La Inversión Extranjera Directa (IED) es aquella que realizan personas naturales o jurídicas
no residentes en el país donde se efectúa la inversión, la cual puede hacerse mediante la
compra de acciones o participaciones de una empresa establecida o constituida en el país con
ánimo de permanencia. La IED puede darse también a través de contratos que generen la
colaboración, concesión o servicios entre el inversionista y la empresa, así como mediante la
adquisición de inmuebles en el país de destino de la inversión. Estos aportes pueden hacerse
directamente en divisas que posteriormente son convertidas en moneda local, o en especie,
mediante la importación no reembolsable de bienes tangibles como maquinaria y equipos, o
intangibles, como tecnología y patentes.
La Inversión Extranjera Directa tiene implícito la obtención de un interés duradero por parte
de una entidad residente en una economía (inversor directo) en una entidad residente en otra
economía diferente a aquella del inversor y esta puede ser Greenfield o ser una Fusión y/o
Adquisición. Será Greenfield cuando se trate de la construcción de una instalación nueva, y
una Fusiones y Adquisición es cuando la IED se establece en una actividad ya existente.
Desde la perspectiva del mercado la IED podrá ser de carácter horizontal cuando el proceso
productivo se sucede en el país receptor y de carácter vertical cuando la producción forma
parte de un proceso productivo global. Tanto en la inversión extranjera de carácter horizontal
como en aquella de carácter vertical, puede darse que los procesos productivos involucren o
no una proporción de insumos nacionales.
Esa IED puede orientarse a la producción de bienes o servicios con diferentes niveles de
tecnología y en razón a ello el impacto sobre la economía receptora será diferente.
Determinantes
Existen diversas razones para que una empresa decida invertir en otro país. Casi todos los
argumentos que se han ofrecido para la existencia de IED pueden agruparse bajo
tres objetivos básicos: el intento de participar en nuevos mercados, aumentar
la eficiencia productiva a través de reducciones de costos y el intento de explotación de
ciertos activos estratégicos.
Explotación de nuevos mercados: Una de las principales razones que se han ofrecido para
las diversas formas de explicar la presencia de IED en una economía es la búsqueda de nuevos
mercados. Tradicionalmente se suponía que una empresa que proveía a una economía grande
y/o rica, podía asegurarse su participación en dicho mercado mediante una inversión directa.
En ese sentido, la IED tradicionalmente se entendía como un sustituto directo del comercio.
Por ende, un factor explicativo de este tipo de IED es el tamaño del mercado de destino, el
cual puede medirse mediante el ingreso total de una economía o mediante sus dos
componentes: el tamaño de la población y el ingreso per capita. De hecho, una parte de la
explicación en las décadas de los sesenta y setenta estaba basada en el fuerte proteccionismo
que caracterizaba a algunas economías. Esto se debía a que en un mercado protegido era más
atractivo el invertir en forma directa que utilizar la vía alternativa (exportar), la cual podría
ser muy costosa. Además, una economía protegida ofrecía un atractivo mercado cautivo. Este
tipo de IED se conoce en inglés con el nombre de garching-jumping.
Búsqueda de activos estratégicos: Este tipo de IED puede dividirse en dos situaciones
completamente extremas. Por una parte, se encuentra la IED que busca explotar la existencia
de ciertos recursos naturales. Este es la forma más tradicional y antigua de IED. Sin embargo,
en la actualidad este tipo de IED ha ido perdiendo importancia en el mundo, en parte porque
la dotación de factores es relativamente fija pero también como resultado del surgimiento de
muchos otros bienes que pueden sustituir a este tipo de recursos.
Otros determinantes de la IED: Los factores que hemos mencionado anteriormente
sugieren una serie de posibles determinantes de la IED: el tamaño del mercado, las
características de la fuerza laboral, la ubicación geográfica, la dotación de factores, etc. Sin
embargo, estos determinantes son válidos en un contexto puramente abstracto en donde los
aspectos institucionales son irrelevantes o idénticos en todas las economías. Por supuesto,
esto no es cierto y en la práctica existen una serie de factores institucionales y de política que
sin duda desempeñan un papel importante en la determinación de los flujos de IED.
