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Conociendo a Jesús

- Se dio cuenta un día que estaba fumando ayahuasca con Aldo.


- ¿Quién es Aldo?
- Su amigo, el de la universidad, el que te he contado que sigue viendo. En ese
entonces tenían 29 años, Aldo vivía con su novia en un departamento a 15
minutos de la casa de Jesús. Fue ahí que se dio cuenta que se consideraba una
persona patética. Nunca se lo hubiera imaginado. Ya se lo habían dicho amigos
de la universidad, incluso otros niños cuando iba a clases de natación. Pero él
siempre pensaba que eran sus grandes dotes histriónicos el motivo de la burla.
Pero de lo que se dio cuenta ese día era que su actitud era la de una persona
perdedora ante la vida.
Unas semanas antes había visto un programa en la tele de una basquetbolista
que, después de haber sido suspendida por antidoping, daba pláticas en
primarias públicas; y justo se le quedó una frase grabada: Si te juntas con
perdedores serás uno de ellos. Cuando leyó los subtítulos le causó gracia el uso
de la palabra Perdedores para espantar a los niños. Pero al bajar del efecto de
la ayahuasca, Jesús se percató que él era un perdedor a la medida.
Tenía casi 30 años y seguía viviendo con sus papás, llevaba medio año
desempleado y no aportaba ni un peso a su casa, es más su papá le daba 500
pesos a la semana desde que se le habían acabado sus ahorros, sus mayores
diversiones era pasear a su perro y drogarse con amigos, además de que
llevaba 4 meses sólo cogiendo de vez en cuando con su más reciente ex-novia;
a la cual odiaba. Probablemente era la imagen ideal de lo que la basquetbolista
quería presentar a los niños para que no se drogaran de adolescentes.
- ¿Y para qué se cogía a su ex si le cagaba la madre?
- Pues de hecho es Ariana.
- Ariana, ¿tu mamá?
- Si Ariana, mi mamá, se conocieron cuando entraron a la universidad. Fueron
mejores amigos 1 año hasta que ella conoció a quien fue su novio en la carrera.
Al terminar la carrera, Jesús la invitó a salir y anduvieron durante 3 años.
La neta no sé por qué seguían cogiendo, me imagino que el vínculo era fuerte,
pero aun así no lo sé, Jesús me ha contado que la relación siempre fue
destructiva, que no se respetaban y que se lastimaban mucho. Imagínate que
cuando cortaron Ariana lo amenazó con suicidarse; no creo que hayan sido la
relación ejemplar de los 80´s.
- ¿Y por qué les dices por sus nombres? Nunca lo he entendido.
- Pues conocí a Jesús cuando tenía 7 años. Mi mamá no me dejaba decirle papá
que porque no había estado y que no cumplía. Un día Jesús me preguntó que
por qué ella sí era mamá. Lo pensé y desde ahí le digo Ariana, es más justo.
- ¿Y eso de que cogían de vez en cuando, quién te lo contó? ¿Él o ella? Porque
la neta si está rarísimo que tus papás te hayan contado la historia de su
noviazgo con tanta fidelidad.
- Ariana no me comparte de su pasado como Jesús. Me imagino que es normal
que los padres no les cuenten la historia de sus vidas con detalles súper fieles
a sus hijos, pero creo que Jesús no ha sido como un padre normal para mí.
- Por supuesto que no; digo fuma mota contigo y tus cuates cuando van a
Querétaro, se va de antro con ustedes, se pone bien pedo. Güey la mayoría de
la banda se espanta cuando a la mitad de la peda se aparecen los jefes y el tuyo
siempre está con ustedes chupando.
- A ver, espérate, no es por eso. No tiene nada que ver si se pone pedo o no, o
si fumamos mota o no; la cosa es que a Jesús lo conocí más tarde, y ya. Cómo
eres para sacar conclusiones.
- Ay bueno. ¿Por qué lo dices o qué?
- Pues porque no es lo mismo, digo no voy a decir de tus papás porque no sé
