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ANTIMANUAL DEL

MAL HISTORIADOR
O ¿cómo hacer hoy una buena historia critica?

Carlos Antonio Aguirre Rojas

Los libros d
Primera edición:
Ed. La Vasija, Ciudad de México, México, febrero de 2002.
Segunda edición:
Ediciones Desde Abajo, Bogotá, Colombia, octubre de 2002. ÍNDICE
Tercera edición:
Editorial Prohistoria, Rosario, Argentina, enero de 2003.
Cuarta edición:
Ed. La Vasija, Ciudad de México, México, marzo de 2003.
Quinta edición: PRÓLOGO 9
Editorial Magna Terra, Ciudad de Guatemala, Guatemala, agosto de 2004.
Sexta edición: INTRODUCCIÓN 15
Ed. Centro "Juan Marinello", La Habana, Cuba, noviembre de 2004.
Séptima edición:
CAPÍTULO I
Ed. Contrahistorias, Ciudad de México, México, octubre de 2005.
DE ANTIMANUALES Y ANTIDEFINICIONES
DE LA HISTORIA 21

CAPÍTULO II
LOS SIETE (Y MÁS) PECADOS CAPITALES
DEL MAL HISTORIADOR 35

CAPITULO til
EN LOS ORÍGENES DE LA HISTORIA CRÍTICA 53

CAPÍTULO IV
POR LOS CAMINOS DE LA BUENA HISTORIA
ANTIPOSITIVISTA 71
ISBN 999-3969-22-2
, .
© CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS CAPÍTULO V
© Contrahistorias. La otra mirada de Clío LAS LECCIONES DE 1968 PARA UNA POSIBLE
CONTRAHISTORIA RADICAL 87
Estamos por la difusión más amplia posible de la cultura. Se permite la repro-
CAPITULO VI
ducción total o parcial de esta obra por medios electrónicos, mecánicos, quími-
cos, ópticos, de grabación o fotocopia, con el simple permiso escrito del editor. ¿QUÉ HISTORIA DEBEMOS HACER Y ENSEÑAR HOY?
UN MODELO PARA (DES)ARMAR 111
Diseño gráfico y formación: ALFREDO QUIROZ ARANA

Impreso en México / Printed in México BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL DEL BUEN SEGUIDOR


DE ESTE ANTIMANUAL 129
WALTER BENJAMÍN
"Sólo tiene derecho a encender en el pasado
la chispa de la esperanza aquel historiador
traspasado por la idea de que ni siquiera los muertos
estarán a salvo del enemigo si este vence..."

Walter Benjamín, Sobre el concepto de historia,


tesis VI, ca. 1940.
PRÓLOGO

Edeliberto Cifuentes Medina

¿QuÉ HISTORIA HAY QUE CONSTRUIR y enseñar a principios del siglo xxi?.
¿Es la historia un ejercicio intelectual y profesional que constituye
una verdadera necesidad y urgencia para la comprensión, interpre-
tación y explicación de un mundo en crisis?. ¿Y es todavía útil e
importante aprender y enseñar historia, en el mundo globalizado
de hoy, y dentro del vertiginoso proceso de vaciamiento de la
subjetividad que ahora vivimos?. ¿Tiene sentido que una persona
dedique su tiempo y su vida a un quehacer que en la mayoría de
los casos no requiere, supuestamente, de ninguna formación pro-
fesional y/o académica?.
Porque si bien es ampliamente reconocida la función que tiene
la memoria para el sujeto, y también la importancia que posee el
pasado en la sociedad, vale la pena preguntarse, ¿de qué memoria
se trata, y qué parte de ese pasado está estructuralmente expre-
sado en el presente?. ¿Y qué diferencias o similitudes existen entre
la memoria individual y la colectiva, y de otra parte la historia?.
Pero también, ¿cuál es el sentido de investigar y escribir historia
en un momento en el que aparecen nuevas interrogantes, e hipóte-
sis, y problemas, todos ellos sobre el sentido de la sociedad, sobre
las estructuras del poder y sobre el contenido de lo humano?. Y
aún más: ¿cuál es la importancia del trabajo del historiador, en una
época de generalizada confusión y de crisis de los paradigmas en
las ciencias sociales, pero también en los tiempos de un supuesto
carácter exclusivamente narrativo del discurso historiográfico, pro-
vocado por la anacrónica sobrevivencia del positivismo y defen-
dido en las delirantes posiciones del discurso posmoderno?.
Y es que, sin duda, ningún historiador que se considere
verdaderamente imbuido de su responsabilidad profesional, y
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

comprometido con su propia sociedad, puede dejar de plantearse de las ciencias sociales y de las reflexiones filosóficas más impor-
estas preguntas, y de realizar un serio y profundo análisis de su tantes. Por ello, el historiador que asuma su función como un tra-
trabajo, lo mismo que de la función y de los efectos que el mismo bajo creativo y comprometido con su sociedad no podrá atenerse a
pueda tener en el desarrollo social. Y aunque no es frecuente que el las viejas fuentes y a las viejas prácticas de recuperación del pasado
historiador reflexione sobre su quehacer, y sobre la importancia y concebidas sólo como un regodeo personal, o como un discurso
trascendencia del mismo en la percepción, comprensión, interpre- que sirve para entretener a los ociosos y a los "jubilados", llenando
tación y transformación de las complejidades de su sociedad, eso por ejemplo las secciones de la prensa en los fines de semana, en la
no impide que todo trabajo historiográfico cumpla una función, y simple lógica de ofrecer una "sana" distracción dominical.
que tenga por lo tanto una utilidad y un sentido, sea en la línea de Es decir que para construir una historia nueva y profunda-
la humanización, o por el contrario, en la de la deshumanización mente renovada, será necesario ubicar a esos diversos discursos
de esa misma sociedad. historiográficos en su función o de legitimadores, o de superadores
Es decir que todo trabajo o ensayo sobre la sociedad, sobre la de lo establecido. Caso este último en el que el trabajo del histo-
memoria, o sobre la historia, se enfrenta siempre a un claro dilema riador por esa historia nueva, será a la vez un análisis y supera-
ineludible, que es el de, o bien tener impactos perversos sobre la ción de sus fuentes, de sus técnicas, de sus métodos y hasta del
evolución y el desarrollo de la sociedad, o por el contrario, con- estilo de construcción del relato, junto a una inquietud y verdadero
vertirse en cambio en una verdadera herramienta para la estruc- entusiasmo para recuperar y recrear por cuenta propia las nuevas
turación de subjetividades individuales y colectivas que estén en formas de construir la historia, a partir entonces de otras fuentes, y
correlato con una condición humana plena, y con un conjunto de por ende de toda huella, creación y producción de lo humano.
valores y prácticas diferentes y superiores a las actuales. Por eso, Es pertinente, en consecuencia, en esta construcción de una his-
todo posible ensayo de este género, o bien reproduce prácticas toria crítica, acotar las particularidades de la historia tradicional y
autoritarias, o en cambio, se abre hacia la pluralidad de las accio- de la historia crítica moderna, y señalar que no solo hay una radical
nes, los procesos y los hechos; o bien se construye como una ver- diferencia en cuanto a la percepción, comprensión, y explicación
dadera y rigurosa forma de pensar, o por el contrario, se reduce al de los procesos sociales, sino a la vez una diferencia rotunda en
simple ejercicio del recuerdo y la nostalgia. cuanto a cómo asumir y concebir las relaciones de poder y de vida:
En suma, todo trabajo historiográfico, desde el más ingenuo porque si la historia tradicional es aburrida y llena de fechas, per-
y espontáneo hasta el más elaborado y crítico, deja su impronta, sonajes, protocolos palaciegos, siendo además legitimadora y con-
impacta y produce efectos en la conformación del sujeto y en las servadora, la historia crítica es en cambio una historia abierta a la
subjetividades, lo mismo que en el rol que las mismas juegan vida, a las creaciones y a las resistencias populares, lo mismo que a
dentro de la existencia y para la transformación de los modelos de todos los procesos que le dan centralidad a las expresiones huma-
vida. nas más esenciales.
Por ello, ningún trabajo historiográfico puede estar al margen Y es que el oficio de historiar implica tareas y prácticas verda-
de los desarrollos filosóficos, de los debates políticos, de los méto- deramente interesantes, novedosas y a tono con los sueños y crea-
dos y de las reflexiones que otros saberes hacen sobre lo humano ciones de los grupos que resisten y que luchan en los diversos
y lo social. Así, no es posible que el trabajo del historiador exista campos y frentes sociales por una vida mejor. Por eso, hacer esta
al margen de los aportes, problemas, hipótesis y métodos del resto historia genuinamente crítica implica superar los modelos que atan
CARLOS ANTONIO AÍJUIRRK ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

el trabajo del historiador a la simple narración del pasado, y a con- pero a la vez, una propuesta, para la práctica de un oñ'cio verdade-
tracorriente de esto, proponer que el trabajo del historiador actual ramente vital y a tono con los desarrollos actuales más avanzados.
debe situar su objeto de estudio dentro de inesperadas y siempre Es decir, una propuesta que no solo supera a las corrientes y dis-
heurísticas coordenadas del tiempo, del espacio, del tema y hasta cursos que reproducen lo formal y lo esquemático, sino que, avan-
de los resultados. zando a contracorriente, se apoya también en aquellas versiones
En suma, se trata de recuperar para el trabajo del historiador que ya han comprobado su poder y su fuerza para acceder hasta
aquellas tradiciones críticas forjadas en un previo esfuerzo de teo- las estructuras ocultas, hasta los entornos mas oscuros, en el obje-
rización y de reflexión, pero también de luchas, de debates y de tivo de iluminar ahora el lado generoso y creativo que practican
prácticas que recuperan el cambio, el movimiento, y los estilos de grandes sectores de la humanidad.
vida solidarios y sustentados en la pluralidad, la verdad y la justi- Así, para un todavía vasto sector de nuestro medio latinoameri-
cia. Se trata, seriamente, de asumir el trabajo de historiar en todas cano, y por ejemplo para Guatemala entera y también aún para
sus complejidades, en su rigor, en su profundo compromiso con México, la reedición de este Antimanual del mal historiador, O ¿cómo
la verdad, pero a la vez, con su función altamente ediñcadora y hacer hoy una buena historia crítica? representa la existencia de un
gratificante de saberse militante por la vida, lo mismo que por el material de capital utilidad para el debate y para la profesionali-
verdadero enaltecimiento de la condición humana. zación de un oñcio que, en todavía amplios espacios de nuestras
Este libro de Carlos Aguirre Rojas, que ahora se reedita por historiografías de América Latina, arrambla los lastres de esa his-
tercera ocasión en México, después de haberse editado ya en toria positivista, desde sus expresiones más vulgares, hasta las am-
Colombia, Argentina, Guatemala y Cuba, nos ofrece un expediente biguas formas de una supuesta historia cultural, o de una historia
documentado y riguroso sobre el por qué y cómo escribir esa his- política, o también de una sociología completamente inmediatista.
toria crítica antes mencionada, a la vez que nos devela los propósi- Con la riqueza de una trayectoria intelectual intensa y fructífera
tos deshumanizantes que se ocultan en la historia tradicional, en de ya largos años, y con experiencias en diversas Universidades
la historia oficial y en la versión más elaborada, pero no por ello y países de todo el mundo, aunque en pleno gozo de una de sus
menos perversa de la historia positivista. juventudes; con la ya extensa realización de estudios y publicacio-
Desde indicarnos los deslices simplificadores y de control de la nes, pero con la reiterada novedad de ofrecernos siempre un tra-
historia acartonada tradicional, hasta comentar los siete (y más) bajo que, desde la primera idea hasta la última propuesta crítica, no
pecados capitales del mal historiador, desde hacer una sistemática deja de provocarnos y de transmitirnos reflexividad, entusiasmo
y rigurosa exposición de los orígenes de la historia crítica hasta y energía por el ejercicio de una profesión que es y será siempre
exponer las formas y/o modos de una historia antipositivista, y edificante si se le asume con los afectos, rigores e imaginación que
desde un señalamiento de los vicios y perversiones de la historia exige la práctica de toda ciencia; y con la ya conocida apabilidad y
elaborada desde el poder, hasta la exposición de los nuevos discur- particular deferencia hacia todas las naciones de nuestra América
sos historiográñcos que afloran a partir de los movimientos con- Latina, expresadas en las múltiples visitas académicas realizadas
trasistémicos de 1968, de emergencia y expresión planetaria, es que en los últimos cuatro lustros, pero siempre con una renovada
se arma el argumento de este libro. frescura de nuevos saberes, Carlos Antonio Aguirre Rojas deja,
Porque este último es una crítica (en su acepción de examen con esta publicación y con su magisterio, su impronta dentro de la
sistemático), de las diversas versiones tradicionales de la historia, actual historiografía latinoamericana.

12 I
CARLOS ANTONIO AGUIRRK ROJAS

Corresponde entonces a los seguidores realmente críticos de


Clío, en este espacio nuestro que llamamos Latinoamérica, con-
tinuar rompiendo lanzas por una historia renovada, actualizada, INTRODUCCIÓN
crítica y alimentada en las más añejas tradiciones de resistencia,
de lucha y de esperanza. Y ello, con la más profunda convicción
de que nuestro trabajo y nuestros afanes, inscritos en el horizonte "Creo en el futuro porque yo mismo
del objetivo de alcanzar la existencia de "Un mundo en el que participo en su construcción"
quepan todos los mundos posibles", y con la seguridad de que
"Otra América Latina es todavía posible", serán siempre un trabajo Jules Michelet
y unos afanes profundamente gratificantes y socialmente convo-
cantes.
En México, algo muy importante comenzó el primero de enero de
Ciudad de Guatemala, 1994. Hasta el punto de que podemos añrmar que el "breve siglo
octubre de 2004. xx", que a nivel general comienza con la Primera Guerra Mundial
y con la Revolución Rusa de 1917, para cerrarse con la caída del
Muro de Berlín, ha comenzado en cambio, en nuestro país, con
el estallido de la Revolución Mexicana de 1910, para concluir pre-
cisamente en esa fecha simbólica importante que representa la
irrupción pública del movimiento neozapatista mexicano. Porque
los siglos verdaderamente históricos se construyen, precisamente, a
partir de las diversas duraciones de los fenómenos que dentro de
ellos se despliegan, dándole temporalidad y sentido a las distintas
curvas evolutivas que esos mismos siglos representan. Entonces,
cuando se cierra un siglo histórico, distinto del simple siglo cro-
nológico, se cierran con él esos mismos procesos fundamentales
que le dieron vigencia y sustancia, cambiando la página de la his-
toria, para inaugurar nuevos procesos y nuevas situaciones, igual-
mente correspondientes al nuevo siglo y al nuevo ciclo histórico
que comienza.
Por eso, entre tantas otras razones, es que se impone también
la construcción de un nuevo tipo de historia. Y esto, en el doble sen-
tido de participar activamente en la transformación de esa historia
real que los hombres y las sociedades construimos todos los días,
pero también en la línea de intentar edificar un nuevo tipo de saber
histórico y de discurso historiográfico, capaz de aprehender y de

14 15
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

reflejar adecuadamente a esas nuevas realidades de la historia real, pasado que a través de luchas, insurrecciones, rebeliones y resis-
pero también capaz de proveernos de algunas de las herramientas tencias prolongadas y continuas, han logrado preservar y man-
intelectuales necesarias para intervenir eficazmente en dicha cons- tener vivo hasta el día de hoy.
Por eso urge reescribir toda la historia de México, incorporando
trucción renovada de esa historia real.
Algo que por lo demás, ha sido también planteado por los indí- de manera orgánica y sistemática dentro de su trama, entre varios
genas rebeldes de nuestro país. Pues ellos han insistido constante- otros, también a este sujeto indígena y al conjunto de sus acciones,
mente en que su lucha es también una lucha de la memoria contra intervenciones, luchas y resistencias específicas. Como también
el olvido, lo que significa que es también un intento por recuperar urge comenzar a ver la historia, en general, de un modo nuevo y dife-
y por mantener viva la memoria de su propia historia, la memoria rente, haciéndola, escribiéndola, investigándola y enseñándola de
de sus luchas y de sus reclamos, tanto como la reivindicación del una manera radicalmente distinta a como lo hemos hecho hasta
pasado, del presente y del futuro que ellos, como indígenas, repre- ahora, una manera diferente que sea realmente acorde con estos
sentan, y que la historia oficial ha borrado e ignorado sistemática- nuevos tiempos que han comenzado a vivirse en México después
de 1994.
mente durante siglos.
Porque si la historia la escriben siempre los vencedores, y si Pero es claro que es imposible construir una historia nueva, con
cada clase que domina reinventa al pasado y a las tradiciones para las viejas y desgastadas herramientas que corresponden a los tam-
legitimar su propia dominación, entonces es claro que el papel bién ya anacrónicos modos en que se ha practicado hasta hoy el
que han tenido los indígenas mexicanos, dentro de las múltiples oficio de historiador en nuestro país. Pues son esas viejas concep-
historias oficiales escritas durante siglos en nuestro país, ha sido ciones de la historia, y esas viejas fuentes y técnicas consagradas
un papel completamente marginal e irrelevante. Ya que lo mismo durante tantas décadas, y repetidas durante lustros y lustros en las
en la visión abiertamente racista, que trata al indígena como si aulas, las que han forjado esa historiografía oficial que no sólo ha
hubiese sido una simple "materia prima" de los conquistadores, ignorado a los indígenas, sino también a las mujeres, e igualmente
como presa y punto de apoyo de la sociedad colonial que "lo mes- a los campesinos, a los obreros y a las grandes masas populares, a
tiza", que en la visión paternalista y despreciativa que lo quiere la vez que se concentraba solamente en el estudio de la vida de los
"normalizar", "modernizar" e incorporar al "progreso" de nuestra presidentes y de los políticos mas conocidos, en las pugnas de los
modernidad capitalista, el papel que se le ha asignado a los pueblos pequeños y elitistas grupos o facciones de las clases dominantes,
indígenas de México, ha sido siempre el de simples objetos pasivos o en el análisis de los discursos y las obras de tal o cual literato,
y receptivos de la historia, pero nunca el de sujetos activos, rebeldes, científico, o 'gran personaje' de nuestra historia nacional. Poniendo
actuantes y poseedores de un proyecto propio y específico de vida, entonces el énfasis en ese estudio de las guerras, de los tratados, de
de sobrevivencia, de resistencia y de modernidad alternativas, e las acciones del Estado y de la biografía de los supuestos "grandes
incluso de propuestas de caminos diferentes para el desarrollo de héroes" de la nación, la historia oficial e incluso una inmensa ma-
yoría de la historia académica, ha hecho hasta el día de hoy caso
ciertos procesos en nuestro país.
Así que cuando los neozapatistas reclaman mantener viva la omiso de las realidades económicas, sociales, culturales y civiliza-
herencia de sus muertos y de sus antepasados, lo que están reivin- torias que, en profundidad y de una manera esencial, han definido
dicando es justamente ese pasado que ellos mismos han construi- las grandes líneas de la evolución de nuestra historia en general.
do, y en el que siempre han sido los sujetos de su propia historia,

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CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

Por eso, hace falta llevar a cabo una doble tarea transformadora donde el porvenir no sea visto, como sucede hoy, con aprehensión
dentro del vasto espacio de nuestros estudios históricos actuales: y con temor, sino por el contrario, con verdadero optimismo y con
en primer lugar, un trabajo sistemático de crítica permanente de profunda esperanza.
esa historia oficial, positivista y tradicional, trabajo que al mismo
tiempo que denuncia y demuestra las inconsistencias y la pobreza
de los resultados historiográficos producidos por esta historia li- * * *
mitada que ha sido dominante en nuestro país hasta el día de hoy,
hace evidente también la clara función conservadora del statu C\UQ
que ha cumplido y que cumple este mismo tipo de historia pere-
zosa y complaciente con los actuales grupos y clases dominantes.
Pero también y en segundo lugar, es ahora necesario mostrar con
claridad los nuevos rumbos por los que debe transitar la nueva his-
toria que urge comenzar a elaborar, explicando con paciencia y
detalle el conjunto de herramientas intelectuales y de puntos de
apoyo que habrá que utilizar en la construcción de esa otra histo-
ria diferente y crítica, a la vez que avanzamos, audazmente, en las
primeras aplicaciones y reconstrucciones de los diferentes temas y
períodos que comprende nuestra propia historia nacional.
De este modo, promover e impulsar una historia nueva, actua-
lizada, científica y crítica en nuestro país, no es otra cosa que inten-
tar asumir, dentro de nuestro propio oficio de historiadores, las
consecuencias importantes de la situación histórica también nueva
que ahora vivimos. Pero no para renovar y reciclar una vez más,
vistiéndola con nuevas ropas, a la vetusta y siempre bien vista his-
toria oficial complaciente con el poder y dispuesta eternamente a
legitimarlo y a servirlo, sino más bien para volver a conectar a esta
renovada ciencia de la historia con sus raíces fundadoras esencia-
les, pertenecientes a las mejores tradiciones del pensamiento social
crítico contemporáneo. Es decir, renovar a la historia para resti-
tuirle su dimensión profunda como historia crítica, vinculada a los
movimientos sociales actuales y a las urgencias y demandas prin-
cipales del presente, a la vez que dispuesta a contribuir y a colabo-
rar, en la medida de lo posible, en la construcción de un futuro
diferente, donde se elimine la explotación económica, el despo-
tismo político, y la desigualdad y discriminación sociales, y en

18
CAPÍTULO i

DE ANTIMANUALES
Y ANTIDEFINICIONES DE LA HISTORIA

"En pocas palabras, podemos decir


que (...) un mal Manual solo merece
ser fulminado...".

Marc Bloch, "¿Manuales o Síntesis?",


AHES,vol. V, 3933.

¿Por qué escribir y publicar hoy, en los inicios de este tercer milenio
cronológico, un Anti-manual y además, un anti-manual del "mal
historiador"?. Porque estamos convencidos de que la mayoría de
las instituciones académicas que hoy forman y educan a los futuros
historiadores de nuestro país, lo que están educando y formando
es a malos historiadores, y no a historiadores críticos, serios, creativos
y científicos. Y también porque sabemos que el sentido que tienen,
en general, todos los "manuales" es el de simplificar ideas o argu-
mentos complicados, con el fin de volverlos asequibles a un público
cada vez más amplio.
Pero nuestro objetivo en este pequeño libro es muy distinto: lo
que queremos no es hacer simples, ideas que son complejas, sino
más bien combatir y criticar viejas ideas simples, rutinarias y ya
superadas sobre lo que es y sobre lo que debería ser la historia.
Ideas que a fuerza de repetirse, desde la educación primaria más
elemental hasta el nivel universitario de la licenciatura y de los
postgrados, han terminado por ser aceptadas y reconocidas por la
inmensa mayoría, construyendo así la empobrecida y deformada
MARC BLOCH noción de lo que hoy se llama comúnmente "historia".
Al mismo tiempo, y luego de criticar esa visión anacrónica y
limitada hoy imperante, de lo que es y de lo que debería ser la
CARLOS ANTONIO AGUTRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

historia, queremos presentar, también de modo accesible a un fica, empobrecida y profundamente acrüica. Porque no hay duda
vasto público, ciertas ideas y propuestas, complejas y elaboradas, de que es inofensivo y hasta conveniente para los actuales poderes
de lo que en nuestra opinión debería ser y es en verdad la historia y grupos dominantes, que se repitan hasta el cansancio -de los
más actual y más de vanguardia. Pero no convirtiendo a esas pro- alumnos y hasta de los propios profesores- las "gestas gloriosas"
puestas e ideas en tesis y nociones simples, sino más bien refor- de nuestra Independencia, los cuentos sabidos y archir repetí dos
mulándolas de una manera sencilla, que a la vez que mantiene su de nuestra historia colonial, las versiones paternalistas y hasta
complejidad, las ilustra con ciertos ejemplos y las desmenuza con indulgentes de nuestra etapa precolombina o prehispánica, y las
más detalle, retraduciéndolas a un lenguaje más cercano y ase- siempre ligeramente preocupadas versiones de nuestro "agitado" y
quible a ese amplio público. "caótico" siglo xix. Y todo ello, para confortarnos al final con la idea
Porque lejos de esa imagen que nos han impuesto, y que repro- de que hoy, a pesar de todo, estamos mucho mejor que en cualquie-
ducen con tenacidad la inmensa mayoría de nuestras escuelas y ra de esas épocas del "pasado", y para demostrarnos por enésima
de nuestras Universidades, imagen que presenta a la historia como ocasión que, a fin de cuentas, "hemos progresado".
algo aburrido y memorístico, que sólo se ocupa de cosas viejas y de Sin embargo, y desde hace ya más de un siglo, la verdadera his-
rancios pasados ya muertos y lejanos, la historia más actual y de toria científica ha peleado abiertamente para dejar de ser ese simple
vanguardia es en cambio algo vivo y apasionante, que investiga los instrumento de legitimación de los poderes estatuidos, tratando
más relevantes problemas del ser humano y de las sociedades con- de distanciarse tanto de la "historia" oficial -en verdad, más bien
temporáneas, con una riqueza de instrumentos intelectuales, y de simple crónica de las conquistas, de las victorias y de los 'logros' de
métodos y técnicas, que deslumhran de inmediato a todos aquellos esos mismos poderes-, como de las distintas versiones de la igual-
que deciden introducirse seriamente en sus interesantes e intrinca- mente limitada y sometida historia tradicional. Ya que es imposible
dos laberintos. hacer una historia seria, de cualquier hecho, fenómeno o proceso,
Así, para nosotros, la historia no es una disciplina asociada sola- en cualquier momento o etapa del "pasado" o del "presente", que
mente con los archivos, y con los hechos, personajes y sucesos ya no muestre en su análisis la necesaria finitud y caducidad de lo
desaparecidos y muertos, sino una ciencia también de lo social y que se estudia, haciendo evidentes el carácter efímero y los límites
de lo vivo, atenta al perpetuo cambio histórico de todas las cosas, temporales de ese problema investigado, y subrayando el obligado
y directamente conectada, de mil y una maneras, con nuestro pre- cambio histórico al que están sometidos todos esos procesos, fenó-
sente más actual, lo mismo que con nuestra vida social mediata e menos y sucesos mencionados.
inmediata, en todas sus múltiples y variadas manifestaciones. Pero entonces, si practicamos el análisis histórico desde esta
Además, si el tipo de historiador que hoy se forma en la gran idea de la historia siempre atenta al cambio, y siempre enfocada en
mayoría de las escuelas y de los postgrados de historia de nuestro esa dialéctica de permanencia y de transformación de todos sus
país, es de manera predominante un mal historiador, poco actua- objetos de estudio, desembocamos necesariamente en una histo-
lizado respecto de las principales corrientes historiográficas más ria genuinamente crítica, que junto al "lado bueno" de las cosas
actuales, y poco informado de los trabajos y de las obras de los más observa y analiza también su "lado malo", desmitificando a los
importantes historiadores del siglo xx, entonces el tipo de historia héroes y normalizando a los personajes y a las situaciones extraor-
que también de un modo generalizado se produce y se publica dinarias y excepcionales, al tiempo que "desglorifica" los orígenes
entre nosotros, es una historia puramente descriptiva, monográ- y las gestas fundadoras, e introduce sistemáticamente los fracasos
CARLOS ANTONIO AGUIRRF. ROJAS • ANTTMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

