propiedad
En primer lugar, hay dos sentidos en los que los derechos de propiedad son
idénticos a los derechos humanos: uno, en que la propiedad sólo puede
atribuirse a humanos, de forma que su derecho a la propiedad es un derecho
que pertenece a seres humanos, y segundo, en que el derecho de la persona a
su propio cuerpo, su libertad personal, es un derecho de propiedad a su propia
persona, así como una “derecho humano”. Pero lo más importante para esta
explicación es que los derechos humanos, cuando no se exponen en forma de
derechos de propiedad, resultan ser vagos y contradictorios, haciendo que los
liberales debiliten esos derechos en nombre de la “policía pública” o el “bien
público”. Como escribí en otra obra:
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contrato. De hecho no existe algo así como un derecho independiente a
la “libertad de expresión”, sólo hay un derecho de propiedad de un
hombre: el derecho a hacer lo que quiera con lo suyo o a llegar a
acuerdos voluntarios con otros propietarios.[2]
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la libertad de expresión se basaba en los derechos a la propiedad privada. Así,
Black decía:
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economía se conoce como “el problema del racionamiento”. Tiene que
asignarse un recurso valioso y escaso: ya sea tiempo en la tribuna, enfrente del
micrófono o espacio en un periódico. Pero como el uso del recurso es gratuito,
la demanda para obtener este tiempo y espacio excede con mucho la ofert y
por tanto se desarrolla una aparente “escasez” del recurso. Como en todos los
casos de escasez y de colas causadas por precios inexistentes o bajos, los
demandantes insatisfechos se quedan con un sentimiento de frustración y
resentimiento al no obtener el uso del recurso que creen merecer.
Pero más allá de la cuestión de los precios, hay una materia más profunda
afectada, pues si mediante precios o cualquier otro criterio, el recurso debe, en
todos los casos, ser asignado por su dueño. El propietario de la estación de
radio o del programa (o su gestor) alquila, o regla, tiempo de radio como
decida; el propietario del periódico o su redactor jefe, asigna el espacio para
cartas en la forma en que elija; el “propietario” de la asamblea y su agente
designado o presidente, asigna el espacio en la tribuna en la forma en que
decida.
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cuando el “derecho a la libertad de expresión” se trata simplemente como una
subdivisión del derecho de propiedad se convierte en válido, operable y
absoluto.
En general, esos problemas que parecen requerir que se debiliten los derechos
son aquéllos en los que laubicación de la propiedad no está definida con
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precisión, en resumen, cuando confunden los derechos de propiedad. Por
ejemplo, muchos problemas de la “libertad dee xpresión” se producen en las
calles propiedad del gobierno: vgr., ¿debería un gobierno permitir un mitin
político que pretende interrumpir el tráfico o ensuciar las calles con octavillas?
Pero todos estos problemas que aparentemente requieren que la “libertad de
expresión” no sea absoluta son realmente problemas debidos a no definir los
derechos de propiedad. Como las calles son generalmente propiedad del
gobierno, el gobierno es en estos casos “el presidente”. Y así el gobierno,
como cualquier otro propietario, afronta el problema de cómo asignar sus
recursos escasos. Supongamos que un mitin político en las calles sí bloqueará
el tráfico; por tanto, la decisión del gobierno no implica tanto un derecho a la
libertad de expresión como la asignación de espacio en la calle por parte de su
propietario.
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barrio de verse libres de gente que consideran “indeseable” vagando por sus
calles.
Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York hay ahora mismo fuertes presiones
de residentes de distintos barrios para impedir que se abran restaurantes de
McDonald’s en su zona, y en muchos casos han sido capaces de utilizar el
poder municipal para impedir que se establezcan las tiendas. Por supuesto, son
violaciones flagrantes del derecho de McDonald’s a la propiedad que ha
comprado. Pero los residentes sí tienen razón en un punto: la basura y la
atracción de elementos “indeseables” que serían “atraídos” por McDonald’s y
vagarían delante de él, en lascalles.
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un derecho absoluto a emigrar a este territorio, pues ¿qué pasa con esos
propietarios que no le quieren en su propiedad? Por otro lado, puede haber, e
indudablemente hay, otros propietarios que acudirían prestos ante la
posibilidad de alquilar o vender propiedades a Primus y las leyes actuales
violan sus derechos de propiedad al impedirles hacerlo.
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violación de los derechos de propiedad explicados en el texto siguiente. Estoy en deuda con
el Dr. David Gordon acerca de este punto.
[5] Irving Dillard, ed., One Man's Stand for Freedom (Nueva York: Alfred A. Knopf,
1963), pp. 489-491.
[6] Bertrand de Jouvenel, “The Chairman's Problem”, American Political Science
Review (Junio de 1961): 305-332; lo esencial de esta crítica de Jouvenel apareció en
italiano en Murray N. Rothbard, “Bertrand de Jouvenel e i diritti di proprietá”, Biblioteca
della Libertá, nº 2 (1966): 41-45.
Published Tue, Sep 28 2010 6:36 PM by euribe
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de propiedad