podrás decirle con santa osadía:
“Soy todo tuyo, oh María: sálvame”. O, con el discípulo amado,
como he dicho antes “Te he tomado, Madre Santísima, por to-
dos mis bienes”. O, con San Buenaventura: “Querida Señora y
salvadora mía, obraré confiadamente y sin temor, porque eres mi
fortaleza y alabanza en el Señor, ¡Soy todo tuyo y cuanto tengo
es tuyo, Virgen gloriosa y bendita entre todas las creaturas! ¡Qué
yo te ponga como sello sobre mi corazón porque tu amor es fuerte
como la muerte!”

Podrás decir a Dios con los sentimientos del Profeta: “Señor,


mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo
grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero
mis deseos, como un niño en brazos de su madre”.

d. El hecho de haberle entregado en depósito todo lo bueno que


tienes, para que lo conserve o comunique, aumentará aún más
tu confianza en Ella. Sí, entonces confiarás menos en ti mismo y
mucho más en Ella, que es tu tesoro de Dios, en el que ha puesto
lo más precioso que tiene, ¡Es también tu tesoro! “Ella es -dice
un santo- el tesoro del Señor”.

187
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

5. Comunicación de María y de su espíritu.


El alma de María estará en ti para glorificar al Señor y su espíri-
tu su alegrará por ti en Dios, su Salvador, con tal que permanez-
cas fiel a las prácticas de esta devoción. “Que el alma de María
more en cada uno para engrandecer al Señor; que el espíritu de
María permanezca en cada uno, para regocijarse en Dios”.
¡Ay! “¿Cuándo llegará ese tiempo dichoso, dice un santo varón,
ferviente enamorado de María, cuando llegará ese tiempo di-
choso en que Santa María sea restablecida como señora y Sobe-
rana en los corazones, para someterlos plenamente al imperio
de su excelso y único Jesús?”.

¿Cuándo respirarán las almas a María, como los cuerpos respi-


ran el aire? Cosas maravillosas sucederán entonces en la tierra,
donde el Espíritu Santo al encontrar a su Esposa como reprodu-
cida en las almas vendrá a ellas con abundancia de sus dones y
las llenará de ellos, especialmente del de sabiduría, para realizar
maravillas de gracia. ¿Cuándo llegará, hermano mío, ese tiempo
dichoso, ese siglo de María, en el que muchas almas escogidas
y obtenidas del Altísimo por María, perdiéndose ellas mismas
en el abismo de su interior, se transformarán en copias vivientes
de la Santísima Virgen, para amar y glorificar a Jesucristo? Ese
tiempo solo llegará, cuando se conozca y viva la devoción que
yo enseño: “¡Señor, para que venga tu reino, venga el reino de
María!”.

6. Transformación en María a imagen de Jesucristo.


Si María, que es el árbol de la vida, está bien cultivada en ti
mismo por la fidelidad a las prácticas de esta devoción, dará su
fruto en tiempo oportuno, fruto que no es otro que Jesucristo.
Veo a tantos devotos y devotas que buscan a Jesucristo. Unos

188
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

van por un camino y una práctica, los otros por otra. Y, con
frecuencia, después de haber trabajado pesadamente durante
la noche, pueden decir: “Hemos trabajado toda la noche sin
pescar nada” Y se les puede contestar: “Han trabajado mucho
pero recogido poco. Jesucristo es todavía muy débil en ustedes.
Pero por el camino inmaculado de María y esta práctica divina
que les enseño, se trabaja de día, se trabaja en un lugar santo,
se trabaja poco. En María no hay noche, porque en Ella no hay
pecado, ni aún la menor sombra de él. María es un lugar santo.
Es el santo de los santos, en donde son formados y moldeados
los santos”.

Escucha bien lo que digo: los santos son moldeados en María.


Existe gran diferencia entre hacer una figura de bulto a golpes
de martillo y cincel y sacar una estatua vaciándola en un molde.
Los escultores y estatuarios trabajan mucho del primer modo
para hacer una estatua y gastan en ello mucho tiempo. Más,
para hacerla de la segunda manera, trabajan poco y emplean
poco tiempo.

San Agustín llama a la Santísima Virgen “molde de Dios”: el


molde propio para formar y moldear a Jesús en las almas. Quien
sea arrojado en este molde divino quedará muy pronto formado
y moldeado en Jesucristo y Jesucristo en él: con pocos gastos y
en corto tiempo se convertirá en un Cristo vivo, porque ha sido
arrojado en el mismo molde que ha formado a Dios.

Me parece que los directores y devotos que quieren formar a


Jesucristo en sí mismos o en los demás, por prácticas diferen-
tes a ésta, pueden muy bien compararse a los escultores que,
confiados en su habilidad, industria y arte, descargan infinidad

189
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

de golpes de martillo y cincel sobre una piedra dura o un trozo


de madera tosca para sacar de ellos una imagen de Jesucristo.
Algunas veces, no aciertan a representar a Jesucristo al natural,
ya sea por falta de conocimiento y experiencia de la persona
del Señor, o bien a causa de algún golpe mal dado, que echa a
perder toda la obra.
Pero, a quienes abrazan este secreto de la gracia, que les estoy
presentando, los puedo comparar con razón a los fundidores y
moldeadores, que habiendo encontrado el hermoso molde de
María, en donde Jesús ha sido natural y divinamente formado
sin fiarse de su propia habilidad sino únicamente de la excelen-
cia del molde, se arrojan y pierden en María, para convertirse
en el retrato al natural de Jesucristo.

¡Hermosa y verdadera comparación! Más, ¿quién la compren-


derá? ¡Ojalá tú, hermano mío! Pero, acuérdate de que no se echa
en el molde, sino lo que está fundido y líquido; es decir, que ¡es
necesario destruir y fundir en ti al viejo Adán para transfor-
marte en el Nuevo, en María!

7. La mayor gloria de Jesucristo.


Por medio de esta práctica, observada con toda fidelidad, darás
mayor gloria a Jesucristo en un mes, que por cualquier otra, por
difícil que sea, en varios años.

Estas son las razones para afirmarlo:


a. Si ejecutas tus acciones por medio de la Santísima Virgen,
como enseña esta práctica, abandonas tus propias intenciones
y actuaciones, aunque buenas y conocidas, para perderte, por
decirlo así, en las de la Santísima Virgen, aunque te sean des-
conocidas. De este modo, entras a participar en la sublimidad

190
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

de sus intenciones, siempre tan puras, que por la menor de sus


acciones, por ejemplo, hilando en la rueca o dando una puntada
con la aguja, dio mayor gloria a Dios que San Lorenzo sobre
las parrillas y aún, que todos los santos con las acciones más
heroicas. Esta es la razón de que durante su permanencia en la
tierra, la Santísima Virgen haya adquirido un cúmulo tan in-
efable de gracias y méritos, que antes se contarían las estrellas
del firmamento, las gotas de agua de los océanos y los granitos
de arena de sus orillas, que los méritos y gracias de María y que
haya dado mayor gloria a Dios de cuanto le han dado y darán
todos los ángeles y santos. ¡Qué prodigio eres, oh María! ¡Sólo
tú sabes realizar prodigios de gracias, en quienes desean real-
mente perderse en ti!

b. Quien se consagra a María, por esta práctica -dado que no


estima en nada cuanto piensa o hace por sí mismo, ni se apo-
ya, ni complace sino en los méritos de María para acercarse a
Jesucristo y dialogar con El-, ejercita la humildad, mucho más
que quienes obran por sí solos. Estos, aun inconscientemente,
se apoyan y complacen en sus disposiciones. De donde se sigue,
que el que se consagra totalmente a María, glorifica más perfec-
tamente a Dios, quien nunca es tan altamente glorificado, como
cuando lo es por los sencillos y humildes de corazón.

c. La Santísima Virgen, a causa del gran amor que nos tiene,


desea recibir en sus manos virginales el obsequio de nuestras
acciones, comunica a éstas una hermosura y esplendor admira-
bles y las ofrece por sí misma a Jesucristo.

Es, por lo demás, evidente, que el Señor es más glorificado con


esto, que si las ofreciéramos directamente, con nuestras manos

191
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

pecadoras.

d. Finalmente, siempre que piensan en María, Ella piensa por ti


en Dios. Siempre que alabas y honras a María, Ella alaba y hon-
ra a Dios por ti. María es toda relativa a Dios. Y yo me atrevo a
llamarla “la relación de Dios”, pues sólo existe con relación a Él;
o “el eco de Dios”, ya que no dice ni repite sino Dios. Si tú dices
María, Ella dice Dios.

Cuando santa Isabel alabó a María y la llamó bienaventurada


por haber creído, Ella, el eco fiel de Dios, exclamó: “Proclama
mi alma la grandeza del Señor”. Lo que en esta ocasión hizo
María, lo sigue realizando todos los días: cuando la alabamos,
amamos, honramos o nos consagramos a Ella, alabamos, ama-
mos, honramos y nos consagramos a Dios por María y en Ma-
ría. (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen).

PRÁCTICA: Recitar el ángelus delante de una imagen de la san-


tísima Virgen a las 6 de la mañana, a las 12 del día y a las 6 de
la tarde.

“En aquellos días, se puso en camino María


y se fué con prontitud a la región montañosa,
a una ciudad de Judá;
entró en casa de Sacarías y saludó a Isabel.
En cuenato oyó Isabel el saludo de María,
Saltó de gozo el niño en su seno,
Isabel quedó llena del Espíritu Santo ”
(Lucas 1, 39- 40 )

192
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 24:

Verdadera Devoción,
Entrega y Esclavitud
“Por eso desde ahora todas las generaciones
me llamarán bienaventurada,
porque ha hecho en mi favor cosas grandes el poderoso ”
(Lucas 1, 48- 49 )

H
ay diversas actitudes auténticas de parte del cristiano
para con la Santísima Virgen:

La primera, consiste en honrar a María como Madre de Dios


e implorar de tiempo en tiempo su protección, mientras nos
esforzamos en cumplir nuestros deberes cristianos, evitando el
pecado y obrando por amor, más que por temor.

La segunda, consiste en alimentar un profundo amor, estima,


confianza y veneración hacia la Santísima Virgen. Se expre-
sa haciendo conocer el puesto ocupado por Ella en el plan de
salvación, publicando sus alabanzas, honrando sus imágenes,
recitando el Santo Rosario, alistándose en las Asociaciones Ma-
rianas.

Esta actitud, siempre que nos comprometamos a vivir cristiana-


mente, es buena, santa y saludable. Pero no logra liberarnos de

193
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

todo egoísmo, para unirnos perfectamente a Jesucristo.

La tercera, es conocida y vivida por muy poca personas. Es una


consagración total.

Consisten en ofrecerse con absoluta disponibilidad a María,


para realizar la entrega de sí mismo a Jesucristo. Por esta en-
trega o consagración nos comprometemos a hacerlo todo con
María, por María, para María y en María. (SM II part. Introd.-
Cap. 1).

En esta Consagración Total, es preciso, entregar a María:

1. “Nuestro cuerpo, con todos sus sentidos (internos y exter-


nos) y con todos sus miembros” considerados como principio
de toda operación vital.

2. “Nuestra alma, con todas sus potencias”, igualmente consi-


deradas como principios de toda operación intelectual y huma-
na, ya que todas éstas provienen bien sea del entendimiento o
bien de la voluntad.

Por estas dos primeras donaciones, consagramos nuestra natu-


raleza entera a María.

3. “Nuestros bienes exteriores” ya sea fortuna, hacienda, y co-


sas materiales -presentes o futuras-. Este es el cumplimiento de
uno de los sacrificios impuestos al esclavo: todos los bienes que
le pertenecen o que pueda adquirir posteriormente, son pose-
sión de su dueño.

194
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Este desprendimiento será tanto más meritorio, cuanto más


costoso le fuere; y tanto más admirable, cuanto mayor fuere su
valor objetivo o cantidad.

4. “Nuestros bienes espirituales” que son nuestros méritos,


nuestras virtudes y buenas obras pasadas, presentes y futuras.

Vale la pena en este punto, dar una explicación concerniente a


las buenas obras:

En toda obra buena que hagamos, hay que distinguir tres valo-
res, a saber: el valor satisfactorio, impetratorio y meritorio. Es
una distinción muy importante, para saber qué podemos dar a
María y con qué fin.

a. El valor satisfactorio de una buena obra, es esta buena acción,


en cuanto satisface la pena debida por el pecado, en todo o en
parte, tanto para los que aún viven en la tierra, como para las
almas del purgatorio; a los unos, por modo de remisión y a los
otros a manera de sufragio. Este valor se le da a María en pro-
piedad.

b. El valor impetratorio de una buena obra, es esta misma ac-


ción, en cuanto alcanza alguna gracia especial. Este valor se le
da a María en propiedad.

c. El valor meritorio o el mérito, es una buena acción, en cuanto


nos merece la gracia y la vida eterna. Este valor se da a María
sólo en depósito, “porque tesoro tan precioso como los méritos,
fácilmente lo podemos perder por el pecado mortal, mientras Ma-
ría no solamente tiene el poder de conservarlo y protegerlo, sino

195
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

también como depositaria, se obliga a ello.” (Catecismo de la con-


sagración. Pág. 15)

Es imposible ganar méritos por otra persona, por esto, este úl-
timo valor, es personal e intransferible, diferente a los otros que
se pueden aplicar a otras personas.

Esta última entrega, es otra consecuencia de la condición de


un esclavo: trabajar únicamente para su amo. El fruto de sus
labores no le pertenece y constituye un sacrificio tan crecido
que ninguna Orden o Congregación religiosa la impone a sus
miembros. (E.M I part. Cap. 1. Literal A. B)

El santo de Montfort, compara pues esta entrega, esta amoro-


sa dependencia, este santo sometimiento, con una esclavitud y
dice:

Hay en este mundo dos modos de pertenecer a otro y depender


de su autoridad: el simple servicio y la esclavitud. De donde
proceden los apelativos de criado y esclavo.

Por el servicio común, entre los cristianos, uno se compromete


a servir a otro durante cierto tiempo y por determinado salario
o retribución.

Por la esclavitud, en cambio, uno depende de otro enteramente,


por toda la vida y debe servir al amo, sin pretender salario ni
recompensa alguna, como si él fuera uno de sus animales sobre
los que tiene derecho de vida y muerte.

Hay tres clases de esclavitud: natural, forzada y voluntaria.

196
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Todas las creaturas son esclavas de Dios del primer modo: “Del
Señor es la tierra y cuanto la llena”.

Del segundo, lo son los demonios y condenados.


Del tercero, los justos y los santos.
La esclavitud voluntaria es la más perfecta y la más gloriosa
para Dios, que escruta el corazón, nos lo pide para sí y se llama
Dios del corazón o de la voluntad amorosa. Efectivamente, por
esta esclavitud, optas por Dios y su servicio por encima de todo
lo demás, aunque no estuvieras obligado a ello por naturaleza.

Hay una diferencia total entre criado y esclavo.

1. El criado no entrega a su patrón todo lo que es, todo lo que


posee ni todo lo que puede adquirir por sí mismo o por otros;
el esclavo se entrega totalmente a su amo, con todo lo que posee
y puede adquirir, sin excepción alguna.

2. El criado exige retribución por los servicios que presta a su


patrón; el esclavo, por el contrario, no puede exigir nada, por
más asiduidad, habilidad y energía que ponga en el trabajo.

3. El criado puede abandonar a su patrón cuando quiera o al


menos, cuando expire el plazo del contrato; mientras que el es-
clavo no tiene derecho a abandonar a su amo cuando quiera.

4. El patrón no tiene sobre el criado derecho ninguno de vida o


muerte, de modo que si lo matase como a uno de sus animales
de carga, cometería un homicidio; el amo, en cambio, confor-
me a la ley, tiene sobre su esclavo derecho de vida y muerte, de
modo que puede venderlo a quien quiera o matarlo -perdóna-

197
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

me la comparación- como haría con su propio caballo.

5. Por último, el criado está al servicio del patrón sólo tempo-


ralmente; el esclavo, lo está para siempre.

Nada hay entre los hombres que te haga pertenecer más a otro
que la esclavitud. Nada hay tampoco entre los cristianos que
nos haga pertenecer más completamente a Jesucristo y a su
Santísima Madre, que la esclavitud aceptada voluntariamen-
te, a ejemplo de Jesucristo, que por nuestro amor tomó forma
de esclavo y de la Santísima Virgen que se proclamó servidora
y esclava del Señor. El apóstol se honra en llamarse servidor
de Jesucristo. Los cristianos son llamados repetidas veces en
la Sagrada Escritura servidores de Cristo. Palabra que, como
hace notar acertadamente un escritor insigne, equivalía antes
a esclavo, porque entonces no se conocían servidores como los
criados de ahora, dado que los señores sólo eran servidos por
esclavos o libertos.

Para afirmar abiertamente que somos esclavos de Jesucristo, el


Catecismo del Concilio de Trento se sirve de un término que
no deja lugar a dudas, llamándolos mancipia Christi: esclavos
de Cristo.

Afirmo que debemos pertenecer a Jesucristo y servirle, no sólo


como soldados, sino como esclavos de amor, que por efecto de
un intenso amor se entregan y consagran a su servicio en cali-
dad de esclavos, por el único honor de pertenecerle.

Antes del Bautismo éramos esclavos del diablo. El Bautismo nos


transformó en esclavos de Jesucristo. Es necesario que los cris-

198
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tianos sean esclavos o del diablo o de Jesucristo.

Lo que digo en términos absolutos de Jesucristo, lo digo pro-


porcionalmente de la Santísima Virgen. Habiéndola escogido
Jesucristo por compañera inseparable de su vida, muerte, glo-
ria y poder en el cielo y en la tierra, le otorgó gratuitamente,
respecto a su Majestad, todos los derechos y privilegios que Él
posee por naturaleza.

“Todo lo que conviene a Dios por naturaleza, conviene a María


por gracia” dicen los santos. De suerte que, según ellos, tenien-
do los dos el mismo querer y poder, tienen también los mismos
súbditos, servidores y esclavos.

Podemos pues, conforme al parecer de los santos y de muchos


varones insignes, llamarnos y hacernos esclavos de amor de la
Santísima Virgen, a fin de serlo más perfectamente de Jesucris-
to. La Virgen Santísima es el medio del cual debemos servirnos
para ir a Él, ya que María no es como las demás creaturas, que,
si nos apegamos a ellas, pueden separarnos de Dios en lugar
de acercarnos a Él. La inclinación más fuerte de María es la de
unirnos a Jesucristo, su Hijo; y la más viva inclinación del Hijo
es que vayamos a Él por medio de su Santísima Madre. Obrar
así es honrarlo y agradarle, como sería honrar y agradar a un
rey, el hacerse esclavos de la reina, para ser mejores súbditos y
esclavos del soberano. Por esto, los santos Padres y entre ellos
San Buenaventura, dicen que la Santísima Virgen es el camino
para llegar al Señor.

Más aún, si como he dicho, la Santísima Virgen es la Reina y


Soberana del cielo y de la tierra, ¿por qué no ha de tener tantos

199
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

súbditos y esclavos como creaturas hay? Y, ¿no será razonable


que, entre tantos esclavos por fuerza, los haya también de amor,
que escojan libremente a María como a su Soberana? Pues ¡qué!
Han de tener los hombres y los demonios sus esclavos volunta-
rios y ¿no los ha de tener María? Y ¡qué! Un rey se siente honra-
do de que la reina, su compañera, tenga esclavos sobre los cua-
les pueda ejercer derechos de vida y muerte en efecto, el honor
y poder del uno son el honor y poder de la otra y el Señor, como
el mejor de los hijos, ¿no se sentirá feliz de que María, su Ma-
dre Santísima -con quien ha compartido todo su poder- tenga
también sus esclavos? ¿Tendrá El menos respeto y amor para
con su Madre, que Asuero para con Esther y Salomón para con
Betsabé? ¿Quién osará decirlo o siquiera pensarlo? (Tratado de
la verdadera devoción a la Virgen Santísima)

PRÁCTICA: Conseguiré tres medallas de la Virgen milagrosa y


las hare bendecir de un sacerdote. Una la reservare para el día
de mi consagración, la otra se la regalaré a una persona pobre
y la otra la pegare en la puerta de mi casa o habitación donde
duermo.

“El Espiritu Santo Vendrá sobre tí


y el poder del altisimo te cubrirá con su sombra ”
(Lucas 1, 35 )

200
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 25:

Vida de Unión con María


“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno”
(Lucas 1, 42 )

E
n estas bellas páginas, sin duda alguna, nos uniremos en
gran medida a nuestra muy amada Madre María Santísi-
ma. En esta parte se sintetiza toda la esclavitud que pro-
pone Montfort:

“Coordinan en nuestro interior su fuerza y su suavidad para nues-


tra santificación. El esclavo de Amor, es esencialmente un alma
obediente, filialmente sumiso en todas sus obligaciones: alma que
no se resiste, que nunca se opone a la gracia, que no obstaculiza la
dirección de su Soberana. El Santo Espíritu de María, viene a ser
progresivamente, el propio Espíritu del Esclavo de Amor”

Toda la esclavitud Mariana se resume de la siguiente manera:


“Obrar por María, con María, para María y en María” si se ac-
túa de esta manera viviremos la autentica esclavitud Mariana.
Y así: “Obrar por Jesucristo, con Jesucristo, para Jesucristo y en
Jesucristo”

Montfort argumenta que el Espíritu Santo obró sin obstáculos


en María Santísima, él se valió de ella para que se hiciera efecto
el plan de salvación.

201
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Ella es portadora del Santo Espíritu y en consecuencia nuestra


unión con ella nos garantiza semejante dicha.

OBRAR POR MARÍA.


Significa obedecer a María Santísima y conducirse según el Es-
píritu de Dios.

Por consiguiente, obrar por María quiere decir que ella será el
medio con que ejecutemos todo, y al tiempo el modo con que
se ejecuten todas nuestras acciones. Obrar por María significa
que ella será mi razón de ser y en esclavitud de amor todo lo
hago por amor ella, no tengo voluntad, todo le pertenece por
eso actúo a su favor y a su defensa. Es el esclavo fiel obediente el
que mantiene la docilidad en todo.

El libro de la esclavitud Mariana propone ciertas condiciones


indispensables para que el alma se adiestre dócilmente a Ma-
ría, estas son: “Continua renuncia, abandono. Renuncia propia,
abandono en María.

tContinúa renuncia.
La renuncia es el punto de partida que nos propone nuestro
Señor para avanzar en el camino espiritual, Debido al obstinado
apego a nuestra personalidad. Por eso, debemos recurrir a la
renuncia, porque esta va en contra del deseo desordenado que
tenemos dentro. Esto potencia las virtudes.

Actuar “Por María” desde el comienzo de cada acción, exige la


renuncia a todo movimiento natural que se opone a la gracia.

202
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Esta renuncia debe ser inmediata, y sin vacilación. La fuerza de


voluntad ha de aprovechar la gracia de tal forma que pueda
captar la luz interior y las santas inspiraciones que nos llevan
hacer el bien. Darle espacios a la tendencia de la naturaleza se-
ría retroceder en el camino de perfección.

Montfort responde de esta manera «Porque las tinieblas de


nuestro propio espíritu y la malicia de nuestra voluntad, si los
seguimos, se opondrían al Santo Espíritu de María». Humilde-
mente aceptemos este argumento de un maestro en la santidad;
diariamente podemos comprobar interiormente ¡Cuántas co-
sas, que nos Avergüenzan y humillan, vamos secretamente de
los bajos abismos de nuestra naturaleza, aún en nuestras mejo-
res acciones!

Nuestra experiencia personal lo confirma diariamente. Es nece-


sario ahogarlos desde el principio. ¡Qué perjuicio para nuestra
alma una mala intención!, si es el único motivo que nos hace
obrar, corrompe totalmente una buena acción. Mezclar a nues-
tras acciones sobrenaturales intenciones más o menos contra-
rias a la gloria de Dios, es privarnos parcialmente de muchos
méritos.

Renuncio a todo por mi Señor, por mi Dios, y en efecto de eso


por mi Reina de la cual soy esclavo y lo hago por amor.

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El abandono es el complemento de la renuncia, entregarse a
María es someterse al Espíritu Santo que habita en ella, que la
hace desbordar de gracia. En el espíritu ella nos moverá según
su agrado.

203
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Debe haber alegría al renunciar y al abandonarse, no se debe


hacer por molestia sino por amor. Sería triste actuar de esta
manera.
Hacerlo por amor y sin interés nos lanzaría al corazón inma-
culado de María, es preciso entregarse y abandonarse en sus
manos virginales, como un instrumento en manos de un obre-
ro; hay que perderse y abandonarse en Ella, como un bebé en
manos de su madre, el cual depende por completo de ella.

Este acto de abandono se hace en un instante y de manera sen-


cilla: por una sola mirada del espíritu, o un pequeño esfuerzo
de voluntad, o aún verbalmente diciendo por ejemplo: «Renun-
cio a mí y me entrego a ti Madre querida»” (Esclavitud Mariana
Cap. 6)

Obrar por María quiere decir: obedecerla en todo sin vacilacio-


nes dejarse guiar en todo por ella, según su agrado confiando
absolutamente.

Ventajas según Montfort:


1. Conducción por Espíritu Santo: Porque ponerse bajo el Espí-
ritu de María no es otra cosa que ponerse bajo la dirección de
Espíritu de Dios. Este Espíritu al reinar inmediatamente sobre
Ella, reina por medio suyo, sobre nosotros.

2. Don de la santa Sabiduría: Esta buena Madre presta a los es-


clavos las disposiciones de su alma para glorificar a Dios y su
espíritu, para regocijarse en Él. (Esclavitud Mariana Cap. VI).

204
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

OBRAR CON MARIA


Significa la imitación; la reproducción del modelo virginal, por
eso es necesario actuar con María, recordemos que la escla-
vitud nos impulsa a ser como niños incapaces de valerse por
sí mismos. Es preciso actuar con María, declara Montfort, es
sensato en nuestros actos, mirar a María como modelo acaba-
do de toda virtud y perfección, para así imitarle según nuestra
pequeñez.

En consecuencia de esto, obrar con María consiste en la imi-


tación de María, es la obra perfecta de Dios, modelo virginal
hecho para nosotros, la cual nuestra alma es atraída en amor
desbordado por semejante belleza y perfección.

María es imagen perfecta de Jesucristo. Se desprenden dos com-


ponentes muy importantes:

1. Imitación de las virtudes de María


María Santísima es la obra acabada y perfectísima de Dios, es
natural que este modelo de perfección y de seguimiento a Jesu-
cristo sea imitado. Así como un niño ve en su madre un modelo
perfecto de imitación.

Aquellos que miran a María como modelo en la práctica de to-


das las virtudes, están seguros de:

Alcanzar la perfección cristiana y cumplir la voluntad divina.


En efecto, María que es nuestra Madre es capaz de avivar en
nosotros, ese efecto de admiración que nos lleva a imitarla en
todo, ya que por el bautismo fuimos llamados a la vida sobrena-

205
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tural y confirmados en la gracia; María obra mejor en nosotros


que las madres naturales.

Es conveniente analizar en cada acción, cómo lo hizo María o


cómo lo haría si estuviese en nuestro lugar. En ese sentido, es
beneficioso ofrecer en todo acto sus mismas intenciones sobre-
naturales.

En síntesis, se deben imitar todas las virtudes de María, espe-


cialmente las que propone Montfort:

Su Humildad profunda, Fe viva, Obediencia ciega, Oración


continua, Mortificación universal, Pureza divina, Caridad ar-
diente, Paciencia heroica, Dulzura angelical y Sabiduría divi-
na. Estas son -dice Montfort- las diez principales virtudes de la
Santísima Virgen” (Tratado de la Verdadera devoción).

t)VNJMEBE1SPGVOEB María Santísima es la creatura más hu-


milde que ha existido en toda la historia, su humildad es tan
profunda que llega a ser la esclava del señor.

Su conturbación ante el saludo del ángel es propia de los humil-


des, su silencio y su vida oculta demuestran su extrema humil-
dad.

t'F7JWB Le dice Santa Isabel a María Santísima “Dichosa tu


que has creído” no necesito de pruebas para creer, solo le bastó
la palabra, ante las tremendas dificultades que iban a ocasionar
aceptar la propuesta de Dios, no vaciló se mantuvo firme, con-
fío ciegamente.

206
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Además no aparece en los relatos de la resurrección, con esto se


concluye que la fe de la virgen es demasiado grande.

A razón de eso Abraham que es el padre de la fe fue a entregar


a su hijo Isaac como prueba de confianza, (hb 11) que él sabia
que Dios tiene el poder para resucitarlo; ahora bien, María sí
vio morir a su hijo, en cambio a Abraham se lo impidió el ángel.

