Hay que señalar que las tesis de estos tres últimos capítulos no se
restringen al arte de masas como tal, sino que son ampliables al arte
en general. Carroll es reiterativo en las ideas, sobre as que vuelve una
y otra vez hasta que no quedan dudas de cuál es su crítica, su
posición personal, etc. Sólo se echa en falta una bibliografía final. Por
otra parte, hay que agradecer al traductor su magnífica labor, que,
entre otras cosas, se concreta en haber vertido correctamente los
títulos de las películas citadas al castellano, cosa no del todo habitual,
aunque se le han escapado expresiones como "los nuevos artes de
masas" (p. 143) que violan el género de la palabra en castellano.
Además un "haya" en lugar de "halla" (p. 225) y varias veces "porqué"
en lugar de "por qué" (p. 228, 312), así como "preposiciones" en lugar
de "proposiciones" (p. 253).
Sólo hay una cosa que no parece encajar en el discurso general de
Carroll. Al decir que "la narración de masas es formularia" (p. 173)
parece generalizar y contravenir, en cierto modo, las premisas que ha
venido defendiendo en algunos de los puntos de la obra, pues, ami
entender, este punto no queda del todo claro. Igualmente, la distinción
que establece entre arte esotérico y exotérico le lleva a hacer algunas
distinciones muy sutiles que, aunque lo intentan, en ocasiones no
hacen fácil distinguir el arte de masas del arte vanguardista distribuido
tecnológicamente. Teóricamente la distinción es perfecta, al presentar
los dos tipos como antitéticos en su definición misma, pero no me
atrevo a afirmar que pueda aplicarse en todos los casos de la práctica,
donde se da una mayor interrelación. En cualquier caso, se trata de
una obra imprescindible.
http://www.fyl.uva.es/~wfilosof/webSixto/carroll3.htm