En la Biblia las palabras que se traducen por "amor" y "amar" tienen diversos
matices de significación.
I. En el AT. Las palabras que más se traducen por "amor" y "amar" son ahabâh y
âhab. Estos términos abarcan el amor en su sentido más amplio: desde el amor de
Dios por los justos (Sal. 146:8; etc.), el amor del hombre a Dios (Dt. 11:1; Sal.
116:1; etc.) y a las cosas de Dios (Sal. 119:97; etc.), el amor de un hombre por su
familia y sus amigos (Gn. 22:2; 24:67; Lv. 19:18; etc.), hasta el amor ilegítimo
producido por la pasión (2 S. 13:1; 1 R. 11:1; etc.).. Leer mas:
http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/amor/
II. En el NT. Las 2 palabras para "amor" y "amar" son el sustantivo agáp (con su
verbo agapáÇ) y el verbo filéÇ (el sustantivo derivado, filía, "amistad" y "amor", sólo
aparece una vez en el NT: Stg. 4:4). Los griegos tenían 48 una 3ª palabra para
"amor": éros (y su verbo eráÇ, "amar apasionadamente", con una connotación
mayormente de pasión sexual), pero este vocablo no aparece en el NT.. Leer mas:
http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/amor/
Por lo general, cuando le preguntas a un Cristiano si ama a Dios, no tardará en contestar de una
forma positiva y enfática. Sí, amamos a Dios y no tememos duda de ello. Ahora, cuando alguien te
pregunta: “¿Cómo es que se ama a Dios?”, ¿qué contestarías?
¿Sabemos cómo amar a Dios? O, más importante aún: ¿estamos amando a Dios correctamente?
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¿Amamos correctamente?
Cuando amamos a una persona, no la podemos amar como a nosotros nos plazca amarla – ¡eso no
es amar!
Imagina que a tu pareja le fascina el beisbol y el sushi. Sin embargo, a ti te gusta la comida italiana
y el cine. En el día de tu cumpleaños, tu pareja hace un día perfecto: ¡taquillas de primera fila para
el partido de beisbol y reservaciones en el mejor restaurante de sushi de la cuidad! ¿Qué pensarías?
¿Te sentirías amado/a?
Cuando queremos demostrarle a una persona que la amamos, buscamos las cosas que le agradan
a esa persona. Hacemos las cosas que le gustan a esa persona para que vea que estamos muy
interesados en agradarle. Pero para poder lograr esto, tenemos que pasar tiempo con la persona y
dedicarnos a conocerla.
Si hacemos cosas para otros que sólo nos gustan a nosotros, no estamos amando correctamente.
Amamos a alguien cuando nos sacrificamos para amar a esa persona de la forma que quiere ser
amada.
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Jesús contestó:
—“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el
primer mandamiento y el más importante.
Amamos a Dios cuando lo amamos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda
nuestra mente. Fácil, ¿no?
No, necesariamente.
¿Sabemos qué es nuestro corazón? ¿Cómo puedo amar a Dios con mi corazón? ¿Qué tal tu alma?
¿Qué es? ¿Cómo se ama a Dios con mi alma? ¿Con mi mente?
Muchas veces leemos este versículo y lo resumimos: “hay que amar a Dios con todo lo que somos” y
ya. Pero Jesús hace una distinción entre cada aspecto de quiénes somos. El hecho de que Jesús haya
puesto la palabra “y” significa que tiene que ser con todos estos aspectos a la vez – no puedo amar a
Dios con mi corazón, pero no mi alma, por ejemplo.
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Esto significa que para amar a Dios con nuestro corazón necesitamos fundamentar nuestros deseos
en Su Palabra, rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios y guiar nuestros sentimientos a través
de Su verdad. Y ésto no es fácil.
Hacer la voluntad de Dios por encima de lo que nosotros nos gusta no siempre trae felicidad – pero
siempre traerá gozo. Cuando entendemos que no vivimos para nosotros, lo que nosotros
queremos no es lo importante. Después de todo, cuando amamos, nos olvidamos de lo que queremos
para agradar a la otra persona.
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Cuando miras a una persona, no estás viendo a la persona – estás viendo en dónde está la persona:
su cuerpo. No puedes ver lo que hace a una persona ser esa persona – porque esa parte no es
material. Su personalidad, su carácter, su forma de ser – todo esto es el alma y no hay
características físicas para describirla. Si toman tu alma y la ponen en el cuerpo de tu amigo o amiga,
vas a seguir siendo tú – pero en el cuerpo de tu amigo/a; porque no eres tu cuerpo: ¡eres tu alma!
Por lo tanto, amamos a Dios con nuestra alma cuando nos dedicamos a Dios de forma que Él moldee
nuestro carácter al suyo, para que nuestra personalidad lo refleje en todo lo que digamos y hagamos.