La ausencia de María en los relatos de la resurrección nos con-


firman que al igual que Abraham creyó en la resurrección de su
hijo; eso explica por qué no fue en la mañana al sepulcro siendo
esto un deber de las madres.

t0CFEJFODJBDJFHB La Virgen al decirle a Dios que es su esclava


y que se haga en ella su palabra, es una prueba de obediencia
absoluta, un esclavo no tiene voluntad, la voluntad del esclavo
es la de su amo; por tal razón, María es la obediencia extrema,
lo contrario de Eva que desobedeció.

t0SBDJØODPOUJOVB María es toda una maestra de oración, los


relatos que aluden a que todo meditaba y lo guardaba en su
corazón, es una prueba contundente de la oración profunda de
esta mujer. El estar con Jesús contemplarlo y dialogar es la ora-
ción más perfecta que jamás se haya visto.

¡Debemos de ser orantes como la santísima Virgen María!

t.PSUJĕDBDJØO6OJWFSTBMMaría Santísima no tuvo una vida


fácil, sus siete dolores superan el martirio de los primeros cris-
tianos. La virgen es un modelo de mortificación que nos da
ejemplo para ayudar a salvar las almas.

207
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t1VSF[B%JWJOB No ha habido creatura más pura que María. Ser


preservada del pecado original y adornada de las más excelentes
virtudes es la evidencia perfecta de su corazón purísimo.

María Santísima es comparada con el arca de alianza, el relato


de la anunciación muestra claramente su pureza divina; veamos:

t &M ÈOHFM MF EJDF RVF FM BMUÓTJNP MB DPCJKBSÈ DPO TV TPNCSB 
esto es incomprensible, nadie puede soportar la presencia de
YAHVEH. Que Dios la cubra con su sombra y que el Espíritu
Santo venga sobre ella es muestra que es el nuevo tabernáculo
sagrado donde habitará el Santo de los santos.

t+FTÞTFTÏMUSFTWFDFT4BOUP MPT4FSBĕOFTRVFTPOMPTFTQÓSJUVT
más puros se cubren su rostro con un par de alas (Isaías 6) por-
que la santidad de Dios es irresistible. En cambio, aquí el tres
veces Santo se encarna en ella. Con esto podríamos pensar que
en María su pureza excede a los mismos serafines, porque en
su vientre está el “Kadosh” el Santo de Israel que no se puede
definir y en el cual se tiembla ante su santidad.

t&TUBBSDBFTJOUPDBCMF TVDBTUJEBEZWJSHJOJEBETPOBEPSOPTEF
la gracia que desborda sobre ella. San José que es hombre justo
sabe todo esto y por eso María es la siempre virgen e inmaculada.

Imitemos la pureza de María en lo que pensamos decimos y


hacemos. La pureza brilla todas las virtudes.

t$BSJEBE"SEJFOUF Es la más grande de todas las virtudes, el


amor es lo más hermoso y sublime que puede existir.

208
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Definitivamente María cumplió a cabalidad el más grande


mandamiento de la ley de Dios, “Amarás al Señor tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus fuerzas y con
todo tu espíritu” la entrega a Dios fue absoluta, ser su esclava,
aceptar su voluntad, es la prueba más grande de amor. Aceptar
la cruz en el “Fiat” es la compañía en el dolor de su Hijo en la
cruz. La espada en el corazón de María es la entrega de María a
toda la humanidad, es amarnos con un amor de Madre que no
se puede explicar, era nuestro beneficio y salvación, su dolor en
la cruz colabora con esto. Por eso su amor es ardiente.

t1BDJFODJBIFSPJDB La Santísima Virgen María es modelo de


paciencia; Decía san Francisco de Sales que la respuesta de Je-
sús en las bodas de Caná “Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti?” aquella
respuesta no parecía tener en cuenta su súplica: precisamente
para darnos ejemplo de la paciencia de su Madre.

Toda la vida de María fue un ejercicio continuo de paciencia.


María creció en este mundo en medio de muchas tribulacio-
nes. La sola compasión ante las penas del Redentor bastó para
hacerla mártir de la paciencia. Lo que sufrió en el viaje a Egipto
además de todo el periodo que duró, como todo el tiempo que
vivió en el humilde hogar de Nazaret, sin contar sus dolores de
los que ya se ha hablado abundantemente. Lo más extraordina-
rio es la presencia de María ante Jesús muriendo en el Calvario
justamente para darnos a conocer cuán excelsa y constante fue
su paciencia. “Estaba junto a la cruz de Jesús su Madre” (Juan
19). Con el mérito de esta paciencia, dice san Alberto Magno:
“se convirtió en nuestra Madre y nos dio a luz a la vida de la gracia”

209
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Esta consagración de amor nos propone que tratemos de imi-


tar a la Santísima Virgen en su paciencia heroica. Dice san
Cipriano: “¿Qué cosa puede darse más meritoria y qué más nos
enriquezca en esta vida, y más gloria eterna nos consiga que su-
frir con paciencia las penas, que es la que hace a los santos” .
San Gregorio magno expresaba jubiloso: “Nosotros podemos ser
mártires sin necesidad de espadas; basta que seamos pacientes”

tDulzura Angelical: Nadie es más dulce y tierna que la Santí-


sima virgen María, ni los serafines más hermosos del cielo, ni el
vanidoso Luzbel antes de revelarse superaría en hermosura a la
Santísima Virgen María.

Se lee en el Cantar de los Cantares, refiriéndose a la Asunción


de María, los ángeles preguntaron por tres veces: “¿Quién es ésta
que sube del desierto como columnita de humo? ¿Quién es ésta
que va subiendo cual aurora naciente? ¿Quién es ésta que sube
del desierto rebosando en delicias?” (Ct 3,6; 6,9; 8,5). Pregunta
Ricardo de San Lorenzo: “¿Por qué los ángeles preguntan tantas
veces el nombre de esta Reina?” Y él mismo responde: “Era tan
dulce para los ángeles oír pronunciar el nombre de María, que por
eso hacen tantas preguntas”.
Qué hermoso es pronunciar el Nombre de María. Nada más se
pronuncia, y se siente algo más dulce que la miel. Con razón en
la liturgia bizantina le llaman dulzura de los ángeles.

Pensar en ella endulza el alma, sentirla, estudiar su vida, cual-


quier acto que hagamos en ella, con ella, por ella y para ella,
endulza la vida.

t 4BCJEVSÓB %JWJOB Con razón las letanías llaman a nuestra

210
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Madre Santa, trono de sabiduría, aunque no escribió los prover-


bios de Salomón, María supera en sabiduría a todos los ángeles
y santos; precisamente porque en ella se encarnó la sabiduría
divina, Jesús la sabiduría encarnada en María.

La Iglesia venera a María como “Trono de la Sabiduría” por eso


lo pregona en una antífona de la Liturgia: “Dichosa eres, santa
María, Virgen sabia, que mereciste llevar en tu seno la Palabra
de la verdad; dichosa eres, Virgen prudente, que has elegido la
parte mejor”, “Todos los que lo oían se admiraban de lo que les
decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, medi-
tándolas en su corazón” (Lc 2,19).

Es sabio aquel que juzga rectamente sobre las cosas divinas. La


sabiduría humana se logra por el estudio. Pero también existe
la sabiduría como don del Espíritu Santo; un saber sobre Dios
que brota. Este favor emana del amor, el cual nos une a Dios. En
la Santísima Virgen María notamos manifestada esta sabiduría
que brota de la experiencia de Dios y de la intimidad en el amor
con Él.

2. La unión de María con nuestro esfuerzo


“La maternidad de María con respecto a nosotros y nuestra filia-
ción respectiva, son plenamente conscientes”.

La semejanza que nos imprimirá y que recibiremos, será el fru-


to de su actividad esclarecida y voluntaria y de nuestra corres-
pondiente y exquisita docilidad.

Algo muy diferente acontece en la maternidad ordinaria: la se-

211
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

mejanza (de la madre en el hijo) se imprime sin el consenti-


miento de la madre ni del hijo, y por consiguiente, no se da una
verdadera colaboración.

María obra en nosotros y nos sometemos amorosamente a su


acción. Ella es el molde divino, propio para deificarnos en poco
tiempo y con poco sacrificio. El trabajo de María consiste en
retocarnos para que nos asemejemos a Jesús, su Hijo Divino.
Nuestro trabajo consiste en dejarnos rehacer y transformar se-
gún este divino molde. La realización práctica de esta colabora-
ción, está muy bien descrita por el R. P. Lhoumeau:

Mirad como procede una madre con su hijo cuando le enseña


a dar los primeros pasos o a orar. No sólo ella lo anima con
su gesto y con su voz, sino que obra con él dándole ejemplo
y ayudándole en su debilidad e inexperiencia. Por su parte, el
niño obra con su madre, pues él la mira, se muestra dócil a su
dirección y no se separa de ella.

Para obrar con María debo, después de obedecer a su impul-


so, permanecer bajo su acción e influencia, fijarme en ella para
imitarle y en caso de necesidad, para levantarme; en fin, debo
seguirla sin anticiparme ni retardarme”. (Esclavitud Mariana)

OBRAR PARA MARIA:


Esto quiere decir al Servicio “Para” es una preposición que de-
nota el fin o término a que se encamina una acción. Es decir
nuestras acciones deben ser encaminadas a los fines de María.

Para poder comprender esta afirmación, recordemos lo que


significa una esclavitud de amor. El esclavo no se pertenece, él

212
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

pertenece a su dueño.

“Todos los bienes de fortuna que poseía antes de caer en la escla-


vitud Y todos los que pueda obtener, pasan a ser propiedad de su
soberano y asimismo, todo el futuro de sus labores, se da en bene-
ficio de su propietario” (Esclavitud Mariana Cap. 8)

Como esclavos de María hemos reconocido libre y amorosa-


mente las cadenas que nos unen a Ella. Le pertenecemos tan
plenamente, que aún en el caso de que Dios no le hubiese con-
cedido este absoluto dominio sobre nosotros, se lo habríamos
otorgado por nosotros mismos y con todo amor. Es justo en-
tonces que realicemos para Ella todos nuestros actos naturales
y sobrenaturales. ¿No son ellos el fruto de nuestra actividad?, y
esta actividad ¿no debe fructificar para nuestra buena Reina y
Señora? Este pensamiento de que nada nos pertenece de lo que
adquirimos por nuestras obras, no debe desalentarnos; al con-
trario: como buenos esclavos no estaremos ociosos; sino que
apoyándonos en la protección de María, emprenderemos gran-
des cosas por esta augusta Soberana. Particularmente tratare-
mos de atraer a todo el mundo a su servicio y aun trataremos de
ganar todos los corazones hacia esta verdadera y perfecta devo-
ción. Y después de todo, no pretenderemos de nuestra Dueña,
en recompensa de nuestro servicio, sino el honor de pertene-
cerle y la dicha de estar unidos mediante Ella a Jesús, su hijo
bendito, por lazos indisolubles en el tiempo y en la eternidad.

Para afianzarnos en esta práctica debemos renunciar a nuestro


amor propio, que tan a menudo vicia nuestra mejor acción. Al
efecto, debemos repetir en el fondo del corazón frecuentemen-
te: “Por ti María mi dulce y buena Madre, vengo aquí o voy allá;

213
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

hago esto o aquello, sufro tal pena o tal injuria”.

No se trata de acciones extraordinarias, sino de las que llenan


las horas de nuestro diario vivir, y por eso, esta perfecta devo-
ción se ajusta a todos los estados y a todo género de vida. Ella no
consiste en acciones mismas, sino en el espíritu que las anima y
que les da, si lo queremos, un valor nuevo y una mayor riqueza.

Y este Espíritu, no es otro que el de María Reina del Cielo y de la


Tierra y especialmente, Reina de los elegidos o mejor Reina de
los corazones de los elegidos; Él invade a los esclavos de amor
y los somete plena y espontáneamente a todas las exigencias
del dominio de María, a todas las delicadas insinuaciones de su
dirección sabia y maternal.

María acepta este imperio, sin falsa humildad. Lo ejerce sin desfalleci-
miento, consciente de cumplir, en esta forma, la misión que Dios le con-
fió de santificar a las almas que se abandonan o se entregan a Ella. Nada
se apropia para sí; no busca sino el llevar esas almas a su divino Hijo y eso
con un amor y un desinterés admirables. (Esclavitud Mariana Cap. 8)
Esta fórmula indica el fin próximo de la perfecta devoción: el
honor de servir a la Santísima Virgen y de glorificarla. Montfort
lo explica inmediatamente “no es que tomemos a María por fin
último de nuestros servicios, el cual es Jesucristo únicamente, pero
sí como fin próximo, como medio fácil para ir a Él”.

El obrar para María, implica dos cosas:


1. Gran pureza de intención.
El menor pensamiento de interés personal, se desechará ab-
solutamente. Es el desprendimiento completo de sí mismo, la
renuncia de todo espíritu de propiedad. Uno se fatiga, trabaja,

214
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

sufre, soporta todo lo que se presente, en provecho de María.

Se ganan méritos y se depositan entre sus manos muchísimas


oraciones y sacrificios, para que Ella .sea más conocida y mejor
amada en el mundo entero.

Como, a pesar de todo, el amor propio se desliza imperceptible-


mente hasta en las mejores obras, será bueno -como aconseja
Montfort-, repetir frecuentemente en el fondo del corazón: “iOh
mi Dueña querida! Por Ti emprendo esta labor, acepto este aposto-
lado, ejerzo este ministerio, acepto esta prueba, soporto esta contra-
riedad, sufro esta pena o esta injuria; por Ti este día que comienzo,
por Ti esta Misa, esta Comunión, el recogimiento de esta acción de
gracias; por Ti esos casos imprevistos, esos estorbos, esos retardos de
un trabajo urgente; por Ti esta enfermedad ... “

2. Espíritu de celo.
Un celo ilustrado y santamente audaz. En el punto en que es-
tamos, un esclavo de María no puede contentarse con servir y
glorificar a su Soberana como si estuviera solo en el mundo. Él
debe irradiarla lo más que pueda en torno suyo.

“No hay que permanecer ociosos, recomienda Montfort, sino que


apoyados en la protección de María, es preciso emprender y reali-
zar grandes cosas para esta augusta Soberana”.
(Esclavitud Mariana Cap. 8).

OBRAR EN MARIA.
Quiere decir: Íntima Unión, y de esta manera el Santo Espíri-
tu obrará mejor en nosotros y reproducirá la imagen de Jesús.
Para explicar esta práctica interior, es oportuno considerar una

215
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

frase que tiene el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santí-


sima Virgen (No. 20) y que puede darnos mucha luz; dice así:

“Cuanto más encuentre el Espíritu Santo a María, su querida e


indisoluble esposa, en un alma, tanto más actúa y se manifiesta
poderoso, para producir a Jesucristo en ella”

Esta práctica, habla de la presencia de Jesús y de María en las


almas; la de María, como una condición necesaria para que la
acción del Espíritu Santo sea más fecunda. Por esta nueva infu-
sión de gracia, el Espíritu Santo nos hace más semejantes a Jesús
y nos incorpora más a Él, como un miembro a la cabeza de un
mismo cuerpo místico.

Puesto que la Virgen es el medio, por el cual, el Espíritu Santo


quiere valerse, -aunque hablando absolutamente, no tiene nece-
sidad de Ella-, es lógico que María deba encontrarse en el alma,
para que el divino Paráclito pueda obrar en Ella.

En resumidas cuentas, para hablar del obrar en María o íntima


unión con Ella, es preciso recordar:

1. Que la Santísima Virgen es el verdadero paraíso terrenal del


nuevo Adán. El antiguo paraíso era solamente una figura de
éste.

Hay en este paraíso riquezas, hermosuras, maravillas y dulzuras


inexplicables, dejadas en él por el nuevo Adán, Jesucristo. Allí
encontró Él sus complacencias durante nueve meses, realizó
maravillas e hizo alarde de sus riquezas con la magnificencia
de un Dios.

216
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Este lugar santísimo fue construido solamente con una tierra


virginal e inmaculada, de la cual fue formado y alimentado el
nuevo Adán, sin ninguna mancha de inmundicia, por obra del
Espíritu Santo que en él habita.

En este paraíso terrenal se halla el verdadero árbol de vida, que


produjo a Jesucristo, fruto de vida; el árbol de la ciencia del bien
y del mal, que ha dado la luz al mundo.

Hay en este divino lugar, árboles plantados por la mano de Dios,


regados por su unción celestial y que han dado y siguen dando
frutos de exquisito sabor.

Hay allí jardines esmaltados de bellas y diferentes flores de vir-


tud, que exaltan un perfume que embalsama a los mismos ángeles.

Hay en este lugar, verdes praderas de esperanza, torres inexpug-


nables de fortaleza, moradas llenas de encanto y seguridad, etc.

Sólo el Espíritu Santo puede dar a conocer la verdad que se


oculta bajo estas figuras de cosas materiales. Se respira el aire
incontaminado de pureza sin imperfección; brilla el día hermo-
so y sin noche, de la santa humanidad; irradia el sol hermoso y
sin sombras, de la divinidad; arde el horno encendido e inextin-
guible de la caridad en el que el hierro se inflama y transforma
en oro; corre tranquilo el río de la humildad, que brota de la
tierra y, dividiéndose en cuatro brazos, riega todo este delicioso
lugar: son las cuatro virtudes cardinales.

217
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

2. El Espíritu Santo, por boca de los Santos Padres, llama tam-


bién a María:

‘’La Puerta Oriental, por donde entra al mundo y sale de él el


Sumo Sacerdote”.

Jesucristo: por ella entró la primera vez y por ella volverá la se-
gunda.

“El Santuario de la Divinidad, la mansión de la Santísima Tri-


nidad, el trono de Dios, el altar y el templo de Dios, el mundo de
Dios”.

Epítetos y alabanzas son ciertos, cuando se refieren a las diferen-


tes maravillas y gracias que el Altísimo ha realizado en María.
¡Qué riqueza! ¡Qué gloria! ¡Qué placer! ¡Qué dicha! Poder en-
trar y permanecer en María, en quien el Altísimo colocó el tro-
no de su gloria suprema.

Pero, qué difícil es, a pecadores como nosotros, obtener el per-


miso, capacidad y luz suficientes para entrar en lugar tan excel-
so y santo, custodiado ya no por un querubín como el antiguo
paraíso terrenal, sino por el mismo Espíritu Santo, que ha to-
mado posesión de él y dice: «Un jardín cercado es mi hermana,
mi esposa; huerto cerrado, manantial bien guardado».

¡María es jardín cercado! ¡María es manantial sellado! Los mi-


serables hijos de Adán y Eva, arrojados del paraíso terrenal, no
pueden entrar en este nuevo paraíso, sino por una gracia excep-
cional del Espíritu Santo, que ellos deben merecer.

218
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Después de haber obtenido, mediante la fidelidad, esta gracia


insigne, es necesario permanecer en el hermoso interior de Ma-
ría con alegría, descansar allí en paz, apoyarse en él confiada-
mente, ocultarse allí con seguridad y perderse en él sin reserva,
a fin de que, en este seno virginal:

t5FBMJNFOUFODPOMBMFDIFEFMBHSBDJBZNJTFSJDPSEJBNBUFSOBM
de María.
t5FMJCFSFTEFUPEBUVSCBDJØO UFNPSZFTDSÞQVMP
t5FQPOHBTBTBMWPEFUPEPTUVTFOFNJHPTEFNPOJP NVOEPZ
carne, que jamás pudieron entrar en María. Por esto dice Ella
misma: «Los que trabajan en mí no pecarán», esto es, los que
Permanecen espiritualmente en la Santísima Virgen, no come-
terán pecado considerable.
t5FGPSNFTFO+FTVDSJTUPZ²MTFBGPSNBEPFOUJ1PSRVF FMTFOP
de María, dicen los Padres, es la sala de los sacramentos divinos,
donde se ha formado Jesucristo y todos los elegidos: «Uno por
uno, todos han nacido en Ella» (Tratado de la Verdadera devo-
ción 261-264).

Ventajas del obrar en María:


t4FOUJNJFOUPEFQB[ZTFHVSJEBE&WJEFOUFNFOUF IBZVOBHSBO
diferencia entre el hijo que reside real y corporalmente en el
seno de su Madre y el esclavo de amor que reside moral y espi-
ritualmente en María.
Las ventajas que se desprenden para el primero son de certeza
física; pero el esclavo de amor, sólo goza de certeza moral, y eso,
en el supuesto que persevere en esta dependencia, a la cual es
fácil sustraerse por infidelidad a la gracia.

Pero dada esta fiel dependencia, el alma puede morar placente-

219
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ramente en el seno de María, reposar ahí en perfecta paz, apo-


yarse con confianza y ocultarse con seguridad y perderse ahí
sin reserva.
Cuatro efectos:

1. El alma es alimentada copiosamente por María, con la leche


de su gracia y misericordia maternal.

2. El alma se verá libre de turbaciones, temores y escrúpulos,


que son absolutamente incompatibles con el estado de infancia
espiritual así comprendido.

3. El alma gozará de completa seguridad contra todos sus ene-


migos: el mundo, el demonio y el pecado, que jamás tendrán
cabida en María.

4. El alma, ahí, en María, es formada en Jesucristo y Él en ella.


(Esclavitud Mariana Cap. IX. Lit.B).

PRÁCTICA: Recitare la coronilla de la Santísima Virgen María


propuesta por San Luis Grignion de Montfort

“Jesús, viendo a su madre y junto a ella al díscipulo a quién amaba,


dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dice al discipulo:
hay tienes a tu madre y desde aquella hora el discipulo la acogió en su casa ”
(Juan 19, 26 - 27 )

220
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 26:

María en las Escrituras


“Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron
dichas de parte del señor”
(Lucas 1, 45)

L
a Santísima Virgen María es la mujer con la cual se abre la
promesa en la antigua alianza (Gn 3,15) y con la cual cie-
rra Simeón la antigua profecía (Lc 2,25-35). Conozcamos
a la luz de las escrituras su vida, para que nos enamoremos cada
día más de ella y defendamos nuestra fé.

ANTIGUO TESTAMENTO
Génesis 3, 15 : “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu
linaje y su linaje, el te pisará la cabeza, mientras tú acechas su
calcañal”.

En esta primera profecía, esta involucrada por primera vez y en


forma misteriosa “la mujer” que estará en perenne lucha contra
el enemigo del hombre y sus huestes y con ella la gran promesa:
Su linaje o descendencia derrotará a la serpiente antigua pisán-
dole la cabeza, cuando a una serpiente se le pisa la cabeza se
le despoja de todo poder y se le reduce a la impotencia, esto
comenzará por esta “mujer”.

Isaías 7, 14: “Pues bien el SEÑOR mismo va a daros una señal:

221
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

He aquí la virgen está encinta y va a dar a luz un hijo y le pondrá


por nombre EMMANUEL”.

El Profeta Isaías en esta profecía Mesiánica por excelencia va


ampliar los datos sobre la Mujer del Génesis 3, 15. Esta Mujer
va a ser Virgen y va a dar a luz un hijo varón en su Virginidad.
El único signo dado a Israel para reconocer al MESÍAS es que
nacería de una madre virgen.

Miqueas 5, 2: “Por eso si YAVEH los abandona es solo por un


tiempo hasta que aquella que debe dar a luz tenga a su hijo, en-
tonces volverán a Israel los desterrados”. El profeta Miqueas nos
vuelve a hablar de la mujer esperanza de Israel y que al traer al
MESÍAS pondrá fin al cautiverio de Israel.

NUEVO TESTAMENTO:
San Lucas 1, 26-38: canto del Magníficat: “El ángel le dijo Alé-
grate llena de gracias. María lleva en ella al mismísimo DIOS del
universo, siendo ella el resumen del Pueblo de DIOS.”

Cómo podré ser madre si no tengo relación con ningún hom-


bre? María estaba prometida en matrimonio y este debería efec-
tuarse en menos de seis meses, lo más común seria que ella re-
lacionara esto con su futuro enlace, mas al contrario reacciona
con sorpresa, como si esto fuera lo último en su pensamiento.
En la obediencia de María se comienza a cumplir la profecía de
Génesis 3, 15.

San Lucas 1, 39-49: La visitación de María a Isabel: Al oír Isa-


bel la salutación de María, la criatura saltó en su vientre e Isabel
fue llena de ESPÍRITU SANTO. Notar que Isabel fue llena del

222
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ESPÍRITU NO al entrar en contacto con JESÚS, sino al escu-


char la voz de María, esto nos muestra a una María no solo
llena del ESPÍRITU SANTO, sino también dando el ESPÍRITU
SANTO o transmitiendo el ESPÍRITU SANTO a quien se acer-
ca a ella.

“Bendita tu entre todas las mujeres” María derrotó con su SÍ al


enemigo de todos los hombres, por eso no es solo bendita en las
tiendas de Israel, sino Entre todas las mujeres. “De donde a mí,
que la Madre de mi SEÑOR venga a visitarme?”.

Isabel llena del ESPÍRITU SANTO, GARANTÍA DE INE-


RRANCIA, O SEA ES EL MISMO ESPÍRITU el que habla por
boca de Isabel, llama a María, “Madre de ADONAI” o sea Madre
de DIOS. “En adelante todas las generaciones me llamaran Bien-
aventurada”, esto es lo que hace la Iglesia, llamar Bienaventura-
da a María por todas las generaciones. “María permaneció con
ella unos tres meses y se volvió a su casa” San Lucas al decir que
María se quedo tres meses en casa de Isabel pone a María en
similitud con el Arca de la Alianza, María es el Arca de la Nueva
Alianza que lleva en su seno al Salvador de todas las edades.

Mateo 1, 20-24: Los Desposorios con José: “José, hijo de David,


no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado
en ella es del Espíritu Santo”

Lucas 2,1-21: El Nacimiento de Jesús: “mientras estaban allí se


cumplió el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo
envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no encon-
traron sitio en la posada”

223
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Lucas 2, 22 - 38: La presentación en el templo: “Simeón dijo a


María que una espada de dolor le atravesaría el pecho, para que
sean manifestados los pensamientos de muchos corazones”.
Mateo 2, 13-23: La huída a Egipto: Un ángel del Señor se le
apareció en sueños a José y le dijo: “levántate, toma al niño y a
su madre y huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise,
porque Herodes busca al niño para matarlo”

Lucas 2, 41-52: La pérdida y hallazgo de Jesús: “Al verlo, se que-


daron maravillados y su madre le dijo: “hijo: ¿por qué has hecho
esto? Tu padre y yo te hemos buscado muy angustiados”

Lucas 2,51: La vida de familia en Nazareth: “Bajó con ellos a


Nazaret, y vivía sujeto a ellos, su Madre conservaba cuidadosa-
mente todas las cosas en su corazón.”

San Lucas nos habla mas que ninguno de la personalidad de


María y de su relación con su hijo. Guardaba CUIDADOSA-
MENTE todas las cosas en su corazón. Hermoso corazón de
María!, María una mujer de fina espiritualidad, una mujer de
contemplación, una mujer de detalles, una mujer enamorada
de DIOS y de su Hijo, una mujer de gran profundidad y de gran
silencio, que es donde habla DIOS. “Ayer, hoy y siempre” JE-
SÚS estaba bajo la Ley del cuarto mandamiento “Honrar Padre
y Madre”, JESÚS no podía transgredir la ley, pues no podía pe-
car. Por lo tanto, JESÚS honraba a su Padre DIOS, y a su madre
María, si quieres imitar a JESÚS haz lo mismo adora a DIOS y
honra a María, te aseguro que así complaces a JESÚS.

Juan 2, 1-11: Las Bodas de Caná: María es la Mujer que a pesar


de la magnitud de su misión y de la honra de ser la “Escogida de

224
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

DIOS” está atenta a las necesidades de los hombres. Las pala-


bras de María en este contexto constituyen el “Evangelio de Ma-
ría” y son las únicas palabras dirigidas a los Hombres “Haced lo
que Él les diga” Quienes quieran agradar a María debe hacer la
voluntad de JESÚS. María es la mujer pendiente de las necesi-
dades de los hombres para pedir por ellos a su hijo.

Mateo 12, 46-50: La vida pública de Jesús: “Y uno le dijo: “tu


madre y tus hermanos están afuera y quieren hablar contigo”.

El término hermano no implica que fueran hijos de María; ya


que en primer lugar los mismos nunca son llamados en la biblia
hijos de María y en segundo lugar el término hermano en la
biblia se utiliza también para nombrar a parientes cercanos.

