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El inciso 3º, del numeral 16 del artículo 19 señala: Se prohíbe cualquier discriminación que no se

base en la capacidad o idoneidad personal, sin perjuicio de que la ley pueda exigir la nacionalidad
chilena o límites de edad para determinados casos. De la norma precedentemente transcrita es
posible colegir que el derecho a no ser objeto de discriminación se encuentra recogido en la
propia Constitución como un derecho fundamental, mereciendo, por tanto, la máxima atención y
protección por los órganos del Estado.

Bueno como también dice que los principios de igualdad y no discriminación son establecidos en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos” (artículo 1). Este concepto de igualdad está incrustado en la democracia
contemporánea, de modo que los estados están obligados a proteger de un trato desigual a las
diversas minorías y grupos vulnerables. El artículo 2 consagra la no discriminación: “toda persona
tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción de ningún
tipo”.

Muchas veces lo vemos en las personas mayores que ya están en su ciclo final de trabajo y que les
cuesta reinsertarse en el mundo laboral. Como vemos la raza, religión, género y edad son algunos
de los factores más influyentes a la hora de ejercer discriminación laboral. Un ejemplo que vemos
siempre en mi lugar de trabajo es con una compañera, que al ser tímida y callada siempre la dejan
para el último en todo, vacaciones, permisos etc… sin tomarla en consideración (como nunca
reclama)

Indudablemente, uno de los casos de discriminación laboral más difundidos en el mundo es la de


la baja participación de mujeres en los empleos. No solo porque son muchas las empresas que ni
siquiera conciben contratar mujeres para los puestos jerárquicos, sino porque en el mundo existe
una fuerte tendencia hacia el establecimiento de una gran brecha de salario entre los hombres y
las mujeres: según la región del mundo, las diferencias pueden oscilar entre un 10% y hasta un 30
o 40% menor al salario de los hombres por la misma actividad. Muchas empresas argumentan que
esa diferencia se explica por la necesidad de cubrir muchos costos adicionales que tiene la mujer
por Ley, como los días de embarazo: es por esto que es necesario ajustar la mayoría de las Leyes a
efectos de lograr iguales responsabilidades en la mayor cantidad posible de áreas. Podemos dar
muchos ejemplos como: la obligación de ocultar la condición sexual de una persona para
pertenecer a un determinado trabajo (típico en el caso de los ejércitos). A mi parecer creo que las
discriminaciones más frecuentes serian, acoso sexual, discriminación de género, discapacidad y
por edad.

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