Los especialistas identifican tres tipos de crisis financieras, las cambiarias, que
se generan cuando existe un movimiento especulativo contra una moneda y que
termina generando una devaluación de la misma, o una gran depreciación de
ella. Este contexto genera que las autoridades de aplicación monetaria del país
tengan que salir a defender la moneda a través del uso de las reservas que
ostenta en el banco central, o en su defecto pueden incrementarse los tipos de
interés.
Por otra parte, puede tratarse de una crisis bancaria que justamente afectan a
estas entidades y se producen por sus quiebras a raíz de los retiros en masa de
los depósitos por parte de los clientes y este contexto termina obligando a las
autoridades gubernamentales a intervenir para impedir quiebras masivas y un
crack total y devastador del sector.
Un ejemplo de este tipo de crisis es la que se produjo en República Argentina en
el año 2001, cuando los bancos cayeron a raíz de no poder sostener más la
llamada convertibilidad económica (un peso argentino igual a un dólar).
Es decir, quien tenía depositado mil dólares no recuperó los dólares, sino que se
le dio una suma equivalente en pesos al tipo de cambio vigente al día de la
resolución judicial favorable.
Y finalmente están las crisis de deudas externas que implican que un país no
puede hacer frente a sus obligaciones contraídas con sus acreedores exteriores.
Graves consecuencias
1971.- Fin del sistema de patrón oro. El excesivo gasto de EEUU en sus
inversiones en el exterior y la guerra de Vietnam hizo que sus reservas de oro
se redujeran drásticamente, con lo que el valor de la moneda dejó de estar
respalda por este metal. Por ello, en medio de fuertes especulaciones y de fugas
de capitales de EEUU, el presidente Richard Nixon decidió suspender la
convertibilidad con el oro y devaluó la moneda en un 10%, algo que hizo sin
consultar al resto de miembros del Sistema Monetario Internacional. Dos años
después volvió a devaluar la moneda, con lo que acabó finalmente con el patrón
oro. Así comenzó la época de los cambios flotantes en función de la evolución
de los mercados de capital.
1973.- Crisis del petróleo. El corte de suministro de los países de la OPEP en
la conocida como primera crisis del petróleo durante la guerra árabe-israelí del
Yom Kippur, provocó un incremento del precio del crudo de 2,50 a 11,50 dólares
en 1974. Esto elevó la factura energética de Occidente y provocó una fuerte crisis
en los países más industrializados. A partir de esta crisis de precios, los países
occidentales inician políticas de diversificación y ahorro energéticos y, entre otras
medidas defensivas, se crea la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en
1974.
1980.- Invasión de Irán por Irak. Al final de año el crudo alcanza nuevos precios
récord, 40 dólares el barril. Los altos precios llevaron a Occidente a producir más
de su propio petróleo en zonas como el mar del Norte.
1998.- Crisis del rublo. Rusia colapsó su sistema bancario nacional, con una
suspensión parcial de pagos internacionales, la devaluación de su moneda y la
congelación de los depósitos en divisas. El FMI concedió créditos
multimillonarios para atajar la caída libre de su divisa y que el impacto fuera
irreparable en el mercado internacional. También instó a sus autoridades a
acelerar las reformas estructurales internas para fortalecer su sistema financiero.
2000.- Crisis de las puntocom. Los excesos de la nueva economía dejaron una
estela de quiebras, cierres, compras y fusiones en el sector de internet y de las
telecomunicaciones y un importante agujero en las cuentas de las empresas de
capital riesgo. El 10 de marzo el principal índice del Nasdaq, máximo exponente
de la "nueva economía" y del éxito de las empresas de tecnología, cerró en
5.048,62 puntos, su máximo histórico. En solo tres años la crisis borró del mapa
casi 5.000 compañías y algunas de las grandes corporaciones de
telecomunicaciones, fueron protagonistas de los mayores escándalos contables
de la historia. La Reserva Federal estadounidense (Fed) respondió con una
reducción de los tipos de interés de medio punto.