argumentación
Teoría de la
argumentación
jurídica
Derecho y argumentación
Introducción
El texto de Atienza1 comienza subrayando que la práctica del Derecho se ve
dimensionada claramente por la argumentación, y la misma viene a definir la cualidad que
mejor describe a un buen abogado, siempre en relación a la posibilidad para idear y
manejar argumentos con habilidad. A su vez, destaca que no todos los juristas tienen
presentes los avances que ha realizado la Teoría de la Argumentación Jurídica, y hasta
algunos ignoran su existencia.
Los interrogantes a plantear vienen dados por la consigna de qué significa argumentar
jurídicamente y cómo se ha procurado contestar dicha pregunta. Ante ello es posible que
nos encontremos con alguien que posea una gran capacidad argumentativa, y tenga
pocos fundamentos para contestar tales interrogaciones, pero más allá de ello, la
importancia de este análisis radica en la posibilidad de generar una reflexión acerca de
conceptos básicos de la misma teoría y delimitar la noción de argumento deductivo.
1
Atienza, Manuel “Las razones del derecho”, capitulo primero: derecho y argumentación, UNAM,
México, 2003.
2
Surge partir de la segunda mitad del siglo XX, trata racionalmente cuestiones de la conducta
humana, normas y valores; podemos señalar por su importancia la Tópica de Viehweg, la Retórica
de Perelman y más tarde la Teoría Integradora de la Argumentación Jurídica de Mac Cormick.
Estos autores revalorizan la dialéctica y la retórica que habían caído en desuso, a la vez muestran
la insuficiencia de la lógica formal para la resolución de problemas de razonamiento en este
ámbito, ya que la conducta voluntaria y libre se encuentra guiada por valores básicamente.
1
intersubjetiva. Como ejemplo podemos tomar las discusiones sobre la
despenalización del aborto, la eutanasia o del tráfico de drogas.
Fuente: http://pcepuertollano.files.wordpress.com/2008/02/manifestante_pro_aborto_mexico_24abr07_1.jpg
(06/07/2010)
La imagen muestra una manifestante a favor de la despenalización del aborto, este tema
ha sido muy debatido en diversas poblaciones y ciudades, mostrando la adhesión de
muchos grupos como así también la oposición de otros ligados a la Iglesia Católica.
2
mismo y los encargados de tal tarea deben tomar sus decisiones optando por
aquella que consideren mejor.
3
Más adelante ampliaremos este tema en el apartado correspondiente.
3
órganos superiores de la administración de justicia. Resulta importante destacar
que la mayoría de los problemas sobre los que deciden los órganos encargados
de tal tarea, son más bien concernientes a los hechos, por ello algunos
argumentos esbozados en tal instancia caen fuera de la órbita del campo de
estudio de tal disciplina.
Fuente: 3.bp.blogspot.com/.../s320/80nnces.jpg
Esta área se ocupa del contenido material de las normas, es decir para describir
de forma clara y coherente las soluciones previstas para los distintos casos que se
puedan presentar.
4
aplicadores y el dogmático, es que los primeros resuelven un caso concreto4, en
cambio el segundo toma casos abstractos, como sería la determinación de los
límites entre el derecho a la vida y la libertad personal, y cual de ellos debe
prevalecer.
Fuente: www.politica21.org/grapo_archivos/image008.jpg
El anterior es uno de los tantos afiches y panfletos que adherían a la posición del
grupo de los GRAPO, en el módulo siguiente describiremos en profundidad todo lo
que generó esta huelga de hambre que los mismos llevaron adelante, en aquel
momento en España.
Debemos resaltar que nunca esta distinción es del todo tajante ya que, el práctico
necesitará recurrir a criterios brindados por la dogmática, dado que no siempre un
tribunal resuelve un caso concreto, puede situarse por ej. ante la controversia de si
una ley es inconstitucional, si así enfrentarse con un caso de los que trata la
dogmática y por otro lado ésta deberá apoyarse en casos concretos de igual
manera.
4
Atienza menciona el ejemplo de los presos de los Grupos Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO),
quienes declararon, en 1989, huelga de hambre como medida para conseguir determinadas mejoras en su
situación carcelaria. Diversos jueces y audiencias se pronunciaron acerca de si cabía o no la alimentación por
la fuerza de dichos reclusos. La solución fue autorizarla cuando estuvieran en estado de plena consciencia;
otros entendieron que sólo lo podían hacer estando inconscientes.
5
Contexto de descubrimiento y de justificación: explicar y justificar
Los órganos jurisdiccionales generalmente deben justificar sus decisiones más que
explicarlas. Según Mac Cormick una decisión será justificada si cumple con los siguientes
requisitos:
6
Fuente: www.fiqus.unl.edu.ar/galileo/images/Juicio.jpg (05/08/2004)
Juicio a Galileo acusado de hereje
“Las razones explicatorias se identifican con los motivos. Ellas están constituidas
por estados mentales que son antecedentes causales de ciertas acciones. El
caso central de razón explicatoria o motivo dado está dado por una combinación
de creencias y deseos (…) las razones justificatorias u objetivas no sirven para
entender por qué se realizó una acción o eventualmente para predecir la
ejecución de una acción, sino para valorarla, para determinar si fue buena o
mala desde distintos puntos de vista.”5
De todas maneras esta diferenciación de ambos, nos llevará a distinguir dos perspectivas
de análisis de las argumentaciones:
5
Nino, Carlos. Introducción a la filosofía de la acción humana”. EUDEBA, Buenos Aires, 1985. Pág. 126
7
cómo se decide y argumenta, sugiere que hacer para disminuir el peso de los
prejuicios, otorgando más relevancia a otros elementos; o bien bajo que
condiciones los juicios con jurados, pueden ser tan fiables como los que se
componen de jueces profesionales. Con respecto a este tema se han realizados
estudios que evidencian que el arribo a una decisión varia si el grupo que
compone el jurado es homogéneo y coherente, es factible que se pongan de
acurdo de una manera casi prematura, sin examinar de forma consistente la
información de la que disponen, un grupo minoritario estimula la reflexión sobre la
situación, brinda soluciones nuevas que podrían haber pasado desapercibidas otro
punto a tomar en cuenta es si la toma de decisiones con voto mayoritario o por
unanimidad. Este es el caso de Francia y de EEUU el segundo, lo que implica el
acuerdo de todos los miembros, a diferencia del caso francés en donde al llegar a
la mayoría se detienen la deliberaciones. en general la valoración que se hace de
este tipo de decisiones es que reflejan el interés colectivo, el examen y
confrontación de las opiniones conduce a que el veredicto pueda ser considerado
como justo dado este proceso y su conformación.
2) En otro extremo encontramos la visión de otras disciplinas que analizan bajo que
condiciones un argumento puede considerarse justificado. Podemos hablar de
justificación formal de los argumentos (cuando éste es formalmente correcto) y de
justificación material (cuando puede considerarse que un argumento resulta
aceptable); lo que nos permite distinguir además entre lógica formal deductiva y
lógica informal (tópica y retórica).
8
La teoría estándar de la argumentación jurídica se ubica en esta última visión, es decir, en
el contexto de justificación de los argumentos y con pretensiones tanto descriptivas como
prescriptivas. Parten del hecho de que las decisiones deben ser y pueden ser justificadas
se oponen tanto al:
Con respecto a la segunda podemos mencionar la visión del realismo americano que
postula lo mencionado allí, concluyendo que las decisiones del juez, no son más que el
basamento en sus impulsos y no en las leyes o principios.
Manuel Atienza manifiesta su oposición a estas posturas, ya que ve como imposible que
el proceso mental del juez vaya de la conclusión a las premisas y que la decisión sea fruto
de perjuicios; ello no anula la necesidad de justificar la decisión ni convierte esta tarea en
algo imposible.
6
La carta robada y otros relatos de misterio; los crímenes de la rue morgue; el misterio de Marie Roget . Poe,
Edgar Allan. 1° Edición, Barcelona, 2008. Pág. 33
9
“Auguste Dupin (el precursor de Sherlock Holmes, el padre Brown, Hércules Poirot,
etc.) recibe un día la visita del prefecto de la policía de París, que le consulta sobre el
siguiente problema. Un documento de la mayor importancia ha sido robado de las
habitaciones reales. Se sabe que el autor del robo es el ministro D., quien usa la carta
como instrumento de chantaje contra la dama que la redacta. El ministro debe tener la
carta oculta en algún lugar de su casa, pero el prefecto, a pesar de haber efectuado
un minucioso y sistemático registro, no logra dar con ella. Dupin consigue hacerlo
merced a un proceso de razonamiento, que, grosso modo, es el siguiente: si la carta
hubiese estado al alcance de la búsqueda, los agentes la habrían descubierto, y, como
la carta tiene que encontrarse en el domicilio del ministro, ello quiere decir que la
policía ha buscado mal. Dupin sabe que el ministro es una persona audaz e inteligente y
que, además, posee no solamente una inteligencia matemática, sino también—si se
puede llamar así— una inteligencia poética. El ministro pudo prever, por tanto, que su
casa iba a ser registrada por la policía y que los hombres del prefecto buscarían en
todos aquellos sitios en donde se supone que uno puede dejar un objeto que desea
ocultar. De ahí infiere Dupin que el ministro tuvo que dejar la carta en un lugar muy
visible pero, precisamente por ello, inesperado. Y, en efecto, Dupin encuentra la carta
en una tarjeta de cartón que colgaba de una cinta azul sobre la chimenea arrugada y
manchada (como si se tratara de algo sin importancia) que exhibía un tipo de letra en
la dirección y un sello de características opuestas a las de la carta robada (pues la
misma había sido dada la vuelta como un guante). Dupin explica así el fracaso del
prefecto: “La causa remota de su fracaso es la suposición de que el ministro es un
imbécil porque ha logrado fama de poeta. Todos los imbéciles son poetas; así lo siente
el prefecto e incurre en una non distributio medii al inferir que todos los poetas son
imbéciles.”
De acuerdo con el relato, el prefecto ha cometido un error de tipo lógico, una falacia, ya
que de la afirmación: Todos los imbéciles son poetas, no se infiere lógicamente: Todos los
poetas son imbéciles. A partir de esta afirmación, el prefecto ha efectuado un argumento
lógicamente válido, pero con una premisa falsa:
Ahora estamos, podemos entender mejor la noción de argumento lógico definiéndola así:
una implicación o una argumentación es válida (deductivamente), cuando la conclusión
necesariamente es verdadera si las premisas son verdaderas.
10
Fuente: http://fterrazas.wordpress.com/club-de-lectura/03-narraciones-extraordinarias/ (17/02/2010)
Caricatura que muestra al célebre escritor Edgar Allan Poe, creador del texto que
acabamos de comentar.
11
pero que no lo son y se denominan falacias7. La lógica formal deductiva sólo nos provee
instrumentos adecuados para hacerle frente a las falacias formales, y como ya
analizamos las de carácter no formal son frecuentes y usuales en la argumentación.
Como vemos, carece de validez lógica, ya que no es necesario que un sujeto que
establece la regla deba también establecer la aplicación particular de tal regla; no resulta
raro que alguien formule una regla general y evite su aplicación cuando el mismo se vea
afectado. Si A acepta como moralmente obligatoria la regla que se deben mantener las
promesas (todas y en cualquier circunstancia) y acepta como verdadera la promesa que
le hizo a B de acompañarlo al cine, y sin embargo sostiene que, a pesar de ello, no
considera que deba acompañar a B al cine ese día, su comportamiento resulta irracional.
Pero hay que tener en cuenta que la lógica es una disciplina prescriptiva: no dice como
los hombres razonan de hecho, sino cómo deberían hacerlo.
En la vida cotidiana atribuimos a las inferencias prácticas, la misma validez que las
teóricas. Con todo esto podemos expresar que si la lógica no se aplica al derecho
estamos incurriendo en una confusión de los términos del problema, debemos desglosarlo
en dos preguntas, por un lado:
7
En el módulo 1 se desarrolló el tema falacias.
12
1) La relación que guardan entre sí las normas válidas, ¿son relaciones de tipo
lógico?
La respuesta es obviamente negativa ya que es posible que a un mismo sistema
pertenezcan normas contradictorias. Por ej. pueden coexistir en un mismo sistema las
siguientes normas: se deben cumplir todas las promesas y no tengo por que cumplir la
promesa que le hice a B.
13
Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
14
Silogismo
judicial
Teoría de la
argumentación
jurídica
Silogismo judicial
Entre los motivos de insatisfacción mencionados con antelación podemos añadir la
definición de argumento válido deductivamente, que comúnmente encontramos en todo
libro de lógica, referidas a proposiciones que pueden ser verdaderas o falsas. Lo que
sucede es que en el derecho, la moral, etc. los argumentos versan sobre un tipo de
enunciados de los que no es relevante predicar su verdad o falsedad (por ej. las normas).