junto a los éxitos, la vida cotidiana al lado de los "grandes momen- objeto de estudio, de sus métodos principales y de sus técnicas fun-
tos históricos", los procesos sociales y económicos por debajo de las damentales, lo mismo que de sus objetivos, sus resultados y sus
grandes batallas militares o de los resonantes sucesos políticos, y modelos, teorías, categorías y problemáticas más esenciales.
las creencias colectivas y la cultura popular junto a las brillantes Entonces, definiendo o estableciendo lo que para nosotros no es
ideas y las "obras geniales" de la ciencia, la literatura o el cono- la historia y los problemas a los que no debería de limitar su estu-
cimiento de lo social, por mencionar sólo algunos de los tantos dio, y las técnicas en las que no debería estar confinada, etc., quizá
ejemplos posibles. sea posible no sólo identificar con más precisión a este tipo de
Una historia crítica, que siendo forzosamente opuesta a las his- historia tradicional y aburrida que todavía hoy padecen nuestros
torias oficiales y tradicionales hasta hoy dominantes, se desplaza estudiantes a lo largo de toda su formación, sino también ayudar
sistemáticamente de las explicaciones consagradas y de los lugares a desbrozar el camino para superar a este tipo de historia, y para
comunes repetidos, para intentar construir nuevas y muy dife- ser capaces de proponer y de practicar otra historia, completamente
rentes interpretaciones de los hechos y de los problemas históri- diferente y nueva.
cos, para rescatar e incorporar nuevos territorios, dimensiones Historia diferente a la que hoy se cultiva mayoritariamenté, que
o elementos hasta ahora ignorados o poco estudiados por los no es "la ciencia que estudia los hechos y situaciones del pasado".
historiadores anteriores, y para restituir siempre el carácter diná- Porque, más allá de que es totalmente imposible fijar con rigor y
mico, contradictorio y múltiple de toda situación o fenómeno certidumbre la fecha, o momento, o etapa que hoy divide nuestro
histórico posible. Una historia difícil, rica, aguda y crítica, que se "presente" de nuestro "pasado", es claro también que la historia
cultiva muy escasamente en nuestro país, y que es sin embargo la no es esa aburrida y temerosa ciencia del pasado, sino más bien la
única historia realmente valiosa y aceptable, si es que deseamos ciencia que se consagra al estudio de "la obra de los hombres en el
escribir y enseñar una buena historia, y si es que pretendemos, en tiempo", según la acertada definición de Marc Bloch, y por lo tanto,
esa misma práctica histórica, estar por lo menos a la altura de los el examen crítico que abarca lo mismo el más pretérito periodo de
desarrollos y de los progresos más recientes que ha alcanzado hoy la mal llamada "prehistoria" humana, que el más actual e inme-
el oficio de historiador, en el mundo entero, y en estos inicios del diato presente.
tercer milenio cronológico que ahora comenzamos a vivir. Ya que es claro que esta definición de la historia, como ciencia
que estudia el pasado, no sólo pretende rehuir el compromiso
social del historiador con su propio presente, sino que también
confunde a nuestro oficio, con la simple y burda tarea del anticua-
rio. Porque son el anticuario o el coleccionista de antigüedades,
Si un manual tradicional, que ayuda a formar malos historiadores los que se ocupan "sólo del pasado", rompiendo artificialmente una
oficiales y tradicionales, comienza siempre por ciertas definiciones, línea temporal que es esencialmente continua, línea que nos de-
entonces un Antimanual como este, que persigue abrir el espacio muestra permanentemente que cualquier 'presente' -y por ende,
y coadyuvar a crear las condiciones para formar buenos historia- también cualquier 'pasado'-, no es más que una compleja articu-
dores críticos, debería comenzar tal vez con toda una serie de lación estratificada de distintos "pasados todavía presentes", es
antidefiniciones. Anticonceptos, antinociones y antidefiniciones de decir de diversos hechos y fenómenos históricos que remontan
lo que debemos entender por la historia, de cuál es su específico su origen y su vigencia a muy diferentes líneas y magnitudes
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

temporales, magnitudes que incluyen desde el estricto ayer de que aborda. Lo que explica el hecho de que, en la actualidad, la
unos días, semanas o meses, hasta los varios pasados de lustros, historia se haga apoyándose lo mismo en la fotografía o en el cine
décadas, siglos o hasta milenios. que recurriendo sistemáticamente a los testimonios orales, e igual-
Historia entonces que estudia tanto el "pasado" como el más mente interpretando una pintura o un monumento, que constru-
actual y candente "presente", y además sin caer en su falsa y siem- yendo una serie económica, demográfica o cultural, entre tantas
pre artificial separación, que explica que hoy exista, con plena otras posibles fuentes de las que ahora disponen los historiadores
legitimidad y reconocimiento social, el área de la llamada historia en el ejercicio de su oficio.
contemporánea, también nombrada a veces como historia inme- Otra "antidefinición" importante de la historia verdaderamente
diata, o historia del tiempo presente, historia que tomando como científica es la que afirma que no es posible hacer la historia de
su objeto de análisis a esos fenómenos actuales del más diverso México, o de Francia, o de Chile o España, e incluso la historia de
orden, es capaz de integrarlos y de explicarlos dentro de una visión Europa, o de África, o de América Latina, si uno se queda limitado
que restituye en profundidad toda su carga y toda su densidad al análisis de los procesos y de los hechos puramente mexicanos,
históricas específicas. franceses, chilenos, españoles, europeos, africanos o latinoameri-
Una historia que no se construye, además, sólo con documentos canos, según los diversos casos respectivos. Porque después del
escritos, ni tampoco sólo con los testimonios depositados en los siglo xvi, y del profundo e irreversible proceso de radical universa-
archivos históricos. Porque el buen historiador no se forma sólo en lización histórica que la humanidad ha vivido en los últimos cinco
los archivos, sino también, y muy esencialmente, en la observación siglos, es cada vez más imposible entender las historias locales,
acuciosa y aguda de la vida más actual y de la vida del pasado en nacionales o regionales, si uno se encierra en el limitado y siempre
todas sus múltiples y variadas manifestaciones. Ya que hace más parcial horizonte local, nacional o regional. Y sin embargo, todavía
de siglo y medio que aprendimos que las fuentes del historiador no hoy siguen siendo muy comunes y difundidas, por ejemplo, esas
se reducen sólo a los textos y a los testimonios escritos, sino que historias "nacionales" que no van más allá de sus propias fronteras,
abarcan absolutamente a toda huella o trazo humano que nos per- limitándose en el mejor de los casos a considerar ciertos elemen-
mita descifrar y reconstruir el problema histórico que acometemos. tos que desde esta perspectiva, suelen calificarse como los "fac-
Así, lo mismo la dendrocrenología, que nos permite volver a trazar tores externos" de esos mismos procesos nacionales estudiados
las diferencias del clima durante cientos de años, que el análisis del -factores externos que, en este caso, son siempre concebidos sola-
carbono 14, que hace posible datar la antigüedad de un hueso fósil, mente como un simple "complemento" marginal e inesencial, para
e igualmente la fotografía aérea, que nos deja ver las diferentes la explicación del "cuadro total"-, cuando no simplemente ignoran
formas que adquieren los campos de cultivo en las distintas regio- totalmente la existencia misma del resto del mundo, en el peor de
nes de un país, o la iconografía, que nos entrega parte de las acti- los casos.
tudes y de las prácticas cristianas de un culto religioso, son todas Pero si Henri Pirenne gustaba de repetir que no había "historia
fuentes pertinentes y legítimas del trabajo actual y cotidiano de los posible de Bélgica, que no fuese a la vez una historia de Europa",
historiadores. Ya que cuando se trata de comprender, y luego de y si tanto March Bloch como Fernand Braudel han retomado esta
explicar un hecho o proceso histórico determinado, el historiador sentencia pirenniana para agregar que, además, no hay historia
inteligente está autorizado a recurrir a cualquier elemento o indicio posible de Europa que no sea a la vez una historia del mundo,
posible que le permita entender o analizar el específico problema entonces no existe hoy historia científica posible que no rompa
( \tm»', A N IONIO AIÍUIRRK ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

totalmente con el limitado marco nacional, incorporando y con- En este punto, alguien podría observar y con razón, que en
siderando el rol siempre esencial que juega la historia universal una gran parte de nuestras escuelas de historia no se estudia ni
dentro de cada una de las historias regionales, continentales, nacio- se lee ni siquiera a los propios historiadores importantes del siglo
nales y hasta locales de cualquier espacio o rincón de nuestro xx, ni tampoco a las principales obras de historia paradigmáticas y
planeta. Y esto, no al simple modo secundario de los "factores ejemplares de las más importantes corrientes historiográficas hoy
externos", sino como dimensión fundamental subyacente a los pro- vigentes en el mundo entero. Pero si esta observación es legítima,
cesos más locales, sin la cual es imposible la adecuada comprensión sólo señala la doble laguna que debemos aún colmar, leyendo tanto
de los problemas estudiados. Porque, por ejemplo, los movimien- esas obras de historia y a esos historiadores, como también a los
tos y los procesos complejos de las Independencias de México, o autores esenciales de todo el conjunto de las hoy llamadas cien-
de Colombia, o de toda América Latina como conjunto, no pueden cias o disciplinas sociales. Porque es obvio que la historia abraza,
entenderse adecuadamente, sin tomar también en cuenta los ele- dentro de sus vastos territorios, a todo el inmenso abanico de lo
mentos fundamentales que aporta la existencia de la crisis pro- social-humano en el tiempo, lo que quiere decir que sólo puede
funda que entonces vive Europa, y que determina el sentido de los construirse adecuadamente, desde un conocimiento sólido e igual-
profundos reacomodos internos europeos de esos mismos tiem- mente amplio de los principales aportes de todas esas ciencias que
pos, que serán factor decisivo para la irrupción de dichas Indepen- versan sobre los distintos aspectos que incluye esa dimensión de lo
dencias. De la misma manera en que el movimiento de 1968 en social-humano en su totalidad. Lo que implica, entre tantas otras
México, o el proceso del 'Cordobazo' argentino de 1969, resultan cosas, que una buena licenciatura en historia, debería de incluir en
incompletos en su explicación, si no los resituamos dentro de un su plan de estudios, buenos y sólidos cursos de introducción o de
cuadro mucho mas global que permita compararlos y vincularlos nociones básicas de la antropología y de la economía, lo mismo que
con las similares y también simultáneas experiencias de, por ejem- los fundamentos de la geografía histórica -o mejor aún, de la geo-
plo, el mayo francés, la primavera de Praga o la gran revolución historia-, de la sociología, de la ciencia política o de la sicología,
cultural china de 1966, entre otros. por mencionar sólo algunos de los varios ejemplos posibles.
Otra antinoción importante, es la que afirma que el historiador Antidefiniciones de una buena historia crítica, que incluyen
bien formado y capaz de enfrentar los problemas actuales e históri- también, necesariamente, la idea de que esta historia científica y
cos más importantes, no se forma leyendo sólo textos y trabajos de rigurosa no puede elaborarse con seriedad, si se rechaza o se ve
otros historiadores o de otros practicantes del mismo oficio. Porque con desprecio, o incluso si se considera sólo marginal o secunda-
si bien es cierto que sin conocer la obra de los principales historia- riamente, a todas esas dimensiones fundamentales que son las de
dores, y de las principales corrientes historiográficas de los últimos la filosofía, la teoría, la metodología y la historiografía. Ya que es
ciento cincuenta años, es imposible aspirar a ser un verdadero his- necesario reconocer que, en el tipo de historia que hoy se hace y
toriador, también es claro que el buen historiador se educa y se se enseña predominantemente en nuestras escuelas y en nuestras
forma, hoy en día, lo mismo en la lectura de los economistas que divisiones de postgrado, reina una visión de la historia terrible-
de los antropólogos, y lo mismo con los buenos textos clásicos mente empirista y hasta antiteórica.
de la sociología, la geografía o la sicología, que leyendo buenas Así, toda reflexión que vaya más allá del mero enunciado de los
y muchas novelas, junto a los trabajos mas importantes y a las supuestos "datos duros" y de los "hechos comprobados", y todo
obras principales de los cientistas políticos, de los etnólogos o de esfuerzo por preguntar acerca de los modos en que se organiza
los especialistas del derecho, entre otros.
CARLOS ANTONIO AGUTRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

e interpreta el material historiográfico, o por los modelos que se metodologías, y sin el diagnóstico y balance permanente que re-
ponen en juego para llevar a cabo la investigación histórica, lo presenta su propio autoexamen, desarrollado justamente por esa
mismo que las múltiples preguntas sobre el sentido específico que rama que constituye dicha historia de la historiografía.
tiene la elección de un tema de estudio, sobre el cuestionario que También es importante, para poder escribir y enseñar una his-
organiza la pesquisa histórica, respecto de las categorías que se toria seria y digna de este nombre, afirmar la antinoción de que la
utilizan para explicar los fenómenos abordados, o sobre la forma historia no es una disciplina antiquísima, bien establecida y delimi-
en que habrán de presentarse y de transmitirse los resultados del tada, con su objeto, sus métodos, sus técnicas y sus conceptos ya
trabajo realizado, todo esto es rápidamente descalificado por los definitivamente constituidos y determinados. Por el contrario, la
actuales promotores de la mala historia oficial, positivista y tradi- historia concebida como proyecto realmente científico data de hace
cional, que se nos intenta imponer desde las aulas. Descalificación sólo ciento cincuenta años, siendo una disciplina que se encuentra
que, inmediatamente, presenta a todo este tipo de preguntas y de todavía en sus primeras e iniciales etapas de desarrollo, y por ende,
reflexiones como si fuesen problemas "metafísicos", "filosóficos" en en un intenso y continuo proceso de crecimiento y de enriqueci-
un sentido peyorativo del término, y más en general, como simple miento constante, y aún a la búsqueda de nuevos objetos, paradig-
y perniciosa "pérdida de tiempo". mas, modelos teóricos, conceptos, problemáticas y técnicas aún por
Y es que domina todavía terriblemente, entre el gremio de los descubrir.
seguidores de Clío, un antiteoricismo ampliamente difundido, que Porque como bien lo ilustra la historia de esa historiografía que
rechaza los debates teóricos fuertes e ignora totalmente los pro- en sentido estricto podemos llamar contemporánea -es decir, la que
blemas de orden metodológico, mirando desdeñosamente a los se despliega desde los trabajos y los aportes del proyecto crítico de
filósofos que se atreven a incursionar en la historia, y abandonando Carlos Marx desarrollados dentro de este campo y hasta nuestros
ciegamente el fundamental campo o rama de la historia de la histo- días-, es claro que con cada nueva generación de historiadores,
riografía. Con lo cual, no existen en nuestras carreras y postgrados nuestra disciplina se ha ido desarrollando y haciendo más com-
de historia, buenos y sólidos cursos de teoría de la historia y de pleja, en la medida en que incorpora, todo el tiempo y de modo
metodología histórica, a la vez que tanto la filosofía de la historia incesante, a esas nuevas técnicas, nuevos problemas, nuevos mo-
como la historiografía, son casi siempre rebajadas a un aburrido y delos, teoremas, paradigmas y conceptos que antes hemos mencio-
elemental recuento cronológico de autores y de obras, que se enu- nado. Lo que entonces, y quizá más que en otras ciencias, obliga al
meran y resumen de la manera más simplista posible, sin ubicar historiador a estar atento, siempre y con mirada ágil y despierta,
jamás los contextos historiográfieos, intelectuales, sociales y gene- a los nuevos desarrollos y a los progresos y avances más recientes
rales de dichos autores y obras, por no mencionar la ausencia total de su propia disciplina. Por eso, Fernand Braudel nos ha recordado
de clasificaciones, de periodizaciones razonadas y comprehensi- que la historia no puede ser más que la "suma de todas las historias
vas, de estudios serios de filiaciones y de tipologías, a la vez que de posibles, pasadas, presentes y futuras", es decir sólo el conjunto
reagrupamientos globales, de líneas de tendencia y de itinerarios articulado de todos los progresos de una ciencia que se encuentra
más estructurales. todavía en su infancia, y a la que aún le falta un largo y amplio
Pero sin teoría no hay buena historia, como no la hay tampoco camino por recorrer.
sin el desarrollo de un cierto entrenamiento en el campo de la Otra antinoción necesaria es la que nos enseña que la historia no
reflexión filosófica, sin la comprensión y el manejo de sus múltiples es ni la simple "cronología" o recuento sucesivo de gobernantes y

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CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROJAS A N T I M A N U A L DEL MAL HISTORIADOR

batallas, ni tampoco un titánico y siempre aburrido ejercicio de la siva, la interpretación inteligente, y la reinserción cargada de sen-
memoria de los alumnos y los estudiantes, a los que se quiere obli- tido profundo, de todo ese conjunto de hechos y de fenómenos,
gar a repetir y acumular en la cabeza una serie de fechas, lugares, dentro de los procesos históricos globales específicamente investi-
datos, cifras y anécdotas, en su mayoría inútiles e irrelevantes, gados.
aún cuando a veces puedan ser pintorescos y hasta emocionantes. Finalmente, una última antinoción en contra de la mala histo-
Porque todavía hoy, existen en nuestro país eruditas colecciones de ria positivista y oficial, se refiere al hecho de que la historia no
nuestra historia "contemporánea", cuyo criterio de periodización está ni obligada ni condenada fatalmente, a ser sólo el registro y el
sigue siendo, asombrosamente, el de los cortes sexenales o cua- instrumento de autolegitimación de las clases dominantes y de los
trianuales de los sucesivos gobiernos de los presidentes, como si poderes existentes en turno. Pues aunque siempre han existido, y
un país entero cambiase totalmente, o incluso cambiase significa- seguirán existiendo, los historiadores y los profesores de historia
tivamente, con cada unción de un nuevo presidente de nuestra que están dispuestos a rebajar a Clío a la simple y limitada función
república. Y es todavía el día en que se sigue equiparando a la his- de ser una clara "memoria del poder", que rehace la tradición y
toria, con el aprendizaje memorístico de lugares y batallas de nues- reinventa todo el tiempo el pasado, para construir la historia desde
tra "ruta de la independencia", o de decretos y leyes emitidas por el "punto de vista de los vencedores", también han existido siem-
los gobernantes liberales o conservadores, lo mismo que por las pre los historiadores valientes y críticos, que "pasando el cepillo
disputas, golpes de estado, rebeliones o consolidaciones de tal o a contrapelo de la historia" han sido capaces de construir la histo-
cual Estado, gobierno o régimen político. ria "desde el punto de vista de las víctimas" y de los vencidos, for-
Sin embargo, y felizmente para nosotros los historiadores, la jando contrahistorias y contramemorias históricas que rescatan esos
historia es mucho más que esas solas cronologías políticas de pre- múltiples "pasados vencidos", pero vivos y actuantes, de que habla
sidentes, gobernantes, facciones políticas y Estados, abarcando la Walter Benjamín.
densidad misma del tejido completo de las sociedades, e incluyen- Entonces, rompiendo con los lugares comunes de la historia ofi-
do entonces dentro de sus territorios a la historia económica y a cial, y haciendo frente a ese proceso de legitimación de lo existente,
la historia cultural, a las transformaciones demográficas y a las que siempre concluye por explicarnos que "vivimos en el mejor de
grandes mutaciones sociales, lo mismo que a la evolución reli- los mundos posibles", y que tal o cual proceso actual puede ser
giosa, psicológica, artística o de la familia, entre tantos y tantos bueno, regular o malo, pero que es inevitable e ineludible -como en
otros temas que no "ajustan" jamás sus itinerarios evolutivos, a el caso actual de la mal llamada "globalización"-, rompiendo con
los simples cortes del "gobierno del presidente x", o del "régimen estas visiones interesadamente fatalistas del pasado y del presente,
político de Y". el buen historiador genuinamente crítico, nos recuerda siempre
Además, y si es claro que toda historia seria necesita de buenas que ayer igual que hoy, la historia es un terreno de disputa cons-
y sistemáticas cronologías, de mapas y Atlas b'ien proyectados y tante, donde de manera contradictoria y tenaz se enfrentan siempre
bien concebidos, de buenas y sólidas series cuantitativas, y de varios futuros alternativos posibles, varias líneas abiertas de posi-
estadísticas pertinentes de hechos, cifras y datos precisos y riguro- bles evoluciones diferentes, y en donde la línea o futuro que resulta
sos, también es evidente que todo esto no es otra cosa que el soporte finalmente vencedor y que se actualiza, se decide justamente desde
fáctico, o la plataforma de los hechos indispensable, sobre la cual se y dentro de las condiciones concretas de ese espacio de combate.
construye la verdadera historia, es decir la explicación comprehen-
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

Por eso "ni siquiera los muertos están a salvo" sí el enemigo hoy CAPITULO u
en el poder vuelve a vencer, precisamente recodificando y rein-
ventando el pasado en función de sus intereses, y de sus propios LOS SIETE (Y MÁS) PECADOS CAPITALES
mitos y justificaciones ideológicas específicas. Y frente a ello, sólo DEL MAL HISTORIADOR
es posible encender de nuevo "la chispa de la esperanza", si nos
ubicamos del lado de los oprimidos y de las víctimas, defendiendo
esos pasados que hoy han sido provisionalmente derrotados, pero "...la historia que se nos enseñaba a hacer
a los que posiblemente les corresponde la victoria del mañana. no era, en realidad, mas que una deificación
Y por eso también, en lugar de escribir un aburrido manual del presente con ayuda del pasado. Pero
para malos historiadores, lleno de definiciones anacrónicas sobre rehusaba verlo -y decirlo-".
una historia plana, acomodaticia con el poder, acendradamente
Lucien Febvre, Combates por la historia, 1953.
empirista y limitada en sus concepciones, en sus fuentes y en sus
horizontes, hemos preferido mejor, intentar esbozar esta suerte
de Antimanual, con ciertas "antidefiniciones" iniciales, y que toma
La mala historia es mil veces más fácil de hacer y de enseñar que la
partido abiertamente por una historia más densa y más profunda,
buena historia, que la historia crítica. Por eso, entre otras razones,
aunque también más difícil y compleja. Una historia que ubicán-
ha proliferado tanto y se ha mantenido viva, en nuestro país y
dose claramente dentro de las tradiciones del pensamiento social
en muchas otras partes del mundo, durante tanto y tanto tiempo.
crítico, desarrollado desde hace siglo y medio, está atenta a la teoría,
Pero si es mucho más fácil y exige mucho menos esfuerzo ser un
a la filosofía y a la metodología, a la vez que se reivindica como
mal historiador, también es cierto que la medida de esa dificultad
abierta y vasta en la definición de su objeto, sus fuentes, sus técni-
reducida y de esos magros esfuerzos, es igualmente la medida
cas, sus modelos y sus paradigmas más esenciales.
de los limitados resultados y de las pobres obras históricas que
se obtienen. Porque el fruto directo de esa mala historia hecha y
enseñada, son justamente esos libros aburridos y pesados en tantos
sentidos, que nadie lee y que nadie toma en cuenta, con la excep-
ción de los pobres estudiantes a los que se obliga literalmente a
Después de haber definido el tipo de historia que no queremos
revisarlos y a consultarlos, para poder obtener la nota o la califi-
continuar haciendo, y que no deseamos que se siga enseñando e
cación necesaria correspondiente.
imponiendo en nuestras aulas, pasemos a ver ahora los "pecados"
Libros y artículos que duermen en las bodegas de las editoria-
recurrentes del mal historiador, pecados que es necesario evitar a
les universitarias, o en los anaqueles de las librerías y bibliotecas
toda costa, si es que realmente intentamos construir otro tipo de
públicas, que sólo se dedican a repetirnos por enésima vez, en rela-
historia, genuinamente científica y genuinamente crítica.
tos grises y sin chiste, las "Actividades del Congreso Constituyente
del Estado de x, en el momento de la revolución de Y" o "La bio-
grafía del general M, líder del movimiento N, en los años de 18..
o 19..", o también "La historia del Virrey B, en el siglo c" o "La

