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BIBLIOTECA DE AULA

LITERATURA ORIENTAL

P ROY E C TO CO N S I D E R A D O
D E I N T E R É S C U LT U R A L Y E D U C AT I VO P O R L A
A R M A N D O Á LVA R E Z B R AVO

LITERATURA
ORIENTAL
ÍNDICE

1 LA LITERATURA INDIA 11

La lengua ............................................................................... 13
Los periódos .................................................................... 15
La fábula y el apólogo 16
La épica ................................................................................ 18
La lírica ................................................................................. 20
El teatro .................................................................................. 22
La importancia del cuento .......................................... 24
El cuento 25
El budismo y la literatura ........................................... 27
ANTOLOGÍA ..................................................................... 29
Rig-Veda 31\ Valmiki: Ramayana 32\Vyasa:
Mahabhárata 34\ Baghavad-Gita 38\ Pancha-
tantra 39

2 LA LITERATURA CHINA 41

Introducción ........................................................................ 43
Período clásico (ss. VI-III a.C.) ................................... 45
Período de Han (ss. II a.C. a II) ................................. 47
8 LITERATURA ORIENTAL

Período de los Tres Reinos y


de las Siete Dinastías (ss. III a VI) ......................... 48
Período de los T'ang, Cinco Dinastías y
Song (ss. II a XII) ............................................................. 49
Períodos Yuan, Ming y T'sing (ss. XII-XIX) ...... 53
ANTOLOGÍA ................................................................... 55
Confucio: Analectas, 56\Chuang-Tzu 58\
Tao Ch'ien 59\ Li Tai Po 59\ Tu Fu 60

3 LA LITERATURA JAPONESA 61

Introducción ...................................................................... 63
Período antiguo. Nara (710-793) ............................ 65
Período clásico. Heian (794-1185) .......................... 68
Primer período medieval.
Kamakura-Ashikaga (1185-1600) ........................... 70
Segundo período medieval.
Tokugawa o Edo (1600-1868) .................................... 73
ANTOLOGÍA .................................................................... 77
Ariwara No Nasihira: Los cuentos de Ise
79\Haikus: Fujiwara Teika, Yamazaki Sokan,
Arakida Moritake, Nishiyama Soin, Matsuo
Basho, Tanigus hi Buson, Kobayashi Issa, Masa-
oka Shiki 80\ Matsuo Basho 81
ÍNDICE 9

4 LA LITERATURA HEBREA 83

La Biblia .............................................................................. 85
Fecha, autores, lengua, libros bíblicos ................ 86
La versificación ................................................................ 90
Traducciones y versiones bíblicas ........................... 91
Literatura hebrea postbíblica .................................... 93
ANTOLOGÍA ..................................................................... 95
Salomón: El cantar de los cantares 97\ El Talmud
99\ Selomo íbn Gabirol, Belleza e ingenio del
amado 100

5 LA LITERATURA ISLÁMICA 101

Introducción ........................................................................ 103


El Corán ................................................................................ 104
La narrativa ......................................................................... 106
La lírica .................................................................................. 108
ANTOLOGÍA ..................................................................... 113
Mahoma: Corán 115\ Las mil y una noches
117\ íbn-Hazm: El collar de la paloma 120
10 LITERATURA ORIENTAL

6 LAS LITERATURAS DEL


CERCANO ORIENTE: BABILONIA,
EGIPTO Y PERSIA 121

Introducción ........................................................................ 123


Babilonia .............................................................................. 125
Egipto ................................................................................... 129
Persia .................................................................................... 132
ANTOLOGÍA ..................................................................... 137
Código Hammurabi 139\ Poema de la crea-
ción 146\ Gilgamesh 148\ Libro de los
muertos 151\ Omar Khay yam: Rubazyat
153\ MuscherifEd-Din-Saadi: La greda olo-
rosa 156\ Hafiz: Pecados de amor 157
Bibliografía ........................................................................... 159
1
LA LITERATURA INDIA
Pág. anterior:
Vista parcial de la monumental arquitectura del Taj Mahal en la India.
LA LITERATURA INDIA 13

La lengua

En las postrimerías del siglo XVIII, llegó a los


medios culturales europeos la noticia de la exis-
tencia de una lengua antiquísima: el sánscrito
-«lengua sagrada», «lengua perfecta»-, que
forma, junto con el iranio, el subgrupo de las
lenguas arias o indoeuropeas. El sánscrito, idio-
ma muerto conservado celosamente por los
brahmanes e íntimamente vinculado con nues-
tras lenguas, era depositario de una espléndida
tradición cultural, religiosa y literaria. Este des-
cubrimiento -fuente de la Filología compara-
da- nos dio la posibilidad de adentrarnos en un
amplio universo de complejos y ricos valores y
puso al alcance de la sensibilidad occidental un
14 LITERATURA ORIENTAL

prodigioso caudal de emociones, vivencias y


formas, cuya inagotable diversidad -en ocasio-
nes de difícil comprensión por los azares del
distanciamiento espiritual- aún nos conmueve
con su belleza y profundidad espiritual.
En la cumbre de su perfección, el sánscrito
-que guarda las Leyes del Manú y las páginas
sagradas de los Vedas- coexistía con el prácrito,
hablado por el pueblo, del que surgen numero-
sas lenguas y dialectos que hoy son comunes en
la India. Esto se evidencia al examinar el teatro
indio. En esta manifestación, los personajes per-
tenecientes a las castas superiores se expresan
en sánscrito, en tanto que aquéllos que integran
las castas inferiores utilizan el prácrito.
LA LITERATURA INDIA 15

Los períodos

La literatura india, atendiendo a un criterio


que se fundamenta en la lengua, se divide en
dos grandes períodos: el védico y el clásico
El período védico (h.s. XII a.C.) abunda en
textos religioso-literarios que expresan el valor
del saber definitivo: la ciencia de lo sagrado.
Estos libros, los Vedas, se agrupan en cuatro con-
juntos: Rig-Veda, Atharva-Veda, Santa- Veda y
Yagur-Veda.
16 LITERATURA ORIENTAL

LA FÁBULA Y EL APÓLOGO

El género tiene su origen en la India (ver el cuento).


Consiste en la breve narración, indistintamente en
prosa o en verso, de un hecho que tiene carácter ale-
górico y moralizante. La ejemplarizante enseñanza
que se desprende del relato y que con frecuencia tiene
un carácter satírico, recibe el nombre de moraleja.
Una preceptiva demasiado puntillosa diferenciaría
el apólogo de la fábula, según los personajes fuesen seres
humanos -en el primer caso-, o animales -en el segun-
do. Esopo, Fedro, La Fontaine, Iriarte y Samaniego se
cuentan entre sus cultivadores.
Debe distinguirse entre la fábula como género lite-
rario, y la fábula como categoría de la teoría literaria, en
la que designa la suma de incidentes de que se com-
pone la acción de un relato, así como del contexto en
que ocurre y los medios por los que se desarrolla.
LA LITERATURA INDIA 17

Los Vedas son una recopilación de cantos a la


divinidad; relatos mitológicos; descripciones
paisajísticas; fórmulas, himnos, conjuros y
rituales para uso sacerdotal, cuya hondura filo-
sófica y belleza formal patentizan la fantasía,
religiosidad y saber alcanzados por esta civili-
zación.
El ciclo védico tiene su complemento en la
obra de exégetas y comentaristas agrupada
en los Samhitas, Brahmanas, Upan ishades y
Sutras, ricos en especulaciones filosóficas y
en sobrios códigos morales. La fértil imagina-
ción erótica de los indios quedó reflejada en el
Kama-Sutra.
El período clásico (h.s. V a.C.) es el momento
en que aparecen las obras de mayor interés lite-
rario. Sobresale esta producción artística en cua-
tro aspectos: la Epica, la Lírica, el Teatro y el
Cuento. Cabe destacarse que en todos ellos el
creador indio mantiene sus características de
imaginación y fantasía, desdeñando el género
histórico y desentendiéndose de la veracidad de
los hechos, rasgos estos últimos más propios de
la literatura occidental.
18 LITERATURA ORIENTAL

La épica

Anteriores a la propagación del budismo y


de una antigüedad indeterminable, el Ramayana
y el Mahabhárata son los dos grandes textos épi-
cos de la India. Ambos fueron escritos utilizan-
do la forma métrica (pareado de 16 sílabas) y su
núcleo inicial, de la misma forma que la epope-
ya griega, tuvo un desarrollo cíclico.
El Ramayana, cuyo texto se fijó en el siglo II de
la era cristiana, está compuesto por 24.000 slo-
kas y se atribuye a Valmiki. Este poema, que al
igual que el Mahabhárata se caracteriza por una
fantasía desbordada, nos cuenta las vicisitudes
del héroe nacional, Rama: su nacimiento,
luchas, destierro, el rapto de Sita, su esposa, su
azaroso rescate y los hechos militares que con-
LA LITERATURA INDIA 19

Retrato del poeta indio Tiruvalluva, que se cree


ser del siglo VIII.
20 LITERATURA ORIENTAL

dujeron a la conquista de Ceilán y la destruc-


ción de los enemigos de Rama, los raxasas. El
Ramayana patentiza en su laberíntico desarrollo,
la fuerza de una cultura en pleno apogeo y una
intensa comprensión de las emociones del hom-
bre.
Más extenso y menos coherente que el
Ramayana, con su acción entrelazada por toda
suerte de divagaciones religioso-filosóficas,
leyendas y relatos, el Mahabhárata, cuya redac-
ción definitiva data del siglo IV de la era cristia-
na, narra en 100.000 slokas las luchas, hazañas y
muerte de un soberano, Kuru, que perece a
manos de los pandavas. El nombre del autor del
Mahabhárata se ignora; se atribuye a «Vyasa»,
pero ese nombre quiere decir: «el compilador»,
es decir, «el que ha reunido los textos», y puede,
entonces, no referirse a ninguna persona en con-
creto. A este libro pertenece el Bhagavad-Gita,
conocido como el quinto Veda, y que constituye
una síntesis de las enseñanzas védicas.
LA LITERATURA INDIA 21

La lírica

De igual manera que en otras culturas, en la


India la aparición de la lírica es posterior a la de
la épica. Se pueden apuntar como rasgos defini-
torios de la lírica india su intenso erotismo, su
variedad métrica y su derroche imaginativo. El
más importante de los poetas es Kalidasa (del
s.V), al que se deben colecciones como Ritusam-
hara y Meghaduta.
22 LITERATURA ORIENTAL

El teatro

El teatro indio sorprende por la perfección y


esplendor de su lenguaje, por su apego a los
temas heroico-mitológicos, por su empleo com-
binado de la prosa y el verso, y por la voluntad
de dicha que rige cada una de sus tramas.
La figura máxima del teatro indio es Kalida-
sa, y entre su producción destaca Sakuntala, la
intrincada historia de amor de una joven por un
monarca; su argumento fue extraído del Mahab-
hárata.
Miniatura hindú de época islámica, realizada en Udaipur en el
siglo XVIII.
24 LITERATURA ORIENTAL

La importancia del cuento

Cuna del apólogo y la fábula, la gran contri-


bución de la India, su aporte mayor a la cultura
occidental, es el cuento. El Panchatantra (Cinco
libros) reúne una de las colecciones más ricas de
este género.
El cuento indio llegó a Europa por dos vías:
a) la de las traducciones persas, hebreas, griegas
y latinas, y b) por la recreación árabe (Las mil
una noches). La importancia del cuento indio en
la literatura europea se manifiesta especialmen-
te a partir de la Edad Media.
Sus huellas se pueden encontrar, entre
otras, en la literatura francesa (Poema del
zorro), italiana (los cuentos de Boccaccio) y
españoles (Disciplinas clericales de Pero Alonso,
el Calila e Dimna mandado a componer por
Alfonso X el Sabio, el Libro de los engaños e los
asayamientos de las mujeres y en el Conde Lucanor
del Infante don Juan Manuel).
LA LITERATURA INDIA 25

EL CUENTO

Aunque de origen indio y no griego, el cuento es


un género en que el epos (narración y descripción de
acciones) está obviamente presente. E] cuento cons-
tituye, con la novela, la doble vertiente de la épica
contemporánea.
El Hitopadesa y el Panchatantra son los primeros
libros de relatos breves que registra la historia de la
literatura universal. De ellos y de las fábulas de Bid-
pai -en las que se origina el Galíla e Dimna, primer
libro de cuentos traducido al español, en el siglo XIII-
se deriva la multitud de formas literaria narradas
(fábula, apólogo, fabliau) que proliferan en Europa
durante la E dad Media.
Lo que hoy se conoce como cuento cristalizó en
su forma definitiva durante la primera mitad del
siglo XIX en el romanticismo.
La característica que más palmariamente lo dife-
rencia de la novela -la brevedad- determina igual-
mente otras de mayor entidad. Por ejemplo, siendo
el cuento más selectivo que la novela en cuanto a la
parcela de la realidad que recrea, es por ello más
proclive a admitir -o adquirir- una significación sim-
bólica. Además, el relato es necesariamente más ágil
26 LITERATURA ORIENTAL

y escueto, centrándose en la acción y reduciendo al


mínimo las caracterizaciones de ambientes y perso-
najes.
Por otra parte, debido a que tiene mayor tensión
emotiva que la novela -algún teórico lo ha definido
como «el capítulo crucial de una novela» su trayec-
toria es como la de una flecha disparada que vuela
recta hacia el blanco, lo que lo hace más propicio al
empleo de un lenguaje de matices poéticos y valori-
za la importancia de un final impactante.
LA LITERATURA INDIA 27