De ello se derivó el problema sobre si la lógica es aplicable o no a las normas, ante lo cual
Kelsen sostuvo que la misma no lo era; tales reglas son aptas para el silogismo teórico,
basado en un acto de pensamiento, y no al práctico o normativo, en el que una de las
proposiciones esbozadas es una norma.
Como vemos, carece de validez lógica, ya que no es necesario que un sujeto que
establece la regla deba también establecer la aplicación particular de tal regla; no resulta
raro que alguien formule una regla general y evite su aplicación cuando el mismo se vea
afectado. Si A acepta como moralmente obligatoria la regla que se deben mantener las
promesas (todas y en cualquier circunstancia) y acepta como verdadera la promesa que
le hizo a B de acompañarlo al cine, y sin embargo sostiene que, a pesar de ello, no
considera que deba acompañar a B al cine ese día, su comportamiento resulta irracional.
Pero hay que tener en cuenta que la lógica es una disciplina prescriptiva: no dice como
los hombres razonan de hecho, sino cómo deberían hacerlo.
En la vida cotidiana atribuimos a las inferencias prácticas, la misma validez que las
teóricas. Con todo esto podemos expresar que si la lógica no se aplica al derecho
estamos incurriendo en una confusión de los términos del problema, debemos desglosarlo
en dos preguntas, por un lado:
1
1) La relación que guardan entre sí las normas válidas, ¿son relaciones de tipo
lógico?
La respuesta es obviamente negativa ya que es posible que a un mismo sistema
pertenezcan normas contradictorias. Por ej. pueden coexistir en un mismo sistema las
siguientes normas: se deben cumplir todas las promesas y no tengo por que cumplir la
promesa que le hice a B.
Este tipo se denomina usualmente silogismo judicial o jurídico y sirve al mismo tiempo
como esquema para el silogismo práctico o normativo que tratamos anteriormente. La
primera premisa enuncia una norma general y abstracta de un hecho que es la condición
para una consecuencia jurídica (obligación, permisión o prohibición) que debe seguirse
cuando se realiza el supuesto de hecho. La segunda premisa es la situación en que se
produjo el hecho, cayendo bajo el supuesto de hecho de la norma. Y por último la
conclusión establece que se debe anudar la consecuencia jurídica prevista por la norma.
Este esquema nos plantea algunos inconvenientes, el primero que podemos esbozar es
que hay supuestos en que la conclusión del silogismo no muestra el fallo de la sentencia
sino un paso previo a al misma. En el caso analizado no queda establecido que A y B
deben ser condenados a prisión mayor, sino a la pena concretan de ocho años y un día
de prisión mayor.
2
Cuando no concurren circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, los
tribunales impondrán la pena en grado mínimo o medio atendiendo a la gravedad del
hecho y a la personalidad del delincuente (artículo
61.4º del Código Penal).
Por tanto, A y B deben ser condenados a la pena de ocho años y un día de prisión mayor
(es el mínimo de pena permitido por la ley).
Esta última nos muestra el fundamento en juicios de valor ya que “gravedad del hecho” y
“personalidad del delincuente” no son términos referentes a hechos objetivos y
verificables; sin duda alguna el arbitrio judicial tiene un papel fundamental en esta
determinación. Como vimos, el silogismo judicial no nos permite hacer una reconstrucción
satisfactoria del proceso de argumentación porque las premisas de las que se parte
pueden necesitar a su vez justificación, sumado a que la argumentación en tal ámbito es
3
entimemática. Dicha característica obliga a añadir premisas a las explícitas para
reconstruir un proceso argumentativo.
Otra distinción que podemos realizar en este tipo de silogismo es en lo que hace a
“enunciado normativo” y “enunciado performativo”, éste tiene que ver con el acto
lingüístico de la condena, en cambio el primero expone que Ay B deben ser condenados.
Con ellos se lleva a cabo un paso del plano del discurso al de la acción, un paso que cae
ya fuera de la competencia de la lógica, tal como expone Atienza8.
Este silogismo denominado también “práctico prudencial”, evidencia las distintas etapas
que transita el juez para poder decidir en el litigio. La determinación de las premisas
conlleva al control de la legalidad y razonabilidad de las sentencias, esto es, que las
sentencias sean producto de la razón y no de caprichos personales, se exige que las
resoluciones sean fundamentadas.
La premisa menor tiene carácter débil y se la considera materia opinable, ella se deriva de
los hechos y debe ser reforzada con argumentos, los jueces deben guiarse por reglas de
la experiencia, según el orden las cosas y el sentido común, para que las valoraciones de
prueba no sean absurdas o descabelladas. En este momento es auxiliado por peritos que
poseen conocimientos técnicos, científicos, artísticos, etc. que contribuirán a fijar los
hechos. Al mismo tiempo los califica jurídicamente por subsunción, es decir, inserta el
hecho en un caso universal para comprobar si tiene las características. Como vemos la
determinación de las premisas termina siendo simultánea; de esta manera se va ir
perfilando el caso, una vez que se cuenta con las premisas la conclusión fluye sola a
partir de las mismas.
El paso siguiente será el mandato, es decir que teniendo en cuenta los datos y normas
aplicables establece la conducta para cada una de las partes. Cabe mencionar que las
premisas normativas dejan un margen a la discrecionalidad del juez quien debe
fundamentar y justificar sus decisiones.
8
Atienza, Manuel. “Las razones del derecho”, capítulo primero: Derecho y argumentación. UNAM,
México, 2003. Pág. 16
4
Comúnmente se utiliza el razonamiento por analogía al cual hay quienes lo consideran
prototipo de argumento jurídico.
Veamos un caso:
Otra clase de argumentos usados con frecuencia para establecer la premisa normativa es
la reducción al absurdo. Este argumento de la manera que la utilizan los juristas, suele ir
más allá de una simple deducción, debido a las siguientes razones:
“Si bien el derecho de objeción de conciencia puede ser y de hecho es una causa de
exención del servicio militar, no es sólo eso, porque si así fuera sería una desmesura
calificarlo de fundamental”.
5
6. Por tanto, no cabe suponer que el derecho de objeción de conciencia sea sólo una
causa de exención del servicio militar.
Además de casos simples hay también casos difíciles de quienes se ocupa especialmente
la teoría de la argumentación jurídica; en ellos la tarea de establecer la premisa fáctica y/o
la premisa normativa requiere nuevas argumentaciones que pueden o no ser deductivas.
Wróblewski (1971 y 1974) ha llamado al primer tipo de justificación “interna” haciendo
alusión a la validez de una inferencia a partir de premisas dadas. Al segundo tipo de
justificación, la cual somete a prueba el carácter fundamentado de sus premisas, la
denominó justificación externa.
La primera refiere a una cuestión de lógica deductiva, pero en la justificación externa hay
que ir más allá de la lógica en sentido estricto. Las teorías de la argumentación jurídica se
ocupan fundamentalmente de este segundo tipo de justificación.
Síntesis conceptual
6
los encargados de decidir cuál de las partes en conflicto tiene razón y
prescribir la conducta a realizar.
Los abogados defienden los derechos e intereses de su cliente y deben
convencer al juez de su razón, apoyado en buenos argumentos.
Nunca esta distinción es del todo tajante ya que, el práctico necesitará recurrir a
criterios brindados por la dogmática y viceversa, cuestión que nos habla de la
interconexión de dichos contextos.
7
La teoría estándar de la argumentación jurídica se ubica en el contexto de
justificación, con pretensiones descriptivas y prescriptivas. Postulan que las
decisiones deben ser y pueden ser justificadas.
Silogismo judicial una premisa enuncia una norma general y abstracta de un hecho
condición para una consecuencia jurídica que debe seguirse cuando se realiza el
supuesto de hecho. La segunda premisa es la situación en que se produjo el
hecho y la conclusión establece que se debe anudar la consecuencia jurídica
prevista por la norma. Las premisas de las que se parte pueden necesitar
justificación dado que la argumentación en tal ámbito es entimemática, lo cual
obliga a añadir premisas a las explícitas a reconstruir el proceso argumentativo.
Enunciado normativo y performativo (éste como acto lingüístico de la condena)
paso del plano del discurso al de la acción cae fuera de la competencia de la
lógica.
8
Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
9
Lógica de los
sistemas
normativos
Teoría de la
argumentación
jurídica
Lógica de los sistemas
normativos
Introducción
La Deontología es la rama de la ética que estudia los fundamentos del deber y las normas
morales, junto con la axiología son las ramas principales de la ética normativa; supone
obrara de acuerdo a un código definido de antemano, si nos apartamos del mismo la
actitud se calificaría de no- ética. La lógica deóntica utiliza normas como son “prohibido el
paso “o “todo ser humano es libre para expresar su pensamiento”, en base a ellas utiliza
un lenguaje simplificado, en el último caso sería:
1
Georg Heinrik von Wright
Una de las objeciones recurrentes que se le hacen al sistema estándar es dicha pérdida
de contingencia, pues, por ejemplo, si bien es verdad que 2 + 2 = 4 ¿por qué este hecho
tiene que ser considerado como obligatorio? La respuesta posible a dicha objeción seria
que un hecho que es verdadero en todos los mundos posibles lo será también en los
mundos que son considerados como obligatorios (suponiendo que 2 + 2 = 4 sea verdad
en TODO mundo posible, entonces también será verdad en cualquiera de los mundos
posibles que un legislador ordene que eso ocurra).
Todo el resto de su vida, Von Wright abrió nuevas líneas de investigación en lógica
deóntica. En particular, en materia de lógica de la acción y lógica deóntica con
modalidades condicionales o relativas.
Aporte latinoamericano
Si bien podría pensarse que la lógica deóntica contemporánea nació como una creación
escandinava (dada la nacionalidad de los padres fundadores Von Wright y Kanger,
inspirados por la escuela realista escandinava de filosofía del derecho), otras importantes
contribuciones han surgido en los Estados Unidos, en el resto de Europa y en América
Latina. En esta última región, destacan los trabajos pioneros de los argentinos Carlos
2
Alchourrón y Eugenio Bulygin9 así como los trabajos del primero de ellos en lógica no
monotónica.
Pero dicha regla no es válida en lógica no monotónica, pues una premisa puede derrotar
una conclusión que era válida. Ejemplo:
Como resulta evidente intuitivamente, el conyunto Pr en la segunda premisa (que hace las
veces de una excepción) altera la validez general de la conclusión Oq. Sin embargo, en
lugar de exigir que la primera premisa contenga una lista exhaustiva de excepciones, las
lógicas no monotónicas admiten que existen premisas derrotables.
Veamos un ejemplo:
Las personas de 18 años nacidas en la Argentina deberán hacer el servicio militar. Las
mujeres están eximidas de cumplir el servicio militar.
Los extranjeros que adquieren la ciudadanía después de los 18 años no están obligados a
cumplir el servicio militar.
9
En esta oportunidad trataremos el texto: Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología
de las ciencias jurídicas y sociales”. Introducción, primera parte y capítulo primero.
3
Sistematización:
Los ciudadanos argentinos de sexo masculino de 18 años deben hacer el servicio militar.
La proliferación de las lógicas deónticas genera la dificultad de decidir cual de los
sistemas reconstruye mejor los conceptos normativos y cuales más útil. Debemos
considerar la falta de una base pre analítica para las investigaciones formales.
Generalmente cuando hablamos de obligaciones, permisión o prohibiciones pensamos en
normas morales, pero ellas tomadas como fundamento pre analítico para construcción de
una lógica de normas nos presenta algunos inconvenientes según Alchourrón y Bulygin.
Tales son:
Por ello, es evidente resaltar las virtudes de las normas jurídicas con respecto a las
morales, ellas son:
Mayor facilidad para identificarlas, por ser creadas en actos conscientes de los
hombres y registradas en forma escrita (derecho positivo).
Existencia de disciplina científica que se ocupa de la descripción y sistematización
de las mismas. Carácter científico de la jurisprudencia.
Problemas lógicos y metodológicos (completitud, coherencia, independencia) de
los sistemas normativos han sido analizados fehacientemente por juristas y
filósofos.
4
Fuente:
http://1.bp.blogspot.com/_TMQXAcOzZGY/SC5ar2ZhlII/AAAAAAAAABc/lVltJBXVrAQ/S760/Copia%
2Bde%2BEsquema%2BEtica.jpg (12/04/2010)
Este divorcio entre la Lógica y el Derecho ha traído graves consecuencias para la última
de las ciencias mencionadas, ya que no ha prestado atención a las investigaciones de
conceptos normativos de los últimos tiempos, como así también de estudios
metodológicos y de fundamentación de las ciencias formales y empíricas. La Ciencia
Jurídica sigue trabajando con las herramientas tradiciones. Cabe mencionar que ella no
puede clasificarse como ciencia empírica o formal, tiene sus rasgos peculiares que la
ubican dentro de las ciencias normativas como categoría autónoma.
5
eliminación de las contradicciones en las normas jurídicas es uno de los objetivos más
importante de esta ciencia.