Este otro tipo de factores pueden ser manejados mediante políticas gubernamentales y
pueden convertirse en instrumentos de atracción o repulsión de la IED. Para propósitos de
este estudio, distinguiremos entre dos tipos de factores: factores institucionales o
estructurales y políticas de incentivos.
3. VARIABLES QUE AFECTA LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA.
En la especificidad del impacto de la IED sobre las variables que afectan el "desarrollo
económico" está, desde luego la formación de capital que tiene un efecto sobre el crecimiento
del PIB, pero en un sentido más amplio la literatura indaga también acerca del efectos que la
IED tiene sobre la absorción o apropiación tecnológica que muchos autores señalan como
"desbordamientos" (Spillovers). De igual manera el efecto que la IED tiene sobre los flujos
de comercio (balanza de pagos) y sobre el empleo.
IED y Formación de capital: El impacto de la IED sobre la formación de capital puede
darse de manera directa en la medida en que esta inversión incremente la participación de la
inversión total en el PIB, o de manera indirecta mediante la estimulación de inversiones
domésticas complementarias.
El desarrollo de nuevos modelos de crecimiento obliga a que el análisis contemporáneo de la
relación entre IED y generación de inversión doméstica se enmarque dentro de lo que se
conoce como la teoría del crecimiento endógeno, en el modelo, en razón a que la IED genera,
a través de la transferencia de tecnología y los spill overs cambios
en productividad incentivando la inversión doméstica y el crecimiento del PIB.
Según estudios realizados por Bosworth y Collins (Loungani y Razin, 2001), un incremento
de un dólar en la IED, genera un incremento de un dólar en la inversión doméstica. El trabajo
de Megistu y Adams (2007) llega a conclusiones diferentes y encuentra que la IED no
incentiva sino que desplaza la inversión doméstica y que el impacto positivo sobre el
crecimiento proviene en gran parte de la eficiencia en la dotación de recursos ligada a esas
inversiones extranjeras. A igual conclusión llega el trabajo de Agosin y Mayer (2000), que
encontró que en algunos casos el incremento de la inversión total es menor al incremento de
la IED e inclusive puede que ésta no crezca cuando hay mayor IED. Este efecto de la IED
sobre la inversión doméstica es lo que los autores denominan CO (Crowding Out), o efecto
de expulsión.
Ramírez (2006, Otoño) argumenta que el impacto positivo que sobre la productividad tiene
la IED como resultados de spill overs, tecnología y otros, mejora la relación rentabilidad
general /tasa de interés, incentivando a los inversionistas domésticos a realizar nuevas
inversiones. Cuando la IED genera un efecto negativo sobre los flujos de capital (balanza de
pagos negativa) el efecto positivo que se genera vía el incentivo a inversiones domésticas se
reduce a la mitad (Ramírez, 2006, Otoño) y esto lo refuerza quienes argumentan que los
modelos basados en una estrategia exportadora no sólo promueven la llegada de IED, sino
que esa inversión "tenía una mayor capacidad en el largo plazo de promover, en razón a
su eficacia, crecimiento económico" (Bhagwati, 1978 p-222).
Algunos autores van más allá y consideran que en el largo plazo la IED resulta en una
desangre de inversión, pues los recursos que saca del país son mayores a los que ingresan,
generando un detrimento en el bienestar general del país receptor (Reis, 2001, agosto).
Respecto al impacto directo que la IED tiene sobre la formación de capital es conveniente
tener en cuenta si se trata de una inversión Green Field o de una fusión y/o adquisición. Es
evidente que en primer caso la inversión aumenta el stock de bienes de país y contribuye a la
formación de nuevo capital, mientras que en segundo caso, al menos en el corto plazo lo que
sucede es que la propiedad de un stock de capital, representado en edificios y maquinaria y
equipo cambia de manos.