El budismo y la literatura

A partir del siglo V antes de la era cristiana, la


predicación del budismo conmovió profunda-
mente la complicada estructura de la sociedad
india.
La nueva religión -difundida por los hom-
bres que se sirvieron de la gran literatura brah-
mánica y se expresaron en un sánscrito impeca-
ble- dio lugar a una serie de textos que abordan
la vida y enseñanzas de Buda, y cuyo influjo
sobre nuestra cultura se reconoce unánimemen-
te.
Entre las obras de este ciclo es preciso men-
cionar la trilogía: Las tres cestas, compuesta por
La cesta de la disciplina, La cesta de las predicaciones
y La cesta de la ciencia. De fuentes como ésta, por
28 LITERATURA ORIENTAL

adaptación y recreación, surgen obras como el


Baarlam y Josafat, de Lope de Vega, y La vida es
sueño, de Calderón de la Barca.
ANTOLOGÍA
Pág. anterior:
Detalle de Ajanta, India. Pintura de los siglos IV al VII.
LA LITERATURA INDIA 31

ANÓNIMO

Rig-Veda (fragmento)

Indra es el rey de lo móvil y de lo inmóvil,


es el monarca de los seres civilizados y salvajes; arma-
do con
arco,
gobierna como rey las tribus de los hombres,
a quienes tiene unidos cual radios de una rueda,

El que recién nacido ya veía claro, primero entre todos,


el que supera a los dioses en poder, él mismo dios,
ante cuya vehemencia tiemblan los mundos
por su gran coraje: éste es Indra, mortales!
32 LITERATURA ORIENTAL

VALMIKI

Ramayana (fragmento)

SARGA III

Valmiki compone el Ramayana

1. Después de conocer la entera substancia de la histo-


ria, conforme al deber e interés saludable del sabio Rama,
Valmiki se ocupó de revelarla a la luz.

2. Y enjuagándose la boca, según los ritos, el muni, en


pie sobre vástagos de darbha, dirigidos hacia el este, hizo
el anjali y prosiguió su tarea, en medio de meditaciones.

3. Y cuanto ocurrió a Rama, y a Lakshmana, y a Sita, y


al rey Dazaratha, y a sus esposas e imperio.

4. Y sus placeres, discursos, y viajes, súpolos clara-


mente por la potencia de su meditación.
LA LITERATURA INDIA 33

5. Y conoció exactamente y con pormenores lo que le


acaeció al leal Rama cuando habitaba en la selva con
Lakshmana y Sita, su esposa, que era la tercera de los tres.

6. El justo Valmiki, entregado al yoga, vio todo eso, y


era el pasado como un Amalaka en la mano para él.

7.
Cuanto el amable Rama emprendió, viólo distintamente
el gran sabio en medio de su meditación.

8.
Esta historia, dotada de cualidades que placen, amplia-
mente provista de las que edifican, océano abundante en
perlas, reúne todos los encantos de la Zruti entera.

9. Y, tal como la había contado Narada, el del alma


grande, el bienaventurado asceta compuso esta historia
del retoño de Raghu.
34 LITERATURA ORIENTAL

VYASA

Mahabhárata

EPISODIO DE USINAR EL JUSTO

Perseguida la típica paloma


por un buitre, volaba, y en el seno
del monarca Usinar halló refugio.

-Siempre fuiste, Señor, entre los reyes


dechado de justicia -dijo el buitre-.
¿Por qué en mi daño la justicia olvidas?
Mi prescrito alimento no me robes.
Me aflige el hambre. Tu deber no cumples.
Si mi comida en tu poder retienes.

-¡Oh poderoso buitre! De ti huyendo


trémula vino la paloma, en busca
de que yo fuese amparo de su vida.
¿Cómo no entiendes que el deber más alto
es para mí salvar de su enemigo
a quien vino a mi seno a refugiarse
y puso en mi lealtad su confianza?
La vaca asesinar, madre del mundo,
LA LITERATURA INDIA 35

y matar a un bralimán y al refugiado


en angustia dejar y en abandono,
tres hechos son iguales en la culpa.

El alimento todo lo sostiene;


tomándole, la fiera crece y vive;
y si es duro y terrible que le tome,
sin él no puede sostener la vida.
Esta fuerza vital me abandonará,
hundiéndome en el reino de la muerte,
no bien yo repugnase mi alimento;
y yo, expirando, luego morirían
mi dulce esposa y mis hijuelos caros.
Ve, pues, como si amparas la paloma
a inevitable muerte nos condenas.

Lucha un deber con otro. Habiendo luchas,


no hay deber verdadero: Sólo cuando
no impiden un deber otros deberes,
el deber es real. Si se combaten,
siempre el deber mayor conoce y cumple.
-¡Sabio y hermoso tu discurso ha sido!
¡Bien del deber penetras la doctrina!
De las aves el rey eres acaso,
el ínclito Suparn, que nadie ignora.
Pero, ¿cómo ser lícito pretendes
al refugiado abandonar? Escoge
para ti de mis campos lo que gustes;
36 LITERATURA ORIENTAL

búfalos, toros, ciervos, jabalíes.


De si algo más para comer te falta,
y haré que en el momento lo presenten.

-Yo de toros y de búfalos no vivo;


ni jabalíes ni venados quiero.
El alimento que el Criador me ha dado
es la paloma. Dame la paloma.
La paloma nació con el eterno
destino de que el buitre la devore.

-¡Oh pájaro soberbio! Yo la tierra


te doy de los Sivires: cuanto anheles
te doy: mas la paloma no me pidas
que a ponerte llegó bajo mi amparo.

Usinar, rey del mundo, pues que amas


a la paloma tanto, da por ella
tu propia carne, en peso equivalente.

-¡Oh buitre! Fácil es lo que propones,


pondré mi propia carne en la balanza.
El rey, sin vacilar, cortó un pedazo
de su carne; pesóla, y, al pesarla,
halló que más pesaba la paloma.

Volvió a cortar más carne de su cuerpo,


y siempre la balanza se inclinaba
LA LITERATURA INDIA 37

de la paloma el mayor peso. Entonces,


con la sangrienta y destrozada carne,
se puso en la balanza Usinar mismo.

-Indra soy, rey del cielo -dijo el buitre-,


y la paloma es aquí, dios del fuego;
a probar tu virtud hemos bajado
hasta la tierra. ¡Oh Príncipe piadoso!
Al cortar tú la carne de tu cuerpo
has conquistado en el externo mundo
eterna fama y clara nombradía;
y hablarán en tu encomio los mortales
mientras dure el asiento que en el cielo
te preparan los dioses-, Así dijo
Indra, y al cielo se elevó glorioso.
También por su virtud Usinar justo
el cielo conquistó, y en pos de Indra
subió luciente a la eterna morada.
38 LITERATURA ORIENTAL

ANÓNIMO

Bhagavad-Gita (fragmento)

Las ramas de este árbol se extienden hacia abajo y


hacia arriba, nutridas por las tres modalidades de la
naturaleza material. Las ramillas son los objetos de los
sentidos. Este árbol también tiene raíces que van hacia
abajo y están vinculadas con las acciones fruitivas de la
sociedad humana.
La verdadera forma de este árbol no se puede per-
cibir en este mundo. Nadie puede comprender dónde
acaba, dónde principia, ni dónde está su base. Pero con
determinación uno debe derribar este árbol con el arma
del desapego. Haciendo eso, uno debe buscar ese lugar
del cual, habiendo ido una vez, jamás se regresa, y allí
rendir a esa Suprema Personalidad de Dios a partir de
quien todo ha comenzado, y en quien todo permanece
desde tiempo inmemorial,
Aquel que está libre de la ilusión, el prestigio falso y
la asociación fácil, que comprende lo eterno, que ha ter-
minado con la lujuria material y está libre de la dualidad
de la felicidad y la pena, y que sabe cómo rendirse a la
Persona Suprema, alcanza este reino eterno.
LA LITERATURA INDIA 39

ANÓNIMO

Panchatantra (fragmento)

- Cómo fue eso?, dijo el rey. Aquéllos contaron:

CUENTO XIII

Señor, habitaba en cierta región de un bosque un rak-


xasa llamado Chandakarman que, vagando un día por la
selva, se apoderó de un brahmán, se le subió a los hom-
bros, y le dijo: -Ce, anda camino adelante. -El brahmán,
con el corazón agitado por el miedo, partió llevándolo a
cuestas; pero al verle los pies tan delicados como el cora-
zón del loto, preguntó el brahmán al rakxasa: -Ce, ¿cómo
tienes los pies tan delicados? -El rakxasa contestó: -Es
voto que he hecho de llevar los pies lavados y no tocar
con ellos la tierra. -Al oír esto el brahmán, que no pensa-
ba más que en ver cómo se salvaría, se acercó a un lago, y
en seguida le dijo el rakxasa: -Ce, hasta que yo no vuelva
después de bañarme y adorar a los dioses, no te tengas
que apartar de este lugar a otro sitio, -Hecho esto pensó el
brahmán: «Seguramente que éste me devora luego que
acabe su acto de adoración a los dioses. Me voy pues,
corriendo; porque él, con los pies mojados, no vendrá
40 LITERATURA ORIENTAL

detrás de mí.» Así lo hizo; y, el rakxasa, por miedo de


interrumpir el voto, no le persiguió. Por esto digo yo:

94. El hombre discreto ha de ser siempre pre-


guntador; aunque fue cogido por un rakxasa, un
brahmán se libró hace tiempo por haber hecho una
pregunta.
2
LA LITERATURA CHINA
Pág. anterior:
Escultura en terracota de los siglos VII-VIII.
LA LITERATURA CHINA 43

Introducción

La literatura china, con sus tres mil años de


existencia, es una de las más antiguas del
mundo. La invención de la imprenta en fecha
temprana permitió la reproducción y la conser-
vación de textos antiguos. Ya en 868 Wang Chie
imprimió un sutra en traducción china.
Dos circunstancias fundamentales caracteri-
zan la literatura china. Una tiene que ver con el
carácter pictográfico de su escritura y la otra
con el carácter convencional y normativo de la
actividad literaria.
El carácter pictográfico de la escritura china y
el vasto sistema de signos que la integran, hizo
que la dedicación a la literatura permaneciese
44 LITERATURA ORIENTAL

durante siglos en manos de una clase cerrada.


Por otra parte, como estos caracteres pictográfi-
cos no reflejaban las variantes fónicas de las
diferentes entonaciones locales, poseyeron un
valor común para todo el imperio.
La obra literaria china está regida por estric-
tos preceptos que obstaculizaron la manifesta-
ción de una individualidad creadora. El respeto
a la norma, el estricto acatamiento de las for-
mas, hicieron posible una literatura conserva-
dora y poco flexible. Sin embargo, algún género,
como la poesía, pudo gozar de una mayor liber-
tad formal.
Para una mejor comprensión, la literatura
china ha sido dividida en cinco grandes perío-
dos hasta el siglo XIX.
LA LITERATURA CHINA 45

I. Período Clásico (ss. VI-III a.C.)

Durante este período se estructuran los lla-


mados Cinco Libros Clásicos: Che King (Libro de los
poemas), Shu King (Libro de la historia), Yi King
(Libro de los cambios), Li King (Libro de los ritos) y
el Ch 'un Ts 'iu (Primavera y otoño). El contenido
de estos libros -historia, filosofía y religión-
revela las preocupaciones fundamentales de la
época.
Florece en este período el pensamiento de
Confucio (551-479), creador de una escuela que
tiene como fundamento regir la conducta moral
y cívica. Su objetivo principal es el gobierno del
pueblo. Se le atribuye la redacción del Ch'un
Ts 'iu y de las Analectas, colección de anécdotas
y enseñanzas recogidas por sus discípulos. Su
46 LITERATURA ORIENTAL

más fiel seguidor fue el filósofo Mencio (371-


289).
Lao-Tsé (s. V a.C.) es el otro gran pensador
del período. Fundó el taoísmo, doctrina que
propone alcanzar el Tao o camino hacia la ver-
dad absoluta por medio de la actitud contem-
plativa o dulce quietud (wuwei). Escribió el Tao
Te Kin (Libro del Taoy la virtud), verdadero evan-
gelio del taoísmo. Tuvo su más fiel seguidor en
Chuang-Tzu (s. III a.C.), quien escribió una inte-
resante obra de reflexiones morales y anécdotas
edificantes.
LA LITERATURA CHINA 47

