25/3/2009
La evaluación de los agregados antes de la construcción es clave para prevenir la reacción álcali-agregado.
Así como el cáncer deteriora la salud del cuerpo humano a través del crecimiento descontrolado de células
malignas, la reacción álcali-agregado fractura el concreto a través de grandes presiones internas que afectan
la pasta de cemento.
“Se manifiesta en el concreto cuando los álcalis (sodio y potasio) presentes en el cemento o de alguna forma
externa, reaccionan con ciertos agregados reactivos silíceos”, explica Germán Hermida Barrera, miembro de
la Junta Directiva del Instituto Americano del Concreto (ACI) – Seccional Colombia.
La reacción inicia con un ataque de los minerales silíceos en el agregado por los hidróxidos alcalinos derivados
del álcali (óxido de sodio Na2O y óxido de potasio K2O)) en el cemento. Entonces, se forma un gel que altera
el contorno en el agregado y empieza a hincharse absorbiendo agua e incrementando su volumen.
“La expansión provoca deterioración a la pasta de cemento en su imagen externa y daños internos, donde
posteriormente se verán afectados y comprometidos los elementos estructurales debido al desarrollo de
presiones internas como resultado de la reacción química, el cual podría producir propagación de micro
fisuras”, complementa Hermida Barrera.
Según Jaime Eloy Soriano, ingeniero civil de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, hasta el momento se
han reconocido cuatro formas de reacción álcali – agregado:
Se da en el concreto cuando los álcalis del cemento o de alguna forma externa, reaccionan con la sílice
presente en ciertos agregados para formar un gel que tiene la propiedad de tomar el agua de la solución
acuosa y expandirse. La expansión provoca a las partículas del agregado y a la pasta del cemento fisuras
irreversibles.
Tiene similitud con la reacción álcali – sílice, con la diferencia de que los constituyentes reactivos en el
agregado ya no están en forma de sílice sino que se encuentran presentes en combinaciones de filosilicatos
(micas, cloritas).
Sin embargo, subraya el experto, “el nombre dado no refleja la verdad, ya que hay otros silicatos que no son
reactivos y quizás llegarán a ser reactivos si su granulometría es muy fina”.
Esta reacción provoca que la roca genere poros, permitiendo que el agua entre y cause el hinchamiento de la
arcilla y posteriormente la ruptura del agregado. Por lo general ocurre con piedras limosas de calcita, propias
de las dolomías y no en las calizas.
Los orígenes
La primera reacción álcali - agregado se detectó en 1940 en California, Estados Unidos, cuando en varias
estructuras de concreto como edificios, puentes y carreteras se comenzó a observar agrietamientos y
expansiones inexplicables a los pocos años de su construcción.
“Thomas Staton, un ingeniero estadounidense, demostró que el deterioro del concreto fue debido a la reacción
entre el álcalis del cemento Portland y las rocas silíceas de los agregados. Este descubrimiento fue aceptado
con gran interés y permitió a muchos científicos identificar la reacción álcali – sílice” explica Hermida Barrera.
Este hecho llevó a que en 1941 se colocara un límite superior de 0.6% por masa en el contenido de álcali del
cemento adquirido para los más importantes trabajos y de esta manera disminuir el riesgo de fisuramiento.
Durante 1950, la reacción fue estudiada por muchos laboratorios a nivel mundial, iniciándose en Estados
Unidos, más tarde en Europa, Canadá y otras partes del mundo. “Los estudios avanzaron rápidamente y se
identificaron los componentes minerales en el agregado que intervenían en la reacción”, agrega Hermida
Barrera.
En 1974 se realizó uno de los primeros encuentros internacionales de científicos interesados en la reactividad
álcali – agregado en Dinamarca. Durante estas conferencias se proporcionaron las más importantes fuentes
de información disponible, inclusive el relato de experiencias nacionales e internacionales, casos históricos,
medidas preventivas y reparadoras como las de Dinamarca, Canadá, Nueva Zelanda, Japón e India.