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Efecto vicios sobre los chakras.

En el universo, todo es energía. Estas palabras se atribuyen a Albert Einstein y denotan que aun lo que el ojo
humano percibe como materia sólida, no es ni más ni menos que energía más densa. Nuestro cuerpo físico
es el de energía más compacta y densa, pero existen otros 6 cuerpos que se encuentran rodeándolo y
entrelazándose entre ellos: el emocional o astral, mental inferior, entérico, mental superior, electrónico y
causal.
Chakras

Así también, existen centros energéticos conocidos con el vocablo sánscrito (hindú antiguo) “chakras”, que
significa “rueda que gira”.
Estos vórtices energéticos reciben, distribuyen y expulsan la energía. Cuando uno o varios de ellos se
desbalancea, va bloqueando verticalmente a los demás y se produce un desequilibrio en la persona a nivel
físico (enfermedad), mental, emocional y también a nivel espiritual.
Lejos de cualquier juicio moral, vale decir que las drogas afectan el adecuado balance de los centros
energéticos y los dañan; lo mismo ocurre con algunas sustancias tóxicas pero socialmente “aceptadas”
(como algunos fármacos, tabaco) y otras como el café y el azúcar.

Las drogas manufacturadas resultan ser más perjudiciales que las orgánicas
Ya que el organismo posee sustancias similares a estas últimas. A largo plazo, también los humos y
desechos industriales pueden resultar igualmente nocivos. Existen otras adicciones que no se relacionan
directamente con sustancias, pero que también perjudican al individuo en forma similar con respecto al
normal funcionamiento de chakras y cuerpos sutiles (compradores compulsivos, ludópatas, work alcohólico,
etc.).

Cuando la persona logra abandonar el hábito, se deben volver a sanar los chakras para que se reconstituya
el flujo energético y se disuelvan los bloqueos, lo que evitará recaídas

Este proceso puede ser muy doloroso


Se va sanando gradualmente, como si fuera por capas, hasta llegar a la causa profunda que provocó la
adicción, lo que puede provocar “crisis” de miedo, rabia, ansiedad, etc., al sentirse desconectados del amor y
que, además, reflejan la resistencia inconsciente del individuo a recuperarse.

Este misoneísmo (aversión a lo nuevo) se debe a que el adicto está familiarizado con el estado “cerrado” y
sus bloqueos, y cuando comienza a reponerse, siente un profundo miedo al paso hacia un estado para él
desconocido, aunque represente su sanación.

Bloqueo hacia abajo


Si bien cada sustancia adictiva se relaciona directamente a un chakra, todas “empujan” la energía hacia
abajo bloqueando los chakras inferiores e impidiendo el libre flujo energético hacia los superiores en mayor o
menor medida (según de cuál de ellas se trate).
Se produce, de esta manera, un efecto similar al de una cañería obstruida en el primer tramo de su
recorrido. El uso abusivo de cualquiera de estas sustancias deteriora el balance de todos los centros de
energía y de los cuerpos sutiles, provocando que la persona comience a sentirse alejada del flujo de energía
vital.
Chakras y tóxicos
Cada chakra se ve afectado de manera directa por algún tipo de abuso de estas sustancias:
Coronario: drogas sintéticas, cocaína, marihuana
Tercer ojo: café, cocaína, fármacos, marihuana, tabaco
Timo: Marihuana, drogas sintéticas
Corazón: azúcar, tabaco, fármacos alcohol
Plexo solar: azúcar, café, tabaco, heroína
Chakra sexual: azúcar, alcohol, anfetaminas, cocaína
Chakra Raíz: azúcar, cocaína, café, marihuana, heroína

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