II. Período de Han (ss. II a.C a II)

En el curso de este período el confucianismo


se convierte en credo oficial apoyado en un rígi-
do cuerpo doctrinal (los Cinco Libros Clásicos),
sujeto a interpretaciones recurrentes. La crea-
ción literaria se reduce al mínimo, salvo la poe-
sía. Aparecen dos obras históricas importantes:
el Che Ki (Memorias históricas) de Ssu-ma Ts'ien y
el Han Shu (Libro de los Han) de Pan Ku.
En poesía surge en este período la forma lite-
raria fu, donde alternan la prosa y el verso. Apa-
rece también la forma she para nombrar a la
poesía cantada. Sus temas eran tanto religiosos
como profanos.
48 LITERATURA ORIENTAL

III. Período de los Tres Reinos y de


las Seis Dinastías (ss. III a VI)

Las invasiones en el Norte de China debilitan


el sistema centralista y el confucianismo cede en
influencia al taoísmo entre los intelectuales, cir-
cunstancia ésta que, unida a la presencia del
budismo, dota de una mayor riqueza reflexiva
al pensamiento chino.
En poesía se desarrollan los temas sobre la
naturaleza, siendo su mejor exponente el poeta
Tao Ch'ien (s. IV), autor de composiciones en
verso libre, de vida ordenada y digna. Son
célebres sus Seis poemas sobre la vida en el campo.
Cercano al taoísmo, su obra posee un intenso
sentido humano. Sus poemas son conocidos por
todos los estudiantes chinos.
LA LITERATURA CHINA 49

IV. Período de los T'ang, Cinco


Dinastías y Song (ss. II a XII)

Una vez que China se recuperó de las inva-


siones regresó al centralismo tradicional e inclu-
so ensaya la expansión. En el siglo XIII China
fue invadida por los mongoles.
En literatura se afianzan las estructuras que
habrían de sobrevivir en la prosa y en la poesía
hasta el siglo XX. El carácter elíptico de la poe-
sía china, en lugar del expositivo, se mantiene
como un rasgo regular.
Durante la dinastía Song aparece una insis-
tencia en la orientación coloquial de la poesía,
tendencia de la que es exponente Han Yu (768-
824). La dinastía T'ang es considerada como la
edad de oro de la poesía china, el gran esplen-
dor de las letras coincide con un período de paz
interior y de estabilidad en el imperio. De esta
50 LITERATURA ORIENTAL

época son los tres poetas mayores de la poesía


china: Li Tai Po (689-762), Tu Fu (712-770) y Po
Chu Yi (722-846), quienes ofrecen una imagen
más viva de su tiempo que la que aparece en las
crónicas históricas.
Li Tai Po (Li Po) tuvo fama de borracho y
vagabundo, supo llevar la poesía china a extre-
mos de excelencia. Cultivó tanto la poesía corte-
sana (más rígida y minuciosa) como la musical
(más libre y de expresión más popular). Su
interpretación espontánea de la naturaleza alejó
la poesía del bucolismo tradicional. Su obra se
agrupa en Recopilación de poesia de Li Tai Po, y
entre sus composiciones más notables destacan
Bebiendo solo al claro de luna y Carta de un exiliado.
Tu Fu, amigo de Li Po, goza durante parte de
su vida de los favores de la corte, pero abando-
na este ambiente para viajar por el norte del
país. Su poesía es menos espontánea que la de
Li Po, pero ofrece el mérito de haber dejado tes-
timonio de la sociedad de su tiempo así como
de las miserias del pueblo. Su obra se recogió
en el siglo XVIII con el título Colección y comen-
tario de las poesías de Tu Fu.
LA LITERATURA CHINA 51

Po Chu Yi también fue favorito de la corte,


pero las intrigas lo alejaron como gobernador de
una distante provincia. Tuvo como norma el
principio de Confucio del arte como crítica a los
males del gobierno y como guía moral del pue-
blo. Su lenguaje es sencillo y sus temas variados
y en ocasiones moralistas. Su obra está recogida
en Colección de las poesías de Po Chu Yi.
52 LITERATURA ORIENTAL

Grabado de un cuento chino.


LA LITERATURA CHINA 53

V. Períodos Yuan, Ming y


T'sing (ss. XIII-XIX)

Durante este período acrecientan su impor-


tancia la novela y el teatro. Por otra parte, el len-
guaje coloquial cada vez está más presente en la
obra literaria.
El desarrollo del teatro, unido a la música, lo
acerca al concepto de ópera occidental. El autor
más conocido es Kao Ming, autor de Pi-p 'achi,
el drama más famoso. La música y los elemen-
tos espectaculares eran más importantes que el
argumento. Tampoco se distinguía excesiva-
mente entre comedia y tragedia. El vestuario
ostentoso y la riqueza expresiva de las máscaras
tenían gran importancia en la representacion.
La novela busca sus temas en las aventuras,
la historia y lo sobrenatural. Las tres obras más
representativas son Novela de los Tres Reinos y A
54 LITERATURA ORIENTAL

la orilla del agua de Lo Kuan-chung, y Viaje al


Occidente de Wu Ch'engen. La primera novela
propiamente realista es Las flores del ciruelo en la
vasija de oro de Hsu Wei (1520-1593). Otras nove-
las que destacaron en este período son: El sueño
de la cámara roja de Ts'ao Chan (h. 1763) de ras-
gos autobiográficos y gran variedad de perso-
najes y Seis capítulas de una vida flotante de Shen
Fu (h. 1770).
El cuento tiene en Feng Meng-Lung uno de
sus mejores representantes. Merece mención su
colección San- Yen.
ANTOLOGÍA
Pág. anterior:
500 años antes de la aparición de la imprenta de Gutemberg, los chi-
nos imprimían sus libros en papel.
LA LITERATURA CHINA 57

CONFUCIO

Analectas

VI
1. Él dijo: Los jóvenes deberían ser filiales en el
hogar, y fraternales fuera de él; cuidadosos con lo que
dicen pero sin faltar a la palabra una vez pronunciada;
deben ser agradables para todos, pero profundizar
[Imásí] en la amistad con los verdaderos hombres; si les
queda algo de energía, que la dediquen a la cultura.

VIII
1. Él dijo: Un caballero sin autoridad no será
venerado, falta vigor en su método de estudio.
2. Primero: llegar al mismo centro de la mente;
después, cumplir con la palabra dada.
3. Amistad con los iguales.
4. No dudéis, corregid los errores.

XIV
1. Él dijo: Un caballero come sin tratar de atibo-
rrarse, habita sin buscar la quietud [total], se cuida de los
negocios, se asocia con gente decente para ajustar su pro-
pia decencia; de él puede decirse que ama el estudio.
58 LITERATURA ORIENTAL

CHUANG-TZU

El libro de Chuang-Tzu

12. Un perro no es bueno porque ladre mucho. El


hombre no es sabio porque hable bien, cuanto menos será
grande. Para ser grande no basta con empeñarse en serlo,
cuanto menos para ser virtuoso. Nada hay tan perfecto y
grande como el Cielo y la Tierra. ¿Acaso se han hecho tan
perfectos y grandes por haberlo ellos procurado? Quien
conoce la grandeza cumplida nada busca, nada pierde,
nada deshecha. No se muda o altera por las cosas. Siem-
pre vuelve a sí mismo y así nunca se agota. Continúa con
ser lo primitivo sin pulirlo. Ésta es la autenticidad del
hombre grande.
LA LITERATURA CHINA 59

TAO CH'IEN

Los años corren rápidos más allá del recuerdo;


es solemne la paz de esta dulce mañana.
Me vestiré las túnicas para la primavera
y me iré a las laderas de los montes del Este.
Una neblina cubre el arruyuelo que surca la
colina;
mas es sólo un instante y pronto se disipa.
Luego, el viento del Sur viene a peinar
los campos donde nace el trigo nuevo.

LI TAl PO

Parte las aguas la afilada proa;


el barco tiene cien pies de largo.
Un viento fresco infla la vela;
a lo lejos se pone el sol.
El vino que bebíamos al despedirnos
aún está ahí, pero tú ya te fuiste.
Pienso en ti y ya no te encuentro;
tristemente contemplo el agua azul.
60 LITERATURA ORIENTAL

TU FU

Una criada lleva un pollo a vender al mercado.


El pollo, atado, lanza desesperados cacareos.
En casa quedan otros pollos picoteando granos y gusa-
nos
sin sospechar que el compañero va destinado a la
cazuela.
Para el hombre, todas las criaturas vivientes son igua-
les;
ordeno a la criada que desate al pollo;
su fin no llegó aún.
Sigo con la mirada el río que corre al pie del pabellón.
3
LA LITERATURA JAPONESA
Pág. anterior:
Mujer escribiendo, del pintor japones Kitagawa Utamaro.
LA LITERATURA JAPONESA 63

Introducción

La literatura japonesa, con más de doce siglos


de existencia, comúnmente ha estado sometida
a una falsa interpretación que la reduce a una
mera dependencia de la china. Si bien es cierto
que la cultura japonesa estuvo muy vinculada
en sus orígenes a la china -de ella toma el méto-
do de escritura, parte de su filosofía, mucho de
religión y algunos géneros literarios-, no lo es
menos que el genio creador japonés supo modi-
ficar, enriquecer y dar un cariz propio a los prés-
tamos tomados del gran imperio continental.
El japonés es una lengua polisilábica de
pocas entonaciones, en oposición a la lengua
polisilábica y rica en entonaciones del chino. La
64 LITERATURA ORIENTAL

expresión japonesa está compuesta de largas


frases interminables, frente a la concisión del
chino clásico. Por otra parte, la poesía china es
preferentemente rimada, mientras que en la
japonesa lo que prima es la cantidad silábica.
Además, el japonés literario ofrece una sugeren-
te ambigüedad de acepciones que hacen, por
ejemplo, que la poesía ofrezca a la traducción
varias versiones, todas ellas parte de un posible
mosaico de interpretaciones.
Hasta finales del siglo XIX la literatura japo-
nesa se suele estudiar en cuatro grandes perío-
dos.
LA LITERATURA JAPONESA 65

I. Período antiguo. Nara (710-793)

El período toma su nombre de la antigua


capital, Nara. En esta etapa aparecen los dos
libros fundacionales de la literatura japonesa,
mezcla de mitos cosmológicos y referencias a
los orígenes divinos del clan Yamato. También
se encuentran en ellos baladas y canciones de
gran valor literario. Estos libros son el Kojiki
(Crónica de asuntos antiguos, 712) y el Nihangi
(Crónica del Japón, 720). En el último, sobre todo,
se puede apreciar la influencia china.
La poesía tuvo su representación en la gran
antología Manyoshu (Colección de las diez mil
hojas, 759) que recoge alrededor de 4.500 poe-
mas. La estructura silábica, propia de la poesía
japonesa, ya aparece reflejada en esta colección.
Gran parte de los poemas alternan los versos de
66 LITERATURA ORIENTAL

Hokusai. Vendedor de poesías del año


nuevo.
LA LITERATURA JAPONESA 67

5 y 7 sílabas, siendo la forma predominante la


tanka, estrofa de cinco versos de 5-7-5-7-7 síla-
bas, eje sobre el que discurrirá una considerable
porción de la poesía japonesa. Los temas oscilan
entre la visión lírica de la naturaleza, los de cir-
cunstancias públicas (elegías por nobles) y los
de un elaborado sentido estético. Destacan entre
los poetas más sobresalientes Kakinomoto Hito-
maro (h. 680), Yamanoe Okura (h. 660) y Otomo
Yakamochi (718-785).
68 LITERATURA ORIENTAL

II. Período clásico. Heian (794-1185)

Toma su nombre de la nueva capital, Heian


(actual Kioto). Es un período de gran floreci-
miento de las artes, protegidas por la nobleza
entronizada en la nueva y poderosa capital. El
poder, de hecho, pasa del Emperador, al regen-
te (shogun), regencia controlada por la empren-
dedora familia de los Fujiwara. El control del
país fue delegado en grandes propietarios
regionales, en un sistema similar al feudal euro-
peo.
La poesía de este período se hace más subje-
tiva en su propósito y aguda en su expresión. La
antología poética es presentada como un género
literario independiente. De las 21 antologías
imperiales sobresale Kokinshu (Colección antigua
y moderna, 905), compilada por Kino Tsurayuki
(884-946), autor de un célebre prólogo, primera
muestra de la crítica literaria japonesa.
LA LITERATURA JAPONESA 69

En la prosa surgen los cuentos de hadas y las


narraciones poéticas, cuya mejor expresión se
encuentra en Los cuentos de Ise (950) de Ariwara
no Nasihira. La obra está constituida por 125
episodios no fantásticos sobre la vida ordinaria
de nobles siempre enamorados de una aldeana.
Combina el poema y la prosa. Sin embargo, la
obra en prosa más sobresaliente de este período
y de toda la literatura japonesa es La historia de
Genji (h. 1000) de la escritora Shikibu Murasaki
(975-1025), dama de la corte y miembro de una
familia de escritores. La obra es una pecu-
liar novela larga y compleja, llena de humor
y de encanto, que cuenta la historia del
joven príncipe Genji y la vida de la corte. La
novela transcurre como si fuera un rollo de
pintura japonesa (kakemono) en la que van sur-
giendo cientos de personajes apoyados en suti-
les evocaciones.
El diario es también un género cultivado en
esta época. Diario Tosa (935) de Kino Tsurayuki
es un excelente documento para el conocimien-
to de las costumbres de la Corte de Heian.
70 LITERATURA ORIENTAL