cómo eran cuando eras niña, pero la diferencia entre mi Jesús y Ariana, o entre
Jesús y cualquiera de los papás de mis cuates de la infancia, es que a Jesús le
vale madres cualquier cosa relacionada a mi conducta.
- Ay no mames Alex.
- Neta, cuando tienes 7 años y tu mamá te dice todo el tiempo que tu papá era
un hijo de la chingada y que se enojaba a cada rato no tienes una gran imagen
de él. Cuando conocí a Jesús estaba enojado con él, yo ni me acuerdo, pero
dice Ariana que me la pasé viendo al suelo y al final le dije que mi abuelo era
mi verdadero papá. Seguramente le ha de pasar a todos los chamacos que
conocen a uno de sus papás en la primaria, estás todo pinche rencoroso de
todos los días del padre que estuviste chillando.
Así que Jesús siempre se ha preocupado más por qué nos estemos divirtiendo
que por las calificaciones, los reportes rojos o la queja de cualquier vecino. El
güey es más la banda, más relajado, sin pedos, quizá si me paso muy cabrón
me diría algo; como si me agarra la tira o un pedo así; pero por lo general el
güey es alivianado.
- ¿Y eso se te hace chido? ¿No es como comprar tu compañía por la falta de
reglas?
- No, como a los 10 años yo todavía seguía medio distante; decía que sólo me
quería comprar y cosas así. Pero ya luego me aliviané y me interesé en
conocerlos como persona. El güey es chido, puedo platicar de todos mis pedos
y no toma posturas. También como que me volví más seguro desde que me
llevo con él y tengo más amigos, me ha dejado organizar fiestas y coger desde
que tengo 15 años.
- Pues a mí no se me hace tan chido esto que me estás contando. ¿Cómo alguien
va a aprender a comportarse como mejor se debe cuando no tiene a nadie que
le diga qué onda? Como si no fueran importantes los límites.
- Pues tu papá se la vive regañando a tu hermano y no creo que por eso vaya a
conseguir una chamba o entrar a una carrera pronto.
- Pero Luis es diferente. Ese güey tiene problemas desde chiquito porque una
vez casi se ahoga.
- No mames, pobre de él, nada peor que la lástima de los demás para estancarte
en la depre. Ahora imagínate de tus propios padres.
- Bueno, pero ahorita no estamos hablando de Luis. Mejor sigue con tu historia.
¿Qué pasó después? ¿Cómo pasaron de ser ex novios que cogen a pareja otra
vez?
- Pues como a las 2 semanas de haberse sentido patético en el viaje de
ayahuasca se metió a trabajar en el área de Recursos Humanos de un banco.
Un banco donde trabajaba un primo suyo. Dejó de ver a Ariana y comenzó a
ahorrar para lograr independizarse.
Aun así, no dejaba de sentirse patético. Verificaba los perfiles de los
currículums y entrevistaba a algún tipo de vez en cuando. Él había estudiado
historia, especializándose en historia del arte, escribió su tesis sobre la
influencia de los ritmos africanos en las percusiones del son cubano; por
supuesto que no le interesaba comparar las habilidades de los entrevistados.
Llenar formatos que consideran la compatibilidad del pobre diablo con el del
perfil deseado. Estableciendo parámetros cuadrados para decidir sobre el
actuar de una empresa. Totalmente lo contrario a la investigación del arte.
- ¿Y nunca se dedicó a estudiar arte?
- No; del banco ha saltado a diferentes chambas, pero nunca a la investigación
del arte, creo que lo más cercano fue cuando estuvo de burócrata en
CONACULTA.
- ¿Crees que nos pase eso a nosotros? ¿O lograremos dedicarnos; yo a ser una
gran psicóloga y tú un feroz abogado?
- Feroz abogado
- O bueno, ¿uno correcto y noble?
- No sé, yo creo que sí; la neta es que Jesús se voló la barda especializándose en
historia del arte. ¿A quién se le ocurre eso?
- Pues a mí me parece genial que lo haya escogido, seguro que le ha de fascinar.
