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Doctorado en Ciencias del Desarrollo Estratégico

Ensayo de Hans Georg Gadamer

La hermenéutica filosofica.

Autor: Ing. Agr. Luis Galaratti

Hablar de hermenéutica gadameriana, implica revisar o repasar la historia de donde


proviene la técnica o método hermenéutico, esto se remonta a la exégesis bíblica y a la
explicación de mitos y oráculos de la antigua Grecia. En este sentido existieron diversos
personajes a lo largo del tiempo que se dedicaron al estudio o análisis de la
hermenéutica mucho antes que Hans Georg Gadamer (1900-2002), entre los que
destacan: Platón y Aristóteles, quienes en sus ensayos describen las primeras luces
sobre la hermenéutica, de ellos se deduce que la hermenéutica en principio se refiere al
negocio de la interpretación, desde la concepción griega “arte de explicar, traducir o
interpretar”, etimológicamente el concepto se remonta a la simbología que envuelve a la
figura del Dios mensajero griego Hermes, hijo de Zeus y remite también a la tradición
hermética de Hermes Trismegisto en Egipto, probablemente de donde se inspiran otros
filósofos antes de nuestra era como Friedrich Schleiermacher (1768-1834) que ve en la
hermenéutica un proceso de reconstrucción del espíritu de nuestros antepasados y la
define como una reconstrucción histórica, adivinatoria, objetiva y subjetiva de un
discurso dado, plantea que para alcanzar una interpretación precisa de los textos debe
existir una objetiva visión del contexto vivido por el autor al momento de escribirlos,
situándose de forma subjetiva y adivinatoria en el lugar del mismo. Esta perspectiva
influirá en la aparición del historicismo diltheiano, Wilhelm Dilthey (1833-1911), creé que
toda manifestación espiritual humana (y no solo los textos escritos), tienen que ser
comprendidos dentro del contexto histórico de su época. Si los acontecimientos de la
naturaleza deben ser explicados, los acontecimientos históricos, los valores y la cultura
deben ser comprendidos. Dilthey fue el primero en formular la dualidad de las “ciencias
de la naturaleza” y la “ciencias del espíritu” que se diferencian mutuamente por el uso
de un procedimiento analítico explicativo, uno y el otro con un procedimiento de
compresión descriptivo, en resumen, señala usar la explicación para las ciencias de la
naturaleza y la compresión para la ciencias del espíritu o ciencias humanas. De esta
manera, la hermenéutica dejaba de ser considerada una ciencia auxiliar entre otras
para convertirse en el fundamento metodológico de las humanidades. Gadamer indica
la importancia de Friedrich Nietzsche (1844-1900) y Husserl (1859–1938) como otros
dos predecesores de esta compleja prehistoria de la hermenéutica, el primero fue
incorporado mucho más tarde como una referencia esencial de esta tradición, aunque
su posición acerca del ser como valor, como óptica, como perspectiva, del “ser como
interpretación”, ha sido comprendida en todos sus alcances solo hasta bien entrado el
siglo XX. El autor del ensayo, considera pertinente detenerse en la expresión de
Nietzsche que plantea “La historia de los pueblos es helicoidal y se repite en contextos
históricos diferentes”. Esta frase contrastada con el planteamiento de Dilthey, quien
creé que toda manifestación espiritual humana, tiene que ser comprendida dentro del
contexto histórico de su época, permite construir un proceso hermenéutico de tipo
adivinatorio, objetivo y subjetivo como lo expone Schleiermacher, sobre
acontecimientos que puedan estar ocurriendo en el presente, relacionados con hechos
similares del pasado, este proceso permitiría inferir sucesos dentro del contexto político,
económico y social que puedan ser planificados, eludido o prevenidos para orientar o
dirigir los destinos de los pueblos; asumiendo a los pueblos con toda sus características
culturales como conjunto de conocimientos, experiencias, ideas, tradiciones y
costumbres que los identifican como clase social de una época especifica. En términos
de la política, como ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades
humanas, especialmente de los estados, la hermenéutica sería una herramienta
fundamental en el proceso de planificación estratégica de Política Públicas.
Retomando la cronología de los estudios hermenéuticos en 1907-1913 Husserl, imparte
una serie de lecciones conocidas como: la idea de la fenomenología, la cual surge
como crítica del conocimiento, considerando como la primera formulación madura del
método fenomenológico. Aquí aparecen principios teóricos tan importantes como los de
la intencionalidad, la temporalidad, la egoidad. Al estallar la primera guerra mundial,
Husserl es impactado por la muerte de su hijo y su asistente Adolf Reinach, quienes
mueren en el campo de batalla, esos sucesos perturban profundamente al filósofo, poco
después de la muerte de Wolfgang (su hijo) en 1916 Husserl ocupa la cátedra de
Heinrich Rickert en la Universidad de Friburgo, teniendo como alumno a Martin
Heidegger (1889-1976). Heidegger, ya como eminente filósofo contemporáneo se
dedica al análisis de la comprensión, afirma que, cualquiera que sea, presenta una
estructura circular: Toda interpretación, para producir comprensión, debe ya tener
comprendido lo que va a interpretar. Heidegger incorpora nuevos rumbos en la
hermenéutica al dejar de considerarla como único modo de comprensión del espíritu de
otras épocas y pensarla como el modo fundamental de situarse el ser humano en el
mundo. Existir es comprender, desde entonces su hermenéutica de la facticidad se
convierte en una filosofía que identifica la verdad con una interpretación históricamente
situada.
Todo este contexto académico, más una serie de acontecimientos históricos, políticos,
culturales y sociales en el ámbito mundial que le tocó ver, vivir y sortear a Hans Georg
Gadamer, pasando por dos Guerras Mundiales, la Revolución Rusa, la Guerra Civil
Española, la División de Alemania, El Plan Marshall, la Revolución de Mayo en París, la
Caída del Muro de Berlín y la muerte de su mentor Martin Heidegger quien ejerció sobre
él una gran influencia, hacen inferir su vocación humanista de la vida, orientando sus
estudios por estas ramas de la ciencias, a pesar de los deseos de su padre para que se
dedicara a las ciencias naturales. En el año 1919 Gadamer va a la Universidad de
Marburgo Alemania, para estudiar con los filósofos neokantianos, H. Cohen y es
tutorado por Paul Natorp, obtiene su título de doctor en 1922 con un trabajo titulado. “La
Esencia del placer en los diálogos platónicos”, posteriormente comienza a estudiar en
Friburgo con Heidegger y forma parte de un eminente grupo de estudiantes muy
destacados, asiste a una serie de seminarios dictados por Husserl en el campo de la
fenomenología.
El enfoque del ensayo tiene la intencionalidad de orientar la mirada al pensamiento de
Gadamer con respecto a la fenomenología por la deuda conceptual y metodológica que
dice tener con diversas temáticas de este aspecto, además de ser ella, fuente de
inspiración en la caracterización que la obra gadameriana tardía hace de la
hermenéutica como el “arte de poder escuchar y estar dispuesto a no tener la razón”,
dicha caracterización se encuentra presente en su principal obra de 1960, Verdad y
método: fundamentos de una hermenéutica filosófica, despertando el interés del autor
del ensayo para orientar la metodología del estudio doctoral, estimulado en la expresión
dada anteriormente por el filosofo sobre la hermenéutica. Los últimos ensayos
desarrollados por Gadamer a partir de 1980 fueron escritos en función a la situación
geopolítica mundial de entonces, por lo que se hace interesante analizarlo en función al
contexto social, económico y político que atraviesa Venezuela en estos momentos por
estar inmerso en el plano internacional, incluyendo al imperio más devastador del
mundo como los Estados Unidos de Norte América quien amenaza y ataca al gobierno
y al pueblo Venezolano para tomar el control de los recursos naturales estratégicos con
los que cuenta el país, como: petróleo, gas natural, minerales ( oro, coltan, bauxita,
torio, hierro, aluminio, níquel, etc y tierras raras), agua potable y el espacio aéreo,
involucrando a las potencias emergentes de China y Rusia como socios estratégicos de
Venezuela, motivos por el cual el imperio norteamericano proyecta una guerra no
convencional o guerra de cuarta generación que traería consecuencias inimaginable en
la geopolítica mundial. Alertando sobre el inminente peligro que representa la posición
hegemónica de la principal potencia bélica del mundo sobre un modesto país como
Venezuela. Por tales razones es necesario emplear la palabra, el pensamiento
ecuménico y el dialogo como técnica disuasiva para enfrentar los desafíos de este
nuevo siglo.
En conexión con lo anterior, es impostergable estudiar a Gadamer sobre el tema de la
vida en el lenguaje y la lingüisticidad dialógica que caracteriza a la existencia
humana, sobre todo en estos tiempos, donde la crisis política que vive el país, es
consecuencia en gran medida a la deformación dialógica de una de las fracciones
interlocutoras (La oposición venezolana).