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CARLOS ANTONIO A G U I R R K ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

historia de la inmigración E, y su influencia en nuestro país durante célebre Manual de Ch. V. Langlois y Ch. Seignobos, titulado Intro-
los años de la Revolución F". Ensayos y libros que, en su mayoría, ducción a los Estudios Históricos, este libro continúa siendo todavía la
no contienen ni siquiera investigación empírica nueva de hechos Biblia de esos malos historiadores positivistas.
históricos relevantes, sino que en el peor de los casos resumen lo ya Como si todo el siglo veinte cronológico, y toda la historiografía
dicho e investigado por otros autores, y en el mejor de los casos contemporánea que arranca con el proyecto crítico de Marx, desde
sólo rescatan el fruto casual de algún trabajo directo de visita a los años de 1848, no fuese justamente una protesta permanente y
cierto Archivo, realizado de manera azarosa y sin sistema, y en el una crítica sistemática de esta versión empobrecida de la historia
que los datos e informaciones que se recolectan no tienen ningún que ha sido la historia positivista. Una historia que limitando el tra-
orden ni sentido, al carecer de la definición de una problemática bajo del historiador, exclusivamente al trabajo de las fuentes escri-
histórica específica, y de un sólido cuestionario que hiciese posible tas y de los documentos, se reduce a las operaciones de la crítica
organizar dicha recolección de aquellos datos y hechos históricos interna y externa de los textos, y luego a su clasificación y orde-
que sean realmente los hechos significativos, en torno al problema namiento, y a su ulterior sistematización dentro de una narración
concreto y específico que se quiere resolver. Trabajos pues carac- que, generalmente, solo nos cuenta en prosa lo que ya estaba dicho
terísticos de esa mala historia positivista, perezosa y fácil, que en verso en esos mismos documentos.
generalmente terminan por recuperar y poner juntos, de manera Historia positivista que se autodefine justamente como la "cien-
indiscriminada, lo mismo sucesos y datos importantes para los cia que estudia el pasado", y que autoconcibiéndose a sí misma
procesos históricos generales, que acontecimientos e informacio- como una disciplina hiperespecializada, ya terminada, precisa y
nes totalmente irrelevantes e inesenciales. cerrada, es alérgica y reticente frente a la filosofía, la teoría, la
Mala historia, fácil de hacer y aburrida para enseñar, y que se metodología, e incluso frente a cualquier forma de interpretación
plasma en una gran mayoría de los libros de historia que hoy se audaz y creativa de los hechos históricos. Teniendo entonces horror
escriben y se editan en nuestro país, y que generalmente repro- respecto de toda interpretación que se despegue, aunque solo sea
duce, en mayor o en menor medida, a los siete y a veces más un poco, de la simple descripción de los datos "duros" "compro-
"pecados capitales" del mal historiador, pecados que abordamos a bados" y "verificables", esta historia positivista reduce no obstante
continuación. dicha Verificabilidad' a la simple existencia o referencia de dichos
datos, dentro de un documento escrito de archivo, que sea siempre
posible citar, con toda precisión, en el pie de página correspondien-
te. Una historia justamente enamorada de los "grandes" hechos
políticos y de las acciones resonantes y espectaculares de los Esta-
El primer pecado capital de los malos historiadores actuales es el dos, igual que de las "grandes" batallas militares, que es también
del positivismo, que degrada a la ciencia de la historia a la simple generalmente acrítica con los poderes y con los grupos dominantes
y limitada actividad de la erudición. Muchos historiadores siguen que existen en cada situación.
creyendo hoy en día, en pleno comienzo del tercer milenio cro- Y si bien es claro que sin erudición no hay historia posible, tam-
nológico, que hacer historia es lo mismo que llevar a cabo el trabajo bién es una gran lección de toda la historiografía contemporánea,
de investigación y de compilación del erudito. Y aunque ha pasado desde Marx y hasta nuestros días, que la verdadera historia solo se
ya más de un siglo, desde la época en que fue escrito el tristemente construye cuando, apoyados en esos resultados del trabajo erudito,
CARLOS ANTONIO AGUIRRK ROÍAS • ANTIKÍANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

accedemos al nivel de la interpretación histórica, a la explicación bres y que las sociedades de hace tres o cinco siglos o de hace más
razonada y sistemática de los hechos, de los fenómenos y de los de un milenio, eran iguales a nosotros, y que pensaban, sentían,
procesos y situaciones históricas que estudiamos. Porque solo tran- actuaban y reaccionaban de la misma manera en que lo hacemos
sitamos desde esa erudición todavía limitada hasta la verdadera nosotros. Es decir, una historia que proyecta al actual individuo
historia, si reconocemos la importancia fundamental de este tra- egoísta y solitario de nuestras sociedades capitalistas contempo-
bajo de la interpretación y de la explicación históricas, que construyen ráneas, como si fuese el modelo eterno de lo que han sido los indi-
modelos comprehensivos, que ordenan y dan sentido a los hechos viduos, en todo tiempo y lugar, y a lo largo de toda la curva del
y fenómenos históricos, integrando a estos últimos dentro de las desarrollo humano.
grandes tendencias evolutivas del desarrollo histórico, y estable- Pero con esto, se cancela una de las tareas primordiales de la
ciendo de modo coherente y sintético, también los porqués y los historia, que es justamente la de mostrarnos, primero a los histo-
cornos de los distintos problemas investigados. riadores y después a toda la gente, en qué ha consistido precisamente
Porque ¿de qué nos sirve saber cuándo y dónde acontecieron el cambio histórico, qué cosas se han modificado al paso de los siglos
ciertos hechos históricos, si no somos capaces de explicar también y cuáles se han mantenido, y también cuáles han sido las diversas
las causas profundas, mediatas e inmediatas, que provocaron y direcciones o sentidos de esas múltiples mutaciones históricas.
suscitaron estos hechos, y si no tenemos la habilidad de explicar, Y no para afirmar, al modo de la mala historia oficial y tradicio-
igualmente, las razones concretas y el sentido esencial que deter- nal, una "necesaria" evolución o progreso ineluctable y fatal de la
minan que tal hecho se haya producido en ese momento y no antes humanidad, sino más bien para comprender de manera crítica y
ni después, en ese lugar y en ninguna otra parte, y además que autocrítica, el camino que hemos recorrido y los muchos errores
haya acontecido del modo concreto en que sucedió y no de otra que hemos cometido.
forma, teniendo por añadidura el peculiar desenlace o resultado Así, no hay buena historia posible sin la capacidad de "extraña-
que tuvo y no cualquier otro destino posible?. Y son precisamente miento" y de "autoexilio" intelectual de nuestra propia circunstan-
todo ese tipo de preguntas, las que nunca se plantea el historiador cia histórica, y también de nuestros propios valores y modos de
positivista, ocupado solo de expurgar los documentos de archivo, ver, capacidad que nos prepara, justamente, para percibir y apre-
para fijar únicamente las fechas y los lugares de los "hechos tal y hender realmente otras culturas y oíros modos de funcionamiento
como han acontecido". de la economía, de la sociedad y de la política, y por lo tanto, para
Marginando entonces a un plano secundario, cuando no igno- comprender de manera adecuada esas otras etapas y momentos de
rando de plano, este nivel imprescindible de la explicación histórica, la historia que son también parte de nuestras preocupaciones.
y de la genuina reconstrucción del sentido profundo que tienen los ¿Cuántas biografías "históricas" de personajes del pasado no
problemas históricos, los malos historiadores positivistas se dedi- hemos leído, en donde su sicología y su actitud nos son tan cer-
can solo a componer esas "colecciones de hechos muertos" que ya canas como si fuesen nuestros contemporáneos, a pesar de haber
Marx ha criticado acertadamente desde sus propios tiempos. vivido hace treinta, o cien, o trescientos o más años?. ¿Y cuántas
historias del siglo xix, o de la Independencia, o del periodo colonial
El segundo pecado capital del mal historiador es el del anacro- no hemos leído, que ignoran por completo que, en el transcurso
nismo en historia. Es decir, la falta de sensibilidad hacia el cambio de uno o dos siglos y a veces en periodos aún más cortos, mutan
histórico, que asume consciente o inconscientemente que los hom- completamente las técnicas militares, o los hábitos sexuales, o las
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

formas de organización de la familia, o los modos de explotación tiempo de los relojes y de los calendarios, es también el tiempo de
económica, o las formas de conflicto entre las clases, o las cosmo- la historia y de los historiadores, y que por lo tanto, cualquier siglo
visiones culturales, entre tantos y tantos elementos que, sin decirlo histórico tiene siempre cien años, y cualquier día de la historia es
explícitamente, se asumen como si fuesen idénticos o casi, en todos idéntico a cualquier otro, aunque el primero sea el 9 de noviembre
estos periodos mencionados?. de 1989 ó el 1 de enero de 1994, y el segundo sea el 17 ó el 18 ó el 19
Y si todo el mundo comprende que no se piensa igual cuando de junio del año de 2001.
uno vive en un palacio que cuando uno vive en una cabana, enton- Pero como nos lo han explicado tan brillantemente Marc Bloch,
ces también debería de ser claro que la vida y el mundo en su con- Norbert Elias, Walter Benjamín o Fernand Braudel, entre otros, el
junto, no se construyen del mismo modo hoy que en la primera tiempo newtoniano de los físicos, medido por calendarios y relojes,
mitad del siglo xx, y mucho menos en el siglo xix o xvi, o vn, o no es nunca el verdadero tiempo histórico de las sociedades y de los
antes. Así, por ejemplo, ¿qué noción del tiempo y de la distancia cultivadores de Clío, que es más bien un tiempo social e histórico,
puede tener un habitante de Nueva España, cuando las noticias de que no es único sino múltiple, y que además es heterogéneo y varia-
la Metrópoli tardan alrededor de noventa días en llegar a la Colo- ble, haciéndose más denso o más laxo, más corto o más amplio, y
nia y viceversa?, y ¿qué idea del mundo puede tener un campesino siempre diferente, según los acontecimientos, coyunturas o estruc-
francés del siglo xm, que puede nacer, vivir y morir sin haber salido turas históricas a las que se refiera. Porque para el buen historia-
jamás en su vida de un radio de solo cien kilómetros, en torno de dor cada siglo tiene una temporalidad distinta, lo que le permite
la pequeña aldea en la que vio la luz por vez primera?, ¿y qué sig- hablar lo mismo del "largo siglo xix" que comienza con la Revolu-
nifican, en cambio, nociones incluso como las de "China" o "Rusia" ción Francesa y termina con la Primera Guerra Mundial, que del
o "África" para un niño urbano conectado a través del Internet, "breve siglo xx", iniciado con esa primera guerra y con la Revolu-
de cualquier ciudad del mundo hoy?. Estas son preguntas que los ción Rusa de 1917, y concluido con la caída del Muro de Berlín en
malos historiadores nunca se plantean, lo que los hace ver la his- 1989. Y si los siglos o las jornadas históricas no son nunca iguales,
toria como una misma tela gris, en donde cambian solo los nom- tampoco son precisas las fechas de múltiples acontecimientos y
bres, las fechas y los lugares, pero donde todo el resto permanece fenómenos históricos, como por ejemplo la 'revolución cultural de
como si no existiera el cambio histórico de las sociedades, de las 1968' que en algunos casos comienza en 1966 y en otros en 1967,
culturas, de las economías y de las psicologías de los diferentes pero también a veces desde 1959, y otras solo hasta 1969 inclusive.
grupos humanos. Además, como bien lo saben los historiadores críticos, no son
iguales los tiempos en que una sociedad vive una verdadera revo-
Un tercer pecado capital de la mala historia, hoy todavía impe- lución social, que los tiempos de lenta evolución, igual que difieren
rante, es el de su noción del tiempo, que es la noción tradicional las temporalidades para una sociedad que se encuentra en pleno
newtoniana de la temporalidad física. Una idea del tiempo que lo auge y crecimiento, que para otra que vive en cambio su proceso
concibe como una dimensión única y homogénea, que se despliega de decadencia y eclipsamiento social. Puesto que si cada fenómeno
linealmente en un solo sentido, y que está compuesto por uni- histórico tiene su singular y específica duración que le corresponde,
dades y subunidades perfectamente divididas y siempre idénticas, y si la historia no es, en ese sentido, más que la compleja síntesis
de segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, de todas esas múltiples y diversas duraciones históricas diferencia-
décadas, siglos y milenios. Es decir, una idea que asume que el das, entonces lo que el historiador tiene que aprender a detectar
CARLOS ANTONIO AGUIRRK ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

y establecer, es justamente esas múltiples temporalidades o dura- y avanzar sin detenerse, puesto que según esta construcción, lo
ciones históricas distintas de todos los fenómenos que investiga, único que ha hecho hasta hoy es justamente "progresar", avan-
asumiendo las implicaciones complejas que esa misma diversidad zando siempre desde lo más bajo hasta niveles cada vez más altos,
temporal conlleva para sus análisis. en una suerte de "escalera" imaginaria en donde estaría prohibido
Ya que los presidentes y los gobiernos pasan mientras que las volver la vista atrás, salirse del recorrido ya trazado, o desandar
sociedades permanecen, recorriendo estas últimas lo mismo ciclos aunque solo sea un paso el camino ya avanzado. Y no cambia
económicos expansivos y luego depresivos, que coyunturas cul- demasiado la cosa, si esta idea es afirmada por los apologistas ac-
turales a veces de florecimiento y ebullición y a veces de aletarga- tuales del capitalismo, que quieren defender a toda costa la supues-
miento y repliegue, en dinámicas en donde hoy se habla casi la ta "simple superioridad" de este sistema sobre cualquier época del
misma lengua que hace trescientos años, y se comen los mismos "pasado", o si es afirmada por los marxistas vulgares -que no por
alimentos que hace un milenio, pero donde también se han insta- los marxistas realmente críticos-, marxistas vulgares que han pre-
lado formas de urbanización que datan de hace solo unas pocas tendido enseñarnos que la historia avanza y tiene que avanzar,
décadas, o medios de comunicación que tienen solo unos cuantos fatalmente, del comunismo primitivo al esclavismo, del esclavismo
años de existencia. Y son solo estas nociones del tiempo y de la hasta el feudalismo, y de este último hacia el capitalismo, para
duración, múltiples, variables y flexibles, las que permiten captar la luego desembocar, sin opción posible, en el anhelado socialismo y
inmensa riqueza y diversidad de la historia, reducida en cambio en tal vez después en el comunismo superior. Una visión extremada-
las visiones de la historiografía tradicional, a siglos uniformes y a mente simplista del progreso y de la historia, que el propio Marx
fechas rigurosas, siempre bien ordenadas y siempre bien ubicadas ha rechazado, y que ha sido tan brillantemente criticada también
en ese tiempo vacío, homogéneo y lineal de los malos historiadores por Walter Benjamín, en sus célebres "Tesis sobre la filosofía de la
positivistas. historia".
Pero basta observar con cuidado lo que realmente ha sido la his-
El cuarto pecado repetido de la mala historia, en los diversos toria, para percatarse de que su desarrollo no tiene nada de lineal
manuales tradicionales, es el de su idea limitada del progreso. Lo que y de simple, y que lejos de esa "escalera imaginaria" de avances
está directamente conectado con el pecado anterior, con la noción y conquistas ineluctables, sus itinerarios se despliegan más bien
del tiempo como tiempo físico, único, homogéneo y lineal. Pues si como una especie de complejo "árbol de mil ramas", que a veces
el tiempo histórico es concebido solo como esa acumulación ineluc- abandona totalmente una línea evolutiva que había seguido por
table de hechos y sucesos, inscritos progresivamente en la suce- siglos y hasta milenios, para recomenzar de nuevo desde otro punto
sión de días, meses y años del calendario, la idea del "progreso" de partida, mostrando además en esos múltiples itinerarios, igual
que desde esta noción temporal se construye es también la de una avances que retrocesos o largos estancamientos, combinados con
ineluctable acumulación de avances y conquistas, determinadas saltos dramáticos de un nivel a otro, con rupturas radicales de
fatalmente por el simple transcurrir temporal. toda continuidad, pero también con líneas que, efectivamente, pro-
Una idea del progreso humano en la historia, que parece afir- gresan y se enriquecen sucesivamente de manera permanente.
mar que inevitablemente, todo hoy es mejor que cualquier ayer, Frente a esta idea entonces limitada y demasiado simple del pro-
y todo mañana será obligatoriamente mejor que cualquier hoy. greso, propia de los malos historiadores positivistas, que lo concibe
Entonces, la humanidad no puede hacer otra cosa que avanzar como una línea recta, siempre ascendente, majestuosa y llena de
CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

avances y conquistas sin fin, el buen historiador crítico restituye a bien para reconstruir la cultura de las clases dominantes de una
la noción de progreso un sentido totalmente diferente, mostrando época, o en donde un documento de gobierno puede ser utilizado
esa multiplicidad de líneas y de trayectorias diversas que lo inte- más bien como fuente para la reconstrucción de las formas de
gran, en un esquema que nos recuerda un poco al trabajo de los exclusión social de una determinada sociedad.
científicos, que acometen muchas veces un problema hasta encon- Con lo cual, esta historia acrítica no solo tiende a ser involun-
trar su solución, ensayando y equivocándose, avanzando en un tariamente ingenua, y también cómplice de las ilusiones que los
sentido y luego dejándolo de lado, consolidando ciertas certezas individuos se han hecho sobre sí mismos y sobre su mundo en
adquiridas y recuperando en un momento posterior resultados que cada época dada, sino que también termina por legitimar y hacer
anteriormente creían poco útiles, y recomenzando la tarea tantas pasar como verdaderas, a esas falsas percepciones sociales que
veces como sea necesario, hasta encontrar el buen modo de resolu- existen siempre en toda sociedad, y que prosperan persistente-
ción de dicho problema. mente dentro de la cultura y el imaginario colectivo de los pue-
Y es así como "progresa" la humanidad: explorando y avan- blos y de las sociedades humanas. Además, y en la medida en que
zando primero casi a ciegas en su propia evolución, para ir muy cada época histórica rehace siempre el pasado, en función de sus
poco a poco siendo consciente de lo que ha hecho y de por qué intereses y urgencias más importantes, este historiador positivista
lo ha hecho, a la vez que va asumiendo también, lentamente, la acrítico va también haciéndose solidario de esas diferentes visio-
responsabilidad consciente de que es solo ella misma la que debe nes sesgadas y sesgadoras de los hechos históricos, al recoger de
construir la historia, y la que debe elegir de manera también cons- manera solo pasiva y puramente receptiva esas distintas reinter-
ciente los rumbos de su futuro desarrollo. pretaciones de las historias anteriores, codificadas en cada uno de
los momentos ulteriores a su propio desarrollo.
Otro pecado capital del mal historiador, el quinto, es el de la Por eso, es natural que este mal historiador tenga casi horror al
actitud profundamente acrítica hacia los hechos del presente y del uso del razonamiento "contrafactual", y que rechace toda especu-
pasado, y hacia las diferentes versiones que las diversas generacio- lación acerca de lo que hubiese podido acontecer si el desenlace del
nes han ido construyendo de ese mismo pasado/presente. Es decir, drama histórico hubiese sido distinto al que fue. Pero si la historia
la típica actitud pasiva que los historiadores positivistas mantienen la han hecho siempre los propios hombres -de modo más o menos
siempre frente a los testimonios y a los documentos, lo mismo consciente-, y si los resultados de cada encrucijada histórica han
que frente a los resultados y a los hechos históricos "tal y como sido siempre el fruto de la confrontación y el combate entre distin-
han acontecido". Porque el mal historiador actual, educado en el tos proyectos de futuro, igualmente impulsados por clases sociales
Manual de Langlois y Seignobos, o en el equivalente nacional de o por grupos humanos, entonces la historia que hemos vivido y
este mismo texto, no sólo es incapaz de leer los documentos con los construido no era la única posible que podía desarrollarse, y solo se
que trabaja de una manera que no sea su lectura literal, sino que ha afirmado sobre la derrota y el sometimiento de las varias histo-
también es incapaz de "preguntarle" a esos testimonios escritos, rias alternativas, vencidas pero igualmente factibles.
algo distinto a lo que ellos declaran o pretenden decir de manera Por lo demás, es claro que esta historia acrítica con los docu-
explícita. Es decir, que los malos historiadores ignoran por com- mentos y con las mismas versiones ya rehechas del pasado, es
pleto lo que Marc Bloch llamaba la "lectura involuntaria" de los totalmente compatible con el statu quo que existe y que domina
textos, en donde una memoria autobiográfica puede usarse más en cada momento. Pues si la historia que fue, era la única que
CARLOS ANTONIO ACUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

podía ser, entonces el último eslabón de esa cadena de necesidades mente objetiva, en el sentido de no estar falseada conscientemente
ineludibles es la historia que es hoy, con los grupos y con las clases con ciertos fines de legitimar tal o cual interés mezquino o particu-
que hoy dominan, y con los hombres y personajes que hoy disfru- lar, o en el sentido de silenciar aquellos hechos o fenómenos que
tan de esa dominación, la que por lógica derivación, es también no concuerdan con una interpretación preestablecida, que es lo que
"necesaria" y es la "única posible". Explicar entonces, de manera en realidad si hacen las historias positivistas, las que sin embargo
crítica, por qué la historia que aconteció, lo hizo de esa forma y claman de manera tan ruidosa por esta falsa 'objetividad' ya men-
no de otra -una tarea primordial del historiador crítico-, implica cionada.
igualmente demostrar las otras diversas formas en que pudo haber Así, puesto que toda historia es hija de su época y de sus cir-
acontecido, explicando a su vez las razones por las cuales, final- cunstancias, y dado que el historiador es también un individuo que
mente, no se impuso ninguna de esas otras formas, igualmente tiene un compromiso específico con su sociedad y con su presente,
posibles pero a fin de cuentas no actualizadas. toda historia reflejará necesariamente las elecciones y el punto de
vista del propio historiador, los que se proyectan incluso desde la
Un sexto pecado capital de los historiadores no críticos es el del elección de los hechos que son investigados y los que no, hasta el
mito repetido de su búsqueda de una "objetividad" y "neutrali- modo de organizarlos, clasificarlos, interpretarlos y ensamblarlos
dad" absoluta frente a su objeto de estudio. O dicho en otros térmi- dentro de un modelo más comprehensivo que les da su sentido y
nos, la pretensión de no tomar partido, no juzgar, no apasionarse y significación particulares. Y dado que no existe ni puede existir
no involucrarse para nada con los personajes o con las situaciones esa historia desde el punto de vista atemporal, eterno, ahistórico
que se investigan. Una idea ampliamente difundida de la posibili- y fuera del mundo que proclaman los malos historiadores posi-
dad de hacer una historia completamente "aséptica", que incluso tivistas, que claman por esa imposible neutralidad/objetividad, y
se utiliza como argumento para negarle al historiador la posibi- puesto que toda historia lleva entonces la marca de sus propios
lidad de ocuparse, con mirada igualmente histórica, de los can- creadores, lo más honesto e inteligente por parte del buen historia-
dentes y comprometidos hechos del "presente". Pero, como lo han dor consiste en hacer explícitas las específicas condiciones que han
demostrado incluso la física y la química contemporáneas, resulta determinado su investigación, declarando sin ambages sus tomas
imposible estudiar cualquier fenómeno de manera científica, sin de posición determinadas, así como los criterios particulares de
intervenir de manera activa dentro del propio proceso que se estu- sus distintas elecciones del material, de los métodos, de los para-
dia, y por lo tanto, sin modificar en mayor o en menor medida las digmas y de los modelos historiográficos utilizados.
condiciones mismas del objeto que se analiza. Lo que en el caso de Renunciando entonces a la falsa objetividad del mal historia-
las ciencias sociales y de la historia, se complementa además con dor, el historiador crítico asume sin conflicto los sesgos de su tra-
el hecho de que somos nosotros mismos los que hemos construido bajo y de su resultado hisfonográfico, convencido de que la verdad
nuestra propia historia, a la que luego intentamos explicar y analizar. absoluta no existe ni existirá nunca, y de que el modo más perti-
Por lo tanto, es imposible una historia que sea realmente neutral, nente de acercarnos a verdades cada vez más científicas aunque
y que sea "objetiva" si por esto último entendemos una historia siempre relativas, es justamente este que hace explícitos los límites,
en la cual no nos involucremos de ninguna manera, manteniendo las condiciones y los sesgos de su propia actividad en el terreno de
un desinterés, una distancia y una indiferencia totales hacia lo que la historia.
examinamos. Pero en cambio, si es posible una historia científica-

4fS 47
CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROÍAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

El séptimo pecado capital de los historiadores que son seguidores tos "regímenes de verdad" siempre cambiantes y siempre relativos.
de los Manuales hoy al uso, es el pecado del postmodernismo en Por eso pueden concluir, sin sonrojo alguno, que la escritura de la
historia. Porque haciéndose eco de algunas posturas que se han historia se reduce, en última instancia, a la reconstrucción de una
desarrollado recientemente en las ciencias sociales norteamerica- historia de la escritura, y que las razones para dedicarse a la his-
nas, y también en la historiografía estadounidense, han comenzado toria no son la búsqueda de una verdad histórica científica, en el
a proliferar en nuestro país algunos historiadores que intentan fondo imposible e inalcanzable, sino puramente razones de orden
reducir a la historia a su sola dimensión narrativa o discursiva, eva- estético.
cuando por completo el referente esencial de los propios hechos Pero más allá de estas divagaciones logocéntricas, y de estos
históricos reales. Así, siguiendo a autores como Hayden White, desvarios de claros tintes idealistas, persiste el hecho innegable de
Michel de Certau o Paul Veyne, estos defensores recientes del post- que los historiadores hacemos historia con el objetivo de conocer,
modernismo histórico, llegan a afirmar que lo que los historiadores comprender y luego explicar la historia real, la que constituye sin
conocen e investigan no es la historia real, la que muy posiblemente duda nuestro objeto de estudio principal. Además, hacemos histo-
nos será desconocida para siempre, sino solamente los discursos ria convencidos de que somos capaces de establecer, cada vez más,
históricos que se han ido construyendo, sucesivamente y a lo largo verdades históricas científicas, y además, verdades cada vez más
de las generaciones, sobre tal o cual supuesta realidad histórica, precisas y más capaces de dar cuenta real de los problemas con-
por ejemplo sobre el carácter y los comportamientos del sector de cretos históricos que investigamos. Desde una posición abierta-
la plebe romana, en las épocas del Bajo Imperio. mente racionalista, y que aspira a ser científica, los historiadores
Desplazando así la atención del historiador, desde la historia críticos son también capaces de comparar y de criticar las distintas
real hacia los discursos sobre la historia, esta postura de los malos interpretaciones que se han hecho de un cierto problema histórico,
historiadores termina por desembocar en posiciones abiertamente haciendo evidente como nuestras explicaciones actuales son, en
relativistas e incluso agnósticas. Pues si según este punto de vista, general, mucho más sofisticadas y complejas que las anteriores,
cada discurso histórico es siempre diferente, y siempre correspon- y en términos generales, más adecuadas para captar los hechos
diente a la época en que es producido, entonces no es posible esta- históricos y más finas para poder encuadrarlos dentro de modelos
blecer jerarquía o comparación entre todos esos discursos, lo que globales que les restituyen, cada vez de manera más precisa, su
significa que no podemos saber si hoy conocemos más o cono- verdadero sentido profundo. Porque "los hechos son testarudos",
cemos menos de la historia del Imperio Romano que lo que han y más allá de las sutilezas del lenguaje, continúan desafiándonos
conocido los hombres y los autores del siglo xix, o del siglo xvi, o para que seamos capaces de explicarlos de un modo racional y
durante el siglo x. Y tampoco podemos decir que nuestra visión coherente.
actual es más o es menos "científica" o mas o menos Verdadera' Y si bien es obvio, que no existe historia posible que no se
que la que construyeron los historiadores de hace tres o siete o exprese a través de una cierta construcción narrativa, también es
trece siglos. un abuso ilegítimo querer reducir por ello a la historia a su sola
Incluso, y prolongando hasta el final su argumento, estos autores dimensión narrativa. Igual entonces que la erudición, que no es
posmodernos llegan a descalificar la pretensión misma de cons- historia pero si es una de sus condiciones imprescindibles y uno
truir una ciencia de la historia, afirmando que los historiadores sólo de sus elementos importantes, así la narración y el discurso no son
escribimos "relatos con pretensiones de verdad", relativos a distin- tampoco historia, aunque si son también uno de sus componentes
fundamentales e ineludibles.

48
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

Son estos los siete (y más, pues los mismos se manifiestan


después en múltiples maneras) pecados capitales del mal historia-
dor. Y si, con un comportamiento virtuoso y con una mirada vigi-
lante y crítica, logramos esquivar el caer en todos ellos, podremos
intentar hacer y enseñar una historia diferente y muy superior a
la que existe hoy en nuestro país. Pero ¿cómo elaboramos esta his-
toria distinta y mejor?. Tratando de seguir las lecciones que nos
han dado los historiadores realmente críticos, durante los últimos
ciento cincuenta años, lecciones que pasamos a ver a continuación.

CARLOS MARX

51
CAPÍTULO ni

EN LOS ORÍGENES DE LA HISTORIA CRÍTICA

'Por primera vez se erigía la historia sobre su


verdadera base; el hecho palpable, pero
totalmente desapercibido hasta entonces, de
que e! hombre necesita en primer término
comer, beber, tener un techo y vestirse, y por
lo tanto, trabajar..."

Federico Engels, "Carlos Marx", 1877.