Lástima que no hay de esas chambas acá. Han de ser muy poquitos los que lo
hagan. ¿Nunca te conté que quería estudiar arte?
- Sólo me lo has mencionado.
- Pues desde la secundaria me gustó mucho trabajar plastilina. Todo por la clase
de arte de 2o, tuvimos que hacer una escultura. Desde ahí me dedique a hacer
esculturas de plastilina hasta que terminé la secundaria. Hacía de todo; flores,
casas, jarrones. Hice una maceta, no sabes Alex, de lo más padre. Tenía pechos
de mujer fuerte, padrísimo, con una presencia impactante.
Ya después en la prepa hacía cuadros al óleo y en acuarela. Era lo mejor. Me
sentía totalmente libre cuando pintaba. Podía soñar y seguir trabajando a
partir de lo que iba imaginando. Inventaba novios, sexo, amor; todo lo que
realmente no conocía.
- ¿Y qué pasó?
- Creo que nunca tuve confianza en mí misma. Le decía a todo el mundo que iba
a estudiar arte, pero nunca me convencí lo suficiente.
- ¿Ni siquiera lo intentaste?
- El último año de prepa hice mi examen para arte y psicología. Sólo pasé el de
psicología. Y pues ni modo, también se me hace interesante; creo que
realmente no tenía todo lo necesario para ser artista.
- ¿Por?
- No sé, mis cuadros ni siquiera eran como expresionistas ni nada así pero sí
estaban llenos de manchas. Primero hacía mi cuadro y después lo arruinaba.
Creo que es una pendejada, y muchas veces las manchas servían para cubrir
mi falta de técnica. Al final, con mi forma de pensar, creo que me hubiera
encasillado y no la hubiera hecho. Creo que no tenía ideas concretas que
expresar, y pues así… ¿Qué chiste?
- Me gustaría ver tus cuadros.
- Luego te los enseño, todavía tengo como 3 guardados.
- Podrías pintarme uno.
- Mejor te enseño los hechos, me daría pena. ¿Y luego cómo fue que regresaron
tus papás? Ya nada más me contaste que Jesús se había puesto a trabajar.
- Pues no fue ninguna historia de amor de Disney, Ariana le dijo que estaba
embarazada. Se lo dijo por teléfono porque Jesús no la quería ver. Cuando se
vieron Ariana estaba llorando. Le juró que no había sido adrede. Jesús no lo
podía creer. Había embarazado a la única mujer que lo había llevado a su punto
de desesperación mayor. La única que lo había insultado y a la única que ella
había insultado, y no sólo insultos; celos, golpes, burlas; todo había fluido de
ambas partes como si fueran una pareja perfecta de neuróticos. Y tan sólo 1
mes después de poder dejar de ver a esa fuente de desechos tóxicos
emocionales, se enteraba que la había preñado.
Le tomó las manos, le dijo que la amaba y que serían felices; por últimos se
besaron mientras las lágrimas les escurrían de sus caras y se decían te amo. De
camino a casa recordó el intento de suicidio, cómo el papá de Ariana le marcó
para decirle que su hija no dejaba de vomitar; tras lo cual Jesús le pidió que la
llevara al hospital porque lo había amenazado con matarse una hora antes.
Se fueron a vivir juntos cuando Ariana cumplió 4 meses de embarazo, a un
departamento en la colonia Doctores. En ese momento Jesús sabía que la
única razón por la que la amaba era por su propia inseguridad. Así como sabía
que Ariana sólo estaba con él por no poderse desprender de la gente que la
lastimaba.
- ¿Y esa es su forma de justificar su abandono? ¿Qué se cree? ¿Sólo porque no
le gustaba cómo era su relación con tu mamá decidió mandarla a la verga así
tan fácil?
- ¡Pues ni siquiera me dejas terminar! ¿Cómo esperas que te explique la pinche
historia si a cada rato quieres meter tus prejuicios y tus interpretaciones de lo
mierda que era Jesús? Sólo porque te criaron como la princesa consentida