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Y, ¿la mente?
Nuestra mente es el centro de nuestra razón y nuestros pensamientos (Romanos 14:5; Filipenses
4:8; Colosenses 3:2). Es el portero de nuestro ser – lo que guarda nuestro corazón y vigila las
acciones de nuestra alma.
La forma de amar a Dios con nuestra mente es sencilla. Amamos a Dios con nuestra mente cuando la
exponemos a la verdad: Su Palabra (Juan 17:17) y la persona de Jesús (Juan 14:6; 18:37).
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Por esto es tan importante conocer la Verdad de Dios. Es en la mente donde decidimos qué es lo
correcto y qué no. Es en la mente que aceptamos o rechazamos ideas, información y todo lo demás
que recibe. Si no tenemos una medida correcta de lo que es verdad, entonces no sabremos reconocer
lo que no es verdad. Para poder conocer la mentira, primero hay que conocer la verdad. No se puede
saber cuando una línea es curva, sin antes saber cómo es una línea recta.
Una vez nuestra mente acepta algo, el corazón lo cree como cierto – aunque no lo sea. Si nuestra
mente no conoce la verdad, nuestro corazón creerá mentiras. Piénsalo. ¿Nunca has creído en algo
que no era verdad? Es nuestro corazón el que se duele cuando nos damos cuenta que creíamos en
una mentira. Por esto es que la Biblia nos dice que guardemos nuestro corazón. Guardar nuestro
corazón no es cerrarlo ante todo – es ser sabios sobre qué entra en él.
Tercero, el alma vive.
Cuando nuestro corazón cree, nosotros vivimos según esas creencias. Nuestra personalidad, nuestro
carácter y todo nuestro ser tomará decisiones y acciones a base de ello. Cuando la Palabra nos dice
que del “corazón mana la vida” es porque, una vez el corazón se convence de algo, el alma lo vive y
lo expresa.
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Al estar tan integrados nuestro corazón, alma y mente, es certero decir que: o amamos a Dios con
TODO lo que somos – o no amamos a Dios.
Para amar a Dios, tenemos que amarlo de la forma que Él quiere ser amado, no como nosotros
queramos amarlo. La forma correcta de amar a Dios es con todo nuestro corazón, con toda nuestra
alma y con toda nuestra mente – ¡incluyendo todo lo que eso implica!
La parte más importantes es el espíritu por eso es mencionado primero. . (1 era Tesalonicenses 5:23)
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”
El hombre NO puede hacer una clara diferencia entre el espíritu, alma, y cuerpo sin embargo, la
Palabra de Dios SÍ puede. En Hebreos 4:12, tenemos; Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, (lo que demuestra que el hombre se puede distinguir de manera integral, pese que cada
componente tiene una función única e importante, pero separa uno del otro, desintegra a el ser
humano desde su modo original) las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón.
Dios no llevará nada a cabo en nosotros sin nuestra colaboración activa. En un principio, el espíritu
del hombre era la parte más noble de todo su ser y el alma y el cuerpo le estaban sujetos. El espíritu
de Adán era la parte dominante en su vida. El gobierno y el señorío que ejercía Adán sobre la tierra
lo ejercía por medio de su espíritu.
Satanás llegó primero al pensamiento y luego avanzó hasta apoderarse de su voluntad. Resultado:
Eva cayó en pecado. Primeramente, Satanás usó una necesidad física para llamar la atención de Eva,
le hizo mención a Eva del acto de comer, intentó seducir su alma, dándole a entender que haciendo
lo que él le decía se le abrirían los ojos para conocer el bien y el mal. Por tanto, podemos ver cómo
la tentación de Satanás alcanzó primeramente al cuerpo, luego al alma y finalmente al espíritu.
El alma del hombre escogió el árbol del conocimiento del bien y del mal, en lugar del árbol de la
vida. La fruta del árbol del conocimiento elevó al alma y suprimió al espíritu.
El hombre podía elegir de qué árbol iba a comer, podía comer del árbol de la vida y vivir o podía
comer del árbol de la ciencia y morir “De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del
conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente
morirás.”Génesis 2:16 y 17…
Adán y Eva ganaron la vida del alma (gr. psyche), pero perdieron la vida espiritual (gr. zoe).
Cuando Yeshua murió, él dio su vida del alma – psyche – para que nosotros pudiésemos tener vida
espiritual – zoe -. Teniendo en cuenta las palabras griegas podemos afirmar que Yeshua dio su
Psyche para que nosotros podamos tener Zoe.“Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida (PSYCHE) en rescate por muchos.”Marcos 10:45“Yo he
venido para que tengan vida (ZOE), y para que la tengan en abundancia.” Juan 10:10…
Espíritu, alma y cuerpo
Cuando decimos que el espíritu está muerto, queremos decir que el espíritu está separado de Dios,
ha perdido su sensibilidad hacia Dios, no quiere decir que ha dejado de existir. En la parábola del
hijo pródigo cuando el hermano menor vuelve a casa, el padre le dice a su otro hijo: “Tu hermano
estaba muerto . . .” (Lc. 15:32). El hijo estaba muerto porque estaba separado del padre.