III. Primer período medieval.


Kamakura Ashikaga (1185-1600)

Durante este período la corte centralista es


sustituida por una sucesión de gobiernos mili-
tares que fijan la capital en Kamakura 1189-
1333). En esta época el país fue atacado por los
mongoles de Kublai Kan, pero fueron rechaza-
dos. A los militares de Kamakura siguió en el
poder la familia Ashikaga, abriendo un, período
de constantes guerras internas entre los «seño-
res de la guerra». Este es el período durante el
cual el budismo Zen adquiere su mayor influen-
cia. En 1542 llegaron los portugueses a Japón,
primer contacto con occidente.
En la época Kamakura apareció la octava
antología imperial de poesía Shinkokinshu
(1206), preparada por el poeta Fujiwara Teika
(1162-1241). Esta antología, muy apreciada, pre-
senta una poesía más simbolista que las anterio-
res; priman los temas de la soledad, el amor
LA LITERATURA JAPONESA 71

melancólico, la muerte, la separación de los


amantes y el paso del tiempo. La gran novedad
en prosa de esta época fueron las narraciones
militares, de la que El cuento de los Heike, anóni-
ma, ofrece una buena muestra.
La época de los Ashikaga (1333-1600) es
conocida también como período Muromachi, de
absoluta influencia de los principios Zen, reco-
nocida como la etapa del gran florecimiento de
las artes plásticas japonesas. La poesía evolucio-
nó hacia la forma renga (que no es más que una
sucesión de tankas escritas por más de un poeta,
sujeta a severas reglas y que llegó a agrupar
hasta 100 tankas consecutivas). Se fundamenta-
ba en una estética muy estricta y poseyó un
marcado sentido aristocratizante. Sus temas
preferidos fueron la naturaleza y el amor; algu-
nos poetas se atrevieron a introducir el lenguaje
coloquial en sus composiciones. Cuando la
renga incluía palabras chinas, se la llamaba haikai.
Entre los grandes poetas cultivadores de renga
se encuentran Nijo Yoshimoto (1320-1388), Ara-
kida Moritake (1473-1549) y Yamazaki Sokan
(1465-1553).
72 LITERATURA ORIENTAL

El hecho literario más notable de esta época


es el surgimiento del drama No (talento), que
tiene su antecedente en una forma teatral anti-
gua, sarugaku. El No combina canto, danza y
música. La acción es lenta y todo movimiento
está sujeto a rígidas normas que estilizan al
máximo la gesticulación (de ahí el nombre No,
«talento» interpretativo del actor). La represen-
tación suele constar de un actor/bailarín princi-
pal, uno secundario, varios acompañantes y el
coro. El vestuario es muy importante y se apoya
en el uso de máscaras muy elaboradas. La esce-
nografía, sin embargo, no pasa de ser un traza-
do impresionista, breve sugerencia del entorno.
Cada pieza dura aproximadamente una hora.
Las representaciones se hacían en serie de cinco
obras, sujetas al siguiente orden: la primera
trata de dioses; la segunda, de un guerrero; la
tercera, de una mujer; la cuarta, de un loco; y la
última, de diablos. En total, unas seis horas de
programa. Para aliviar el tono trágico de las pie-
zas No, se solía intercalar farsas (kyogen) que
relajaban al espectador. Sus cultivadores más
celebres fueron Kananii Kiyotsugu (1333-1384)
y su hijo Zeami Motokiyo (1363-1443).
LA LITERATURA JAPONESA 73

IV. Segundo período medieval.


Tokugawa o Edo (1600-1868)

Desde principios del siglo XVII se instala en el


poder una nueva familia de regentes (shogu-
nes), los Tokugawa, que reinstauran el poder
centralista despótico. Se cierra el país al mundo
exterior, por lo que se conoce esta etapa también
por el nombre de sakoku (país cerrado). Los
misioneros occidentales son perseguidos y el
reducido contacto con occidente queda limitado
al puerto de Nagasaki. No sería hasta 1853 que
el país se abriría de nuevo a occidente. El flore-
cimiento de la economía interior permitió el
desarrollo de la clase de los comerciantes, con lo
que se alentó una nueva cultura urbana que
repercutió profundamente en las formas emer-
gentes de las artes y las letras.
74 LITERATURA ORIENTAL

En poesía el hecho más notable fue el desa-


rrollo del haiku, aparecido ya en el siglo XVI. El
haiku es un poema breve de 17 sílabas distri-
buidas en tres versos de 5-7-5 sílabas. Su exten-
sión restringida, su naturaleza elíptica y la
amplitud de sugerencias que provoca su lectura
atrajo a los poetas occidentales desde principios
del siglo XX. Los más sobresalientes cultivado-
res del haiku fueron: Nishiyama Soin (1604-
1682), Matsuo Basho (1644-1694), Tanigushi
Buson (1716-1783) y Kobayashi Issa (1763-1827).
Nishiyama Soin introdujo una prosodia más
flexible, menos convencional; su léxico fue más
libre, abarcando, incluso, temas obscenos y vul-
gares.
Basho es considerado como el verdadero
padre del haiku. Influido por el budismo Zen,
añadió al haiku una finalidad de perfección
espiritual. Su estilo combina la ironía, el humor
y la elegancia. Además, es el autor de una exce-
lente obra, mezcla de prosa y poesía, Sendas de
Oku. A pesar de haber sido un hombre que pre-
fería la soledad, dejó gran cantidad de discípu-
los. Su influencia posterior ha sido extraordinaria.
LA LITERATURA JAPONESA 75

Los haikus de Buson son menos filosóficos,


pero más humanos y cargados de un cierto sen-
tido romántico. Buson fue, además, un renom-
brado pintor.
Issa, por su parte, sufrió la pobreza y el infor-
tunio. Es un minucioso observador de las cosas
humildes, aunque a veces acude a la intención
irónica. Su poesía posee una acentuada tenden-
cia sentimental.
Ya en el siglo XIX, Masaoka Shiki (1867-1902)
renovó el contenido del haiku, dándole su defi-
nitiva independencia como género. Su obra
busca despertar la impresión del lector a través
de un lenguaje sobrio y alejado de todo senti-
mentalismo. Además de poeta, fue un crítico
valioso.
Al teatro, por su parte, llegaron nuevas for-
mas de expresión: el kabuki, dirigido a las clases
media y baja urbanas, forma dramática más
vulgar y menos elaborada que el No; y el joruri
o teatro de títeres, cultivado con gran sentido
estético. Chikamatsu Monzaemon (1653-1725)
fue un gran creador que escribió piezas célebres
para ambos géneros.
ANTOLOGÍA
Pág. anterior:
Retrato de emperatríz china pintado sobre seda de principios del
siglo XV.
LA LITERATURA JAPONESA 79

ARIWARA NO NASIHIRA

Los cuentos de Ise

Una vez vivía un hombre en una aldea remota. Un día


anunció a su amada que se iba a servir a la corte, se des-
pidió tiernamente de ella y partió. Pasaron tres anos sin
que regresara, y la dama, habiéndole esperado tanto tiem-
po en soledad, acabó por consentir en pasar la noche con
otro hombre, el cual había sido muy amable con ella.
Aquella misma noche regresó su antiguo amante. Cuan-
do éste llamó a la puerta pidiéndole que le abriese, ella
respondió a través de la puerta con este poema: Durante
tres años esperé en soledad y esta noche precisamente
otro comparte mi almohada.» A lo que replicó él: «Trata,
pues, de amarle tanto como yo te amé durante todos estos
años.» Y con ese poema comenzó a alejarse; pero la dama
gritó: «Sea lo que fuere, lo que sucedió o no sucedió, mi
corazón sigue siendo tuyo como lo fue antes.» Pero el
hombre no dio vuelta. Agobiada de pena echó tras él, mas
no pudo alcanzarle. En un lugar por el que corría un arro-
yo claro se cayó, y allí escribió en una piedra con la san-
gre que le corría de un dedo: «No pude detenerlo... Se fue
sin dedicarme un pensamiento, y ahora he de desapare-
cer.» Así escribió, y murió allí.
80 LITERATURA ORIENTAL

(HAIKUS)

FUJIWARA TEIKA YAMAZAKI SOKAN


Va persiguiendo Ah, si a la luna
pétalos de cerezo se le adosara un mango,
la tempestad. ¡qué buen paipai!

ARAKIDA MORITAKE NISHJYAMA SOIN


No ya en su cáliz El alto cielo
sino en nuestra nariz miraba, ¡y un aroma!
está el aroma. El del ciruelo.

MATSUO BASHO
Aroma del ciruelo, En ruiseñor
y de pronto el sol sale: sueña que se convierte
senda del monte. el grácil sauce.

TANIGUSHI BUSON KOBAYASHI ISSA


Pasó el ayer, Florece el ciruelo
pasó también el hoy: y canta el ruiseñor,
se va la primavera. pero estoy solo.

MASAOKA SHJKI
Yo que me voy, Al escuchar
y tú que aquí te quedas atento la tormenta,
son dos Otoños miles de ecos.
LA LITERATURA JAPONESA 81

MATSUO BASHO

Sendas de Oku

El Santuario de Tada

Visitamos el Santuario de Tada, que guarda el yelmo y


parte de la armadura de Sanemori. Dicen que fue un
regalo de Yoshitomo Minamoto, cuando Sanemori perte-
necía al clan de Minamoto. En efecto, no son armas de un
simple samurai. En la visera y las partes laterales del
yelmo está grabada una guirnalda de crisantemos de oro;
el frente ostenta una cabeza de dragón, junto con dos
cuernos salientes en forma de arado. Se cuenta que,
muerto Sanemori, las dos reliquias fueron enviadas al
Santuario, con una carta suplicatoria, por el mismo que lo
mató, Kiso Yoshimaka. Su secuaz, Jiro Higuchi, fue el
mensajero.

¡Qué irrisión!
Bajo el yelmo
canta un grillo.
4
LA LITERATURA HEBREA
Pág. anterior:
Elías asciende a los cielos. Mural sueco del siglo XIX.
LA LITERATURA HEBREA 85

La Biblia

La Biblia -plural del sustantivo griego biblion


(libro)- es la obra fundamental de la literatura
hebrea, del cristianismo y tiene una enorme
influencia en la civilización occidental.
Sus libros, que el Concilio de Trento conside-
ró, en 1546, de inspiración divina, se deben a
numerosos autores de distintas épocas, que
dejaron en ellos la impronta de su personalidad,
y constituyen la suma de la historia, la cultura y
las tradiciones del pueblo hebreo.
86 LITERATURA ORIENTAL

Fecha, autores; lengua, libros bíblicos

Los libros de la Biblia fueron compuestos


entre el siglo XVIII a.C. y principios del siglo II;
así se piensa, por ejemplo, que el Pentateuco fue
redactado -redacción que se atribuye a Moisés-
entre los siglos VI y IV a.C., pero siguiendo tex-
tos anteriores al IX que a su vez recogían versio-
nes orales precedentes.
Los más distintos géneros literarios fueron
utilizados por los autores del Antiguo Testa-
mento, así como los temas más diferentes, pero
con una idea central que les confería unidad:
reflejar la continuidad de un pueblo y su desti-
no.
Casi todos los libros del Antiguo Testamento
fueron compuestos en hebreo -con algunos frag-
LA LITERATURA HEBREA 87

mentos en arameo-, aunque en ciertos casos


sólo se conservan en griego; incluso algunos
fueron escritos directamente en griego.
Atendiendo al nacimiento de Cristo, la Biblia
cristiana se divide en dos partes: Antiguo Testa-
mento y Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento lo integran un conjunto
de libros declarados canónicos por los Concilios
tridentino y Vaticano, agrupados en tres cuer-
pos: «históricos», «sapienciales» y «proféticos».
Los libros «históricos», testimonio de la
intervención divina en la vida de Israel, pue-
den separare en dos grupos. El primero es el
Pentateuco -que escribió Moisés fijando la len-
gua literaria- y es llamado por los judíos Torá (La
Ley). El Pentateuco está integrado por cinco
libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deute-
ronomio. En ellos se registra la creación del
mundo y la fundación del pueblo elegido de
Israel hasta la conquista de Canaán, la «tierra
prometida».
El otro cuerpo de los libros «históricos» inicia
el período áureo de las letras hebreas y refiere
pasajes del acontecer histórico ilustrado por sus
88 LITERATURA ORIENTAL

títulos: Josué, Jueces, Ruth (de espléndidos valo-


res literarios), Samuel, Reyes, Crónicas, Esdras,
Nehemías, Tobías, Judith, Ester y Macabeos.
Los libros «sapienciales», notables por la per-
fección de la prosa y el verso y compendio de la
sabiduría del pueblo hebreo, son: Job, Salmos,
Proverbios, Eclesiastés, Cantar de las Cantares,
Sabiduría y Eclesiástico.
Escrita en su casi totalidad en verso y notable
por su soberbia elocuencia, la tercera unidad del
Antiguo Testamento está formada por los libros
«Proféticos»: Isaías, Jeremías, Lamentaciones,
Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas, Amós, Miqueas,
Nahún, Habacuc, Safonías, Joel, Jonás, Abdías,
Ageo, Zacarías y Malaquías.
El Nuevo Testamento supone, para los cris-
tianos, la culminación del Antiguo Testamento:
se cumple lo que se había prometido, la llegada
del Mesías. Los Evangelios fueron redactados
por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los Hechos de
los Apóstoles se centran en los primeros tiem-
pos de la Iglesia -fueron redactados por Lucas-,
así como las cartas (14 de Pablo, 2 de Pedro,
una de Santiago y otra de Juan). El Apocalipsis de
CIVILIZACIÓN ANTIGUA 89