Si rechazamos abiertamente volver a hacer la historia aburrida,


complaciente, cómoda y estéril de los historiadores positivistas, y si
queremos eludir conscientemente el caer en los más de siete peca-
dos capitales del mal historiador, debemos entonces intentar cons-
truir y elaborar, y luego enseñar, una historia nueva y diferente,
que será también sin duda una historia crítica. Y si lo que deseamos
es ser capaces de inscribir nuestra labor como historiadores o como
científicos sociales dentro de este terreno de la historia crítica, lo
primero que tenemos que hacer, es volver de nuevo la vista hacia
los fundamentos mismos de esta historia crítica contemporánea,
hacia aquellas que fueron sus primeras versiones, y que afirmán-
dose en tanto que tales, son las que sentaron las bases de toda his-
toria crítica posible.
Ya que la historia crítica no es un proyecto reciente, ni una preo-
cupación que haya aparecido solo en los últimos tiempos, sino
que es, en las modalidades específicas que hoy presenta, un proyecto
que prácticamente acompaña, desde su propio nacimiento, a los
discursos y a las formas de hacer historia que hoy podemos
llamar estrictamente contemporáneas. Formas que habiendo comen-
zado su desarrollo singular, desde la segunda mitad del siglo
CARLOS ANTONIO AGLURRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

xix cronológico, se han desarrollado y complejizado de diferentes sencia global y dentro de esa herencia todavía viva y poderosa, de
maneras, para mantenerse hasta el día de hoy, como las específicas esa primera versión de la historiografía crítica, que ha sido la his-
formas vigentes de hacer historia hasta la actualidad. toria defendida y propuesta por el propio Marx.
Porque cuando investigamos con más detalle, acerca de los Y si bien la caída del Muro de Berlín en 1989, ha significado
orígenes históricos de los tipos de historia que hoy son todavía sin duda la muerte de todos esos proyectos de construir mundos
vigentes en el mundo entero, resulta claro que dichos orígenes se "socialistas" dentro de sociedades esencialmente escasas -es decir,
encuentran en esa segunda mitad del siglo xix cronológico. Ya que de sociedades que carecían de las condiciones y del grado de desa-
es en estas últimas décadas de ese siglo xix que se afirma, por un rrollo necesarios, en lo económico, en lo social, en lo político, y en
lado, el modelo de la historia positivista que antes hemos mencio- lo cultural, para intentar edificar sociedades no capitalistas-, tam-
nado, y que intenta "copiar" la "exactitud" de las ciencias natu- bién es claro que eso no significa, para nada, el fin del discurso
rales, promoviendo una historia puramente descriptiva, fáctica, crítico y de la historiografía también crítica marxistas, que encuen-
empirista, especializada y reducida a "narrar los hechos tal y como tran en cambio su fundamento, no en esas sociedades del socia-
han acontecido", mientras que del otro lado se va configurando lismo realmente existente que hoy están en proceso de cambios
y difundiendo, también progresivamente, la primera versión de la profundos, sino en las contradicciones esenciales mismas del capi-
historia crítica contemporánea, que es justamente la historia que talismo, hoy mas vivas y apremiantes que nunca, así como en la
se encuentra incluida dentro del complejo y más vasto proyecto necesidad todavía vigente y urgente de la necesaria superación
crítico de Carlos Marx. histórica de ese mismo capitalismo.
Así, es claro que ha sido Marx el que ha sentado los fundamen- Puesto que si es claro que, en donde hay explotación habrá
tos de la historia crítica, tal y como ahora es posible concebir a esta lucha en contra de esa misma explotación, y si donde hay opre-
última, y tal y como ella se ha ido desarrollando a lo largo de los sión habrá siempre resistencia, y si es una experiencia reiterada
últimos ciento cincuenta años. Ya que no existe duda respecto al de la historia, que la injusticia y la discriminación sociales engen-
hecho de que, después de Marx y apoyándose en mayor o menor dran también ineludiblemente la rebeldía y la sublevación contra
medida en el tipo de historia crítica y científica que él ha promo- dicha discriminación e injusticia, entonces también es evidente
vido y establecido, se han ido afirmando, a lo largo de todo el que mientras exista capitalismo habrá un pensamiento crítico, des-
siglo xx y hasta hoy, distintas corrientes, autores y trabajos que, tinado a explicar su naturaleza destructiva y despótica, y a orien-
reclamándose abiertamente 'marxistas', han alimentado de manera tar la reflexión que ilumine la lucha contra ese capitalismo y la
considerable el acervo de los progresos y de los desarrollos de toda búsqueda de las vías concretas de su superación real. Por eso, y en
la historiografía del siglo xx. Y entonces, lo mismo los autores de la contra de las visiones simplistas y siempre apresuradas de ciertos
Escuela de Frankfurt que los del llamado austromarxismo, y hasta periodistas y de ciertos politólogos actuales, el pensamiento critico
los autores de la actual historia socialista británica o de la historio- sigue más vigente que nunca, junto a la necesidad y posibilidad de
grafía crítica neomarxista del "world-system analysis" (del análisis una historia igualmente crítica.
del sistema-mundo), y pasando por los trabajos históricos de las ¿Cuáles son, entonces, las lecciones todavía vigentes para una
escuelas marxistas polaca, o alemana, o italiana, o latinoamericana, historia aún crítica, derivadas de su versión marxista fundadora y
entre muchas otras, son todas distintas manifestaciones y proyec- originaria?. La primera de ellas, en nuestra opinión, se refiere al
tos intelectuales que es necesario inscribir, dentro de esa vasta pre- estatuto mismo de la historia, es decir, a la necesidad de concebir
CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

que toda la actividad que desarrollamos, y todos los resultados que tencia de todo un aparato categorial y conceptual específico, orga-
vamos concretando, están claramente encaminados hacia la con- nizado de una determinada manera, a través de modelos y de
solidación de un proyecto de construcción de una ciencia de la his- teorías de orden general, y que busca y recolecta dichos hechos y
toria. Una ciencia de la historia que, de acuerdo a la noción del acontecimientos históricos, para ensamblarlos e insertarlos dentro
mismo Marx, debería abarcar absolutamente a todos los territorios de explicaciones científicas comprehensivas, y dentro de modelos
que hoy están ocupados por las llamadas "ciencias sociales", y que de distinto orden de generalidad, que definen tendencias de com-
en la medida en que hacen referencia a los distintos aspectos, acti- portamiento de los procesos sociales, y regularidades de las lí-
vidades, manifestaciones o relaciones sociales construidas por los neas evolutivas de las sociedades, a la vez que dotan de sentido
hombres, en el pasado o en el presente, se engloban igualmente y de significación a esos mismos sucesos y fenómenos históricos
dentro de esa "historia de los hombres" cuyo estudio corresponde particulares.
justamente a dicha ciencia histórica. Ciencia de la historia que Noción fuerte de la historia como verdadera ciencia, que implica
entonces, y concebida en esta vasta dimensión, es para Marx una entonces que la historia, como cualquier ciencia, se haya ido con-
historia necesariamente global, una historia que posee la amplitud figurando a partir de diferentes y complejas tradiciones intelec-
misma de lo social-humano en el tiempo, considerado en todas sus tuales, estando atravesada por debates teóricos, epistemológicos y
expresiones y manifestaciones posibles. metodológicos, y apoyada en un amplio conjunto de teorías, de
Estatuto científico de nuestra disciplina, concebida en esta vasta paradigmas, de modelos teóricos y de armazones conceptuales
y englobante definición, que se hace necesario reiterar ahora de diversas. Lo que desmiente entonces, la repetida frase de que "el
nueva cuenta, tanto frente a las minoritarias posiciones postmo- buen historiador se hace en los archivos". Porque nunca será dentro
dernas, que quieren reducir a la historia a la condición de simple de los archivos, en donde el historiador se pondrá al tanto de esas
juego estético, de arte, o de mero ejercicio discursivo, como tam- tradiciones, debates y teorías que conforman el verdadero edificio
bién frente a las posiciones que pretendiendo "defender" una fan- de su ciencia. Y de la misma manera en que el físico va al labo-
tasmal "identidad" dura de la historia, distinta de las "identidades" ratorio, o el biólogo a la práctica de campo, solo después de haber
de la sociología, la antropología, la economía, la sicología, etc., ter- aprendido lo que es, lo que investiga, lo que quiere comprender
minan reduciéndola también al simple trabajo del coleccionista y resolver la física o la biología, así el buen historiador solo va
de antigüedades y del anticuario, del amante de las "cosas del al archivo después de que ha asimilado lo que es y lo que debe
pasado", erudito y positivista. ser la historia, y luego de haber definido con claridad una pro-
Pero si, como Marc Bloch lo ha repetido, la historia es la ciencia blemática historiográfica determinada, desde y con las teorías, la
que estudia "la obra de los hombres en el tiempo", sólo puede metodología y los conceptos y categorías de su propio oficio.
hacerlo dentro de esta declarada vocación de constituirse en un Y también es claro que, aunque la historia incluye sin duda una
determinado y claro proyecto científico. Y por lo tanto, asumiendo cierta dimensión artística, y otra dimensión narrativo-discursiva,
todo lo que este concepto de "ciencia" implica. Porque una simple dimensiones que cuando son conocidas y bien manejadas enrique-
descripción o relato no es todavía ciencia, como no lo es tampoco cen enormemente el trabajo y los resultados del historiador, sin
cualquier tipo de discurso, o cualquier actividad de mera recolec- embargo la historia no se reduce a ninguna de esas dos dimen-
ción y clasificación de documentos, de datos y de fechas. En siones, las que si bien están siempre presentes, no son nunca el
cambio, la idea de ciencia conlleva necesariamente la de la exis- elemento o momento determinante de la disciplina o ciencia de la
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

historia en su conjunto. Y si la historia no se reduce ni a arte, ni resistencia y de transformación, el específico tejido de lo que en tér-
a discurso, ni tampoco a la práctica del erudito en los archivos, minos concretos ha sido y es justamente la historia humana.
entonces el modo de su enseñanza en las aulas debe también Y es claro que no hay historia científica o crítica posible, que
ajustarse a su condición de verdadera ciencia, remontándose más no tome en cuenta, por ejemplo, a las formas de la cultura popu-
allá de la mera transmisión de las técnicas de ficheo y elaboración lar, o a los grandes movimientos sociales, a las expresiones de la
de cronologías y de series de datos, y superando su condición de lucha de clases o a los grandes intereses económicos colectivos, lo
simple crónica de fechas, lugares y sucesos, que es a lo que la han mismo que a las grandes corrientes de las creencias colectivas o a
reducido sistemáticamente muchos de los malos historiadores y de los diversos contextos y condicionamientos sociales generales de
los malos profesores de historia de nuestro país. cualquier proceso, fenómeno o hecho histórico analizado.
Una segunda lección importante de esta historia científica pro- Lo que no implica, ni mucho menos, que dejemos de estudiar
movida por Marx, y que sigue manteniendo toda su vigencia hasta a los individuos, a los grandes personajes, o a las élites, pero si en
el día de hoy, es el de concebir a la historia, en todas sus dimensio- cambio modifica de raíz el enfoque tradicional desde el cual han
nes, temáticas y problemas abordados, como una historia profun- sido, y son aún a veces abordados, estos grupos o clases minorita-
damente social. Es decir, que además de estudiar a los individuos, rias y estos individuos. Porque todo individuo es fruto de sus
a los grandes personajes de todo tipo y a las élites y clases domi- condiciones sociales, y son estas últimas las que determinan siem-
nantes, la historia debe investigar también a los grandes grupos pre los límites generales de sus acciones diversas. Y si bien su
sociales, a las masas populares, a las clases sociales mayoritarias propia acción, es un vector que puede influir en el cambio de estas
y a todo el conjunto de los protagonistas hasta hace muy poco mismas circunstancias, lo es solo dentro de los márgenes que fijan
"anónimos", protagonistas y clases y grupos, que sin embargo son las tendencias, una vez más sociales, de la evolución específica que
las verdaderas fuerzas sociales, los verdaderos actores colectivos, que vive esa sociedad determinada en esa época o momento también
hacen y construyen la mayor parte del entramado de lo que consti- particular.
tuye precisamente la historia. Con lo cual, la historia crítica es social en un doble sentido:
Ya que es justamente a Marx, a quien debemos la incorporación en primer lugar en cuanto a que, para la explicación de cualquier
sistemática de las clases populares como verdaderos protagonistas hecho o fenómeno histórico, tiene que involucrar y hacer intervenir
de la historia, al habernos ilustrado como han sido los esclavos y a los grandes actores colectivos que antes eran omitidos e ignora-
las comunidades arcaicas, lo mismo que los siervos, los obreros, los dos, y que son siempre el entorno inmediato obligado, tanto de la
campesinos y los grupos sociales explotados y sometidos, los que formación como de las acciones de cualquier personaje individual.
en gran medida "han hecho la historia". Clases sociales sometidas, Y en segundo lugar, en el sentido de que también cualquier suceso
que involucradas dentro de un conflicto social o lucha de clases o situación histórica, se desenvuelve dentro de un determinado
que atraviesa una gran parte de la historia humana, -y en particu- y múltiple contexto social general, que lo condiciona y envuelve,
lar, aquella que ha comenzado luego de los múltiples procesos de fijándole tanto sus límites como sus posibilidades de repercusión
disolución de las muy diversas y variadas formas de la comunidad, determinada. Y parece ser claro que, una de las tendencias más
que están en el punto de partida de todas las sociedades humanas-, marcadas de prácticamente todas las corrientes historiográficas que
han ido tejiendo con su trabajo cotidiano y con su actividad social se han desarrollado durante el siglo xx, con la única y obvia excep-
permanente, pero también con sus luchas y con sus acciones de ción de la tendencia positivista de los malos historiadores, ha sido
CARLOS ANTONIO AGUTRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

ésta de incorporar a los grandes grupos sociales, a las sensibili- Por lo tanto, afirmar que la buena historia crítica debe de ser
dades colectivas, a las masas populares, a las formas de concien- también materialista, solo implica que no es posible hacer una
cia mayoritarias, y a las clases y movimientos sociales en todas historia, por ejemplo de las llamadas "mentalidades", sin consi-
sus expresiones, dentro de los terrenos y de las perspectivas habi- derar los contextos sociales, políticos, económicos y generales de
tuales de la historia. Lo que, necesariamente, ha sido acompañado esas mismas "mentalidades". Es decir, que debemos evitar una his-
también de esa introducción sistemática de los diversos contextos toria idealista de los fenómenos culturales e intelectuales, como
sociales -políticos, intelectuales, económicos, civilízatenos, etc- la que ha escrito por ejemplo Philippe Aries. O también una his-
dentro de las explicaciones históricas cotidianas. toria puramente logocéntrica, y puramente ocupada del plano dis-
Otra lección importante de la historia que Marx ha construido, cursivo o conceptual, como la que proponen Hyden White y los
la tercera, es su dimensión como historia materialista. Y no en el sen- posmodernos.
tido vulgar, aunque muchas veces repetido, de que lo "espiritual" En cambio, la buena historia debe estar siempre atenta, cuando
sea un simple "reflejo" directo o dependiente de lo material, sino se ocupa de esos hechos, fenómenos y procesos del llamado
más bien en la línea de que, en general, resulta imposible explicar "espíritu humano" -y que nosotros llamaríamos más bien fenóme-
adecuadamente los procesos culturales, las formas de conciencia, nos de la conciencia y de la sensibilidad sociales- de las condicio-
los elementos del imaginario social, las figuras de la sensibilidad nes materiales que acompañan y se imbrican con dichos fenómenos
colectiva, etc., sin considerar también las condiciones materiales en intelectuales, conscientes de que el tipo de relación que se establece
que se desenvuelven y apoyan todos esos productos, y todas esas entre ambas esferas, la material y la "espiritual", es un problema
manifestaciones diversas de los fenómenos intelectuales, y de la abierto y por investigar y redefinir en cada caso concreto, pero
sensibilidad humana en general. seguros a la vez de que sin esas condiciones materiales, no es real-
Porque las ideas no flotan en el aire, separadas de los hombres mente comprensible la naturaleza profunda y el sentido esencial
y de los grupos sociales que las producen, y los productos de la de todos esos fenómenos de la mente y de la economía psíquica de
cultura, de la conciencia o de la sensibilidad, solo se hacen vigentes los individuos y de las sociedades.
en la medida en que se encarnan y "materializan" en determinadas Y es precisamente este error, de ignorar la importancia de esa
prácticas, en instituciones, en comportamientos y en realidades base material y de ese conjunto de condiciones reales, el que reen-
totalmente materiales. Lo que, sin embargo, no elimina el hecho de contramos no sólo en muchas de las versiones de la historia de
que el tipo de relación específica y concreta que se establece, entre las "mentalidades" antes referida, sino también en múltiples histo-
esa dimensión intelectual y sus condiciones materiales de produc- rias de la religión, del arte, de la literatura, de la cultura y de las
ción y de efectivización, sea un problema abierto y por establecen y ideas, que prosperan dentro del gremio de los seguidores de Clío.
que puede abarcar desde la forma de la condensación o la trans- E incluso, y muy frecuentemente, en muchas de las historias pre-
posición sublimada que a veces se expresa en el arte, hasta la forma dominantemente políticas que han escrito los historiadores posi-
del "reflejo invertido" que en ocasiones descubrimos en la religión, tivistas de nuestro país, historias donde también ese nivel de lo
y pasando por diversas y complejas variantes como la de la "tra- político parece "cerrarse sobre sí mismo" y ser totalmente autosufi-
ducción", la negación, la simbolización, la construcción de fetiches ciente, y en donde se ignoran por completo también las condiciones
o las múltiples figuras de una cierta reconstrucción diferente de ese sociales reales y las condiciones materiales de esos procesos políti-
mundo material en el nivel cultural. cos que se estudian.
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

La cuarta posible lección derivada de los trabajos de Carlos determinación directa de ese mismo nivel económico, y pasando
Marx, para una historia genuinamente crítica, es la relevancia fun- nuevamente por vínculos de dependencia, o de condicionamiento
damental que tienen, dentro de los procesos sociales globales, los sólo general, de encuadramiento, de limitación indirecta, o de muy
hechos económicos. Una lección marxista que quizá sea la más vul- diversos matices de influencias de mayor o de menor peso específico.
garizada y la más mal interpretada de todas, por parte tanto de Y puesto que ha sido Marx el primero en rescatar de manera
los historiadores, como incluso de una gran mayoría de los científi- sistemática esta centralidad de lo económico dentro del proceso
cos sociales. Y ello, debido a la amplia difusión e influencia impor- histórico global, es lógico que sea también él, el fundador de la rama
tante del marxismo vulgar en prácticamente todo el mundo, y a lo de los estudios de historia económica dentro del tronco mayor de la
largo de casi todo el siglo xx cronológico. Porque esta lección no historiografía contemporánea. Rama que, desde el autor de El capi-
implica, ni mucho menos, que todos los fenómenos sociales deben tal y hasta hoy, ha tenido una buena parte de sus más importantes
de "reducirse" a la base económica, ni que la economía es la "esen- representantes, precisamente dentro de las distintas corrientes y
cia" oculta o el "espíritu profundo" escondido de todo lo social, expresiones de los múltiples "marxismos" que llenan la historia y
sino simplemente -¡simplemente!- que, en la historia que los hom- también la historiografía del siglo xx, y que una vez más, abarcan
bres han recorrido y construido desde su origen como especie y desde las finas y elaboradas versiones del marxismo de Marx y de
hasta el día de hoy, los hechos y las estructuras económicas han ocu- algunos de los marxismos críticos posteriores, -como es el caso
pado y ocupan todavía un rol que posee una centralidad y una de algunos de los trabajos que, con cierta flexibilidad, podríamos
relevancia fundamentales innegables. Lo que significa que dichos calificar de obras de "historia económica", escritos por Lenin, por
procesos sociales globales son incomprensibles sin la consideración Rosa Luxemburgo o por Henry Grossman, entre otros-, hasta las
de las evoluciones y la naturaleza determinada de esa dimensión variantes simplificadas del marxismo vulgar o del marxismo redu-
económica, pero no significa, en cambio, que debamos buscar cuál cido a ideología oficial, en muchos Manuales de la antigua Unión
es, por ejemplo, "la base económica de la pintura de Picasso", o la Soviética o de los países del llamado "bloque socialista".
"estructura económica en que se apoya esa 'superestructura' que ha Una quinta lección importante para el buen historiador, es la
sido el arte surrealista", lo que es a todas luces una empresa ridicula exigencia de Marx de ser capaces de observar, y luego de explicar,
y sin sentido, a pesar de haber sido alguna vez planteada por los todos los fenómenos investigados "desde el punto de vista de la
marxistas vulgares de Francia en la primera mitad del siglo xx. totalidad". Lo que quiere decir que debemos de cultivar y desa-
Reconociendo entonces esta centralidad de lo económico para la rrollar la capacidad de detectar y de descubrir, sistemáticamente
interpretación de los procesos sociales históricos globales, el buen y en todo examen de los problemas históricos que abordamos, los
historiador crítico sabe también que la relación específica que esos diversos vínculos y conexiones que existen entre dicho problema
fenómenos económicos pueden tener, o pueden no tener con otros y las sucesivas "totalidades" que lo enmarcan, y que de diferentes
hechos y realidades sociales, es igualmente un problema abierto y modos lo condicionan y hasta sobredeterminan.
por definir en cada caso concreto, y cuyo abanico de respuestas Porque una vez más, no existe problema social o histórico que
abarca, lo mismo la opción de que no existe ningún vínculo, o de esté aislado y encerrado entre ciertos muros infranqueables, sino
que no existe un vínculo directo, y por lo tanto la conexión se da que, por el contrario, todo problema histórico y social está siem-
sólo a través de complejas e indirectas mediaciones de oíros niveles pre inserto en determinadas coordenadas espaciales, temporales y
y relaciones, hasta la posibilidad de relaciones claras y evidentes de contextúales, que influyen sobre él, en distintos grados y medidas,
CARLOS ANTONIO AGUIRRF. ROJAS A N T I M A N U A L DEL MAL HISTORIADOR •

pero siempre de modo eficaz y fundamental. Y entonces, al buen investigado con esos diferentes y sucesivos medios contextúales en
historiador le corresponde ir reconstruyendo, cuidadosamente y los que el se despliega.
de modo articulado, esa inserción de su tema de estudio dentro de Por lo cual, como lo ha explicado Jean-Paul Sartre, se impone
las sucesivas totalidades espaciales, temporales y contextúales que siempre un proceso de "totalización progresiva" del problema que
lo envuelven y que lo sobredeterminan. Ya que es siempre una pre- abordamos, proceso que reconstruye esa inserción dada del tema
gunta pertinente y esclarecedora, la que plantea porque tal fenó- en esas múltiples y diversas totalidades, que son las que le otorgan
meno ocurrió en el lugar y en el tiempo específicos en los que han su significación y su sentido globales. Reconstruyendo así, una his-
acontecido y no en ningunos otros, desarrollándose además dentro toria "desde el punto de vista de la totalidad", el buen historiador
de las particulares circunstancias en que ha sucedido, y en ningu- se instala entonces dentro del terreno de una historia global o glo-
nas otras, lo que nos abre justamente al análisis de las diversas balizante, sobre la que volveremos todavía más adelante.
influencias y de las conexiones específicas que se establecen entre La lección número seis que es posible extraer del pensamiento
esas dimensiones del espacio, del contexto y de la época sobre el histórico de Marx, es la necesidad de enfocar los problemas de la
singular fenómeno del cual tratamos de dar cuenta. historia desde una perspectiva dialéctica. Una perspectiva que los
Pues aunque parezca y quizá sea una obviedad, -que frecuen- historiadores de nuestro país han cultivado muy poco en general,
temente olvidan no obstante los historiadores positivistas-, es claro a pesar de las ricas y profundas contribuciones que podría impli-
que no es lo mismo una sociedad capitalista del siglo xx que una car el desarrollo, el ejercicio sistemático y la aplicación creativa de
del siglo xvi, o que la sociedad china del siglo xm y la sociedad este pensamiento y de esta visión dialécticas de la historia. Visión
europea de esa misma época, como tampoco es lo mismo un hecho dialéctica que nos invita a dejar de ver los hechos históricos como
histórico que aconteció en América Latina, que otro que sucede en "cosas", y a la historia misma como un conjunto de realidades
Europa, o en Rusia, o en el sur de África, por mencionar solo algu- muertas, terminadas y disecadas, realidades que además, estarían
nos ejemplos posibles. determinadas en un sólo sentido, siempre claro y siempre bien
Y si estas coordenadas o "totalidades" más generales que son establecido. En lugar de esta última visión, tan extendida entre los
las del tiempo y el espacio, correspondientes a un cierto hecho historiadores positivistas y tradicionales, esta perspectiva dialecti-
histórico cualquiera, son siempre relevantes y fundamentales para zante afirma por el contrario que todos los hechos históricos son
su adecuada comprensión, también lo son las "totalidades" diver- realidades vivas y en devenir, a la vez que elementos de procesos di-
sas que constituyen los diferentes contextos que enmarcan a ese námicos y dialécticos en los que el resultado está siempre abierto y en
hecho histórico. Pues es claro que dichos contextos geográficos, redefinición constante, a partir de las contradicciones inherentes y
económicos, tecnológicos, étnicos, sociales, políticos, culturales, esenciales que se encuentran, tanto en esos mismos procesos, como
artísticos, psicológicos, etc., además de especificar y volver más en el conjunto de los hechos antes mencionado.
concretas a esas totalidades o coordenadas espaciales y temporales, Así, junto a la positividad de cualquier situación o fenómeno
-acotando al espacio como área, región, lugar, país o entorno de la historia, es necesario también captar su correlativa negativi-
geográfico determinado, y al tiempo como una época, momento, dad, mostrando por ejemplo, junto al carácter hoy dominante del
coyuntura, era o periodo igualmente particularizado-, van también capitalismo, su naturaleza irremediablemente efímera, y junto a la
a establecer de manera igualmente concreta, todo el nudo de espe- modernidad burguesa que hoy se enseñorea todavía en el planeta
cíficas conexiones que tendrá ese hecho o fenómeno histórico entero, a las múltiples modernidades alternativas que la combaten
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

y que se le resisten, negándola permanentemente. Porque para este la obligada caducidad de todo lo existente y los límites y la natura-
enfoque dialéctico, la realidad histórica es como una manzana que leza siempre efímera de cualquier realidad por él analizada.
sólo existe si lleva adentro el gusano que la corroe, o como un dulce Finalmente, una séptima lección del marxismo para la historio-
que al chuparlo tuviese también un sabor amargo y agrio. Lo que grafía contemporánea, es la de la necesidad de construir siempre
explica entonces que, para este punto de vista, todo progreso es una historia profundamente crítica. Una historia que, como ya lo
al mismo tiempo un cierto retroceso histórico, y todo "documento hemos señalado antes, se construya "a contrapelo" de los discursos
de cultura es al mismo tiempo un documento de barbarie", como dominantes, a contracorriente de los lugares comunes aceptados
lo ha afirmado y explicado tan brillantemente Walter Benjamin. Y y de las interpretaciones simplistas, interpretaciones consagradas
si la historia es una ciencia que se interesa de manera especial en sólo a fuerza de repetirse y machacarse tenazmente en todos los
el estudio del cambio histórico, no puede captar adecuadamente niveles de la enseñanza escolar, y por todas las vías de la difusión
a este último si no lo "atrapa" y lo percibe desde su misma cuna, de la historia hoy existente.
desde las contradicciones y tensiones esenciales que caracterizan Una "contrahistoria" y una "contramemoria", como las llamó
a cualquier sociedad histórica de las que han existido hasta hoy, Michel Foucault, que descolocándose de los emplazamientos habi-
tensiones y contradicciones que se reproducen y proyectan de dis- tuales de la mala historia y de la historia positivista, rescate
tintas maneras en los diferentes hechos, situaciones y aconteci- todo el haz de los pasados vencidos y silenciados de la historia,
mientos que se suceden en esas mismas sociedades. desechando las explicaciones lineales y simplistas, y elaborando
Por eso, en la historia humana que hasta hoy conocemos, los una historia que sea realmente una historia profunda, compleja y
hechos no son nunca de un solo sentido, y entonces es la derrota la sutil. Una perspectiva crítico-histórica, que sea también capaz de
que es la madre del triunfo, y es la guerra la que engendra la paz dar cuenta de todos esos fenómenos históricos desde explicaciones
y a la inversa, y es por eso que "el triunfo de una idea crea siem- multicausales y combinadas, que sumando y articulando los varios
pre a la institución que habrá de darle muerte", y también es esta elementos y dimensiones de dichos fenómenos, terminen por dar
la razón que explica que las sociedades perecen no por no haber cuenta de ellos en toda su específica complejidad.
tenido éxito, sino mas bien por haberlo tenido en demasía. Por ello, Historia realmente crítica que, por lo demás, sólo puede cons-
sin ninguna duda, frente a la explotación, la opresión, el despo- truirse desde los criterios que antes hemos enumerado y esbo-
tismo y la discriminación, que han estado siempre tan presentes zado. Ya que sólo desde una noción fuerte de ciencia de la historia
dentro de los procesos de la historia de las sociedades humanas, y de sus implicaciones, es que puede constituirse este discurso
han existido también, con la misma persistencia y regularidad, la crítico historiográfico, el que tampoco podrá ser otra cosa que la
rebeldía, la insubordinación, la resistencia y la lucha de las clases ya referida historia social, en la doble acepción tanto de historia de
y de los grupos sometidos y explotados, en un acontecer que nos los fenómenos y procesos colectivos y sociales en sentido estricto,
demuestra, con la fuerza de casi una ley, que los vencedores de como también de historia siempre contextuada socialmente, aún
hoy son sin fallo los derrotados del mañana. Lo que por lo demás, cuando se ocupe de las élites, los individuos o los personajes sin-
es una lección importante y también muy útil, para alimentar las gulares. Además, será también, necesariamente, una historia mate-
esperanzas de cambio que hoy se afianzan y difunden con tanta rialista, que reconozca las condiciones materiales de todo fenó-
fuerza en todo el planeta. Porque es solo al más genuino pensa- meno intelectual, de conciencia o de la sensibilidad, y a la que no
miento dialéctico al que se le revelan, de manera clara y necesaria, escapará nunca la centralidad general de los hechos económicos

(Hh f-,7
CARLOS ANTONIO AGUIRRF, ROJAS
I
de la historia. Y será por último, también una historia vista desde
el punto de vista de la totalidad, y con perspectiva dialéctica, que
recorrerá ágilmente los niveles de la totalización sucesiva del tema
investigado, a la vez que disuelve toda positividad o afirmación
histórica en su caducidad negativa y en su "lado malo", para hacer
saltar siempre el carácter contradictorio y dialéctico de los pro-
blemas que aborda.
Una historia cuyos resultados habrán de oponerse, necesaria-
mente, a los de la historia oficial y positivista hoy dominante, his-
toria que promovida y divulgada desde el poder, se regodea todo
el tiempo coleccionando falsos orígenes gloriosos de las naciones,
y construyendo gestas heroicas que son siempre deformadoras y
hasta falsificadoras de la verdad histórica, cuando no son de plano
totalmente mentirosas e inexistentes, a la vez que "normaliza",
deforma y elimina todos aquellos hechos históricos difíciles, inex-
plicables, o abiertamente subversivos, hechos que por su propia
naturaleza van en contra de sus versiones tersas, lineales, siempre
ascendentes y fatalmente legitimadoras del statu quo actual.