El escritor del libro de Hebreos afirma en el versículo 12 del capítulo 4 que la Palabra de Dios separa
el alma y el espíritu. La separación es necesaria porque el espíritu y el alma se han vuelto uno. El
espíritu ha perdido su poder y sensibilidad, la conciencia del hombre está paralizada, está como
dormida. A esto se refiere el libro de Judas en el versículo 19:
“Estos son los que causan divisiones; los sensuales (mundanos, naturales, animales) que no
tienen espíritu.”
El espíritu es denominado
El espíritu es denominado:-“hombre interior” en Romanos 7:22, II Corintios 4:16 y en Efesios 3:16.-
“nuevo hombre” en Efesios 4:24 y Colosenses 3:10.-“nueva criatura” en II Corintios 5:17. El espíritu es
la parte mediante la cual nos comunicamos con Dios y sólo por ella podemos percibir y adorar a
Dios.
Mediante el espíritu somos conscientes de la presencia de Dios y del mundo espiritual. Dios vive en
el espíritu, el “YO” vive en el alma, mientras que los sentidos viven en el cuerpo.
El espíritu puede someter al cuerpo a través del alma para que obedezca a Dios. De la misma
manera el cuerpo, mediante el alma, puede atraer al espíritu a amar al mundo.
El espíritu es la parte más noble porque está unida a Dios. El cuerpo es la parte más humilde
porque está en contacto con la materia y el alma, al estar entre ellas, las une y también toma el
carácter de ambas.
Dios desea que el espíritu, al ser la parte más noble del hombre, controle todo el ser. Sin embargo,
la voluntad pertenece al alma y es la voluntad la que determina si debe gobernar el espíritu, el
cuerpo o incluso ella misma.
La intuición
La comunión
Andar en el espíritu es andar según la conciencia, la intuición y la comunión. Nuestro espíritu es la
lámpara que Dios usa para guiarnos, nuestro espíritu es la luz de Dios que ilumina nuestras vidas.
“Lámpara del Señor es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del
corazón.”Proverbios 20:27
Nuestro espíritu tiene una voz a la cual nosotros llamamos conciencia. La conciencia es la voz de
nuestro espíritu. Nuestro espíritu no es la conciencia, la conciencia es el órgano que discierne;
distingue lo bueno y lo malo.
Sin embargo, no lo hace por medio de la influencia del conocimiento almacenado en la mente, sino
con un espontáneo juicio directo.
Todo lo que esta materializado en la tierra antes de ser físico fue espíritu, lo que nos lleva a
comprender que si el cuerpo humano natural esta compuesto por órganos para que este pueda
funcionar, el espíritu y el alma están compuestos por órganos espirituales, para poder tener una
relación en cada área de nuestro ser.
En el momento de la Creación del hombre, se hace presente. La diferencia entre: espíritu, alma y
cuerpo. parece ser inconcluso, mas es la forma perfecta de Dios en la creación del hombre. En las
escrituras podemos ver los compuestos de la formación del hombre y su diferencia: “Entonces Dios
formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente.”Génesis 2:7“…
Formó al hombre del polvo de la tierra…” se refiere al cuerpo del hombre.“….sopló en su nariz
aliento de vida …” se refiere al espíritu del hombre que viene de Dios.“…y fue el hombre un ser
(literalmente dice “alma”) viviente…” se refiere al ALMA del hombre.
Adán tenía una naturaleza, la naturaleza divina, pero tenía tres vidas: la vida del cuerpo, la vida del
alma y la vida del espíritu. Los ángeles fueron creados como espíritus, el hombre fue creado, de
manera predominante, como alma viviente. Por eso en la Biblia podemos ver que Dios a menudo se
refiere a los hombres como “almas”. Podemos afirmar que lo que es el hombre depende de cómo es
su alma. Su alma le representa. Si el alma del hombre quiere obedecer a Dios, permitirá que el
espíritu gobierne al hombre según lo ordenado por Dios, pero el alma también puede reprimir al
espíritu y no hacer lo que el espíritu le dicta.
Dios conformo al hombre de tres componentes. “Espíritu, alma y cuerpo.” Nuestro espíritu tiene una voz a la
cual nosotros llamamos conciencia. La conciencia es la voz de nuestro espíritu. Nuestro espíritu no es la
conciencia, la conciencia es el órgano que discierne; distingue lo bueno y lo malo. Sin embargo, no lo hace
por medio de la influencia del conocimiento almacenado en la mente, sino con un espontáneo juicio directo.El
trabajo de la conciencia es independiente y directo, pues no se somete a las opiniones del exterior.La
conciencia nos corrige y nos reprende de modo que estemos inquietos cuando no hacemos la voluntad de
Dios.“Bendeciré al Señor que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.”Salmo
16:7… Nuestra conciencia nos amonesta, nos corrige, nos reprende, nos instruye y nos enseña.