“El lenguaje es así el verdadero centro del ser humano si se contempla en el ámbito que sólo él
llena: el ámbito de la convivencia humana, el ámbito del entendimiento, del consenso siempre
mayor, que es tan imprescindible para la vida humana como el aire que respiramos. El hombre es
realmente, como dijo Aristóteles, el ser dotado del lenguaje. Todo lo humano debemos hacerlo
pasar por el lenguaje” (Gadamer, 1965b: 152).

Para concluir este ensayo en relación a la cita anterior, Gadamer no solo halla los
antecedentes de esta concepción dialógica del lenguaje en la concepción aristotélica
del hombre como un ser vivo dotado de la razón o pensamiento para la convivencia
humana, sino que también nos remite ir al relato de la creación de Dios en el antiguo
testamento, como al relato de la Torre de Babel. En su concepto, en ambos relatos
también se encuentran los fundamentos del carácter dialógico del lenguaje, así como su
condición de medio universal en el que se realiza la comprensión misma. Bajo esta
interpretación, Gadamer mantiene en diversos textos que la confusión babélica entre
las lenguas no puede aludir solo a que la variedad de lenguas sea producto del orgullo
humano, como lo supone preferentemente la tradición bíblica, sino que esta variedad
precisamente distingue al lenguaje humano como un lenguaje que expresa toda la
distancia que media entre un ser humano y otro y que crea permanentemente la
confusión, pero al mismo tiempo la posibilidad de su superación. Porque el lenguaje
para Gadamer, es esencialmente diálogo, capacidad de buscar la palabra que alcance
al otro, capacidad de emigrar al lenguaje del otro.

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