Las hadas, por lo general, son criaturas bellas, dulces, amables y llenas
de amor. Pero hubo una vez un hada que no eran tan hermosa. La
verdad, es que era horrible, tanto, que parecía una bruja.
Un día llegó una visita muy especial al bosque encantado. Era la reina
suprema de todas las hadas del universo: el Hada Reina. La cual estaba
visitando todos los reinos, países, bosques y parajes donde vivían sus
súbditos para comprobar que realmente cumplían su misión: llevar la
belleza y la paz allá donde estuvieran.
Tras la visita del Hada Reina se reunieron urgentemente todas las hadas
del consejo del bosque encantado.
-Esto es cosa del Hada Fea -dijo una de las hadas del consejo-. Ella es la
culpable.
-Vayamos a buscarla -dijo el Hada Gobernadora del bosque -. Hay que
expulsarla de aquí.
Todas las hadas fueron en busca del Hada Fea. Cuando la encontraron le
pidieron que se marchara. La pobre Hada Fea, pensando que era la
culpable, se marchó.
Pero cuando cruzó las fronteras del bosque, éste dejó de ser gris y pasó
a ser de color negro.
Los niños corrieron a abrazarla. Todos menos uno, que se quedó con la
boca abierta.
- ¡Mirad eso! -dijo el niño. El suelo que acaba de pisar el Hada Fea ha
recuperado su color, y también las flores que tiene a su lado.