Lucas 11, 27-28: Alabanza tributada a María: “Mientras decía


esto, una mujer de entre la gente gritó: “dichoso el vientre que te
llevó y los pechos que te amamantaron”

Juan 19, 25-27: “María al pie de la cruz sabiendo JESÚS que


ya todo se había cumplido”, da a María como madre a Juan,
cumpliéndose la profecía de Génesis 3, 15. Al pie de la cruz los
hombres en Juan reciben a María como Madre, aquí comienza
el ciclo donde los “Hijos de la mujer” lucharán con la serpiente
antigua y la vencerán.

Hechos 1, 14: María en Pentecostés: En el escenario encontramos


las listas de los Apóstoles que estaban en continua oración y San Lu-
cas nos dice que junto a estos había un grupo de Mujeres y María, lo
cual da un indicio del lugar de honra en que ya sé tenia a la Madre
de CRISTO en la Iglesia Primitiva. Luego entonces a partir de este

225
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

momento María fue acogida por los Apóstoles como propiedad


de ellos y a través de los apóstoles por la Iglesia Católica.
Gálatas 4, 4-5: Presencia de María en el nacimiento de Jesús:
“Pero cuando llegó la plenitud de los tiempos, DIOS envió a su
Hijo, el cual nació de mujer y fue sometido a la Ley”. Pablo no
habla del comienzo del gran misterio, la “Plenitud de los tiem-
pos”…” Cuando llegó la Plenitud de los tiempos…”, no se refiere
a la llegada del MESÍAS pues el MESÍAS llega por haber estado
los tiempos ya plenos… misterio de DIOS. No lo sabemos, pero
lo que sí sabemos es que esta plenitud está ligada de nuevo a la
“Mujer” de la cual va a nacer el MESÍAS.

Apocalipsis 12, 1-18: María glorificada: María, mujer que


cumple la esperanza y el motivo de ser de Israel, nos aparece co-
ronada por las doce estrellas, símbolo de las doce tribus, como
Israel mismo, como el Sueño de José, que salvó a Israel (Gn 37,
9-11), después de parir al Hijo Varón (María es la única que
cumple esta misión en la Historia).
Es en ella donde DIOS sale al encuentro de su pueblo, donde
nos alimenta, donde nos amonesta, donde nos prepara para la
promesa, luego entonces María se refugia en la Iglesia donde
debe esperar el final de los tiempos, significados aquí por los
“Tiempos” que nos recuerdan al profeta Daniel.
Nos recuerda la “enemistad entre ti y la mujer” del Génesis.
Nunca como en nuestros días se le está haciendo la guerra a la
Madre del Salvador, lo cual concuerda con esta profecía. Tam-
bién se nos dice que al no poder hacer nada a la mujer se lan-
zará contra los hijos de la Mujer o sea el demonio está en lucha
contra los hijos de la mujer (de María) pues sabe que ellos tie-
nen poder para derrotarlo. Poder que emana del Nombre y de
la Cruz de JESÚS y que son identificados como hijos de María

226
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

en la Fe y que según este versículo somos los que guardamos


la Palabra de DIOS. Aquí vemos la importancia de esta Mujer,
orgullo de la raza humana en el plan de la Salvación, desde el
Génesis hasta el Apocalipsis.

OTRAS CITAS BIBLICAS PARA TENER EN CUENTA


Virginidad de María:
tSiempre Virgen (Is 7,14) y si una señal pierde su sentido deja
de ser tal.
tNo se podía tocar lo que era posesión de Yahvé: (Ex 3,5), el
lugar que pisas santo es. (Ex 19,10-14) Guardaos de tocar el monte
pues morirán. En el arca de la alianza (2 S 6,2-8) Uzal amigo de
David tocó el arca y murió.
José no podía tener relaciones con María porque moriría.
tDescendió sobre ella (Lc 1,35) el poder del altísimo la cubrió con
su sombra.
tPórtico cerrado (Ez 44, 2) por que por él ha pasado Yahvé.
tLa palabra mujer virgen (Jc 11,34-40).
tEl ángel le habla a José de María no como su mujer si no como
la madre del niño (Mt 2,13). En comparación con Lot el ángel le
manda a que tome a su mujer (Gn 19,5).
t Los judíos comprometían a sus hijos desde pequeños para el
matrimonio y cuando se casaban duraban un año sin vivir juntos.
(Dt 22,20).
tEl hasta y el antes indican una condición anterior no posterior.
Naical no tuvo más hijos hasta el día de su muerte (2 S 6,23)
Reina del Cielo:
tHe aquí la esclava del señor, hágase en mi según tu palabra
(Lc 1,38)
tJesús es heredero del reino de David (Lc 1,32).
tLa madre del rey tomo asiento a su derecha (1 R 2,19)
tJesús ante Pilatos confirma que es rey (Jn 18,37)
tTu descendencia saldrá de las entrañas (2 S 7,11) y en (2 S

227
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

7,16) tu reino permanecerá para siempre.


Entonces María también es descendencia de David.
Madre de Dios:
tIsabel la llama Madre de mi Señor (Lc 1,43) Señor es igual a
Adonai o sea madre terrenal de Dios.
tDios envío a su hijo el cual nació de mujer (Ga 4,4)
Inmaculada Concepción:
El ángel llama a María Kecharitomene que es igual a Llena de
Gracia o sea la sin pecado.
tMaría se declara salva (Lc 1,46) me alegro en Dios que me salva.
María está viva:
t Dios es un Dios de vivos y no de muertos (Lc 20,38). Las
almas claman justicia (Ap 6,9-11). Las oraciones de los santos
en el cielo (Ap 8,3).
Fue asunta al cielo:
tComo Enoc (Gn 5,24) y Elías (2 R 2,11).
Nacimiento en Belén:
tDará a luz al Mesías de Israel (Mi 5,2)
tDe ti saldrá un caudillo que apacentará al pueblo de Israel (Mt 2,6)
No tuvo más hijos:
tLa palabra hermanos en hebreo es igual a parientes.
tAbraham llama hermanos a Lot cuando la biblia nos dice que
eran tío y sobrino.(Gn 13,8) y (Gn 12,5)
tLabán es pariente de Jacob (Gn 29,13) y (Gn 29,15)
tSe llama hermanos a Misael, Elisafán, Nadab y Abihú cuando
en realidad eran primos. (Lv 10,1-5)
tSantiago y José son hijos de otra María (Mc 15,40) y (Jn 19,25),
(Mt 13,55-56) y (Mt 27,56)tSimón y Judas son seguidores del
maestro (Hch 1,13)

228
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Se reza el Rosario:
Así como Jesús en (Mc 14,39) dice que se alejó repitiendo las
mismas oraciones.

Santidad de María:
tMaría fue testigo de los hechos narrados en el evangelio (Lc 1,1-2)
tAplasta la serpiente (Gn 3,15)
tSe encontraba en continua oración (Hch 1,14)
tGuardaba todo en su corazón (Lc 2,51)
tMaría da el Espíritu Santo (Lc 1,39-49) al escuchar la voz de
María.
tIsabel la compara con Yael (Jc 5,24) bendita entre las mujeres.
tDigna de alabanza (Pr 31,30)

María Arca de la nueva alianza:


tSe relaciona con los tres meses que estuvo donde su prima (Lc
1,56) y los tres meses donde estuvo el arca donde Obedeon (2 S
6,11). María llevo en su seno al salvador

María Unida a la Trinidad:


tEscogida por Dios (Lc 1,30)
tJesús tomo carne en su vientre (Jn 1,14)
tEl Espíritu Santo encarnó a Jesús (Lc 1,35)

PRÁCTICA: Pediré a la Santísima Virgen María que me de un texto


de la Sagrada Escritura, con el cual pueda identificar mi vida y me
permita reflexionar, sobre la importancia de consagrarme a la madre
de Dios, para así realizar durante toda mi vida una consagración total.

“Cuando el Espíritu Santo encuentra a María en un alma, se siente atraído


irresistiblemente hacia ella y en ella hace su morada”
San Luis María Grignión de Montfort

229
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Cuarta Parte

Tema: Conocimiento de Jesucristo

D
urante este período nos emplearemos en estudiar a Je-
sucristo. ¿Qué se tiene que estudiar de Jesucristo?

Primero: El Hombre-Dios, su gracia y gloria; después sus dere-


chos en el dominio soberano sobre nosotros; ya que, habiendo
renunciado a Satanás y al mundo, tomamos a Jesucristo como
nuestro Señor.

Segundo: Su vida interior; las virtudes y los actos de su Sagrado


Corazón; su asociación con María y los misterios de la Anun-
ciación y Encarnación. Durante su infancia y vida oculta en la
fiesta de las bodas de Caná y en el Calvario...

(Preparación para la consagración total ‘Sociedad Internacional


Grignión de Montfort’.).

230
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 27:

El Misterio de La Encarnación
“Dios envió a su hijo el cuál nació de mujer”
(Gálatas 4, 4)

S
e anonada la razón humana, si reflexiona seriamente en la
conducta de la Sabiduría encarnada, que no quiso -aun-
que hubiera podido hacerlo- entregarse directamente a
los hombres, sino que prefirió comunicárseles por medio de la
Santísima Virgen; ni quiso venir al mundo a la edad del varón
perfecto, independiente de los demás, sino como niño pequeño
y débil, necesitado de los cuidados y asistencia de una Madre.

Esta sabiduría infinita, inmensamente deseosa de glorificar a


Dios, su Padre y salvar a los hombres, no encontró medio más
perfecto y corto para realizar sus anhelos, que someterse en
todo a la Santísima Virgen, no sólo durante los ocho o quince
primeros años de su vida, como los demás niños, sino durante
treinta años. ¡Y durante este tiempo de sumisión y dependencia
glorificó más al Padre, que si hubiera empleado esos años en
hacer milagros, predicar por toda la tierra y convertir a todos
los hombres! ¡Oh! ¡Cuán altamente glorifica a Dios, quien, a
ejemplo de Jesucristo, se somete a María!.

Teniendo pues, ante los ojos, ejemplo tan claro y universalmen-


te conocido, ¿seríamos tan insensatos, que esperemos hallar

231
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

medio más eficaz y rápido para glorificar a Dios, que no sea el


someternos a María a imitación de su Hijo divino? (Tratado de
la verdadera devoción a María Santísima)
Los que abracen esta devoción, profesarán singular devoción al
gran misterio de la Encarnación del Verbo, el 25 de marzo. Este
es, en efecto, el misterio propio de esta devoción, puesto que ha
sido inspirada por el Espíritu Santo:

1. Para honrar e imitar la dependencia inefable que Dios Hijo


quiso tener respecto a María, para gloria del Padre y para nues-
tra salvación. Dependencia que se manifiesta de modo especial
en este misterio en el que Jesucristo se hace prisionero y esclavo
en el seno de la excelsa María, en donde depende de Ella en
todo y para todo.

2. Para agradecer a Dios las gracias incomparables que otorgó


a María y especialmente, el haberla escogido por su dignísima
Madre: elección realizada precisamente en este misterio.

Estos dos son los fines principales de la esclavitud a Jesús en


María.

Observa que digo ordinariamente: el esclavo de Jesús en María.


En verdad se puede decir, como muchos lo han hecho hasta
ahora: el esclavo de María, la esclavitud de la Santísima Virgen.
Pero creo que es preferible decir: el esclavo de Jesús en María,
como lo aconsejaba M. Tronson, Superior General del Semina-
rio de San Suplicio, renombrado por su prudencia y su consu-
mada piedad, a un clérigo que le consultó sobre este particular.
Las razones son éstas:

232
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

1. Vivimos en un siglo de orgullosos, en el que gran número de


sabios engreídos, presumidos y críticos hallan siempre algo que
censurar hasta en las prácticas de piedad mejor fundadas y más
sólidas. Por tanto, a fin de no darles ocasión de crítica, vale más
decir: “la esclavitud de Jesucristo en María” y llamarse “esclavo
de Jesucristo” que “esclavo de María”, tomando el nombre de esta
devoción preferiblemente de su fin último, que es Jesucristo, y
no del camino y medio para llegar a la meta, que es María. Sin
embargo, se puede, en verdad, emplear una y otra expresión,
como yo lo hago.

2. El principal misterio que se honra y celebra en esta devoción


es el misterio de la Encarnación. En él Jesucristo se halla pre-
sente y encarnado en su seno. Por ello, es mejor decir la “escla-
vitud de Jesús en María”, de Jesús que reside y reina en María,
según aquella hermosa plegaria de tantas y tan grandes almas:
“¡Oh Jesús, que vives en María, ven a vivir en nosotros con tu es-
píritu de santidad, con la plenitud de tu poder, con la perfección
de tus caminos, con la comunión de tus misterios!” ¡Domina en
nosotros sobre todo poder enemigo, con tu Espíritu Santo, para la
gloria del Padre! Amén”.

3. Esta manera de hablar manifiesta mejor la unión íntima que


hay entre Jesús y María. Ellos se hallan íntimamente unidos,
que el uno está totalmente en el otro: Jesús está todo en María y
María toda en Jesús, o mejor, no vive Ella sino Jesús en Ella. An-
tes separaríamos la luz del sol que a María de Jesús. De suerte
que al Señor se le puede llamar “Jesús de María” y a la Santísima
Virgen, “María de Jesús”.

El tiempo no me permite detenerme aquí para explicar las ex-

233
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

celencias y grandezas del misterio de Jesús que vive y reina en


María, es decir, de la Encarnación del Verbo. Me contentaré con
decir en dos palabras:
t2VFÏTUFFTFMQSJNFSNJTUFSJPEF+FTVDSJTUP FMNÈTPDVMUP FM
más elevado y menos conocido.

t2VFFOFTUFNJTUFSJP +FTÞTFOFMTFOPEF.BSÓBBMRVFQPSFMMP
denominan los santos la sala de los secretos de Dios- escogió de
acuerdo con Ella a todos los elegidos.

t2VFFOFTUFNJTUFSJPSFBMJ[ØZBUPEPTMPTEFNÈTNJTUFSJPTEF
su vida, por la aceptación que hizo de ellos:
Por eso, al entrar Cristo al mundo dice: “Mira, aquí vengo; aquí
estoy para cumplir tu voluntad” (Hb 10, 5-9)...

t2VFFTUFNJTUFSJPFT QPSDPOTJHVJFOUF FMDPNQFOEJPEFUPEPT


los misterios de Cristo y encierra la voluntad y gracia de todos
ellos.

t: QPSÞMUJNP RVFFTUFNJTUFSJPFTFMUSPOPEFMBNJTFSJDPSEJB 


generosidad y gloria de Dios:

Es el trono de la misericordia divina para con nosotros, porque


no podemos acercarnos a Jesús sino por María, no podemos ver
ni hablar a Jesús sino por María.

Es el trono de la generosidad, porque mientras Jesús, nuevo


Adán, permanece en María -su verdadero paraíso terrestre-,
realizó en él ocultamente tantas maravillas, que ni los ángeles ni
los hombres alcanzan a comprenderlas; por ello, los santos lla-
man a María la magnificencia de Dios, como si Dios sólo fuera

234
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

magnífico en María.

Es el trono de gloria que Jesús tributa al Padre, porque:


En María aplacó Él perfectamente a su Padre irritado contra los
hombres; en Ella reparó perfectamente la gloria que el pecado
le había arrebatado; en Ella, por el holocausto que ofreció de su
voluntad y de sí mismo, dio al Padre más gloria que la que le ha-
bían dado todos los sacrificios de la Ley antigua; y, finalmente,
en Ella le dio una gloria infinita, que jamás había recibido del
hombre.
(Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen).

PRÁCTICA: Recitar 14 ave marías en honor a los años de la


Virgen María, cuando el verbo de Dios se encarno en su vientre.

“Y la palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos


contemplado su gloria, gloria que recibe del padre como ungénito, lleno de
gracia y de verdad ”
(Juan 1, 14 )

235
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 28:

El Misterio del Nacimiento,


Vida, Pasión, Muerte y
Resurrección de Jesús
“Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios,
aquel que es, que era y que va a venir, el todo poderoso”
(Apocalipsis 1, 8 )

E
l fin y principio de todas nuestras demás vocaciones no
puede ser otro que Jesucristo nuestro Salvador y verda-
dero Dios y verdadero hombre; de lo contrario todas es-
tas devociones serían falsas e ilusorias. Jesucristo es el alfa y
la omega, el principio y el fin de todas las cosas. Él es el único
maestro que ha de enseñarnos, el único Señor de quien debe-
mos aprender, la única Cabeza a quien debemos estar unidos, el
único modelo al que debemos conformarnos, el único Médico
que ha de curarnos, el único Pastor que nos ha de guiar, el único
camino que ha de conducirnos, la única verdad que debemos
creer, la única vida que nos ha de vivificar, e único Todo que en
todas las cosas nos debe de bastar.
(Tratado de la verdadera Devoción a la Santísima Virgen)

Los siguientes pasajes bíblicos nos darán un conocimiento claro


de los hechos que rodearon el nacimiento, vida, pasión, muerte
y resurrección de Jesús para que cada día lo amemos y nos acer-
quemos más a Él:

236
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Nacimiento de Jesús: Jesús en Galilea:


Lc 2, 1-7 Mt 4, 12-17

Anuncio de los pastores: Llamada a nuevos discípulos:


Lc 2, 8-14 Mt 4, 18-22

Adoración de los Pastores: Elección de los doce:


Lc 2, 15-20 Mc 3, 13-19

Adoración de los Magos: Jesús envía a los primeros


Mt 2, 1-12 misioneros:
Mt 10, 15-16
Circuncisión:
Lc 2, 21 Fama creciente de Jesús:
Mt 4, 23-25
Presentación en el templo:
Lc 2, 22-35 Transfiguración del Señor:
Mt 17, 1-8
La profetisa Ana: Luc 2, 36-
38 Entrada triunfal a Jerusalén:
Mt 21, 1-10
Huida a Egipto:
Mt 2, 13-16 Institución de la Eucaristía:
Lc 22, 19-20
Regreso a Nazaret:
Lc 2, 39 Oración y agonía en el huer-
to:
Bautismo de Jesús: Lc 22, 39-46
Mt 3, 13-17
Pasión y muerte de Jesús:
Ayuno y tentaciones de Je- Jn 18 y 19
sús: Mt 4, 1-11
Resurrección y apariciones:
Los primeros discípulos de Jn 20 y 21
Jesús:
Jn 1, 35, 51

237
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Cristo no vivió su vida para si mismo sino para nosotros, desde


su encarnación fue para nuestra salvación, hasta su muerte, que
fue por nuestros pecados y todavía ahora en nuestro abogado
cerca del Padre. Toda la vida de Jesús un modelo para nosotros,
con su comportamiento nos ha dado un ejemplo de imitar. Con
su oración nos invita a la oración, y con su pobreza nos anima
a aceptar las privaciones. La venida del Hijo de Dios a la tierra
es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo
durante siglos por medio de los profetas, nació en un establo,
de una familia pobre, y fue visitado por pobres pastores. En la
circuncisión Jesús acepta pertenecer a la descendencia de Abra-
ham y en la Epifanía ante los Magos aparece como el salvador
del mundo.

En la presentación en el templo, lo presenta como el primogé-


nito que está consagrado al Señor. La huída a Egipto manifiesta
la oposición del reino de las tinieblas contra el reino de la luz.

La vida oculta es como la de la mayoría de los seres humanos,


sin aparente importancia, vida de trabajo manual, con la obe-
diencia a José y a María, Jesús cumple a la perfección el cuarto
mandamiento.

Jesús hallado en el templo, es el único hecho de su infancia en el


cual se le oyen las palabras en el evangelio: ¿No sabían que debo
dedicarme a los asuntos de mi Padre?

En el bautismo de Jesús, aparece la vos del Padre declarándolo


su hijo muy amado, y Espíritu Santo en forma de paloma. Es
como la segunda Epifanía o manifestación pública de Jesús. Al
ser bautizado se abrieron los cielos (Mt 3,16) porque el pecado

238
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

de Adán los había cerrado.

Las tentaciones de Jesús fueron ataques semejantes a los que


recibieron Adán en el paraíso y el pueblo de Israel en el desierto.
Adán y el pueblo fueron desterrados por Satanás, pero Jesús en
cambio derrotó al diablo, y se mostró como el que es totalmente
obediente a la voluntad divina.

Jesús y los pobres. Declaró que fue enviado a anunciar la bue-


na noticia a los pobres. Declaró: “Dichosos los pobres porque de
ellos es el reino de los cielos”

Jesús y los pecadores. El acostumbraba a decir: “Yo no he venido


a llamar a justos sino a pecadores”. Los invita a la conversión sin
la cual no es posible entrar en el reino de los cielos.

Los milagros de Jesús. Para demostrar que si es un enviado del


Padre celestial, Jesús obró impresionantes signos y milagros.
Ellos son la comprobación de que Cristo si es el Masías o Sal-
vador anunciado por los profetas, y son la señal de que el Padre
Dios está en favor de Él, e invitan a creer en Jesús.

El poder de las llaves. Jesús eligió a 12 apóstoles para acompa-


ñarlo y colaborarle en su obra de evangelización. Y entre ellos
Simón Pedro ocupa el primer puesto. Él fue quien le dijo: “tu
eres el hijo del Dios vivo” ,y Jesús le respondió: “Tu eres Pedro y
sobre esta Piedra edificaré mi iglesia. Yo te daré las llaves del reino
de los cielos. Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo
que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.
Los pecadores fuimos autores de la Pasión de Cristo. Los cul-
pables de este horrendo crimen somos los que continuamos re-

239
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

cayendo en los pecados. Quienes siguen pecando, crucifican de


nuevo al hijo de Dios. (Hb 6,6).

Jesús fue crucificado para cumplir un plan de Dios. La muerte


violente del redentor no fu fue fruto de una serie de circuns-
tancias sino “el cumplimiento de un determinado plan hecho por
Dios”. Esto no significa que los autores de su pasión no sean
culpables o que no fueron libres de obrar de otra manera. Dios
permitió esos actos de la maldad de ellos, para realizar su plan
de salvación.
Murió por nuestros pecados. En esto conocemos el amor, no en
que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y
nos envió a su Hijo para perdón de nuestros pecados. No hay ni
habrá jamás una persona humana por la cual no haya muerto
Cristo.

La resurrección de Cristo. La resurrección de Jesús es la verdad


culminante, o la más elevada de nuestra fe. Es un aconteci-
miento real que tuvo manifestaciones históricas comprobadas.
San Pablo escribe: “yo recibí esta tradición: que Cristo murió por
nuestros pecados y que resucitó según las escrituras y se apareció
a Pedro y a los doce”.
Cristo al Resucitar dio la prueba definitiva de su autoridad divina.
(Nuevo catecismo católico explicado. Pg. 78-115)

PRÁCTICA: Rezaré el Santo rosario con mucha devoción pidién-


dole a la Santísima Virgen, que me ayude a meditar en el misterio
de la vida de Jesús.

“Pues en él vivimos, nos movemos y existimos”


(Hechos 17, 28)

240
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 29:

El Excesivo Amor de Dios


hacia nosotros
al compartirnos su Cruz
“Mirarán al que traspasaron”
(Juan 19, 37)

E
stas palabras parecen duras a muchos:” niégate a ti mis-
mo, toma tu cruz, y sigue a Jesús” (Mt 16,24). Pero mucho
más duro será escuchar aquella postrera palabra: “Apar-
taos de mi malditos, al fuego eterno” (Mt 25,41). Pues los que
ahora oyen y siguen de buena voluntad la palabra de la cruz, no
temerán entonces oír la palabra de la eterna condenación.

Esta señal de la cruz estará en el cielo, cuando el Señor vendrá


a juzgar.

Entonces todos los siervos de la cruz, que se conformaron en la


vida con el crucificado, se llegarán a Cristo juez con gran con-
fianza. Pues que así es, ¿por qué temes cargar la cruz, por la cual
se va al reino?

En la cruz esta la salud, en la cruz está la vida, en la cruz está la


defensa de los enemigos, en la cruz está la infusión de la suavi-
dad soberana, en la cruz está la fortaleza del corazón, en la cruz
está el gozo del espíritu, en la cruz esta la suma virtud, en la cruz

241
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

está la perfección de la santidad.

No está la salud del alma, ni la esperanza de la vida eterna, sino


en la cruz.

Toma, pues, tu cruz y sigue a Jesús, e irás a la vida eterna.

Él vino primero, y llevó su cruz y murió en la cruz por ti, por-


que tú también la lleves y desees morir en ella.

Porque si mueres juntamente con Él, vivirás con Él. Y si fueres


compañero de la pena, lo serás también de la gloria.

(De Tomás de Kempis, Imitación de Cristo, libro 2, capítulo 12)


Amor desbordante e incomprensible, la culpa de Adán en el ár-
bol del Edén se redime con el amor exagerado de Jesús en el
árbol de la cruz.

Cristo extiende sus brazos en la cruz y atrae en el amor a todos


hacia el “y yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré a
todos a mí” (Jn 12,32)

Dios es infinitamente misericordioso, dado al amor infinito a


todos los hombres de la humanidad. La entrega total de su hijo
divino, en un cruel despojo de su dignidad, quedo marcado,
en el significado central de la cruz que lo tiene colgado: Cristo
murió y resucito por todos. En la cruz se vislumbra el amor
gratuito y misericordioso de Dios.

Con razón decía el Papa Benedicto en su visita a Lourdes:


“Qué dicha es tener la cruz. Quien tiene la cruz posee un tesoro”

242
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El Papa Benedicto XVI en su encíclica<Dios es Amor>, nos


dice: “En su muerte en la cruz se realiza ese ponerse Dios contra
sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvar-
lo: esto es amor en su forma más radical. (1 Jn 4, 8).

“En esto consiste el amor de Dios: no en que nosotros hayamos


amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su
Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Jn 4,8). La Cruz es
el símbolo supremo del amor.

La misión de Jesús se evidencia misteriosamente, en revelar al


Padre eterno, que es amor. Por tal motivo, el señor se entrega a
una muerte de cruz, para consumar la manifestación del divino
amor en exceso indescriptible. Rompiendo todas las lógicas hu-
manas y sus juicios, para así instaurar una lógica divina con la
más grande sabiduría. Una lógica que ni los ángeles entienden,
pero que solo se desborda en su infinita misericordia.

Muchos no se explican, cómo un Dios tan omnipotente, con


todo su poder no nos pudo haber salvado de otra manera que
no fuera con tanto sufrimiento. Pero aun así, eligió la cruz para
conmover y estremecer los corazones de los pecadores; ha-
ciendo un modelo de cristiandad basado en la entrega total a
la voluntad de Dios, sin límite alguno, sobrepasando hasta el
sufrimiento más grande y aterrador. Hay sin embargo, quien se
quiere llamar cristiano, sin probar nada del sufrimiento.

¡El que no carga su cruz con amor, no es digno de llamarse cristia-


no! ¿Cómo hubiéramos creído en ese amor de Dios, sin la cruz?

En la pasión de Cristo se revela la potencia de caridad divina.

243
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Ahora bien, partiendo desde la escena de la última cena, el se-


ñor quiso que su muerte fuera la verdadera interpretación de la
plena obediencia y amor al padre: «es necesario que el mundo
conozca que yo amo al Padre y que obro [que le obedezco] como
él me ha mandado» (Jn 14,31). Amor y obediencia, dos factores
que recaen en la dinámica de la santidad, como respuesta a la
entrega sincera de todos los cristianos. Jesús en la cruz nos en-
seña que Él obedece al Padre infinitamente, «hasta la muerte, y
muerte de cruz» (Flp 2, 8), porque le ama infinitamente.

En efecto, el amor que Dios padre nos tiene, se expresa en el


misterio de la pasión de Cristo, pues «Dios demostró su amor
hacia nosotros en que, siendo todavía pecadores, Cristo murió
por nosotros» (Rm 5,8; Ef 2,4-5). «Tanto amó Dios al mundo que
le entregó a su Hijo único» (Jn 3,16); y el amor que Cristo le tiene
a los hombres, se deja ver con toda plenitud en la entrega ab-
soluta a una muerte de cruz por la salvación de nuestras almas.

Ciertamente, los hombres son capaces de dar su vida por el ser


amado. ¿Qué madre no se entrega por salvar a un hijo de sus
entrañas?, pero el amor de Dios supera hasta el amor de las
madres, él se entrega por todos, y en ese todo estaban aquellos
que lo escupían, lo ultrajaban, lo calumniaban. Ese es su amor
supremo. Al llegar a este punto, la cruz de Cristo nos enseña el
cómo ha de amarse a Dios y a los hombres. El amor que noso-
tros hemos de tener a Dios ha de ser, según él mismo nos ense-
ña: «con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas
y con toda tu mente» (Lc 10,27; Dt 6,5). Sin la cruz de Cristo
jamás se hubiera podido entender a plenitud, hasta donde se
puede llegar a dicha exigencia de este primer mandamiento.

