inclusión latinoamericanas”
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Resumen
1
Introducción
1
Herder, J. G. Filosofía de la historia para la educación de la humanidad. Ed. Nova, Buenos Aires, 1950;
p.59
2
Vattimo, G. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna. Gedisa,
Barcelona, 1990; p.17
3
Kapuscinski, R. “El encuentro con el Otro”. En La Nación, 4 de diciembre de 2005.
4
Picotti, D. “El descubrimiento de América y la otredad de las culturas”. En A. Colombres (coord.)A los
500 años del choque de dos mundos. Ediciones del Sol, Buenos Aires, 1993; p. 141
2
donde poder reorganizar nuestra comunidad social, fundada en una convivencia
solidaria, y no en un mero “vivir-juntos”, “acercados”, pero no “comunicados”.
El paradigma “intercultural”
5
Velasco, J. C. “El multiculturalismo, ¿una nueva ideología?” En Hacia una ideología para el siglo XXI.
Akal, Madrid, 2000; p. 150.
6
De Vallescar, D. Cultura, Multiculturalismo e Interculturalidad. Hacia una racionalidad intercultural.
Ed. Perpetuo Socorro, Madrid, 2000.
3
aceptación de las culturas, esta solución es formulada dentro del contexto del
liberalismo y connota una fuerte preeminencia cultural de occidente. Por esto, la autora
española propone una revisión teórica que pasa por la interculturalidad: postula no sólo
el desarrollo de una filosofía intercultural, sino también una racionalidad intercultural.
Para ella en la diversidad humana que se plasma en la diversidad de culturas se constata
la gran medida de comunalidad que comparten todas ellas. Esta comunalidad es
sinónimo de sustrato básico humano de similitud o de invariantes humanos que ponen
de manifiesto que a la igualdad humana corresponde una diversidad tanto intra como
inter cultural. Por eso, la existencia de una pluralidad de culturas se debe a los
diferentes modos posibles de ser humano y, como ninguna cultura es totalmente
homogénea –aún dentro de cada cultura hay diversidad y, por lo tanto, cierto grado de
conflictividad- está sujeta a cambios aún desde su propio interior y a (beneficiosos)
contactos con otras culturas desde el exterior. Esto es un motivo a favor de la
interculturalidad, que considera la alteridad no como una desventaja sino un aporte a la
riqueza de condición humana.
La interculturalidad, según esta autora, no debe ser sólo una actitud intelectual sino un
nuevo comportamiento de los humanos donde la dimensión interreligiosa intercultural
(siguiendo a Raimundo Panikkar) y la dimensión socio-política cultural (en la línea de
Raúl Fornet-Betancourt) juegan un papel central.
4
es experiencia, vivencia, de la impropiedad de los nombres propios con que nombramos
las cosas”7
Para llevar a cabo esta tarea, es necesario superar el marco referencial de la razón
sistemática y sistematizada y reubicarla desde la consulta abierta de sus usos plurales en
las prácticas culturales de la humanidad. Se precisa así una nueva forma de
racionalidad, una revisión de nuestros hábitos del pensar, que para el cubano son
manifestación de una razón, es decir, no se pone en duda la unicidad de la razón sino
que hay una razón filosófica que tiene una polifonía. Esta propuesta alternativa rompe
con ese logos unilateralmente orientado propio de la tradición occidental que constituye
el paradigma de la globalización.
Interculturalidad e inclusión
5
Sin una política intercultural no habrá inclusión posible, porque no basta el modelo
económico del desarrollo sustentable y que la o las culturas permanezcan en su esfera
específica, sin comunicación con los otros ámbitos de la vida humana, como nos
muestra nuestra historia reciente. Para lograr el objetivo de la inclusión social es
preciso, entonces, concebir la cultura como convivencia activa de culturas diversas o
interculturalidad y así constituirse en eje de la política pública: es necesario que la
cultura alcance el ámbito político, es decir, que esté presente en la vida institucional del
pueblo, si no, permanecerá aislada e inactiva. Por eso la interculturalidad deberá
plasmar todos los ámbitos: educación, salud, derecho, economía, seguridad, etc. Sin la
correlación entre política y cultura, la escisión de ambas puede llevar a fenómenos como
el nazismo, que emergió donde existía una cultura floreciente pero restringida a una
esfera propia sin presencia en la vida social de toda la comunidad. Así, la relación entre
interculturalidad e inclusión resulta casi evidente.
Interculturalidad e Identidad
9
Fernández del Riesgo. “Globalización, interculturalidad, religión y democracia”. En: Ilu, Revista de
Ciencias de las Religiones. Vol. 8, 2003; p. 7
10
Ob. cit.; p. 10
6
completamente en una actitud etnocéntrica que nos lleva a considerar que nuestra
propia cultura es la única o la más adecuada para leer e interpretar el mundo. Se vuelve
necesario repensar un modo equilibrado de lo propio y lo ajeno, lo local y lo global. En
este sentido la propuesta intercultural aporta una valoración de cada cultura,
preservando su identidad pero abriéndose a la relación con otras culturas, ya que todas
nacen de la misma experiencia (humana) frente al mundo y todas, con sus consabidas
variantes y diversidades formales, se reiteran en torno a unos ejes axiológicos comunes.
Posibilidades
- Rabbi Hillel: “No hagas a otro lo que no quieres que ellos te hagan a ti”
11
Picotti, D. Ob. cit.; p. 147
12
Küng, H. Una ética mundial para la economía y la política. Ed. Trota, Madrid, 1999; p. 111
7
- Jesús de Nazareth: “Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo
también vosotros”
Tomando como fundamento la analogía del ser de Aristóteles: el ser es uno pero
se dice de diversas maneras, Beuchot aplica el principio a la interpretación de la
diversidad cultural. Sugiere así un multiculturalismo analógico, basado en una igualdad
proporcional con predominio de la diferencia. Procura el respeto por lo otro sin caer en
un relativismo absoluto. El fundamento se encuentra en dialogicidad intersubjetiva del
hombre.
13
Ob. cit.; p. 123
14
Beuchot, M. Tratado de hermenéutica analógica. Hacia un nuevo modelo de interpretación, México,
UNAM-Itaca, 3ª edición 2004
15
Beuchot, M. En Problemas contemporáneos de la Filosofía del derecho. UNAM, México, 2005; p. 56
8
ser sensibles con los contextos, las particularidades y lo analógico para no perder cierta
unidad en medio de las particularidades.
Conclusión
9
modelo teórico y abstracto sino una posibilidad real de búsqueda de un sentido nuevo
para la identidad latinoamericana. A la búsqueda de una nueva humanidad –tan afectada
hoy por la globalización y la exclusión - Latinoamérica aporta un esfuerzo teórico
plasmado en un comportamiento que manifieste la unidad en la diversidad, es decir,
como la llama Fornet-Betancourt, una razón filosófica polifónica.
10