Lo que indican los planteamientos anteriores es que el impacto de la IED sobre la formación
de capital es positivo y podrá ser mayor o menor dependiendo de los spill overs, de los flujos
de negativos de capital y de la naturaleza de la inversión (Green Field).
IED y Balanza de Pagos: Una preocupación que siempre ha existido con respecto al impacto
de la IED sobre la economía del país receptor, ha sido el que pueda tener sobre la balanza de
pagos. Si bien es claro que la IED es una entrada de divisas, tiene asociada a esta entrada una
salida por concepto de remisión de utilidades y/o regalías. Estos flujos dependerán de la
utilización de insumos domésticos en lo nuevos procesos de producción, de la proporción en
que la producción se destine al mercado nacional o internacional y de la proporción en que
el valor agregado se distribuya entre utilidades remitidas y aquellas que van a impuestos o
reinversión (Moosa 2002). En el caso de América Latina la evidencia muestra que el impacto
de la inversión extranjera sobre la balanza de pagos ha sido positiva (Maniam, 2007).
IED y Empleo: La relación entre IED y empleo estará mediada por la naturaleza de la
inversión en cuanto a si se trata de una nueva estructura productiva (Greenfield) o la compra
de una existente (Fusiones y Adquisiciones) y tendrá relación directa con el nivel de
tecnología incorporada que vaya acompañada de la inversión.
En el plazo inmediato la IED en actividades nuevas (Greenfield) la generación de empleo
será grande y por el contrario, en el plazo inmediato las inversiones que se suceden como
resultado de la compra o fusión con una empresa existente no necesariamente producen un
impacto positivo sobre el nivel de empleo. En el mediano y en el largo plazo este tipo de
inversiones pueden tener un impacto muy favorable sobre el nivel de empleo en la medida
que estos aumentos de productividad y eficiencia vuelvan la industria más competitiva
pudiendo acceder a un mercado más amplio, tanto en el ámbito nacional de la inversión como
en el mercado externo.
En el aspecto que se refiere al nivel tecnológico al cual se oriente la IED la relación con el
empleo tendrá, no solo implicaciones de cantidad (mayor o menor número de empleados),
sino de calidad. En la medida en que existan inversiones orientadas a industrias de alta
tecnología, el tipo de empleo que se genera será de una remuneración mayor y con un impacto
sobre la formación de recurso humano que se irradia al resto de la economía (spill overs). En
el caso de la IED que emplea personal más calificado, se ha encontrado que los niveles
salariales son mayores a los que paga la industria local y se puede afirmar que, en general, la
IED tiene un impacto en mejores niveles salariales.
4. INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA EN EL PERÚ.
Debido a que la economía peruana viene presentando en los últimos años un crecimiento
económico sostenido que se ha prolongado ininterrumpidamente por más de una década a
pesar de presentar algunos episodios de fuerte desaceleración dentro de en un entorno
complicado a raíz de las últimas crisis en los mercados financieros internacionales.
Dentro de este contexto positivo, un factor que ha contribuido decisivamente al dinamismo
de la producción nacional ha sido el Flujo de Inversión Extranjera Directa (FIED), que ha
significado el ingreso de importantes sumas de capitales del exterior orientadas hacia
distintos sectores de nuestra economía incrementando su dinámica de crecimiento. Estos
flujos de capital han sido atraídos por las oportunidades financiera y económicas que ha
venido ofreciendo el país, tales como la posibilidad de obtener altas tasas de rendimiento, en
un entorno favorable a la inversión privada y de libre mercado.
