Introducción
El paro cardiorrespiratorio (PCR), se define como el cese súbito de actividad cardíaca
con el consiguiente colapso hemodinámico (1). Corresponde a una de las principales
causas de muerte en el mundo y en nuestro país. Ocurre principalmente
producto de arritmias, como la taquicardia ventricular (TV) y la fibrilación
ventricular (FV), pero también puede ocurrir debido a ritmos no desfibrilables
como la asistolia y actividad eléctrica sin pulso (AESP).
La asistolia se define como la ausencia total de actividad electro-mecánica a nivel
cardiaco, mientras que la AESP se define como un grupo heterogéneo de ritmos
electrocardiográficos organizados; sin contracción mecánica suficiente del corazón
para producir pulso palpable o presión arterial medible. Por definición, la asistolia y la
AESP son ritmos donde no existe perfusión, por lo que requieren el inicio de RCP de
forma inmediata. El tratamiento efectivo depende de compresiones efectivas,
tratamiento vasopresor (ej.: epinefrina) y rápida reversión de las causas subyacentes
(hipoxia, hiperkalemia, intoxicación y hemorragia). (2)
Epidemiología
1. Realidad internacional:
Se estima que el número de personas que sufre un PCR en USA varía entre 180000-
450000 personas. Estos valores disminuyen en américa del norte y Europa donde la
incidencia estimada es de 50-100 por 100000 personas.
Pese al avance en la reanimación cardiovascular, las tasas de sobrevida son bajas.
Estudios han reportado que en el ambiente extra hospitalario, las tasas de sobrevida
fluctúan entre 1-6%. En el caso de PCR extra hospitalarios atendidos por personal
especializado, estudios han reportado una sobrevida de 5-10% y de un 15% en aquellos
casos que existía fibrilación ventricular. En al caso de PCR intrahospitalarios se ha
reportado un 17% de sobrevida al alta. (3)
La incidencia de PCR aumenta drásticamente con la edad y con la presencia de
enfermedad cardiacas subyacente. Los hombres tienes 2-3 veces más riesgo de
experimentar un PCR que las mujeres. El riesgo de presentar un PCR aumenta 6-10
veces en la presencia de enfermedad cardiaca diagnosticada y 2-4 veces en la presencia
de FR para cardiopatía coronaria. La muerte súbita es el mecanismo de muerte en cerca
del 60% de los pacientes con enfermedad coronaria. Adicionalmente, el PCR es la
manifestación clínica inicial en aprox. 15% de los paciente con cardiopatía
coronaria. (1)
2 . Realiadad Nacional:
El paro cardiaco respiratorio (PCR) es la causa de muerte más importante en Chile,
afectando a cerca de 24.000 individuos al año. (4). En Chile no existe un registro
nacional exacto, sin embargo un estudio de paros cardiacos extra hospitalarios en la
Región Metropolitana atendidos por el SAMU durante el año 1995, pudo constatar una
mortalidad cercana al 98%. (5)
En cuanto al PCR extra hospitalario, en un estudio que realizó por el SAMU publicado
el año 2009 que incluyo a 221 pacientes, se reportó que en 58,1% el PCR ocurrió en
el domicilio. El primer ritmo monitorizado fue asistolia en 52,2%, fibrilación
ventricular en 32,4%, y actividad eléctrica sin pulso en 14,0%. Un 28,1% retornó a
circulación espontánea durante las maniobras. El 16,4% fue hospitalizado y 3,3% fue
dado de alta vivo. (6)
En cuanto al PCR intrahospitalario, en un estudio realizado en la UCH acerca de los
PCR perianestesicos publicado el año 2009, se analizaron los eventos ocurridos en
37.718 cirugías. Se observó que ocurrieron 19 PCR con una incidencia de 5,03/10.000.
El ritmo inicial fue desfibrilable en 5 casos (27,7%) y no desfibrilable en 13 (72,3%):
actividad eléctrica sin pulso en 6, asistolia en 6 y bradicardia extrema en 1. Del total de
pacientes, 13 sobrevivieron al evento (72,2%), 12 estaban vivos a las 24 horas (66,6%),
8 sobrevivieron al alta hospitalaria (44,4%) y 1 aún se encontraba hospitalizado.
Después del alta se siguió a 6 pacientes; todos ellos estaban vivos y sin daño
neurológico a los 6 y 12 meses. (7)
3. Etiología
Dentro de las causas más frecuentes de muerte súbita en el ambiente extra hospitalario
se encuentran:
Los reanimadores deben cambiarse cada 2 min cuando hay más de una persona
presente. Las interrupciones son minimizadas realizando los cambios cuando se
evalúe el ritmo y el paciente sea desfribrilado de ser necesario.
En caso de que se disponga de vía aérea avanzada, las compresiones deben ser
continuadas y solo interrumpidas cada 2 min para evaluar ritmo y ROSC.
Tratamiento fibrinolitico
Diagnóstico
El diagnóstico del PCR es fundamentalmente clínico:
Apnea o gasping
Ausencia de pulso
Cianosis
Elemento más importante de la RCP, debe tener prioridad sobre los procedimientos
avanzados como la intubación orotraqueal. Se debe estar en la posición óptima, en
algunas ocasiones puede requerir el uso de un taburete. El paciente debe estar sobre
una superficie firme, lo que puede requerir de una tabla si se realiza en una camilla.