Resumiendo
Las ideas de:
COHERENCIA
COMPLETITUD E INDEPENDENCIA fundamento adecuado para la
reconstrucción racional
NOCIÓN DE SISTEMA JURÍDICO
Con esto se supone que todo análisis del problema de lagunas requiere la determinación
de cada uno de los tres términos de la relación. La omisión de esta tarea se ve en el
fracaso de los teóricos de la materia en sus intentos de solucionar este problema. La
noción de sistema jurídico como conjunto de normas validas cuya validez es derivada de
laguna fuente común: el soberano (Austin), la norma básica (Kelsen) o la regla de
reconocimiento (Hart).Según Alchourrón y Buligyn reviste poca utilidad para la ciencia
jurídica, ya que no analizan los problemas de completitud o coherencia en relación a todo
el ordenamiento.
6
Fuente: http://wladimirmartinez.blogspot.com/2008/06/piramide-kelseniana.html
Muchos de los problemas típicos de la ciencia jurídica pueden reconstruirse como temas
referidos a la sistematización de los enunciados; las ideas de completitud, coherencia e
independencia, desempeñan un papel muy importante siendo la más controvertida la
primera sin duda alguna.
Caeríamos en un error si creemos que este proceso sistematizador tiene que ver con la
tarea que los juristas hacen, sino más bien está centrada en la reconstrucción de algunos
7
ideales de la Ciencia del Derecho; ellos son fundamentales para realizar un estudio
racional de esta disciplina.
Consideraciones metodológicas
La explicación de un concepto es un método por el cual un concepto inexacto es
transformado en uno más exacto, sería una sustitución de uno vago por otro de carácter
riguroso. El que se quiere explicar se llama EXPLICANDUM y el nuevo que lo va a
sustituir: EXPLICATUM.
8
correspondiente a la noción de completitud normativa. En adelante será nuestro hilo
conductor.
“Un modelo abstracto no puede reproducir toda la realidad, pero no hay ningún aspecto
de la realidad que no pueda ser reproducido por algún modelo”.10
Para todo aspecto del concepto que nos interesa especificar, puede construirse un
explicatum adecuado.
10
Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales”.
Introducción, primera parte y capítulo primero. Pág. 19
9
Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
10
Problemas
normativos
Teoría de la
argumentación
jurídica
Problemas normativos
Para construir el modelo elegimos un problema normativo debatido en Derecho Civil
argentino, el mismo tiene que ver con la reivindicación de cosas inmuebles contra terceros
poseedores. Cuando una persona que posee un inmueble (su propiedad no le pertenece)
la trasfiere a un tercero. Los autores plantean las siguientes interrogaciones:
¿En qué circunstancias el propietario del inmueble puede reivindicarlo contra el tercero
poseerlo?
Para clarificar el panorama necesitamos saber si una acción (restitución del inmueble en
este caso) es obligatoria o no, es decir, el status normativo de la misma; la misma se
realiza dentro de un conjunto de situaciones denominadas Universo de Discurso. Los
estados de cosas que pertenecen a este universo son los elementos, ellos comparten
propiedades en común que conforman una propiedad definitoria. Por lo tanto, podremos
definir al universo de discurso como el conjunto de todos los elementos identificados por
una determinada propiedad.
10
Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales”.
Introducción, primera parte y capítulo primero. Pág. 19
1
Según Alchourrón y Bulygin “un problema normativo puede ser considerado como una
pregunta acerca del status deóntico de ciertas acciones o conductas, es decir, su
permisión, prohibición u obligatoriedad”.11 Las acciones básicas son las que hacen que
todas las demás sean compuestos veritativo-funcionales de las mismas. En consecuencia
el conjunto de acciones básicas conformará lo que se llama el Universo de Acciones.
Según el caso planteado tenemos una sola acción básica que es la restitución del
inmueble a su propietario.
Los dos universos que comentamos enmarcan el ámbito del problema, si se registra una
variación en alguno de ellos influirá en que varíe de igual forma el problema.
Ej.:
11
Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales”.
Introducción, primera parte y capítulo primero. Pág. 21
2
ser tenidas en cuenta; la selección de las que sean relevantes configura un problema de
valoración.
Algunas parecerán irrelevantes como por ej. el color de piel del propietario, dado que
existe un consenso unánime acerca de determinados valores. Las que son relevantes en
este caso son las siguientes:
Aclaremos que buena fe tiene que ver con la ignorancia de que el dominio de inmueble
pertenece a un tercero, por ende el conocimiento de tal situación conforma su polo
opuesto o mala fe.
Estas tres circunstancias mencionadas son las propiedades de los elementos del universo
del discurso. Ellas lo dividen por un lado, la clase en los que la propiedad está presente y
la que no. Por ello, el conjunto de propiedades que pueden estar presentes o ausentes en
los elementos del universo mencionado, se denomina Universo de Propiedades.
3
determinadas en ese caso. Las que no son maximales se llaman parciales, pero para la
construcción de un modelo necesitamos tomar las de carácter maximal.
Como ya dijimos el problema tomado está regulado por el Código Civil argentino en los
art. 2777 y 2778. Los mismos tienen como fuente el proyecto de Código Civil del jurista
brasileño Freitas; los artículos relevantes del mismo son:
Art. 3877, inc. 29: “Compete la reivindicación, cuando la cosa demandada fuere
inmueble... contra el actual poseedor, aunque la hubiese de buena fe por título oneroso, si
la hubo de enajenante de mala fe...”
Inc. 2º: “Contra el actual poseedor, que de mala fe la hubo de enajenante obligado a
restituirla al reivindicante.”
Art. 3882, inc. 1º: “Tampoco compete la reivindicación, ya sea mueble o inmueble la cosa
demandada, contra el poseedor de buena fe que la hubo por título oneroso de enajenante
de buena fe...”
A partir del análisis de los mismos es posible realizar un gráfico o matriz que represente el
sistema, con los casos elementales posibles del mismo, las normas y las soluciones
inferidas de las mismas. Para una mayor ilustración recurrir al material bibliográfico
obligatorio.
4
Un sistema normativo es incompleto si tiene por lo menos una laguna, aquel que
no posee ninguna es completo.
Por otro lado, es incoherente si figuran dos o más soluciones diferentes e
incompatibles para un caso.
Variaciones de modelo
De las definiciones anteriores podemos concluir que nuestro sistema que hemos
construido y analizado es completo, coherente y redundante, esto último dado que varios
casos están solucionados de la misma manera y por normas distintas.
5
Procedimientos:
Extender el alcance
INCOHERENCIA
Suprimir
Encontramos autores que estipulan que la posibilidad de solucionar todos los casos por
medio del uso del argumento a contrario, esto tiene carácter injustificado ya que puede
suceder que el mismo argumento no conduzca a soluciones incompatibles. Sin dudas el
resultado dependerá de las normas que elijamos como premisas del argumento.
6
1. Principio de jerarquía normativa.
2. Principio de temporalidad o de sucesión de normas, la ley posterior deroga a la
anterior.
3. Principio de especialidad, la que prevalece de la general.
4. Principio de competencia.
5. Principio de aplicación analógica.
6. Principio de supremacía de la Constitución.
7. Principio de sujeción al sistema de fuentes.
8. Principio de publicidad normativa.
9. Principio de estabilidad de las normas.
10. Principio de generalidad y permanencia de las normas.
11. Principio de imperatividad.
Art. 2777: “Compete también [la reivindicación] contra el actual poseedor de buena fe que
por título oneroso la hubiere obtenido de un enajenante de mala fe...”
Art. 2778: “Sea la cosa mueble o inmueble, la reivindicación compete... contra el actual
poseedor, aunque de buena fe, si la hubo por título gratuito...”
Cabe mencionar que esto ha generado una larga discusión acerca de la solución
correspondiente, no enumeraremos los argumentos esgrimidos no resaltaremos el
reconocimiento explícito o no, de la existencia de laguna en este caso.
7
tengan solución (implica que sepamos cuales son todos los casos posibles), también que
las soluciones sean completas, es decir que todas las acciones posibles estén
normativamente determinadas.
universo de casos.
universo de soluciones maximales.
sistema normativo.
Síntesis conceptual
Es difícil decidir cuál sistema reconstruye mejor los conceptos normativos y es más
útil.
8
Generalmente pensamos en normas morales pero éstas, tomadas como
fundamento para la construcción de una lógica de normas, presentan algunos
inconvenientes como:
EXPLICATUM.
Etapas del proceso de explicación:
Elucidación informal del EXPLICANDUM.
Construcción del EXPLICATUM.
9
Para construir el modelo elegimos un problema normativo, necesitamos conocer
el status normativo de la acción; la misma se realiza dentro de un conjunto de
situaciones denominadas Universo de Discurso.
El conjunto de todos los casos posibles determina el ámbito factico del modelo.
10
Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
11
N° 77, 2016
pp. 381-403
https://doi.org/10.18800/derechopucp.201602.015
* Texto ganador del «Premio al mejor trabajo de investigación» en el Primer Encuentro Internacional
de Estudiantes de Derecho Procesal de Pregrado, Proceso y Constitución, llevado a cabo en el
marco del VI Seminario Internacional de Derecho Procesal: Proceso y Constitución (Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima, 26 al 29 de abril de 2016).
** Estudiante de cuarto año de Pregrado en Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Monitora del Departamento de Derecho Financiero y Bursátil de la misma casa de estudios.
Miembro del Observatorio de Derecho Financiero y Bursátil desde el año 2015. Correo electrónico:
laura_celis.g@hotmail.com
*** Estudiante de cuarto año de Pregrado en Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Aspirante a Monitor de Derecho Romano en la misma casa de estudios. Miembro de la delegación
de estudiantes que representó a la universidad en elI Concurso Nacional de Derecho Romano:
Eduardo Álvarez Correa. Correo electrónico: williamhernandezmendoza@hotmail.com
**** Estudiante de quinto año de Pregrado en Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Monitor del Departamento de Derecho Procesal de la misma casa de estudios. Miembro del
Semillero de Derecho Procesal de la Universidad Externado de Colombia 2015. Ponente de la
delegación de estudiantes que representó a la Universidad Externado de Colombia en el Primer
Encuentro Internacional de Estudiantes de Derecho Procesal de Pregrado. Correo electrónico:
larc45-65@hotmail.com
382 Constitution in 1991. This implies that the judge’s function was affected and
suffered relevant changes, particularly in duties such as the motivation of
judicial providences and the search for real justice in concrete cases. As a
consequence of these relevant changes, now judges must pay special attention
to the constitutional precedent and the charges imposed on them in order to
avoid sanctions like the annulment of their judgments through the «vías de
hecho» doctrine. These limitations and consequences were issued with the
aim of protecting fundamental rights, and making the legal system dynamic
and coherent.
I. INTRODUCCIÓN
El precedente en Colombia ha sufrido profundas transformaciones
en los últimos veinticinco años, mutando el sistema centenario que
acompañó a la Constitución de 1886, con el propósito de garantizar
383
los derechos fundamentales y dar coherencia al sistema jurídico LAS CARGAS DEL
JUEZ FRENTE A
colombiano. Actualmente, se ha ampliado el poder otorgado al juez para
LOS DESAFÍOS
decidir apartándose de la ley, no contrariándola, sino acudiendo a otras
DEL PRECEDENTE
fuentes, como los principios generales del derecho y la jurisprudencia.
CONSTITUCIONAL
Esta última ha sido relevante para Colombia, ya que por esta vía se
A PROPÓSITO DE
han conquistado muchos de los derechos que en algún momento LA MOTIVACIÓN Y
eran impensables. En esta labor, hay que destacar el papel de la Corte ARGUMENTACIÓN
Constitucional colombiana. DE LOS FALLOS
Este trabajo responderá a la siguiente interrogante: ¿existe limitación THE JUDGE’S
a la autonomía de los jueces ordinarios por la imposición de cargas OBLIGATIONS
argumentativas dadas por la Corte Constitucional colombiana a IN FRONT OF
través del precedente? Con el objetivo de analizar la posición del juez CHALLENGES
al momento de optar por una posición frente a las controversias ante OF THE
él presentadas, se procederá de la siguiente manera: en primer lugar, CONSTITUTIONAL
se reconstruirá el concepto de independencia judicial en relación con PRECEDENTS
la exigencia de motivar la sentencia, pasando revista a ordenamientos WITH REGARD
extranjeros en cuanto al deber de motivar la sentencia. Así, en un TO MOTIVATION
segundo momento, se revisará cómo se llega a la protección de derechos OF THE JUDICIAL
constitucionales, a través de cargas argumentativas, impuestas al juez PROVIDENCES
por «las vías de hecho». Finalmente, en una tercera parte se recogerán
las ideas preliminares, para afirmar la existencia de una limitación a la
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
autonomía del juez a través de cargas argumentativas impuestas por la
Corte Constitucional colombiana.