Antes de entrar a detalles más concretos, explicaremos como viene desvolviendo la inversión
privada de nuestra economía. El crecimiento de la inversión privada es el componente más
difícil de proyectar del PBI, dada su dependencia en algo tan volátil e impredecible como la
confianza que está asociada al nivel riesgo de cada país. La proyecciones del crecimiento 9.0
% parece algo conservador frente al 13.8 % del 2012.
Es preciso destacar también que, con el resultado alcanzado el 2012, la economía peruana se
posicionó como la sexta mayor receptora de FIED en América Latina y El Caribe, después
de Brasil, Chile, Colombia, México y Argentina. En dicho documento, la entidad nuestra que
la región en su conjunto logró un récord histórico de FIED, la cual llegó a US$ 174,546
millones, monto que representó un incremento de 5.7 % en comparación con el año 2011.
Asimismo, se indica que el Perú tuvo un mayor incremento porcentual en dicho rubro entre
los países de Sudamérica y de una de las más altas si se considera toda la región, sólo detrás
de los avances anotados por Belice (96 %), Jamaica (75 %) y República Dominicana (59 %).
Analizando la composición de los flujos de FIED hacia el Perú, se comprueba que de los US$
12,240 millones anotados en el 2012, unos US$ 8,263 millones estuvieron constituidos por
reinversión de utilidades de las empresas inversoras, en tanto que los aportes nuevos de
capital ascendieron a US$ 4,637 millones. Por su parte, los préstamos netos con
la matriz representaron un flujo negativo de US$ 659 millones en el año.
La evolución positiva de los flujos de FIED hacia el país ha ocasionado un considerable
aumento en el stock (saldo) de FIED en los últimos años. De acuerdo a cifras del BCRP
referidas por ProInversión3, dicho stock asciende a US$63,448 millones a diciembre 2012,
monto nominalmente mayor en 24 % a lo reportado al cierre del año anterior y cinco veces
superior a lo observado en el 2002.
Como se puede observar en la figura 3 la participación del flujo de FIED en el
comportamiento del PBI se ha venido incrementando en los últimos años además se observa
que el comportamiento es pro cíclico respecto al comportamiento al flujo de FIED.
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) reportó para el año 2015 un flujo de US$ 7
817 millones de inversión extranjera directa, monto inferior en US$ 68 millones al importe
obtenid en el año 2014, explicado principalmente por un escenario de precios internacionales
bajos (que afectan a la reinversión de utilidades, principalmente en empresas mineras) y de
lenta recuperación de la demanda interna.
Los FIED como aportes al capital de países de procedencia y sectores económicos de destino
De acuerdo a estimaciones realizados por Pro Inversión, el Stock de FIED constituido como
aportes de capital totalizó US$ 22,674 millones al 2012. Dentro de este total, y tomando en
consideración el país de la casa matriz del inversionista, destacaron los capitales provenientes
de España (21.25 %) y EE.UU. (13.29 %), seguidos por aquellos originarios de Sudáfrica
(7.67 %), Chile (7.25 %), Brasil (5.89 %), Reino Unido (5.80 %) y Canadá (5.63 %), entre
los principales, todos ellos representando casi el 67 % del total.
Este ranking sería diferente de aquel que se obtendría considerando el país de domicilio o de
origen inmediato, dado que, como señala Pro Inversión, por estrategia corporativa, diversas
empresas internacionales no canalizan sus inversiones directamente desde la misma sede de
la casa matriz, sino a través de subsidiarias en el exterior.
Por otro lado se tiene que al 2012 los principales sectores económicos de destino del stock
de FIED como aporte de capital fueron la minería (que concentró el 23.89
%), finanzas (18.46 %), comunicaciones (17.33 %), industria (13.72 %) y energía (13.50
%), actividades que en conjunto concentran casi el 87 % del total.
Además al 31 de diciembre de 2016, el saldo de inversión extranjera como aportes al
capital alcanzó los US$ 24,684 millones.
¿Por qué es importante invertir en el Perú?