Estos son los rasgos que, descubiertos y teorizados por Marx, cons-
tituyen premisas todavía hoy indispensables de toda historia crítica
posible, más allá de las deformaciones y de los excesos de los
muchos marxismos vulgares del siglo xx, y más allá de la crisis
irreversible de los proyectos del "socialismo real", colapsados
después de la caída del Muro de Berlín, y de la reconversión de la
Unión Soviética en la angustiada y complicada Rusia de la última
década.
Pasemos a ver ahora, las otras lecciones que la historiografía del
siglo xx ha desarrollado, para la elaboración de esta misma historia
de naturaleza genuinamente crítica. FERNAND BRAUDEL
CAPÍTULO iv

POR LOS CAMINOS DE LA BUENA HISTORIA


ANTIPOSITIVISTA

"....todo estopor hacer, o por rehacer, o por


repensar en el plano conceptual y práctico
de la historia."

Fernand Braudel, "Personal Testimony", 1972.

No hay duda de que el hecho intelectual más importante de todo


el siglo xix cronológico, fue la aparición y desarrollo del Marxismo.
Y su relevancia ha sido tal, que sus ecos e impactos crecen y se
prolongan a lo largo de todo el siglo xx cronológico, para llegar,
vivos e intensos, hasta nuestros días. Y si en las ciencias sociales
en general, esta es la medida real de la presencia del marxismo,
en el campo de los estudios históricos, también le corresponde un
papel protagónico esencial, al constituirse como hemos visto, tanto
en el punto de partida indispensable de lo que es, hasta hoy, la his-
toriografía contemporánea, como también en la versión fundadora
y primera de toda historia crítica aún posible.
Pero la historia, que no tiene nada de lineal ni de simple, ha esta-
blecido que luego de su nacimiento, en la coyuntura histórica de
los años de 1848 a 1870, el marxismo haya permanecido mas bien
alejado totalmente de los ambientes académicos y de los ámbitos
intelectuales oficiales y profesionales, desarrollándose sobre todo
en el seno de los movimientos obreros, socialistas y sindicales
de todo el planeta, y siempre vinculado a las urgencias y a las
demandas diversas de esos movimientos sociales, lo mismo que
de esos partidos y organizaciones políticas. Y no será sino hasta
después de la segunda guerra mundial, cuando el marxismo pe-
netre, en términos generales, dentro de la academia y dentro de

71
CARLOS ANTONIO A G U T R R E ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

las universidades de todo el mundo, abriendo con ello un nuevo, y cia a lo largo de todo el siglo xx, ha ido descubriendo y luego elabo-
en muchos sentidos extraño, capítulo de su propia historia. Debido rando, por su propio camino, otra vertiente de historia igualmente
entonces a esta peculiar historia de sus itinerarios de desarrollo crítica, que a la vez que coincide en varios puntos esenciales con
e influencia en el mundo, es que podemos comprender el muy los aportes del proyecto marxista antes referidos, desarrolla y pro-
desigual impacto y la muy desigual presencia de este marxismo, fundiza también algunos elementos nuevos de esa misma historia
dentro de las distintas historiografías nacionales de todo el orbe, lo crítica que aquí estamos tratando de reconstruir.
que entre otros muchos factores, es también un elemento de expli- Entonces, y fundamentalmente durante su primer ciclo de vida,
cación de los caminos singulares que han recorrido los estudios que abarca los años de 1929 hasta 1968, esta corriente francesa de
históricos mundiales durante todo el siglo xx. los Annales va a consolidar ese proyecto antipositivista de una
Así, es sabido que después de esa etapa fundacional de la histo- historia crítica e innovadora, que ha sido la que ha construido,
riografía contemporánea, que fueron los años de 1848 a 1870, y que tanto su enorme fama planetaria, como también su implantación
se encuentra totalmente dominada por esa irrupción y despliegue y presencia dentro del mundo entero. Centralidad y presencia que
del proyecto crítico de Marx, se ha desarrollado otra segunda determinan, por ejemplo, el hecho de que incluso hoy, la revista de
etapa, que va desde 1870 hasta aproximadamente 1929, y en la los Annales. Histoire, Sciences Sociales, sea la revista de historia más
que la nota dominante de la historiografía mundial será la con- leída y más ampliamente difundida en todo el mundo occidental,
solidación y afirmación del modelo de la historiografía positivista, y quizá en todo el mundo en su conjunto.
cuyos rasgos generales hemos evocado ya, y que está en la base ¿Cuáles son entonces, esos aportes de la corriente de los Annales
de la mala historia, aburrida, oficial, plana y acomodaticia, que es de los años de 1929 a 1968, que han logrado que sus autores princi-
el extremo opuesto de esa verdadera historia crítica. Una historia pales y sus obras más importantes sean hoy conocidos y discutidos
positivista que, representando una clara regresión frente a lo que en todas las historiografías del planeta?. Pasemos a verlos con más
había significado el marxismo para los estudios históricos contem- detalle.
poráneos, ha alimentado sin embargo, a lo largo de todo el siglo xx El primer aporte desarrollado por la corriente de los Annales,
y hasta hoy, a una gran parte de los historiadores rutinarios, pe- que abona y enriquece las perspectivas de la historia crítica, es
rezosos y tradicionales de las diversas historiografías nacionales el de la reivindicación e incorporación dentro de la historia del
de todo el mundo. Pero no sin importantes movimientos de resis- método comparativo. Porque para los 'primeros' Annales, desarro-
tencia, ni sin múltiples acciones de rechazo y de búsqueda de alter- llados entre 1929 y 1941, no hay historia científica posible que no
nativas, por parte de muy distintos grupos de historiadores, frente sea al mismo tiempo una historia comparatista. Así, retomando
a este modelo positivista. en este punto las experiencias de otras ciencias sociales, como la
Porque lo mismo las diversas escuelas, o ramas, o autores, de sociología, la etnología, la lingüística o la literatura, que a prin-
los múltiples "marxismos" del siglo xx, que prácticamente todos los cipios del siglo xx "aclimatan" y refuncíonalizan dentro de sus dis-
proyectos innovadores historiográficos de los últimos cien años, tintos espacios a este mismo método comparativo, Marc Bloch va a
todos se han definido en oposición crítica y en posiciones con- definir la comparación histórica en los términos siguientes: "¿Qué
trapuestas a esa mala y estéril historiografía positivista. Y entre os, para comenzar, comparar dentro de nuestro dominio de his-
ellos, la mal llamada "Escuela de los Annales", que siendo más toriadores?: comparar es incontestablemente lo siguiente: elegir,
bien la corriente de historiadores más importante dentro de Fran- dentro de uno o varios medios sociales diferentes, dos o más
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

fenómenos que aparenten a primera vista, mostrar entre ellos cier- nación histórica, que será posible detectar tendencias y postular
tas analogías, describir luego las curvas de su evolución, compro- posibles leyes del acontecer histórico, acotando al mismo tiempo la
bar sus similitudes y sus diferencias y, en la medida de lo posible, vigencia de su curva evolutiva general.
explicar tanto las unas como las otras". Es decir, que comparar Comparar en historia, es entonces proyectar siempre una nueva
implica eludir tanto la "falsa comparación", en donde se intenta luz sobre la realidad histórica estudiada, nueva luz que en muchas
confrontar fenómenos que no poseen entre sí ninguna analogía o ocasiones permite detectar como esenciales, fenómenos que antes
similitud evidente -lo que implica que no todo es comparable con sólo parecían anecdóticos o insignificantes, develando trazos que
todo-, como también el simple "razonamiento por analogía", en parecían originales y únicos como trazos comunes y más amplia-
donde las similitudes brotan de la pertenencia de los dos o más mente difundidos, o transfigurando situaciones y hechos que apa-
fenómenos comparados al mismo medio social que ambos com- rentaban ser raros y exóticos en cosas perfectamente explicables y
parten -y en donde la comparación es estéril, pues las similitudes lógicas.
obedecen al simple hecho de ser fenómenos que expresan una Una segunda contribución metodológica de los Annales, que
misma y única realidad subyacente-. los conecta directamente con los desarrollos de la historiografía
Entonces, si comparar es establecer ese inventario fundamental contenidos en el proyecto de Marx que hemos resumido ante-
tanto de las similitudes como de las diferencias entre distintos fenó- riormente, es la del horizonte de la historia concebida como his-
menos históricos, a la vez que buscar su explicación, es claro que toria global o total. Historia globalizante o totalizante, que ha sido
el resultado más global de esta aplicación sistemática del método muchas veces mal interpretada, como si fuese equivalente a la
comparativo en historia, es el de delimitar nítidamente los elemen- simple historia general, o en otra vertiente a la propia historia uni-
tos generales, comunes o universales de los hechos, fenómenos y versal Y ello porque este carácter global o total alude en verdad a
procesos históricos, distinguiéndolos de sus aspectos más particu- dos posibles sentidos del término, íntimamente conectados, pero
lares, singulares o individuales. Una distinción que, como sabemos, al mismo tiempo no idénticos. Dos sentidos del concepto que, en
resulta crucial para cualquier historiador, ya que, por ejemplo, de realidad, profundizan y detallan algunas tesis ya avanzadas por
ella depende la construcción de modelos y explicaciones generales Marx en esta misma línea.
dentro de la historia. Y si tanto Henri Berr como Henri Pirenne han Ya que la historia de estos Annales es global, en primer lugar,
repetido que "no hay ciencia más que de lo general", es claro que por las dimensiones del objeto de estudio que abarca. Es decir, por
hacer de la historia una empresa científica sólo será posible con el incluir dentro de su territorio de análisis al inmenso conjunto de
concurso y apoyo de ese método comparativo. todo aquello que ha sido transformado, resignificado, producido o
Pero también, es del fino trabajo de delimitación de esa dialéc- concebido por los hombres, desde la más lejana y originaria "pre-
tica entre lo particular y lo general, que parte la solución de esas historia" hasta el más inmediato y actual presente.
grandes cuestiones que se refieren a los temas de si existe o no Historia global que nos dice que todo lo humano y todo lo que
existe una cierta causalidad dentro de la historia, o también la a eso humano se conecta es objeto pertinente y posible del análisis
cuestión de la búsqueda de regularidades y de recurrencias dentro histórico, y ello en cualquier época en que esto haya acontecido.
de los procesos históricos, así como el gran debate sobre los deter- Lo que, sin embargo, no significa que todo eso humano sea igual-
minismos históricos diversos. Pues es sólo a partir de la repetición mente relevante, ni igualmente explicativo de los grandes procesos
de procesos eficaces y comprobables de causalidad o de determi- evolutivos de las sociedades y de los hombres. Porque la historia
CARLOS ANTONIO A G U I R R K ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

global no es idéntica ni a la historia universal -ese término descrip- ciplinares, -tal y como se le concibe hoy, hablando entonces de
tivo que engloba normalmente al conjunto de las historias de todos la ciencia de la economía, o de ciencia política o de la disciplina
los pueblos, razas, imperios, naciones y grupos humanos que han científica de la historia o de la sicología, etc., etc.-, sino una ciencia
existido hasta hoy-, ni tampoco a la historia general -ese otro tér- de problemas, tan multidimensionales y polifacéticos, y en conse-
mino, también solo connotativo, que se refiere genéricamente a todo cuencia tan "unidisciplinares" y "globalizantes", como lo debe ser
el conjunto de sucesos, hechos y realidades de una época dada, o esa misma única ciencia de lo histórico y de lo social. Porque como
en otro caso de un actor, fenómeno o realidad histórica cualquie- lo dirá enfáticamente Fernand Braudel, la realidad social es sólo
ra-. La historia global es, más bien, un concepto complejo y muy una, "un sólo paisaje" al que las distintas disciplinas y ciencias de
elaborado que se refiere a esa totalidad articulada, jerarquizada y lo social se aproximan, parcial y fragmentariamente, desde sus dis-
dotada de sentido que es precisamente esa "obra de los hombres en tintos "observatorios" o emplazamientos.
el tiempo", a la que ha aludido Marc Bloch, y que ya antes hemos El tercer aporte que será desarrollado por los 'primeros' y los
mencionado, Y por lo tanto, la apertura de un territorio donde 'segundos' Annales es el de la historia interpretativa, y más radical-
existen cosas fundamentales y otras menos importantes, en donde mente el de una verdadera "historia-problema". Una historia que,
hay elementos determinantes y otros determinados, y en donde al mismo tiempo que recoge la tesis de Henri Pirenne cuando
coexisten lo mismo totalidades menores autosuficientes junto a afirma que el "núcleo" del trabajo del historiador no se encuentra
otras realidades que no contienen dentro de sí mismas los propios en la erudición, sino justamente en la interpretación, va a radicali-
principios de su autointeligibilidad. zarla hasta el final, para postular que esa interpretación no es sólo
Lo que nos lleva a la segunda significación específica de esta el núcleo o la parte más importante de la práctica histórica, o la
historia global, es decir, a su derivación epistemológica como exi- condición del paso de la simple erudición a la verdadera ciencia
gencia de situar, permanentemente, al problema o tema estudiado histórica, sino más bien la esencia general misma y el momento global
dentro de las sucesivas totalidades que lo enmarcan. Pues si hacer determinante de toda la actividad misma del oficio de historiador.
historia global no es hacer la simple y aburrida historia universal Porque si las posturas historiográficas anteriores veían a la
acumulativa de los positivistas, recorriendo llanamente todas esas interpretación como un momento siempre ulterior al proceso o tra-
múltiples historias de todo grupo humano en el tiempo, ni tam- bajo de erudición, y en consecuencia como un corolario, remate
poco es hacer la historia general de los malos historiadores, ago- o incluso como un momento culminante del ejercicio historiográ-
tando hasta el cansancio y de manera sólo acumulativa y fatigosa fico, los Annales van a invertir de raíz esta tesis, proponiendo en
todos los hechos o fenómenos presentes dentro de una sociedad, o cambio que la interpretación es el punto de partida mismo de la
un nivel, o una época dada, si es en cambio ser capaz de, como ha investigación histórica, haciéndose presente además a todo lo largo
dicho Fernand Braudel, "sobrepasar sistemáticamente los límites" del trabajo y actividad del historiador. Y de ahí la denominación de
específicos del problema abordado, explicitando sus vínculos y "historia-problema", pues esta tesis implica que la historia "parte
puentes con las totalidades diversas que le corresponden. Y ello en siempre de problemas", que intenta resolver para llegar siempre
el sentido que ya antes hemos abordado, de reconstruir la historia finalmente a nuevos problemas. Y entonces, será claro que "la
'desde el punto de vista de la totalidad' como afirma Marx. realidad sólo habla según se le interroga", y que sólo "se encuen-
Una perspectiva globalizante, que implica entonces que la cien- tra lo que se está buscando", por lo que la erudición misma va a
cia social no debe ser una ciencia de campos o de espacios dis- depender, directa y esencialmente, de esa interpretación previa que
CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

se plasma en las hipótesis, preguntas, interrogaciones y herramien- paradigma de la 'historia problema' afirma por el contrario que
tas de análisis que el historiador tiene ya dentro de su cabeza, en es el propio historiador "el que da a luz los hechos históricos",
el momento inicial mismo en que acomete el tratamiento y examen construyendo junto a sus procedimientos y técnicas de análisis
de sus fuentes y de sus distintos materiales históricos. también los "objetos" y los "problemas" que va a investigar, para
Por eso toda investigación histórica, si quiere tener un sentido obtener al final un conjunto de hipótesis, modelos y explicaciones
científico y no recaer en el simple trabajo del erudito positivista, globales también construidas por él mismo, y por lo tanto igual-
debe de comenzar con la definición de una "encuesta" o de un mente "sesgadas" por su misma actividad o intervención.
"cuestionario" determinado, lo que implica ya un criterio esta- Lo que implica que debemos reconocer que no existe y que no
blecido frente al tema a investigar, criterio que si bien puede y debe puede existir esa relación pura, aséptica e incontaminada entre el
irse transformando en la medida en que avanza el trabajo de inves- historiador y su "materia prima", por lo que el trabajo histórico
tigación, delimita ya de entrada, si bien sea a modo de conjeturas llevará siempre y necesariamente la marca de los múltiples sesgos
provisorias pero actuantes, los parámetros que hacen posible dis- de sus constructores. Sesgos que comienzan con la propia determi-
criminar lo que es o no significativo, a la vez que proveen la nación "epocal" del historiador -lo que Bloch recordará con el céle-
base para ir edificando y apuntalando el cuerpo de las hipótesis bre proverbio de que los hombres son tan hijos de su propio tiempo
a fundamentar o a eliminar, así como la agenda de los puntos y como lo son de sus mismos padres-, sesgos que le dictan parte de
elementos cuya explicación y consideración se intenta encontrar. los criterios de la elección de sus problemas, y que alcanzan hasta
Cuestionario o encuesta que define, justamente, el "problema" que las singularidades mismas de su biografía o itinerario personal, y
es objeto de esa indagación historiográfica. Un problema que, para que son los que llevan a unos a interesarse en la cultura o en la
esta perspectiva annalista, va a decidir entonces el curso mismo del política, y a otros en la economía o en el conflicto social, pasan-
trabajo erudito, y más adelante los propios resultados de la prác- do sin duda también por los sesgos derivados del origen y de la
tica del historiador. Y que, en consecuencia, va a constituirse en la posición de clase social del historiador, pero también por los sesgos
primera tarea obligada de todos aquellos que intentan hacer una que derivan de los efectos producidos por las coyunturas sociales o
historia realmente crítica y científica. Pues si el problema o cues- culturales, por las situaciones generales o por las experiencias co-
tionario inicial va a sobredeterminar de manera tan fundamental lectivas e individuales igualmente vividas.
al propio momento erudito de la actividad, entonces se hace ne- Con lo cual, otra de las funciones esenciales de ese cuestionario,
cesario explicitarlo, con el máximo rigor y detalle, en el comienzo o encuesta, o problema inicialmente delimitado, será también el de
mismo del trabajo historiográfico. hacer explícitos y conscientemente asumidos a esos sesgos o sobre-
Entonces, al hacer explícito este 'problema', se revelará clara- determinaciones específicos del historiador. Sesgos o limitaciones
mente tanto la solidez y riqueza de la formación específica de cada que, por lo demás, no conducen a un relativismo absoluto de los
historiador, como también y sobre todo, el conjunto global de los resultados historiográfieos, tan caro a los historiadores posmoder-
inevitables "sesgos" particulares que dicho historiador introduce, nos, sino más bien al reconocimiento elemental de que toda verdad
ineludiblemente, en el tratamiento de su propio material. Porque histórica -como toda verdad en general- es una verdad relativa, y a
en contra de la visión ingenuamente positivista, que pide una neu- que por tanto el progreso del conocimiento histórico -como, por lo
tralidad absoluta del historiador frente a su tema de estudio, y que demás, todo progreso real- no es un progreso simple, lineal, acu-
sueña con una objetividad también absoluta de sus resultados, el mulativo e irreversible, sino más bien un progreso complejo, lleno
CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

de saltos y de retrocesos, de múltiples líneas y ensayos, como lo Carácter sólo inicial y necesariamente inacabado del proyecto de
hemos ya planteado anteriormente. una ciencia histórica, que no sólo explica esa permanente mutación
Una cuarta aportación de esta corriente annalista a la buena y renovación que la historiografía contemporánea ha conocido en
historia crítica, es la de la reivindicación del paradigma de la his- la última centuria, sino que permite también pronosticar acerca del
toria abierta o en construcción. Porque si el nuevo tipo de historia futuro inmediato de la misma: está todavía lejos, como dijo alguna
que se esta defendiendo y promoviendo, es esa historia compara- vez con un poco de ironía Fernand Braudel, el momento en que
tista, global y problemática que hemos explicado, es claro que el habremos encontrado "la buena ciencia" de la historia, su "forma
proyecto de la misma sólo remonta a la segunda mitad del siglo xix, definitiva", el espacio por fin abarcado de su inmenso territorio,
a la fecha del nacimiento y desarrollo tanto del marxismo original las "buenas técnicas" y los "buenos métodos" por fin establecidos
como de la propia historiografía contemporánea. Y por lo tanto, este de sus investigaciones. Por el contrario, si la historia posee el espe-
tipo nuevo de historia crítica, es también una historia joven, en vías sor mismo de lo humano, a lo largo de todos los tiempos en que
de construcción, y que se encuentra aún a la búsqueda de la defi- esto humano ha existido, su progreso sigue y seguirá avanzando
nición de sus perfiles más definitivos y fundamentales. con los cambios y desarrollos mismos de todas las ciencias sociales,
En consecuencia, se trata de una historia que se dedica per- transformaciones y avances cuyo final no se distinguen aún dentro
manentemente a descubrir, y luego a explorar y colonizar pro- del horizonte.
gresivamente, los múltiples nuevos territorios que cada generación Y quizá sea esta, una de las razones por las cuales esta nueva
sucesiva de historiadores le aporta. Una tarea que, como lo ilustra historia crítica, no logra vencer todavía definitivamente en el com-
el entero periplo de la historiografía del siglo xx, se ha cumplido bate contra las formas de historia que le han precedido, y con las
a lo largo de los últimos cien años, renovando con cada nueva cuales ha roto sin embargo de manera radical. Pues al no alcanzar
coyuntura histórica general, los temas y campos de la investigación a consolidar totalmente, dada la magnitud de la empresa, ese ca-
histórica. E igual que los nuevos territorios, también las técnicas, rácter científico y crítico que la distingue de las malas historias posi-
los procedimientos, los paradigmas metodológicos y los modelos, tivistas y empiristas que la preceden, sigue dejando entonces un
conceptos y teorías que utiliza, aplica, construye e incorpora esa espacio historiográfico sin ocupar, espacio en el cual todavía pros-
misma ciencia de la historia. Pues lo mismo desde la técnica del peran y se sobreviven a sí mismas esas historias monográficas y
Carbono 14 hasta la dendrocronología, que desde el método com- puramente narrativas, ya anacrónicas y vacías de contenido, pero
parativo hasta el moderno "paradigma indiciario" de los micro- todavía actuantes y activas, en vastos dominios de las historio-
historiadores italianos, y desde los modelos del mundo feudal de grafías nacionales del mundo entero.
Henri Pirenne o de Marc Bloch, hasta los modelos recientes sobre Finalmente, un quinto aporte esencial de los Annales del
el capitalismo de Fernand Braudel o de Immanuel Wallerstein o los período 1929 -1968 a los desarrollos de la historia crítica, es el de la
modelos de historia cultural de Cario Ginzburg o de Roger Char- perspectiva de análisis derivada de la teoría de los diferentes tiem-
tier, la historia no ha cesado ni un sólo momento de ensancharse, pos históricos y de la larga duración en la historia, desarrollada básica-
de redefinirse, de profundizarse y de transformarse incluso radi- mente por Fernand Braudel. Una teoría que, para fundamentarse,
calmente, para dar cabida y espacio de desarrollo, a todo ese con- va a comenzar por criticar y desconstruir radicalmente la noción
junto vasto y enorme de innovaciones técnicas, metodológicas y moderno-burguesa de la temporalidad, que adoptando sin crítica
epistemológicas diversas. al concepto newtoniano del tiempo físico, afirma que existe un

un
CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

sólo tiempo, homogéneo, vacío y compuesto de fragmentos idénti- más estudiados por los historiadores económicos, sociales o cul-
cos entre sí, y que avanza de manera independiente e irreversible turales de la última centuria. Hechos de la coyuntura, como un
frente a los hechos y procesos humanos, a los que incluso regula, movimiento cultural o literario de una generación, como una rama
controla y subordina. Frente a ella, la teoría braudeliana va a afir- depresiva o ascendente del ciclo Kondratiev, o como los efectos
mar que existen múltiples tiempos, tiempos que no son los del reloj diversos de un movimiento político o social contestatario, que
o los del calendario, sino que son temporalidades histórico-sociales, enmarcan a los acontecimientos del tiempo o de la duración corta,
tan múltiples, diversas y heterogéneas, como las realidades históri- a la vez que se proyectan a la medida de la temporalidad corres-
cas mismas, y en consecuencia, tiempos variables, más o menos pondiente a las propias vidas de los hombres.
densos y más o menos disímiles, que al hallarse directamente vin- Finalmente, y por debajo de este tiempo medio de las coyuntu-
culados a esos acontecimientos, fenómenos y procesos sociales- ras, sean estas culturales, sociales, económicas o políticas, están las
humanos, van a expresarse como las muchas duraciones históricas a estructuras de la larga duración histórica, que corresponden a los pro-
investigar y a utilizar por parte de los historiadores. cesos seculares y a veces hasta milenarios de las realidades más
Tiempos o duraciones diferenciados, que Fernand Braudel va a duraderas, más elementales y más profundas de esa misma vida
resumir en su triple tipología del nivel de los acontecimientos o histórica de las sociedades. Realidades de largo aliento como los
hechos del tiempo corto, el nivel de las coyunturas o fenómenos rasgos y perfiles de una civilización, los hábitos alimenticios de
del tiempo medio y el plano de las estructuras, de los procesos pro- un grupo de hombres, los sistemas de construcción y de vigencia
pios del tiempo largo o de la larga duración histórica. Una descom- de las jerarquías sociales, o las actitudes mentales frente al trabajo,
posición tripartita de las duraciones que hace posible discriminar, la muerte, la vida o la naturaleza, que al aparecer como coordena-
y luego clasificar en distintos órdenes, a los diversos hechos históri- das que persisten y que sobreviven a lo largo de los siglos, tienden
cos, ubicando inicialmente a aquellos hechos inmediatos, nervio- a confundirse como hechos obvios y a veces hasta eternos, esca-
sos e instantáneos, que durando unas pocas horas, días o semanas pando muchas veces a la mirada y al examen, obviamente de los
se han constituido siempre en la materia prima favorita de los malos historiadores positivistas, pero incluso también, a veces, de
historiadores tradicionales en general y de los historiadores posi- la observación de historiadores mas serios y atentos.
tivistas en particular. Hechos de muy corta vida, tales como la Se trata entonces de proponer, para la historia crítica, una visión
devaluación brusca de una moneda, la muerte de un jefe de estado, nueva de la temporalidad. Visión radicalmente distinta de los fenó-
la irrupción de un terremoto que destruye a una ciudad, o el des- menos temporales, que frente al tiempo lineal y cronológico que se
encadenamiento de una guerra que sirve para gastar y enterrar fragmenta en días, meses, semanas, etc., como en sus puntos cons-
cientos de misiles en el desierto, y que son hechos que tienen a titutivos sucesivos, pensándose aún dentro de las arcaicas divisio-
veces un impacto espectacular y que atraen de una manera des- nes del pasado, el presente y el futuro, va a proponer en cambio
mesurada todas las miradas de quienes los protagonizan o presen- una idea más compleja de las múltiples duraciones, concebidas más
cian, estando en general cortados a la medida del trabajo de los bien como espacios fluidos y densos, como películas siempre en
periodistas y de los puntos de vista de los políticos del día al día. movimiento, que desde la correlación móvil y flexible de la dialéc-
Hechos de muy corta duración que se distinguen claramente tica del antes y el después, van a construir desde su complicada
de los fenómenos de coyuntura, de esos datos repetidos y reitera- interrelación a esa "dialéctica de las duraciones", que ha sido pos-
dos durante años, lustros y hasta décadas, que han sido los datos tulada por Braudel como el corazón del devenir histórico mismo.
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS
ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

