2.1. SINDICATO
Nuestra Ley Federal del Trabajo en su artículo 360, que proporciona una clasificación
de los sindicatos de trabajadores según su naturaleza.
En nuestro país existen una serie de excepciones al principio general de que todo
trabajador tiene el derecho de constituir (si se cumple con determinados requisitos) las
organizaciones que estimen conveniente, algunas legítimas en tanto están contempladas
por la Constitución Política y otras contrarias a ésta. Así, según nuestra normativa, no
podrán constituir sindicatos:
a. Los funcionarios del Estado con poder de decisión y los que desempeñan cargos de
confianza o de dirección.
b. Los miembros de las fuerzas armadas y de la policía nacional
c. Los jueces y fiscales
d. El. personal civil que forma parte de las Fuerzas armadas y fuerzas policiales
e. Los Trabajadores de la empresa militares
Sin embargo cabe anotar que en el derecho comparado existen legislaciones que permiten
la sindicación de determinados miembros de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales
(con más razón del personal civil que labora en estas instituciones) así como los jueces y
fiscales.
2.4.3.5. REGISTRO.-
Una vez realizada la constitución del sindicato, para que este pueda desempeñar sus
funciones regularmente requiere de su inscripción registral, acto formal que le otorgará
personalidad jurídica y que únicamente podrá ser denegado cuando no se cumpla con
alguno de los requisitos establecidos por la Ley y que serán instrumentalizados mediante
una serie de documentos expresamente establecidos. De esta manera la labor del
registrador debe consistir únicamente en comprobar que se ha cumplido con presentar los
documentos exigidos. No es posible cuestionar su veracidad ya que tal potestad no puede
ser ejercida ni resuelta discrecionalmente por órgano Administrativo alguno.
En el caso del sector público, el Registro Sindical legalmente estuvo a cargo del Instituto
Nacional de Administración Pública (INAP) y se disponía que dicha inscripción otorgaba
personería jurídica a la organización sindical para todos los efectos legales, sin distinguir
el efecto gremial de los civiles. Esta redacción resultaba acertada desde un punto de vista
jurídico, ya que la personalidad jurídica es una sola, a la vez que simplifica los trámites.
Sin embargo desde la dación de la Ley Nº 27556 y su reglamento el Decreto Supremo Nº
003-2004-TR el Registro se encuentra a cargo de la Autoridad administrativa de Trabajo.
Al igual que en el sector privado las organizaciones sindicales de servidores públicos
requieren un doble registro sector privado se exige a las organizaciones sindicales un
doble registro: uno que le confiere personería gremial (a cargo de la Autoridad
Administrativa de Trabajo) y otro que le otorga personería civil (Registro de
Asociaciones). La inscripción ante la Autoridad Administrativa de Trabajo se efectuará
automáticamente con la sola presentación de la solicitud en forma de declaración jurada
adjuntando los demás documentos exigidos.
Las organizaciones sindicales de ámbito nacional se registrarán ante la dependencia
respectiva de la sede Central del Ministerio de Trabajo y Promoción Social. Si el ámbito
es local o regional, ante la Autoridad de Trabajo del lugar donde se encuentre ubicado el
centro de trabajo o el mayor número de trabajadores, según sea el caso.
Las resoluciones de la Autoridad de Trabajo que denieguen el Registro sindical son
susceptibles de apelación dentro del tercer día de notificada. De lo resuelto en segunda
instancia no procede la interposición de recurso impugnatorio alguno en la vía
administrativa. En todo caso, es posible iniciar una Acción Contencioso Administrativa
ante las salas Laborales de las Cortes Superiores.
A este respecto el artículo 3 del Convenio 87 de la OIT prescribe que “las organizaciones
de trabajadores y de empleadores tienen el derecho de redactar sus estatutos y reglamentos
administrativos. El de elegir libremente sus representantes, el de organizar su
administración y su actividad y el de formular su programa de acción. Asimismo La Ley
de Relaciones Colectivas de Trabajo en su artículo 10 señala que “Son obligaciones de
las organizaciones sindicales: a). Observar estrictamente sus normas institucionales con
sujeción a las leyes y normas que las regulan.”
Por consiguiente en el ejercicio de la Libertad sindical las organizaciones sindicales
pueden establecer la estructura que consideren conveniente. Son los adherentes de cada
organización sindical quienes aprueban la estructura organizativa de ésta, lo que debe ser
materia del estatuto. Las reformas de la estructura implican, una modificación del
estatuto.
Toda reforma del estatuto debe ser comunicada a la autoridad administrativa de trabajo
dentro de los cinco días de efectuada, acompañando copia autenticada del nuevo texto; el
acta de aprobación de éste requiere la refrendación o legalización notarial como
corresponde a la aprobación del estatuto.
Nuestra legislación interna considera como órganos sindicales a la Asamblea General y
la Junta Directiva.
La asamblea es convocada por la junta directiva para tratar asuntos señalados por ésta o
los que pida considerar un grupo determinado de afiliados. La convocatoria debe
efectuarse con cierta anticipación, de manera que todos los afiliados la conozcan y se
preparen para intervenir en la asamblea.
Los acuerdos se adoptan por mayoría, que puede ser simple, (la que alcance más votos
entre varias propuestas) o calificada si, en unos casos, se requiere más de la mitad de los
votos de los afiliados o un número mayor determinado. Lo usual es que la mayoría sea
simple, ya que en ejercicio de la democracia interna, los afiliados tienen derecho de votar
por la posición que deseen sin ser obligados a adherirse a otras posiciones para que
alcance mayoría calificada. Sin embargo también se estima que ciertos asuntos relativos
a la subsistencia misma de la entidad necesitan no sólo un quórum especial sino también
una mayoría calificada, como la decisión de disolver la organización, de fusionarla con
otra u otras, de modificarlos estatutos. Por ejemplo, el acuerdo de disolver la organización
se suele adoptar con una mayoría superior a los dos tercios o a los tres quintos del número
total de afiliados.
Para ser miembro de la junta directiva se requiere ser trabajador de la empresa. Este
requisito no se exigirá para el caso de federaciones y confederaciones.