Según el informe La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2016 de la
CEPAL, en Perú, al igual que en otros países con importantes industrias extractivas, la
importancia relativa del sector minero en las entradas de IED ha disminuido. Sin embargo,
otros sectores mostraron dinamismo, además de evidenciarse una interesante actividad de
fusiones y adquisiciones.
Las principales operaciones de inversión extranjera directa no vinculadas a minería en el
2015 son las siguientes:
La compra de la generadora eléctrica Fenix Power por parte de un consorcio liderado por la
empresa chilena Colbún; esta transacción fue una de las mayores fusiones y adquisiciones
transfronterizas registradas en América Latina y el Caribe en 2015 (US$ 786 millones).
Se completó a principios de 2016 la compra del 48% de la Corporación Lindley por parte de
la empresa mexicana Arca Continental, la segunda embotelladora de Coca Cola más
importante en América Latina (US$ 760 millones).
El banco canadiense Scotiabank adquirió los activos del banco estadounidense Citibank en
Perú (US$ 295 millones).
La empresa china Tangshan Jidong Cement Co., sexto fabricante de cemento del mundo,
anunció su intención de comprar Cementos Interoceánicos.
Se registró gran actividad vinculada al cambio de propiedad entre empresas extranjeras en
operaciones mineras de menor tamaño.
La empresa chilena Entel invirtió alrededor de US$ 500 millones para mejorar su red.
Telefónica de España invirtió unos US$ 8,500 millones en los últimos años y anunció nuevas
inversiones por US$ 2,000 millones para el periodo 2015-2017.
De acuerdo con la Sociedad Hoteles del Perú (SHP), la inversión hotelera en el país llegaría
a los US$ 1,211 millones entre 2015 y 2018.
Repsol invirtió US$ 215 millones en la modernización de la refinería La Pampilla.
Statkraft inauguró la nueva central hidroeléctrica Cheves, tras una inversión de US$ 636
millones.
5. SECTORES CON POTENCIAL PARA INVERTIR
Sector
Sector minero.
La minería es el sector que más contribuye al crecimiento anual del PBI debido a la fuerte
producción de cobre, oro, plata y hierro.
El aporte del sector minero al Producto Bruto Interno entre los años 2000 y 2016 tuvo una
variación de casi 40 000 millones de soles. Debido a la mayor exploración, explotación,
producción y exportación de minerales.
En el año 2016, los principales inversionistas de proyectos mineros en el Perú eran la China
con US$ 19.189 millones, Estados Unidos con US$ 10.135 millones y Canadá con US$
8.354 millones. Los capitales nacionales se ubicaban en la sexta posición con una inversión
que ascendía a los US$ 3.685 millones, según datos del Ministerio de Energía y Minas
(MEM).
Sector Hidrocarburos
Sector Minería e Hidrocarburos en Perú disminuyó en 2.70% en marzo por Niño
Costero
Este fenómeno climático afectó a algunas unidades mineras con paralizaciones y las
restricciones en las vías de comunicación (carreteras y vías férreas), según el INEI.
En marzo de 2017, el sector Minería e Hidrocarburos disminuyó en 2.70% en
comparación con igual mes del año anterior, sustentado en la menor producción del
subsector minería metálica (-2.70%) dado los efectos de las lluvias de El Niño
Costero, informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Explicó que este fenómeno climático afectó a algunas unidades mineras con
paralizaciones y las restricciones en las vías de comunicación (carreteras y vías
férreas).
Sector Eléctrico
En el sector eléctrico se gestiona y desarrolla uno de los servicios fundamentales para el
desarrollo productivo, económico y social de un país: el servicio de electricidad. Es por ello
que es tan importante la promoción de inversiones que permitan mantener en el corto,
mediano y largo plazo un servicio eléctrico seguro, continuo, de calidad y con capacidad para
incrementar la cobertura eléctrica nacional. En el Perú, las oportunidades de inversión se
encuentran en las 03 actividades que conforman el negocio eléctrico, estas son:
Generación.