El creyente conoce las cosas de Dios por la intuición de su espíritu. La mente puede entender, pero no puede
conocer. El Espíritu Santo capacita a nuestro espíritu para que conozca y nuestro espíritu instruye a la mente
para que entienda. Conocer las cosas por la intuición es lo que la Biblia llama revelación. La revelación tiene
lugar en la intuición. Sólo la revelación en el espíritu proporciona un verdadero conocimiento de Dios. Sólo
lo que es recibido en el espíritu es conocimiento espiritual, el resto es sólo conocimiento mental.
La comunión: Nos comunicamos con el mundo material a través del cuerpo. Con el mundo espiritual nos
comunicamos a través del espíritu. No podemos percibir a Dios con nuestros pensamientos, ni con nuestros
sentimientos; sólo podemos percibir a Dios con nuestros espíritus. Los animales NO pueden tener comunión
con Dios porque no tienen espíritu, aunque si tienen alma. El hombre natural no está capacitado para conocer
a Dios ( 1 Co. 2:14). Nuestra adoración a Dios y las comunicaciones de Dios con nosotros se llevan a cabo
directamente en el espíritu.
El alma del hombre: En el alma se encuentra nuestra personalidad, por medio del alma el hombre es
consciente de sí mismo. El alma es el punto de encuentro del espíritu y el cuerpo. El alma está ligada al mundo
espiritual a través del espíritu y al mundo material a través del cuerpo. En el original de la Biblia hay
numerosos casos en los que se usa la palabra “alma” en lugar de “hombre”. Esto se debe a que la sede y la
esencia de nuestra personalidad es el alma. “El alma está formada por: La mente , La voluntad, y Las
emociones”
La mente: (Yo pienso – razono -sé): Nuestra mente expresa lo que pensamos. En la mente se producen
nuestros pensamientos y razonamientos.
La voluntad: (Yo quiero – deseo – anhelo), La voluntad expresa lo que queremos. La voluntad del hombre
puede ser considerada como su verdadero yo. Cuando declaramos: “Yo quiero” es, en realidad, nuestra
voluntad la que quiere. Cuando decimos: “Yo decido” es nuestra voluntad la que decide.
Las emociones: (Yo siento), Lo que pensamos, lo que queremos y lo que sentimos afecta nuestro cuerpo.
Muchas veces se enfatiza que debemos cuidar lo que pensamos, pero también nuestras emociones son muy
importantes, de hecho, lo que sentimos afecta las decisiones que tomamos. Nuestras emociones pueden ser
influenciadas por Dios o por el diablo. ¡Cuidado!
Espíritu, alma y cuerpo.
-La voz de nuestro espíritu: Está en acuerdo con la Palabra de Dios, Está influenciada por la Palabra y el
Espíritu Santo, Produce fe y confianza, Su motivación es el amor, Nos persuade pacientemente, Trae paz,
Glorifica a Dios.
La voz de nuestra alma: No está en acuerdo con la Palabra de Dios, Está influenciada por el mundo y el
diablo. Produce duda y temor, Su motivación es el egoísmo, Nos fuerza metiéndonos prisa, Trae confusión,
Busca su propia gloria.
“Prestemos atención a la voz de nuestro espíritu porque nuestro espíritu sabe más que nuestra alma,
prestemos mucha atención a la voz interna de nuestro espíritu, nuestra conciencia.”
Espíritu, alma y cuerpo
Jesús cuando muere encomienda su espíritu a Dios.“Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, En Tus
Manos Encomiendo Mi Espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.” Lucas 23:46
Cuando Jesús resucita a la hija de Jairo ¿Qué sucedió?“Entonces le volvió su espíritu, y se levantó al instante,
y Él mandó que le dieran de comer.”Lucas 8:55 La niña vuelve a vivir cuando su espíritu regresa a su cuerpo.
El cuerpo estaba muerto sin su espíritu.“… el cuerpo sin el espíritu está muerto…”Santiago 2:26..
Los adventistas, los testigos de Jehová y algunos grupos mesiánicos creen en el “sueño de las almas”, afirman
que los muertos están dormidos, sin embargo, esto no es lo que la Biblia nos enseña, el propio Jesús afirmó
que el alma es inmortal:“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar. . .”Mateo
10:28.