II. LA R E CO N S T R U CC I Ó N DEL CO N C E P TO DE
INDEPENDENCIA JUDICIAL D E S D E L A E X I G E N C I A
D E M OT I VA R L A S E N T E N C I A
En el presente acápite esbozaremos los deberes a los que se encuentra
sometido el juez a la hora de dictar una providencia1, pues, como se
explicará a continuación, en el Estado neoconstitucional el principal
deber de quiénes tienen la potestad de administrar justicia es asegurar
los principios y valores que inspiran el ordenamiento jurídico, lo cual va
más allá de la simple subsunción de los hechos en la norma.
2 Aunque sin esta denominación, este concepto fue tratado por Aristóteles en su Política, donde indicó
que, para la correcta organización de las polis, se requería el correcto balance de tres elementos: la
asamblea general, el cuerpo de magistrados y el cuerpo judicial.
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
de crear normas jurídicas para resolver controversias y asegurar los
principios constitucionales. Por ello, es necesario exponer los límites
que se imponen al juez en el momento de ejercer su libertad creadora
de derecho. A este respecto, la Corte Constitucional colombiana, en
sentencia de tutela T-446 de 2013, afirmó que:
La autonomía judicial debe respetar ciertos límites al momento de
interpretar y aplicar la ley. En este sentido, la actividad de los jueces
estaría condicionada por: (i) la posibilidad de que el juez superior
controle la interpretación del juez inferior mediante los mecanismos
procesales de apelación y consulta; (ii) el recurso de casación cuya
3 Debe aclararse que, así como existe una legítima intromisión de los demás poderes del Estado en
la actividad judicial, también existe un grado de interferencia legítima de los demás jueces en la
actividad judicial de sus pares. Este grado de interferencia legítima está dado por los recursos que el
legislador designa para controlar las decisiones proferidas por los jueces.
4 Ello no solamente se consagra en las Constituciones, sino también en los códigos de ética judicial
que se han producido en Europa, Estados unidos e Iberoamérica.
5 Ello no supone que el juez es infalible o que su poder es soberano. Hay que recordar que el juez
siempre está sometido a la legalidad, a fallar en derecho, conforme a las razones que el derecho le
otorga, es decir, conforme al sistema de fuentes del derecho que impere en la sociedad en la cual
esté ejerciendo su labor.
6 En este sentido, le es viable a los jueces acudir a los principios que inspiran el ordenamiento, con la
posibilidad de llegar incluso hasta la buena fe y la equidad.
7 Solamente la correcta motivación de las providencias judiciales puede evitar que la providencia
pueda ser considerada como arbitraria, pues, a pesar de que la providencia esté motivada, puede
determinarse que dicha motivación resulta aparente, es decir, inexistente, por indebida motivación de
la providencia.
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
II.2.2. La necesidad de la motivación de la sentencia en España y Perú
En el derecho comparado, podemos observar que, para la mayoría de
ordenamientos latinoamericanos y (en general) para los pertenecientes
al civil law, existe un consenso en la consideración del deber de motivar
las providencias judiciales como un derecho de orden constitucional
(Fiss, 2003).
En cuanto a España, se puede decir que la motivación «está configurada
por las causas psicológicas que determinan la decisión, así como por las
razones de hecho y de derecho en que se sustenta ella. Para algunos
es equivalente a la fundamentación, y en virtud a ello se dice que la
motivación es la fundamentación fáctica y jurídica de la decisión
judicial» (Ticona, 2011). La Constitución española consagra el principio
de legalidad, la garantía del sometimiento del juez a la ley y el deber
judicial de motivación de las sentencias9. De aquí se desprenden dos
conceptos muy importantes:
8 El debido proceso en sentido estricto consiste en que todas las actuaciones públicas y privadas
deben regirse por las formas establecidas en las fuentes de cada rama del derecho, como el derecho
penal, o en las formas propias de cada juicio.
9 Véase Constitución Política española, artículo 9 numeral 3, 117 numerales 3-4 y 120 numeral 3.
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
acción de tutela, mecanismo jurídico para la defensa de los derechos
fundamentales, que podrá ser ejercida por cualquier persona, actuando
en causa propia o ajena, «cuando quiera que estos resulten vulnerados
o amenazados por la acción u omisión de cualquier autoridad pública».
Partiendo de esta base, se ha sostenido que, siempre que un juez en
su fallo incurra en «abierta violación o contradicción de la ley» o la
Constitución y que con ese fallo resulten vulnerados o amenazados
derechos fundamentales (lo cual ha sido denominado como «vías de
hecho»), es posible incoar la acción de tutela en procura de la defensa
de los mismos (Quinche, 2001, p. 42).
11 El Código Disciplinario Único colombiano contempla como falta leve o grave el incumplimiento de los
deberes que imponga la Ley. Véase Congreso de la República de Colombia, 2002, artículo 50.
12 Así lo establece el Código Penal colombiano en su artículo 413 (Congreso de la República de
Colombia, 2000).
13 Cuando los servidores públicos se apartan de la jurisprudencia sentada por las Altas Cortes en casos
en los cuales se presenta una simple subsunción, pueden estar incursos en un delito de prevaricato
por acción, no por violar la jurisprudencia, sino la Constitución o la ley directamente.
14 Esto ha sido definido por la Corte Constitucional colombiana en sentencia de tutela T-576 del 10
de diciembre de 1993, de esta manera: «La vía de hecho es una actuación en la que el funcionario
público procede en abierta contradicción o violación de la ley, como cuando obra prescindiendo de
las normas de procedimiento, y, entre ellas, las relativas a las pruebas. En pocas palabras, la vía de
hecho supone la arbitrariedad de la administración».
15 La ley 153 de 1887, afirma en su artículo 8 lo siguiente: «Cuando no hay ley exactamente aplicable
al caso controvertido, se aplicarán las leyes que regulen casos o materias semejantes, y en su
defecto, la doctrina constitucional y las reglas generales de derecho». Y en su artículo 13, la misma
ley reza: «La costumbre, siendo general y conforme con la moral cristiana, constituye derecho, a
falta de legislación positiva». Adicionalmente, en el actual Código General del Proceso (ley 1564
de 2012), articulo 42, numeral 6, se sigue esa misma lógica al establecer que el juez debe «decidir
aunque no haya ley exactamente aplicable al caso controvertido, o aquella sea oscura o incompleta,
para lo cual aplicará leyes que regulen situaciones o materias semejantes, y en su defecto la doctrina
constitucional, la jurisprudencia, la costumbre y los principios generales del derecho sustancial y
procesal». Por último, el segundo inciso del artículo 230 de la Constitución Política de Colombia
establece lo siguiente: «la equidad, la jurisprudencia, los principios generales del derecho y la
doctrina son criterios auxiliares de la actividad judicial».
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
forjado a partir de principios y propósitos claros.
En concordancia con esta (nuestra) tradición histórica latinoamericana,
la Corte Constitucional colombiana (2011),como guardiana natural
de la supremacía constitucional20 y máxima defensora de los derechos
16 Ello se encuentra claramente expresado en el Digesto de Justiniano: «Iuris precepta sunt haec:
honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere (Los principios del derecho son estos: vivir
honestamente, no hacer daño al otro, dar a cada cual lo suyo)» (1.1.10.1). Por otro lado, expresó
Justiniano, retomando las enseñanzas de Gayo, lo siguiente: «Todo el derecho de que usamos se
refiere o a las personas, o a las cosas, o a las acciones. Tratemos primero de las personas. Porque
es poco haber conocido el derecho, si se desconocen las personas por cuya causa se ha constituido»
(Institutas de Justiniano, 1.2.12).
17 Pietas y caritas, en la etapa posclásica, junto a humanitas y aequitas, en conexión con la noción tardía
de ius naturale y la distinción entre ius strictum e ius aequum, se convierten en ideas cristianizadas,
entendidas como sentimiento de benevolencia hacia el prójimo.
18 No hay que olvidar que el poder discrecional del magistrado, expresión de su imperium, en la
función de creación de un nuevo derecho y de corrección del ius civile, se explica también como
determinación positiva de la aequitas.
19 La equidad constituye, por ello, también en este caso, el criterio inspirador de la actividad del
magistrado en la corrección de la injusticia que derivaría incluso de una aplicación rígida del ius civile,
y así encuentra una determinación concreta, traduciéndose en un elemento del derecho positivo.
20 La Constitución Política de Colombia de 1991, en su artículo 4, consagra que «[l]a constitución
es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la constitución y la ley u otra norma
jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales». En el mismo sentido apuntan las sentencias
de tutela T-406 del 5 de junio de 1992 (Corte Constitucional de Colombia, 1992b) yla sentencia de
constitucionalidad C-836 del 9 de agosto del 2001 (Corte Constitucional de Colombia, 2001b).
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
impugnación
Las ideas hasta ahora expuestas, fusionadas con el artículo 86 de la
Constitución Política de Colombia y el desarrollo de las decisiones
de la Corte Constitucional, llevaron a que se aceptara excepcional y
restrictivamente la acción de tutela contra providencias judiciales, con
el fin de proteger los derechos fundamentales. Dicha acción se convierte
en un nuevo medio de control de las providencias judiciales, puesto que
su finalidad es impedir que los jueces tomen decisiones con deficiencias
en la motivación, ya sea porque esta no existe o porque es incompleta,
lo cual a todas luces pone en peligro los derechos fundamentales y
principios constitucionales garantizados a quienes acuden ante la
administración de justicia. Por ello, la Corte Constitucional colombiana
(1992c) ha afirmado lo siguiente:
Nada obsta para que por vía de la tutela se ordene al juez que ha
incurrido en dilación injustificada en la adopción de decisiones a su
cargo que proceda a resolver o que observe con diligencia los términos
judiciales, ni riñe con los preceptos constitucionales la utilización de esta
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
su vez, sea más garantista de los derechos fundamentales, materializando
así el rol del juez como garante de los principios constitucionales. De
esta manera, la tutela contra providencias judiciales constituye un
mecanismo idóneo y legítimo para garantizar el debido proceso, toda
vez que impone límites racionales a la activad del juez como intérprete-
creador de derecho.
25 Es decir, que comprende la ley en el sentido formal y material, refiriéndonos a todo lo que integra el
ordenamiento jurídico, incluyendo el bloque de constitucionalidad con los tratados internacionales y
las decisiones vinculantes de los altos tribunales.
26 «[...] cuando quiera que los jueces de la República, incluso la propia Corte Constitucional, deban
resolver un caso que desde el punto de vista fáctico resulte análogo o semejante a otro(s) resuelto(s)
en el pasado, que en tal medida tenga(n) el carácter de precedente(s) aplicable(s), este(os) último(s)
deberá(n) ser tomado(s) en cuenta, en protección de la igualdad, la seguridad jurídica y la confianza
legítima de los asociados. En todo caso, se ha aclarado que tomar en cuenta no necesariamente
significa fallar exactamente en el mismo sentido, pues según se ha advertido, queda siempre abierta
la posibilidad de que el juez que se dispone a fallar se aparte de ese precedente y adopte una
solución diferente, pese a la similitud de los casos, siempre que sustente con razones y motivos
sólidos, reales y suficientes que así lo justifiquen» (Corte Constitucional de Colombia, 2013b).
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
decisión» (Corte Constitucional de Colombia, 2001b). Los casos en los
que puede apartarse el juez del precedente se sintetizan de esta manera:
a) Cuando existan similitudes, entre el caso ya resuelto por la Corte
y el caso a resolver por el juez ordinario, pero también «existan
diferencias relevantes no consideradas en el primero y que
impiden igualarlos» (Corte Constitucional de Colombia, 2001).
b) Cuando la ratio que fue «adecuada en una situación social
determinada, no responde adecuadamente al cambio posterior»
(Corte Constitucional de Colombia, 2001).
c) Cuando el juez considere «que la jurisprudencia resulta errónea,
por ser contraria a los valores objetivos, principios y derechos
en los que se fundamenta el ordenamiento jurídico» (Corte
Constitucional de Colombia, 2001).
d) Cuando se presentan «cambios en el ordenamiento jurídico
positivo, es decir, debido a un tránsito constitucional o legal
relevante» (Corte Constitucional de Colombia, 2001).
Considerando estos criterios, somera y claramente, se hace manifiesto el
hecho de que el juez no está atado de manos por el precedente, debido
Derecho PUCP, N° 77, 2016 / ISSN 0251-3420
398 a la injusticia que implicaría someter un caso al precedente cuando la
equidad, entendida como justicia del caso concreto, implicaría apartarse
del mismo. Esto significa que las limitaciones a la autonomía del juez
son en realidad aparentes: no son arbitrarias ni irracionales, pues
dichas cargas están impuestas en clave de la garantía de los derechos
fundamentales. En efecto, de no ser así, existiría la posibilidad de que
se abriera una brecha que permitiera la incursión de violaciones a los
derechos fundamentales de quienes acuden ante la administración de
justicia.
