CRITERIOS DIAGNOSTICOS
Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el
funcionamiento o el desarrollo:
Inatención: Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en
un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades
sociales y académicas/laborales:
Con frecuencia falla en prestar la debida atención a detalles o por descuido se cometen errores en
las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades
Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas
Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente
Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los
deberes laborales
Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades
Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un
esfuerzo mental sostenido
Hiperactividad e impulsividad: Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante, al
menos, 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente
a las actividades sociales y académicas/laborales:
Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado
Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado.
Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
Con frecuencia está "ocupado," actuando como si "lo impulsara un motor"
Con frecuencia habla excesivamente.
Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta
Con frecuencia le es difícil esperar su turno
Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros
B. Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de los 12 años.
C. Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos
D. Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, académico o
laboral, o reducen la calidad de los mismos.
E. Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro
trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental
ESPECIFICAR SI
Presentación combinada: Si se cumplen inatención e hiperactividad-impulsividad durante los últimos
6 meses.
Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple inatención, pero no se cumple
hiperactividad-impulsividad durante los últimos 6 meses.
Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se cumple hiperactividad-impulsividad y no se
cumple inatención durante los últimos 6 meses.
En remisión parcial: Cuando previamente se cumplían todos los criterios, no todos los criterios se han
cumplido durante los últimos 6 meses, y los síntomas siguen deteriorando el funcionamiento social,
académico o laboral.
Leve: Pocos o ningún síntoma están presentes más que los necesarios para el diagnóstico, y los
síntomas sólo producen deterioro mínimo del funcionamiento social o laboral.
Moderado: Síntomas o deterioros funcionales presentes entre "leve" y "grave".
Grave: Presencia de muchos síntomas aparte de los necesarios para el diagnóstico o de varios
síntomas particularmente graves, o los síntomas producen deterioro notable del funcionamiento
social o laboral.
CARACTERISTICAS DIAGNOSTICAS
La característica principal del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) es un patrón
persistente de inatención y/o hiperactividad—impulsividad que interfiere con el funcionamiento o
el desarrollo.
La inatención se manifiesta conductualmente como desviaciones en las tareas, falta de persistencia,
dificultad para mantener la atención y desorganización que no se deben a un desafio o a falta de
comprensión.
La hiperactividad se refiere a una actividad motora excesiva cuando no es apropiado, o a jugueteos,
golpes o locuacidad excesivos.
La impulsividad se refiere a acciones apresuradas que se producen en el momento, sin reflexión, y
que crean un gran riesgo de dañar al individuo. La impulsividad puede reflejar un deseo de
recompensas inmediatas o la incapacidad de retrasar la gratificación.
El TDAH empieza en la infancia.
El requisito de que varios síntomas estén presentes antes de los 12 años.
Las manifestaciones del trastorno deben estar presentes en más de un entorno (la casa, la escuela,
el trabajo).
PREVALENCIA
Ocurre en la mayoría de las culturas en aproximadamente el 5 % de los niños y el 2,5 % de los adultos.
DESARROLLO Y CURSO
El TDAH se identifica más frecuentemente durante la escuela primaria, cuando la inatención llega
a ser más destacada y deteriora el rendimiento.
El trastorno es relativamente estable durante la adolescencia temprana, pero algunos individuos
tienen un curso que empeora con la aparición de comportamientos antisociales.
En la etapa preescolar, la principal manifestación es la hiperactividad.
La inatención llega a ser más marcada durante la escuela primaria.
Durante la adolescencia, los signos de hiperactividad son menos frecuentes y pueden limitarse al
jugueteo o a una sensación interior de nerviosismo, inquietud o impaciencia.
En la edad adulta, junto con la inatención y la inquietud, puede ser problemática la impulsividad aun
cuando la hiperactividad haya disminuido.
FACTORES DE RIESGO Y PRONOSTICO
TEMPERAMENTAL: se acompaña de una menor inhibición conductual y de mayores esfuerzos por
controlarse o ponerse freno, de emotividad negativa y de una elevada búsqueda de novedades.