Cuando la Biblia habla de los que “duermen” no se refiere a los espíritus o las almas de los hombres, se refiere
al cuerpo físico de los hombres.“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,
unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. “Daniel 12:2 En el versículo que vamos
a ver a continuación podemos leer que ya sea que estemos despiertos (vivos) o dormidos (muertos) ¡vivimos
para el Señor!“. . . ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos juntamente con El.” (1 Tesalonicenses
5:10).
La versión La Biblia al Día ha traducido este versículo de esta forma: “Él murió por nosotros para que, en
la vida o en la muerte, vivamos con él.” Debemos recordar que Dios no es un Dios de muertos, sino de
vivos:“Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.” Lucas 20:38..
Una casa dividida “Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá permanecer.”Marcos
3:25“… una casa dividida contra sí misma, se derrumba.” Lucas 11:17. En II Corintios 5:1 el cuerpo es
llamado “casa”, por tanto el cuerpo es la morada donde habitan el espíritu y el alma. Teniendo en cuenta esto,
podemos afirmar que si mi espíritu y mi alma están divididos no podré permanecer y me derrumbaré.
Nuestro espíritu y nuestra alma deben estar de acuerdo si queremos caminar por un mismo camino.“¿Andan
dos hombres juntos si no se han puesto de acuerdo?” Amós 3:3.. En Santiago 1:8 podemos leer que “el
hombre de doble animo es inconstante en todos sus caminos.”. El hombre de doble ánimo es el que tiene su
casa dividida. Por un lado su espíritu quiere someterse a Dios y actuar en fe, pero por otro, su alma está llena
de incredulidad y de temor. En la Biblia encontramos la solución cuando nuestra casa está dividida: -Negarnos
a nosotros mismos.
Negarse a sí mismo significa no permitir que nuestra alma se salga con la suya teniendo emociones incorrectas,
pensamientos incorrectos y tomando decisiones incorrectas. Nos negamos a nosotros mismos cuando no
hacemos lo que nuestros propios pensamientos y sentimientos nos sugieren. El cristiano carnal es el que
permite que su alma (pensamientos, emociones, voluntad) controle su vida. El cristiano espiritual es el que es
dirigido por el Espíritu Santo. Nosotros debemos ser espirituales, debemos orar en el Espíritu, adorar en el
Espíritu, andar en el Espíritu y vivir en el Espíritu.
Espíritu, alma y cuerpo. Orden perfecto de Dios.
Hay un versículo muy interesante en el Salmo 131:2, veamos: “En verdad que me he comportado y he acallado
mi alma, como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.” David acallaba su
alma… como un niño destetado estaba el alma de David… ¿Por qué? Porque no le daba el alimento que solía
tomar: las críticas, los juicios, las excusas, las acusaciones, los malos pensamientos… No debemos permitir
que nuestra alma se salga con la suya.
Debemos tomar nuestra cruz cada día, la cruz es un símbolo de muerte, nuestro viejo hombre (alma no-
renovada) debe morir, Pablo dijo:“Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro
Señor Jesucristo, que cada día muero.” 1 Corintios 15:31…
Pablo tomaba su cruz cada día, como el Señor nos enseñó, él moría cada día. Pablo también afirmó: “Con
Cristo , el Mesías estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo – el Mesías en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por
mí.”Gálatas 2:20… Pablo había tomado su cruz, había sido crucificado con Jesucristo y ahora la vida de Jesús
se manifestaba en él. Entonces Jesús vivía en él.. en las escrituras encontramos: En Juan 12:24,“De cierto, de
cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho
fruto.”... La Biblia dice en Jueces 16:30, acerca de Sansón que “los filisteos que mató al morir fueron muchos
más que los que había matado durante su vida.” Cuando tomamos nuestra cruz, cuando morimos a nosotros
mismos, cuando permitimos que Jesús viva en nosotros veremos mucho más fruto que el fruto que vemos
cuando estamos vivos.
Espíritu, alma y cuerpo – Destruyendo fortalezas.
Recuerda esto: Todo logro empieza con un pensamiento, pero también todo pecado empieza con un
pensamiento. Debemos cerrar la puerta a todo pensamiento en contra de Dios y de su Palabra. Por eso es muy
importante que juzguemos nuestros pensamientos y que sepamos de donde vienen. En 1 Corintios 2:15
podemos leer: “En cambio el espiritual juzga todas las cosas… ”Debemos juzgar nuestros pensamientos…
¿Cómo?…Haciéndonos algunas preguntas: ¿Este pensamiento trae confusión a mi vida? ¿Confirma lo que
Dios me ha hablado? ¿Contradice la Palabra de Dios?¿Me da paz? ¿Me hace sentir temor?