Así, se resalta que, aunque no se ha presentado ningún caso, es peligrosa
la latente posibilidad de que un juez reciba una pena privativa de la
libertad producto de su infructuoso intento de escapar de los senderos
estrictamente demarcados por la Corte Constitucional en materia de
precedente. Lo anterior genera ciertamente un temor e inseguridad en
el juez, pues —a pesar de tener la posibilidad de apartarse del precedente
marcado por la Corte Constitucional y buscar efectivamente la justicia
para el caso concreto— preferirá no correr el riesgo de contradecir la
jurisprudencia y hacerse acreedor de una sanción penal. Por ello, aplicará
lo dicho por la Corte respecto del tema, sin importarle que su decisión
caiga en «cesación de efectos jurídicos» al ser impugnada por una tutela.
Con todo, en el marco del derecho comparado que nos ofrece este
escenario de reflexión, no es impertinente advertir la necesidad de que se
haga un estricto seguimiento al desarrollo de la fuerza que el precedente
puede adquirir en los respectivos ordenamientos. Ello con el objetivo
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
operador judicial, causando un efecto de dubitación al interior del
razonamiento del juez, de suerte que al momento de apartarse del
precedente se ve obligado a reforzar su arsenal argumentativo en
búsqueda, en el caso concreto, de razones más adecuadas que permitan
hacer realidad la «igualdad ponderada» propia de la aequitas (Gallo,
1987, pp. 7 ss.), siempre con el objetivo de alcanzar un mayor grado de
defensa de los derechos y garantías fundamentales, los cuales constituyen
el único y verdadero límite de la autonomía judicial.
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jueces y argumentación jurídica». En Instituto Latinoamericano de Servicios
Legales Alternativos (ILSA), Independencia judicial en América latina. ¿De quién?
¿Para qué? ¿Cómo? (pp. 65-81). Bogotá: ILSA, 2003.
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Justiniano ([532 D.C.] 1897). Cuerpo del Derecho Civil. Parte Primera. Digesto (Libro THE JUDGE’S
primero). Traducción de D. Ildefonso L. Garcia del Corral. Tomo I. Barcelona: OBLIGATIONS
Editorial Lex Nova S.A. IN FRONT OF
CHALLENGES
Justiniano ([534 D.C.] 2006) Instituciones de Justiniano (Libro primero). Traducción OF THE
de M. Otorlan. Bogotá: Editorial Facultad de Derecho. CONSTITUTIONAL
Organización de Naciones Unidas (ONU) (1948). Resolución 217 A (III) PRECEDENTS
del 10 de diciembre de 1948. Declaración universal de los derechos humanos. WITH REGARD
Disponible en: http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=t3/ TO MOTIVATION
fileadmin/Documentos/BDL/2001/0013. OF THE JUDICIAL
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Tribunal Constitucional del Perú (2006). Expediente número 3943-2006-pa/tc.
MA R Í A C E L I S, W I L L I A M H E R N Á N D E Z & LU I S R OA
Tribunal Constitucional del Perú (2008). Expediente número 0728-2008-phc.
Recibido: 18/12/15
Aprobado: 30/08/16
Rogelio Rovira
ABSTRACT
The aim of this paper is to show the unsoundness of Kant’s thesis, according to
which Aristotle’s logic division of the four syllogistic figures is a false subtlety. As a
matter of fact, Kant’s criticism of Aristotle’s doctrine of categorical syllogism is in
last analysis based on a misinterpretation of the Aristotelian procedure of the reduc-
tion of syllogisms.
RESUMEN
El objeto de este artículo es mostrar lo infundado de la tesis de Kant según la
cual la división lógica de las cuatro figuras del silogismo debida a Aristóteles es una
falsa sutileza. En verdad, la crítica de Kant a la doctrina del silogismo categórico de-
fendida por Aristóteles se funda en último término en una interpretación errónea del
procedimiento aristotélico de la reducción silogística.
5
6 Rogelio Rovira
que ―según explica luego Aristóteles― está constituido por dos proposicio-
nes: la llamada premisa mayor o primera premisa (prw/th pro/tasij) y la de-
nominada premisa menor o segunda premisa (deute/ra pro/tasij); y, por
otro lado, “lo que se sigue necesariamente de las cosas que han sido puestas”,
o sea, el consecuente (sumpe/rasma). De este modo, el silogismo consiste,
según la definición del Estagirita, en la derivación necesaria del consecuente
a partir del antecedente, por el mero hecho de que este ha sido puesto, es de-
cir, sin que se requiera algo más para que tenga lugar semejante necesidad.
Es de notar que Aristóteles compone siempre el silogismo como una
expresión condicional de la forma: si A se predica de todo B (premisa mayor)
y B se predica de todo C (premisa menor), entonces necesariamente A se
predica de todo C (consecuente); o bien: si A no se predica de ningún B y B
se predica de todo C, entonces necesariamente A no se predica de ningún C
[cf. Apr, I, 4, 25 b 37-26 a 2]. Los comentadores posteriores, sin embargo,
han solido presentar la estructura del razonamiento silogístico por medio de
proposiciones categóricas, considerando así al luego llamado silogismo cate-
górico como la forma más pura y simple del silogismo. Se enuncia entonces:
todo B es A; todo C es B; luego todo C es A; o bien; ningún B es A; todo C
es B; luego ningún C es A. En todo caso se advierte que la derivación silogís-
tica exige que entren en juego tres términos: los dos (C y A) que se comparan
en las premisas para afirmarse o negarse a título de sujeto y predicado en la
proposición que se sigue del antecedente; y el término (B) que sirve de tér-
mino de comparación y que aparece necesariamente tanto en la premisa ma-
yor como en la menor y solo en ellas. A los dos primeros los llama
Aristóteles “extremos”: el extremo mayor (to\ mei=zon a)/rkon) y el extremo
menor (to\ e)/latón a)/rkon), predicado y sujeto, respectivamente, de la propo-
sición en que concluye el silogismo; al tercer término lo denomina término
“medio” (to\ me/son). Los extremos, en efecto, están separados entre sí hasta
tanto el medio no los acerca al permitir su mutua comparación con él.
Al estudio sistemático del llamado silogismo categórico, o también
asertórico o no modal, dedica el filósofo de Estagira los siete capítulos que
abren el primer libro de los Analíticos primeros. En ellos se enseña, entre
otros asuntos, que el silogismo puede considerarse desde dos puntos de vista
complementarios: desde el punto de vista de la disposición de los términos
que en él entran en juego y desde el punto de vista de la disposición de las
proposiciones que lo integran. La primera consideración da lugar a la teoría
de las figuras (sxh/mata) del silogismo; figura es, en efecto, como dice Aris-
tóteles repetidas veces, aquello por virtud de lo cual se produce la necesaria
derivación en que consiste el silogismo [Apr, I, 5, 27 a 36; 6, 28 a 22; 6, 29 a
16-17; 7, 29 a 31, 35-36]. La segunda perspectiva da origen a la doctrina de lo
que luego se llamaron los modos, esto es, las especificaciones de las diversas
8 Rogelio Rovira
de una nota (B) afirma o niega otra nota (A), y la menor, que de una co-
sa (C) afirma aquella primera nota (B). Concluye así, en efecto, que la
nota (A) de una nota (B) es una nota de la cosa (C), o que lo que repug-
na (A) a la nota (B) de una cosa (C), repugna también a la cosa misma
(C). Los silogismos de la primera figura son, por tanto, a tenor de la de-
finición dada por Kant, silogismos puros.
Muy otra cosa ocurre, en cambio, según el filósofo, con los silogismos de las
otras figuras, que son necesariamente mixtos o híbridos:
Quinta tesis o tesis de la reducción de las tres últimas figuras del silo-
gismo a la primera. Kant la enuncia con estas palabras: es indiscutible que
todas las figuras silogísticas, “a excepción de la primera, determinan la con-
secuencia solo mediante un rodeo e inferencias inmediatas entremezcladas, y
que la misma conclusión se seguiría pura y sin mezcla del mismo término
medio según la primera figura” [DfS, § 4, Ak II, 55]. En efecto, Kant enseña
que añadir al antecedente de las tres últimas figuras las inferencias inmedia-
tas que se les exigen para ser concluyentes equivale a reducir la figura de es-
12 Rogelio Rovira
Con las cinco primeras tesis que defiende Kant sobre la silogística aris-
totélica ocurre algo muy curioso y, en apariencia, paradójico. La tesis que
más directamente fundamenta el cargo de “sutileza”, vale decir, de ingeniosi-
dad artificiosa y en cierto modo inútil9, contra la división de las figuras silo-
gísticas ―o sea, la tesis primera― no afecta a la genuina doctrina de
Aristóteles. La tesis más novedosa ―esto es, la segunda―, aunque, a la luz
de la naturaleza del silogismo, no podría ser admitida sin más por el Estagiri-
ta, se revela que no es determinante para el rechazo de la distinción de las fi-
guras del silogismo. Finalmente, las tres tesis siguientes, que son las que más
inmediatamente se dirigen a probar la acusación de que la división de las fi-
guras silogísticas es “falsa”, esto es, engañosa, parecen ser defendidas expre-
samente por el propio Aristóteles y forman parte esencial de su doctrina. Ello
indica que el reproche kantiano de falsedad tiene que deberse, no tanto a una
diferencia con Aristóteles respecto de alguna cuestión de técnica lógica,
cuanto, más bien, a una discrepancia básica con el Estagirita respecto del sen-
tido y el alcance de ciertos procedimientos lógicos. Comprobemos con algún
detenimiento lo hasta ahora solo consignado.
Respecto de la primera tesis, o tesis de la distinción de las cuatro figu-
ras del silogismo, no se puede por menos que concordar con Kant en la afir-
mación de que si se toma como criterio para dividir las figuras del silogismo
el lugar que ocupa el término medio en las premisas, entonces es forzoso re-
conocer que hay cuatro figuras silogísticas y, a la vez, que esta clasificación
tiene un carácter un tanto artificioso. No es legítimo, sin embargo, atribuir
―explícita o implícitamente― a Aristóteles la adopción de semejante crite-
rio, pues, como es bien sabido, el Estagirita no distingue cuatro figuras del si-
logismo, sino únicamente tres. La adición de la cuarta figura es muy posterior
en la historia de la silogística, compareciendo por primera vez, según parece,
en los tratados lógicos de las postrimerías del Medioevo10.
El hecho de que Aristóteles distinga tres figuras del silogismo revela,
por tanto, que la posición del término medio en las premisas no es el funda-
mento de la división, sino más bien, la consecuencia necesaria del criterio
adoptado. Tal criterio no es otro que la extensión del término medio respecto
de los extremos11. Adviértase, en efecto, que en todo silogismo el extremo
mayor lo es respecto del menor, y viceversa. Así, dado que el término de ma-
yor extensión se predica del de menor extensión, y no a la inversa, el extremo
mayor es siempre predicado del extremo menor, que funge en todo caso de
sujeto de la conclusión. En cambio, el término medio, que tiene como fun-
ción en el silogismo la de “mediar” entre ambos extremos, es decir, la de co-
nectarlos en la predicación, puede ser tanto sujeto como predicado de uno de
ellos o de ambos, y ello, naturalmente, en función de la diferente extensión
14 Rogelio Rovira
que puede tener respecto de ambos extremos. Es fácil advertir que solo tres
casos son posibles [cf. Apr, I, 23, 40 b 30-41 a 20].
PRIMER CASO: el término medio (B) es menor que el extremo mayor (C)
y mayor que el extremo menor (A). Por tanto, del término medio se
predica el extremo mayor y el término medio se predica del menor.
Surge así la primera figura del silogismo. En ella, en efecto, como en-
seña Aristóteles, el extremo mayor es “aquel en el que está contenido el
medio” y el menor, “aquel que está subordinado al medio” [Apr, I, 4, 26
a 21], o simbólicamente: C>B>A. (En este único caso, ciertamente, el
término medio está en el medio de los extremos). Y como consecuencia
necesaria de esta peculiaridad, en la primera figura el término medio
ocupa el lugar del sujeto en la premisa mayor y el lugar del predicado
en la menor.
de las que una es idéntica y la otra distinta respecto de una tercera, son distintas
entre sí. El principio dictum de omni et nullo enuncia esta misma verdad deter-
minándola respecto de la extensión de los conceptos: lo que se afirma o se nie-
ga universalmente de una cosa debe afirmarse o negarse de todo lo que está
contenido bajo ella. Los principios propuestos por Kant, en cambio, formulan
la misma verdad, pero determinándola respecto de la comprensión o intensión
de los conceptos: una nota de la nota es una nota de la cosa misma y lo que con-
tradice a la nota de una cosa, contradice a la cosa misma.
El hecho ―afirmado por Kant y reconocido, sin duda, por Aristóteles―
de que la extensión de un concepto se funda en su comprensión, no autoriza,
sin embargo, a afirmar, como hace Kant, que el principio dictum de omni et nu-
llo tiene “el fundamento único de su verdad” en las reglas supremas nota notae
y repugnans notae [DfS, § 2, Ak II, 49] o que “puede deducirse fácilmente de
ellas” [L, § 63, Ak IX, 123]. Antes bien, aquel principio y estas reglas tienen,
como vemos, el fundamento único del que deriva su verdad en la verdad que
enuncia el principio de identidad y discrepancia, el cual, a su vez, no es sino un
giro del principio de contradicción.