Transmisión.
Distribución.
Sector inmobiliario
La población urbana del Perú continúa expandiéndose, la urbanización trae consigo una
continua demanda por viviendas, generalmente para familias de bajos recursos. A lo largo de
los últimos treinta años, ante la falta de acceso a los servicios financieros y un insuficiente
proceso de desarrollo territorial, los medios predominantes que han utilizado las familias
pobres para obtener vivienda han sido las invasiones de tierras y el autoconstrucción de
viviendas con bajo estándar. Como resultado, más de 3 millones de unidades están sobre
pobladas, y han sido construidas con materiales de baja calidad y carecen de uno o más
servicios básicos. Un estimado de 68 por ciento de la población vive en tugurios.
Sector transporte
Sector Turismo
Bárcena también llamó a mirar con atención el hecho de que en varios países de la región las
salidas de capital por rentas de IED superaron el flujo de ingresos en el período 2010-2016.
Pese a la recesión, Brasil aumentó en 5,7% sus entradas de IED en 2016 y se mantuvo como
el principal receptor en la región (78.929 millones de dólares, equivalentes a 47% del total).
En México, que recibió 32.113 millones de dólares y fue el segundo país receptor (19% del
total), la IED cayó un 7,9%, aunque se mantuvo en niveles históricos elevados. Las entradas
en Colombia crecieron un 15,9% hasta los 13.593 millones de dólares, posicionándose como
la tercera economía con mayores ingresos de IED (8%), por encima de Chile, que absorbió
12.225 millones de dólares de IED (7% del total). Panamá concentró el 44% de las entradas
en Centroamérica, y Costa Rica el 27%, mientras que dentro del Caribe República
Dominicana recibió 49% y Jamaica 16% de la IED de la subregión. La IED dirigida al sector
de recursos naturales cayó de 18% en 2010-2015 a 13% en 2016, en línea con el fin del auge
de los precios de las materias primas. En cambio, el peso de las manufacturas y los servicios
aumentó hasta llegar al 40% y 47%, respectivamente.
Las nuevas inversiones anunciadas se concentraron en energías renovables,
telecomunicaciones y la industria automotriz. Los proyectos en energías renovables
representaron el 18% del monto anunciado en 2016 (en 2005-2010 fue de 6%), lo que
posiciona a esta actividad como la más dinámica del período, especialmente en Chile y
México. En cuanto a los países inversionistas, el estudio indica que estos no se han
diversificado: el 73% del total de la IED ingresó desde Estados Unidos (20%), principal
inversor individual, y la Unión Europea (53%).
Según las estadísticas oficiales, China es responsable de solo el 1,1% de la IED recibida por
la región en 2016, dato que subestimaría la presencia de los capitales chinos en los países de
América Latina y el Caribe. De hecho, si se observa el valor de las fusiones y adquisiciones
en 2016, el gigante asiático fue el cuarto origen de la inversión. Dadas las grandes
operaciones que ha realizado China en el primer semestre de 2017, es de esperar que esta
participación aumente el próximo año, plantea el documento.
El informe también consigna que 2016 también fue un año débil para las empresas
transnacionales latinoamericanas, conocidas como translatinas. Las salidas de IED desde los
países de América Latina y el Caribe disminuyeron 50% hasta llegar a los 24.609 millones
de dólares. En el documento se analiza, como un caso de éxito bajo tensión, la evolución de
un sector que se ha desarrollado gracias a los ingresos de IED: la industria automotriz
mexicana. “Tras la crisis financiera internacional de 2008, esta industria ha vivido un
acelerado proceso de transformación, pasando de ser una plataforma de bajo costo para el
ensamblaje de vehículos de gama baja a una cadena productiva más integrada y diversificada
en términos de productos y sofisticación tecnológica”, explica la CEPAL.