crees que están en tu derecho de insultar a todos.
- ¡Cállate cabrón! ¡Tú no sabes cómo me criaron pendejo! Y si no le bajas de
huevos te juro que me bajo aquí en la pinche carretera y dejamos de andar.
Cuentas la historia como si te hubieran secuestrado y sólo eres otro mimado
de papás divorciados, ¡cuando a mí me pegaban!
- ¡¿Qué?!
- Nunca te he contado que mi padre nos golpeaba… a mí, a mi mamá y a mi
hermano… era lo peor Alex… siempre llegaba con aliento a Bacardí a gritar por
el sabor de la cena, o por las calificaciones de Luis, o si rompíamos algo, mi
poca ternura, las contestaciones de mi mamá, la cagada del perro; ¡cualquier
puta pendejada que lo desesperara! Empezaba diciendo que no era posible
vivir en una casa donde a todos les vale madres la casa y la convivencia, el
orden de las cosas; se empezaba a enojar si no lo veíamos, si sí nos mandaba
a nuestros cuartos para gritarle a mi mamá todos sus corajes y aventar los
platos. Aventaba los trastes para liberar su frustración, su frustración de estar
ahogado por una renta o que no estemos como pendejos a la espera de sus
instrucciones. Pero si nos volteábamos cuando arruinaba la cena y nos
poníamos a ver cualquier cosa que no fuera su cara de neurótico, entonces nos
aventaba algo; a veces un zapato, a veces a la cuchara, a veces sólo nos chiflaba
y empezaba con ¡Me estás oyendo pendeja! ¿O hablo para la pared y que tú
sigas pensando como rascarte la pinche panza en vez de ayudar a tu madre?
¿Ehh? Y entonces se paraba y me agarraba del pelo, a mí o a mi hermano, me
jaloneaba del pelo gritando que a ver si así entendía y me arrastraba hasta su
cuarto. Ahí me bajaba los pantalones y me hacía poner la panza sobre la cama.
Entonces se quitaba el cinturón y empezaba con los cinturonazos, uno tras otro
hasta que se cansaba el pinche cerdo, o hasta que me dejara sangrando las
nalgas…
- No mames Laura, pues está loco ese cabrón, con razón cuando azota el vaso
en sus enojos de comidas familiares todos ponen cara de espantados.
- ¡Pues porque es un puto infierno vivir eso!... por eso no entiendo que Jesús te
cuente de su violencia de pareja…. No sabes lo que es vivir con el miedo de
que te peguen por cualquier cosa, de no saber cuándo la vas a cagar, de que
todo pueda estar mal siempre…
- Ya, ya bájale; estamos hablando de mi familia. Todavía que lo entrelazo para
que entiendas todos los detalles, ahora quieres que nos brinquemos a la tuya.
Sólo porque te desahogaste, a ver ¿por qué no empezamos con tu familia
cuando estábamos hablando de cómo tus papás hunden en la depresión al
pobre, Luisito de 26 años, pensando que está mal de la cabeza por un
accidente de cuando era niño?
- Órale vas…que parece crónica de la conquista con tantos detalles.
- Pues nada ya, que se la vivieron de la verga en ese depa de la Doctores y se
mandaban a la verga. ¿Qué querías que hicieran? ¿Ser buen pedo? Se trataron
de la verga por cualquier pendejada, seguramente se rompieron la madre y el
cabrón se movió, tan tan.
- Ya Alex, no seas payaso, ¿qué pasó? Se ve que hay algo más, digo pues tú
naciste ¿no?
- Pues ya lo demás son las pendejadas que me ha contado Ariana toda la vida,
antes y después de que se apareció Tu padre es un hijo de la chingada, siempre
me rompía la madre, se la vivía bien pedo…ya sabes, las mamadas de siempre.
¿Tú que contarías si te abandona embarazada un güey con el que te rompías
la madre?
- No, pues no sé.
- Pues a Ariana la entiendo un poco más en esa época, lo que sea que me cuente
lo hace mirando al horizonte y ojos de tristeza. Es una melancolía que lleva
arrastrando desde hace 20 años y no se la va a quitar chupando con sus amigas.