¿Cabría, sin embargo, en razón de esa cierta primacía que estas dos re-
glas tienen sobre aquel principio, conceder a Kant su pretensión de reempla-
zar sin más el principio clásico por las mencionadas reglas? La naturaleza del
silogismo impide esta concesión. En efecto, el silogismo, según enseña Aris-
tóteles, parte de lo universal: o( de\ sullogismo\j e)k tw=n kaqo/lou [EN, VI,
3, 1139 b 28]; es decir, el antecedente del silogismo contiene el fundamento
genérico de lo que el consecuente enuncia de manera específica. Para que
haya consecuencia es, pues, menester que los extremos se comparen con el
fundamento genérico, es decir, con el término medio tomado, al menos una
vez, en toda su extensión. Solo así se asegura, en verdad, la identidad o dis-
crepancia de los extremos con el término medio, y no con partes distintas de
él, lo que convertiría al silogismo en una quaternio terminorum. La conside-
ración de la extensión de los conceptos es, pues, esencial al silogismo y no
cabe por ello prescindir del principio dictum de omni et nullo como principio
supremo que lo rige.
Y tanto es así que ni siquiera el propio Kant pudo sustraerse a esta ne-
cesidad. En su Lógica, en efecto, aunque no abandonó las reglas enunciadas
en el escrito de 1762 como reglas supremas del silogismo categórico, recono-
ció, sin embargo, como principio general de todos los silogismos, sean cate-
góricos, hipotéticos o disyuntivos, este otro, cuya formulación es muy
cercana al dictum de omni et nullo: “Lo que está bajo la condición de una regla,
está bajo la regla misma (Was unter der Bedingung einer Regel steht, das steht
auch unter der Regel selbst)” [L, § 57, Ak IX, 120]. Y por ello pudo escribir en
su obra principal: “La función de la razón en sus inferencias consiste en la uni-
versalidad del conocimiento por conceptos, y el mismo silogismo es un juicio
¿Es una “falsa sutileza” la división lógica de las figuras…? 17
que está determinado a priori en toda la extensión (in dem ganzen Umfange) de
su condición” [KrV, A 321/B 378].
Así, pues, también Kant tuvo que reconocer que la validez de todo silo-
gismo se funda necesariamente en que se tome la extensión de su condición,
es decir, del término medio, en toda su universalidad, si bien la fórmula que
adopta como principio del silogismo categórico no expresa esta necesidad de
un modo tan claro como la enuncia el dictum de omni et nullo. El empeño de
Kant en fundar el silogismo categórico en las reglas nota notae y repugnans
notae no tiene, por tanto, un peso decisivo en el establecimiento de su tesis
conclusiva según la cual la doctrina de las figuras silogísticas es un arte de
subrepción y engaño.
Si, a la luz de la enseñanza de Aristóteles, las dos primeras tesis de Kant
sobre la silogística del filósofo de Estagira requerían correcciones y matizacio-
nes, las tres siguientes no precisan en absoluto, al parecer, enmienda alguna: en
su literalidad parecen formar parte esencial, desde su mismo comienzo, de la
doctrina aristotélica. Bastará para probarlo con aducir algunos pasajes de los
Analíticos primeros en los que Aristóteles las formula expresamente.
Así, la división que Kant consigna en su escrito de 1762 entre los silo-
gismos puros y los silogismos mixtos equivale a la que ya había establecido
Aristóteles, en las primeras páginas del libro citado, entre los silogismos per-
fectos y los silogismos imperfectos. Escribe, en efecto, el Estagirita: “Llamo si-
logismo perfecto (te/leion) al que no necesita nada además de las cosas puestas
para mostrar la necesidad de lo que sigue, y llamo silogismo imperfecto
(a)telh=)) al que requiere de una o varias cosas más, que son necesarias en razón
de lo que se ha establecido, pero no se han puesto explícitamente en las premi-
sas” [Apr, I, 1, 24 b 22-26].
Es también doctrina genuinamente aristotélica que solo hay silogismos
perfectos ―o puros, en la terminología de Kant― en la primera figura. “Es
asimismo manifiesto” ―escribe Aristóteles al estudiar los modos válidos de
la primera figura― “que todos los silogismos en esta figura son perfectos
(pues todos llegan a la conclusión en virtud de las premisas tomadas desde el
principio)” [Apr, I, 4, 26 b 28-30]. Al investigar las inferencias correctas de
la segunda figura advierte: “El silogismo en esta figura no será en modo al-
guno perfecto, pero será posible tanto si los extremos son universales como si
no lo son” [Apr, I, 5, 27 b 1-3]. Y al considerar los razonamientos legítimos de
la tercera figura reconoce: “Tampoco en esta figura puede haber un silogismo
perfecto, pero será posible tanto si los extremos se relacionan universalmente
como si no con el término medio” [Apr, I, 6, 28 a 15-17].
Y no es, en fin, uno de los méritos menores de la enseñanza de Aristóte-
les el haber mostrado con todo detenimiento que cabe reducir los modos váli-
dos de todas las figuras silogísticas a los de la primera: “Es también manifiesto
que todos los silogismos imperfectos se hacen perfectos (teleiou=ntai) por
18 Rogelio Rovira
bierto, sino patente” [DfS, § 5, Ak II, 56], a las figuras imperfectas del silo-
gismo ―concluye Kant― “no se les puede otorgar el derecho de aparecer en
una exposición lógica como fórmulas de la más clara representación de un si-
logismo” [DfS, § 5, Ak II, 56].
En este punto, sin embargo, Kant incurre en un grave error sobre el sen-
tido y el alcance de la reducción. El filósofo, en efecto, afirma, según se des-
prende de sus tesis cuarta y quinta antes examinadas, que reducir un
silogismo mixto a uno puro equivale a encontrar los juicios intermediarios
implícitamente contenidos en las premisas, para poder así conferirles validez
en razón de la verdad enunciada por las reglas supremas del silogismo. Sin ta-
les juicios, enseña Kant, el silogismo no concluiría por sí mismo, ya que no se
atiene directamente a las mencionadas reglas. Ahora bien, como la interposi-
ción de tales juicios equivale a construir un silogismo puro, los silogismos mix-
tos son inútiles: la misma conclusión podría ser alcanzada sin rodeo alguno.
Pero no ocurre así en realidad, según se echa de ver en las enseñanzas
de Aristóteles. Antes bien, el filósofo de Estagira sostiene que la búsqueda de
los juicios intermediarios implícitos en las premisas de los silogismos imper-
fectos no es necesaria para otorgar validez al silogismo, sino para descubrir
por qué estos silogismos valen por sí mismos. En efecto, la inferencia inme-
diata requerida para pasar de lo implícito a lo explícito no nos descubre una
nueva verdad, presuntamente necesaria para que haya consecuencia, sino que
presenta la misma verdad bajo dos aspectos diversos. Así, tanto si las verda-
des enunciadas por las premisas se presentan bajo la forma de un silogismo
imperfecto como si se exponen bajo la forma de un silogismo perfecto, am-
bos silogismos concluyen exactamente a partir de las mismas verdades. Y
como sabemos que el silogismo perfecto concluye en razón de la verdad
enunciada por el principio supremo del silogismo ―dada justamente la ex-
tensión que en él tiene el término medio respecto de los extremos―, la equi-
valencia con el imperfecto muestra que este concluye exactamente por la
misma razón. La reducción no es, pues, un recurso para hacer válido un silo-
gismo que sin él no lo sería, sino un método para probar la validez que ya
tiene un silogismo. Por eso, los lógicos que siguieron la enseñanza de Aristó-
teles resolvieron la llamada quaestio de praestantia figurarum otorgando la
primacía a la primera, porque gracias a esta figura se comprueba la validez de
las otras, que, por ello, se sitúan detrás de ella, sin quedar excluidas en modo
alguno del elenco de las figuras por cuya virtud se produce una consecuencia.
Pues la finalidad de la silogística es, en verdad, el análisis y la sistematiza-
ción de todos los modos correctos de inferir y de las condiciones lógicas que
los hacen válidos.
Es, pues, la tergiversación del verdadero sentido y del auténtico alcance
de la reducción la que explica que de afirmaciones que solo son aparentemen-
te idénticas haya inferido Kant una conclusión opuesta a las enseñanzas de
Aristóteles. Y es también este error sobre la naturaleza del procedimiento de
20 Rogelio Rovira
NOTAS
1
Christian Wolff, Philosophia rationalis sive Logica, Frankfurt-Leipzig, 1728.
2
Martin Knutzen, Elementa philosophiae rationalis seu logicae cum generalis
tum specialoris mathematica methodo in usum auditorum suorum demonstrata,
Königsberg-Leipzig, 1747.
3
August Christian Crusius, Weg zur Gewissheit und Zuverlässigkeit der
menschlichen Erkenntnis, Leipzig, 1747.
4
Georg Friedrich Meier, Auszug aus der Vernunftlehre, Halle, 1752. Kant solía
usar este manual como base de sus lecciones y por ello se reproduce en uno de los to-
mos de la edición canónica de sus obras (Ak XVI, 3-872).
5
Platón, Politicus, 280 a.
6
G. W. Leibniz, Nouveaux essais sur l’entendement humain, libro IV, cap.
XVII, § 4, en G. W. Leibniz, Sämtliche Schriften und Briefe. Hrsg. von der Deutschen
Akademie der Wissenschaften zu Berlin. Darmstadt-Leipzig-Berlin, Akademie
Verlag, 1923 ss., VI, 6, 478.
7
A este resultado llega, en efecto, Francis Courtès en la larga y erudita
discusión de este asunto que recoge en su Étude historique et critique sur La fausse
subtilité des quatre figures syllogistiques démontrée par Kant, Paris, J. Vrin, 1972,
pp. 130-134, particularmente p. 133.
8
Francis Courtès señala en su op. cit., p. 135, que esto solo es válido para los
silogismos de la tercera figura cuyas premisas mayores son proposiciones universales
(por tanto, los modos que tradicionalmente se conocen como Darapti, Datisi, Felapton
y Ferison), pero no para aquellos cuya premisa mayor es particular (como es el caso
de los modos llamados Disamis y Bocardo). En efecto, en este caso, la conversión per
accidens de la menor nos proporciona dos proposiciones particulares, de las que nada
cabe inferir, como expresa el axioma: e puris particularibus nihil sequitur. Otros re-
cursos lógicos serían, pues, exigibles en los modos de la tercera figura cuyas premisas
mayores son proposiciones particulares para hacer explícitas las premisas adicionales
necesarias para que, según Kant, haya consecuencia.
¿Es una “falsa sutileza” la división lógica de las figuras…? 21
9
Repárese en que, en su manual de lógica, Kant define la sutileza (Grübelei)
como “un conocimiento sin consecuencias importantes” (Logik. Ein Handbuch zu
Vorlesungen, Einl. VI, Ak IX, 49).
10
“Es curioso que no hallemos rastro alguno de alguien que defendiera la doc-
trina de las cuatro figuras antes del fin de la Edad Media”, se lee en la célebre obra
The Development of Logic, Oxford, Clarendon Press, 1962, IV, 1, p. 183, de William
y Martha Kneale. Según estos historiadores de la lógica, en efecto, es falso atribuir a
Galeno ―como hizo Averroes― la introducción de la cuarta figura del silogismo, que
aun hoy en día suele denominarse “figura galénica”.
11
Cf. David Ross, Aristotle. With a new introduction by John L. Ackrill. Lon-
don-New York, Routledge, 1995, 6th ed., II, p. 21.
12
Vid. William y Martha Kneale, The Development of Logic, ed. cit., II, 9, p.
100.― Respecto de la cuestión ―suscitada en nuestros días sobre todo por Jan
Łukasiewicz en su obra fundamental Aristotle’s Syllogistic from the Standpoint of
Modern Formal Logic, Oxford, Clarendon Press, 1951, pp. 23-28― de si Aristóteles,
sin nombrarla de modo expreso, conoció y usó realmente, en los pasajes de los Analí-
ticos primeros citados anteriormente, y en otros más, la cuarta figura silogística, pue-
de verse la discusión de Mario Mignucci en su obra La teoria aristotelica della
scienza, Firenza, G. C. Sanson Editore, 1965, “Apendice: Osservazioni sulla quarta
figura”, pp. 333-345.
13
Heinrich Scholz, Abriss der Geschichte der Logik, Freiburg-München, Karl
Alber, 1959, 2. Aufl., p. 44.
Hasta aquí un intento de clarificación del concepto de analogía y de las condiciones elementales para que
sea eficaz remedio en la aplicación del derecho. Una conclusión frontal es la de que no es admisible la
aplicación automática de la ley que es considerada análoga para cubrir una laguna o para interpretar la norma
que deseamos aplicar.
