"El arte no resuelve los problemas, pero nos hace conscientes de su existencia"-

escultora Magdalena Abakanowicz.

La educación artística, por otro lado, resuelve los problemas. Años de

investigación muestran que está estrechamente vinculado a casi todo lo que nosotros como
nación decimos. Queremos para nuestros hijos y exigimos de nuestras escuelas: logros
académicos, desarrollo social y emocional, compromiso cívico y oportunidades
equitativas.

La participación en las artes está asociada con ganancias en matemáticas, lectura,

capacidad cognitiva, pensamiento crítico y habilidad verbal. El aprendizaje de las artes
también puede mejorar la motivación, la concentración, la confianza y el trabajo en
equipo. Un informe de 2005 de la Rand Corporation sobre las artes visuales sostiene que
los placeres intrínsecos y la estimulación de la experiencia artística hacen algo más que
endulzar la vida de un individuo: según el informe, "pueden conectar a las personas más
profundamente con el mundo y abrir nuevas formas de ver” Creando las bases para forjar
lazos sociales y la cohesión comunitaria. Y la fuerte programación artística en las escuelas
ayuda a cerrar una brecha que ha dejado atrás a muchos niños: desde Mozart para bebés
hasta tutus para niños pequeños para viajes familiares al museo, los hijos de padres
acaudalados y aspirantes generalmente se exponen a las artes ya sea público o no. Las
escuelas los proveen. Los niños de bajos ingresos, a menudo, no lo hacen. "La educación
artística permite que los niños con antecedentes financieros tengan un campo de juego
más nivelado con los niños que han tenido esas experiencias de enriquecimiento", dice
Eric Cooper, presidente y fundador de la Alianza Urbana Nacional para una Educación
Efectiva.

Se ha convertido en un mantra en la educación que No Child Left Behind, con su

presión para elevar los puntajes de las pruebas, ha reducido el tiempo de clase dedicado a
las artes (y ciencias, estudios sociales y todo lo demás además de lectura y matemáticas).
La evidencia apoya esta afirmación: llegaremos a las estadísticas en un minuto, pero la
realidad es más compleja. La educación artística se ha ido deslizando durante más de tres
décadas, como resultado de presupuestos ajustados, una lista cada vez mayor de mandatos
estatales que han abarrotado el plan de estudios de la clase y un sentido público de que las
artes son hermosas, pero no esenciales.

Esta erosión destruyó las circunscripciones que podrían haber defendido las artes
en la era de NCLB: los niños que no tenían clases de música y arte en los años 70 y 80 tal
vez no aprecien su valor ahora. "Tenemos toda una generación de maestros y padres que
no han tenido la ventaja de las artes en su propia educación", dice Sandra Ruppert,
directora de Arts Education Partnership (AEP), una coalición nacional de artes, negocios,
educación, filantrópica. , y organizaciones gubernamentales.

La conexión entre la educación artística y el rendimiento académico

Sin embargo, en este contexto, una nueva imagen está emergiendo. Las iniciativas
de arte integrales e innovadoras están echando raíces en un número creciente de distritos
escolares. Muchos de estos modelos se basan en nuevos hallazgos en la investigación del
cerebro y el desarrollo cognitivo, y abarcan una variedad de enfoques: el uso de las artes
como herramienta de aprendizaje (por ejemplo, notas musicales para enseñar fracciones);
incorporar las artes a otras clases básicas (escribir y representar una obra de teatro, por
ejemplo, sobre la esclavitud); creando un ambiente escolar rico en arte y cultura (Mozart
en los pasillos todos los días) e instrucción práctica de arte. Aunque la mayoría de estas
iniciativas se encuentran en las etapas iniciales, algunas están comenzando a acumular
resultados impresionantes. Esta tendencia puede enviar un mensaje a las escuelas
enfocadas en forma maníaca, y quizás contraproducente, en lectura y matemáticas.

"Si están preocupados por los resultados de sus exámenes y quieren una manera
de mejorarlos, necesitan darles más artes a los niños, no menos", dice Tom Horne,
superintendente estatal de instrucción pública de Arizona. "Hay mucha evidencia de que
los niños inmersos en las artes se desempeñan mejor en sus exámenes académicos".