244
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El amor que nosotros hemos de tener a los hombres, tampoco


hubiera podido ser conocido del todo por nosotros, sin el mis-
terio de la cruz. Nos dice Cristo: «habéis de amaros los unos a los
otros como yo os he amado» (Jn 13,34). ¿Y cómo nos ha amado
Cristo? Muriendo en la cruz para salvarnos. «No hay un amor
mayor que dar uno la vida por sus amigos» (Jn 15,14). Por tanto,
el sentido profundo del mandamiento segundo es muy claro:
Cristo «dio su vida por nosotros, y nosotros debemos dar nuestra
vida por nuestros hermanos» (1Jn 3,16).

San Francisco de Asís afirmaba: “Si quieres aprender anda ve y


contempla a Jesús crucificado”. Esta es la cátedra de los dos man-
damientos principales del evangelio.«Miradme crucificado. “Yo
os he dado ejemplo para que vosotros hagáis también como yo he
hecho” (Jn 13,15). Así tenemos que amar a Dios y obedecerle,
hasta dar la vida por cumplir su voluntad. Así mismo, tenemos
que amar a vuestros hermanos, hasta dar la vida por ellos.

Nos proponen los padres Montfortianos la necesidad de me-


ditar frecuentemente la pasión de nuestro señor Jesucristo, ya
que la falta de amor a él se traduce al descuido e ingratitud de
los hombres, que nos olvidamos fácilmente de todo aquello
que sufrió y padeció nuestro salvador en ese madero, por causa
nuestra.

San Gregorio escribe: “parece una locura cómo un Dios, que es


autor de la vida, ha querido morir por sus criaturas”. Y el mismo
San Pablo enseña a los Efesios que hemos de “vivir en el amor
como Cristo nos amó y se entregó por nosotros” (Ef 5, 2).

245
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

De esta manera nos ha purificado con su Sangre: “nos ama y nos


ha lavado con su Sangre de nuestros pecados” (Ap 1, 5).

Jesús se nos muestra colgado en una cruz, atravesado por tres


clavos, coronado por una corona de espinas, flagelado, casi des-
nudo, derramando su Sangre y agonizando entre enormes do-
lores. ¿Por qué será que Cristo se nos presenta en un estado tan
conmovedor? ¿Busca nuestra compasión? ¡Ciertamente que no!
Él lo que busca es que lo ames como él te amo. Él quiere que
entiendas que venció al infierno con su dolor por que te ama, y
no le importó nada, solo por verte salvo de las cadenas del pe-
cado. Dice el profeta Isaías: ‘Y con todo eran nuestras dolencias
las que Él llevaba y nuestros dolores los que soportaba”(Is 53,4).
Y en el versículo siguiente añade: “Él ha sido herido por nuestras
rebeldías, molido por nuestras culpas” (Is 53, 5).

¿Cuántas cosas somos capaces de hacer los hombres, por aque-


llo en que hemos puesto nuestro afecto? Y sin embargo, ¿qué
poco estamos dispuestos a hacer por un Dios de bondad infini-
ta que nos amó hasta la muerte en el patíbulo de la cruz?

Imitemos a San Pablo que decía: “Dios me libre de gloriarme si


no es en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo” (Ga 6, 14).

Y ¿qué mayor gloria puede haber que ser amado por un Dios que
llegó a dar su Sangre y su vida por cada uno de nosotros? Por
esto, todos cuantos tenemos fe hemos de preguntarnos ¿Cómo
es posible tener otro amor distinto al de Dios? ¿Cómo no amar-
le viendo sus pies y manos taladrados y soportando el peso de
todo su cuerpo Crucificado? ¿Cómo no nos sentiremos movidos
a amar a Jesús viéndole morir de dolor por nuestro amor?

246
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Toma pues tu cruz, acepta las penas que el Señor permite que
te sucedan y llegarás a la vida eterna. “Acostúmbrate a soportar
con valor las fatigas y penalidades, como un buen soldado de
Cristo” (2 Tm 2, 3).

Jesús marchó delante llevando su cruz, y en esa cruz quiso mo-


rir por ti, para que tú también lleves con valor y paciencia la
cruz de tus sufrimientos y en esa cruz quieras sacrificarte y ter-
minar tu vida.
Pues si con Él mueres, con Él resucitarás y vivirás, y siendo su
compañero en los padecimientos, lo serás también de su gloria.
Mira que toda la vida cristiana se resume en la cruz, que toda
la perfección espiritual se basa en negarse a sí mismo, y no hay
más camino para llegar a la vida y a la paz verdadera que este
camino de la santa cruz, de sufrir con paciencia y de mortifi-
carse a sí mismo. Efectivamente: unas veces sentirás dolor en
tu cuerpo, otras veces angustias espirituales en el alma; unas
veces parece como si Dios te hubiera abandonado; otras veces,
el prójimo pondrá a prueba tu paciencia; y lo que es peor toda-
vía, muchas veces serás pesada carga para ti mismo y no estarás
contento de lo que haces y de lo que eres.
Sin embargo no habrá manera de librarte enseguida de todo
esto, ni remedio que logre quitarte estos sufrimientos; no hay
consolación que logre acabar con tus penas, y no tendrás más
remedio que aguantar con valor hasta que Dios quiera.
Y Dios quiere que aprendas a sufrir sin consolaciones, que te
sometas enteramente a su Santa Voluntad que así permite que
suceda (1 Co 10, 13) y que aproveches las tribulaciones y con-
trariedades para llegar a ser más humilde (1 P 1, 6).

Si de buena gana llevas tu cruz, aceptando con paciencia los

247
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

sufrimientos de cada día, la cruz te llevará hacia el fin tan de-


seado, a la gloria de la otra vida, donde el padecer se acabará
para siempre.

Si llevas tu cruz de mala gana, renegando de tus sufrimientos,


de seguro que se te hará todavía más pesada esa carga y hallarás
otras cruces más.

Si otros sufren tantos y tan graves males y penalidades por ob-


tener bienes y honores de este mundo, ¿no deberías tú con ma-
yor razón sufrir con paciencia lo poco que tienes que sufrir por
amor a Cristo?

Cuanto más te mortifiques en tus pasiones, más vida tendrás


ante Dios. Porque no consiste nuestra perfección en gozar de
agradables consolaciones, sino en saber soportar con paciencia
y por amor a Dios las tribulaciones y penas que nos llegan.

PIENSA... en la vida de Cristo hubo cruz y martirio, ¿y tu quie-


res que la tuya sea descanso y gozo? (Imitación de Cristo, libro
II. Cap. 12).

Mientras más se ama, más se sufre por el ser amado; es por esto,
que el sufrimiento de Jesús fue infinito, pues su amor a los hom-
bres, no tiene fin. Además, sólo una redención de amor infinito,
podía reparar una falta infinita a Dios que es infinito. Este, es el
momento, para hacernos la pregunta que tantas veces se repitió
San Ignacio durante su vida: Cristo se entregó por mí… ¿yo que
he hecho por Él?

248
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

PRÁCTICA: Recitar 47 ave Marías en honor de los 47 años que


tenía la santísima Virgen María, cuando su hijo Jesús murió en
la Cruz y Ofreceré mis sufrimientos por la conversión mía, de mi
familia y la del mundo entero.

“Pues la predicación de la cruz


es una locura para los que se pierden;
más para los que se salvan
¡ Para nosotros! es fuerza de Dios”
(1 Corintios 1, 18)

249
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 30:

El Excesivo Amor de Dios


Manifestado en la Eucaristía
“Yo soy el pan vivo, bajado del cielo, si uno come de este Pan,
vivirá para siempre...El que como mi Carne y bebe mi Sangre,
Tiene vida eterna...permanece en mí y yo en él”
(Juan 6, 51- 56)

E
l Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el
fin. Sabiendo que había llegado la hora de partir de este
mundo para retornar a su Padre, en el transcurso de una
cena, les lavó los pies y les dio el mandamiento del amor (Jn
13,1-17). Para dejarles una prenda de este amor, para no alejarse
nunca de los suyos y hacerles partícipes de su Pascua, instituyó
la Eucaristía como memorial de su muerte y de su resurrección
y ordenó a sus apóstoles celebrarlo hasta su retorno, “constitu-
yéndoles entonces sacerdotes del Nuevo Testamento” (Concilio de
Trento).

La santa Misa es el Santo Sacrificio de Jesucristo en la Cruz que


se ofrece todos los días a Dios sobre el altar, por medio del sa-
cerdote y bajo las apariencias de pan y vino. “La mayor prueba
del amor de Jesús, no fue solamente su muerte en la cruz, Él podía
darnos más que su vida…”

La mayor locura del amor de Dios fue la incomprensible e inex-

250
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

plicable locura del don eucarístico…Este ideal de los dones


llevados hasta los límites del Poder del Todopoderoso, fue la
prueba soberana del Amor divino… ¡la última palabra del To-
dopoderoso Amor! ¡Los amó hasta el fin! (Mª. Teresa Dupouy).

La eucaristía es el mismo Jesucristo vivo y presente entre noso-


tros, su cuerpo, sangre y divinidad se hace eminente en el mo-
mento cuando el sacerdote consagra el pan y el vino en la santa
cena. Estos elementos sagrados se convierten en el cuerpo y
sangre del señor, la cual se le denomina como “transubstancia-
ción”, que significa “cambio de sustancia” donde el pan y el vino
se convierten realmente en la sustancia del cuerpo y sangre de
Jesucristo. Recibir la comunión es recibir al mismo JESUS. ¡Esto
es verdaderamente el más grande milagro! La eucaristía, como
lo asegura el papa León XIII, contiene “en una variedad de mi-
lagros, todas las realidades sobrenaturales”(Encíclica caritatis)
La Eucaristía nos alimenta maravillosamente con el pan de la
inmortalidad. Es el mismo señor quien se entrega como ali-
mento de vida para todos nosotros.

En este “sacramento admirable” nuestro señor Jesucristo, quiso


dejarnos el “memorial de su Pasión”. El sacramento de la eu-
caristía es una muestra sublime de los “beneficios del amor de
Dios para con nosotros”. Dios-hijo, quiso dejarnos esta prueba
de su amor, quiso quedarse con nosotros, realmente presente
bajo las especies del pan y del vino, para hacernos partícipes de
su Pascua.

Cabe aludir que la santa misa y el misterio de la cruz son un


mismo sacrificio, ya que es ofrecido un solo cuerpo y una sola
sangre: Jesucristo.

251
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Claro está, la manera de ofrecimiento es diferente: “cristo se


ofreció a sí mismo de manera cruenta (con derramamiento de
sangre), mientras que en la eucaristía se ofrece por el misterio
de los sacerdotes de modo incruento (sin derramamiento de
sangre).” Pero además de dicha diferencia, hay un factor común
en cada uno de los sacrificios: el excesivo amor de Dios hacia
los hombres.

LOS NOMBRES DEL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA:


EUCARISTÍA: Acción de gracias a Dios.
SANTO SACRIFICIO: porque actualiza el sacrificio de Jesús
en la cruz.
SANTÍSIMO SACRAMENTO: Porque es el más santo de todos
los sacramentos.
COMUNIÓN: Porque en este sacramento nos unimos a
Cristo que nos hace participar de su cuerpo y su sangre.
SANTA MISA: porque allí se realiza el misterio de la salvación
que termina con el envío de los fieles a tratar de cumplir cada
día la voluntad de Dios.

LA PRESENCIA REAL DE CRISTO


Cuando Jesús instituyó la Eucaristía tomó un pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo dio a los discípulos diciendo: “To-
mad, comed, esto es mi cuerpo” (Mt 26,26). En esta frase sor-
prende el realismo con que se identifica al sujeto “esto” (el pan)
con el predicado “mi cuerpo” (la persona de Jesús). Las palabras
de Jesús no dejan lugar a dudas. No se trata de una compara-
ción: esto es como mi cuerpo, sino de una afirmación real esto
es mi cuerpo.

El pan y el vino pierden en la Eucaristía su sentido natural como

252
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

alimento corporal y reciben un nuevo ser y un nuevo sentido.


Son signos- simbólicos reales de la presencia real y de la entrega
personal de Jesucristo. En los signos sensibles de pan y de vino,
se hace presente realmente Jesucristo, que se entrega por noso-
tros (CIC 1373-1381)

“Haced esto en memoria mía”


El mandamiento de Jesús de repetir sus gestos y sus palabras
“hasta que venga”, no exige solamente acordarse de Jesús y de
lo que hizo. Requiere la celebración litúrgica por los apóstoles y
sus sucesores del memorial de Cristo, de su vida, de su muerte,
de su resurrección y de su intercesión junto al Padre.

Recibir La Comunión

El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el sa-


cramento de la Eucaristía “En verdad, en verdad os digo: si no
coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no
tendréis vida en vosotros” (Jn 6,53).

Para responder a esta invitación, debemos prepararnos para


este momento tan grande y santo. San Pablo exhorta a un exa-
men de conciencia: “Quien coma el pan o beba el cáliz del Se-
ñor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Examínese, pues cada cual, y coma entonces del pan y beba del
cáliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y
bebe su propio castigo”(1 Co 11, 27-29) Quien tiene conciencia
de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Re-
conciliación antes de acercarse a comulgar.

Ante la grandeza de este sacramento, el fiel solo puede repetir

253
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión “Se-


ñor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
bastara para sanarme”.

FRUTOS DE LA COMUNIÓN:
t Acrecienta la unión con Cristo: “quién come mi Carne y bebe
mi Sangre, habita en mí y yo en él” (Jn 6,56.)

t'PSUBMFDFFM&TQÓSJUVLo que el alimento material produce en


la vida corporal, la comunión lo realiza de manera admirable en
la vida espiritual. La comunión conserva, acrecienta y renueva
la vida de gracia recibida en el Bautismo.

t4FQBSBEFMQFDBEP como el alimento sirve para restaurar la


pérdida de fuerzas, la Eucaristía fortalece la caridad, que en la
vida cotidiana, tiene a debilitarse, y esta caridad vivificada bo-
rra los pecados veniales. Cuanto más se participa en la vida de
Cristo y más se progresa en su amista, tanto más difícil será
romper con él por el pecado mortal.

t&OUSB×BVODPNQSPNJTPBGBWPSEFMPTEFNÈT para recibir en


la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregado por noso-
tros, debemos reconocer a Cristo en el prójimo, sobre todo en
los más pobres y necesitados.

tFortalece la unidad del Cuerpo místico. La Eucaristía hace a


la Iglesia. Los que reciben la Eucaristía se unen más estrecha-
mente a Cristo, por ello mismo, Cristo los une a todos los fieles
en un solo cuerpo que es la iglesia. La Comunión renueva, for-
tifica y profundiza la incorporación a la Iglesia realizada ya por
el Bautismo.

254
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

PENSAMIENTOS DE ALGUNOS SANTOS SOBRE LA EU-


CARISTÍA:
tEl santo cura de Ars, San Juan María Vianney:
“Si conociéramos el valor de La Santa Misa nos moriríamos
de alegría”.

“Sí supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuer-


zo tan grande haríamos por asistir a ella”.

“Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuan-


do va a Misa”.

“La Misa es la devoción de los Santos”.

t4BO"OTFMNP “Una sola misa ofrecida y oída en vida con devo-


ción, por el bien propio, puede valer más que mil misas celebradas
por la misma intención, después de la muerte.”

t4BOUP5PNÈTEF"RVJOP “La celebración de la Santa Misa tie-


ne tanto valor como la muerte de Jesús en la Cruz”.

t4BO'SBODJTDPEF"TÓT “El hombre debería temblar, el mundo


debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse profundamen-
te cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del
sacerdote”.

t4BOUB5FSFTBEF+FTÞT “Sin la Santa Misa, ¿qué sería de noso-


tros? Todos aquí abajo pereceríamos ya que únicamente eso pue-
de detener el brazo de Dios. Sin ella, ciertamente que la Iglesia no
duraría y el mundo estaría perdido sin remedio”.
En cierta ocasión, Santa Teresa se sentía inundada de la bondad

255
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

de Dios. Entonces le hizo esta pregunta a Nuestro Señor: “Señor


mío, “¿cómo Os podré agradecer?”

Nuestro Señor le contestó: “ASISTID A UNA MISA”.

t4BO"MGPOTPEF-JHPSJP “El mismo Dios no puede hacer una


acción más sagrada y más grande que la celebración de una San-
ta Misa”.

t1BESF1ÓPEF1JFUSFDJOB “Sería más fácil que el mundo sobre-


viviera sin el sol, que sin la Santa misa “La Misa es infinita como
Jesús... pregúntenle a un Ángel lo que es la misa, y El les contes-
tará, en verdad yo entiendo lo que es y por qué se ofrece, mas sin
embargo, no puedo entender cuánto valor tiene. Un Ángel, mil
Ángeles, todo el Cielo, saben esto y piensan así”.

t4BO-PSFO[P+VTUJOP “Nunca lengua humana puede enume-


rar los favores que se correlacionan al Sacrificio de la Misa. El
pecador se reconcilia con Dios; el hombre justo se hace aún más
recto; los pecadoson borrados; los vicios eliminados; la virtud y
el mérito crecen, y las estratagemas del demonio son frustradas”.

t San Leonardo de Port Maurice: “Oh gente engañada,¿ qué es-


tán haciendo?¿ Por qué no se apresuran a las Iglesias a oír tantas
Misas como puedan? Por qué no imitan a los ángeles, quienes
cuando se celebra una Misa, bajan en escuadrones desde el Pa-
raíso y se estacionan alrededor de nuestros altares en adoración,
para interceder por nosotros?”

“Yo creo que sí no existiera la Misa, el mundo ya se hubiera hun-


dido en el abismo, por el peso de su iniquidad. La Misa es el so-

256
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

porte poderoso que lo sostiene”.

“una misa antes de la muerte puede ser más provechosa que mu-
chas después de ella…

t4BO'FMJQF/FSJ “Con oraciones pedimos gracia a Dios; en la


Santa Misa comprometemos a Dios a que nos las conceda”.

t4BO1FESP+VMJÈO&ZNBSE“Sepan, oh Cristianos, que la Misa


es el acto de religión más sagrado. No pueden hacer otra cosa para
glorificar más a Dios, ni para mayor provecho de su alma, que
asistir a Misa devotamente, y tan a menudo como sea posible”.

t4BO#FSOBSEP“Uno obtiene más mérito asistiendo a una San-


ta Misa con devoción, que repartiendo todo lo suyo a los pobres y
viajando por todo el mundo en peregrinación”.

t4BO'SBODJTDP+BWJFS#JBODIJ “Cuando oigan que yo no puedo


ya celebrar la Misa, cuéntenme como muerto”.

t4BO#VFOBWFOUVSB “La Santa Misa es una obra de Dios en la


que presenta a nuestra vista todo el amor que nos tiene; en cierto
modo es la síntesis, la suma de todos los beneficios con que nos ha
favorecido”.

“Hay en la Santa Misa tantos misterios como gotas de agua en el


mar, como átomos de polvo en el aire y como ángeles en el cielo;
no sé si jamás ha salido de la mano del Altísimo misterio más
profundo.”

t4BO(SFHPSJPFM(SBOEF “El sacrificio del altar será a nuestro

257
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

favor verdaderamente aceptable como nuestro sacrificio a Dios,


cuando nos presentamos como víctimas”.

t $VBOEP 4BOUB .BSHBSJUB .BSÓB "MBDPRVF BTJTUÓB B MB 4BOUB


Misa, al voltear hacia el altar, nunca dejaba de mirar al Crucifijo
y las velas encendidas. Por qué? Lo hacía para imprimir en su
mente y su corazón, dos cosas: El Crucifijo le recordaba lo que
Jesús había hecho por ella; las velas encendidas le recordaban lo
que ella debía hacer por Jesús, es decir, sacrificarse consumirse
por El y por las almas.

t4BO"OESÏT"WFMMJOP”No podemos separar la Sagrada Eucaris-


tía de la Pasión de Jesús”.

¡Oh, si fuésemos consientes, de que la paz y el amor que hemos


buscado a través de cosas vanas, lo encontraremos frente a Je-
sús Sacramentado! ¡Si tan solo comprendiésemos, que lo único
que Dios desea, es que nos le acerquemos confiadamente para
sanarnos! ¡Si meditásemos en las gracias que, en adoración a
este Santísimo Sacramento, podríamos arrancar de Dios!, sería-
mos capaces de dejar cualquier cosa, incluso nuestro descanso y
hasta nuestro alimento, con tal de ir -tan siquiera unos minutos
diarios- donde tan dulce anfitrión.

Pues no se contentó el Señor con que le tuviéramos en nuestros


templos y casa, sino que quiso que le tuviéramos dentro de no-
sotros mismos; quiso entrañarse en nuestro corazón; quiso que
tú mismo fueras el templo y el cáliz, la custodia y el relicario
donde estuviese y se depositase este Santísimo Sacramento. No
nos lo dan aquí para besarlo como en su nacimiento se le dio a
los pastores y reyes, sino para recibirle dentro de nuestro vien-

258
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tre. ¡Oh amor inefable! ¡Oh generosidad nunca oída! ¡Que reci-
ba yo en mi pecho y en mis entrañas al mismo Dios en persona!
¡Al mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre! ¡Al
mismo que recibió la Sacratísima Reina de los Ángeles nueve
meses en sus entrañas purísimas!... ¡Es en verdad el Amor de los
Amores! (VC 2 part. Trat. 8. Cap. 1).

Dice Jesús: “Cuando escucháis acerca de una de mis aparicio-


nes, corréis inmediatamente a ella, y eso está bien; pero debéis
entender hijos míos, que en la Eucaristía estoy mas real, que en
cualquier aparición”.

“En la eucaristía se concentra todo el mensaje de Jesús, que es el


AMOR. El Amor que es Dios manifestado en el don de sí mismo
que hizo Jesús durante su vida. Esto soy yo: Don total, Amor total,
sin límites.”

PRÁCTICA: En el día de hoy ofreceré la comunión sacramental


a la santísima Virgen, pidiendo que me alcance la humildad que
viene de parte de Dios.

“Dichosos los invitados al banquete de bodas del cordero”


(Apocalipsis 19, 9)

259
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 31:

El Espíritu Santo en
los Tiempos Actuales
(Santificar la Iglesia)
“Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus
hijos, cuánto más el Padre que está en el Cielo
dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan”
(Lucas 11, 13)

E
l Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Tri-
nidad, Dios verdadero como el Padre y el Hijo. Jesús le
dio al Espíritu Santo el nombre de Abogado, Consolador,
Defensor, que en el idioma de la Santa biblia se dice Paráclito
y lo llamó también “Espíritu de verdad que estará siempre con
vosotros” (Jn 14).

Jesucristo, efectivamente, era el “defensor” y continua siéndolo.


El mismo evangelista Juan lo dirá en su Primera carta: «Si algu-
no peca, tenemos a uno que abogue (Parakletos) ante el Padre:
a Jesucristo, el Justo » (1 Jn 2, l).

El abogado (defensor) es aquel que, poniéndose de parte de los


que son culpables debido a los pecados cometidos, los defien-
de del castigo merecido por sus actos, los salva del peligro de
perder la vida y la salvación eterna. Esto es precisamente lo que

260
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ha realizado Cristo. Y el Espíritu Santo es llamado «el Parácli-


to», porque continúa haciendo operante la redención con la que
Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.

El Espíritu Santo-Paráclito será el abogado defensor de los


Apóstoles, y de todos aquellos que a lo largo de los siglos, serán
en la Iglesia los herederos de su testimonio y de su apostolado,
especialmente en los momentos difíciles que comprometerán
su responsabilidad hasta el heroísmo.

Jesús lo predijo y lo prometió: «os entregarán a los tribunales...


seréis llevados ante gobernadores y reyes... Mas cuando os en-
treguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar (…) No
seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre
el que hablará en vosotros» (Mt 10, 17-20); análogamente los
textos:(Mc13, 11; Lc 12, 12) dicen: «porque el Espíritu Santo os
enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir»). Él
llega a ser como el «Abogado» invisible de los acusados, por el
hecho de que actúa como su patrocinador, defensor, conforta-
dor.

Por tanto, podemos concluir que en el dar testimonio de Cristo,


el Paráclito es un asiduo (aunque invisible) Abogado y Defen-
sor de la obra de la salvación, y de todos aquellos que se com-
prometen en esta obra. Es también el que garantiza definitiva-
mente la victoria sobre el pecado y sobre el mundo sometido,
para librarlo e introducirlo en el camino de la salvación.

El Espíritu Santo está en todas partes, pero de manera especial


está en la Iglesia y en el alma de las personas que están en amis-
tad con Dios.

261
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El Espíritu Santo fue enviado a la Iglesia es el día de Pentecos-


tés, cuando descendió sobre los apóstoles en forma lenguas de
fuego. (Hch 2); para guiarla hasta el fin del mundo, para hacerla
infalible con su asistencia y para defenderla, hacerla fuerte y
llenarla de santidad.

El Espíritu Santo nos ayuda a vivir en gracia de Dios, vive en


nosotros, nos ilumina, nos fortalece, nos consuela y nos regala
sus 7 dones y sus 12 frutos. (Ga 5, 22) .

El espíritu santo: tercera persona de la trinidad


Decimos en el credo, niceno-constantinopolitano: «Creo en el
Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, que procede del Padre
y del Hijo, que con el Padre y el Este símbolo, profesión de fe
formulada por la Iglesia, nos remite a las fuentes bíblicas, donde
la verdad sobre el Espíritu Santo se presenta en el contexto de la
revelación de Dios Uno y Trino.

La primera fuente bíblica a la que podemos conducirnos es al


texto de san Juan, el llamado: discurso de despedida, día antes
de la pasión y muerte en cruz. Jesús advertía de la venida del
Espíritu Santo en enlace con su partida, anunciando su venida
sobre los Apóstoles. «Pero yo os digo la verdad: Os conviene que
yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Parácli-
to; pero si me voy os lo enviaré» (Jn 16, 7).

El texto suena paradójico, veamos:

Jesús enfatiza: «Pero yo os digo la verdad», aquí presenta la pro-


pia «partida» (y por tanto la pasión y muerte en cruz) como un

262
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

bien: «Os conviene que yo me vaya... ». Inmediatamente revela


en qué consiste el valor de su muerte (Redentora), que constitu-
ye junto con la resurrección la condición fundamental para que
se cumpla el plan salvífico de Dios que tendrá su coronación en
la venida del Espíritu Santo.
Hay que tener en cuenta que la venida del Espíritu Santo sucede
después de la Ascensión al cielo. La pasión y muerte redentora
de Cristo producen entonces su pleno fruto. Jesucristo, el Hijo
del hombre, en el culmen de su misión mesiánica, «recibe» del
Padre el Espíritu Santo en la plenitud en que este Espíritu debe
ser «dado» a los Apóstoles y a la Iglesia, para todos los tiempos.
Jesús predijo: «Yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a to-
dos hacia mí» (Jn 12, 32). Es una indicación clara de la univer-
salidad de la redención, Por lo tanto, esta redención universal
debe realizarse mediante el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo presentado por Jesús, especialmente en el dis-


curso de despedida en el Cenáculo, se evidencia claramente una
Persona diversa de Él. « Yo pediré al Padre otro Paráclito» (Jn 14,
16). «Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en
mi nombre, Él os enseñará todo y os recordará todo lo que yo
os he dicho (Jn 14, 2 6).

Jesús habla del Espíritu Santo, adoptando frecuentemente el


pronombre personal «Él»: «Él convencerá al mundo en lo refe-
rente al pecado» (Jn 16, 8). «Cuando venga Él, el Espíritu de la
verdad, os guiará hasta la verdad completa» (Jn 16, 13). «Él me
dará gloria» (Jn 16, 4). De estos textos emerge la verdad del Es-
píritu Santo como Persona, y no sólo como una potencia im-
personal emanada de Cristo (Lc 6, 19) «De Él salía una fuerza».
Siendo una Persona, le pertenece un obrar propio, de carácter

263
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

personal. En efecto, Jesús, hablando del Espíritu Santo, dice a


los Apóstoles: «Vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y
en vosotros está» (Jn 14, 17). «Él os lo enseñará todo y os recor-
dará todo lo que yo os he dicho» (Jn 14, 26); «Dará testimonio de
mí» (Jn 15, 26); «Os guiará a la verdad completa», «Os anunciará
lo que ha de venir» (Jn 16, 13); Él «dará gloria» a Cristo (Jn 16,
14), y «convencerá al mundo en lo referente al pecado» (Jn 16, 8).