En la jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo la aplicación analógica no es un
tema que haya sido desarrollado con amplitud. (5) Rescato una sentencia de la Sala IV (con votos de los Jueces
Guisado y Ferreirós) en autos "Colombo, María Y. c/ De Paola de Odorisio, Liliana A." del 24 de setiembre de
2010, donde se trataba de determinar la norma aplicable en un conflicto originado entre una persona que
desarrollaba tareas de cuidado de enfermos como actividad principal. Allí en el voto del Juez Guisado se
estableció que "la trabajadora prestó servicios a favor de quien tiene la facultad de dirigirlos a cambio de una
remuneración, es sujeto del Derecho del Trabajo aunque la modalidad carezca de una regulación específica (6), y
por ello está alcanzada por la tutela del art. 14 bis de la Constitución Nacional que impone proteger el
trabajo"...en sus diversas formas...Entiendo que ante la ausencia de legislación positiva, debe crearse mediante
la labor jurisdiccional, con aplicación de las reglas de la equidad, una regulación "extra LCT" a modo de cubrir
el vacío legal de este caso especial, tarea para la cual debe considerarse -como ya he dicho- el régimen general
de contrato de locación de servicios en materia civil con más la amplia tutela que el art. 14 bis de la
Constitución Nacional despliega sobre el trabajo dependiente (Ojeda, Raúl Horacio, 2004, "Personal doméstico
excluido del estatuto. El caso de los cuidadores de enfermos", Revista de Derecho Laboral, Bs.As.: Rubinzal
Culzoni Editores, Tomo 2004-1 "Estatutos y otras actividades especiales II", págs. 441-442)...Particularmente,
con respecto a los rubros "vacaciones 2006" y "vacaciones proporcionales 2007", y a fin de no conculcar lo
establecido en el art. 14 bis CN sobre el derecho a vacaciones pagas, por vía de analogía (art. 16 CC), aplicaré la
solución brindada por el Estatuto de Servicio Doméstico (por, nuevamente, ser el régimen más afín al tipo de
tareas desarrolladas por Colombo)". Como se ve, se parte de un vacío legal que se integra por analogía con las
disposiciones del Estatuto para el Personal Doméstico aunque no se tratara de un contrato de trabajo regido por
ese régimen. Es —según el fallo— un caso de relación laboral diferente del contrato o relación que reguló la
LCT y del que trata el estatuto especial, pero que no puede quedar fuera del amparo constitucional al que
remite, y ante esa laguna aplica por analogía (art. 16 del Código Civil) las disposiciones de este último por
considerar que son las que revisten mayor afinidad. (7)
Ahora trataré de aproximarme prudentemente a la cuestión que originó este ensayo, para lo cual en primer
término es oportuno formular una distinción en torno a la función misma de la analogía en el derecho vigente.
Porque resulta que desde la vigencia del Código Civil y Comercial encontramos una variante respecto de la
anterior directiva que contenía el Código Civil coincidentemente con la norma respectiva de la LCT. En efecto,
en el art. 16 del CC y en el art. 11 de la LCT la analogía es traída como técnica para cubrir la laguna normativa
(en este último dentro del ámbito del contrato de trabajo regulado por ese ordenamiento). En el CCC se ha
cambiado la orientación y la analogía es concebida sólo como una de los auxilios para interpretar la ley (art. 2)
junto con otros recursos acerca de los cuales encontramos explicación en los Fundamentos del Anteproyecto del
CCC que en esto resultan de interés ya que la norma original — concretamente la referencia a las leyes análogas
— no se ha modificado en el Proyecto del Poder Ejecutivo que finalmente fue sancionado por el Congreso.
Leemos en los Fundamentos: "se mencionan las leyes análogas, que tradicionalmente han sido tratadas como
fuente y aquí se las incluye como criterios de interpretación, para dar libertad al juez en los diferentes casos.
Ello tiene particular importancia en supuestos en los que pueda haber discrepancias entre la ley análoga y la
costumbre, como sucede en el ámbito de los contratos comerciales." Agrego a esta remisión lo que uno de los
integrantes de la Comisión Redactora del Anteproyecto formula en la obra dedicada al comentario del nuevo
código. "Es la aplicación a un caso no previsto de la norma que se refiere a otro, que ofrece con el primero una
semejanza que el intérprete considera suficiente para que la aplicación esté justificada, por concurrir en uno y
otro la misma razón". (8) Aparte de destacar la referencia que contiene el texto transcripto a "la razón", es
importante añadir que según el autor se ha cambiado el procedimiento de integración de las lagunas del sistema
normativo, por el de utilizar la analogía para la interpretación extensiva o restrictiva de una ley interpretando
cuáles son los casos a que se refiere la norma; es decir no hay vacío legal sino que se trata de utilizar una
perspectiva más estricta, ajustándose a las palabras de la ley, o bien más amplia, incluyendo su finalidad. (9)
Con estos elementos a la vista abordaré ahora la crítica que a mi juicio merece el dictamen del Fiscal
General ante la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo y la sentencia que en su consecuencia dictó la Sala
VII de ese Tribunal, en el caso "Unión Personal de Fábricas de Pintura y Afines de la República Argentina c/
Colorin, Industria de Materiales Sintéticos S.A." (10). Este pronunciamiento responde a un llamado de la Corte
Suprema de Justicia que al dejar sin efecto la sentencia anterior dictada por la Sala III del mismo Tribunal, había
exigido que se fundamentara la decisión que se había adoptado aplicando para el caso — demanda ejecutiva
para el cobro de aportes por contribución solidaria de los trabajadores que debía haber retenido y depositado la
empresa demandada, además de los aportes patronales estipulados en el convenio colectivo respectivo — la
norma de la ley 24.642 que implementa la vía de apremio sólo para el cobro de las cuotas de afiliación no
retenidas por el empleador. (11) Los comentaristas especializados encontraron en el fallo de la Corte,
descalificatorio del de la Cámara (Sala III), como un anticipo de pronunciamiento del Alto Tribunal en el
sentido de que lo que dispone la ley 24.642 como procedimiento de excepción para el cobro de créditos
sindicales, sólo se refiere a las deudas por retención de cuotas de afiliación. (12)
Siguiendo la vía explicada para llegar a la aceptación de la analogía normativa (13), es indispensable analizar
la naturaleza del crédito al que se refiere la norma que admitió para su cobro el procedimiento excepcional
bastando la certificación de la deuda por el acreedor sindical para seguir con la ejecución por apremio (art. 1 de
la ley 24.642), cuando el crédito perseguido era originado, como señalé, en la obligación del empleador de
actuar como agente de retención de las cuotas y contribuciones que deben abonar los trabajadores afiliados y en
el cobro de aportes del empleador incluidos en el convenio.
No creo necesario explicar al lector especializado la diferencia que media entre la cuota o contribución que
el afiliado a una asociación sindical debe abonar de acuerdo con las decisiones de los órganos estatutarios, y la
naturaleza y justificación del deber de contribuir a los fondos sindicales impuesto a los trabajadores no afiliados
por vía de una cláusula de convención colectiva. Al respecto debe tenerse presente que la diferencia que se
subraya no contradice la validez y justificación de dichas cláusulas convencionales admitidas por la
jurisprudencia como compatibles con la libertad sindical (14) más allá del juzgamiento que merecen en cuanto a
su monto y aplicación temporal. (15)
Lo importante para la investigación tendiente a encontrar "la razón" que permita llegar a la aplicación
analógica será ubicar el motivo por el cual el legislador aceptó otorgar a un sujeto privado (la asociación
sindical) una facultad de cobro acelerado reservada al Estado dada su responsabilidad en la administración y
aplicación de los recursos públicos. Y seguramente que esta decisión importante estuvo ligada también a que el
origen del crédito reconoce la voluntad expresa del trabajador de contribuir al financiamiento de la entidad a la
que ha adherido con su afiliación. Estas son las razones que autorizarían a otorgar ese tratamiento privilegiado
al crédito, surgido a su vez, de la obligación del empleador de retener el importe de la cuota correspondiente de
las remuneraciones de aquellos de sus dependientes que figuran como afiliados en la nómina que le ha hecho
llegar el sindicato. (16) Encontramos pues dos puntos de referencia para la ubicación de la razón que llevó al
legislador a semejante excepción que linda —aunque existen razones trascendentes para establecer la
excepción— con la posible ofensa al derecho de defensa, garantizado por las normas procesales que requieren
oportunidades y etapas de argumentación y prueba, las que no se dan en la vía de apremio o ejecución fiscal.
Respecto de la primera razón estimo que cabría la posibilidad de encontrar analogía o semejanza relevante
ya que los recursos económicos de las asociaciones comprenden sin duda esas contribuciones solidarias y los
aportes de los empleadores (aunque limitados éstos a fines específicos como lo establece el art. 4 del decreto
467/88 reglamentando el art. 9 de la ley 23.551).
En cambio considero que tal exigencia no se observa en cuanto al segundo aspecto ya que la obligación del
pago de a contribución solidaria no responde en modo alguno a una decisión expresa del trabajador no afiliado
quien eventualmente puede cuestionar puntualmente la cláusula convencional de la que deriva esa obligación
para lo cual cuenta con elementos de defensa que puede ejercer en acción directa o, eventualmente, en
oportunidad de ser citado como tercero por el empleador exigido judicialmente, a quien hubiera hecho llegar
una oposición a la retención en cuestión. Respecto de los aportes del empleador, también estipulados en una
convención colectiva, igualmente se presenta la posibilidad de esgrimir defensas que impidan la exigencia del
pago. En efecto, como se trata de una obligación impuesta por convención colectiva, es obvio que tal
instrumento normativo debe corresponder al ámbito material y territorial de aplicación del convenio por lo que
el empleador reclamado podría argumentar al respecto, en juicio ordinario, lo que en el procedimiento de
apremio no es admitido. (17)
En ambos casos —el del trabajador que se opone a la contribución solidaria y el del empleador que
desconoce la aplicación del convenio —se trata de defensas que como he dicho no tienen cabida en el
procedimiento de apremio o ejecución fiscal que regulan los códigos adjetivos por lo que la extensión de dicho
mecanismo abreviado a estos créditos no posee la similitud de supuestos —o la razón— que el legislador pudo
tener en cuenta al crear la vía excepcional que sólo otorgó para las cuotas de afiliados.
En la lectura del dictamen del Fiscal General producido en el expediente de la Sala VII, Tribunal al que se
había remitido el expediente para que se satisficiera la exigencia de fundamentación, de la que carecía el
anterior fallo de la Sala III descalificado por la Corte Suprema (18), encontramos como fundamento central para
extender la aplicación de la norma del art. 1 de la ley 24.642, en primer lugar, una doctrina que se afirma,
ostenta jurisprudencia compartida, según la cual corresponde actuar en el tema con interpretación de "carácter
amplio", comprensivo de todos los rubros que el empleador debe retener o abonar en el marco de la negociación
colectiva. Sostiene que sería irracional una hermenéutica distinta ya que implicaría la carga de transitar por un
proceso ordinario "en un rubro de teleología análoga y correspondiente al mismo acreedor en el ámbito de la
relación sectorial". Con esto, el dictamen afirma que ha quedado cubierta la omisión que generó la declaración
de arbitrariedad. El tribunal, con reproducción textual de ese párrafo del dictamen a lo que añade la afirmación
de que no existe "vulneración formal alguna", resuelve que la vía ejecutiva es apta para perseguir los créditos en
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cuestión.
Estimo que ni el dictamen ni la sentencia resultan aceptables para satisfacer la exigencia de encontrar una
analogía relevante ya que claramente, se ha omitido considerar la diferencia sustancial que media entre la
obligación del afiliado y la del trabajador que no lo es, ni tampoco la consideración de la posible defensa del
empleador que cuestione la aplicación del convenio colectivo del cual nace la obligación de aportar. En modo
alguno puede sostenerse que el criterio de apreciación para llegar a la aplicación analógica debe ser "amplio"
porque con ello se está pasando por alto que cada norma legal posee una razón —o debe poseerla— que es la
que lleva al legislador a sancionarla y si esa razón muestra diferencias notables como las que he descripto, no
puede avanzarse simplemente con la guía de la amplitud de criterio y mucho menos con la afirmación de que lo
convenido en la negociación colectiva es palabra santa, marginando la esencial circunstancia de que los frutos
de esa negociación están limitados a ámbitos materiales, temporales y espaciales que no pueden quedar
apartados de una discusión procesal amplia que garantice derechos constitucionales, aunque eso represente la
"carga de transitar" esos procedimientos creados, justamente, para evitar abusos de aquella garantía. (19) No
media "teleología análoga" si se considera — como es indispensable — que los créditos que se pretende
equiparar poseen caracteres diferenciados en su fuente normativa, con elementos jurídicos que no pueden
soslayarse con la analogía aplicada abusivamente.