Lo que, de asumirse radicalmente, implicaría que los historiadores


que cubre el período de los años de 1929 a 1968, y que hoy consti-
dejáramos de utilizar esas cada vez más paralizantes y estériles
tuyen el verdadero legado annalista para todos aquellos que, en la
divisiones del pasado y el presente, y del presente y el futuro, para
comenzar a estudiar los fenómenos históricos dentro de los diver- actualidad, intentan todavía elaborar una historia realmente cientí-
fica y realmente crítica. Veamos ahora las contribuciones que, en
sos y múltiples flujos, siempre variables pero siempre convergentes,
este mismo sentido, han desarrollado las diversas corrientes histo-
de sus respectivas duraciones históricas.
nográficas nacidas o consolidadas como resultado de la gran revo-
Idea pues, de tiempos y duraciones diversos, que negando todos lución cultural de 1968.
y cada uno de los supuestos y de los perfiles del tiempo moderno
burgués dominante, es susceptible de recuperación no sólo por
parte de la historia sino también por parte de todas las ciencias
sociales en general, y en consecuencia, una clave metodológica que
implica como una de sus posibilidades centrales, la de constituir
un modo radicalmente nuevo de acercarse al estudio de todo lo
sociai-humano, que se ha desplegado dentro de esos mismos tiem-
pos o duraciones históricas.
Novedad radical y dificultad conceptual profunda, que tal vez
explican algunas de las incomprensiones mas frecuentes que ha
sufrido esta propuesta nueva sobre la temporalidad histórica. Así,
es común encontrar autores o textos que equiparan a la larga dura-
ción con el largo plazo de los economistas, o que creen que basta
que una realidad cualquiera dure más de cien años para calificarla
como estructura de larga duración. O también, quienes siguen
equiparando a la corta duración exclusivamente con los hechos
políticos, al tiempo medio con los fenómenos económicos y socia-
les, y a la larga duración con las realidades esencialmente geográ-
ficas. Pero, bien comprendida y bien aplicada, lo que no es sin duda
tarea fácil, esta teoría de los diferentes tiempos históricos y de la
larga duración histórica, resulta también una herramienta preciosa
para la construcción de esa nueva historia crítica que aquí estamos
intentando promover y defender.

Estos son, muy brevemente resumidos, los aportes principales


que la célebre corriente de los Annales ha desarrollado, respecto
del proceso más global de construcción de una historia genuina-
mente crítica, aportes concretados durante su primer ciclo de vida,
CAPÍTULO v

LAS LECCIONES DE 1968 PARA UNA POSIBLE


CONTRAHISTORIA RADICAL

"...la contrahistoria (...) será el discurso de los


que no poseen la gloria o -habiéndola perdido—
se encuentran ahora en la oscuridad]/ en el
silencio.".

Michel Foucault, Genealogía del racismo, 1976.

A más de treinta años de distancia de su saludable irrupción,


la revolución cultural planetaria de 1968, parece por fin haber
mostrado ya a todo el mundo sus verdaderos perfiles profundos y
esenciales. Ya que más allá de las derrotas que, en prácticamente
todas partes, sufrieron los movimientos sociales y políticos que
protagonizaron esta revolución de 1968, subsiste el hecho de que
todos ellos, sin excepción y a pesar de haber sido vencidos en lo
político y en lo inmediato, triunfaron radicalmente al lograr desen-
cadenar una transformación profunda e irreversible del conjunto
completo de las estructuras de la reproducción cultural de todas
las sociedades del orbe.
Lo que se hace evidente, cuando constatamos que las tres insti-
tuciones o espacios centrales en donde se genera y se reproduce la
cultura contemporánea, que son la familia, la escuela y los medios
de comunicación, han sufrido justamente una mutación de largo
alcance, precisamente a raíz de los efectos y del impacto central de
esta revolución de 1968. Y es este impacto global del 68, el que se
encuentra en la base de tantos y tantos procesos que hoy vivimos
cotidianamente, y que abarcan desde la crisis de la familia mo-
IMMANUEL WALLERSTEIN
derna, el aumento espectacular de la tasa de divorcios, o la ruptura
del machismo y el patriarcalismo dentro de las células familiares
CARLOS ANTONMO A G U T R R E ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

de todo el mundo, hasta el papel desmesurado que hoy juegan Corrientes renovadas profundamente, o en otro caso reciente-
los medios de comunicación en todas partes, papel que los vuelve mente emergentes dentro los estudios históricos mundiales, que
capaces de influir en la opinión pública hasta el punto de hacer como herederas directas de la gran ruptura cultural de 1968, van
variar el resultado de una elección presidencial, a la vez que desin- a ser también aquellas que elaboren y propongan los nuevos modos
forman sistemáticamente sobre una guerra, o sobre un movimiento de ejercer y de practicar la historia y la investigación histórica, esta-
indígena dignamente en rebeldía. Pero también, cuando denun- bleciendo no sólo las principales lecciones historiográficas todavía
cian valientemente las injusticias, o las expoliaciones que se reali- vigentes de esa revolución de 1968, sino también las formas, los
zan a varias generaciones de ciudadanos, por causa de un terrible modelos y los horizontes de la manera en que hoy, en el año de
acuerdo del Estado con los banqueros, o cuando hacen públicas las 2004, se estudia, se investiga y se enseña la historia, en una buena
transacciones sucias y los acuerdos cupulares de los dirigentes de parte de todo el planeta.
tal o cual partido político que desembocan en el veto a la aproba- Lecciones fundamentales de la historiografía de los últimos
ción de una ley digna sobre los derechos indígenas, por ejemplo. treinta años, que también son olímpicamente ignoradas por la mala
Pasando además, por todos los cambios enormes que ha sufrido historia positivista hoy dominante, pero que, junto a los aportes y
también la institución de la escuela moderna, desde la redefini- las lecciones aún vivas de la historia marxista, y unidas también
ción total y la superación de la vieja relación jerárquica maestro- a las contribuciones desarrolladas por la corriente francesa de los
alumno, y su sustitución por las nuevas técnicas pedagógicas, Annales del periodo de 1929 a 1968, constituyen la plataforma im-
hasta la muerte del fetichismo acrítico frente a la letra impresa, en prescindible de los elementos formativos esenciales que, en la si-
cuyo lugar florece ahora el libre examen crítico de las opiniones, y tuación actual, debe poseer todo buen historiador genuinamente
el debate directo como nuevo método de conocimiento. crítico, y que desee verdaderamente estar a la altura de nuestra
Efectos fundamentales de 1968, en todos los renglones de la propia época. Veamos entonces, brevemente, cuáles son estas lec-
cultura contemporánea, que también han impactado a todo el ciones de la historiografía de los últimos treinta años, así como las
entero sistema de los saberes científicos, cuestionando hasta la corrientes nuevas o renovadas que las han impulsado y propuesto.
misma división de las ciencias en "duras", "sociales" y "humanísti- Una primera lección que es posible derivar de esta historiografía
cas", y replanteando, igualmente, la pertinencia y legitimidad de post-68, está asociada a los desarrollos más recientes de la corriente
la división del estudio de lo social, en los tradicionales campos francesa de los Annales, y en especial a lo que podríamos consi-
autónomos y separados de las actuales disciplinas de la antro- derar su "cuarta generación" o cuarto proyecto intelectual fuerte,
pología, la historia, la sociología, la economía, la geografía o la desplegado desde 1989 y hasta hoy. Porque es sabido que después
sicología, entre otras. de 1968, la corriente de los Annales tuvo un viraje radical respecto
Con lo cual, también la historia y la historiografía se han visto del tipo de historia que había impulsado entre 1929 y 1968, historia
totalmente sacudidas y transformadas de raíz, renovándose una esta última cuyos perfiles y enseñanzas hemos recogido ya en el
vez más, y dando lugar tanto al nacimiento de nuevas corrientes capítulo anterior. Y entonces, entre 1968 y 1989, lo que los Annales
historiográficas, con nuevos paradigmas, métodos y perspectivas hicieron fue dedicarse a la amorfa, ambigua y poco consistente
sobre el oficio de historiador, como también a la transformación "historia de las mentalidades", historia que abordó lo mismo pro-
profunda e igual renovación de algunas antiguas corrientes o ten- blemáticas y temas históricos bastante banales e inesenciales, que
dencias historiográficas ya existentes. unos pocos estudios dedicados a temas más serios y relevantes,
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

pero que en conjunto se autodeclaró una historia ecléctica desde el Y también, una historia de la cultura que es profundamente
punto de vista metodológico, y también una historia sin línea direc- social, en la medida en que restituye y reafirma esa condición de
triz ni principios teóricos, que aceptaba absolutamente cualquier los productos y de las prácticas culturales, como resultados siem-
enfoque histórico posible, con la única condición de que abordara pre directos de la propia actividad social. Es decir, que lo mismo una
ese indefinido campo de las "mentalidades". Y es claro que, desde práctica de lectura determinada que un cierto conjunto de repre-
el punto de vista de la historia crítica, muy poco o nada puede ser sentaciones asumidas, e igual un cierto comportamiento cultural
rescatado de esa historia de las mentalidades, desarrollada por la de una clase o grupo social, que una determinada modalidad de
tercera generación de la corriente annalista. construcción del discurso, son todas distintas manifestaciones cul-
En cambio, y es esta la primera lección de esa historiografía turales que son siempre producidas, acogidas y reproducidas por
francesa de los últimos quince años, resulta interesante el nuevo una específica sociedad y en un cierto contexto histórico, lo que nos
modelo de historia cultural que esta cuarta generación de Annales obliga entonces a partir siempre de ese referente social e histórico,
ha promovido, y que es el modelo de una historia social de las para la explicación de toda práctica o fenómeno cultural posible.
prácticas culturales, también caracterizado como una nueva histo- Un nuevo modelo de historia cultural, que si bien se encuentra
ria cultural de lo social. Una historia que, frente al substantivismo todavía en proceso de construcción, y más precisamente en la vía
auto suficiente de los estudios históricos de las mentalidades, -que de desprenderse de su matriz originaria que fue esta historia del
en ocasiones ha llegado hasta el idealismo abierto y confeso, como libro y de la lectura, para intentar convertirse en un modelo más
en la obra de Philippe Aries-, va en cambio a representar un ver- general de historia cultural, podría eventualmente en el futuro,
dadero esfuerzo de una historia otra vez materialista, y otra vez llegar a producir y a proponer perspectivas interesantes y útiles
profundamente social de los fenómenos culturales. para los historiadores críticos contemporáneos.
Así, y asociada muy de cerca a los trabajos de Roger Chartier, Una segunda lección, mucho más cercanamente vinculada a la
esta historia social de las prácticas culturales nos propone analizar historiografía de esa cuarta generación de los Annales que hemos
todo producto cultural como "práctica", y por ende, a partir de las referido, es la de la reivindicación de una historia social diferente,
condiciones materiales específicas de su producción, de su forma de focalizada en particular en reconstruir, de nueva cuenta, la com-
existencia, y luego de su propia difusión y circulación reales. Por pleja dialéctica entre individuo y estructuras, o entre agentes socia-
ejemplo, como en el caso de la historia del libro, que no sólo estudia les, sean individuales o colectivos, y los entramados o contextos
los contenidos intelectuales y los mensajes culturales del mismo, sociales más globales dentro de los cuales ellos despliegan su
sino también sus modos de fabricación, los procesos de trabajo acción. Así, tratando de ir más allá de las visiones esquemáticas
de los editores, la composición material misma de los textos y su que, durante décadas, redujeron la acción de los individuos y su rol
forma de presentación dentro del "objeto libro", igual que las dife- social al de simples "marionetas", unilateral mente determinadas
rentes formas de su lectura y de su recepción, por parte de los muy en sus posiciones y en sus prácticas por dichas estructuras socia-
diversos "públicos" que lo consumen y lo utilizan en una época les, estos cuartos Annales proponen volver a revalorar el papel
dada. Es decir, una historia cultural que vista como esa síntesis de activo y constructivo de esos agentes sociales, que no sólo crean y
diversas "prácticas", es una historia materialista en el mejor sen- dan cuerpo total a dichos entramados y estructuras sociales como
tido de lo que antes hemos ya resumido. fruto de sus acciones y de sus interrelaciones, sino que también
disfrutan, permanentemente, de ciertos márgenes de libertad en
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

su acción cotidiana, eligiendo constantemente entre diversas alter- revolución cultural de 1968. Pero que, al replantearse en términos
nativas y modificando con sus propias prácticas, a veces poco y a de esta dialéctica de Ínter influencias recíprocas, permite abonar el
veces totalmente, a esas mismas estructuras sociales que, sin duda, desarrollo de una historia realmente crítica, que puede desarro-
establecen en cada momento los límites concretos de su acción. llarse dentro de todos los diversos campos de lo histórico, para
Restituyendo de esta forma, un enfoque mucho más dinámico aplicarse lo mismo a la historia cultural o a la historia económica,
y mucho más complejo de los agentes como creadores y reproduc- que a la historia demográfica, política o social.
tores de las estructuras, y de las estructuras como marco envol- La tercera lección post-68 para una historiografía crítica, se
vente y cerno límite de la acción de los agentes, que sin embargo se encuentra en cambio asociada a los desarrollos de las varias ten-
interrelacionan e interinfluyen recíprocamente todo el tiempo, para dencias y subgrupos que han sido genéricamente calificados como
transformarse mutuamente, esos cuartos Annales son capaces de la 'historia marxista y socialista británicas contemporáneas'. Y se
mostrar, no sólo el carácter cambiante y móvil de los determinis- trata de la propuesta, una vez más, de reivindicación de la historia
mos que las estructuras ejercen sobre los agentes -y que lejos de social, pero aquí entendida, en particular, como el proceso múltiple
ser omnipresentes, fatales y de un solo sentido claro, son más bien de recuperación del conjunto de las clases populares y de los grupos
determinismos generales, tendenciales y en ocasiones de varios oprimidos dentro de la historia. Recuperación concebida en muy
sentidos posibles-, sino también el papel siempre activo, dinámico diferentes líneas y niveles, que en un caso se despliega, espe-
y creador de esos agentes sobre las estructuras, a las que no solo cíficamente, en el sentido del rescate de dichas clases y grupos
han construido ellos mismos en el origen, sino a las que reprodu- populares en relación con su verdadera condición de agentes de
cen todo el tiempo con su acción, y a las que por lo tanto pueden la dinámica social y del cambio social, mientras que en otro caso
también modificar, incluso totalmente, en ciertas condiciones y en avanza, mas bien, como el proyecto de reintegrar la voz y la memo-
ciertos momentos históricos determinados. ria de esos sectores populares en tanto que fuentes esenciales para
Una otra historia social, que superando tanto la visión de la la construcción del saber histórico. Pero también, en una tercera
estructura omnipresente y todopoderosa sobre el agente pasivo y vertiente, respecto de la elección de la situación de estas clases
puramente receptivo, como también la vertiente opuesta del agente mayoritarias como observatorio o punto de partida del análisis
capaz de todo y demiurgo de la estructura y del mundo, que con- de la totalidad de lo social, al defender una historia construida to
cibe a dicha estructura como reducida a mero "telón de fondo" bottom up (desde abajo hacia arriba), en la que el criterio de estos
subsidiario y marginal, intenta más bien reconstituir ese complejo sectores que son 'los de abajo', es el que define las formas de per-
va y viene, desde el individuo o desde el grupo hacia el contexto, cepción y de análisis del grado, la intensidad, las formas y el curso
y desde este último hacia los primeros. Restitución de esa compleja concreto mismo de la confrontación y de la lucha de clases, en sus
dialéctica entre los sujetos sociales y las situaciones o medios de múltiples desenlaces y resultados posibles.
su acción, que ha permitido corregir ciertas versiones deformadas De este modo, una primera variante de este proceso multi-
de una historia objetivista y estructuralista, que había reducido el facético de recuperación de las clases populares dentro de la his-
papel de los individuos, o de los agentes, o de los sujetos sociales, al toria, avanza en el sentido de revalorar profundamente, una vez
de simples "portadores de su condición de clase", o también al de más, el verdadero papel que han tenido esas clases populares y
mera expresión de la estructura, historia que prosperó tanto dentro esos grupos oprimidos como reales protagonistas y constructores del
del marxismo vulgar como fuera de él, antes de la importante drama histórico. Algo que, como habíamos señalado antes, ha sido
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

originalmente planteado y desarrollado por Marx, y que estos his- y reincorporar a esa memoria de los verdaderos protagonistas
toriadores británicos, justamente marxistas, van a volver a recordar esenciales de la historia real, recurriendo para ello a la construc-
y a replantear con fuerza, frente a la historia positivista inglesa a la ción y a la revalorización de las técnicas de la historia oral, a la
que ellos combaten e intentan superar. Y entonces, tendremos nue- vez que fundaba los célebres History Workshops o "talleres de histo-
vamente, y apoyada e inspirada en parte en esta historia socialista ria" en los que, juntos y combinando sus habilidades y sus saberes
inglesa, toda una nueva y vigorosa ola de trabajos concentrados en específicos, los propios obreros, o los habitantes de un barrio, o los
reconstruir las historias de la clase obrera, los itinerarios y papel de protagonistas de un cierto movimiento social, o los campesinos de
los movimientos campesinos, las experiencias y las luchas de los una localidad, trabajaban con los historiadores "profesionales" o
trabajadores, los estudios y los análisis de los grupos marginales de oficio, para hacer y escribir, o para rehacer y para reescribir la
más diversos, igual que la popularización de obras y ensayos sobre historia, de esa clase, de ese barrio, de ese movimiento o localidad
la cultura popular y la conciencia obrera, sobre las cosmovisiones particulares.
campesinas y sobre las formas de ver y de concebir el mundo, ca- Una historia radical que, en la medida en que está incorporando
racterísticas de esos diversos grupos y sectores sociales marginales a los propios trabajadores y sectores populares como generadores y
y marginados ya mencionados, entre muchas otras. constructores del propio saber histórico, se ha abierto entonces, de
Vasto conjunto de perspectivas y de historias de todas las clases manera amplia y muy receptiva, al seguimiento, estudio y regis-
sociales, y de los innumerables movimientos sociales, que habien- tro de prácticamente todos los movimientos antisistémicos contem-
do cobrado nuevo auge después de 1968, se prolongan hasta el día poráneos, haciéndose eco sin excepción, lo mismo del movimiento
de hoy como uno de los campos más fértiles para el ulterior desa- feminista que del movimiento obrero, de los movimientos pacifis-
rrollo de las historiografías críticas de todo el planeta. tas y antinucleares o de los movimientos estudiantiles, de los mo-
Una segunda variedad importante dentro de estos enfoques de vimientos campesinos o de los movimientos antirracistas, igual
la historia socialista británica, es la que se ha concentrado en pro- que de los movimientos indígenas, urbanos, territoriales o locales
poner el rescate directo de la voz y de la memoria de esas clases más diversos.
populares, como instrumento y fuente para la construcción misma Una tercera versión de esta historia, derivada de las dos ante-
del saber histórico. Pues si esta perspectiva afirma que son esas riores, es la que propone construir toda historia posible como una
clases populares las que hacen la historia real, entonces lo más "historia desde abajo", es decir como una historia que aún cuando
lógico es que sean también ellas las que escriban la historia, y las se ocupe del análisis de las clases dominantes, o en otro caso de
que elaboren los propios discursos históricos que intentan dar la cultura de las élites, o también del papel del Estado o del mer-
cuenta de sus obras, de sus luchas, de sus actividades y de sus cado, o de la nación, lo hará siempre desde este observatorio espe-
papeles y roles específicos, dentro de los procesos sociales históri- cífico que es el del emplazamiento y la perspectiva de análisis de
cos globales. esas mismas clases populares, viendo a los líderes desde el punto de
Siguiendo entonces la idea de que la ciencia de la historia debe vista de las masas, o al Estado desde la sociedad civil, a la vez que
de "darle voz" a los oprimidos, y de que debe hacer que todo el diagnostica a la cultura dominante desde la cultura popular, y a
mundo escuche dicha voz, al recuperarla sistemáticamente dentro los explotadores y dominadores desde el punto de vista de sus víc-
de los elementos del propio saber histórico, esta historia socialista timas, desentrañando los mecanismos del mercado desde la pro-
británica ha tratado de implementar los mecanismos para rescatar ducción o construyendo la explicación del fenómeno de la 'nación'
desde el punto de vista del ciudadano ordinario y común.
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS A N T I M A N U A L DEL MAL HISTORIADOR •