Juan está dentro de un género -el apocalíptico-


que ya existía antes; debe, además, relacionarse
con las profecías del Antiguo Testamento; el
estilo es alegórico y el sentido de algunos deta-
lles aún no ha sido aclarado del todo.
Los libros del Nuevo Testamento fueron
todos escritos en griego -lengua dominante en
el Cercano Oriente a partir de la expansión del
helenismo-, salvo el Evangelio de Mateo, que fue
redactado en arameo aunque sólo se conserva
en griego.
90 HISTORIA: CHINA

La versificación

El ritmo fonético que caracteriza a la poesía


de estirpe grecolatina y moderna está ausente
de la Biblia. En su lugar se utiliza un sistema
rítmico fundado en la asociación mental de dos
o más conceptos o imágenes repetidas, en opo-
sición o complementarias. Es propio de la versi-
ficación bíblica el paralelismo y la utilización de
versículos, resaltando tres formas predominan-
tes: sinónima, antitética y sintética.
CIVILIZACIÓN ANTIGUA 91

Traducciones y versiones bíblicas

En la época alejandrina, el griego adquiere


un valor universal y es de este período que data
una de las grandes traducciones de las Sagradas
Escrituras, específicamente del Antiguo Testa-
mento: la llamada Biblia de las setenta intérpretes,
encargada por el monarca Tolomeo Filadelfo,
llevada a cabo entre los siglos III y I a.C. y escri-
ta en griego para los que no entendían el
hebreo.
Posteriormente abundaron las versiones lati-
nas. Entre ellas destaca la de San Jerónimo (331-
420) que trabajó directamente con los originales
hebreo y griego. Esta versión se conoce como
Vulgata, y a partir del Concilio de Trento se con-
virtió en texto oficial de la Iglesia.
92 LITERATURA ORIENTAL

La mayoría de las modernas Versiones bíbli-


cas, algunas de ellas muy notables por sus altos
valores literarios, toman el texto jeronimiano
como punto de partida.
LA LITERATURA HEBREA 93

Literatura hebrea posbíblica

Si bien la Biblia constituye la cumbre de la


literatura hebrea, a su redacción se sucede una
copiosa serie de textos exegéticos. La colección
más importante y trascendente de los mismos
es el Talmud (en hebreo, disciplina), cuyo valor se
equipara en el mundo rabínico con el de la
Biblia, y del que existen dos cuerpos: el Talmud
de Jerusalén o Mishná (recopilación de las tradi-
ciones orales) y el Talmud de Babilonia o Guema-
ra (la ampliación didáctica comentada de aqué-
llos).
La unidad del pueblo hebreo tras la diáspora
(dispersión del pueblo hebreo tras la destruc-
ción del templo de Jerusalén por Tito en el año
70) se mantuvo a través de la preservación de su
historia, convicciones religiosas y filosóficas y
su literatura.
94 LITERATURA ORIENTAL

La literatura hebrea posbíblica tiene altísimos


exponentes a lo largo de los siglos, pero una de
sus etapas más importantes se desarrolla en la
España (Sefarad) de los siglos XII al XIV -e inclu-
so antes-, época en que se desarrolla una rica
literatura (literatura sefardita), así como las
ciencias y la filosofía.
Se escriben tratados de gramática hebrea,
como el Mahbéret de Menahen (s.X); estudios de
esoterismo Zohar (s.XII); y se produce una copio-
sa obra poética que aborda tanto los temas pro-
fanos como los religiosos o filosóficos. Destacan
entre estos creadores el filósofo Maimónides
(1135-1204) y su libro Guía de Descarriados; el
poeta Ibn Gabirol (1020?-1069?) que compuso
en árabe su Fuente de la vida; y el gran poeta de
temas amorosos y filosóficos Yehudah Ha-Leví
(1075-1165) autor de Sionidas y Kuzari.
Por otro lado, esta enorme concentración de
creadores sefarditas transmitió a Occidente, a
través de sus traducciones del árabe y del
hebreo, la rica tradición narrativa oriental con-
tribuyendo así al nacimiento de la prosa.
ANTOLOGÍA
Pág. anterior:
Fragmento de un fresco de la sinagoga hebrea de Doura Europos.
LA LITERATURA HEBREA 97

SALOMÓN

El cantar de los cantares (fragmento)

Eres del todo hermosa, oh compañera mía, y no hay


defecto en ti. Conmigo desde el Líbano, oh novia, conmi-
go desde el Líbano, dígnate venir. Dígnate descender
desde la cima del Antilíbano, desde la cima del Senir, aun
de Hermón, desde los albergues de los leones, desde las
montañas de los leopardos. Has hecho latir mi corazón,
oh hermana mía, novia mía, has hecho latir mi corazón
con uno de tus ojos, con un colgante de tu collar. ¡Cuan
hermosas son tus expresiones de cariño, oh hermana mía,
novia mía! ¡Cuánto mejores son tus expresiones de cariño
que el vino, la fragancia de tus aceites; que toda clase de
perfumes! Tus labios siguen goteando miel de panal, oh
novia mía. Leche y miel hay debajo de tu lengua, y la fra-
gancia de tus prendas de vestir es como la fragancia del
Líbano. Un jardín cerrado con barras es mi hermana, mi
novia, un jardín cerrado con barras, un manantial sellado.
Tu piel es un paraíso de granados, con los frutos más
selectos, alheñas junto con nardos; nardo y azafrán, caña
aromática y canela, junto con toda clase de árboles de olí-
bano, mirra y áloes, junto con todos los perfumes más
finos; y un manantial de jardines, un pozo dc agua dulce,
98 LITERATURA ORIENTAL

y arroyos que fluyen suavemente del Líbano. Despierta,


oh viento del norte, y entra, oh viento del Sur. Respira
sobre mi jardín. Fluyan suavemente sus perfumes.
LA LITERATURA HEBREA 99

ANÓNIMO

El Talmud

»Israet recuerda su última tributación»

Un hombre, yendo de viaje, encuentra un lobo; escapa de


este peligro, y a partir de entonces empieza a narrar la
historia del lobo. Más tarde tropieza con un león, de cuya
acometida se salva; olvida la historia del lobo y empieza
a contar la del león. Finalmente, se encuentra con una ser-
piente, de la cual logra escapar; olvida los dos relatos
anteriores y explica la historia de la serpiente. Lo mismo
exactamente le ocurre a Israel: las últimas tribulaciones le
han hecho olvidar las anteriores.

»Las seis virtudes que hacen feliz at hombre»

Seis virtudes proporcionan al hombre una felicidad cuyo


interés se cobra en este mundo, pero cuyo capital le es
reservado para el otro mundo. Estas seis virtudes son: la
hospitalidad, atender a los enfermos, el fervor durante el
rezo, asistir a las escuelas, la instrucción que da a sus
hijos y el deber que nos imponemos de juzgar al prójimo
con indulgencia.
100 LITERATURA ORIENTAL

SELOMO IBN GABIROL

Belleza e ingenio del amado

He de ser yo rescate
del cervatillo
de los amores,
con el cual se contentan
los afligidos.
Parecen sus mejillas
piedras de mármol
ungidas con la sangre
de sus amantes.
Los dichos de sus labios
son como espadas;
y son sus ojos
para los corazones
como las lanzas.
5
LA LITERATURA ISLÁMICA
Pág. anterior:
Cúpulas ornamentadas del palacio de los Vientos, en Jaipur.
LA LITERATURA ISLÁMICA 103

Introducción

En la zona geográfica meso-oriental cubierta


por la península arábiga nace, en el siglo VIII el
Imperio Islámico.
La figura de Mahoma (570-632) empleado,
hasta los cuarenta años de su vida, de las cara-
vanas comerciales que atravesaban el desierto, y
fundador, a partir de ese momento, de una
nueva religión, la islámica, inspirada en las doc-
trinas judía y cristiana, actúa como galvaniza-
dora del movimiento político-religioso que a
partir del año 622 (año de la Hégira -huida de La
Meca, su ciudad natal, hacia Medina- e inicio de
la Era Musulmana) cobraría auge hasta exten-
derse, en los momentos de mayor esplendor, ya
como la entidad política conocida como Imperio
Islámico, desde el valle del Indo, en Asia, hasta
los Pirineos, en Europa. En el seno de ese impe-
rio florecen con extraordinario brillo la medici-
na, la alquimia, la astronomía y las letras.
104 LITERATURA ORIENTAL

El Corán

El Corán (del árabe Qur'an, texto sagrado),


resumen de las revelaciones que Alá habría
transmitido a Mahoma por boca del Arcángel
Gabriel, da inicio al período islámico y es la
obra maestra de la prosa de su época. El Corán
consta de 114 capítulos (suras) divididos en ayat
(versículos) redactados en prosa rimada y alite-
rada. Su ordenación actual data de la efectuada
durante el gobierno del califa Otmán, y se atie-
ne al criterio formal de la longitud (aparecen
primero los suras más extensos). Con un criterio
cronológico, sin embargo, se pueden distinguir
los de dos etapas, la mecana y la medinesa. Los
de la primera son más cortos y de mayor fervor
religioso, en tanto los de la segunda, posteriores
y más extensos, hacen énfasis en cuestiones
rituales, morales y jurídicas. El contenido del
Corán es vario y desigual: alabanzas a Alá (Dios
único), imprecaciones contra los infieles, visión
LA LITERATURA ISLÁMICA 105

jubilosa del paraíso, polémicas con judíos y cris-


tianos, relatos bíblicos -frecuentemente erróne-
os-, memorias de los profetas (entre ellos, Abra-
ham y Jesucristo), y prescripciones sobre
higiene y urbanidad. Esta variedad de temas y
motivos influye decisivamente sobre la forma, y
mientras los suras del período mecano resultan
de una intensa poesía, pletóricos de ideas bri-
llantes y audaces imágenes, los de la medinesa,
donde no dejan de abundar los pasajes de gran
valor, resultan con frecuencia opacos y áridos.

Extracto de una edición temprana del Coran.


106 LITERATURA ORIENTAL

La narrativa

El comienzo del período clásico de la litera-


tura islámica se sitúa en el siglo VIII, con el lla-
mado período abassida, durante el cual se culti-
vó con asiduidad el género mugamat, narrativa
de aventuras, que, procedente de Persia, influ-
yó, a través de traducciones hebreas, en la obra
del Arcipreste de Hita. El género hicaya, forma
narrativa parecida al teatro, alcanza, asimismo,
gran auge durante este período.
Las más significativas obras de la narrativa
de esta etapa fueron el Calila e Dimna (título con
que se tradujo, primero al árabe y luego a las
lenguas europeas, el Hitopadesa) dado a conocer
en España por la traducción de la escuela de
Toledo y de decisiva influencia en el desarrollo
de la prosa en esta lengua; y Las mil y una noches.
LA LITERATURA ISLÁMICA 107

Basado en leyendas ariopersas con las que se


fundieron otras de origen semítico en el secular
proceso de creación rapsódico-popular, Las mil y
una noches es un libro de sorprendente variedad
temática (cuentos de hadas, relatos picarescos y
épicos, munaziras -disputas o controversias-,
narraciones de angustia -que hoy llamaríamos
de suspense-, y hasta relatos de carácter erótico)
concebidos en un estilo flexible, que crece o dis-
minuye su temperatura y su pathos para ade-
cuarse al tema de la manera estéticamente más
eficaz en cada caso. La finalidad esencial de la
obra, a través de la aparente dispersión de pro-
pósitos, es la de formar buenos discípulos de
Mahoma, reafirmar en su fe a los creyentes y
confundir y atemorizar a los infieles. En su
forma actual, Las mil y una noches es, sobre todo,
la epopeya nacional del pueblo árabe. Aunque,
según los eruditos, el núcleo central del libro
existe en lengua arábiga desde los siglos X u XI,
y ya en su forma definitiva desde el XIV, no fue
hasta el XVIII que se dio a conocer a Europa tra-
ducido a una lengua romance, el francés, por
Antoine Galland.
108 LITERATURA ORIENTAL