El Apóstol Pablo, por su parte, afirma que el Espíritu «clama»


en nuestros corazones (Ga 4, 6), «distribuye» sus dones «a cada
uno en particular según su voluntad» (1 Co 12, 1 ), «intercede por
los fieles» (Rm 8,27).

Los siete dones del Espíritu Santo


Dice el Catecismo:” La vida moral de los cristianos está sostenida
por los dones del Espíritu Santo”. Estas son disposiciones perma-
nentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del
Espíritu Santo. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David
(Is 11, 1-2). Completan y llevan a su perfección las virtudes de
quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con
prontitud a las inspiraciones divinas.

“Tu espíritu bueno me guíe por una tierra llana” (Sal 143,10).
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de
Dios... Y los hijos también son herederos; herederos de Dios y
coherederos de Cristo (Rm 8,14 -17).

A continuación daremos una definición específica de cada uno


de los dones del espíritu santo y lo que estos efectúan en los
hombres:

264
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite


acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para
sostener la fe del bautismo.

Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros


fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad
de Dios.

Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel,


ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al


camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni


indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don
de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos


permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra
divina.

Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que
lo debemos todo a la misericordia divina.

Los frutos del Espíritu


Son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como
primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera
doce: ‘caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, be-
nignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, casti-
dad’ (Ga 5,22-23)

265
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Los tres primeros frutos del Espíritu Santo son la caridad, el


gozo y la paz, que pertenecen especialmente al Espíritu Santo.
t-BDBSJEBE QPSRVFFTFMBNPSEFM1BESFZEFM)JKP
t&MHP[P QPSRVFFTUÈQSFTFOUFBM1BESFZBM)JKPZFTDPNPFM
complemento de su bienaventuranza.

t-BQB[ QPSRVFFTFMMB[PRVFVOFBM1BESFZBM)JKP
El nombre Espíritu Santo aparece 21 veces en los Evangelios.
Veámos las citas de manera resumida:

Mt 12,32 y Mc 3, 29 El pecado contra el Espíritu Santo


Mt 28,19 El Espíritu Santo en la fórmula del Bautismo
Mc 12,36 “David, movido por el Espíritu Santo…”
Mc 13,11 “El Espíritu Santo hablará por vosotros”
Lc 1,15 Juan quedará lleno del Espíritu Santo
Lc 1,35 “El Espíritu Santo vendrá sobre ti”
Lc 1,41 “Isabel quedó llena del Espíritu Santo”
Lc 1,67 “Zacarías, lleno del Espíritu Santo”
Lc 2,25 y 26 Simeón tenía el don del Espíritu Santo.
Lc 3,16 “El os bautizará con Espíritu Santo”
Lc 3,22 El Espíritu Santo bajó sobre Jesús en forma de paloma.
Lc 4,1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, se volvió del Jordán.
Lc 10,21 Jesús, lleno de la alegría del Espíritu Santo.
Lc 11,13 El Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan.
Lc 12,10 La blasfemia contra el Espíritu Santo no se perdonará
Lc 12,12 “El Espíritu Santo os enseñará lo que tenéis que decir”
Jn 1,35 “Él es el que bautiza con Espíritu Santo”
Jn 14,24 El Defensor, el Espíritu Santo
Jn 20,22 “Recibid el Espíritu Santo”

Además, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, la expresión

266
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Espíritu Santo aparece


en 23 ocasiones.

LOS CARISMAS EN LA IGLESIA:


Los movimientos y asociaciones eclesiales testimonian ante el
mundo la riqueza de los dones que el Espíritu derrama para
el enriquecimiento del Pueblo de Dios. «Cristo ha dotado a la
Iglesia, su Cuerpo, de la plenitud de los bienes y medios de sal-
vación; el Espíritu Santo mora en ella, la vivifica con sus dones y
carismas, la santifica, la guía y la renueva sin cesar».

La palabra carisma - expresa la realidad de un don gratuito que


nos es dado por obra del Espíritu Santo en orden a la edifica-
ción de la Iglesia. «Sean extraordinarios, sean simples y sencillos,
los carismas -señala el Papa Juan Pablo II- son siempre gracias
del Espíritu Santo que tienen, directa o indirectamente, una utili-
dad eclesial, ya que están ordenados a la edificación de la Iglesia,
al bien de los hombres y a las necesidades del mundo»

Los carismas pueden ser muchos y muy distintos, aunque todos


tienen el mismo origen. Como dice San Pablo: «Hay diversidad
de carismas, pero el Espíritu es el mismo» (1 Co 12,4). No existe
un número determinado de ellos; surgen siempre en función de
las necesidades del Pueblo de Dios.
(Rm 12,6-8ss; 1 Co 12,8-10, 28-30).

La Iglesia, sabemos bien, es una, santa, católica y apostólica. Al


interior de ella se da una rica variedad que contribuye al fortale-
cimiento de la comunión en la unidad de la fe. Desde la singula-
ridad de cada carisma se construye y fortalece la comunión. «La
comunión en la Iglesia no es pues uniformidad -señala el Papa

267
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Juan Pablo II-, sino don del Espíritu que pasa también a través
de la variedad de los carismas y de los estados de vida. Éstos
serán tanto más útiles a la Iglesia y a su misión, cuanto mayor
sea el respeto de su identidad.

PRÁCTICA: Recitare siete padres Nuestros en honor al Espíritu


Santo pidiéndole que me conceda sus dones y carismas.

“Al llegar el día de pentecostés,


estaban reunidos con un mismo objetivo,
de repente vino del Cielo un ruído
como una impetuosa ráfaga de viento,
que llenó toda la casa en la que se encontraban.
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego
que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos,
se llenaron todos del Espíritu Santo
y se pusieron a hablar en diversas lenguas,
según el Espíritu les concedía expresarsen”
(Hechos 2, 1-4)

268
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 32:
LA ORACIÓN
“Cuando oréis, decid así: “Padre Nuestro que estáis en el cielo,
santificado sea tu nombre, etc” (Mateo 6)

D
¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

ice Santa Teresita del Niño Jesús “Para mí, la oración es


un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada
hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde
dentro de la prueba como en la alegría” (Manuscrit C, 25r: Ma-
nuscristsautohiographiques [Paris 1992] p. 389-390).
Es elevar el alma a Dios para adorarlo, amarlo, darle gracias
suplicarle perdón y pedirle beneficios. Es muy necesaria la ora-
ción porque Jesucristo nos dijo que sin la ayuda de Dios no
podremos nada, y nos recomendó orar para que honremos a
Dios y alcancemos de Él toda clase de beneficios espirituales y
corporales. Al orar debemos hacerlo con atención humildad,
confianza y perseverancia y en nombre de Jesucristo.
El catecismo define la oración Cristiana de esta manera: “La ora-
ción cristiana es una relación de Alianza entre Dios y el hombre
en Cristo. Es acción de Dios y del hombre; brota del Espíritu
Santo y de nosotros, dirigida por completo al Padre, en unión
con la voluntad humana del Hijo de Dios hecho hombre”. 2564.
La oración puede ser: de Bendición y adoración, intercesión,
acción de gracias, de perdón y alabanza.
Las expresiones de oración son las siguientes:
t0SBDJØOWPDBM
t0SBDJØOEFNFEJUBDJØO

269
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t0SBDJØODPOUFNQMBUJWB
Santo Tomás de Aquino nos enseña que toda oración debe ser:
confiada (fe), recta, ordenada, devota y humilde.
Además la oración debe ser conforme con a la voluntad de
Dios, y perseverante.
Continúa el doctor angélico diciéndonos que la oración produ-
ce tres bienes, veamos cuales son:

a. Primeramente, es un remedio eficaz y útil contra los males.


En efecto, nos libra de los pecados cometidos. (Sal 31, 5-6): “Tú
perdonaste la iniquidad de mi pecado, por lo cual orará a ti
todo hombre santo”.
Así oró el ladrón en la cruz, y obtuvo el perdón; porque Jesús le
dijo: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23, 43). Así oró el
publicano, y volvió a su casa justificado. (Lc 18,14).
Nos libra también del temor de los pecados que pueden so-
brevenir, de las tribulaciones y de la tristeza:”¿Hay alguno tris-
te entre vosotros? Que ore (con el alma tranquila)” (St 5, 13).
También nos libra de persecuciones y de enemigos:”En lugar de
amarme me denigraban; mas yo oraba”. (Sal 108, 4)

b. En segundo lugar, la oración es eficaz y útil para la obtención


de todos nuestros deseos: “Todo cuanto orando pidiereis creed
que lo recibiréis”(Mc 11, 24). Y si no somos escuchados es que
no pedimos con insistencia: “En efecto, es necesario orar siem-
pre y no desfallecer” (Lc 18, 1); o porque no pedimos lo que
más conviene para nuestra salvación. Al respecto dice Agustín:
“Bueno es el Señor, que a menudo no nos concede lo que quere-
mos para darnos lo que más nos favorece”. Ejemplo de ello nos
da san Pablo, la cual, tres veces pidió ser librado de un punzante
tormento y no fue oído (2 Co 12, 8.)

270
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

c. En tercer lugar, la oración es útil porque nos convierte en fa-


miliares de Dios. (Sal 140, 2) “Que mi oración esté ante ti como
incienso”>> (Santo Tomás de Aquino, comentario del padre
nuestro y Ave María).
Es muy importante saber que el Espíritu Santo es el gran maes-
tro que nos enseña a orar, dice San Pablo: “El Espíritu viene en
ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir
lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por no-
sotros con gemidos inefables “(Rm 8, 26).

¿CUÁL DE LAS ORACIONES ES LA MEJOR?


La mejor de las oraciones es el Padre Nuestro porque la enseñó
Jesucristo Nuestro Señor, y porque contiene las peticiones más
importantes que existen. Jesucristo nos enseñó el Padre Nues-
tro, para indicarnos como debemos rezar.
Uno de sus discípulos le pidió a Jesús que los enseñara a orar
y Él lo hizo, enseñándoles la oración del Padrenuestro. Es así
como Jesús nos regaló esta oración siendo la oración cristiana
fundamental, la que todos nos sabemos, grandes y chicos, la
que rezamos en la casa, en el colegio, en la Misa. A esta ora-
ción también se le llama “Oración del Señor” porque nos la dejó
Cristo y en esta oración pedimos las cosas en el orden que nos
convienen. Dios sabe que es lo mejor para nosotros. A través
del Padrenuestro vamos a hablar con nuestro Padre Dios. Se
trata de vivir las palabras de esta oración, no solo de repetirlas
sin fijarnos en lo que estamos diciendo. El Padrenuestro está
formado por un saludo y siete peticiones.

Saludo
PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN E L CIELO:

271
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Con esta pequeña frase nos ponemos en presencia de Dios para


adorarle, amarle y bendecirle.

¡PADRE! :
Al decirle Padre, nosotros nos reconocemos como hijos suyos
y tenemos el deseo y el compromiso de portarnos como hijos
de Dios, tratar de parecernos a Él. Confiamos en Dios porque
es nuestro Padre.

PADRE “NUESTRO”:
Al decir Padre Nuestro reconocemos todas las promesas de
amor de Dios hacia nosotros. Dios ha querido ser nuestro Pa-
dre y Él es un Padre bueno, fiel y que nos ama muchísimo. “Pa-
dre Nuestro” porque es mío, de Jesús y de todos los cristianos.

“QUE ESTÁS EN EL CIELO”:


El cielo no es un lugar sino una manera de estar. Dios está en
los corazones que confían y creen en Él. Dios puede habitar en
nosotros si se lo permitimos. Dios no está fuera del mundo,
sino que su presencia abarca más allá de todo lo que podemos
ver y tocar.

LAS SIETE PETICIONES


Después de ponernos en presencia de Dios, desde nuestro co-
razón diremos siete peticiones, siete bendiciones. Las tres pri-
meras son para dar gloria al Padre, son los deseos de un hijo
que ama a su Padre sobre todas las cosas. Las cuatro últimas le
pedimos su ayuda, su gracia.

1. SANTIFICADO SEA TU NOMBRE:

272
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Con esto decimos que Dios sea alabado, santificado en cada na-
ción, en cada hombre. Depende de nuestra vida y de nuestra
oración que su nombre sea santificado o no. Pedimos que sea
santificado por nosotros que estamos en Él, pero también por
los otros a los que todavía no les llega la gracia de Dios. Expre-
samos a Dios nuestro deseo de que todos los hombres lo conoz-
can y le estén agradecidos por su amor.

Expresamos nuestro deseo de que el nombre de Dios sea pro-


nunciado por todos los hombres de una manera santa, para
bendecirlo y no para blasfemar contra él. Nos comprometemos
a bendecir el nombre de Dios con nuestra propia vida.

2. VENGA A NOSOTROS TU REINO:


Al hablar del Reino de Dios, nos referimos a hacerlo presente
en nuestra vida de todos los días, a tener a Cristo en nosotros
para darlo a los demás y así hacer crecer su Reino; y también
nos referimos a que esperamos a que Cristo regrese y sea la ve-
nida final del Reino de Dios.

Cristo vino a la Tierra por primera vez como hombre y nació


humildemente en un establo. En el fin del mundo, cuando lle-
gue la Resurrección de los muertos y el juicio final, Cristo vol-
verá a venir a la Tierra, pero esta vez como Rey y desde ese
momento reinará para siempre sobre todos los hombres. Se
trata de ayudar en la Evangelización y conversión de todos los
hombres. Hacer apostolado para que todos los hombres lo co-
nozcan, lo amen.

Pedimos el crecimiento del Reino de Dios en nuestras vidas, el


retorno de Cristo y la venida final de su Reino.

273
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

3. HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL


CIELO: La voluntad de Dios, lo que quiere Dios para nosotros
es nuestra salvación, es que lleguemos a estar con Él.

Le pedimos que nuestra voluntad se una a la suya para que en


nuestra vida tratemos de salvar a los hombres. Que en la tierra
el error sea desterrado, que reine la verdad, que el vicio sea des-
truido y que florezcan las virtudes.

4. DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA:


Al decir “danos” nos estamos dirigiendo a nuestro Padre con
toda la confianza con la que se dirige un hijo a un padre.

Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al pan de comida


para satisfacer nuestras necesidades materiales como al pan
del alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales. En
el mundo hay hambre de estos dos tipos, por lo que nosotros
podemos ayudar a nuestros hermanos necesitados.

5. PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NO-


SOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN
PERDONA NUESTRAS OFENSAS:
Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios, por eso necesi-
tamos pedirle perdón cuando lo ofendemos. Para poder recibir
el amor de Dios necesitamos un corazón limpio y puro, no un
corazón duro que no perdone los demás.

COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE


NOS OFENDEN:
Este perdón debe nacer del fondo del corazón. Para esto necesi-

274
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tamos de la ayuda del Espíritu Santo y recordar que el amor es


más fuerte que el pecado.

6. NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN:


El pecado es el fruto de consentir la tentación, de decir sí a las
invitaciones que nos hace el demonio para obrar mal. Le pe-
dimos que no nos deje tomar el camino que conduce hacia el
pecado, hacia el mal. El Espíritu Santo nos ayuda a decir no a la
tentación. Hay que orar mucho para no caer en tentación.

7. Y LÍBRANOS DEL MAL:


El mal es Satanás, el ángel rebelde. La pedimos a Dios que nos
guarde de las astucias del demonio. Pedimos por los males pre-
sentes, pasados y futuros. Pedimos estar en paz y en gracia para
la venida de Cristo.

AMÉN: Así sea.

Como te das cuenta, al rezar el Padrenuestro, le pides mucha


ayuda a Dios que seguramente Él te va a dar y al mismo tiem-
po te comprometes a vivir como hijo de Dios. Podemos reco-
rrer todas las oraciones que hay en las Sagradas Escrituras, y no
encontraremos algo que no esté incluido en el Padre Nuestro”
(San Agustín)

PRÁCTICA: En el día de hoy recitare delante del Santísimo el


padre Nuestro meditando en cada una de sus peticiones.

“Todo lo que pidáis en la oración creed que lo recibiréis, y lo tendréis”


(Marcos 11, 24)

275
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Día 33:

Jesucristo en la Historia
de la Salvación
“ Porque no hay bajo el Cielo otro nombre dado a los hombres
por el que nosotros debamos salvarnos”
(Hechos 4, 12)

E
ntendemos la historia de salvación como la historia de
amor que el Padre ha hecho, hace y hará con la huma-
nidad y en el mundo entero. Esa historia está entretejida
con hechos y palabras; en ella, los hechos hablan y las palabras
hacen. Pero en realidad sólo hay un hecho y una palabra, sólo
hay una historia, la del Padre que se revela plenamente en «Jesu-
cristo, salvador del mundo, ayer, hoy y siempre» (Hb 13,8). Con
él ha llegado el reino de Dios que, en palabras sencillas, signi-
fica: «todos vosotros sois hermanos porque tenéis un solo Padre;
amaos unos a otros más, mejor y de otra manera». A esta tarea
está convocada la Iglesia que, a través de la catequesis, anuncia
y trabaja para que el misterio del Reino, iniciado ya por Cristo,
pero todavía no consumado, llegue a su plenitud y «todos los
hombres se salven» (1Tm 2-4).
Podemos delimitar los tiempos de la Historia de Salvación del
siguiente modo: Tiempo de caos y creación, Tiempo de gracia y
espacio de libertad, Tiempo de pecado y desorientación, Tiem-
po de llamada y de promesas, Tiempo de opresión y liberación,
Tiempo de desierto y de Alianza, Una tierra para un pueblo,

276
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Tiempo de exilios y profecía, Plenitud de los tiempos en Cristo,


Tiempo para la Iglesia peregrina al servicio del Reino que espe-
ra la Parusía del Señor.
Unas palabras de Benedicto XVI aclaran la unidad interior de
todos estos tiempos, resumibles a su vez en tres tiempos deci-
sivos. Sólo la fe puede hacernos comprender esta unidad y este
dinamismo en toda su plenitud y en todo su alcance:

«El tiempo de la historia de la salvación se articula en tres gran-


des “momentos”: al inicio, la creación; en el centro, la encar-
nación-redención; y al final, la “parusía”, la venida final, que
comprende también el juicio universal. Pero estos tres momen-
tos no deben entenderse simplemente en sucesión cronológica.
Ciertamente, la creación está en el origen de todo, pero tam-
bién es continua y se realiza a lo largo de todo el arco del de-
venir cósmico, hasta el final de los tiempos. Del mismo modo,
la encarnación-redención, aunque tuvo lugar en un momento
histórico determinado el período del paso de Jesús por la tie-
rra, extiende su radio de acción a todo el tiempo precedente y
a todo el siguiente. A su vez, la última venida y el juicio final,
que precisamente tuvieron una anticipación decisiva en la cruz
de Cristo, influyen en la conducta de los hombres de todas las
épocas». (Benedicto XVI, Angelus del 30 noviembre de 2008).

TIEMPO DE CAOS Y DE CREACIÓN


En los dos primeros capítulos del Génesis se resalta el diseño de
Dios que parece estar ordenando el caos. Su PALABRA ordena
la realidad, la crea y así lo vivifica todo. Se esquematiza la crea-
ción en siete días, y en el sexto, antesala del descanso divino,
crea Dios al hombre a su imagen:

277
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó,


varón y mujer los creó” (Gn 1,26).

Los personajes claves de este tiempo originario son Adán y Eva:


la humanidad irreductiblemente masculina y femenina, creada
para el amor y la armonía.

TIEMPO DE GRACIA Y ESPACIO DE LIBERTAD


Es el tiempo primero de gracia y armonía. El varón armónica-
mente unido a la mujer, la criatura humana en comunión plena
con la creación y con el Creador-Padre goza en el diálogo y la
relación con Dios. Es el tiempo de la libertad, porque sin ella la
humanidad no estaría todavía humanizada. Es el tiempo don-
de la seducción es posible y el pecado es una posibilidad. Es el
tiempo donde se van a quebrar la armonía y la solidaridad. Se
abre -por la seducción- el tiempo de la vergüenza y la culpa. Ya
no se atreven a mostrarse cara a cara con Dios…
“que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa” (Gn 3,8).

TIEMPO DE PECADO Y DESORIENTACIÓN


A partir del capítulo 4, el libro del Génesis ofrece un panorama
de desorientación. Es la corrupción que permite afirmar al au-
tor del libro que:

“Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y
que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y úni-
camente al mal, el Señor se arrepintió de haber creado al hombre
en la tierra y le pesó de corazón” (Gn 6,5).

La decisión de Dios, si pudiéramos hablar así, no hizo caso al


peso de su corazón y por eso estableció un pacto con Noé:

278
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

“Yo estableceré mi alianza contigo” (Gn 6,17) y


“Noé hizo todo lo que le mandó el Señor” (Gn 6,22).

Podríamos pensar en una interpretación alegórica del diluvio


universal como tiempo para una primera purificación que re-
novara y ofreciera una oportunidad. Noé evoca a Adán, el di-
luvio devuelve a la tierra al caos inicial, pero la bondad de Dios
es más fuerte que el pecado de los hombres y se restablece la
historia aunque nunca volverá el Edén perdido.

Después del diluvio, surgen muchos pueblos de la descendencia


de Noé. Y también surgirá Babel, una confusión latente que se
hace patente.

“Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo,


para hacernos un nombre” (Gn 11,4)

Construir el mundo sin tener en cuenta a Dios se vuelve siem-


pre contra el hombre.

TIEMPO DE LLAMADAS Y DE PROMESAS


La preocupación que Dios ha mostrado por la humanidad,
se centró más tarde en la atención por una persona concreta:
Abrán. A un hombre sin descendencia y nómada, de la tierra de
Ur, en Caldea, Dios le hizo la promesa de la tierra y de un hijo,
y en él la promesa de un pueblo numeroso.

“Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, hacia la


tierra que te mostraré. Haré de ti una gran nación, te bendeciré,
haré famoso tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los
que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan, y en ti serán

279
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

benditas todas las familias de la tierra” (Gn 12,1-3).

Las promesas, reiteradas una y otra vez, son el contenido de la


Alianza (Gn 17,1-14) y poco a poco se fue abriendo paso la sal-
vación de Dios para un pueblo con una historia y en una tierra,
siempre cifrada en tiempo real y en espacio concreto. Habrá
“intervenciones” divinas para el nacimiento de Ismael, en la
teofanía de Mambré, para el nacimiento de Isaac y la prueba de
Abraham, en la muerte de Sara y durante los ciclos de Isaac y de
Jacob, hasta constituir a Israel (Gn 32,23-32). Dios ha decidido
intervenir ofreciendo una presencia que no está vinculada a un
santuario, sino a un pueblo y a una promesa.

TIEMPO DE OPRESIÓN Y LIBERACIÓN


Vale la pena detenerse en el ciclo de José (Gn 37-50). El final
del libro del Génesis, muestra a José rodeado de una prole muy
numerosa y ofrece un nexo entre la memoria de los patriarcas y
la esperanza del Éxodo hacia la tierra prometida:

“Yo voy a morir, pero Dios cuidará de vosotros y os llevará de esta


tierra que juró dar a Abrahán, Isaac y Jacob” (Gn 50,24).

“Surgió en Egipto un faraón nuevo que no había conocido a José”


(Ex 1,8).

Aparece el ciclo de Moisés, con un nacimiento y una infancia


que le preanuncian como salvado “de las aguas” y como liberta-
dor “de un pueblo”. De nuevo el agua, de nuevo un linaje. El ci-
clo de Moisés es extraordinario y le servirá al evangelista Mateo
para ofrecerlo como tipo de Cristo. La vocación de Moisés y el
episodio de la zarza comprometen a Dios con el sufrimiento de

280
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

su pueblo y por eso afirma:

“He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para


llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y
miel” (Ex 3,8).

El episodio inicia un tiempo de pugna y confrontación del Se-


ñor con el faraón hasta que sucede la Pascua y la salida de los
israelitas. El paso por el Mar Rojo evoca la creación y el diluvio
y ahora es signo y tiempo en la liberación de Israel.

TIEMPO DE DESIERTO Y DE ALIANZA


Tras el paso del mar llegaron al Sinaí y Moisés “subió hacia Dios”
(Ex 19,3). En el desierto la teofanía, la Alianza, la entrega de la
Ley, el becerro de oro y la alianza renovada:

“Yo voy a concertar una alianza: en presencia de tu pueblo haré


maravillas como no se han hecho en ningún país o nación” (Ex
34, 10).

El final del Deuteronomio nos sitúa ante la tierra prometida,


prepara la ocupación y la conquista. El discurso segundo de
Moisés se ocupa del lugar y del tiempo, del nosotros y del aquí
y ahora:

“No concertó el Señor esta alianza con nuestros padres, sino con
nosotros, con todos los que estamos vivos hoy, aquí” (Ex 5,3).

Hasta cinco discursos ofrece el libertador. La alianza se formula


en forma de credo narrativo donde la fidelidad de Dios exige la
fidelidad del pueblo:

281
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

“Escucha Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo.


Amarás, pues, al Señor, tu Dios con todo tu corazón, con toda
tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando
hoy estarán en tu corazón, se las repetirás a tus hijos y hablarás
de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levanta-
do; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una
señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales.
Cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra que había
de darte, según juró a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob, con
ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas rebo-
santes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya excavados
que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado,
y comas hasta saciarte, guárdate de olvidar al Señor que te sacó
de Egipto, de la casa de esclavitud. Al Señor, tu Dios, temerás, a
él servirás y en su nombre jurarás“ (Dt 6,4-13)

UNA TIERRA PARA UN PUEBLO


Los libros históricos comienzan con el ciclo de Josué y las estra-
tegias de la conquista: Jericó, el paso del Jordán, la conquista del
Sur y la conquista del Norte de la tierra. El reparto del territorio
hasta la Asamblea de Siquén, que ofrece una verdadera síntesis
de la historia de salvación (Jos 24,1-13). La memoria, ya estereo-
tipada, testifica siempre el protagonismo de Dios y sus acciones
salvíficas y la palabra de Josué ahora ejerce de notario ante el
pueblo que ha de venir en el futuro.

TIEMPO DE EXILIOS Y PROFECÍAS


Tiempo de Jueces, Tiempo de Reyes. La historia de la monar-
quía es una constante ida y vuelta a la alianza sellada por Dios
con Israel. Los ciclos de Saúl, David y Salomón marcan una
época fuerte y dorada para la memoria de Israel, pero no siem-

282
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

pre es suficiente. Aunque poseen una tierra y son un pueblo, se


olvidan de Dios (Idolatría), dejan de ser fieles (Infidelidad) y
olvidan el código del desierto (Injusticia). Los profetas perma-
nentemente denuncian su comportamiento y llaman a la con-
versión recordando la alianza, pero entretanto va surgiendo el
anhelo de una justicia y una fidelidad nuevas y mayores.

Se abre paso la esperanza mesiánica y los profetas cantan anun-


cios que se irán comprendiendo progresivamente.
(Is 42,1-9)

Los profetas, particularmente Isaías y Jeremías fueron acom-


pañando la esperanza mesiánica hasta el tiempo del precursor
Juan el Bautista, antecesor inmediato de Jesús.

Papel especial tiene María, la Virgen Madre de Jesús que recibió


en Nazaret la visita del ángel anunciando el nacimiento del Sal-
vador, Jesús el Mesías. Y así se cumplió la promesa.

“Mas cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo,


nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que es-
taban bajo el peso de la ley, para que recibiéramos la adopción
filial”(Ga 4,4)

PLENITUD DE LOS TIEMPOS:


ENCARNACIÓN Y REDENCIÓN DE JESUCRISTO SAL-
VADOR

La Carta a los Hebreos permite entender la unidad de la his-


toria de la salvación en Cristo. Por lo que ofrece, por quien la
ofrece y por el modo de ofrecerla, esta es la salvación definitiva.

283
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Ésta es la etapa final de la historia porque es definitiva y porque


ahora ya no se ofrece un signo salvífico sino que lo que se ofrece
es la misma salvación integral (del pecado y de la muerte) y la
ofrece Jesucristo, “reflejo” e “impronta” del mismo ser de Dios,
y a precio de su misma sangre. Ya no es promesa, ahora es cum-
plimiento. Ya no es esperanza, porque es visión.
“En muchas ocasiones, y de muchas maneras habló Dios anti-
guamente a los padres por los profetas. En esta etapa final, nos
ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo,
y por medio del cual ha realizado los siglos. Él es reflejo de su
gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra
poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados,
está sentado a la derecha de la Majestad en las alturas; tanto más
encumbrado sobre los ángeles cuanto más sublime es el nombre
que ha heredado” (Hb 1,1-4).

