maltrato
y abuso
sexual infantil
DIAGNÓSTICO DE MALTRATO Y ABUSO SEXUAL INFANTIL
Introducción
Desde los servicios sanitarios, el diagnóstico del abuso sexual requiere en la práctica la
actuación de médicos, enfermeros, psicólogos, distribuidos en dos niveles asistenciales: En
un primer nivel, es necesaria la implicación de todos los profesionales que atienden a perso-
nas menores de edad que contribuirán a la detección de indicadores y a la valoración inicial
del nivel de riesgo para la salud del menor. En un segundo nivel, un equipo interdisciplinar de
profesionales procederá a valorar los indicadores detectados y a establecer una valoración
diagnóstica, un pronóstico, tratamiento y recomendaciones para la recuperación de la salud y
del proyecto vital del menor, colaborando con las instituciones de protección, de justicia y
con las fuerzas de seguridad.
En el primer nivel asistencial se deben recoger y notificar los indicadores detectados a través
de la entrevista y de la exploración médica general. Se debe valorar el estado de salud, el
posible riesgo vital, el riesgo de desprotección, el impacto emocional y la necesidad de
realizar exploraciones por otros especialistas.
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Como resultado se obtiene el diagnóstico de abuso sexual expresado en un rango de probabil-
idad, como en otros problemas de salud.
INDICADORES DE SOSPECHA
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INDICADORES DE SOSPECHA
Físicos 74 Funcionales 33 Conductuales 466
Heridas y equímosis extragenitales 3 Taquicardia, palpitaciones 2 Tristeza 39
Prurito y molestias anales 6 Pérdida de conciencia, convulsiones 2 Miedo 42
Dilatación anal 4 Cefaleas 1 Rechazo al agresor 49
Fisuras y lesiones perianales 9 Dependencia al agresor 5
Estreñimiento secundario 2 Vergüenza 32
Sangrado anal 3 Apatía 15
Enrojecimiento perianal 5 Introversión 14
32 5 Baja autoestima 13
Culpa 23
Enrojecimiento vulvar, intróito, labios 17 Dolor abdominal 5 Trastorno del sueño 32
Alteraciones del hímen 12 Náuseas, vómitos 3 Cambios de conducta 40
Rendimiento académico 29
Conducta antisocial 14
29 8 Agresividad 24
Conducta regresiva 13
Vulvovaginitis, micosis, cistitis 10 Enuresis, encopresis 13 Conducta autolítica 3
ETS 1 Rechazo a la exploración 11
11 13 Alt. Conducta alimentaria 15
Pudor / aseo 12
Por lo general, los indicadores de sospecha suelen ser inespecíficos, en el sentido de que
pueden responder a otras causas diferentes del abuso sexual, como se ilustra en el estudio
multicéntrico de 76 menores atendidos en los hospitales públicos de Sevilla.
Algunas veces, por el contrario, la propia naturaleza de las lesiones, de las enfermedades, los
relatos del menor o los trastornos de conducta que presenta, solo pueden haberse producido
como consecuencia de conductas de abuso o agresión sexual, constituyendo indicadores
específicos de abuso.
Los menores que han sido víctimas de abuso sexual presentan una gran cantidad de síntomas
en el área de la conducta, alguno de ellos de gran especificidad relacionada con el abuso
sexual (conducta sexualizada, reacción de pánico ante la exploración) y otros muy inespecífi-
cos. También presentan con frecuencia lesiones o enfermedades y trastornos funcionales.
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El diagnóstico diferencial del abuso sexual hay que establecerlo, por lo general, con la exis-
tencia de enfermedades que ocasionan los síntomas, con otras causas que condicionan los
trastornos de conducta, alegaciones o relatos falsos, con mecanismos accidentales como
causa de las lesiones y, con la existencia de variantes anatómicas.
Conviene aclarar que el llamado “síndrome de alienación parental” o la utilización del menor
por parte de sus progenitores en situación de conflicto, por sí mismo no descarta la existencia
de abuso sino que añade otra forma de maltrato y de victimización del menor y supone una
dificultad añadida en la valoración de los profesionales.
2. Criterios facilitadores para la valoración del abuso sexual a menores, una vez detectados
indicadores de sospecha:
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· La propia naturaleza y características de las lesiones o enfermedades se relacionan específi-
camente con prácticas de abuso sexual.
· Exámenes o exploraciones complementarias.
EN LA ENTREVISTA Y EN LA
EXPLORACIÓN
• Heridas o marcas en genitales. • Relato espontáneo, sin la presen- • Manipulación del relato del/la
• Alteraciones del hímen. cia de adultos de su entorno, en los menor por terceras personas.
• Fisuras o erosiones en región que ofrece datos concretos. • Fabulación del/la menor.
anal o perianal. Rotura de • Lesiones en hímen, intróito, labios • Enfermedad inflamatoria crónica
crestas ilíacas, muslos, etc. del orificio que permite ver el tercio • Infección de transmisión vertical:
de sospecha de abuso.
sus familiares.
• Edad o emancipación de la
persona menor.
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Tabla 3: Criterios de valoración y diagnóstico diferencial de indicadores de la conducta del
menor. Gil Arrones, J.
INDICADORES DE LA
DE LA PERSONA MENOR
• Miedo a volver a casa, al colegio, • Los trastornos de conducta se • Trastornos primarios desadaptati-
• Conducta autolítica.
• Cambios en el rendimiento
escolar.
Este equipo debe tener presente que participa en una red de profesionales y de otros equipos
que tienen responsabilidad en la protección del menor, en el tratamiento integral y en la
administración de Justicia.
Trastornos, enfermedades o lesiones cuyo mecanismo de producción más frecuente son las
prácticas abusivas; aunque pudieran ser producidas por otra causa muy poco probable, que no
ha sido demostrada.
Por ejemplo: conducta sexualizada, relatos del menor pendiente de confirmación por psicólo-
gos especializados, algunas infecciones de transmisión sexual en edad prepuberal descartada
la transmisión vertical.
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Estos indicadores, por sí mismo, permiten establecer un diagnóstico de “certeza” de abuso
sexual. Durante el proceso de valoración se pueden detectar otros indicadores de sospecha.
En general, la objetivación de diferentes categorías de indicadores y la compatibilidad entre
ellos, incrementa la probabilidad del abuso sexual.
2. Probable abuso sexual cuando existen indicadores compatibles con abuso sexual y,
además:
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En cualquiera de estas circunstancias es necesario dar una respuesta asistencial de calidad al
menor que probablemente está siendo o ha sido víctima de abuso sexual, ya sea en el contex-
to intrafamiliar, por adultos ajenos a la familia o por otros menores.
De la misma forma, el trabajo en red con otras instituciones permite ofrecerle al menor
víctima de abuso sexual una respuesta integral: asistencial, de protección y de justicia
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Bibliografía
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