La lírica

La lírica, sobre la que gravitaba la favorable


influencia de los siete mu‘llagat (poetas pre-islá-
micos que vivieron en el siglo VI a.C., y que cul-
tivaron la casida, composición poética casi siem-
pre de tema amoroso, monorrima y de métrica
cuantitativa como la greco-latina) decayó hasta
la aparición del metro rayaz durante la dinastía
Omeya.
Con posterioridad, durante el período abas-
sida, se tradujo en Bagdad la Retórica de Aristó-
teles, que les reveló la existencia de la metáfora;
se compusieron numerosas antologías poéticas
y, en Alepo, brillaron las figuras de poetas y
escritores como Abu Nuwas (?-h. 810), el más
destacado entre los llamados modernos, que pro-
duce una lírica de temática báquica, y el inspi-
LA LITERATURA ISLÁMICA 109

rado poeta AI-Mutanabbi (?-h. 965), el más bri-


llante cultor de un tipo de poesía amorosa
semejante a la que en Europa cantó el amor cor-
tés.
Con la instalación en el emirato de al-Anda-
lus del heredero sobreviente de la dinastía
Omeya, Abderramán I, comienza a florecer en
el extremo occidental del califato una rica litera-
tura que alcanzará su mayor y esplendor en el
siglo X, bajo el ya entonces califato de Córdoba,
regido por Abderramán III.
Figuras descollantes del período son: Ibn
Abd Rabbihi (860-940), que se expresó en exce-
lentes casidas neoclásicas en las que cantaba los
fastos del califato, así como en delicados poe-
mas de amor cortés; mejoró la técnica del géne-
ro de las moaxajas. Yusuf Ibn Harun (?-h. 1013),
poeta cortesano bajo Almanzor. Además de la
poesía clásica cultivó también la moaxaja, cuya
técnica perfeccionó aún más tras las huellas de
su maestro Ibn Abd Rabbihi Ibn Darray (958-?)
que inicia en al-Andalus un estilo amanerado
como el de Al-Mutanabbi, que algunos críticos
no vacilan en calificar de gongorino.
110 LITERATURA ORIENTAL

Un poeta singular que coincide con el cre-


púsculo del califato de Córdoba es Ibn Hazm
(994-1063), reconocido también como filósofo,
jurista, teólogo e historiador. Entre la obra lite-
raria de Ibn Hazm sobresale El collar de la paloma
(Tratado sobre el amor y los amantes), pieza a la
que Ortega y Gasset llamó «el libro más ilustre
sobre el tema del amor en la civilización musul-
mana». Aunque Ibn Hazm conservó la herencia
erudita de la poesía clásica árabe, supo reflejar
en sus poemas un carácter personal que lo dis-
tingue del resto de la producción amorosa de su
época. El collar de la paloma habla del amor, las for-
mas de enamorarse, los detalles físicos del
amante, las cartas, los mensajeros, los enemigos
del amor, la traición, el olvido y la muerte. Por
otra parte, su obra no es sólo un tratado sobre el
amor sino también una autobiografía (género
casi desconocido en la literatura árabe medie-
val) que da vida en su relato a lo que afirma en
sus teorías.
Estrofas como la moaxaja (con la jarcha) y el
zéjel, elaboradas y llevadas a un elevado grado
de perfección por estos poetas islámicos, tendrí-
LA LITERATURA ISLÁMICA 111

an capital influencia en la aparición de la lírica


española.

Ilustración que representa a Mahoma y Abu Bakr viajando desde


Medina a la Meca.
ANTOLOGÍA
Pág. anterior:
Arcos de herradura de la mezquita de Córdoba inspirados en la mez-
quita de Damasco.
LA LITERATURA ISLÁMICA 115

MAHOMA

Corán

SURA LXXXIX

El rayar del alba


En nombre del Dios clemente y misericordioso

1. Juro por el rayar del alba y las diez noches.


2. Por lo que es doble y simple,
3. Por la noche cuando prosigue su carrera.
4. ¿No es un juramento que sienta a un hombre sen
sato?
5. ¿No ves a qué ha reducido Dios al pueblo de Ad
6. Que habitaba Irem la de las grandes columnas,
7. Ciudad que no tenía igual en ningún país?
8. ¿A qué ha reducido a los temuditas que tallaban
sus casas en roca en el valle,
9. Y a Faraón, inventor del suplicio de los piadosos?
10. Todos oprimían la tierra,
11. Y propagaban en ella el mal.
12 Dios les aplicará a todos el látigo del castigo;
13. Pues tu Señor está siempre en observación.
14. Cuando, para probar al hombre, Dios le colma de
beneficios,
116 LITERATURA ORIENTAL

15. El hombre dice: El Señor me ha tenido considera


ciones.
16. Pero que Dios, para probarlo, le mida los dones,
17. Y el hombre exclama: El Señor me ha hecho una
afrenta.
18. De ningún modo; pero ¿no tenéis ninguna
consideración al huérfano?
19. No os excitáis mutuamente a alimentar al pobre;
20. Devoráis la herencia de los demás con una avidez
ciega.
21. Y amáis las riquezas con un amor sin límites.
22. Sí; cuando la tierra esté reducida a partículas;
23. Cuando tu Señor venga y los ángeles formen las
filas;
24. Cuando avance la gehena que debe tragar a los cri
minales, ¡oh! entonces el hombre reflexionará; pero
¿de qué le servirá entonces reflexionar?
25. Exclamará: Ojalá hubiese hecho el bien durante mi
vida. Ese día nadie sabrá castigar como Dios;
26. Nadie sabrá cargar de cadenas como Dios.
27. Y en cuanto a ti, oh alma del fiel, tranquila sobre tu
suete,
28. Vuelve al lado de Dios, satisfecha de tu recompensa
y agradable a Dios;
29. Entra en el número de sus servidores;
30. Entra en mi paraíso.
LA LITERATURA ISLÁMICA 117

ANÓNIMO

Las mil y una noches

Primera de las historias de Sindbad el marino


relativa a su primer viaje

Habéis de saber, nobles señores, que yo tenía un padre


que era comerciante y uno de los más importantes entre
los miembros de esta profesión. Tenía mucho dinero y
propiedades valiosas. Murió cuando yo aún era pequeño
y me dejó en herencia dinero, tierras y aldeas. Cuando fui
mayor tomé posesión de todo: me dediqué a comer bien,
a beber bien, a frecuentar a los jóvenes, a vestir elegante-
mente y a andar con amigos y compañeros. Tenía la con-
vicción de que el dinero me iba a durar eternamente y de
que este género de vida me resultaría útil, por lo que
seguí viviendo así durante un cierto tiempo. Luego volví
a mi sano juicio y me recuperé de mi estupidez sólo para
descubrir que mi fortuna había desaparecido, mi situa-
ción había cambiado y que había volado todo lo que
poseía. Cuando me di cuenta me sentí asustado y sin
saber qué hacer, y entonces recordé la historia que había
118 LITERATURA ORIENTAL

oído contar en Otro tiempo y que se refiere a nuestro


señor Salomón hijo de David, sobre él la paz, quien pro-
nunció las siguientes palabras: «Tres cosas son mejores
que otras tres: el día de la muerte es mejor que el día del
nacimiento, un perro vivo es mejor que un león muerto y
la tumba es mejor que un palacio.» Luego me puse en pie,
reuní todos los muebles y vestidos que poseía y los vendí.
A continuación vendí también mis tierras y todo lo
que me quedaba, con lo que logré una suma de tres mil
dirhemes. Se me había ocurrido la idea de viajar por los
países en los que viven las gentes y recordé las palabras
del poeta cuando dice:

Según la medida de tus esfuerzos obtendrás


metas elevadas; quien busca las alturas pasa las
noches en blanco.
Se sumerge en el mar el que quiere encontrar
perlas, y así consigue señorío y favores.
Quien quiere subir a lo alto sin realizar esfuer-
zos consume su vida buscando lo imposible.

Pensando de esta manera me puse en marcha y com-


pré mercancías y objetos y todo lo que necesitaba para
viajar. Había decidido que el viaje fuera por mar, por lo
que me embarqué. El barco navegó hasta la ciudad de
Basra, yendo yo en él acompañado por un grupo de
comerciantes, y luego seguimos por el mar durante
muchos días y noches: íbamos de isla en isla, de mar en
LA LITERATURA ISLÁMICA 119

mar y de continente en continente. En todos los lugares


por los que pasábamos vendíamos, comprábamos e inter-
cambiábamos mercancías. Seguimos navegando por el
mar hasta que llegamos a una isla semejante a un jardín
del paraíso. El capitán del barco mandó anclar junto a
aquella isla: se echó el anda, se ató la pasarela y desem-
barcaron todos los que iban en la nave. Prepararon unos
hornos, encendieron fuego en ellos y cada uno se dedicó
a una tarea distinta: unos cocinaban, otros lavaban y
otros paseaban. Yo fui de los últimos y me puse a dar
vueltas por la isla mientras los pasajeros se reunían para
comer, beber, divertirse y jugar. Así estábamos cuando de
repente el capitán del barco, que estaba de pie a un lado,
se puso a gritar con todas sus fuerzas:
¡Pasajeros, salvaos! ¡Daos prisa y subid al barco!
¡Abandonad todas vuestras cosas y huid por vuestras
vidas! ¡Salvaos de la muerte! Esta isla sobre la que os
encontráis no es una isla, sino un enorme pez anclado en
medio del mar, sobre el que se ha depositado arena,
adquiriendo aspecto de isla en la que, por el transcurso
del tiempo, han crecido árboles. Cuando vosotros habéis
encendido fuego, el animal ha sentido el calor y se ha
movido. Inmediatamente se hundirá con vosotros en el
mar y os ahogaréis todos. ¡Salvad vuestras vidas de la
muerte!
Shahrazad se dio cuenta
de que había llegado la aurora...
120 LITERATURA ORIENTAL

IBN-HAZM

El collar de la paloma

Si antes me hubieran dicho:


"-Olvidarás a quien amas",
mil veces habría jurado:
"-Eso no sucederá nunca."
Pero ya que tras un largo desdén
fuerza es que venga el olvido,
bendito sea tu desdén,
pues que trabaja y se fatiga en curarme.
Ahora me maravillo del olvido,
como antes me maravillaba de la firmeza,
y veo ya tu amor como unas brasas
que arden, pero bajo la ceniza.
6
LAS LITERATURAS DEL
CERCANO ORIENTE:
BABILONIA, EGIPTO Y
PERSIA
Pág. anterior:
Escritura de los babilonios grabada en piedra.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 123

Introducción

La denominación Cercano Oriente tiene, en el


caso de la literatura, una significación doble-
mente válida: en efecto, esa región no sólo se
encuentra geográficamente más cerca de Occi-
dente, sino que hay entre ambos la intangible
proximidad de la cultura.
En las civilizaciones urbanas surgidas a ori-
llas del Tigris, el Eúfrates y el Nilo, coronadas
por sus Estados teocráticos, florece una literatu-
ra que, desde sus inicios, aparece estrechamen-
te vinculada a todo el humano quehacer: cos-
mogonías encargadas de explicar una realidad
que el hombre mira todavía con pupilas carga-
das de asombro; oraciones y conjuros endereza-
124 LITERATURA ORIENTAL

dos a concitar la benevolencia de los espíritus


rectores de esa realidad, etc. Posteriormente
aparecerán los mitos y epopeyas Henos de
admiración por la permanente intrepidez des-
plegada por el hombre en su eterno combate
por la vida.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 125

Babilonia

Resulta problemático hablar de una literatu-


ra babilónica, porque en el territorio ocupado
inicialmente por ese pueblo se superponen y
mezclan, en un lapso de pocos siglos, diversas
civilizaciones, como la asiria y la persa. Algunos
autores, al hablar de la cultura -y, consiguiente-
mente, de la literatura- surgida en torno a las
legendarias ciudades de Ur, Nínive y Akkad,
prefieren llamarla mesopotámica, subrayando el
hecho de que todas ellas florecieron entre las
riberas de los ríos Tigris y Eúfrates. Otros optan
por clasificar las manifestaciones culturales de
la región en dos períodos: el inicial, propiamen-
te babilónico y, posteriormente, el período cal-
deo.
La escritura de los babilonios era cuneiforme
(de cuneus, cuña, en latín). Primero se graba
126 LITERATURA ORIENTAL

sobre piedra y después sobre tablillas de arcilla;


se escribían los signos con estilete sobre la arci-
lla húmeda y se dejaba secar al salo en hornos.
Los signos tenían valor silábico e ideológico,
indistintamente, lo que ha complicado su desci-
frado. Al principio se escribió en sentido verti-
cal y, posteriormente, se hizo de izquierda a
derecha.
El más antiguo de los monumentos litera-
rios descubiertos en la región es el llamado
Código Hammurabí, monolito cilíndrico del siglo
XVII a.C. sobre el que están esculpidos los 282
artículos del Código, que reflejan las principales
características de la sociedad babilónica. Apare-
cen regulados allí , el derecho familiar y las acti-
vidades de la agricultura y el comercio, así
como una escala de sanciones para los transgre-
sores.
Del siglo VII a.C. datan las tabletas de tierra
cocida -forma en que los babilonios conserva-
ban su escritura- rescatadas de las ruinas de un
palacio de Nínive, que contienen el Poema de la
creación, de carácter cosmogónico, en el que el
dios principal de ese pueblo, Marduk, es pre-
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 127

sentado mientras realiza la creación del mundo


y del hombre. Se habla en este poema de un
diluvio universal, noción que probablemente
recogiera el autor del Génesis bíblico.
Otros hermosos mitos babilónicos son Enuma
elis, El galanteo a' Inanna y el Mito de Enlíly Nenlí,
los pavorosos dioses de la tempestad.
Al período caldeo pertenece la obra literaria
más conocida de esta cultura: la epopeya Gilga-
mesh, que narra la historia del héroe del mismo
nombre, en quien encarnan el brío y el espíritu
de lucha del hombre. Gilgamesh, que se sumerge
en el océano en busca de una planta cuya savia
devuelve la juventud a los ancianos, se ve bur-
lado por una serpiente que se la roba una vez
que él la ha encontrado. Pero aun en la derrota,
deja el ejemplo de su decisión y su esfuerzo.
128 LITERATURA ORIENTAL

Fragmento de ilustración del Libro de la Muerte egipcio.


LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 129

Egipto

Los llamados Textos de las pirámides, esculpi-


dos en escritura jeroglífica en las paredes de las
pirámides de Saqqara constituyen la más anti-
gua manifestación literaria conocida en Egipto.
Su contenido es de carácter religioso, con algu-
nas referencias a acontecimientos históricos.
De la época del Imperio Medio se han con-
servado las narraciones Historia del náufrago e
Historia de Sin uhé, esta última casi completa y
en la que se inspiró Mika Waltari para su nove-
la Sinuhé, el egipcio. Durante este período apare-
cen también las Máximas e instrucciones, obra
de carácter didáctico y expresión popular, y los
textos funerarios agrupados en el Libro de los
muertos, cuyo objetivo era servir de guía a las
almas en su viaje hacia Osiris. De idéntica natu-
raleza es el Libro de las dos vidas.
130 LITERATURA ORIENTAL

En la época del Imperio Nuevo aparecen dos


obras narrativas: El viaje del sacerdote Wen -Amon
a Siria y la novela Los dos hermanos, destacándo-
se el primero por su valor literario y documen-
tal, pues se supone que relate hechos contempo-
ráneos al momento de su redacción. La Disputa
o litigio entre Horus y Seth por la herencia de Osiris,
texto en escritura hierática sobre papiro, es tam-
bién de este período.
A partir del Imperio Nuevo la lengua habla-
da y escrita evoluciona con rapidez, forjándose,
con base en los caracteres del hierático tardío, la
nueva escritura demótica, en la que se escribió
una literatura que se ha conservado muy frag-
mentariamente, por lo que se tiene un conoci-
miento imperfecto de ella.
La literatura que se escribe a partir de la lle-
gada de los romanos es mejor conocida. A ella
corresponden dos ciclos de narraciones consa-
gradas al hijo de Ramsés II y a Pedubatis, uno
de los reyes de la XXIII dinastía.
La escritura demótica se conserva hasta el
siglo III d.C., momento en que se inicia el desa-
rrollo de la literatura copta, casi toda ella de
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 131

tematica cristiana. Entre los escasos ejemplos de


literatura profana durante este período destaca
un relato sobre la conquista de Egipto por los
romanos en el que Cambises, su autor, revela
poseer muy escasos conocimientos históricos.
132 LITERATURA ORIENTAL

Persia

Los comienzos de la literatura persa se


remontan al siglo VI a.C., con la figura de Zoro-
astro (o Zaratustra), sobre cuya existencia histó-
rica se abrigan serias dudas. Se le reputa como
autor de la parte más antigua del Zend-Avesta,
libro sagrado de la religión mazdeísta fundada
por el propio Zoroastro.
Transcurrirán quince siglos antes de que la
belicista historia persa registre el nombre de un
poeta importante: Rudagi, muerto hacia el año
954 y considerado el primer poeta clásico de
Persia a pesar de lo poco de su obra que ha lle-
gado a nosotros.
La obra lírica de Abul-Kassim-Mansur, a
quien llamaba Firdusí (El divino) es mejor cono-
cida, por haberse conservado casi completa.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 133

Este poeta, nacido hacia el año 935, consagró 35


años de su vida a escribir los más de 60.000 dís-
ticos con que terminó de dar forma de poema al
Libro de los reyes, tarea que había sido comenza-
da por el poeta Daquiqui y cuyo resultado es la
obra conocida como Shah Nameh. El texto inclu-
ye los más populares cuentos, leyendas y gestas
heroicas del país, y las hazañas de su héroe Rus-
tem (o Rustán), llamado por algunos autores el
Hércules persa, son narradas con tal grandiosi-
dad que la obra ha podido ser comparada con
La Ilíada.
Entre los siglos X y XI vive el poeta Abu Said,
de la secta sufí, autor de versos delicados y de
noble belleza. Digno de mención es también
otro poeta místico, Sanai, autor del poema El
jardín de la verdad y muerto hacia el año 1150.
Omar Khayyam, figura enigmática y contro-
vertida, es el autor del famoso Rubaiyat, la obra
de la literatura persa más leída y admirada en
Occidente. Astrónomo, matemático y poeta,
Khayyam muere hacia el año 1134. Considerado
por algunos como ateo, libre pensador y entre-
gado a los placeres mundanos, otros ven en él
134 LITERATURA ORIENTAL

una especie de santo que se dedicó a la divulga-


ción, en forma de alegorías inteligibles, de los
misterios de la religión sufí. Ciertamente, una
lectura de sus poemas nos revela que muchos
de ellos sólo tienen sentido si aceptamos que el
poeta habla alégóricamente, mientras no pocos
de ellos nos enfrentan con un epicúreo en quien
el elogio del vino y los placeres de la carne alter-
nan con manifestaciones desdeñosas hacia el
paraíso de Mahoma. Una de las más hermosas y
certeras caracterizaciones del Rubaiyat se debe a
Rubén Darío, quien escribió sobre el mismo:
«Hay, en verdad, en el poema... una enervante y
bella tristeza del vivir y una como destilación de
rosas venenosas sobre la voz de las horas.»
Entre 1194 y 1291 vive Muscherif-Ed-Din-
Saadi, poeta de gran erudición, conocedor del
latín y lector de Séneca, que debe su fama a dos
obras maestras: Gulistán (La rosaleda) y Bustán
(La huerta). La primera de ellas, escrita parte en
prosa y parte en verso, lo revela como un hábil
y ameno narrador de anécdotas. Ambos libros
están permeados por un intenso propósito
moralizador que se pone de manifiesto en la
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 135

abundancia de aforismos que contienen. Algu-


nos de éstos han alcanzado la suprema consa-
gración de pasar al fondo de bienes culturales
anónimos: («Sé como el sándalo, que perfuma el
hacha que lo hiere»; «No preguntes la verdad
más que a tus enemigos»...) Parte de la obra de
Saadi está escrita en árabe, por lo que la historia
de la literatura en esa lengua lo incluye entre
sus nombres.
Contemporáneos de Saadi fueron Nigrami,
muerto hacia 1203 y autor de los poemas que
integran Los cinco tesoros, y Faridu Din Attar,
nacido en 1119 y autor de una extensísima obra
que rebasa, en su conjunto, los 100.000 dísticos.
Mohammed-Shams-Ed-Din, conocido como
Hafiz (literalmente, El que sabe de memoria El
Corán) y llamado también El ruiseñor persa fue
autor de incontables composiciones líricas bre-
ves a las que denominaba gacelas. Muerto hacia
el año 1389, el refinamiento y sensualidad de su
obra evocan irresistiblemente la de Omar Khay-
yam, si bien carece de la profundidad de pensa-
miento de la del autor del Rubaiyat y es más
ortodoxa en cuestiones de religión.
136 LITERATURA ORIENTAL

Nuru-Ed-Din Abderramán (1414-1492),


conocido como Jamí, es considerado el último
gran poeta de las letras persas. Su extensa obra
excede los 50 volúmenes y versa sobre los más
variados temas. Lo más permanente de ella, sin
embargo, es la poesía, que todavía hoy puede
ser leída con admiración. Seis o siete títulos des-
cuellan en su producción, mereciendo especial
mención Yusufy Zuleika, especie de novela-
poema basado en la historia de José y la mujer
de Putifar.
Entre los siglos XVI y XVII escriben los poetas
Sahabi de Asterabad y Saib de Isfahan. Al siglo
XVIII corresponde la figura del poeta Alí Hazin,
que fue también biógrafo e historiador. Qaani es
considerado el principal poeta del siglo XIX.
ANTOLOGÍA
Pág. anterior:
Miniatura persa que representa el juego del polo. Obra del siglo XV.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 139

HAMMURABI

Código Hammurabi (fragmento)

«Yo, Hammurabi, que fui un rey


perfecto para los pueblos oprimidos
me confío al dios Enlil; yo que, por
orden de Marduk, fui su pastor, jamás
me he detenido, jamás he descansado.
Yo di hermosos lugares al pueblo,
mantuve alejada toda necesidad
apremiante e hice más fáciles
sus vidas. Con las poderosas armas
que me dieron los dioses Zababa
e Ishtar, con la sabiduría que
me concedió Ea, con los poderes
que me obsequjó Marduk, barrí
a todos los enemigos en todas
partes, puse fin a las guerras,
traje prosperidad a nuestra tierra,
dejé que los hombres vivieran en paz
y no permití que nadie les atacara
o acosase. Fui llamado
por los grandes dioses
y me convertí en el buen pastor
cuyo cayado es recto
140 LITERATURA ORIENTAL

Mi sombra justiciera se ha extendido


por mi ciudad, he abrazado a Sumer
y Akkada para que prosperaran
bajo mi protección.
Les escuché con mi paz
y les protegí con mi sabiduría.
Para que el fuerte no pueda oprimir
al débil, para que la viuda
y el huérfano puedan recibir
lo que es su derecbo,
aquí en Babilonia,
he inscrito las palabras preciadas
en una piedra memorial
y erigido mi estatua
como Rey de la Justicia.

§1
Si un hombre acusa a otro hombre, y le acusa de un
delito capital, pero no lo puede probar, él, el acusador,
debe ser condenado a muerte.

§6
Si un hombre roba la propiedad de un dios (templo) o
del palacio, ese hombre debe ser condenado a muerte; y
aquél que reciba de su mano los efectos robados también
debe serlo.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 141

§ 14
Si un hombre roba el hijo menor de otro hombre, será
condenado a muerte.

§ 48
Si un hombre tiene una deuda y Adad le inunda su
campo y le lleva su cosecha, o si por carestía de agua, el
grano no crece en ese campo, ese año el hombre no tendrá
que devolver grano a su acreedor; alterará su contrato y
no pagará intereses durante todo ese año.
§ 53
Si un hombre deja de reforzar su dique, o no lo hace, y
se produce una grieta y el agua se lleva la tierra de labor,
el hombre en cuyo dique se ha producido la grieta debe
reponer el grano que él ha dañado.

§ 54
Si no puede reponer el grano, se venderán su persona
y sus bienes y los labradores cuyo grano se ha llevado el
agua se repartirán el producto de la venta.

§ 59
Si un hombre talla un árbol en el huerto de otro hom-
bre, sin el consentimiento del propietario del huerto,
pagará media mana de plata.
142 LITERATURA ORIENTAL

§ 103
Si, cuando se va de viaje, un enemigo le roba todo lo
que lleva, el agente debe prestar juramento en nombre de
dios y quedar en libertad.

§ 109
Si se reúnen malhechores en el local de una tabernera,
y ella no los arresta y los conduce a palacio, esa tabernera
será condenada a muerte.

§ 113
Si un hombre tiene una deuda de grano o dinero con
otro hombre, y si él coge grano sin el consentimiento del
propietario de la pila o el granero, se convocará a ese
hombre para que dé cuenta de por qué cogió grano sin el
consentimiento del propietario de la pila o el granero, y
devolverá tanto grano como cogió y se le multará por el
valor de todo lo que haya cogido, sea lo que fuere.

§ 127
Si un hombre señala con el dedo a una sacerdotisa o a
la esposa de otro y no puede justificarse, arrastrarán a ese
hombre hasta los jueces y ellos marcarán su frente.

§ 131
Si un hombre acusa a su esposa y ella no ha sido halla-
da yaciendo con otro hombre, la esposa prestará jura-
mento en nombre de dios y retornará a su casa.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 143

§ 145
Si un hombre toma mujer y ella no le da hijos y él deci-
de tomar concubina, ese hombre puede tomar concubina
y llevarla a su casa. Esa concubina no tendrá el rango de
la esposa.
§ 148
Si un hombre toma esposa y ésta enferma, y si él deci-
de tomar otra, puede hacerlo. A su esposa, la afectada de
enfermedad, él no podrá echarla. Ella permanecerá en la
casa que él ha construido y él la mantendrá mientras la
mujer viva.