TIEMPO PARA LA IGLESIA PEREGRINA AL SERVICIO


DEL REINO ESPERANDO LA PARUSÍA
En la carta a los Efesios se canta el Himno al designio salvífico
de Dios: Ya no es una tierra prometida, ahora es toda la tierra
consagrada; ya no es un pueblo pequeño y débil, ahora son to-
dos los pueblos, la salvación es universal; ya no es la paz y la
justicia de aquí, de esta tierra, sino la recapitulación de todas las
cosas de los cielos y de la tierra, porque ha llegado la plenitud
de todos los tiempos en Cristo. (Ef 1,3-14)

En este himno está resumida buena parte de la cristología neo-


testamentaria y ahí queda patente la obra redentora y salvífica
de Jesucristo, plenitud de los tiempos.

Ahora, y en el seguimiento de Cristo, surge la comunidad cris-

284
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tiana sirviendo como Él al anuncio del Reinado de Dios, lla-


mando a la conversión, anticipando con obras, signos y mila-
gros, y explicándolo a todos con parábolas y enseñanzas que
llevan al mismo Jesús. También la Iglesia, que anuncia con
obras y palabras, celebra a Jesucristo muerto y resucitado, en la
Eucaristía que evoca la memoria pascual, que hunde sus raíces
en la Pascua Judía y convoca a todos los pueblos al banquete
universal de fraternidad.

La nueva creación supera el tiempo y el espacio, porque en espí-


ritu y en verdad muestra el camino al Padre, esperando al Hijo
glorioso por la fuerza del Espíritu. Son unas palabras de la IV
Plegaria Eucarística, toda ella resumen litúrgico de la historia
de salvación, las que condensan esta expectativa y este tiempo
eclesial abierto a la Parusía del Señor:

“Por eso, Padre, al celebrar ahora el memorial de nuestra reden-


ción, recordamos la muerte del Cristo y su descenso al lugar de los
muertos, proclamamos su resurrección y ascensión a tu derecha;
y mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos su Cuer-
po y su Sangre, sacrificio agradable a ti y salvación para todo el
mundo”

PRÁCTICA: Esta noche realizare un examen de conciencia y pe-


diré perdón por las faltas cometidas y prometeré esforzarme en
realizar el bien que hice con negligencia, me esforzare por hacer
lo que no hice y corregiré en lo que debo enmendarme.

“ Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá”


(Juan 11, 25 - 26)

285
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Anexos

1. Dogmas marianos

U
n dogma es una verdad que pertenece al campo de la
fe o de la moral, que ha sido revelada por Dios, trans-
mitida desde los Apóstoles y a través de la Escritura, ya
de la Tradición, y propuesta por la Iglesia para su aceptación
por parte de los fieles. Brevemente, “dogma” puede ser definido
como una verdad revelada definida por la Iglesia.

LA MATERNIDAD DIVINA
El dogma de la Maternidad Divina se refiere a que la Virgen
María es verdadera Madre de Dios. Fue solemnemente definido
por el Concilio de Efeso (año 431). Tiempo después, fue procla-
mado por otros Concilios universales, el de Calcedonia y los de
Constantinopla.

El Concilio de Éfeso, del año 431, siendo Papa San Clementino


I (422-432) definió:

“Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdade-


ramente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de
Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne,
sea anatema.”

El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así:


“Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es

286
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles


acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades”
(Constitución Dogmática Lumen Gentium, 66)

Theotokos quiere decir Madre de Dios en griego.

Los padres griegos aplicaron a María el título Theotokos (por-


tadora de Dios) ya en el siglo III. Los concilios de Efeso y de
Calcedonia defendieron este título. En Occidente, María fue
venerada de forma similar como Dei Genitrix (Madre de Dios).

En el antiguo canon romano es conmemorada como la “siempre


virgen madre de Jesucristo nuestro Señor y Dios”.

Además de su función como “Portadora de Dios”, está su ma-


ternidad espiritual respecto de la humanidad. Como Eva fue
la “madre de todos los hombres” en el orden natural, María es
madre de todos los hombres en el orden de la gracia. Al dar a
luz a su primogénito, parió también espiritualmente a aquellos
que pertenecerían a él, a los que serían incorporados a él y se
convertirían así en miembros suyos. El es el “primogénito entre
muchos hermanos”, la Cabeza de la humanidad redimida, el re-
presentante de la humanidad que une todas las cosas en él.

“María sabe que el que lleva por nombre Jesús ha sido llamado
por el Ángel Hijo del Altísimo (Lucas 1,32 El será grande y será
llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre; ) María sabe que lo ha concebido y dado a luz
“sin conocer varón”, por obra del Espíritu Santo, con el poder del
Altísimo, que ha extendido su sombra sobre Ella. (Lc 1,35) Ma-
ría sabe que el Hijo dado a luz virginalmente, es precisamente

287
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

aquel “Santo”, “El Hijo de Dios”, del que le ha hablado el Ángel


(Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, n 17).

María es verdadera Madre, ya que ella fue participe activo de la


formación de la naturaleza humana de Cristo, de la misma ma-
nera en la que todas las madres contribuyen a la formación del
fruto de sus entrañas. María es verdadera Madre porque Jesús
es verdadero Hombre.

Jesús no necesitaba a una madre para venir a salvar a los hom-


bres, y aun así la tuvo.

Este sin duda es el mayor y principal dogma mariano, al acep-


tarlo se acepta que:

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Una manera muy simple y lógica de demostrar la Maternidad


Divina.

El Verbo es eterno, siempre ha existido, y es Dios.

“En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y


la Palabra era Dios” (Jn 1,1.)

Por lo tanto, el Verbo es una persona Divina, y Eterna.


El Verbo, persona Divina y Eterna, es mandado por Dios Padre
a ser concebido en el vientre de María y esto se logra por obra
del Espíritu Santo.

288
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el


poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha
de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.(Lc 1,35.)
Al momento de tomar carne de María, El Verbo Eterno, per-
sona Divina es igual que nosotros los hombres, excepto en el
pecado.

“Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo


haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte
como hombre”(Flp 2, 7)

Por tanto, el Verbo Eterno, Dios por siempre, segunda persona


de la Trinidad siempre tuvo la naturaleza Divina, y al momento
de tomar carne sigue siendo la misma persona tomando una
nueva naturaleza, la humana.

Siendo que las madres paren a personas no a naturalezas, María


dio a luz a Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre. Por tanto
es válido decir que María es Madre de Dios.

Pero, como dirán algunos ¿En dónde dice en la Biblia que María
es Madre de Dios”?

Leamos estos versículos de Lucas 1, 39.

“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la re-


gión montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías
y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo
de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena
de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí

289
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis


oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.”

Leemos que Isabel habiendo quedado llena del Espíritu Santo le


saluda. Esto es relevante, ya que no fue una obra humana, fue
Dios mismo quien la guio para decir lo que dijo, Isabel bendice
a María y después al bebe en su vientre, a continuación nos dice
quien es aquel bebe:

(Lucas 1, 43). y “¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga


a mí?”

¿“Señor”?, ¿Se refería Isabel a Dios? Definitivamente, vayamos


al griego para entender mejor qué palabra usó para “Señor”

Palabra Clave: κυρίου Kyrios


El diccionario Strong dice: amo, maestro, señor; El Señor

LA INMACULADA CONCEPCIÓN
El Dogma de la Inmaculada Concepción establece que María
fue concebida sin mancha de pecado original. El dogma fue
proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la
Bula Ineffabilis Deus.

“Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sos-


tiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de
su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios om-
nipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador
del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa
original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y
constantemente creída por todos los fieles.”

290
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

María es la primera criatura redimida por los méritos de Cristo


y esto ha sido de un modo eminente en atención a su hijo Jesu-
cristo, quien ya la había elegido desde antes de su concepción,
Cristo le da toda su Santidad.

A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que


María “llena de gracia” por Dios ha sido redimida desde su con-
cepción, siendo así que el dogma es proclamado el 8 de Diciem-
bre de 1854 por el Papa Pío IX con la Bula Ineffabilis Deus:

Hay muchos privilegios que Dios ha otorgado a María Santí-


sima, entre estos nos encontramos con el dogma de la Inma-
culada Concepción, que hay que entender no como el estado
virginal en el cual concibió a Jesús (Lc 1, 31-34) si no como la
concepción de María en el seno de su madre, quien Dios preser-
vo del pecado original. Es decir, el pecado que se trasmite desde
nuestro nacimiento y donde Dios intervino para resguardar a
María de esta transmisión que sea dado desde nuestros prime-
ros padres Adán y Eva por su desobediencia a Dios, y que uno
de los beneficios del Bautismo es purificarnos de este pecado.

También tenemos nuestra fuente en la Sagrada Escritura. Vea-


mos que dice Génesis 3, 15: “pondré enemistad entre ti y la mu-
jer, entre su descendencia y tuya” es el famoso texto llamado
Proto-evangelio por ser el primer anuncio de la Buena Noticia,
es decir de la redención futura.

Este pasaje nos muestra cómo no hay consonancia entre el bien


y el mal, la mujer y su descendencia luchan, contra la serpiente;
entendemos esto como la mujer que nunca puede estar con la
serpiente (demonio) el maligno nunca la va a poseer.

291
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Se trata de una hostilidad expresamente establecida por Dios,


que cobra un relieve singular si consideramos la cuestión de la
santidad personal de la Virgen. Para ser la enemiga irreconci-
liable de la serpiente y de su linaje, María debía estar exenta de
todo dominio del pecado. Y esto desde el primer momento de
su existencia.

La absoluta enemistad puesta por Dios entre la mujer y el de-


monio exige, por tanto, en María la Inmaculada Concepción,
es decir, una ausencia total de pecado, ya desde el inicio de su
vida. El Hijo de María obtuvo la victoria definitiva sobre Satanás
e hizo beneficiaria anticipadamente a su Madre, preservándola
del pecado. Como consecuencia, el Hijo le concedió el poder
de resistir al demonio, realizando así en el misterio de la Inma-
culada Concepción el más notable efecto de su obra redentora.
El otro pasaje Lucas. 1, 28 “llena de gracia”. Dios se ha desbor-
dado con ella en darle sus gracias y solo alguien puro puede
estar lleno de la gracia de Dios, y de sus infinitos dones. La lle-
na de gracia no es gratuito, en pos de una misión, la de ser la
Madre del redentor y Madre nuestra. Claro todo esto, María lo
acepta libremente y por amor a Dios. De esta manera tenemos
que venerar con amor, este increíble misterio.

El arcángel Gabriel saluda a María Santísima como la llena de


gracia, “Kejaritomene” en el griego, y en latín “Gratia plena” es
decir, repleta en gracia. Santo Tomás de Aquino afirma que la
gracia es la ausencia del pecado y la amistad perfecta con Dios,
al María estar llena y al tener una enemistad con la serpien-
te infernal significa, que nada de uno pertenece al otro y si el
producto del demonio es el pecado, ella no lo tiene porque hay
hostilidad. En razón de esto, Dios bautiza ya a María desde an-

292
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

tes de nacer con esta poderosa palabra y por lo tanto cuando


María nace ya está libre del pecado, por eso el ángel la saluda
con profunda majestad, porque el ángel está en la gracia pero la
virgen los supera a todos porque es la llena de gracia.

LA PERPETUA VIRGINIDAD
El dogma de la Perpetua Virginidad se refiere a que María fue
Virgen antes, durante y perpetuamente después del parto.

“Ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo cuyo nombre


será Emanuel” (Is 7, 14; Mi 5, 2-3; Mt 1, 22-23) (Const. Dogmática
Lumen Gentium, 55 - Concilio Vaticano II).

“La profundización de la fe en la maternidad virginal ha lleva-


do a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María
incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el
nacimiento de Cristo “lejos de disminuir consagró la integridad
virginal” de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María
como la ‘Aeiparthenos’, la ‘siempre-virgen’.” (499 - Catecismo de
la Iglesia Católica)

La Iglesia enseña este misterio y privilegio mariano con una


fórmula tradicional: Virgen antes del parto, Virgen en el parto
y, Virgen después del parto. El amor de Jesús a su Madre, que
había ofrecido a Dios su virginidad, hizo que los planes divinos
de redención se realizaran respetando ese propósito de María.
La Maternidad y Virginidad, dice San Bernardo son dos coro-
nas que Dios quiso concederle.

293
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

LA ASUNCIÓN
El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, lue-
go de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria
celestial.

Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de no-


viembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus:

“Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar


la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente,
que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para ho-
nor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y
de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Ma-
dre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de
nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y
Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser
dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios
y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal,
fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo”.

Es un dogma que se formula así: “La Inmaculada Madre de


Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida te-
rrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo.”
(Constitución Munificentisimus Deus)

La Asunción no está en la Biblia en forma expresa, pero sí se


concluye de la Biblia en forma necesaria. Recordemos que la
Biblia debe leerse como un todo (2 Tm 3, 16-17), o de lo contra-
rio terminaremos haciendo decir a la Biblia lo que no dice. Por
eso hay que seguir la guía que nos proporciona la Iglesia (2 P 1,
20-21; 1 Tm 3,15) , la cual recibió de Cristo la gracia de enseñar

294
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

con autoridad (“Quien les escucha a ustedes, me escucha a mí;


quien les rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me recha-
za a mí, rechaza al que me ha enviado”, Lc 10, 16).

Primero entendamos que “asunción” no es lo mismo que “as-


censión”. La “ascensión” es el hecho de ascender a los cielos por
sí mismo como Jesús (Lc 1, 3-11). “Asunción” es ser llevado a
los cielos por Dios mismo o por los ángeles.

¿Es bíblica la Asunción de las personas?


Las personas pueden ser asuntas a los cielos como María. Fue
antes el caso de Enoc (Gn 5, 24) o de Elías (2 R 2, 11-12).

Alguien dirá que con Jesús se abren las puertas del cielo, porque
todos debieron esperar su llegada, pero olvida que los designios
de Dios no están al alcance de los hombres (Sb 17, 1; Rm 11, 33).
Ya lo dice la Biblia:

“YAHVEH hizo subir a Elías al cielo en un torbellino...” (2 R 2, 1)

¿Por qué fueron llevadas las personas al cielo?

Por la fe y por haber agradado a Dios toda la vida (“Enoc an-


duvo con Dios....” dice Génesis 5, 22). Dice San Pablo para que
entendamos el caso de Enoc:

“Por su fe también Enoc fue trasladado al cielo en vez de morir,


y los hombres no volvieron a verlo, porque Dios se lo había lleva-
do. Antes de que fuera arrebatado al cielo, se nos dice que había
agradado a Dios; pero sin la fe es imposible agradarle, pues nadie
se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los

295
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

que lo buscan.” (Hb 11, 5-6) ¿Fue ese el caso de María? Lo fue y
en mayor grado.

“La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participa-


ción singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de
la resurrección de los demás cristianos” (Catecismo, n. 966).

María nos precedió en el cielo y nos precederá siempre, como


madre del rey que se sienta al lado del trono (Sal 45(44), 7-10).

¿Cómo sabemos que efectivamente María fue asunta a los cie-


los?
Por la tradición de la Iglesia desde los principios del cristianis-
mo. Las tradiciones de la Iglesia se verifican contra la Sagrada
Escritura, y en este caso de la Asunción ya sabemos que es con-
secuencia necesaria de la Biblia.

Que las tradiciones de la Iglesia deben atenderse, es mandato


bíblico:

“Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y guarden fielmente


las tradiciones que les enseñamos de palabra o por carta.” (2 Ts 2,
15) “Les alabo porque me son fieles en todo y conservan las tradi-
ciones tal como yo se las he transmitido” (1 Co 11, 2; ver además
Hch 28, 17) Eso por supuesto contradice la típica tesis de los
hermanos separados de que la Biblia es la única fuente en los
temas de Dios, tesis que no tiene fundamento bíblico alguno.
Ave María.

296
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

2. La Medalla Milagrosa

E
n el año 1830, en la Casa Madre de las Hijas de la Caridad
de San Vicente de Paul, en París, Francia, la Santísima
Virgen se apareció en tres oportunidades a una humilde
y piadosa novicia, Sor Catalina Labouré. En las tres oportuni-
dades, Catalina vio a la Santísima Virgen, recibió mensajes y fue
tratada con amorosa y maternal atención.

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Relató la vidente de la Santísima Virgen a su confesor que hacia
las 11:30 horas de la noche del 18 de julio, oyó que alguien la lla-
maba por su nombre: “Sor Labouré, Sor Labouré ven a la capilla.
Allí te espera la Santísima Virgen”

Quien la llamaba era un niño pequeño y él mismo la condujo


hasta la capilla. Catalina se puso a rezar y después de oír un
ruido semejante al roce de un vestido de seda, vio a la Santísima
Virgen sentada al lado del Altar. Catalina fue hacia Ella, cayó de
rodillas apoyando sus manos en las rodillas de la Santísima Vir-
gen y oyó una voz que le dijo: “Hija mía, Dios quiere encomen-
darte una misión... tendrás que sufrir, pero lo soportarás porque
lo que vas a hacer será para Gloria de Dios. Serás contradecida,
pero tendrás gracias. No temas”.

La Santísima Virgen señaló al pie del Altar y recomendó a Ca-


talina acudir allí en los momentos de pena a desahogar su cora-
zón pues allí, dijo, serán derramadas las gracias que grandes y
chicos pidan con confianza y sencillez.

297
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

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Esta es la aparición en que la Santísima Virgen comunica a Su
vidente el mensaje que quiere transmitir. Esta aparición tiene
tres momentos distintos:

Dijo Catalina a su confesor que a la hora de la oración hacia las


5:30 de la tarde del 27 de Noviembre, oyó nuevamente el ruido
semejante al roce de la seda y vio a la Santísima Virgen.

Primer momento(La Virgen del globo): La Santísima Virgen


estaba en pie, sobre la mitad de un globo aplastando con sus
pies a una serpiente. Tenía un vestido cerrado de seda aurora,
mangas lisas; un velo blanco le cubría la cabeza y le caía por am-
bos lados. En sus manos, a la altura del pecho, sostenía un globo
con una pequeña cruz en su parte superior. La Santísima Virgen
ofrecía ese globo al Señor, con tono suplicante. Sus dedos tenían
anillos con piedras, algunas de las cuales despedían luz y otras
no. La Santísima Virgen bajó la mirada. Y Catalina oyó: “Este
globo que ves, representa al mundo y a cada uno en particular.
Los rayos de luz son el símbolo de las gracias que obtengo para
quienes me las piden. Las piedras que no arrojan rayos, son las
gracias que dejan de pedirme”: El globo desapareció.

Segundo momento (Anverso de la medalla): Cuando el globo


desapareció, las manos de la Santísima Virgen se extendieron
resplandecientes de luz hacia la tierra, los haces de luz, no de-
jaban ver sus pies. Se formó un cuadro ovalado alrededor de la
Santísima Virgen y en semicírculo, comenzando a la altura de la
mano derecha, pasando sobre la cabeza de la Santísima Virgen
y terminando a la altura de la mano izquierda, se leía:

298
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

“OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NO-


SOTROS, QUE RECURRIMOS A TI”

Catalina oyó una voz que le dijo: “Haz acuñar una medalla se-
gún este modelo, las personas que la lleven en el cuello recibirán
grandes gracias: las gracias serán abundantes para las personas
que la llevaren con confianza”.

Tercer momento (El reverso de la Medalla): El cuadro se dio


vuelta mostrando la letra M, coronada con una cruz apoyada
sobre una barra y debajo de la letra M, los Sagrados Corazones
de Jesús y de María, que Catalina distinguió porque uno estaba
coronado de espinas y el otro traspasado por una espada. Alre-
dedor del monograma había doce estrellas.

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En el curso del mes de diciembre del mismo año, Catalina fue
favorecida con una nueva aparición, similar a la del 27 de No-
viembre.

También durante la oración de la tarde. Catalina recibió nueva-


mente la orden dada por la Santísima Virgen de hacer acuñar
una medalla, según el modelo que se le había mostrado el 27 de
Noviembre, y que se le mostró nuevamente en esta aparición.
Quiso la Santísima Virgen que su vidente tuviera muy claros los

299
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

simbolismos de su aparición, por eso insistió de una manera


especial que el globo que ella tiene en sus manos, representa al
mundo entero y cada persona en particular; en que los rayos
de luz que arrojan las piedras de sus anillos, son las gracias que
Ella consigue para las personas que se las piden, que las piedras
que no arrojan rayos, son las gracias que dejan de pedirle; que
el Altar es el lugar a donde deben recurrir grandes y chicos, con
confianza y sencillez, a desahogar sus penas.

Después de vencer Catalina todos los obstáculos y contradic-


ciones que le había anunciado la Santísima Virgen, en el año
1832, las autoridades eclesiásticas aprobaron la acuñación de la
medalla. Una vez acuñada, se difundió rápidamente.

“ Amor, ternura, abnegación, sacrificio, todo esto es madre.


y todo esto es para nosotros María”
Monseñor Josep Comerma

300
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

3. El Silencio

E
l Silencio un lenguaje tan poderoso que alcanza el trono
de Dios. Para dar pasos gigantes en el proceso de con-
sagración debemos ser más silenciosos como María. El
corazón inmaculado de María meditaba todo en silencio y so-
siego; los grandes hombres de la fe no vienen de las academias
de teología, ni de las universidades, vienen de las montañas y
de los desiertos.
Esta soledad desafiante prepara al hombre para su misión en
la vida, no retirarse es perder mucha fuerza para afrontar las
grandes borrascas del mundo.
Y el mundo no es más que un maldito alboroto, con su ruido
espantoso, devora la vida interior del cristiano.
Santa Faustina, una de las Santas más admiradas de la moderni-
dad, nos dice en su diario de la Divina Misericordia:“El silencio
es una espada en la lucha espiritual; un alma que habla dema-
siado no alcanzará la santidad. Esta espada del silencio cortará
todo lo que quiera pegarse al alma. Somos sensibles a las pala-
bras y queremos responder de inmediato, sensibles, sin reparar
si es la voluntad de Dios que hablemos. El alma silenciosa es
fuerte; ninguna contrariedad le hará daño si persevera en el si-
lencio. El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión
con Dios; vive casi siempre bajo la inspiración del Espíritu San-
to. En el alma silenciosa Dios obra sin obstáculos”.( Diario DM,
pag 477). “Muchos han entendido las palabras de Jesús, pero
muy pocos han entendido su silencio” (Jean Lafrance).
El silencio prepara al hombre para los grandes combates, ¿acaso
nuestro Señor antes de empezar su vida pública no se retiró al
desierto? Varios pasajes de la escritura nos dicen que se retiraba

301
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

a las montañas a orar. ¿Juan el Bautista, no vivió en el desierto


antes de comenzar a preparar el camino? por eso sus palabras
eran fuego en la conciencia. Ni hablar de San Pablo que en el
desierto de Damasco fue confrontado y derrumbado completa-
mente por Dios, y en un silencio profundo de una habitación,
duró tres días, ciego y sin comer. Y qué decir de Moisés y Elías,
que se retiraban a la montaña, y en ellos se manifestaba el poder
de Dios, liberando pueblos de opresores muy poderosos.

“Callemos, guardemos silencio, pues en él hallaremos, si sabe-


mos buscarlo, nuestro tesoro, que es Dios”. (San Rafael Arnáiz;
Monje de la Trapa).

Ahora veamos lo que el Señor le ha hecho saber a Santa Faustina,


refiriéndose lo mucho que le desagrada un alma de un exagerado
hablar: “En tal alma no encuentro descanso. El ruido continuo Me
cansa y en ese ruido el alma no distingue Mi voz. ” (Diario DM)
Aquí he de referirme también de la reina del silencio, nuestra Señora,
que en la soledad del hogar de Nazaret permanecía mucho en silen-
cio, Era callada. Cuántas palabras se ahorró. Pero, más aun, cuánto
no dijo sin palabras.
Muchas veces calló María, para que sus obras hablaran, y para que
Dios hablara en Ella y en los demás.
Su silencio se hizo oración y acción. Lleno de vida, no superficial.
Un silencio colmado de las palabras de Dios. María “guardaba todas
las cosas en su corazón”; afirma el Evangelio. Corazón inmaculado
al que se consagra la humanidad; y en efecto, nuestro corazón debe
ser silencioso como el de ella, porque sólo en el silencio se pueden
comprender las palabras de Dios y sus santas inspiraciones.
¡Hermano! Al final, en el día del juicio vamos a rendir cuentas por
nuestras palabras. ¡Anímate a ser silencio como María.

302
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

4. Lectio Divina

L a «lectio divina» es una manera de entrar en diálogo con


Dios que nos habla a través de su Palabra.

¿Cómo se hace?
Se invoca el Espíritu Santo y luego los siguientes pasos:

1. LECTURA
¿Qué dice el texto?
t-FFSWBSJBTWFDFTFMUFYUPEFNBOFSBBUFOUBZSFTQFUVPTB
t)BDFSVOSFDVFOUPEFMPRVFTFMFZØDPOTVTQSPQJBTQBMBCSBT
como una historia.
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t%FUFOFSTF FTUBSSFQPTBS
TPCSFFMUFYUP
t%FTDVCSJSFMNFOTBKFEFGF

2. MEDITACIÓN
¿Qué me dice el texto?
t1POFSTFBOUFFMFTQFKPEFMB1BMBCSB EFKBSTFJOUFSQFMBS DVFT-
tionar, Interrogar del texto, descubrir su mensaje.
t*OUFSJPSJ[BS
t"IPOEBSFOMPRVFNFEJDFFMUFYUPFONJQSPQJBWJEB BMB
familia, a la comunidad y a la Iglesia.

3. ORACIÓN
¿Qué me hace decirle a Dios?
t%FTEFMPRVF%JPTNFIBEJDIPFOTVQBMBCSB BIPSBMF
respondemos con una alabanza, una acción de gracias, una
petición, un pedir perdón, etc.

303
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

4. CONTEMPLACIÓN
t&OFMTJMFODJPEJBMPHBNPTDPOÏM QVFTOPTFTDVDIB
t6TBSMBJNBHJOBDJØO WJTVBMJ[BSMBFTDFOB EFUFOFSTF NJSBSB
los discípulos, centrarse en Jesús y en el Espíritu Santo, dialo-
gar con ellos).
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t4FSFOJEBEBOUFFMNJTUFSJPEF$SJTUP

5. ACCIÓN
¿A qué nos comprometemos con Dios?
t%FFTUFUFYUPEFMBQBMBCSBEF%JPTRVFIFNPTSFĘFYJPOBEP
¿Qué nos está pidiendo a partir de hoy? ¿Qué vamos a hacer
para vivir este texto?

Buscad leyendo, hallareis meditando, llamad orando y os


abrirá contemplando.

“ Pues la Palabra de Dios es viva y eficaz


y más aguda que espada de dos filos; ella penetra
hasta la división del alma y del Espíritu,
de las articulaciones y de la médula, y es capaz de juzgar
los sentimientos y los pensamientos”
(Hebreos 4, 12)

304
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

5. Práctica de la Consagración Total


en la Sagrada Comunión
Antes de la Comunión

Humíllate profundamente delante de Dios.

a. Renuncia a tus malas inclinaciones y a tus disposiciones, por


buenas que te las haga ver el amor propio.

b. Renueva tu consagración diciendo: ¡Soy todo tuyo, oh María,


y cuanto tengo es tuyo!

c. Suplica a esta bondadosa Madre que te preste su corazón para


recibir en él a su Hijo con sus propias disposiciones. Le harás
notar cuánto importa a la gloria de su Hijo que no entre en un
corazón tan manchado e inconstante como el tuyo, que no de-
jaría de menoscabar su gloria y hasta llegaría a apartarse de Él.

Pero que si Ella quiere venir a morar en ti para recibir a su Hijo,


puede hacerlo, por el dominio que tiene sobre los corazones, y
que su Hijo será bien recibido por Ella sin mancha ni peligro de
que sea rechazado: Teniendo a Dios en medio no vacila
(Sal. 46, 6).

Dile con absoluta confianza que todos los bienes que le has
dado valen poco para honrarla. Pero que, por la Santísima Co-
munión, quieres hacerle el mismo obsequio que le hizo el Padre
Eterno: obsequio que la honrará más que si le dieses todos los

305
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

bienes del mundo.

Dile, finalmente, que Jesús, que la ama en forma excepcional,


desea todavía complacerse y descansar en Ella aunque sea en tu
alma, más sucia y pobre que el establo en donde Jesús se dignó
nacer porque allí estaba Ella.

Pídele su corazón con estas tiernas palabras: Tú eres mi todo;


préstame tu corazón! (Jn 19, 26 y Prov 23, 26).