Se realiza con ambas palmas, tres dedos sobre el apófisis xifoides del esternón. Para las
compresiones se debe utilizar el peso corporal, evitando la flexión de antebrazo, ya que
los músculos del brazo se pueden fatigar fácilmente.
La frecuencia de compresiones es 100-120 por minuto. Se debe comprimir el centro del
tórax fuerte y rápido, a una profundidad mínima de 5 cm. Se debe permitir una
expansión torácica completa después de cada compresión y se debe reducir al mínimo
la interrupción de las compresiones (10 seg o menos). Esto último es de gran
importancia, ya que da lugar a disminución en la presión de perfusión coronaria y
cerebral con un consecuente peor resultado.
En caso de obtener un ritmo desfibrilable, los reanimadores no deben interrumpir las
compresiones justo hasta antes del choque eléctrico a través del DEA y reanudar justo
inmediatamente después de la descarga.
Es importante dar30 compresiones para proporcionar dos ventilaciones, en el caso de
que existan dos reanimadores.
2. Ventilaciones
En paciente cuyo PCR esté relacionado con la hipoxia, es probable que las reservas de
oxígeno se hayan agotado, lo que exige la realización de la RCP con excelente
respiraciones.
Una ventilación apropiada para un adulto incluye 2 ventilaciones después de cada 30
compresiones, cada ventilación debe durar menos de 1 seg y proporcionar el suficiente
volumen corriente para que se eleve la pared torácica (500-600 ml). Un exceso de
ventilación o aumento de volumen debe ser evitado, ya que la presión positiva aumenta
la presión intratorácica con la consecuente disminución del retorno venoso, perfusión
pulmonar, gasto cardiaco y la presión de perfusión cerebral y coronaria.
3. Desfibrilación
Tan pronto como el DEA esté disponible, los reanimadores deben evaluar el ritmo
cardiaco y cuando se indique realizar la desfibrilación lo más rápido posible, no se
debe realizar ninguna intervención (intubación, colocación de cvc, administración de
medicamentos, etc). Una vez realizada la desfibrilación se debe continuar
inmediatamente con las compresiones torácicas.
Se prefieren los desfibriladores bifásicos, debido a los menores niveles de energía
necesarios para la cardioversión eficaz. Permiten medir la impedancia entre los
electrodos colocados en el paciente y ajustar la energía entregada en consecuencia. Se
utiliza por lo general, 360 J para un desfibrilador monofásico y 200 J para uno bifásico.
4. Control del pulso de análisis del ritmo
Comprobar el ritmo y pulso cada 2 minutos y esta interrupción no debe sobrepasar los
10 segundos.
Tratamiento Farmacológico
La vía de administración de elección es la vía venosa. Si se dispone de un acceso
venoso central, este es de elección por la rápida llegada de las drogas al corazón. Si el
acceso es periférico, las drogas deben ser administradas con 20 cc de solución
fisiológica posterior y el brazo levantado. No usar vías venosas por debajo del
diafragma.
a) Adrenalina
Catecolamina endógena con efecto alfa y beta adrenérgico. Es considerada la droga
vasoactiva de elección en el PCR. Ha sido comparada con otras drogas agonistas
"puras" como la fenilefrina, methoxamine y últimamente la vasopresina no
observándose mayor diferencia. Se recomienda una dosis de 1mg cada 3-5 minutos y se
sugiere considerar como candidatos para dosis altas (5mg o 0,1mg/kg) a aquellos
pacientes en los que el régimen estándar fracase.
b) Antiarrítmicos
Tienen un uso limitado, pueden aumentar tanto el umbral como la energía necesaria
para una desfibrilación exitosa, asociándose además a un aumento significativo de las
asistolías post desfibrilación.
La AHA(American Heart Association) continúa considerando a la lidocaína y al
bretylium como drogas IIa, es decir drogas aceptables, probablemente útiles. Se
recomienda usar la lidocaína en un bolo inicial de 1,5mg/kg. Repitiendo cada 3-5
minutos hasta una dosis total de 3mg/kg.
El ARREST Trial, randomizó 504 pacientes con PCR en taquicardia ventricular o
fibrilación ventricular que no respondieron a tres desfibrilaciones, a Amiodarona 300
mg. o placebo. Los resultados demostraron:
c) Atropina
Se postula que durante el PCR existe un tono parasimpático elevado como
consecuencia de la estimulación vagal producida por la intubación, la hipoxia y
acidosis del cuerpo carotídeo. La atropina es el tratamiento de elección en la
bradicardia sintomática a dosis de 0,5mg cada 5 minutos. Bloquea la acción de la Ach
sobre los nodos sinusal y A-V, aumentando la frecuencia cardíaca y la conducción A-V.
La recomendación es no sobrepasar la dosis máxima vagolítica de 3mg o de
0,04mg/Kg.
En adultos con asistolia se recomienda una dosis única inicial de 3mg.