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Un sueño de paz

¿Cómo estaría hoy nuestro país si el respeto fuese divisa de todas y todos?
La violencia política que hoy en día en Venezuela es una realidad cotidiana refleja
no un descontento social, más bien es un capricho de una minoría que en
anteriores gobiernos lo tuvieron todo sólo para ellos. Su egoísmo los incita a
generar zozobra y violencia entre los que hoy dan gracias por la oportunidad que
se les ha dado de tener una vivienda digna, una educación gratuita y un sistema
de salud al alcance de su mano.

Con esto no quiero decir que vivimos en un país con un gobierno perfecto,
pero tengo la certeza de que existen intereses oscuros que juegan a la
inestabilidad política y económica del país, poniendo en riesgo nuestra paz
interna. Pero para hablar de paz debemos educar para la paz, ya que desde que
nacemos nos han inculcado antivalores, para ser competidores, los mejores,
altivos, teniendo en conocimiento que el comienzo de toda guerra es la
competencia.

La violencia se presenta en el más mínimo pleito, ya sea física o verbal, no


se hace esperar. En lugar de discutir sobre quién tiene la razón y quién no,
debemos aceptar desde el comienzo que vemos las cosas desde un punto de
vista propio, de esta manera podemos evitar las enemistades y la pérdida del
tiempo en discusiones inútiles.

Considero que la variante base que rige estos conflictos es que el fanatismo
es sinónimo de ignorancia.

El que no tiene la razón es el que mas grita y se aferra a la negación. ¡Qué


bonito seria si nuestra formula diaria fuese una Venezuela con sinónimos de amor
y unión!

¡Qué triste es ver como la intolerancia política genera problemas entre


vecinos, amigos y familiares!
Los niveles de intolerancia cada vez son más elevados, ya hasta para tener
una novia te preguntan si eres chavista o de oposición.

Solo para no entrar en detalles, muchos se adaptan al momento y lugar,


para responder en tono chistoso por si acaso se equivoca, poder bromear y
corregir para evitar que se presenten los amigos de la violencia, el rechazo y la
exclusión.

Además de que por usar un color te identifican políticamente. Seamos voz y


no eco de los demás, no seamos hombres y mujeres mediocres que viven bajo la
sombra de los demás. Es momento de ser punta de lanza, los primeros en
demostrar que los venezolanos no somos mediocres, comencemos a producir
criticas propias sin dejarnos influenciar por los demás.

Sueño con una Venezuela donde debatir ideas sea para construir un mejor
mañana, sueño con una Venezuela donde se ayude al mas necesitado sin esperar
nada a cambio, sueño con una Venezuela donde ser gentil sea la moda, sueño
con una Venezuela donde lo que importe seamos Tú y Yo.

¿Y tú con que Venezuela sueñas?

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