§ 149
Si esa mujer opta por no permanecer en la casa del
marido, él tendrá que devolverle la dote que ella aportó
de la casa de su padre y entonces la mujer podrá mar-
charse.

§ 153
Si una mujer provoca la muerte de su marido en aras
de otro hombre, se la debe empalar.

§ 195
Si un hijo golpea a su padre, se le cortarán los dedos.

§ 196
Si un hombre destruye el ojo de otro hombre, se le des-
truirá su ojo.
144 LITERATURA ORIENTAL

§ 197
Si un hombre rompe el hueso dc otro hombre, se le
romperá su hueso.
§ 200
Si un hombre salta el diente de otro hombre de su pro-
pio rango, se le saltará su propio diente.

§ 209
Si un hombre golpea a la hija de otro hombre y le pro-
duce un aborto, el culpable pagará diez shekels de plata
por su aborto.

§ 210
Si esa mujer muere, morirá la hija del culpable.

§ 215
Si un cirujano opera a un hombre de una herida grave
o causa una herida grave a un hombre con una lanceta de
bronce v salva la vida de ese hombre; o si abre un absce-
so (en el ojo) de un hombre con una lanceta de bronce y le
salva el ojo, recibirá como honorarios diez shekels de plata.

§ 216
Si se trata de un liberto, él (el médico) recibirá cinco
shekels.
§ 218
Si un médico opera a un hombre de una herida grave
con una lanceta de bronce y le causa la muerte; o abre un
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 145

absceso (en un ojo) de un hombre con una lanceta de


bronce y destruye el ojo del hombre, se le cortarán los
dedos.
§ 255
Si opera a un buey o a un asno de heridas graves y
causa su muerte, debe dar al propietario del buey o del
asno un cuarto de su valor.
146 LITERATURA ORIENTAL

ANÓNIMO

Poema de la creación

Mandó a la luna que saliera; encomendándole la noche;


Hizo de ella una criatura de la oscuridad, para medir el
tiempo, Y cada mes, indefectiblemente, la adornó con una
corona.
«Al principio de cada mes, cuando te eleves sobre la tierra,
Tus brillantes cuernos medirán el transcurso de seis días;
Al séptimo día [aparecerá] la mitad de [tu] corona.
Llena, te volverás hacia el sol.
[Pero] cuando el sol empiece a avanzar en el fondo del cielo,
Disminuye tu brillo, invierte tu acrecencia.

Anudaré arterias y reuniré huesos en un ser.


Crearé a Lullo, cuyo nombre será hombre,
Formaré a Lullo, el hombre.
Él cargará con las faenas dc los dioses, para que ellos
puedan vivir con libertad.
Enseguida, dispondré los destinos de los dioses:
En verdad -ellos se agrupan como una bola-, yo los haré
distintos.

Lo ataron y lo condujeron ante Ea.


Al ser condenado, le abrieron las arterias.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 147

Y de su sangre formaron a la humanidad.


Ea, entonces, impuso al hombre el trabajo y liberó a
los
dioses.
Esta obra no es comprensible para el entendimiento
[humano]
[Obrando] conforme a las ingeniosas sugestiones de
Marduk, Ea lo creó.
148 LITERATURA ORIENTAL

ANÓNIMO

Gilgamesh

«Mi amigo, mi joven hermano, quien conmigo,


al pie de las montañas
cazaba asnos salvajes y panteras en la llanura;
Enkidu, mi amigo, mi joven hermano, quien conmigo,
al pie de las montañas
cazaba asnos salvajes y panteras en la llanura
quien todo lo hacía conmigo, quien escaló los riscos,
apresó y mató al toro del cielo;
venció a Huwawa, habitante del bosque de cedros.
Ahora, ¿qué clase de sueño se ha aporderado de ti?
Cada vez te ensombreces más y no puedes oírme.»
No abrió ya los ojos.
[Gilgamesh] tocó su corazón, ya no palpitaba.
Entonces, cubrió a su amigo, como si se tratara de una
novia...
Y su voz resonó como un rugido pavoroso; como un
león
una leona separada de sus cachorros.
Una y otra vez volvió a donde su amigo,
mesando sus cabellos y esparciendo sus borlas
arrancando y arrojando lejos los adornos dc su cuerpo.
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 149

Quien compartía conmigo todos los azares;


ha sido herido por el destino del hombre.
Lloré sobre él noche y día
y no permití que lo sepultaran;
tal vez se levantara al oir mi llanto,
estuve siete días y siete noches;
hasta que empezaron a salir gusanos de su nariz.
Se había ido, no puedo encontrar consuelo,
vago como un cazador por la llanura.

¿Gilgamesh, a dónde te diriges?


La vida, que tanto anhelas, nunca la podrás alcanzar.
Porque, cuando los dioses crearon al hombre,
le infundieron la muerte, reservando
la vida para sí mismos.
Gilgamesh, llena tu vientre
alégrate de día y de noche,
que los días sean de completo regocijo.
cantando y bailando de día y de noche.
Vístete con ropas frescas,
lava tu cabeza y báñate.
Contempla al niño que coge tu mano,
y deléitate con tu mujer, abrazándola.
Porque esto es lo único que se encuentra al alcance
de los hombres.
Amigo, ¿quién se encumbrara [y pudiera}
subir al ciclo y morar para siempre con Shamash?
El simple hombre tiene sus días contados,
150 LITERATURA ORIENTAL

a pesar de todo lo que haga, no es más que viento.


Estás -ahora- amedrentado por la muerte.
¿Dónde está tu valor?
Déjame ir adelante,
y [cuando me detenga] podrás decirme:
»¡Acércate, no temas!»
Y, si perezco, habré encontrado la gloria.
«Gi1gamesh [dirán entonces] cayó en el combate
contra el terrible Huwawa.»
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 151

ANÓNIMO

Libro de los muertos

CAPÍTULO XV
HIMNO A LA GLORIA DE RA (EL SOL)

¡Salve, oh Ra!, Semejante a Tum te levantas por


encima del Horizonte; y semejante a Horus-Khuti cul-
minas en el Cielo. Tu hermosura regocija mis ojos y tus
rayos iluminan mi Cuerpo en la Tierra. Cuando nave-
gas en tu Barca Celeste, la paz se extiende por los vas-
tos Cielos. He aquí que el viento hincha las velas y ale-
gra tu corazón; con marcha rápida atraviesas el Cielo.
Tus enemigos son derribados y la Paz reina en torno
tuyo. Los Genios planetarios recorriendo sus órbitas
cantan tu gloria. Y cuando desciendes en el Horizonte,
detrás de las montañas del Oeste, los Genios de las
Estrellas Fijas se prosternan ante ti y te adoran... Gran-
de es tu Hermosura al alba y por la tarde, ¡oh tú, Señor
de la Vida y del Orden de los Mundos! ¡Gloria a ti, oh
Ra, cuando te levantas en el Horizonte y cuando por la
tarde, semejante a Tum, te acuestas! ¡Pues en verdad,
tus rayos son hermosos cuando desde lo alto de la
152 LITERATURA ORIENTAL

Bóveda celeste te muestras en todo tu esplendor! Allí


es donde habita Nut que te trajo al Mundo... He aquí
que eres coronado Rey de los dioses. La diosa del Océ-
ano celeste, Nut, tu Madre, se prosterna, en adoración,
ante ti. El Orden, el Equilibrio de los Mundos de ti
emanan. Desde la mañana, cuando partes, hasta la
tarde, a la llegada, a grandes zancadas, recorres el
Cielo. Tu Corazón se alegra y el Lago Celeste queda
pacificado... ¡Derribado es el Demonio! Sus miembros
son cortados, sus vértebras ¡seccionadas! Vientos pro-
picios empujan tu Barca hacia el puerto. Las divinida-
des de las cuatro Regiones dcl Espacio te adoran ,¡oh
tú Sustancia divina de la que proceden todas las For-
mas y todos los Seres...! He aquí que acabas de pro-
nunciar una Palabra; y la Tierra, silenciosa te escucha...
Tú, Divinidad Unica, tú reinabas ya en el Cielo en una
época en que la Tierra con sus montañas no existía
aún... ¡Tú, el rápido! ¡Tú, el Señor! ¡Tú, el Único! ¡Tú,
el Creador de cuanto existe! Al Alba de los tiempos tú
modelaste la Lengua de las Jerarquías divinas; tú
arrancaste los Seres del Primer Océano y los salvaste
en una Isla del Lago dc Horus... ¡Pueda yo respirar el
Aire de las ventanas de tu Nariz y el Viento del Norte
que envía Nut, tu Madre!

¡Oh Ra! ¡Dígnate santificar mi Espíritu! ¡Oh Osiris!


¡Devuelve a mi alma su naturaleza divina! Gloria a ti,
¡oh Señor de los dioses! Sea alabado tu Nombre: ¡Ob
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 153

Creador de Obras admirables! Aclara con tus rayos mi


Cuerpo que reposa en la Tierra, para toda la Eterni-
dad...

OMAR KHAYYAM

Rubaiyat

Como el azor volé desde este mundo;


tan lleno de misterios, al profundo
espacio en que anhelaba otras esferas,
y en él, en vano, divagué errabundo;

mas de nuevo caído al bajo suelo,


no habiendo hallado a quien confiar mi duelo,
por la puerta que entré vuelvo a marcharme,
y oculto va en mi pecho aquel anhelo.

Puesto que un día es sólo dos instantes,


dos paradas de lasos caminantes,
bebe pronto tu vaso de buen vino,
pues ten esto presente: las que antes
154 LITERATURA ORIENTAL

dejaste tú perder, horas perdidas


son, que no recuperan nuestras vidas,
y ya que hacia su fin el mundo vuela
da dulce muerte al vino en tus bebidas.

Sólo un soplo separa el descreimiento


de la fe; del mayor convencimiento,
la duda: disfrutemos de la vida,
gocemos de ella hasta el postrer aliento,

porque en verdad, y cosa es harto clara, que a


vida y muerte un soplo las separa.

¡Oh tú para quien nada hay escondido


de cuanto piensa el hombre; el que has tenido
siempre las riendas que, en tu mano, paran;
que me des fuerza a renunciar te pido,

que a mi honda petición prestes oído,


-¡Oh tú de quien reciben los humanos
toda la fuerza que les dan tus manos!
que mis lamentos no resulten vanos.

Sobre un muro vi un pájaro parado


que cantando ante el cráneo abandonado

de un célebre monarca le decía:


"¡Ay! ¿qué fue de tu gloria y tu reinado?
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 155

¿Cómo tras el sonar y algarabía de mil clari-


nes, todo tan callado?'»

Somos en este mundo en que vivimos


títeres que al movernos divertimos
al alto cielo: no es ficción decirlo:
es verdad desde el día en que nacimos.

Somos como las piezas de un tablero


de ajedrez en que cabe el mundo entero,
y del que al fin nos quitan y retiran
de uno a uno, cayendo hasta el postrero.
156 LITERATURA ORIENTAL

MUSCHERIF-ED-DIN-SAADI

LA GREDA OLOROSA

Al entrar al baño un día


me puso un hombre en la mano
una greda, que tenía
un aroma soberano.
Toméla y díjele:» ¿Estás
de almizcle o ámbar formada?
Que me encantas por demás
con tu esencia delicada.»
-«Tosco terrón antes era,
repuso; mas tuve yo
la rosa por compañera
y este grato olor me dio.
»Así cual parezco ser,
tan sólo un barro sería
muy despreciable, a no haber
tenido tal compañía.»»
LAS LITERATURAS DEL CERCANO ORIENTE 157

HAFIZ

PECADOS DE AMOR

Vivo tan sólo porque el pecho mío,


siente el amor que tu belleza inspira;
son mis ojos espejo en que se mira,
cual la luna en un lago, tu beldad;
ante todos, mi frente se levanta
con altivez serena e imperiosa:
Sólo ante ti, dulce mujer hermosa
se inclina mi cabeza sin dudar.

Otros buscan soñado Paraíso,


que embalsama el aroma de las flores;
yo busco solamente tus amores:
la dicha está en mi propio corazón;
si pequé, no hay desdoro en mi conducta;
a mi falta, redime tu pureza;
en las culpas de amor no halla vileza
el mundo, y les otorga su perdón.
158 LITERATURA ORIENTAL

Detalle de alfombra persa del siglo XVI.


BIBLIOGRAFÍA

BRAJNOVIC, LUKA: Grandes figuras de la


literatura universal y otros ensayos. Ediciones
Universidad de Navarra, Navarra, 1973.
de RIQUENA, MARTÍN y VALVERDE,
JOSÉ M.: Historia de la literatura universal
(vol. 1, 2, 3, 4 y 5). Edit. Planeta, Barcelona,
1984.
QUENEAU, RAYMOND (coordinador):
Los escritores célebres (vol. 2). Edt. Gustavo
Gili, Barcelona 1966.
VARIOS AUTORES: Obras maestras de la literatura
universal. Edit. Plaza Mayor, Puerto Rico,
1992.

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