En la Comunión
Dispuesto ya a recibir a Jesucristo, después del Padrenuestro, le
dirás tres veces: Señor no soy digno de que entres en mi casa...
(Mt 8, 8; Lc. 7, 6): como si dijeses, la primera vez al Padre Eter-
no que no eres digno de recibir a su Hijo único, a causa de tus
malos pensamientos e ingratitudes para con un Padre tan bue-
no, pero que ahí está María, su esclava, que ruega por ti y te da
confianza y esperanza singulares ante su Majestad: Porque tú
solo me das seguridad (Sal 4, 9).

Al Hijo le dirás: Señor, no soy digno, etc., que no eres digno


de recibirle a causa de tus palabras inútiles y malas y de tu in-
fidelidad en su servicio, pero que no obstante, le suplicas tenga
piedad de ti, que le introducirás en la casa de su propia Madre
que es también tuya y que no le dejarás partir hasta que venga
a habitar en Ella: Cuando encontré el amado de mi alma; lo
abracé y no lo soltaré más hasta que lo haya hecho entrar en la
casa de mi madre... (Ct 3, 4). Ruégale que se levante y venga al
lugar de su reposo y al arca de su santificación: Levántate, Se-
ñor, ven a tu mansión; ven con el arca de tu poder (Sal 132, 8). Dile
que no confías lo más mínimo en tus méritos, ni en tus fuerzas

306
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

y preparaciones.

Al Espíritu Santo le dirás: Señor, no soy digno..., que no eres


digno de recibir la obra maestra de su amor a causa de la tibieza
y maldad de tus acciones y de la resistencia a sus inspiraciones,
pero que toda tu confianza es María, su fiel Esposa. Dile con
san Bernardo: Ella es mi suprema confianza y la única razón
de mi esperanza. Puedes también rogarle que venga a María, su
indisoluble Esposa. Dile que su seno es tan puro y su corazón
está tan inflamado como nunca que si no desciende a tu alma,
ni Jesús ni María podrán formarse en ella ni ser en ella digna-
mente hospedados.

Después de la Comunión
Después de la Sagrada Comunión, estando recogido interior-
mente y cerrados los ojos, introducirás a Jesucristo en el Co-
razón de María. Se lo entregarás a su Madre, quien lo recibirá
amorosamente, lo colocará dignamente, lo amará perfectamen-
te, lo abrazará estrechamente y le rendirá en espíritu y verdad
muchos obsequios que desconocemos a causa de nuestras espe-
sas tinieblas.

O te mantendrás profundamente humillado dentro de ti mis-


mo, en presencia de Jesús que mora en María. O permanecerás
como el esclavo a la puerta del palacio del Rey, quien dialoga
con la Reina. Y mientras ellos hablan entre sí, dado que no te
necesitan, subirás en espíritu al cielo e irás por toda la tierra a
rogar a las criaturas que den gracias, adoren y amen a Jesús y a
María en nombre suyo: Venga, adoremos, venid, etc. (Sal 95, 6).
O pedirás tú mismo a Jesús, en unión de María, la llegada de su
reino a la tierra por medio de su Santísima Madre, o la divina

307
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Sabiduría, o el amor divino, o el perdón de tus pecados, o algu-


na otra gracia, pero siempre en María y por María, diciendo,
mientras fijas los ojos en tu miseria: No mires, Señor, mis peca-
dos, sino las virtudes y méritos de María. Y acordándote de tus
pecados, añadirás: Algún enemigo lo ha sembrado (Mt 13, 28).
Yo, que soy mi mayor enemigo: yo cometí esos pecados.

O también: Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa contra


gente sin piedad; sálvame del hombre traidor y malvado (Sal
43, 1), que soy yo mismo. O bien: Jesús mío, conviene que tú
crezcas en mi alma y que yo disminuya (Jn 3, 30). María, es
necesario que tú crezcas en mí y que yo sea menos que nunca.
¡Oh Jesús! ¡Oh María! ¡Crezcan en mí! ¡Multiplíquense fuera,
en los demás!

Hay mil pensamientos más que el Espíritu Santo sugiere y te


sugerirá también a ti, si eres verdaderamente hombre interior,
mortificado y fiel a la excelente y sublime devoción que acabo
de enseñarte. Pero, acuérdate que cuanto más permitas a María
obrar en tu Comunión, tanto más será glorificado Jesucristo, y
que tanto más dejarás obrar a María para Jesús y a Jesús para
María, cuanto más profundamente te humilles y los escuches
en paz y silencio, sin inquietarte por ver, gustar o sentir. Porque
el justo vive en todo de la fe y particularmente en la Sagrada
Comunión, que es acto de fe: El justo mío, si cree, vivirá (Hb 10,
38). (Tratado de la verdadera devoción a la Virgen Santísima,
San Luis María Grignion )

308
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

6. Los Cenáculos de Oración

“L
a Iglesia necesita de una fuerte conmoción que le im-
pida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en
la tibieza…esperamos un “Nuevo Pentecostés” que nos
libre de la fatiga, la desilusión, la acomodación del ambiente, una
venida del Espíritu que renueve nuestra alegría y nuestra espe-
ranza…Por eso, se volverá imperioso asegurar cálidos espacios de
oración comunitaria que alimenten el fuego del ardor inconteni-
ble y hagan posible un atractivo testimonio de unidad para que
el mundo crea”.

Documento de Aparecida V Conferencia General del Episcopa-


do Latinoamericano y del Caribe, en el numeral 362.

María Santísima, ha sido llamada por la Iglesia, y de una forma


particular por San Francisco de Asís, “esposa del Espíritu Santo”.

Entonces quien más que la Virgen María, esposa del Espíritu


es a quien le corresponde preparar el nuevo Pentecostés de la
Iglesia. Su intercesión maternal es indispensable porque “¡Ne-
cesitamos un Nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro
de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para
comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha
llenado nuestras vidas de `sentido´, de verdad y amor, de alegría
y de esperanza! No podemos quedarnos tranquilos en espera pa-
siva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las direcciones
para proclamar que el mal y la muerte que vivimos a diario no
tiene la última palabra…”(Documento Aparecida – numeral 548)

309
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿QUÉ SON LOS CENÁCULOS?


La palabra Cenáculo nos recuerda el lugar donde Jesús se reu-
nió con sus discípulos para la última cena y es el sitio de Jerusa-
lén donde María se unió con los discípulos después de la muer-
te y resurrección de Jesús para esperar la venida del Espíritu
Santo. A imitación de ellos nos unimos en torno a la Santísima
Virgen María mediante el Cenáculo para:

1. Para orar con María: Los Cenáculos deben ser ante todo en-
cuentros de oración. Pero esta oración debe ser con María, no
dada desde nuestro propio intelecto, necesidad o sentimiento.
Por este motivo, es una característica de todos los Cenáculos el
rezo del Santo Rosario. Con él se invita a la Virgen a unirse a
nuestra oración, se ora juntamente con Ella, mientras Ella mis-
ma va revelando a las almas el misterio de la vida de Jesús.

“El Rosario que recitáis en los Cenáculos, secundando la urgente


petición de vuestra Madre Celeste, es como una inmensa cadena
de amor y de salvación, con la que podéis envolver a personas
y situaciones y hasta influir sobre todos los acontecimientos de
vuestro tiempo. Continuad recitándolo, multiplicad vuestros Ce-
náculos de oración” (Mensaje del 7-octubre-1979).

2. Para vivir la consagración: Durante los Cenáculos debemos


ayudarnos mutuamente a vivir la consagración al Corazón In-
maculado de María. He ahí el camino que debe seguirse: habi-
tuarnos al modo de ver, de sentir, de amar, de orar y de obrar de
la Virgen. Por esto es fundamental la pausa de meditación que
hacemos en los Cenáculos, de otra forma corremos el riesgo
de alejarnos del clima de sencillez y familiaridad que hace tan
fructuosos nuestros encuentros.

310
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

3. Para confraternizar: Cuanto más se ora libre de nuestras pa-


labras y nuestra mente, más espacio se deja a la acción de la
Madre, tanto más sentimos crecer en nosotros el mutuo amor.
“¿Por qué os quiero reunidos en Cenáculos Conmigo? Para
ayudaros a amarse mutuamente y a vivir en la verdadera fra-
ternidad, en compañía de la Madre. Hoy es necesario que mis
Sacerdotes se conozcan, se ayuden, se amen de verdad, que sean
como hermanos reunidos por la Madre. Hay demasiada sole-
dad, hay demasiado abandono, hoy, para mis Sacerdotes. No
os quiero solos; ayudaos, amaos, sentíos y sed verdaderamente
todos hermanos”, (Mensaje del 17-enero-1974). Nos reunimos
con Ella para poder conocernos, amarnos y ayudarnos como
hermanos. (Cenáculos del Movimiento Sacerdotal Mariano.
Padre Gobbi)

Su Corazón es el cenáculo permanente en donde el Espíritu


Santo se derrama para formar en los corazones de los hombres
la imagen del Verbo Encarnado. Dios Espíritu Santo, se hizo
fecundo en María, su Esposa. Con Ella, en Ella y de Ella produ-
jo a su obra maestra, que es un Dios hecho hombre, y produce
todos los días, hasta el fin del mundo, en los miembros de su
cuerpo místico, a hijos de Dios, semejantes al Único Hijo. Por
ello, cuanto más encuentra a María, su querida e indisoluble Es-
posa, en una alma, tanto más poderoso y dinámico se muestra
el Espíritu Santo para producir a Jesucristo en esa alma y a ésta
en Jesucristo. (San Luis de Montfort)

Espíritu Divino, renueva tus maravillas en ésta nuestra era como


si fuera un nuevo Pentecostés, y concede que tu Iglesia, oran-
do perseverantemente e insistentemente con un solo corazón y
mente junto con María, la Madre de Jesús, y guiados por Pedro,

311
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

promueva el reinado del Divino Salvador, el reino de justicia, de


amor y de paz. ¡“Junto con María”! Juan XXIII

PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA PARA


LOS CENÁCULOS (Padre Gobbi)

La Virgen Santísima pide que hagamos cenáculos, ya que, a tra-


vés del acto de consagración que hacemos al final, entramos
en su Corazón Inmaculado, para prepararnos allí a recibir el
Espíritu de Amor, el Espíritu Santo.

1. Multiplicad por todas partes los Cenáculos de oración, que


Yo os he pedido, como lugares seguros, como refugios donde
protegeros de la tremenda tormenta que os espera.

2. En los Cenáculos sentiréis mi extraordinaria presencia.

3. En los Cenáculos experimentaréis la seguridad y la paz que


os da vuestra Madre Celestial.

4. En los Cenáculos seréis preservados del mal y defendidos de


los grandes peligros que os amenazan.

5. En los Cenáculos seréis formados por Mí en la confianza y en


una gran esperanza.

6. Porque el Cenáculo es el lugar de vuestra salvación que la


Madre Celestial ha preparado para vosotros en estos últimos
tiempos en los que la gran prueba ya ha llegado para todos.”

312
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

¿CÓMO ES POSIBLE QUE LOS APÓSTOLES ESTUVIESEN


ESPERANDO LA PROMESA DEL ESPÍRITU? CUANDO
UNA PROMESA MÁS SIGNIFICATIVA PARA ELLOS, QUE
ERA LA PROMESA DE LA RESURRECCIÓN… ¡NO LA
CREYERON!

Ciertamente es muy probable que los Apóstoles no tuvieran la


convicción para esperar el Espíritu; pero la Santísima Virgen,
esposa del Espíritu, sí tenía la certeza de la promesa de su Hijo.
Ella sí aguardaba su cumplimiento. María aguardaba por todo
el colegio apostólico el cumplimiento de la promesa del Espíri-
tu. Esto permite colocar una de las bases fundamentales para
un verdadero cenáculo: Esperar en la espera de María, o lo que
podría ser igual; esperar en la Fe de María.

Esto hace pensar que si algún miembro de un cenáculo espera


el cumplimiento de La Promesa, pero su espera es fruto de su
propia convicción y no es la convicción y esperanza de la San-
tísima Virgen María, por la consagración a Ella; esta sería una
Fe supremamente débil. De tal manera puede decirse que no
habría el terreno verdadero para el nuevo Pentecostés.

ESPÍRITU DEL CENÁCULO


“El Santo Rosario nos transporta místicamente a Nazareth, en
donde la Santísima Virgen María continua con el crecimiento
del cuerpo místico de su Hijo, con igual diligencia “ (SS. Juan
Pablo II)
1. Un encuentro con María
2. Aprender a orar con los labios de María
3. La preparación de un Nuevo Pentecostés
4. Esperar en la Fe de María (esperar en María)

313
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

5. Amarnos y servirnos los unos a los otros


(con el corazón de María)
6. Orar juntos con María

CÓMO SE HACE UN CENÁCULO


(Movimiento Sacerdotal Mariano)
La Virgen Santísima pide que hagamos cenáculos, ya que, a tra-
vés del acto de consagración que hacemos al final, entramos
en su Corazón Inmaculado, para prepararnos allí a recibir el
Espíritu de Amor, el Espíritu Santo.

1. Para eso, iniciar el Cenáculo siempre con la invocación que


Ella misma nos enseñó en su mensaje del 7/6/81: “VEN ESPÍ-
RITU SANTO, VEN POR MEDIO DE LA PODEROSA IN-
TERCESIÓN DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA,
TU AMADÍSIMA ESPOSA” (3 veces).

2. Oración del Santo Rosario: meditando los misterios, delan-


te de una imagen de la Santísima Virgen. Al final, rezar por el
Papa y sus intenciones, un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Los cánticos son libres, pero deben preferirse los marianos.

3. Lectura de uno de los mensajes del libro “A los Sacerdotes hi-


jos predilectos de la Santísima Virgen”: Breve comentario. Pero
“no es parte del espíritu de los encuentros pasar el tiempo oyen-
do sabias conferencias ya que habría el peligro de transformar
el Cenáculo en academia y la Fraternidad en polémica”
(P. Gobbi).

4. Un poco de catecismo: (Solamente en los Cenáculos fami-


liares).Fraternidad. Para que nos conozcamos, nos ayudemos

314
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

mutuamente para seguir adelante y nos amemos siempre más.

5. Acto de consagración: Si hubiese celebración de la Santa Misa


o Bendición con el Santísimo, la Consagración se hace antes de
la Comunión o de la Bendición, ya que María, con la consagra-
ción nos toma en sus brazos y nos da a Jesús.

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO


CORAZÓN DE MARÍA

Para los religiosos y laicos que se adhieren al Movimiento Mariano.

Virgen de Fátima, Madre de Misericordia, Reina del Cielo y de


la Tierra, refugio de los pecadores, nosotros, adhiriéndonos al
Movimiento Mariano, nos consagramos de un modo especialí-
simo a Tu Corazón Inmaculado.

Con este acto de consagración queremos vivir Contigo y por


medio de Ti, todos los compromisos asumidos con nuestra
consagración bautismal; nos comprometemos a realizar en no-
sotros aquella conversión interior, tan requerida por el Evan-
gelio, que nos libre de todo apego a nosotros mismos y a los
fáciles compromisos con el mundo, para estar, como Tú, sólo
disponibles para hacer siempre la Voluntad del Padre.

Y mientras queremos confiarte, Madre dulcísima y misericor-


diosa, nuestra existencia y vocación cristiana, para que Tú dis-
pongas de ellas para Tus designios de salvación en esta hora
decisiva que pesa sobre el mundo, nos comprometemos a vi-
virla según Tus deseos, en particular por lo que se refiere a un
renovado espíritu de oración y de penitencia, a la participación

315
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

fervorosa en la celebración de la Eucaristía y al apostolado, al


rezo diario del Santo Rosario y a un austero modo de vida, con-
forme al Evangelio, que sea un buen ejemplo para todos en la
observancia de la Ley de Dios, en el ejercicio de las virtudes
cristianas, especialmente de la pureza.

Te prometemos también estar unidos al Santo Padre, a la Je-


rarquía y a nuestros Sacerdotes, para oponer así una barrera
al proceso de oposición al Magisterio, que amenaza los funda-
mentos mismos de la Iglesia.

Bajo Tu protección queremos también ser los apóstoles de esta


hoy tan necesaria unidad de oración y de amor al Papa sobre el
cual invocamos de Ti una especial protección.
Finalmente, te prometemos llevar a las almas con las cuales en-
tremos en contacto, en cuanto nos sea posible, a una renovada
devoción hacia Ti.

Conscientes de que el ateísmo ha hecho naufragar en la fe a un


gran número de fieles, de que la desacralización ha entrado en
el Templo Santo de Dios, de que el mal y el pecado se propagan
cada vez más en el mundo, nos atrevemos a levantar, confiados,
los ojos a Ti, Madre de Jesús y Madre nuestra misericordiosa y
poderosa, y también hoy, invocar y esperar de Ti la salvación
para todos tus hijos. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen
María!

6. Acción de Gracias: Después de la Comunión, decir a Jesús lo


que la Virgen Santísima nos enseñó: “JESÚS, TÚ ERES NUES-
TRO AMOR, JESÚS TÚ ERES NUESTRO ÚNICO GRAN AMI-
GO; JESÚS, NOSOTROS TE AMAMOS; JESÚS, NOSOTROS

316
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ESTAMOS APASIONADOS POR TI”. Mensaje del 21/8/87.

PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN A LAS FAMILIAS


“La Santísima Virgen hace las siguientes Promesas a las familias
que realizan cenáculos:

1. Ayudará a vivir la santidad del Matrimonio, principalmente a


permanecer unidos y a ser fieles, a vivir el carácter sacramental
de la unión familiar. Hoy, cuando está aumentando el núme-
ro de las familias divididas por el divorcio, Nuestra Madre nos
quiere ver unidos bajo su manto, siempre en el amor.

2. Nuestra Santísima Madre quiere ayudar a los hijos de estas


familias. Actualmente existe para muchos jóvenes el peligro de
perder la fe, siguiendo por el camino del mal, del vicio, de la
droga. La Madre Santísima ayuda a estos hijos y promete que
como madre estará atenta al lado de ellos para hacerlos crecer
en el bien y salvarlos.

3. Nuestra Madre dice que estará siempre cerca de todas las ne-
cesidades tanto de orden espiritual como material.

4. Durante el período del castigo, Ella protegerá a estas familias


abrigándolas bajo su manto. Por eso yo les invito a que multipli-
quen en todo el mundo estos Cenáculos de oración.
(P. Stefano Gobbi).

317
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

7. Oraciones del Consagrado


PARA PEDIR EL AMOR A JESUCRISTO
«No espere alcanzar misericordia de Dios quien ofenda
a su Madre bendita».

Para alcanzar de tu misericordia una verdadera devoción hacia


tu santísima Madre y difundir esta devoción por toda la tierra,
concédeme amarte ardientemente, y acepta para ello la súplica
inflamada que te dirijo con san Agustín y tus verdaderos amigos:

Tú eres, oh Cristo,
mi Padre santo, mi Dios misericordioso,
mi rey poderoso, mi buen pastor,
mi único maestro, mi mejor ayuda,
mi amado hermosísimo, mi pan vivo,
mi sacerdote por la eternidad,
mi guía hacia la patria,
mi luz verdadera, mi dulzura santa,
mi camino recto, mi Sabiduría preclara,
mi humilde simplicidad, mi concordia pacífica,
mi protección total, mi rica heredad,
mi salvación eterna.

¡Cristo Jesús, Señor amabilísimo¡ ¿Por qué habré deseado du-


rante la vida algo fuera de ti, Jesús mío y Dios mío? ¿Dónde me
hallaba cuando no pensaba en ti?

Anhelos todos de mi corazón, inflámense y desbórdense desde

318
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ahora hacia el Señor Jesús; corran que mucho se han retrasado;


apresúrense hacia la meta, busquen al que buscan.

¡Oh Jesús! ¡Anatema el que no te ama! ¡Reboce de amargura


quien no te quiera! Dulce Jesús, que todo buen corazón dis-
puesto a la alabanza te ame, se deleite en ti, se admire ante ti,
Dios de mi corazón. Herencia mía, Cristo Jesús. Vive, Señor, en
mí; enciéndase en mi pecho la viva llama de tu amor, acrézcase
en incendio; arda siempre en el altar de mi corazón, queme en
mis entrañas, incendie lo íntimo de mi alma, y que en el día de
mi muerte comparezca yo del todo perfecto en tu presencia.
Amén.

CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO
A JESUCRISTO LA SABIDURÍA
ENCARNADA POR MEDIO DE MARÍA

¡Oh Jesús! Sabiduría eterna y encarnada, te adoro en la gloria


del Padre, durante la eternidad y en el seno virginal de María,
en el tiempo de tu Encarnación.

Te agradezco que hayas venido al mundo, hombre entre los


hombres y servidor del Padre, para librarme de la esclavitud del
pecado.

Te alabo y glorifico porque has vivido en obediencia amorosa a


María, para hacerme fiel discípulo tuyo.

Desgraciadamente no he guardado las promesas de mi bautis-


mo y no soy digno de llamarme hijo de Dios.

319
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Por ello, acudo a la misericordiosa intercesión de tu Madre, es-


perando obtener por su ayuda el perdón de mis pecados y una
continua comunión contigo, Sabiduría Encarnada.

Te saludo, pues, ¡oh María Inmaculada!, templo viviente de


Dios: en ti ha puesto su morada la Sabiduría eterna para recibir
la adoración de los ángeles y de los hombres.

Te saludo, ¡oh Reina del cielo y de la tierra!: a ti están sometidas


todas las criaturas.
Te saludo, ¡refugio seguro de los pecadores!: todos experimen-
tan tu gran misericordia.

Acepta los anhelos que tengo de la divina Sabiduría y mi con-


sagración total.

Consciente de mi vocación cristiana, yo, (nombres y apellidos),


pecador infiel, renuevo hoy en tus manos mis compromisos
bautismales.

Renuncio a Satanás, a sus seducciones y a sus obras, y me con-


sagro a Jesucristo para llevar mi cruz con él, en la fidelidad de
cada día a la voluntad del Padre.

En presencia de toda la Iglesia, te reconozco ahora, por mi Ma-


dre y Soberana.

Te ofrezco y consagro mi persona, mi vida y el valor de mis


buenas acciones pasadas, presentes y futuras.

Dispón de mí y de cuanto me pertenece para la mayor gloria de

320
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Dios en el tiempo y la eternidad.

Madre del Señor, acepta mi oblación y preséntala a tu Hijo: si él


me redimió con tu colaboración, debe también ahora recibir de
tu mano el don total de mí mismo.

Que yo viva plenamente esta consagración para prolongar en


mí la amorosa obediencia de tu Hijo y dar respuesta vital a la
misión que Dios te ha confiado en la historia de la salvación.

Madre de misericordia, alcánzame la verdadera Sabiduría de


Dios y hazme plenamente disponible a tu acción maternal.

Oh Virgen fiel, haz de mí un auténtico discípulo de tu Hijo, la


Sabiduría encarnada.

Contigo, Madre y Modelo de mi vida, llegaré a la perfecta ma-


durez de Jesucristo en la tierra y a la gloria del cielo. Amén.

ORACIÓN DE CONFIANZA
Si vives tu consagración a María, aseguras tus gracias, méritos y
virtudes, constituyendo a María en depositaria tuya y diciéndole:

«Acepta, querida Madre y Señora mía, todo cuanto soy y todo lo


bueno que he podido hacer, con la gracia de tu querido Hijo. Soy
incapaz de conservarlo, dadas mi debilidad e inconstancia y el gran
número, malicia e insistencia de mis enemigos espirituales.

Todos los días veo caer en el fango a los cedros del Líbano y a las
águilas que volaban en torno al sol convertirse en aves nocturnas.

321
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Mil justos caen a mi izquierda, diez mil a mi derecha.

¡Conserva mis tesoros, que no me saqueen! ¡Tenme de la mano,


que no caiga! ¡Defiéndeme que a ti me he consagrado! Yo te co-
nozco bien y en ti confío: eres la Virgen fiel a Dios y a los hombres,
y no dejas perder nada de cuanto se te confía; tú eres poderosa, y
nadie podrá hacerte daño ni arrebatarte lo que posees.»

ORACIÓN A JESUCRISTO
Gracias, amable Jesús mío, gracias por haberme concedido con-
sagrarme a tu Santísima Madre por esta consagración total, a
fin de que ella sea mi abogada ante tu Majestad, el suplemento
universal de mi profunda miseria.

Ay, Señor, ¡Débil como soy, sin ella ya hubiera naufragado en


mis pecados! Sí, María me hace falta ante ti y en todas partes:
para calmar tu justa cólera, pues te he ofendido tanto; para de-
tener el justo y eterno castigo que merezco; para poder mirarte,
hablarte, implorarte, acercarme a ti y darte gusto; para salvarme
y salvar a los demás; en una palabra, para hacer siempre tu santa
voluntad y procurar en todo tu mayor gloria.

¡Cómo quisiera, oh Jesús, publicar ante todas las criaturas tu


gran misericordia en favor mío! ¡Y hacer que todo el mundo
reconozca que, a no ser por María, hace ya tiempo estaría yo
condenado! ¡Y agradecerte dignamente un favor tan señalado!
¡María está conmigo. Qué consuelo! ¡Cómo no pertenecerle to-
talmente de hoy en adelante! Qué ingratitud sería la mía. Antes

322
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

prefiero la muerte. Mil y mil veces como san Juan ante la cruz
he aceptado a María como tu don más precioso y cuántas veces
me he consagrado a ella. Aunque todavía no conforme a tus
deseos.

Por ello la acepto ahora, como tú lo quieres, ¡Amado Jesús mío!


Y si ves en mí algo que no pertenezca a tan augusta Princesa,
arráncalo de mí; pues, si no es digno de ella, tampoco lo es de ti.

AL ESPÍRITU SANTO
Oh Espíritu Santo. Concédeme todas las gracias: planta, riega y
cultiva en mí el verdadero árbol de vida que es la amabilísima
María, para que crezca y dé flores y frutos en abundancia.

Oh Espíritu Santo, concédeme amar y venerar mucho a María,


tu Esposa fidelísima; apoyarme bajo su amparo maternal y acu-
dir a su misericordia en toda circunstancia, a fin de que con ella
formes perfectamente en mí a Jesucristo, grande y poderoso,
hasta la plena madurez espiritual. Amén.

A MARÍA
Dios te salve, María, Hija predilecta del Padre eterno; Dios te
salve, María, Madre admirable del Hijo; Dios te salve, María,
Esposa fidelísima del Espíritu Santo.

Dios te salve, María, Madre mía querida, mi amable Señora y


poderosa Soberana.

323
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Dios te salve, mi gozo y mi corona, mi corazón y mi alma. Tú


eres toda mía por misericordia, y yo te pertenezco por justicia.
Pero aún no lo soy suficientemente. Por ello me consagro hoy
totalmente a ti en plena y eterna disponibilidad, sin reservarme
nada para mí ni para los demás.

Si ves en mí algo que no sea tuyo, tómalo ahora mismo, hazte


dueña absoluta de cuanto tengo; destruye, arranca y aniquila
en mí cuanto desagrade a Dios; planta, levanta y realiza cuanto
quieras. Que la luz de tu fe disipe las tinieblas de mi espíritu.
Que tu humildad profunda sustituya a mi orgullo. Que tu con-
templación sublime encadene las distracciones de mi fantasía
vagabunda. Que tu visión ininterrumpida de Dios llene con su
presencia mi memoria.

Que el fuego de tu ardiente caridad incendie la tibieza y frialdad


de mi corazón. Que tus virtudes ocupen el lugar de mis pecados
y tus méritos sean ante Dios mi ornato y suplemento. En fin,
muy querida y amable Madre mía, haz -a ser posible- que no
tenga yo más espíritu que el tuyo, para amar a Dios con amor
puro y ardiente, como el tuyo.

No te pido visiones, ni revelaciones, ni gustos, ni contentos, in-


cluso espirituales.

Para ti el ver claro y sin tinieblas; para ti el saborear el gozo


pleno y sin amarguras; para ti el triunfar gloriosamente a la
diestra de tu Hijo en el cielo, sin humillación; para ti el mandar
sobre los ángeles, hombres y demonios, con poder absoluto y
sin oposición; para ti, finalmente, el disponer como quieras de
todos los bienes de Dios, sin reserva alguna. Esta es, ¡oh excelsa

324
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

María!, tu mejor parte que el Señor te ha concedido, y que no


te será nunca arrebatada. Lo cual me llena de inmensa alegría.

Para mí en este mundo sólo quiero gozarme en tu alegría; creer


a secas, sin ver ni gustar nada; sufrir, sin consuelo de parte de
las criaturas; morir continuamente al egoísmo, sin cansarme ja-
más; trabajar por ti esforzadamente hasta la muerte, sin interés
alguno, colaborando para la salvación de todo el mundo.
Te imploro solamente que, por misericordia, me permitas decir
tres amenes todos los días y en todos los momentos de mi vida:
«amén» a cuanto hiciste en este mundo mientras viviste en él;
«amén» a cuanto haces ahora en el cielo; «amén» a cuanto haces
en mi alma, para que en ella habites solo tú a fin de glorificar
en plenitud a Jesucristo en el tiempo y en la eternidad. Amén.