Proponiendo entonces estudiar todo fenómeno histórico "desde dad popular y en el punto de vista de las propias masas popula-
abajo hacia arriba" (to bottom up), esta historiografía socialista res, regula y establece en cada momento lo que es tolerable y lo
británica quiere descentrar sistemáticamente a la tradicional histo- que es intolerable, lo que es justo e injusto, lo que aún puede acep-
ria positivista también inglesa, siempre estatolátrica o adoradora tarse frente a aquello que en cambio desencadena la ira popular
del Estado, politicista, concentrada en los héroes y en los grandes y la indignación y la sublevación general, mecanismo que en cada
hombres, e ignorante de esas clases populares antes mencionadas. situación histórica particular se ha construido siempre desde las
Con lo cual, tendremos por primera vez dentro de los estudios tradiciones, la historia, las costumbres y los singulares modos de
históricos, una perspectiva historiográfica que intenta construirse ver de cada grupo o clase popular, en cada circunstancia y tiempo
desde el propio punto de vista de las clases populares, desde los modos histórico específicos.
en que dichas clases sometidas han sentido, vivido y percibido, de Una "economía moral" de las clases populares, que solo es cap-
manera concreta, todo el conjunto de los hechos y procesos históri- tada por sus líderes más auténticos y por sus portavoces más ge-
cos, desde los más cotidianos y aparentemente triviales, hasta los nuinos, pero que debe ser estudiada, analizada y reconstruida con
mas espectaculares y llamativos. cuidado por el buen historiador crítico, si es que este desea real-
Lo que, evidentemente, se opone de manera frontal a la anti- mente comprender, de manera concreta, fina y detallada, a esa
gua concepción positivista tradicional, que siempre ha reprodu- lucha de clases y a ese decurso social de la historia que intenta
cido sin crítica solo el punto de vista de los vencedores y de las explicar. Ya que sin esa radiografía cuidadosa de dicha "economía
clases dominantes. Mientras que, en esta variante de la historia moral de la multitud", será muy difícil entender por qué un motín,
británica socialista, justo de lo que se trata es de reexaminar todos una revuelta, una insurrección, o hasta una revolución, estalla pre-
los hechos, situaciones y procesos de la historia, desde las cosmovi- cisamente en el momento en que lo hace y no antes ni después,
siones de los campesinos y de los obreros, de los marginados y de y además por qué los desenlaces de todas esas manifestaciones
los trabajadores, es decir, de todos aquellos sujetos sociales cuyas populares y de la lucha de clases, han sido en particular los que
visiones y percepciones específicas han sido casi siempre ignora- han acontecido y no cualesquiera otros diferentes.
das y omitidas por los historiadores anteriores. Una cuarta lección metodológica importante, deriva en cambio
Por último, una cuarta línea de derivación importante de esta de las contribuciones y desarrollos de la corriente italiana de la
perspectiva historiográñca, es la de la reivindicación del original microhistoria. Una perspectiva historiográfica nacida directamente
concepto de la "economía moral de la multitud". Concepto este de los impactos de la revolución cultural de 1968, que recogiendo y
último que habiendo sido acuñado por el historiador Edward P. superando a la vez a todo el conjunto de las tradiciones de la histo-
Thompson, nos entrega una herramienta muy interesante y muy ria social italiana posterior a 1945, va a irse estructurando durante
fecunda para la historia crítica de la lucha de clases y de los mo- los años setenta y ochenta alrededor de la publicación de la hoy
vimientos populares. Pues recordándonos que esa lucha de clases conocida revista Quaderni Storici. Así, manteniendo una posición
no existe solo en los momentos culminantes o espectaculares de clara y definidamente progresista y de izquierda, este grupo de
una revolución, de una revuelta popular o de la Toma de la Bastilla historiadores críticos de origen italiano va a elaborar, en primer
o del Palacio de Invierno, sino siempre y permanentemente, este con- lugar y como una primera herramienta heurística de la nueva his-
cepto se nos ofrece como el esfuerzo de dar cuenta o de captar de toria crítica, el procedimiento metodológico del "cambio de escala", pro-
modo más preciso el mecanismo o barómetro que, en la sensibili- cedimiento que al postular la posibilidad de modificar la "escala"
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

específica en que un problema de historia es analizado y resuelto, totalmente, para reformularlas de una manera muy distinta. Y por
va en general a desembocar en la reivindicación de la recuperación lo tanto, abriendo siempre la posibilidad y hasta la necesidad de
recurrente de la escala microhistórica, o del universo de dimensiones retornar de nuevo a los niveles macrohistóricos o generales, desde
históricas "micro" como el posible nuevo "lugar de experimenta- los resultados del "experimento microhistórico", para reproponer
ción" y de trabajo de los historiadores que, no obstante, continúan entonces nuevas hipótesis generales y nuevos modelos macrohistóri-
empeñados en explicar y en comprender los grandes y siempre cos, más sutiles, más complejos y más capaces de dar cuenta real de
fundamentales procesos globales macrohistóricos. las distintas situaciones histórico concretas a las que ellos aluden.
De este modo, y a la vez que critican los límites de los distintos Procedimiento microhistórico del cambio de escala que, enton-
modelos "macrohistóricos" precedentes, que al haberse afirmado ces, no es solo radicalmente diferente de la tradicional y muy fre-
dentro de las ciencias sociales y la historiografía del siglo xx, fueron cuentada historia local, o también de la propia historia regional -y
simultáneamente vaciándose de contenido, al abandonar su fuente por ende, igualmente diverso de la difundida "microhistoria mexi-
nutricia originaria, que era y ha sido siempre el análisis de los cana" de Luis González y González-, sino también de cualquier
casos particulares y de las experiencias históricas singulares, los historia puramente anecdótica, de las "cosas pequeñas" o de los
microhistoriadores italianos van en cambio a defender este cambio "espacios" o "problemas reducidos" dentro de la historia. E incluso,
de escala y este retorno sistemático al nivel microhistórico, pero no es un procedimiento que podría, precisamente, explotarse en el
para renunciar al nivel de lo general y de la macrohistoria -como si futuro para tratar de renovar a esas historias locales, regionales, o
hacen la mayoría de los historiadores locales o regionales tradicio- anecdóticas, que en su inmensa mayoría terminan derivando jus-
nales y positivistas-, sino justamente para renovarlo y enriquecerlo, tamente en la pura descripción puntual, acumulativa y finalmente
replanteándolo de modo más complejo y elaborado, a partir de intrascendente, de hechos y anécdotas locales o regionales corres-
los resultados de esa experimentación y de ese trabajo realizado pondientes a esos diversos microu ni versos históricos, los que aquí
dentro de los universos de la escala microhistórica. son considerados solo de manera aislada y en sí mismos, descripcio-
Porque el núcleo de este procedimiento microhistórico y de nes que son tan comunes y tan utilizadas por parte de la mala his-
cambio de escala, consiste precisamente en esta recuperación integral toria positivista.
de ese círculo de va y viene, que constituye a la dialéctica compleja Una quinta lección, también asociada a la microhistoria italiana,
de lo macrohistórico o general con lo microhistórico o particular. y directamente conectada con el procedimiento microhistórico que
Recuperación que avanza tomando una o algunas hipótesis cen- acabamos de explicar, es la de las posibilidades que abre, para
trales de un modelo de explicación general o macrohistórica ya esta- el buen historiador, el análisis exhaustivo e intensivo de dicho uni-
blecido o aceptado, para entonces "hacer descender" esta o estas verso microhistórico. Es decir, que al reducir la escala de análisis,
hipótesis a una nueva escala, que es precisamente la escala micro- y tomar como objeto de estudio a ese "lugar de experimentación"
histórica. Escala o universo micro, en el cual dichas hipótesis que es la localidad, o el caso, o el individuo, o la obra o el sector
generales serán puestas a prueba y verificadas, sometiendo su de clase elegido, se hace posible llevar a cabo un análisis prác-
capacidad explicativa a la prueba del caso singular microhistórico ticamente total, tanto de todos los documentos, las fuentes, los
elegido, el que al servir de "test" o de "lugar de experimentación" testimonios y los elementos disponibles dentro de ese microuni-
de esas mismas hipótesis, va a terminar siempre modificándolas, verso, como también de los diversos y múltiples sentidos involu-
enriqueciéndolas, complejizándolas, y a veces hasta refutándolas crados en las acciones, las prácticas, las relaciones y los procesos
CARLOS ANTONIO AGUIRRIÍ ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

desarrollados por esos personajes, o comunidades, o situaciones tuación o el problema analizado ha sido visto, percibido, y proce-
microhistóricas investigadas. sado, por todos y cada uno de los actores y agentes sociales en él
Pues a diferencia de los estudios puramente macrohistóricos, involucrados. Un análisis exhaustivo y al mismo tiempo denso del
que necesariamente seleccionan uno o algunos pocos elementos de "lugar microhistórico", que acerca de inmediato a los historiadores
la totalidad, a los que investigan y analizan a través de casos o hacia el horizonte de la historia global, y también hacia el punto de
ejemplos, o de situaciones más o menos ilustrativas y/o represen- vista de la totalidad, los que hemos ya mencionado y desarrollado
tativas de las tendencias generales -lo que es totalmente pertinente, anteriormente.
útil y necesario, mientras no se caiga en el vicio ya mencionado de La última lección hasta ahora aportada por la microhistoria ita-
"vaciar" el modelo general de sus referentes empíricos, y de ter- liana, y que es la sexta lección de la historiografía posterior a 1968,
minar imponiéndolo como molde rígido y obligatorio de la expli- es la de la importancia de reconocer, cultivar y aplicar el paradigma
cación de las múltiples realidades concretas-, el análisis de un caso indiciarlo dentro de la historia. Y ello, en general, pero también y
microhistórico permite, en cambio, mantener el horizonte exhaus- muy especialmente cuando nuestro objeto de estudio es el con-
tivo de agotar prácticamente todos los niveles de la realidad, y todas junto de elementos y de realidades que corresponden a la historia
las dimensiones y aristas de una situación, de una comunidad, o de las clases populares, de los grupos sometidos, de los "derrota-
de un personaje histórico cualquiera, reconstituyendo por ejemplo, dos" sucesivos en las diferentes batallas históricas, y más en ge-
la entera red de relaciones de un individuo a lo largo de toda su vida, neral de todas esas "víctimas" dentro de los procesos históricos,
o también el mapa de vínculos, alianzas, matrimonios y disputas de cuya historia ha sido siempre silenciada, omitida, marginada, re-
todas las familias de un pequeño pueblo, o también las formas de primida o hasta eliminada y borrada de diferentes maneras.
vida, los espacios de ocupación, las expectativas familiares y los Porque ha sido precisamente en el intento de reconstruir los ele-
comportamientos culturales y políticos de una cierta clase obrera mentos que componen a la cultura popular italiana y europea del
determinada, o también todos los contextos sociales múltiples de siglo xvi, pero no vista y analizada desde el punto de vista de las
la redacción y de la recepción social de una cierta obra intelectual, clases dominantes, sino viéndola desde el propio punto de vista de
etc.. esas mismas clases populares, que Cario Ginzburg ha explicitado
Al mismo tiempo, y acompañando a este estudio que agota ese paradigma indiciario. Paradigma basado en el desciframiento
todas las dimensiones de la realidad micro bajo examen, se hace de ciertos indicios históricos, cuya esencia consiste en que el histo-
posible también un análisis más intensivo de los testimonios y riador se capacite y entrene para ser capaz de leer e interpretar los
de las fuentes diversas. Un análisis que ubicándose ahora desde múltiples indicios que, habiendo sobrevivido a los procesos de recodi-
el punto de vista del sentido de los hechos históricos, intenta tam- ficación, filtro, deformación, conservación sesgada, y reescritura de
bién agotar todos los sentidos imbricados dentro de cada problema la historia por parte de las clases dominantes, permiten todavía
histórico, multiplicando las perspectivas de interrogación de dicho hoy acceder de manera directa a esos puntos de vista y a esas eos-
problema, y los puntos de observación de los mismos, para tratar movisiones de la cultura popular, al modo de huellas, síntomas o
de construir, también dentro de la historia, lo que el antropólogo trazos que, adecuadamente leídos e interpretados, logran aún reve-
Clifford Geertz ha llamado "descripciones densas" de los pro- larnos esas realidades silenciadas y marginadas sistemáticamente
blemas. Es decir, descripciones que sintetizan y combinan en un que conforman a esa misma cultura popular.
solo esquema explicativo, las muy diversas maneras en que la si-
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

Y es que si partimos del hecho de que las clases populares no logran descubrir y establecer esa realidad oculta y de difícil acceso,
saben leer ni escribir sino hasta fechas muy recientes, entonces pero finalmente "atrapable" y descifrable por el buen investigador
es claro que los testimonios y documentos sobre su cultura sean o pesquis ador.
en general escasos, cuando no hasta inexistentes. Y si a ello agre- Un saber indiciarlo que es, también, uno de los modos permanen-
gamos que la historia la hacen siempre los vencedores, entonces tes y milenarios del saber popular, del saber de esas mismas masas y
resulta evidente que lo que ha llegado hasta nosotros, cuando ha clases populares, que aprehenden el mundo por la vía de la expe-
llegado, sobre esa cultura popular, son sólo y sobre todo las visio- riencia cotidiana y de la observación atenta del entorno circun-
nes de las clases dominantes sobre dicha cultura de las clases que dante. Y por lo tanto, también a partir de esa capacidad de leer los
ellos mismos han sometido y explotado, visiones que además de indicios y de interpretarlos adecuadamente, como en el caso del
no comprender adecuadamente dicha cultura, la banalizan, defor- saber de los cazadores, de los marineros, de los carpinteros o de los
man, y distorsionan, a través de los ineludibles filtros, interesados curanderos y médicos populares.
y nada imparciales, de su propia posición de clase hegemónica. Por Un saber apoyado en indicios que, bien aprendido y bien apli-
ello, lo único que ha llegado hasta nosotros de esa cultura popular, cado, es una herramienta preciosa tanto para el rescate de todos
eminentemente oral y siempre negada y expulsada de la historia esos temas difíciles y que se "resisten" a darse fácilmente al histo-
oficial, no son otra cosa que esos pequeños indicios, o rasgos y ele- riador, -lo que hace que el mal historiador positivista, simplemente
mentos aparentemente insignificantes para cualquier mirada ordi- los ignore, y pase de largo olímpicamente frente a ellos-, como,
naria, pero en verdad profundamente reveladores y esdarecedores más en general, para el desarrollo más rico y complejo de esa buena
para la mirada aguda y para el olfato especialmente entrenados del historia crítica, que recupera esos elementos de la historia popu-
historiador crítico, que ha cultivado esta búsqueda de los indicios, lar, pero siempre desde el propio punto de vista de las víctimas.
y esta capacidad de su lectura e interpretación adecuadas. Una séptima lección importante de la historiografía posterior a
Por eso, Cario Ginzburg juega, para explicar este paradigma la revolución cultural de 1968, está vinculada con el desarrollo de
indiciarlo, con la comparación metafórica entre la actividad del la cada vez más difundida perspectiva del "world-system analy-
historiador, de un lado, y en el otro con toda una serie de activi- sis" (del análisis del sistema-mundo). Perspectiva que habiéndose
dades que incluyen, por ejemplo, el trabajo del detective, o tam- desarrollado, también a raíz de la ruptura de finales de los años
bién la labor del sicoanalista, o la pesquisa de un juez, igual que el sesenta en Estados Unidos, ha ido difundiéndose y ganando popu-
diagnóstico de un buen médico, o la investigación del especialista laridad en todo el mundo a lo largo de los últimos cinco lustros.
de arte que es capaz de atribuir acertadamente la autoría de un Perspectiva crítica, que se reivindica también como directamente
cuadro supuestamente anónimo, entre otros. Pues en todos estos inspirada en los trabajos de Marx, y cuyo representante principal es
casos se trata de saberes indicíanos, que a partir de esos elementos Immanuel Wallerstein, que hoy es, entre muchas otras cosas, direc-
sólo aparentemente secundarios o insignificantes, que son los tor del conocido Fernand Braudel Center de la Universidad de Bing-
rastros dejados involuntariamente por el culpable, o los actos falli- hamton. Centro Fernand Braudel, al que igualmente podríamos
dos del paciente, o las contradicciones o lagunas presentes en la considerar como el espacio de concentración más importante para
deposición de los testigos, o los síntomas diversos de un enfermo, la reproducción e irradiación mundial de este mismo enfoque.
o también los modos recurrentes y totalmente singulares de pintar Así, esa séptima lección referida, es la que alude al paradigma
una uña, una oreja, una zona del cabello o un pliegue del vestido, que afirma que la unidad de análisis obligada para el examen y
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

explicación de cualquier fenómeno, hecho, o proceso acontecido Reubicación de ese marco global del sistema-mundo, como
durante los últimos cinco siglos, es la unidad planetaria del sistema- referente más general de nuestras explicaciones, que entonces nos
mundo capitalista. Es decir, una propuesta metodológica que afirma obliga a comenzar por preguntar si el problema o tema investigado
que, para poder explicar cualquier fenómeno social de la historia se ha desplegado en una zona central, semiperiférica o periférica
capitalista del último medio milenio, es imperativo y forzoso de ese sistema-mundo, y también si ha acontecido dentro de una
mostrar sus conexiones y vinculaciones con esa unidad de refe- fase ascendente o descendente, en primer lugar, del ciclo Kondra-
rencia, siempre presente y siempre esencial e imprescindible en tiev, pero también y en segundo lugar, de los ciclos hegemónicos
términos de una explicación adecuada, que es justamente el de las potencias del sistema-mundo, y en tercer lugar, dentro de
sistema-mundo capitalista en su totalidad. qué fase, etapa o momento temporal dentro de la curva integral
Lo que implica entonces que, para esta perspectiva, son siempre de vida del sistema-mundo en su conjunto. Preguntas que al ser
inadecuados y hasta encubridores de la realidad, los marcos con- respondidas nos dan ya, según esta perspectiva del análisis del
ceptuales que intentan encuadrar y explicar esos mismos fenóme- sistema-mundo, las primeras coordenadas esenciales para la expli-
nos sociales, desde el marco de la "nación", o del "Estado", o de cación concreta de ese problema histórico analizado.
la "sociedad", o de cualquiera de las combinaciones que derivan Una octava lección, también ligada a esta perspectiva del análi-
del acoplamiento de estos términos, como son el Estado-nación, la sis del sistema-mundo, es la que se refiere a la necesidad de repen-
sociedad nacional o la sociedad estatal. Porque al afirmar que el sar nuevamente, de manera crítica, la forma de organización del
verdadero marco en el que se desenvuelven iodos los procesos ca- sistema de los saberes humanos en general, y en particular, el episteme
pitalistas, es el marco del sistema-mundo semiplanetario o plane- hoy vigente dentro del conjunto o universo de las llamadas ciencias
tario, según las épocas, lo que se reivindica es la existencia de una sociales. Porque recuperando en este punto, la exigencia antes refe-
dinámica global igualmente planetaria, que estaría siempre actuante rida de una historia verdaderamente globalizante o totalizante, y
y siempre presente durante el último medio milenio transcurrido, proyectándola en particular hacia el problema de la historia de la
y que sería la dinámica última y determinante del conjunto de reali- construcción de las diversas disciplinas o ciencias que hoy abor-
dades, situaciones, sucesos y acontecimientos desplegados dentro dan los diferentes renglones de lo social humano en el tiempo, este
de los límites de este mismo sistema-mundo capitalista. paradigma del world-system analysis va a criticar radicalmente la
Y entonces, no se trataría simplemente de "sumar" o de actual configuración disciplinar del estudio de lo social, que sigue
"agregar" los "factores externos", o extranacionales, a los "factores encerrando nuestras reflexiones e investigaciones dentro de la ya
internos", nacionales o estatales, de una "sociedad" determinada, arcaica división de esas supuestas ciencias autónomas y separadas
lo que siempre se hace tomando a dichos factores externos como un que son la economía, la antropología, la ciencia política, la histo-
mero complemento, marginal y secundario, de esos factores inter- ria, la geografía, la sociología, la sicología o la lingüística, entre
nos, sino más bien de lo que se trata es de invertir y de transformar otras. En contra de esta parcelación del saber sobre lo social, cada
radicalmente nuestros modos de explicación y de interpretación vez más paralizante y cada vez mas limitada, esta perspectiva
habituales, reubicando también en el centro de nuestras hipótesis va en cambio a pugnar abiertamente por "abrir las ciencias socia-
y de nuestros modelos, a esa dinámica supranacíonal de las ten- les", para reconstruir una nueva y abarcativa "unidisciplinarie-
dencias globales del sistema-mundo, dinámica que, solo en un dad" para el estudio de lo social, que fundada y apoyada en una
segundo momento, va a especificarse y a concretarse en las diver- sola epistemología global, sea capaz de edificar la "ciencia social-
sas dinámicas regionales, nacionales y locales particulares.
CARLOS ANTONIO AGUIRRK ROJAS A N T I M A N U A L DEL MAL HISTORIADOR •

histórica" que deberá sustituir a esas actuales disciplinas mencio- de deslegitimar y de eliminar por completo dicho fundamento de
nadas de la antropología, la economía, la ciencia política, la historia la división disciplinar, reconstruyendo desde la base otro modo o
o la sociología, etc.. episteme diferente para ese mismo estudio de lo social, un episteme
Revisando y cuestionando entonces de raíz, las específicas precisamente unidisciplinario para la comprensión y examen de lo
divisiones epistemológicas que fundan este esquema parcelado y social-humano en el tiempo.
cuadriculado de las distintas disciplinas o ciencias sociales con- Con lo cual, la actual crisis que viven las ciencias sociales actua-
temporáneas, esta perspectiva desarrollada en parte por Imma- les, solo puede ser superada si abolimos completamente dicha par-
nuel Wallerstein, va a demostrar lo estéril e insostenible de seguir celación en disciplinas, y si volvemos a esas visiones unitarias y
intentando separar el pasado del presente, lo político de lo social unidisciplinares sobre lo social que existieron, todavía, hasta la
y lo social de lo económico, así como el estudio de las civili- primera mitad del siglo xix, por ejemplo en el propio caso de Carlos
zaciones europeas del de las supuestas culturas o civilizaciones Marx. Nueva visión unidisciplinaria en la que, por lo demás, habrá
no europeas. Divisiones y separaciones que hoy se revelan como que recuperar todo el conjunto de las contribuciones importantes
insostenibles y como puramente artificiales, y que cada vez resul- desarrolladas por estas mismas ciencias sociales parceladas, en sus
tan más paralizantes y restrictivas para la adecuada comprensión ciento cincuenta años de desarrollo en general. Una recuperación
de lo social, siendo sin embargo el verdadero fundamento último compleja y sutil, en la que los aportes hasta hoy desarrollados, en
de la justificación de esta configuración disciplinar actualmente particular por la historia, deberán ocupar un rol central y de pri-
vigente. Divisiones que urge entonces criticar y eliminar, para abrir mera magnitud, al contribuir a esclarecer los mecanismos tempo-
el paso a la construcción de ese nuevo horizonte unidisciplinar en rales de la continuidad y del cambio, y más en general, todas las
el análisis de lo social, hacia el cual tienden de manera espon- implicaciones y conexiones de esos fenómenos sociales con esta
tánea todas las perspectivas y todas las corrientes mas innovadoras dimensión profunda y omnipresente de la temporalidad.
desarrolladas recientemente dentro de esas mismas ciencias socia-
les actuales.
Invitándonos entonces a repensar con seriedad estas premisas
no explicitadas de nuestro actual sistema de construcción de la
ciencia sobre lo social, Immanuel Wallerstein explica entonces la Estas son, brevemente resumidas, las principales lecciones que nos
actual crisis que vive este episteme todavía dominante, crisis que aportan las más importantes corrientes historiográficas hoy vigen-
no se resolverá nunca, ni con la interdisciplinariedad, ni con la tes dentro del panorama universal de los estudios históricos más
multidisciplinariedad, pero tampoco con la transdisciplinariedad contemporáneos. Lecciones que, obviamente, son en su totalidad
o con la pluridisciplinariedad, las que en todos los casos parten térra incógnita para los malos historiadores oficialistas, tradiciona-
finalmente del dato de respetar, sin criticarlo, ese mismo funda- les y positivistas, a pesar de que constituyen, sin duda, las herra-
mento de la división en diferentes disciplinas, al que en el fondo mientas más cotidianas y los referentes más usuales de los buenos
consideran válido y legítimo, y del cual solo quieren paliar o modi- historiadores críticos contemporáneos. Y es claro que resulta abu-
ficar sus 'malas' consecuencias, pero sin transformar de raíz ese sivo, y finalmente hasta mentiroso, autodenominarse "historiador"
mismo fundamento. Mientras que, por el contrario, en la perspec- si uno no conoce y domina, por lo menos, a esta serie de autores,
tiva del análisis del sistema-mundo, de lo que se trata es justamente paradigmas y propuestas que, en su conjunto, son el legado más
CARLOS ANTONIO ACUTRRE ROJAS

reciente, y también las perspectivas todavía vivas y vigentes, co-


rrespondientes a los modos más actuales en que se ejerce hoy el
apasionante oficio de la historia.

FEDERICO ENGELS
CAPITULO vi

¿QUÉ HISTORIA DEBEMOS HACER Y ENSEÑAR HOY?


UN MODELO PARA (DES)ARMAR

"La burguesía convierte todo en mercancía, y por


ende también la escritura de la historia. Forma
parte de su ser, de su condición para la
existencia, falsificar todos los bienes: también
falsificó la escritura de la historia. Y la
historiografía mejor pagada es la mejor falsificada
para los propósitos de la burguesía".

Federico Engels, Notas para la 'Historia de


Irlanda', ca. 1870-1871.

Después de haber detectado y señalado las distintas figuras de la


mala historia que se hace y que se enseña en nuestro país, y a
las que intentamos abiertamente superar, y luego de establecer los
más recurrentes "pecados capitales" que amenazan al historiador,
y que lo hacen estar sometido al riesgo permanente de deformar
y de empobrecer sus propios resultados historiográñ'cos, hemos
tratado de resumir también todo el conjunto de lecciones y de
contribuciones que, desde Marx y hasta la actualidad, han ido
poniendo los cimientos necesarios y los elementos indispensables
para el desarrollo de un historia diferente, de una buena historia, al
mismo tiempo crítica y científica, pero también acorde a las urgen-
cias y a las circunstancias más contemporáneas.
Con lo cual, y a partir de todas estas lecciones, y también de
todas estas advertencias y prevenciones, quizá sea posible intentar
responder a la importante y acuciante pregunta, respecto a cual es
el tipo de historia que debemos de hacer y debemos de enseñar
en las aulas, para no continuar reproduciendo a la mala y aburri-
da historia que ha sido dominante hasta hoy en nuestro país, y

II
CARLOS ANTONIO A G U I R R E ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

para desarrollar, por el contrario, una buena historia crítica que historia económica, o social, a la historia de las mentalidades o a
este realmente acorde con los últimos progresos y avances de los la historia cultural, la historia de las estructuras y de las inercias
estudios históricos mas contemporáneos en todo el mundo. Y para fuertes a la historia de los agentes activos y de las acciones, igual
responder a esta pregunta, tal vez sea útil repasar, de manera que la historia "objetiva" a la historia "desde el sujeto", o la histo-
sintética, y sobre la base de todo lo planteado anteriormente, algu- ria cuantitativa, serial y anónima, a la historia individual, viva y
nas de las más recurrentes falsas disyuntivas a las que se enfrentan vivida, o la historia de la larga duración a la historia de los acon-
todavía hoy los historiadores actuales, disyuntivas que desde las tecimientos, la historia "realmente científica" a la historia "ideo-
lecciones antes resumidas pueden ser realmente sobrepasadas y lógica" o "políticamente comprometida", o la historia ecléctica o
superadas por los buenos historiadores críticos, construyendo mas "sin ortodoxias" a la historia limitada rígidamente a la aplicación y
allá de ellas y sobre dicha superación, precisamente los perfiles y repetición de un sólo modelo histórico, entre tantos otros ejemplos
los elementos generales de esa nueva historia diferente que aquí que podríamos continuar enumerando largamente.
intentamos promover e impulsar abiertamente. Pero, como es posible deducir de la lectura de los capítulos ante-
Para poder hacer y enseñar esta nueva historia, que tanto re- riores, y de todo el conjunto de lecciones que nos han legado tanto
claman y necesitan los estudiantes y los Profesores más activos, Marx y la corriente de los Annales, como todas las perspectivas
inteligentes y críticos de nuestro país, es indispensable entonces ser historiográficas críticas posteriores a la revolución cultural de 1968,
capaces de evitar caer en toda esa serie de falsas disyuntivas ya men- se trata en todos estos casos sólo de falsas oposiciones y de falsas elec-
cionadas, que habiéndose planteado en el pasado, e incluso hasta ciones o disyuntivas, que se disuelven y eliminan de inmediato, en
el presente, como parte de los "grandes debates" entre los historia- cuanto nos acercamos con cuidado a la lectura de los trabajos prin-
dores, han presionado a estos últimos, constantemente, para que cipales, de todos los autores y defensores de esta historia crítica
escojan o decidan entre diferentes objetos de estudio, pero tam- que hemos ido mencionando a lo largo de este breve ensayo, y
bién entre distintos órdenes de fenómenos de la realidad, lo mismo cuyas tesis y aportaciones centrales, hemos tratado de resumir y
que entre diversas técnicas, o métodos, o paradigmas, o modos de de plantear muy brevemente. Porque, como lo ha dicho alguna vez
aproximación hacia sus diferentes temas de investigación. Fernand Braudel, la ciencia de la historia es la suma de todas las his-
Y entonces, se ha debatido hasta el cansancio si la historia debe torias posibles, pasadas, presentes y futuras, del mismo modo que
de ocuparse, sobre todo, de los elementos generales, reiterados y la historia verdaderamente crítica, implica siempre y en general, la
universales dentro de la historia, o si por el contrario, su atención consideración de todos esos elementos, perspectivas, dimensiones,
debe de concentrarse más bien en el carácter único, irrepetible y órdenes, métodos, técnicas y paradigmas que intentan oponer fal-
singular de los acontecimientos históricos. O también, se ha pro- samente los malos historiadores, arguyendo su carácter excluyente
longado hasta hoy la eterna querella, entre los defensores del tra- y a veces hasta antitético.
bajo empírico y erudito del historiador, y aquellos que deñenden Pero es claro que la historia es, en su esencia profunda, la
en cambio la filosofía de la historia, y la construcción metafactual dialéctica compleja y permanente entre una serie de elementos uni-
y esencialmente discursiva del historiador. Pero sucede lo mismo versales, repetidos, comunes y generales, con otros elementos sin-
cuando se intentan oponer la microhistoria a la macrohistoria, la gulares, únicos, excepcionales y particulares, dialéctica que en esta
historia puramente descriptiva a la historia interpretativa, el indi- doble vertiente, nos explica a la vez porqué existen ciertas regu-
viduo a las masas, o a cualquier otra forma de "lo colectivo", la laridades y tendencias claras dentro de la historia, pero al mismo
CARLOS ANTONIO AGUIRRK ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