Pero la entiendo un poco más, quizá tenía la esperanza de formar un hogar con
cierta estabilidad. Además de lo económico es una chinga tener un hogar y un
hijo, una chinga que entre dos se puede alivianar. No sé si quería una vida
familiar llena de golpes o si pensaba que las cosas cambiarían con mi
nacimiento.
La cosa es que cómo no poder entender a quién me ha cuidado toda mi vida.
Ariana pensó que se enfrascaba en una cuestión entre 2 personas y terminó
resolviéndolo todo por su cuenta. Creo que por eso tuve esa reacción de
indiferencia cuando conocí a Jesús, hasta se podría decir que de rechazo. Pero
creo que al final no podemos juzgar a nadie por su pasado, aunque en gran
parte nos haya transformado la vida. Aunque la ausencia de Jesús nos limitó a
Ariana y a mí, y hubo veces que nos llegó a hacernos sentir mierda; lo cierto es
que Jesús a mí no me ha hecho nada. Al contrario, me ha dado una persona
con quien hablar y sacar las emociones que tengo. Incluso las fiestas que me
dejó hacer y su modo de estar relajado, han hecho que no siga siendo el niño
asustado que era y pueda platicar más a gusto con la gente. Creo que la única
forma de medición objetiva para juzgar a una persona es mediante las
experiencias que vives con ellos, todo lo demás no importa porque tú ni
siquiera estabas presente. Sólo nos podemos basar en lo propio para hacer un
juicio de alguien porque al final ese juicio sólo importa para nosotros.
- Yo no creo, las cosas están bien o mal según otros parámetros que no podemos
ver; por eso hay tanta gente en la cárcel, aunque muchos de ellos nos derritan
el corazón. No podemos juzgar por impresiones.
- Eso lo crees tú por tu vida. Perdón que te lo diga, pero, aunque en tu casa ha
habido madrazos; la realidad no se ha movido de forma significativa. Tu padre
siempre será ese gordito neurótico cariñoso cuando se le inflama. Tu madre la
señora aguantona que se preocupa más por la cocina que por las elecciones y
tu hermano el bueno para nada. ¿Qué chingados vas a preocuparte por hacer
un juicio certero de la gente que conoces, si todos los que son tu entorno
siempre estarán? Mira cómo juzgas a Jesús sin conocerlo, seguimos en esta
carretera y tu mente ya dio 7 vueltas con respecto a quién es. Sólo dime una
cosa, ¿qué te hace tan chingona en tu cabeza como para creerte superior al
resto?
- Quizá el hecho de que no soy un niño necesitado de atención e inseguro.
Hablas mucho de juzgar a los demás, pero la única razón por la que no juzgas
a tu papá es porque no está contigo incondicionalmente, porque los pendejos
te dieron la libertad de juzgarlo. Y tú como bebé, crees que haces el favor de
oír a todos y respetarlos. A nadie le importa tu padre, si no fuera por ti
seguramente sería lo mismo: un bueno para nada deprimido y drogadicto que
no sabe ni cagarse sin manchar a nadie.
- Eres una puta ignorada e hipócrita.

PPAAAAAAKKK

- ¿Por qué me pegas hija de tu pinche madre? ¿Eh? ¿Por qué me pegas cabrona?
- ¡Ya! ¡Suéltame el pelo! ¡No seas puto!
- ¿Tan puto como tu papá o como uno de tus ex novios? ¡¿Eh?!
- ¡Párate pendejo! ¡Vamos a chocar!
- …Ya me pare… ¿Ahora qué? ¿Eh?
- ¡Ya güey! ¡Deja bajarme pendejo!

PAAK POOOOK PPPPAAAAKKK PPAAAAAZZZ

- ¡Qué bueno que te bajaste, cabrona!


- ¡Vete a la verga culero!
(Mierda, sí me pegó culero, pinche vieja, voy a orillarme ...a ver… pinches
rasguños… ojalá que le haya cerrado el ojo… a ver cómo se regresa…que se
vaya a la verga… ¡QUE SE VAYA A LA VERGA!... sólo falta que el pendejo de
Jesús se haya ido de pedo porque se me olvidaron las llaves, más le vale irse
de pedo conmigo el cabrón).

FIN

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