Actualmente, la industria automotriz mexicana aporta más del 3% del PIB total y el 18% del
PIB manufacturero del país, logra un superávit comercial superior a los 52.000 millones de
dólares al año, cuenta con una IED acumulada de más de 51.200 millones de dólares desde
1999 (11% del total) y es responsable de unos 900.000 empleos directos. El 80% de la
producción está destinada al mercado de exportación, y un 86% de estas exportaciones tienen
como destino Canadá y Estados Unidos. De esta forma, México se ha convertido en el
séptimo productor mundial y el cuarto exportador de vehículos del mundo.
Las perspectivas de futuro de esta industria mexicana dependerán, según el análisis de la
CEPAL, de las transformaciones tecnológicas promovidas por la industria automotriz global,
de los cambios en el concepto de movilidad y en los patrones de consumo, y de la presión
regulatoria en torno a la seguridad, el medio ambiente y la eficiencia energética. También
influirá el clima de incertidumbre causado por los anuncios emitidos por la nueva
Administración de los Estados Unidos, concluye el informe.
El peor de la región
En América Latina, el Perú ocupó el último lugar en el número de operaciones registradas y
menor capital movilizado a junio del 2017.
Así, Brasil lideró el ranking de países más activos de la región con 512 operaciones y un
ascenso de 220% en el capital movilizado, el cual llegó a US$44.4 millones. Le
siguió México, con 148 operaciones, pero con una caída interanual de 13% de su importe
(US$10.7 millones)
Chile ocupó el tercer lugar, con 120 operaciones y US$5.1 millones, una caída de 49% de
capital movilizado. Le siguieron Argentina con 117 operaciones valorizadas en US$3.6
millones (una cubida de 3%) y Colombia con 78 operaciones que totalizan US$13.12
millones (un aumento de 155%)
CONCLUSIÓN
Perú captará us$ 6,577 para el año 2017, según el BCR. El Banco Central de
Reserva (BCR) informó que la inversión extranjera directa en el Perú sumará US$ 6,577
millones al cierre del presente año, lo que significa un aumento de US$ 477 millones respecto
a su proyección anterior. Según el Reporte de Inflación del BCR correspondiente a junio del
presente año, la inversión extranjera directa iba a sumar US$ 6,100 millones, pero ese montó
aumentó en el Reporte de Inflación de setiembre. Sin embargo, los US$ 6,577 millones del
2017 aún estarán por debajo de los US$ 6,863 millones obtenido el año pasado y los US$
8,272 millones del 2015. El documento señala que durante el primer semestre de 2017, el
flujo neto de capitales del sector privado fue negativo en US$ 1,200 millones, principalmente
por los menores desembolsos del exterior y la menor inversión directa extranjera en el Perú.
"Este menor financiamiento es consistente con la evolución de la inversión doméstica durante
el primer semestre", añadió. Asimismo, el BCR mencionó que se registraron mayores activos
externos de cartera de parte de las AFP y de depósitos de parte de empresas mineras y
petroleras. "Para el horizonte de proyección, la inversión directa extranjera se mantendría
como la principal fuente de financiamiento, por mayor reinversión de utilidades consistente
con la recuperación de la actividad y el mantenimiento de los altos precios de nuestros
minerales", explicó. También se contempla un mayor flujo de capitales de portafolio
mediante la emisión de bonos por parte del sector privado en el mercado internacional.
Asimismo, se espera una mayor inversión en activos externos de cartera y depósitos,
consistente con la evolución registrada en el primer semestre de este año. "Los capitales
externos de largo plazo del sector privado seguirán siendo la principal fuente de
financiamiento de la balanza de pagos y se espera que éstos asciendan a 5%, 4% y 4.2% del
PBI en 2017, 2018 y 2019, respectivamente, superando de manera holgada los requerimientos
de la cuenta corriente para ese período", dijo el ente emisor.
BIBLIOGRAFIA