Muchas personas han caído por no juzgar y por no llevar cautivos sus pensamientos. Muchas personas se han
perdido / extraviado por albergar en su corazón pensamientos que provenían del mismo infierno. Debemos
llevar a la cautividad estos pensamientos, debemos meterlos en una prisión, debemos cerrarles la puerta, no
debemos permitir que estén en nuestra mente. Si prestamos atención a estos pensamientos y los llevamos a
cabo producirán fortalezas en nuestras vidas que nos robarán las bendiciones de Dios. Por eso, debemos usar
la Palabra de Dios que es la espada del Espíritu para destruir esas fortalezas. Jeremías 23:29 dice: “¿No es mi
Palabra como fuego, dice el Señor, y como martillo que quebranta la piedra?”
La Palabra de Dios quebranta la piedra de nuestras fortalezas. Nuestro pensamiento debe estar en Dios y en
su Palabra, por eso dice la Biblia: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera;
porque en ti ha confiado.” Isaías 26:3, pensar en el Señor trae paz, trae gozo, trae bendición, trae vida…
El apóstol Pablo dijo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es… verdadero …todo lo honesto… todo lo
justo… todo lo puro … todo lo amable… todo lo que es de buen nombre… si hay virtud alguna … si algo
digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8 -Renovando nuestra mente. El apóstol Pablo nos dijo que
la renovación de nuestro entendimiento produciría en nosotros una transformación. “No os conforméis a este
siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2, La renovación de nuestro
entendimiento produce una transformación en nuestras vidas.
Dicen que el 90% de las enfermedades son sicosomáticas, es decir son producidas por nuestra mente
(pensamientos). Nuestros pensamientos también afectan nuestro sistema inmunológico. Una persona negativa
(con pensamientos negativos) es más vulnerable a la hora de enfermarse. Cuando el apóstol Pablo nos dice:
“Transformaos”, la palabra en griego “metamorfó” y de este término griego surge la palabra “Metamorfosis”.
Esta misma palabra es usada en otro versículo, veamos: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y
a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.” Marcos 9:2, En esta
Metamorfosis la apariencia de Jesús cambió, ahora bien, si usamos esta traducción con el versículo que
encontramos en el libro de Romanos tendríamos lo siguiente: “Transfigurados por medio de la renovación
de vuestra mente” Romanos 12:2…
Jesús vino restaurar lo que se había perdido cómo resultado de la caída. Y en su obra y en su misma persona,
refleja la identidad y también los atributos perdidos del primer Adán.
Es importante que entendamos de donde venimos y como fuimos creados. A la imagen de quién, que podamos
encontrar la respuesta a nuestra verdadera identidad. Esa imagen es la que define la respuesta de quienes
realmente somos, y es que somos “Hijos de Dios”.
Dios hizo para sí, una familia conforme a él mismo. Para darle a sus hijos, es decir nosotros, el dominio, y
autoridad sobre todas las cosas.
Te invitamos a que leas: Historia De La Salvación Por Etapas Basadas En La Biblia
¿Quienes somos?
¿Quienes somos realmente? Si nos preguntamos quienes somos realmente y como fuimos creados. Nuestra
mente se llena de muchas dudas o quizá buscamos respuestas equivocadas a la que Dios tiene para nosotros.
En el libro “El espíritu del hombre” de la Profeta Ana Méndez Ferrell; podemos indagar estas revelaciones
asombrosas que Dios le ha dado a esta sierva. Pues es necesario que conozcamos como fuimos creados para
la vida natural y espiritual.
Entender quienes somos es lo que abre la puerta a los grandes tesoros que Dios tiene para nosotros. Esta es la
entrada del conocimiento más extraordinario del amor y del poder de Dios. En esta pequeña gran llave que
radica la diferencia entre la vida victoriosa, llena del resplandor de Dios, y una vida fracasada y de limitado
poder. Para que entendamos esto en plenitud debemos considerar una verdad que es fundamental, y es que el
hombre es esencialmente un espíritu. El hombre no tiene un espíritu dentro de su cuerpo, el hombre es espíritu.
(Jeremías 1:5)”Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di
por profeta a las naciones.”
Él es el Padre de todos los espíritus y ésta, es la verdadera y eterna naturaleza que nos da la identidad y el
entendimiento de nuestra procedencia.
(Efesios 1:4)”Según nos escogió antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin
manchas delante de él.”
Dios creó al hombre tal y como él es, lo creó con una capacidad divina para conocer todas las cosas. Los
científicos afirman hoy en día que el hombre usa tan sólo un 2% de su habilidad mental y alguien super dotado
como Albert Einstein usa el 10%. Pero este no es el diseño original de Dios para su más sublime creación.
El espíritu y el alma de Adán estaban revestidos de toda la inteligencia, la sabiduría, el conocimiento y poder
para gobernar toda la creación, de manera simultanea, la natural y también la espiritual. Adán podía percibir
el mundo natural con sus sentidos físicos pero al mismo tiempo tenia los sentidos espirituales totalmente
activos y podía ver la realidad espiritual en todas sus dimensiones.
