En 1953, Ellis encontró al psicoanálisis como poco filosófico e ineficaz. También rechazó casi por
completo a la terapia de conducta. Así, entre 1953 y 1955 empezó a cargar sus armas terapéuticas
con grandes cantidades de filosofía y de desensibilización en vivo. De esta forma llegó a convertirse
en un auténtico terapeuta racional emotivo-conductual.
Al principio, la terapia racional emotivo-conductual era muy sencilla y quizá por eso en un primer
momento no alcanzó las cotas de popularidad que ha terminado alcanzando después. Se trata
de un método de psicoterapia breve que pretende ayudar a las personas a conseguir un intenso
cambio profundo, especialmente a nivel emocional.
Bien, veamos. Las personas vivimos inmersas en un contexto, tanto físico como social. Además nos
pasamos el día persiguiendo metas o actuando con un determinado propósito:
El modelo ABC
Sin embargo, al perseguir esos propósitos nos encontramos con un acontecimiento o adversidad
que nos bloquea y que puede hacernos sentir fracasados o bloqueados. Este acontecimiento es
denominado por Ellis con la letra A.
Cuando este acontecimiento ocurre, las personas pueden experimentar una
consecuencia saludable y útil. Sin embargo, también pueden consecuencias destructivas o no
saludables. Estas consecuencias son denominadas con la letra C.
¿Qué pasa con la letra B? La letra B sirve para denominar las creencias o pensamientos de la
persona. En este sentido, existen dos tipos de creencias para Ellis: las creencias racionales y las
irracionales.