tiempo porqué esa historia no se repite nunca. Es decir, porque Una oposición ficticia que muestra la esterilidad, tanto de los
la historia no es una simple acumulación eternamente variable de historiadores fanáticamente positivistas, aferrados sólo a la dimen-
hechos, personajes, acontecimientos y procesos siempre diferentes, sión erudita del trabajo del historiador, y temerosos de cualquier
lo que impediría todo análisis racional y científico de la misma, interpretación o explicación que vaya más allá de contar "los
pero tampoco un mero cambio de formas o de "trajes" para una hechos tal y como han acontecido", pero también de los historia-
historia que, entonces, sería cíclica y eternamente repetida, además dores postmodernos, que sobredimensionando el rol y las posibi-
de tediosamente previsible. lidades de este nivel interpretativo de la historia, terminan por
Por el contrario, y alejada tanto de la posición historicista, que afirmar absurdamente que todo en la actividad del historiador es
ha sucumbido a su enamoramiento respecto de ese carácter único pura y total construcción libre, desde su problema u objeto a estu-
y singular de lo histórico, como de la posición stalinista y marxis- diar, hasta su resultado discursivo, pasando incluso por sus fuen-
ta vulgar, que afirmaba que las leyes de la historia conducían, a tes, sus métodos, sus modelos y sus explicaciones específicas. Y si
todos los pueblos del mundo y de manera fatal e inevitable, hacia el sabio refrán popular nos enseña que "los extremos terminan por
el "socialismo", la historia crítica reivindica la necesidad perma- tocarse", es obvio que ha sido ese positivismo temeroso y cerrado
nente de recuperar, en todo momento y en cada análisis histórico el que le ha permitido prosperar a dicho postmodernismo en his-
específico, tanto a esos elementos generales, como a los particula- toria, al haber negado todo rol a la interpretación, lo que ha dejado
res, restituyendo en cada caso, de manera fina y sutil, su compleja el vacío que ahora explica, que haya quien quiera restituirle todo a
imbricación y dialéctica específicas. esa misma interpretación, hasta el punto de las delirantes posicio-
Y lo mismo es posible plantear respecto de la discusión, vuelta nes postmodernas ya referidas.
a retomar por los defensores del postmodernismo en historia, Y si ya Hegel nos enseñó que se ve lo mismo en la oscuridad
entre la historia como simple trabajo de erudición y de manejo de total que en medio de la luz absoluta -ambas, como es evidente,
"hechos" duros y comprobables, y sujetos a una verificación rigu- completamente enceguece doras-, entonces no será tan extraño el
rosa, y de otra parte la historia como pura "construcción libre" del observar como ciertos historiadores de nuestro país han pasado,
historiador, como ejercicio casi metafísico de invención de objetos, sin mediación alguna y en un salto verdaderamente mortal, desde
de problemas, de técnicas y de resultados, que culmina también el positivismo puro y duro, hasta la defensa y promoción de los
en la invención de discursos y de pseudoverdades acordes con un trabajos postmodernos de Hayden White, Michel de Certau o Paul
cierto "régimen de verdad". Veyne, entre otros.
Falsa oposición que se disuelve igualmente, si asumimos que la Igualmente estéril, resulta la falsa alternativa entre dedicarse al
historia es, al mismo tiempo y siempre, tanto trabajo de erudición estudio de los grandes procesos globales, y los grandes problemas
como de interpretación, interconectados una vez más dentro de históricos, en periodos largos de tiempo y tomando unidades espa-
una dialéctica específica, en la que la labor erudita y el estableci- ciales de análisis de grandes dimensiones, o por el contrario, con-
miento riguroso de los hechos, marca solo el punto de partida y centrarse en temas acotados y pequeños de la historia, abordando
también los límites de la interpretación, proporcionándole a esta problemas muy puntuales, en periodos de corta duración y dentro
última su materia prima y su plataforma de apoyo, y en donde la de límites más bien locales, o regionales, o de reducidas dimensio-
interpretación es la que le restituye el verdadero sentido y signifi- nes. Es decir, la falsa oposición entre hacer macrohistoria o historia
cación a esos hechos, desentrañando su esencia profunda, y recons- general, o en el otro extremo microhistoria de las cosas menudas y
truyendo de modo coherente su racionalidad y lógica intrínsecas. particulares.
CARLOS ANTONIO A G U I R R F ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

Pero la filosofía nos había ensenado, hace ya mucho tiempo, Otra falsa elección, que reaparece con frecuencia en las discu-
que lo general sólo existe y se manifiesta a través de lo particular, al siones de los practicantes del oficio gobernado por Clío, es la que
tiempo que nos aleccionaba respecto de que ese particular siem- contrapone la historia de los individuos, o de los falsos o verdade-
pre es, de manera esencial y entre otras de sus determinaciones ros "grandes hombres", e incluso de las élites políticas, o militares,
importantes, un modo o una figura específica de desplegarse de o económicas, o intelectuales, etc., a la historia colectiva y social
esa generalidad o universalidad. Lo que quiere decir que, una vez de las clases sociales, de los grupos populares, de las masas y de
más, lo general y lo particular se encuentran siempre imbricados las grandes mayorías, casi siempre ignoradas o poco consideradas
y entrelazados, y que por lo tanto no es posible tampoco separar por los historiadores positivistas tradicionales. Pero, si como ya
la dimensión macrohistórica de la dimensión microhistórica, sin hemos explicado, uno de los grandes progresos que ha cumplido
arriesgarse a caer, sea en la pura y simple especulación metafísica la historiografía contemporánea, desde sus inicios coincidentes con
de las generalizaciones frágiles y hasta brillantes, pero siempre el desarrollo del proyecto de Marx y hasta hoy, es justamente el
erróneas, de las diversas filosofías de la historia -ejemplificadas de la incorporación orgánica de estos diversos actores y protago-
de manera muy clara, en este siglo, en los trabajos de Arnold nistas colectivos y mayoritarios de la sociedad, eso no significa que
Toynbee u Oswald Spengler-, sea, en el otro lado, en la pura debamos abandonar totalmente e ignorar esa misma historia de los
descripción anecdótica y pintoresca de microhistorias irrelevantes individuos, de los grandes personajes, y de los grupos de élite de
de un pequeño pueblo, una pequeña ciudad, una localidad o una todo orden. Por el contrario. Ya que es justamente esta incorpo-
pequeña región cualquiera, descripciones desprovistas de toda lec- ración orgánica de las clases y de los sectores populares dentro
ción o enseñanza de orden general para el conjunto de los historia- de la historia, la que permite recuperar de una nueva forma, más
dores. rica y más pertinente, a esas mismas historias individuales y de los
Pues, para volver una vez más a las enseñanzas de Marc Bloch, pequeños grupos, redimensionándola para darle las justas y equi-
prolongadas ahora por la microhistoria italiana, es necesario recor- tativas proporciones que realmente le corresponden.
dar que la condición primera para que una historia local, o regional, Porque, sin duda alguna, la historia la hacen las masas, pero
o particular cualquiera "sea de utilidad a toda la corporación de también los líderes, en una compleja trama que sintetiza y combina
los historiadores", se requiere que aborde siempre, y de manera a la vez la participación de las clases sociales con los itinerarios
explícita y consciente, "problemas de orden general", los que en individuales, al mismo tiempo que entrelaza e imbrica la actividad
este caso, deberá resolver "desde y con los elementos que le provee" y las acciones de esos múltiples y plur i face ticos grupos mayorita-
esa localidad, o región, o ejemplo, o situación particular investi- rios de la población, con las decisiones y los actos de los llamados
gada. Del mismo modo en que la única manera de evitar esa cons- "grandes hombres". Así, para la verdadera historia crítica, ni las
trucción en el aire, de modelos irreales y fantásticos de la supuesta masas lo hacen todo y los individuos no importan, ni tampoco la
evolución histórica humana, es la de retrotraerlos a la confron- historia se reduce a ser el recuento glorioso de las gestas y accio-
tación con las historias concretas, menudas, singulares, y con los nes de los "héroes que nos dieron patria", o de los "forjadores de
diversos casos individuales de esa dimensión microhistórica, resti- la nación", o de los múltiples "salvadores del país", "adalides de
tuyendo entonces la permanente interrelación y retroalimentación la democracia", o "constructores del futuro para un país nuevo y
obligada de la macrohistoria con la microhistoria y viceversa. diferente", de las que nos hablan todo el tiempo los historiadores
positivistas tradicionales y los discursos de los políticos contem-
poráneos.

117
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

Y si para esta historia crítica, son importantes tanto las clases logrado llegar a ser lo que fue, y a hacer lo que hizo, debido a
populares como también los individuos, es claro que no podrá su genialidad excepcional, y a su singular e irrepetible carácter
avanzarse en la investigación histórica, sin considerar ambos ele- extraordinario, los historiadores tradicionales y positivistas han
mentos en sus interrelaciones recíprocas, resolviendo, como lo reproducido hasta hoy, esta falsa antinomia entre contexto social e
proponía ya Henri Pirenne, la disyuntiva que en su época enfren- individualidad histórica.
taba la historia, entre la sicología que estudiaba al individuo y a Pero a partir de la lectura de obras como El 18 Brumario de Luis
sus diversas manifestaciones, y la sociología que estudiaba a los Napoleón Bonaparte de Carlos Marx, o de Mozart, Sociología de un
grupos sociales y a las sociedades, en el justo sentido de estudiar, a genio de Norbert Elias, o también de Martín Lulero. Un destino de
los individuos en tanto que miembros actuantes de dichos grupos Lucien Febvre, por no mencionar la brillante Crítica de la razón
sociales, y a los grupos y clases sociales como conglomerados y sín- dialéctica de Jean-Paul Sartre, el buen historiador crítico sabe muy
tesis articuladas de esos mismos individuos concretos, distintos y bien que no tiene sentido separar al individuo del contexto, de esta
actuantes. manera brutal y adialéctica, y que es igualmente absurdo tratar
Falsa contraposición entre individuo y colectividad, que en otra incluso de contraponer ambos términos, forzándonos a escoger
vertiente se transforma en la antinomia del individuo en contra entre ellos. Y sabe también que, por el contrario, lo que más bien es
del contexto social. Lo que se hace particularmente evidente en el necesario, es partir de investigar siempre al individuo en el contexto,
clásico problema de la biografía histórica. Porque aún al abordar, ya inmerso dentro de él, explicitando de manera concreta como dicho
como tema central, este campo del análisis histórico que es el de contexto va moldeando al individuo, y formándolo para manifes-
la biografía, es decir el de la reconstrucción crítica del periplo com- tarse a través de él y en él mismo, al mismo tiempo que recons-
pleto y de las curvas diversas de la vida de un determinado indi- truimos cómo ese individuo se inserta en dicho contexto, para
viduo, reaparece nuevamente la falsa disyuntiva de caracterizar proyectar su acción, y para afirmar y desplegar allí sus diversas ini-
a ese individuo, o como producto claro y plasmación concreta de ciativas, transformando a su vez a dicho contexto desde los impactos
su contexto específico -reduciendo su singularidad individual a múltiples de sus acciones, y configurando de esta forma a las figu-
las condiciones de lo que ha sido su circunstancia, es decir de su ras concretas de ese mismo espacio contextual, a través de la com-
"medio" y de su "época"-, o en el otro caso, la de exagerar el rol pleja red de los círculos concéntricos crecientes que constituyen
activo y la potencia transformadora y engendradora de dicho indi- todo su mundo de relaciones diferentes.
viduo, reduciendo entonces a ese contexto de su acción y de sus dis- Así, acercando contexto e individuo, en lugar de separarlos y
tintas obras y logros históricos, al papel de mero "telón de fondo", oponerlos, el buen historiador recorre completos los varios círcu-
más bien inesencial y secundario de dichas obras y acciones. los de va y viene que parten, por ejemplo, del individuo hacia su
Oscilando así, entre considerar al individuo una especie de familia, de su familia hacia su barrio, de su barrio hacia su ciudad,
simple "marioneta" de las circunstancias, producto de su medio de su ciudad hacia su entorno regional o nacional, y eventualmente
y de su tiempo, y que fatalmente debería ser "engendrado" en de su entorno nacional hacia el contexto mundial, pero también
una coyuntura dada, para "cumplir" con su rol histórico predeter- y en un claro movimiento de retorno, desde por ejemplo, la carac-
minado, o en el otro extremo, concebir a esa circunstancia como terización epocal del siglo en que ha vivido ese individuo hacia
un conjunto de condiciones casi aleatorias, que no explican gran el lapso concreto del ciclo temporal que abarca su propia vida, y
cosa de la vida singular de ese individuo, y el que más bien habría de dicho ciclo hacia los periodos sucesivos que ha recorrido a lo

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CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

largo de su itinerario, de dichos periodos mayores hacia las diver- viduales y colectivas, que lo mismo inciden de manera fundamen-
sas coyunturas sucesivas que componen cada periodo, y de dichas tal para cambiar dichos procesos y estructuras, que se pierden a
coyunturas hasta los sucesos que año con año, e incluso mes tras veces en efectos menores o insignificantes, al chocar con la mayor
mes y día con día, ha ido recorriendo ese individuo en su específico o menor resistencia que esas estructuras y procesos pueden tener
periplo biográfico. hacia su propia transformación y cambio históricos.
Reconstruyendo así contextos móviles y cambiantes, en lugar Porque la historia es a la vez revoluciones que triunfan y otras
de rígidos y ya predeterminados de antemano, y concibiendo tam- que fracasan, movimientos que logran hacerse visibles y afirmar
bién a individuos que evolucionan, se forman, maduran, eligen y socialmente sus demandas, junto a otros que perecen bajo la repre-
rehacen sus estrategias de vida en función de dichos cambios y sión sin haber logrado difundirse socialmente, ni implantarse só-
reconfiguraciones de sus múltiples contextos, el historiador crítico lidamente en la sociedad, igual que individuos que alcanzan su
supera también esta falsa disyuntiva entre individuo y contexto, objetivo de cambiar su mundo, en mayor o menor medida, al lado
replanteando en términos nuevos ese tema viejo y muy debatido de otros que sucumben a las presiones sociales o a las circunstan-
de la biografía histórica. cias. Y todo esto, dentro de distintos escenarios históricos en los
Nuevo modo de enfocar la biografía histórica, que disuelve tam- que hay estructuras que se derrumban frente a nuestros ojos, y
bién la falsa oposición entre historia estructural, o de las estructu- otras que resisten y permanecen tenazmente, en un abanico tam-
ras e inercias pesadas y limitantes de la historia, e historia de bién múltiple de realidades sociales, a veces más y a veces menos
los agentes activos y de los sujetos "creadores" de su propia histo- sensibles al cambio y al impacto de la acción de los sujetos. Y
ria, y transformadores activos del mundo, a través de las revolu- puesto que no existen revoluciones capaces de hacer tabla rasa
ciones y de los movimientos sociales. Falsa oposición que, si bien absoluta del pasado, como tampoco existen estructuras o socie-
no es idéntica a la de individuo y contexto, si se vincula a ella de dades que sean completamente inmunes al paso del tiempo y a la
una manera muy estrecha, al proyectar dicho contexto como las acción de los sujetos, entonces es claro que, para la historia crítica,
"estructuras" pesadas de la historia, lentas en constituirse, lentas no existe tampoco esa falsa disyuntiva entre la permanencia de
en durar y en tener vigencia, y lentas en destruirse y transfor- las estructuras y el cambio producido por los agentes, sino más
marse, a la vez que pasa desde el individuo hacia los "sujetos" de bien, una dinámica compleja de actores sociales que cada día rein-
la historia en general, sean estas clases sociales o movimientos re- ventan parcialmente el mundo, dentro de un universo de procesos
volucionarios, lo mismo que pequeños o grandes grupos sociales y estructuras que mueren y mueren cada día un poco, hasta que
activos. llega el momento final de su desaparición total
Pero, como bien lo han explicado tanto Marc Bloch como Fer- Con lo cual, el historiador no tiene que elegir entre hacer una
nand Braudel, la historia es simultáneamente cambio y perma- historia de las permanencias largas y de las inercias pesadas, de
nencia, y por ende, una vez más, síntesis compleja e interactiva esas estructuras de la larga duración histórica tantas veces defen-
de dichas estructuras que, efectivamente, permanecen vigentes didas por Fernand Braudel, o en el otro extremo, una historia de los
durante largos periodos de la historia, junto a procesos y reali- acontecimientos agitados y cambiantes en cada momento, de los
dades que cambian y se modifican de manera sustancial más o tiempos de revolución o de los conflictos sociales cada día renova-
menos rápidamente. Y todo ello, como marco y a la vez como dos, sino más bien una verdadera síntesis que, al modo de una sin-
resultado de todo un abanico diverso y complejo de acciones indi- fonía, nos reconstruya en una sola trama, tanto esa historia de los
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS • ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

acontecimientos, como la de las coyunturas y la de las estructu- importancia del vínculo, siempre esencial, de esa historia social, o
ras, imbricando en una sola melodía combinada, todo ese conjunto económica, o política, o cultural, etc. con dicha historia global.
complejo de hechos, fenómenos y procesos de distintas duraciones E igualmente falso, es oponer la historia cuantitativa, serial, de
históricas, desplegadas en los muchos registros temporales, de esa masa y anónima, supuestamente más científica por cuanto más
partitura global que es la propia historia de las sociedades y de los apoyada en el uso de las matemáticas, a la historia concreta, viva y
hombres. vivida de los individuos, de las familias o de los pequeños grupos
Porque la historia no es, tampoco, ni puramente objetiva ni sociales, supuestamente más real y más cercana de lo "cotidiano" y
puramente subjetiva, sino justamente una dialéctica compleja de de lo "verdadero". Pues la historia es a la vez historia de las masas
la relación entre objeto y sujeto, en la que los educadores sin duda y de los individuos, y por ende, por ejemplo, lo mismo historia de
forman a los educandos, pero en donde también "los educadores las curvas de población generales, que de los dramas individuales
tienen a su vez que ser educados", y ello muchas veces por parte de cada familia campesina que se colapsa porque su tierra no crece,
de esos mismos educandos. Porque si los individuos son el fruto mientras si crece la descendencia de los hijos que deben heredarla.
de las circunstancias, las circunstancias son también creadas por Así que es claro que es una falsa alternativa, optar por hacer la his-
los individuos, en un movimiento repetido e interminable que es toria de la cosmovisión de un molinero friulano, o de un obrero
justamente el de la propia dinámica histórica. vidriero itinerante de la Francia del siglo xvm de un lado, o la histo-
Lo que nos demuestra como carece de sentido reivindicar la ria cuantitativa, sea de los precios en Europa entre 1450 y 1750, sea
construcción de una historia "desde el sujeto", como supuesta- del sentimiento de descristianización en la Prevente del siglo xvm,
mente opuesta y distinta a la historia "objetiva", o "estructural", pues todas ellas son igualmente pertinentes e igualmente posi-
igual que no tiene ningún sustento el tratar también de sobreesti- bles, estando además directamente conectadas e interrelacionadas,
mar, exagerando su importancia, a la historia de las mentalidades o como nos lo han demostrado Cario Ginzburg, Daniel Roche, Fer-
a la historia cultural, como más relevante o más "universal", o más nand Braudel o Michel Vovelle, entre muchos otros historiadores
abarcativa, que la historia económica, o que la historia política, o críticos importantes.
que la historia social. Como si no fuese evidente que toda la histo- Y si es verdad que la cuantificación y la construcción de series
ria es, siempre y en cualquier caso, al mismo tiempo "subjetiva" de todo tipo, son herramientas muy útiles para el desarrollo de la
y "objetiva", es decir, hecha por los hombres, las clases y los acto- historia, lo son al mismo título que la aproximación microhistórica
res sociales, pero también condicionada por las estructuras, por las y la reconstrucción biográfica que ya hemos mencionado. Pues los
condiciones objetivas y por las circunstancias materiales. E igual- múltiples rostros diversos de la historia, y las miles de dimen-
mente, como si la historia no fuese, como ya hemos explicado antes, siones y de realidades que ella alberga, serían muy difíciles de
una historia siempre total, donde es tan relevante y tan prioritario aprehender, si nos limitáramos solo a un cierto tipo de técnica o
de estudiar lo cultural que lo social, lo económico que lo político, de método, o a un solo paradigma, o modelo, o campo de inves-
lo psicológico o lo geográfico, etc.. Y en donde, en vez de caer tigación historiográfica particular. Lo que no significa, ni mucho
en el recurrente "fetichismo" del especialista de un campo, o de menos, reivindicar un "eclecticismo" o un falso "ecumenismo" no
un espacio problemático determinado, que siempre lo intenta con- atado a ninguna "ortodoxia", ni en el plano metodológico ni en el
cebir como "el más decisivo" el "crucial", el que es "la clave de plano epistemológico, como lo ha hecho por ejemplo Jacques Le
comprensión de la totalidad", etc., lo que habría que asumir es la Goff, para defender y justificar el proyecto de la llamada Ñouvelle
CARLOS ANTONIO AGUIRRK ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR

Histoire o nueva historia, sino más bien reconocer que, dada la Y es justamente en esta línea que deseamos avanzar, para poder
enorme variedad y la extraordinaria complejidad de los hechos y impulsar y promover de modo mucho más activo, el tipo de histo-
fenómenos que abarca la historia, se irá haciendo necesario recu- ria que hoy deseamos hacer y enseñar en nuestro país.
perar e integrar, progresivamente, a todas las lecciones, y para-
digmas, y modelos, y conceptos, y propuestas, que antes hemos
resumido brevemente, en función de los específicos temas y pro-
blemas históricos que cada historiador elija abordar y desarrollar,
y en función también de las fuentes disponibles, de los objetivos Al llegar al final de nuestro breve recorrido, se impone una vez
de la encuesta histórica planteada, de las formas de aproximación más la pregunta de ¿qué tipo de historia deseamos hacer, y quere-
que el propio objeto estudiado permita y haga posibles, y de las mos enseñar, en la actualidad?. Y la respuesta, después de todo lo
específicas dimensiones o realidades que intenta atrapar o captar anterior, parece ahora ser más clara que al comienzo.
el propio historiador. Pues no queremos seguir haciendo, enseñando y aprendiendo
Ya que lejos de ser excluyentes y alternativas, esas lecciones de esa historia positivista, tradicional y oficial que es hoy todavía
los distintos autores que, a lo largo de los ciento cincuenta años dominante en nuestro país. Queremos, en cambio, hacer esa histo-
que ha recorrido la actual historiografía contemporánea, han ido ria crítica, científica, global y dialéctica cuyos perfiles hemos tra-
edificando las bases de una posible historia realmente crítica, tien- tado de esbozar anteriormente. Y no queremos, tampoco, seguir
den más bien a complementarse y a confluir de manera general, en haciendo microhistorías locales e irrelevantes de pequeños espa-
la medida en que todas ellas representan las herramientas todavía cios, o pueblos, o regiones, que parecen universos aislados y auto-
vigentes, y también los referentes todavía imprescindibles, de la suficientes, y que parecen flotar en el aire sin conexión con la
construcción de esa misma historia crítica. historia exterior. Pero en cambio, si queremos hacer microhistorias
Puesto que si una de las exigencias de esta historia crítica, es al estilo de la italiana, que vinculan lo local con lo general, y que
la de "multiplicar las miradas posibles" respecto de un hecho, o no olvidan nunca, en el estudio del caso, o del personaje, o del
proceso, o fenómeno histórico cualquiera, para así hacer más com- tema reducido y acotado, las posibles lecciones de orden general
pleja su comprensión y su ulterior explicación, entonces esa multi- que provee dicho estudio microhistórico.
plicación y complejización solo serán posibles si disolvemos todas Y tampoco queremos seguir haciendo esas historias aburridas,
estas falsas disyuntivas, y muchas otras similares que aquí no de supuestos o verdaderos grandes individuos, que deben todo a
hemos abordado. Disolución y superación que nos permitirá ser su genio y a su singular figura, ni tampoco esas historias predomi-
capaces de ir más allá de estas estériles antinomias y elecciones, nantemente políticas centradas en los gobiernos, y en los presiden-
en el camino de tratar de dar cuenta, de una manera adecuada, tes, y en los líderes de los movimientos, que se olvidan tanto de las
sutil y complicada, de todo el conjunto de elementos que compo- masas populares y de las clases sociales, como de las dimensiones
nen a esas distintas realidades históricas que nosotros pretende- económicas, y sociales, y geográficas, y civilizatorias de la his-
mos explicar científicamente, en toda su también difícil, variada y toria. Lo que deseamos, por el contrario, es volver a pensar y a
compleja diversidad. hacer la historia en su totalidad, incorporando siempre a los agen-
tes colectivos y a los grupos sociales mayoritarios dentro de los
protagonistas centrales y reales del drama histórico, a la vez
CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR •

que se consideran también las realidades económicas, los fenóme- dida, por algún tiempo, esa "chispa de la esperanza" que, desde los
nos geográficos, los procesos sociales, las estructuras culturales y agravios del pasado, y desde los conflictos del presente, mira siem-
los elementos y las dimensiones civilizatorias de dicha totalidad pre hacia el futuro, en la búsqueda de un posible mejor porvenir.
histórica.
Queremos entonces estudiar, elaborar y transmitir a los alum-
nos un nuevo tipo de historia, diferente a la actual, y simple y sen-
cillamente -¡simple y sencillamente!- acorde con los tiempos que
vivimos. Porque si la ciencia histórica, como cualquier ciencia en
general, no tiene felizmente nacionalidad, resulta entonces necesa-
rio y urgente que asimilemos y recuperemos globalmente todos los
desarrollos historiográficos hoy vigentes, producidos en los dife-
rentes países del mundo, y que por distintas vías y caminos han
ido contribuyendo a definir lo que hoy son los estudios históricos
en todo el planeta. Recuperación y asimilación del legado hoy vivo
y vigente en la historiografía mundial, que a su vez debería de
impulsarnos para tratar de ir más allá de él, desarrollando nues-
tra específica contribución al diálogo multicultural planetario que
hoy se está construyendo, también, en el seno de esta historiografía
mundial.
Proponemos así, tratar de escribir y de enseñar una historia
diferente, que esté acorde con las nuevas realidades que vive
nuestro país y el mundo en la actualidad. Una historia que, enton-
ces, no puede seguir siendo el relato descriptivo del pasado cons-
truido para la glorificación del presente, sino más bien el rescate
crítico de la memoria y de la historia, pasadas y presentes, de
las luchas, las resistencias, los olvidos y las marginaciones que ha
llevado a cabo esa misma historia descriptiva y complaciente que
hoy queremos superar.
Porque como Walter Benjamin nos lo ha recordado, "solo tiene
derecho a encender en el pasado la chispa de la esperanza, aquel
historiador traspasado por la idea de que ni siquiera los muertos
estarán a salvo del enemigo, si este vence...". Y es sin duda una
tarea urgente e imprescindible, para los historiadores honestos y
serios de nuestro país, la de volver a "salvar a nuestros muertos", y
la de ayudar a pelear a nuestros vivos, manteniendo todavía encen-
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octubre de 2005, en los talleres de Jiménez Editores
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Mayor N" 53 Col. Anáhuac. 11320 México, D. F. E-mail:
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Se tiraron 2000 ejemplares, más sobrantes para reposición.

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