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Él hablaba con el Padre y con los animales, su espíritu y su percepción tenían la facultad de discernir el
significado y la intención de cada sonido emitido por la creación y conocer lo que cada especie estaba diciendo.
Dios le había dado el dominio y la autoridad sobre ellos, y por esto, podía comunicarse con ellos.
Claramente conociendo esto no se extrañaron de que la serpiente hablara, era algo normal para ellos.
Cuando Adán le coloco nombre a los animales, no lo hizo al azar. El nombre tiene que ver con la naturaleza
y los atributos de cada ser creado. Luego entonces, Adán vio todas las características que definían cada especie
animal y les dio el nombre apropiado. Conocía aún como pensaban, ya que llamo a la serpiente “astuta” lo
cual es una facultad mental.
Esto era posible porque toda su naturaleza terrenal estaba revestida de la gloria de su espíritu, el cual era
depósito de la vida misma de Dios. Incluso Adán y su mujer estaban revestidos de Cristo, quién es la luz
primera, por quién fueron hechas todas las cosas y por quién todas subsisten. Es en él, donde están contenidos
todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
(Colosenses 2: 2-3)”Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas
las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en
quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”
Estaba lleno de gozo ya que su espíritu respiraba continuamente el amor de su Padre, lo cual lo llenaba de
plenitud, era rey de toda la creación y ésta le servia para todo propósito que subiera en su corazón. Fue creado
para ser el arquitecto de Ciudades llenas de la gloria de Dios, él era un verdadero hijo de Dios.
¿Somos espíritu?
Si te preguntan ¿Quién eres? parece muy fácil de contestar. Pues, seguro dirás, Soy “Ysaura Perez”. Ese tan
sólo es tu nombre. Entonces si te vuelven a preguntar ¿Quién eres?. Pensarías dos veces y responderías,
soy Ingeniero y trabajo para tal empresa . Y te contestan esa es tu profesión ¿pero quién eres? Y es ahí donde
empieza el verdadero conflicto en el interior. ¿Quien es realmente ese ser revestidos de lo que pensamos que
somos?
El hombre es un espíritu, que habita en un cuerpo que se comunica y percibe el mundo exterior a través
de su alma.
Somos un espíritu que proviene de Dios
De la misma forma que el hombre exterior puede ver, oír y percibir el mundo material, el espíritu del hombre
puede ver, oír y percibir el mundo espiritual. Cuando entendemos que somos espíritu no tenemos que hacer
un gran esfuerzo para ser espiritual porque eso es lo que soy.
Usted querido lector(a), es un espíritu, por lo tanto tiene todo lo que necesita para ser espiritual. Nuestro
espíritu salió de Dios; él nos conoce desde antes de la fundación del mundo, porque estábamos en él y salimos
de él.
Este ser tendría en sí mismo las facultades, el gobierno, la inteligencia, la sabiduría, la creatividad, el poder y
todos los atributos del Padre inherentes a su divina genética. Nuestro espíritu es esta sustancia divina de la
cual fuimos formados.
(Hebreos 12:9)”Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos.”
En el mundo natural solamente un padre puede impartir identidad a un hijo. Crecer al lado de un verdadero
padre nos da una identidad firme y segura para caminar por la vida. Cuando el padre es amoroso, se preocupa
por su hijo, lo corrige, lo afirma y lo enseña. Crea en el hijo una personalidad estable. Pues esto hace que el
hijo se sienta seguro y orgulloso de ser el hijo de tal padre.
La figura materna por más amorosa y dedicada que sea, puede que le de muchas cosas a su hijo pero no le da
identidad. Es de nuestro padre que tomamos el apellido que determina nuestra genealogía y nuestra
procedencia, esto es parte de nuestra identidad lo que identifica a que familia pertenecemos.
Para que lo espiritual y lo terrenal puedan funcionar unidos, era necesario un tercer elemento que los
comunique y los hiciera compatibles entre sí. Para esto creó Dios un magnifico aparato al que llamó “Alma”.
(Génesis 2:7)”Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Y soplo en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente.”
Al soplar Dios aliento en el cuerpo de barro. Conformó dentro de él, no sólo el espíritu humano, sino también,
este tercer elemento. Entonces como fuimos creados un espíritu que habita en un cuerpo y tenemos un alma.
Para entender y procesar tanto el mundo espiritual como el mundo natural . Somos la única creación con
una composición tripartita.
(Tesalonicenses 5:23)” Y el mismo Dios de paz os santifique por completo. Y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
La definición de lo que es cuerpo físico es tan amplia, que definirlo como cabeza, tronco y extremidades es
quedarnos sumamente cortos ante lo que es esta maravillosa máquina de la física humana. Nuestro organismo
esta compuesto por ocho sistemas y múltiples órganos interconectados entre sí.