ORACIÓN A NUESTRA MADRE CELESTIAL


Dame tus ojos, Madre, para saber mirar,
si miro con tus ojos, jamás podré pecar.

Dame tus labios, Madre para poder rezar, …


Si rezo con tus labios… Jesús me escuchara.

Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar,


es tu lengua patena de gracia y santidad.

Dame tus manos, Madre, que quiero trabajar,


entonces mi trabajo, valdrá una eternidad.

Dame tu mano, Madre, que cubra mi maldad,

325
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

cubierto con tu manto al cielo he de llegar.

Dame tu cielo, oh Madre, para poder gozar,


si tú me das el cielo, ¿qué más puedo anhelar?
Dame a Jesús, oh Madre, para poder amar,
ésta será mi dicha por una eternidad. Amen.

OH SANTA MARÍA
Oh Santa María de mares estrella, Virgen, de Dios Madre y del
Cielo puerta. Retomando el ave de Gabriel te diera, la paz co-
rrobora cambia el nombre de Eva.

Al ciego ilumina y libra al cautivo, ahuyenta los males da bienes


divinos.

Haz ver que eres madre, por ti nuestras preces reciba el que es
tuyo y ser nuestro quiere.

Bendita Señora la más dulce y buena: borrando el pecado, en-


dulza las penas.

Danos vida santa y recto camino para que en el cielo veamos a


tu hijo.

Gloria al padre eterno, gloria a Jesucristo, gloria al Santo Espíri-


tu y gloria a los tres. Amén.

326
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

MAGNÍFICAT
Proclama mi alma la grandeza del señor, se alegra mi espíri-
tu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de
su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí: Su nombre
es Santo y su misericordia llega sus fieles de generación en ge-
neración. El hace proezas con su brazo: Dispersa a los soberbios
de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos
los despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de
su misericordia. Como lo había prometido a nuestros padres, a
favor de Abraham y su descendencia por siempre. Amén.

CORONILLA DE ALABANZAS A MARÍA


V/. Dígnate aceptar mis alabanzas, Virgen Santísima.

R/. Dame fuerzas contra tus enemigos.

1. Corona de excelencia.

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V/ Bienaventurada eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al


Señor y Creador del mundo.

327
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

R/ Engendraste al que te formó, permaneciendo siempre Virgen.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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V/ Oh Virgen Santa e inmaculada, no sé con qué alabanzas


honrarte dignamente.
R/ Porque llevaste en tu seno al que no pueden contener los cielos.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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V/ Muy hermosa eres, oh María


R/ No hay en ti mancha alguna.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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V/ Hay más virtudes en ti, Virgen María


R/ Que estrellas en el cielo.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

328
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Gloria al Padre, y al Hijo…

2. Corona de poder.

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V/ Gloria a ti, reina del universo


R/ Condúcenos contigo a la felicidad del cielo.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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V/ Gloria a ti, tesorera de las gracias del Señor


R/ Danos participar en los dones de Dios.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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V/ Gloria a ti, mediadora entre Dios y los hombres


R/ Haz que sea más íntimo nuestro encuentro con Cristo.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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329
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

V/ Gloria a ti, triunfadora sobre las fuerzas del mal


R/ Se nuestra piadosa guía por los senderos del evangelio.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

Gloria al Padre, y al Hijo…

3. Corona de bondad.

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V/ Gloria a ti, refugio de los pecadores
R/ Intercede por nosotros ante el Señor.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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V/ Gloria a ti, madre de los hombres


R/ Enséñanos a vivir como hijos de Dios.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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V/ Gloria a ti, alegría de los justos


R/ Condúcenos contigo a las alegrías del cielo.

330
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

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R/ Gloria a ti, prestísima ayuda nuestra en la vida y la muerte


V/ Llévanos contigo al reino de los cielos.

V/. Regocíjate, Virgen María


R/. ¡Regocíjate mil veces!

Gloria al padre, y al hijo…

OREMOS
Dios te salve, María, hija de Dios Padre, madre de Dios hijo,
esposa del Espíritu Santo, templo augusto de la Santísima Tri-
nidad.

Dios te salve, María, Señora mía, mi tesoro, mi belleza, reina de


mi corazón, madre, vida, dulzura y esperanza mía queridísima,
más aún, mi corazón y mi alma.

Soy todo tuyo, oh Virgen benditísima, y todo lo mío es tuyo.


More en mí tu alma para engrandecer al Señor, more en mí tu
espíritu para regocijarme en Dios. Oh Virgen fidelísima, ponte
como un sello sobre mi corazón, para que en ti y por ti perma-
nezca fiel al Señor.

331
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Concédeme, por tu bondad, la gracia de contarme en el núme-


ro de los que amas, enseñas, diriges, nutres y proteges como a
hijos.
Haz que despreciando por tu amor todos los consuelos terre-
nos, aspire continuamente a los bienes celestiales, hasta que por
medio del Espíritu Santo, tu esposo fidelísimo, y de ti, esposa
suya fidelísima, sea formado en mi, Jesucristo, tu hijo, para la
gloria del Padre Celestial. Amén.

332
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

8. Jornada Ideal de Consagrados


AL DESPERTAR
Soy todo tuyo. ¡Oh María!. Y cuanto tengo es tuyo.
¡Buenos días, Madre mía! Saluda a Jesús por mí. Adora a la San-
tísima Trinidad, que me concede este nuevo amanecer; présta-
me tu corazón y tus labios para decirle que hoy quiero amarle
sobre todas las cosas, sobre todas las personas, sobre todas las
circunstancias.

Di conmigo amén a la voluntad del Señor en cada instante.


Permíteme orar con tu pueblo, Israel: ¡Oh Dios! Tú eres mi
Dios, por ti madrugo, mi alma esta sedienta de ti, como tierra
reseca agostada y sin agua (Sal 63,3).

MIENTRAS EL ASEO PERSONAL


Madre, me pongo en tus manos como el más pequeño de tus hi-
jos e hijas, para que me purifiques interiormente como hace la
ducha con mi cuerpo. Y permíteme decirle al Señor de corazón:
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más
blanco que la nieve (Sal 51,9).

Péiname, perfúmame, adórname el alma, mientras yo lo hago


con este cuerpo mío que es tuyo, desde que lo consagre al Señor
por medio tuyo.

MIENTRAS ME VISTO
Revísteme, ¡oh María! Con tu sencillez, tu pobreza, tu humil-
dad, tu amor y fortaleza.

333
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Bien sabes cuánto necesito de estos vestidos para presentarme


ante el Señor y para convivir con todos los que me rodean. Des-
bordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque
me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de
triunfo, como novio que pone la corona o novia que me adorna
con sus joyas.

UN MINUTO DE ORACION EN LA MAÑANA


Yo sigo dialogando con Jesús a través de tu corazón. Madre Mía.
Adoro a Jesús Eucaristía en todos los sagrarios de la cuidad y
de los campos, pero de modo especial en el tabernáculo de tu
corazón inmaculado, en el mío tan pobre y necesitado, en el de
mis hermanos siempre en busca de Dios.

Te repito mas conscientemente soy todo tuyo, las 24 horas del


día, para ser más perfectamente de Jesús. Recuérdame siempre
lo que tantas veces me has repetido: amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con todo tu alma, con todas las fuerzas
(Dt 6,5).

DE CAMINO PARA EL TRABAJO O EL ESTUDIO


Sembrare cada paso con tu presencia y compañía, diciéndote
con el ángel y con toda la gente que encuentro: ¡Ave María! Iré
de tu mano, huyendo del peligro ayudando a cuantos pueda,
aunque sea con mi sonrisa, con mi rostro bondadoso y tranqui-
lo, con mi mano atente… porque todos son hijos tuyos. Que
todo lo que haga, de palabra o de obra, lo realice invocando al
señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él.
(Co 3,17)

334
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

EN LOS TRANCONES
Los aprovechare para observar a los que veo preocupados,
tristes, malhumorados, enfermos, agitados…Orare en mi in-
terior: Madre, dame tu tranquilidad; enséñame a parar, a pen-
sar, a aprovechar las oportunidades de mayor contacto inte-
rior contigo, con Jesús, con los acompañantes, con mi soledad.
Soy todo tuyo. Por algo permites esto… ¡Paciencia! Doy gracias
a Dios que me asocia siempre al cortejo triunfal de Cristo y por
nuestro medio difundiendo en todas partes el aroma de su co-
nocimiento (2 Co 2,14)

NO PUEDO IR A MISA
Celebrémosla, Madre, en el trabajo, en la clase… Ofrezcámonos
los dos el sacrificio de no poder comulgar sacramentalmente.

Ofrezcámonos por… (Enumere las intenciones). Nada os


preocupe. Antes bien, en vuestras acciones y súplicas, con ac-
ción de gracias, presentada a Dios vuestras peticiones

MISA DOMINICAL O DE DIA FESTIVO


¡Gracias, Madre, por acompañarme a esta Eucaristía! Ayúdame
a vivirla con alegría, con atención y devoción como si fuera la
última de mi vida.

Madre, que suba mi oración como incienso en tu presencia, el


alzar de mis manos, como ofrenda de la tarde (Sal 141,2)

ANTES DE LA COMUNION SACRAMENTAL


María, Madre mía, prepara mi corazón para recibir a Jesús.
Préstame tu amor y alberga al Señor como lo acogiste en la En-
carnación. Tú eres mi todo ¡préstame tu corazón! (Sal 4,10)

335
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

DESPUES DE LA COMUNION
¡Oh María!, conserva a Jesús en mi corazón, en mi vida.
Adóralo y ámalo por mí. No permitas que lo ofenda en este día
ni que lo deje olvidado en mi corazón. Ayúdame a llevarlo con
mucho afecto a todos los de la familia, de la comunidad, a los
amigos…

(si por algún motivo no puedo comulgar: Madre, haz que lo


sienta, que me falte, que sienta insatisfacción y por lo menos
haga comuniones espirituales mientras puedo recibir el Señor
sacramentalmente).

EN LAS COMIDAS
(Solo) Tengo tiempo limitado y estoy cansado, Madre mía, ayú-
dame para que así como busco renovar las fuerzas físicas, no
descuide las espirituales. Acompáñame en esta hora y hazme
compartir mi pan con los más necesitados.

(En familia) ¡Qué bien me siento con los míos! ¡Qué sabroso
me parece todo! Es porque tu estas presente uniéndonos y au-
mentando nuestro cariño cada día. Ved qué dulzura, qué delicia
convivir los hermanos unidos (Sal 133,1). Ayúdame a compro-
meter a otros familiares para que se consagren a ti y vivamos
todos nuestros soy todo tuyo y cuanto tengo es tuyo.

EN LOS ENCUENTROS AGRADABLES


¡Gracias, Madre, por tu presencia entre mis amigos y amigas!
Quédate entre nosotros y consérvanos la alegría del encuentro.
Que con el cariño con que doy la mano, abrazo, doy un beso,
amistades, sepa salir de mi egoísmo para dar más afecto y ser
menos indiferente con…

336
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

ENCUENTRO CON ALGUIEN A QUIEN NO ESTIMO


Estoy contigo y tú estás conmigo. No permitas que se muestre
frialdad, desinterés, indiferencia. Esa es una oportunidad para
testificar que soy cristiano y consagrado a ti.

Dame amor para que yo dé amor y ayúdame a respetar al otro.

EN LAS DIFICULTADES
Yo se que tu vida no fue fácil, María y que por eso y porque eres
mi madre, me comprendes.

No me abandones en esta circunstancia, aconséjame, dame se-


renidad. Haz que sepa decir contigo y con Jesús: no mi volun-
tad, sino la tuya, pero luchando para que todo sea mejor. Señor,
escucha mi oración, atiende a la voz de mi suplica, que mi grito
llegue hasta ti. (Sal 86,6; 102,2).

EN LAS BUENAS NOTICIAS


Madre, ¡gracias! ¡Qué alegría me procuras! Hazme disfrutar
este regalo, compartiéndolo.

Que mi gozo y mi paz sean para todos y especialmente, para los


más tristes y abandonados.

ANTES LAS MALAS NOTICIAS


Hágase tu voluntad. Soy totalmente tuyo por amor.

Comunícame tu luz, tu fortaleza, tu fe. Ahora más que nunca,


soy todo tuyo. Que mi forma de vivir el Evangelio contrarreste
todas las malas noticias que nos lleguen.

337
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

DESCANSO Y DIVERSION
Gracias, madre por esta oportunidad. Quédate conmigo y haz
que todos experimentemos tu presencia; comunícame tu ale-
gría, tu serenidad, tu buen humor, y generosidad para compar-
tir y tus actitudes de cortesía.
“Que quien me vea y quien me trate te ame”.

AL ENTREGARME AL SUEÑO
¡Buenas noches, Madre mía! ¡Gracias por permanecer siempre
a mi lado, por tus inspiraciones, por tu paciencia, por tu per-
dón. Dile a Jesús que tengo para Él los mismos sentimientos.

Gracias por el bien que pude hacer y el mal que pude evitar.
Perdón por el bien que hubiera podido hacer, pero no lo hice.

Ahora, descansa conmigo y recibe con otros tantos actos de


amor, los latidos de mi corazón, mi inspiración, mi quietud, mi
paz, mis sueños y acepta que, en mi inconsciencia te repita: soy
todo tuyo esta noche y mañana, si el Señor permite que vea otro
día. En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tu solo
Señor me haces vivir tranquilo.

Así sea.

338
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

9. Examen de Conciencia
Para confesarse bien se necesitan cinco cosas a saber:

1. Examen de Conciencia: Consiste en recordar todos los


pecados que hemos cometido después de la última confesión.

2. Arrepentimiento: Consiste en sentir verdadero dolor por


haber ofendido a Dios, y detestar el pecado. Para alcanzar el
arrepentimiento hay que pedírselo a Dios.

3. Propósito de Enmienda: Consiste en decidirse en no volver


a pecar; en estar dispuestos a evitar el pecado, cueste lo que
cueste. Si en alguna forma queremos volver a ese pecado, la
confesión queda mal.

4. Confesión de Boca: Consiste en decirle al sacerdote todos


los pecados que hemos descubierto al hacer nuestro examen de
conciencia.

Esta confesión de los pecados debe ser:


Sincera: Sin engañar al Sacerdote. Completa: Sin callarse
ningún pecado.
Humilde: Sin orgullo y arrogancia.
Prudente: Se debe utilizar palabras correctas y adecuadas, en lo
posible no debemos nombrar o descubrir pecados ajenos.
Sin Justificaciones: Que solo pretenden disimular nuestro
pecados.

5. Satisfacción de Obra: Consiste en cumplir la penitencia que


nos haya impuesto el sacerdote, con la intención de reparar los
pecados cometidos.

339
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

Es muy importante cumplir la penitencia, porque es parte del


mismo Sacramento.
Antes de confesarse hay que tener en cuenta:

¿Cuánto tiempo hace que me confesé la última vez?


¿Cumplí completamente la penitencia que me impuso el sacer-
dote? ¿Se me olvidó o callé algún pecado grave en confesiones
anteriores?

Con la confesión se obtienen tres gracias:


t/PTEFWVFMWFPOPTBVNFOUBMBHSBDJBTBOUJĕDBOUFMBBNJTUBE
con Dios.
t/PTEBGVFS[BTFTQFDJBMFTQBSBFWJUBSFMQFDBEPZSFDIB[BSMBT
tentaciones
t/PTEBBTDPZBOUJQBUÓBQPSUPEPMPRVFTFBPGFOEFSB%JPT

REFLEXIÓN PARA EL EXAMEN DE CONCIENCIA


El examen de conciencia es una oportunidad que tienes de
recordar aquellos aspectos con los cuales has ofendido a Dios.
No necesariamente tienes que seguir una guía de examen
de conciencia. Tu mejor guía es tu propia conciencia y a ella
debes acudir.

Examen de Conciencia
t¿Cuánto tiempo hace que me confesé?
t¿Cumplí la penitencia que me impuso el sacerdote? Si no la
cumplí, por qué no lo hice?
t¿Me olvidé o callé algún pecado grave en la última confesión?
¿Cuál?
t¿He rechazado la salvación de DIOS creyendo que nada es pe-
cado?

340
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t¿Vivo un ateísmo práctico, como si DIOS no existiera?


t¿He desconfiado de la misericordia de DIOS creyendo que es
imposible obtener el perdón de mis pecados?
t¿He abusado de la confianza de DIOS pecando con la inten-
ción de confesarme después?
t¿He tenido dudas sobre alguna verdad de la religión católica y
no me preocupo por aprender la verdad?
t¿Me he entretenido con películas, lecturas, chistes que se bur-
lan o rechazan a DIOS o la religión católica?
t¿He negado a DIOS ante empresarios, políticos o cualquier
otra persona, por mantener un puesto de trabajo o quedar bien
con alguien?
t¿He creído en supersticiones, hechicerías, brujería?
t¿He consultado adivinos, hechiceros, brujos?
t¿He consultado horóscopos, cartas de naipe, taza de chocolate
o cosas parecidas?
t¿He usado riegos, sahumerios, talismanes?
t¿He hecho pactos con el demonio?
t¿He practicado el espiritismo? ¿Creo en agüeros?
t¿He usado el maleficio contra alguien?
t¿He despreciado a DIOS, a la Santísima Virgen, a los Santos o
a las cosas Santas?
t¿He sido fiel a la fe católica, me he avergonzado de mi fe o mi
religión?
t¿He recibido la Sagrada Comunión estando en pecado grave?
Sin haberme confesado antes.
t¿En el dolor he renegado de la Divina Providencia?
t¿He adorado a personas o cosas?
t¿Tengo otros “dioses”, es decir, cosas por las que me preocu-
po y en las que confió más que en DIOS, como las riquezas, la
fama, el poder?

341
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t¿He pronunciado el nombre de DIOS sin respeto, es decir, con


ira o en burla, o por juego?
t¿He cumplido las promesas que he hecho a DIOS, a la Virgen
o a los Santos?
t¿He blasfemado o injuriado a DIOS de palabra?
t¿He jurado sin verdad?, cuando he jurado lo que es falso o
prometido lo que no tengo intención de cumplir.
t¿He jurado sin justicia?, cuando he jurado hacer una cosa
mala.
t¿He jurado sin necesidad?, cuando he jurado por cosas que no
son importantes.
t¿He maldecido alguna persona?
t¿He dejado de asistir a la misa los domingos y días de fiesta de
precepto?
t¿He trabajado sin necesidad los domingos y días de fiestas de
precepto?
t¿He amado, respetado y obedecido a mis padres?
t¿Me he avergonzado de mis padres por su edad, estrato social,
apariencia física, etc.?
t¿He socorrido a mis padres en sus necesidades?
t¿He amado a mis hijos?
t¿He educado cristianamente a mis hijos?
t¿He abandonado total o parcialmente a mis hijos?
t¿He vigilado y corregido a mis hijos? ¿He dado buen ejemplo
en mis hijos?
t¿He cumplido bien con mis deberes de estudiante?
t¿He cumplido bien y fielmente con mis deberes como jefe de
oficina, responsable de algunas actividades, empleado público
o privado, obrero?
t¿He pagado salarios justos a mis trabajadores?
t¿He tratado a mis empleados u obreros con respeto, bondad y
consideración?
t¿He obrado en todo de acuerdo con la Justicia?
t¿He deseado la muerte para otro o para mi mismo?
t¿Me he ido hasta los golpes con otra persona? ¿lo he herido,

342
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

torturado?
t¿He atentado contra la vida de los demás? En qué forma?
t¿He atentado contra la vida de los animales o de la naturaleza
por gusto o por dinero?
t¿He rechazado a una madre durante el embarazo o a su hijo
deseando que no nazca?
t¿He practicado el aborto? Lo he solicitado o autorizado?
t¿He aconsejado o ayudado a otros para que practiquen el
aborto?
t¿He asesinado a alguien?
t¿He despreciado, odiado o guardado rencor a alguien? ¿He de-
seado vengarme?
t¿He perdonado de corazón a los que me han ofendido?
t¿He perjudicado a otros en su salud física o moral?
t¿He practicado o colaborado con el secuestro, la extorsión o
cualquier forma de violencia?
t¿No he sabido controlar la ira o el mal genio?
t¿He insultado o agraviado a otros?
t¿He autorizado o practicado la eutanasia, es decir: que se de
muerte en una persona, sea feto o embrión, niño o adulto, an-
ciano, enfermo o agonizante con el pretexto de que no sufran o
tengan una vida desdichada?
t¿Me he embriagado? ¿Soy un alcohólico?
t¿He comido de gula? ¿o no como por cuidar mi cuerpo?
t¿He sido responsable al conducir vehículos?
t¿He respetado las leyes de tránsito?
t¿He sido consciente de que poner en peligro la propia vida o
la de otros es pecado?
t¿He cuidado de mi propia salud y la de las personas de las
cuales soy responsable?
t¿He sido causa para que otros pequen?
t¿He usado drogas alucinógenas o estimulantes: marihuana,
bazuco, cocaína o cualquier otro semejante?

343
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t¿He negociado con esas sustancias por ambición de dinero sin


importarme la ruina física y espiritual de los demás?
t¿He consentido en pensamientos y deseos impuros?
t¿He leído libros o cualquier literatura pornográfica?
t¿He asistido a espectáculos pornográficos?
t¿He asistido a casas de prostitución?
t¿He cometido, actos impuros de masturbación?
t¿He cometido actos impuros con otras personas, sexo oral,
sexo anal, etc?
t¿He sido adultero, es decir, infiel al esposo o a la esposa?
t¿Tengo una relación o quisiera tenerla con una persona casa-
da?
t¿He tenido relaciones homosexuales.
t¿He presionado o engañado a otras personas, para obtener de
ellas una relación sexual?
t¿He inducido a prácticas sexuales a menores de edad?
t¿He cometido incesto, violación sexual o tocado morbosa-
mente otra persona?
t¿He tenido relaciones con cosas o animales?
t¿Vivo en unión libre?
t¿He respetado mi cuerpo y el de los demás como el templo del
Espíritu Santo?
t¿He usado métodos artificiales de control de natalidad, o mé-
todos anticonceptivos?
t¿He robado? ¿He devuelto lo que me he robado?
t¿He devuelto oportunamente lo que me han prestado?
t¿He retenido injustamente objetos aún conociendo su dueño?
t¿He pagado oportunamente las deudas?
t¿He cobrado intereses de usura, más altos de los permitidos
por la ley?
t¿He engañado a los demás en el peso a medida de los artícu-
los?

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

10. Examen Mariano para antes de


acostarse accion de gracias.

¡D
ios y Señor mío! Creo firmemente que estáis aquí
presente; os adoro y amo sobre todas las cosas.
Gracias os doy por los beneficios de creación, reden-
ción, conservación, recepción de los Santos Sacramentos, por
las gracias especiales de este día y singularmente por haberme
dado una Madre tan buena y cariñosa como la Santísima Vir-
gen. Amén.

PETICION DE LUZ
Dadme ahora luz, para conocer las faltas de este día y gracias,
para detestarlas de todo corazón. Ayudadme, virgen María, a co-
nocer bien las ingratitudes e infidelidades que hoy he cometido.

DOLOR
¡Señor!, perdón, me pesan de veras estos pecados o faltas, no
sólo por el cielo y por los grados de gloria que he perdido ni por
el Infierno o Purgatorio y demás castigos que con ellos he mere-
cido, sino, sobre todo, por lo bueno que vos sois, por lo mucho
que me amáis y por lo mucho que os quiero yo amar, y además,
por lo que habrán disgustados a mi querida Madre Inmaculada.

PROPÓSITO
Por eso, ¡Dios mío!, me propongo no volver a cometerlas nunca
jamás. Dadme Señor, vuestras gracias, y Vos, Madre mía, vues-
tra ayuda y bendición, para que mañana me porte mejor y con-
siga disminuir mis faltas. Amén. (Ave María)

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

EXAMEN MARIANO

tAl despertar, ¿ha sido mi primer pensamiento para María?


t¿Me he levantado con prontitud para obsequiar a la Santísima
Virgen este sacrificio?
t¿He participado en la Misa y he comulgado en unión de María?
t En mis ocupaciones, ¿cuántas veces he pensado cómo las ha-
ría María para imitarla?
t¿Me he negado muchas veces a mi propia voluntad y a mi pro-
pio amor para darle gusto a María?
t¿Me he atrevido a negarle alguna cosa a mi Madre aunque me
costara mucho?
t¿He hecho hoy, con fervor, alguna penitencia o mortificación,
para obsequiar a la Santísima Virgen?
t¿He renovado la presencia de Dios y de la virgen?
t¿He hecho la visita diaria al Santísimo y a María?
t¿He rezado devotamente el santo Rosario?
t¿Hice bien la meditación en la compañía de la Santísima Virgen?
t¿He hecho bien la lectura espiritual dedicándosela antes a la
Virgen?
t¿He llevado con exactitud el examen particular?
t¿He sido fiel a mi distribución del tiempo pensando que así
agradaba a mi Madre?
t¿Me he ejercitado en la obediencia ciega a mis superiores y
en especial a mi confesor, oyendo su voz como si fuera la de la
Virgen?
t¿He hecho hoy algo por adelantar en la vida mariana y vivir
mejor la santa esclavitud?
t¿Me he acordado de las almas de los infieles y he hecho algo
por ellas pensando que también son hijos de la Virgen?
t¿Cómo he cumplido hoy los propósitos de los santos ejercicios?

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

t¿he cumplido bien con las obligaciones de mi estado a imita-


ción de la Santísima virgen?
t¿He faltado en pensamiento, palabra u obra a la virtud de la
pureza tan querida de mi Madre?
t¿Mis conversaciones han sido modestas y caritativas como
eran las de la Virgen?
tAl acostarme, ¿Me duermo en brazos de María y besando el
crucifijo?

CONCLUSION
He terminado el examen de conciencia…Humíllate profunda-
mente delante la gloriosa Reina, a la vista de tan numerosas faltas,
en las cuales he tan encontrado culpable…”Perdón, Oh divina
Madre, de haberte sido tantas veces infiel…No quiero desanimar-
me; quiero trabajar con energía y perseverancia por ser un hijo más
dócil, un esclavo más fiel…Te lo prometo, amada”

¡Deja que sea yo la que actúe!


(…) ¿Por qué te inquietas?
¿Por qué te preocupas?
Estar consagrado a Mí quiere decir:
dejarse conducir por Mí.

Quiere decir: fiarse de Mí,


como un niño que se deja conducir por su mamá.
Entonces debes habituarte

347
Mi Consagración a Jesús por Manos de María

a otro modo de pensar, a otro modo de obrar.


No te toca a ti pensar lo que se es para tu bien;
no hagas proyectos, no construyas el mañana,
porque –fíjate- yo lo disipo todo
y luego tu quedas mal…

¿porque no quieres fiarte de Mí?


Deja que sea yo quien te construya
-momento a momento- tu porvenir.
A ti te baste decir, como un verdadero niño:
“¡Madre, me fio en ti, y me dejo conducir por ti!
¿Dime qué debo hacer?”.

Deja también que a través de ti


sea yo la que obre, para esto ¡cuán ne-
cesario es morir en ti mismo!
Por eso es preciso que te habitúes a sufrir:
a no ser comprendido, a ser olvidado,
a ser también, un poco pisoteado.

¡Cuánto te duele esto! ¿Verdad?


Pero cuando hables de la consagración,
de cómo deberán confiarse totalmente a Mí,
entonces podrán mirar a esa persona y tú mismo
serás un buen ejemplo para ellos.
No sufras demasiado, hijo:

¡TE AMO, TE AMO, TE AMO TANTO!!!


¡¡¡ NO TENGAS MIEDO!!!
¿NO ESTOY YO AQUÍ, YO SOY TU MADRE?

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Mi Consagración a Jesús por Manos de María

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Imagen portada y contraportada


Severo Alvarez

Recopilado por:
Misioneros Dicma
Marisol Vargas Alzate
y
Juan Guillermo Hoyos

Discipulos Misioneros del Inmaculado Corazón de María

Página Web: www:misionerosdicma.com


Facebook: Discipulos y Misioneros del Inmaculado Corazón de María

mail: misionerosdicma@hotmail.com

Barranquilla Tel.: (5) 351 23 78, Granada Ant. Tel: (4) 832 03 93

Diseño y Diagramación
Mariluz Cardona

Impreso en los Talleres de:


Prograficas S.A.
Tel: (4) 239 35 89
Medellín Colombia

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