Como una acotación a lo explicado acerca de las exigencias básicas desde el punto de vista
jurídico-constitucional para hacer procedente la aplicación analógica de normas a situaciones que no están
contempladas expresamente en la legislación, creo oportuno traer a colación lo resuelto por la Corte Suprema de
Justicia en el caso "Ramos, José Luis c/ Estado Nacional (Ministerio de Defensa A.R.A.)" de fecha 6 de abril de
2010. Como recordará el lector se trató de una interrupción dispuesta por empleador a una sucesión de contratos
transitorios celebrados por la dependencia estatal con el actor, lo que generó el reclamo de éste a ser
reincorporado considerando que se había vulnerado la garantía de estabilidad del empleado público. La Corte
denegó esa pretensión sobre la base que el mero transcurso del tiempo no modificó la situación irregular ya que
esa estabilidad sólo se adquiere cuando se cumplen los requisitos que la Ley Marco de Regulación del Empleo
Público Nacional establece, pero reconoció que la decisión arbitraria del empleador generaba derecho a una
reparación de los perjuicios derivados de ese obrar ilícito. Para determinar esa indemnización consideró que
debía buscarse la solución "en el ámbito del derecho público y administrativo". Y para ello, "a falta de
previsiones legislativas específicas estimó que debía acudirse a una solución que, por analogía, repare
debidamente los perjuicios sufridos por el actor en este caso." Esa búsqueda culminó con la aplicación de la
indemnización prevista por el artículo 11 de la Ley Marco citada (25.164) que a juicio del Tribunal "resulta una
medida equitativa para reparar los perjuicios demostrados por el actor en este caso". En el voto conjunto de los
Ministros Fayt, Maqueda y Zaffaroni, se señala que el procedimiento de aplicación analógica resulta procedente
por lo dispuesto en el art. 16 del Código Civil (entonces vigente) ya que "la regla de interpretación (20) (allí
prevista) excede los límites del derecho privado, trasciende y se proyecta como principio general, vigente en
todo el orden jurídico interno". Señalan que "al respecto, el examen de las normas que fijan pautas
indemnizatorias por pérdida del empleo y que guardan mayor analogía con la situación discutida en autos,
conduce a encontrar solución razonable y equitativa en el régimen indemnizatorio previsto en la Ley Marco de
Regulación de Empleo Público Nacional", establecida para los casos de personal en disponibilidad por
supresión del puesto que ocupaba protegido con estabilidad absoluta y que vencido un plazo no es ubicado en
otro puesto. Como se ve la vía de la analogía es la elegida como solución pero destaco que en el voto
mayoritario el único fundamento para recurrir a esa fuente es la equidad de la medida, pero no se argumenta
acerca de la condición que he destacado cual es la identidad de razón. Al menos en el voto minoritario se acude
a explicar que se trata de "pautas indemnizatorias por pérdida del empleo", esto es una aproximación a la
identidad de razón. ¿Será esto "teleología análoga" a la que se remite el Dictamen del Fiscal General de la
Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo que originó este comentario?
(1) Etala, Carlos A., "Interpretación y aplicación de las normas laborales", Ed. Astrea, 2004, p. 119.
(2) "Ley de contrato de trabajo comentada", Ed. Contabilidad Moderna, edic. 1977, p. 111.
(3) Para una explicación con base constitucional de la razón y su fuente invocados en el Preámbulo véase
mi participación en la obra "Fuentes del Derecho del Trabajo", Astrea, 2012, tomo 1, p. 164. Resulta
importante, a mi juicio, la relación estrecha entre esa referencia constitucional a la razón y la directiva
jurisprudencial para encontrar equilibrio entre cosas e ideas, lo que se conoce como la razonabilidad, que para
Linares equivale a justicia. Sobre las dificultades para determinar la ratio legis y los procedimientos a seguir
para hacerlo, puede verse el análisis que efectúa María J. Falcón y Tella en "El argumento analógico en el
derecho", Civitas, 1991, p. 86 y sgtes.
(4) Destaco que tanto en el dictamen del Fiscal General como en la sentencia que se dictó coincidente con
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aquél, no se menciona cuál es la norma sobre la que se basa la conclusión de la adopción de lo previsto en la ley
24.642 — a la que me referiré en seguida — aplicando la analogía para llenar el vacío legal. Como lo destacan
Héctor Guisado y Liliana Litterio en "Tratado de Derecho del Trabajo", ed. Rubinzal-Culzoni, 2da. edic. 2014,
tomo I, p. 749, Guillermo Borda "considera a la analogía como un viejo procedimiento interpretativo que se
expresaba: ubi eadem est legis ratio, eadem est legis dispositio, y entiende que la aplicación analógica es
perfectamente legítima, aunque apunta que debe utilizársela con cuidado." En mi opinión las disposiciones de la
LCT están ceñidas en su aplicación a los objetivos propuestos por el legislador al sancionar la ley 20.744, es
decir regular la relación jurídica trabada por el contrato de trabajo. Por eso para el caso de un vacío legal como
el que se produce, p.e. respecto de los procedimientos judiciales para el cobro de contribuciones solidarias
estimo que no se aplica el art. 11 de la LCT sino el art. 16 del Código Civil o el art. 2 del Código Civil y
Comercial, según la aplicación temporal correspondiente.
(5) Sobre un total de cuarenta y cinco sentencias incluidas en el Boletín Temático de Jurisprudencia de la
Cámara Nacional de Apelaciones (actualización 2015), dedicado al "Cuidado de enfermos", un solo fallo, el de
la Sala IV que reseño en el texto, aplica la técnica de la integración de la laguna por norma análoga. El resto de
la doctrina de esa jurisprudencia debate en torno a si el cuidado de enfermos está incluido en la LCT a pesar de
que el empleador no sea empresario y sobre si por estar excluido del Estatuto de Personal Doméstico, la relación
debe ser calificada como locación de servicios. Ninguno de estos antecedentes (resumidos en los 44 restantes)
encara la posibilidad de la aplicación analógica para cubrir el vacío legal. Otro ejemplo de aplicación analógica
es el del fallo de la CNAT, Sala II, en "Guaita Rivero, Javier Augusto c. Universidad Argentina de la Empresa
UADE y otros s/ despido", 21/05/2015, DT 2015, octubre, p. 2174 en el que resolvió extender la
responsabilidad solidaria a administradores de una Fundación mencionando el art. 11 de la LCT y el art. 16 del
Código Civil para aplicar las disposiciones de la Ley de Sociedades Comerciales. Según ese pronunciamiento
"el Presidente y Vicepresidente del Consejo de Administración de la fundación universitaria demandada son
solidariamente responsables por las deudas laborales de la universidad para con los trabajadores reclamantes si
surge que ambos codemandados mantuvieron la situación irregular de los vínculos al no registrarlos, resultando
de aplicación analógica los arts. 59 y 274 de la Ley 19.550 a los administradores y directores de las entidades
civiles por vía de lo establecido por el art. 11 de la Ley de Contrato de Trabajo y del art. 16 del Código Civil".
Entiendo que el criterio de analogía en el caso no presentaba tan claramente la identidad de razón si se tiene en
cuenta que en el caso de las sociedades comerciales está presente la finalidad del lucro, lo que en cambio no es
propio de una fundación. Recién con la vigencia del CCy C se ha extendido esa responsabilidad.
(6) Por la fecha de la sentencia está claro que no regía aún la ley 26.844.
(7) El recurso a la aplicación analógica de normas protectoras es una consecuencia impuesta por la ausencia
de una normativa general de regulación de relaciones de trabajo que originaba, (como en el caso del cuidado de
enfermos en el estatuto especial anterior), desprotección lo que debe ser cubierto —siguiendo el mandato
constitucional— por el mecanismo previsto en el art. 16 del Código Civil y actualmente por el art. 2 del CCyC
mediante un procedimiento de interpretación extensiva ya que en esta última codificación, lo recuerdo una vez
más, se ha cambiado la técnica de fuentes. Sobre la posibilidad de una ley general para la regulación del trabajo
subordinado, véase la opinión de Vázquez Vialard en "Tratado de Derecho del Trabajo", Astrea, tomo 5, p. 717.
(8) LORENZETTI, Ricardo L., "Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado", ed. Rubinzal
Culzoni, 2015, tomo I, p. 35.
(9) También véase el capítulo titulado "Las fuentes del Derecho del Trabajo", en "Código Civil y Comercial
y su proyección en el Derecho del Trabajo", edit. La Ley, 2015, p. 140 y especialmente la nota 36 donde efectúo
la comparación entre la norma de la LCT con la del CCC y la preferencia del primero en la solución de los
conflictos en materia del contrato de trabajo.
(10) Debo aclarar que este comentario y crítica lo formulo desde una posición exclusivamente académica ya
que no tengo vinculación o interés profesional alguno con el caso.
(11) La sentencia de la Corte que dejó sin efecto el fallo de la Sala III que había desestimado la excepción
de inhabilidad de título, ordenando el dictado de una nueva sentencia, se halla publicada en DT 2014, setiembre,
p. 2475 y en TySS, 2014, p. 495.
(12) Ramírez Bosco, Luis, TySS 2014, p. 495, Pose, Carlos, DT 2015, enero, p. 85.
(13) Recuerdo, una vez más, que por la fecha del dictamen y de la sentencia que estoy analizando, la norma
que respaldaría la aplicación analógica, sería la del art. 16 del Código Civil, no a título de criterio de
interpretación sino de integración por laguna.
(14) Al respecto basta con la remisión al fallo dictado por la Corte Suprema en el caso "Potenze" del
12/4/72 (Fallos 282:269) que admitió la validez constitucional del art. 8 de la ley 14.250. Este tema lo abordé in
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extenso en una sentencia pronunciada como titular del Juzgado Nacional del Trabajo n° 23 con fecha 27/11/70
confirmado por la Cámara de Apelaciones, publicada en El Derecho, 39-226 con nota de Carlos Valiente
Noailles.
(15) Sobre la posibilidad de revisión judicial de las cláusulas que imponen contribuciones solidarias véase
mi participación en la obra "Derecho del trabajo", Astrea, 2010, tomo 3, p. 52.
(16) Respecto de la obligación impuesta por el art. 6 de la ley 24.642 según la cual empleador debe requerir
a sus trabajadores "si se encuentran afiliados a la asociación sindical respectiva..." considero que semejante
norma vulnera la garantía de libertad sindical ya que el trabajador puede negarse a pronunciarse sobre semejante
requisitoria.
(17) En torno a la posibilidad de que el empleador cuestione su obligación de retener contribuciones
solidarias existen antecedentes en los que se distingue precisamente ese aspecto de la cuestión —esto es el deber
de retener— de la obligación de contribuir del trabajador, quien es el único que puede plantear sus objeciones al
pago. Puede verse al respecto mis comentarios en la Revista Legislación del Trabajo, tomo XXXII, p. 877;
también en la misma revista, tomo XXXIII, p. 307 con crítica al fallo de la Corte Suprema en el caso "Centro de
Empleados de Comercio de Mendoza c/ Mois Chami S.A.C.I." del 26/7/84 que se publica en el mismo tomo y
página.
(18) El Dictamen que lleva el número 63.445 es del 8/6/15 y la sentencia interlocutoria de la Sala VII es del
16/7/15. Con fecha 30/10/15 la Sala denegó el recurso extraordinario deducido por la demandada. A la fecha
tramita en la Corte Suprema la queja por denegatoria.
(19) Es interesante conocer la opinión del Fiscal General de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajo, compartida por alguna Sala del Tribunal, acerca de que en los conflictos de encuadramiento
convencional es indispensable la participación de uno o varios trabajadores (p.e. Dictamen 559741 en
"Prysmian Energía Cables y Sistema de Argentina S.A. c/ UOM, acción declarativa" (20/11/12), y sentencia de
la Sala I en el mismo expediente (12/3/13), sosteniendo que dicha participación resulta esencial para que puedan
ser afectados por la decisión. Si esa es la razón para no aceptar acciones en las que no participen
individualmente los trabajadores, no parece lógico admitir una acción de apremio respecto de créditos que — en
el caso de las contribuciones de solidaridad — finalmente serán soportados económicamente por los
trabajadores a quienes no se ha dado oportunidad de defensa alguna.
(20) Obsérvese que aquí se considera la analogía como "regla de interpretación" y no como "fuente" para
cubrir la laguna legal, lo cual, como se explicó más arriba, presenta diferentes conceptos ya que este último
instrumento llena el vacío del sistema normativo y actúa como fuente subsidiaria, integrando la laguna que
presente ese sistema, mientras que la "interpretación" funciona como herramienta a disposición del juez para
entender en forma en forma extensiva o restrictiva una ley existente, interpretando cuáles son los casos a que se
refiere la norma; es decir que a diferencia del criterio de Vélez, no se trata de un supuesto de vacío legal sino de
utilizar una perspectiva más estricta, ajustándose a las palabras de la ley, o bien más amplia, incluyendo su
finalidad.