El espíritu del hombre no tiene acceso al mundo natural a no ser a través del alma. Como por ejemplo: una
película grabada en un DVDs, si no tengo un aparato reproductor de DVDs no podre ver esa película. Ya que
ese reproductor posee un decodificador que traduce lo que está grabado en la superficie del disco, a una imagen
visual a mi televisor. Permitiéndome ver la película.
Aquí la comparación es la siguiente. El alma es ese reproductor de materia espiritual que decodifica las cosas
del espíritu y las dimensiones del reino invisible. Las hace comprensibles, visibles y audibles.
El alma es lo que hace al ser humano un ser diferente de cualquier otro espíritu angélico o demoníaco. Es la
máquina perfecta que unida al espíritu, le da al hombre la capacidad de gobernar y de interpretar cualquier
dinámica espiritual ya sea de Dios o del diablo.
El ser tripartito: El espíritu, alma y cuerpo
El alma del hombre, abarca todo lo que es, el espíritu humano. Es como un espejo que refleja todo lo que es
el espíritu para luego decodificarlo. Una vez que el alma interpreta lo que viene del espíritu, lo transfiere al
cuerpo, ya que las tres partes del ser están intrínsecamente ligadas entre sí.
El alma como tiene los mismo componentes que el espíritu, puede subsistir de forma autónoma y ser
independiente del espíritu.
Después de la caída, el alma tomo el control del cuerpo y la forma como fuimos creados por Dios, se perdió.
Se decodifico la forma como fuimos creados, entonces el alma se volvió independiente del espíritu.
Un aparato que podía interpretar, traslucir y manifestar todo lo que era Dios, también podría interpretar a todo
espíritu de las tinieblas. Un instrumento diseñado por el creador para gobernar la tierra.
Satanás viendo la grandeza y la perfección del alma, la codicia para sí mismo. Este es el instrumento el cual
el quiere apoderarse. Le daría acceso al gobierno de la tierra y a la destrucción sus nuevos adversarios, los
hijos de Dios. Entonces es por esto que el maquina su plan y posee a la astuta serpiente para engañar al hombre
y a su mujer.
El alma tenía dentro de sus complejos órganos, uno que es muy especial llamado libre albedrío o la capacidad
de escoger. Si el diablo lograba sembrar la duda en el corazón de ellos en cuanto a la palabra de Dios. Obtendría
su objetivo, que fue lo que sucedió.
(Génesis 2:17)”mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás.”
(Génesis 3:4-5)”Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis. Sino que sabe Dios que el día
que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.”
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Comer del árbol de la vida era la provisión divina para que el hombre viviera eternamente en el paraíso. Y el
árbol de la ciencia del bien y del mal era la alternativa. Era el activador del reino de las tinieblas que separaría
al hombre de su Padre y de su Dios.
Su espíritu cayó en estado de adormecimiento y el alma del hombre que estaba recubierta por el resplandor de
su espíritu, quedó desnuda y condenada a muerte. Es la condición del espíritu ya sea vida o muerte
(adormecimiento) la que determina el destino final del alma.
Tras la caída el señorío y el poder dejaron de estar en potestad del espíritu y ahora el alma sería reina y señora
del ser humano, gobernada por el conocimiento y sabiduría de las tinieblas.
Es aquí donde surge el “Ego” o “Yo” del hombre, el cual se opone al espíritu, lo mismo que los dos árboles
se oponen entre sí.
El árbol de la vida es Jesucristo, quien es la luz del conocimiento eterno. La luz primera, que ilumina el
entendimiento del espíritu para conocer a Dios y sus insondables misterios. Es la vida misma del espíritu que
vivifica todo el ser; espíritu, alma y cuerpo, para llenarlo de su misma esencia eterna.
El alma despojada de Dios, ésta bajo la luz de la ciencia y del conocimiento terrenal. Lo mismo que el hombre
religioso o carnal, esta en tinieblas y siente el gran vacío interior que proviene de su espíritu dormido. Se
siente huérfano y su identidad depende del valor y de las palabras que otros le digan, o de un mundo de
fantasía creado por sí mismo.
El hombre cuando es concebido de la vida del Espíritu de Dios, por medio de Jesús. Sabe que es un hijo de
Dios y recibe de él su identidad.
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En la medida que vamos madurando nuestra relación y el conocimiento de Dios, el mundo espiritual se nos
va haciendo mucho más perceptible. Un encuentro vital y continuo entre los dos espíritus, el de Dios y el
nuestro.
Le invito a que busque cada revelación de Dios a través de su Espíritu santo, que usted pueda experimentar
las maravillosas y gloriosas manos de Dios obrando en su vida. No se limite a conocer de Dios, al contrario
escudriñe cada revelación dada por Dios.
Gracias a Jesús por las revelaciones que le da a sus siervos. Y a ellos porque toman el tiempo para buscar con
hambre y sed su revelación. Que Dios los guarde y les bendiga siempre.