AMBIENTAL: El peso al nacer muy bajo. El hecho de fumar durante el embarazo, parte de esta
asociación refleja un riesgo genético común. La exposición a tóxicos ambientales con la aparición
posterior de un TDAH, pero no se sabe si estas asociaciones son causales.
GENETICO Y FISIOLOGICO: Es más frecuente entre los familiares biológicos de primer grado de los
individuos con TDAH. La heredabilidad del TDAH es considerable.
ASPECTOS DIAGNOSTICOS RELACIONADOS CON LA CULTURA
Las diferencias entre las prevalencias del TDAH de diferentes regiones parecen ser atribuibles
principalmente a las diferentes prácticas diagnósticas y metodológicas.
Las evaluaciones de síntomas de los informantes podrían verse influidas por el grupo cultural del
niño y del informante, lo que indica que en la evaluación del TDAH es importante que la práctica
clínica sea culturalmente apropiada.
Negativista desafiante
los individuos con trastorno de conducta con este especificador pueden no admitir fácilmente
estos rasgos en una entrevista clínica.
Características Diagnosticas
Criterio en el que La violencia física puede tomar la forma de violación, asalto o, rara vez,
homicidio. La destrucción deliberada de las propiedades de otras personas puede incluir el
prender fuego deliberadamente con la intención de provocar daños graves:
(criterio A8)
Criterio en el que modos de destrucción deliberada de la propiedad de otros (p. ej., romper las
ventanas de los coches, realizar actos vandálicos en la escuela):
(Criterio A9).
Criterio en el que los actos de engaño o robo pueden incluir: invadir la casa, el edificio o el
automóvil de alguien:
(Criterio A10)
Criterio en el que romper promesas o mentir frecuentemente para obtener objetos o favores, o
para evitar deudas u obligaciones (p. ej., "engañar" a otras personas):
(Criterio A11)
Criterio en el que robar objetos de valor no trivial sin enfrentarse a la víctima (p. ej., robo en
tiendas, falsificación, fraude):
(Criterio Al2)
Los individuos con trastorno de conducta pueden también transgredir frecuente y seriamente las
normas (p. ej., en la escuela, con los padres, en el lugar de trabajo).
Criterio en que los niños con trastorno de conducta a menudo presentan un patrón de salidas
por la noche a pesar de la prohibición de sus padres, empezando antes de los 13 años:
(Criterio A13)
Criterio en que los niños también pueden tener como patrón pasar toda la noche fuera de casa:
(Criterio A14).
Para considerarse un síntoma de trastorno de conducta, el escapar de casa debe ocurrir al menos
dos veces (o una sola si el individuo no vuelve durante un período prolongado de tiempo).
Los episodios de escapadas que son consecuencia directa de abusos físicos o sexuales no se
corresponden con este criterio.
Criterio en el que los niños con trastorno de conducta pueden a menudo empezar a faltar a la
escuela, empezando antes de los 13 años:
(Criterio A15).
Características asociadas que apoyan el diagnóstico
La prevalencia-año entre la población se estima de un 2 a más del 10%, con una media del 4 %.
Las tasas de prevalencia aumentan de la infancia a la adolescencia y son mayores en el sexo
masculino que en el femenino.
Desarrollo y Curso
El inicio del trastorno de conducta puede producirse ya en los años preescolares, aunque los
primeros síntomas significativos suelen aparecer durante el período que va desde la infancia
media a la adolescencia media.
El trastorno negativista desafiante es un precursor común del trastorno de conducta de tipo de
inicio infantil.
El trastorno de conducta puede ser diagnosticado en adultos; sin embargo, los síntomas del
trastorno de conducta suelen aparecer en la infancia o la adolescencia.
El inicio es raro después de los 16 años.
El curso del trastorno de conducta después de su inicio es variable.
En la mayoría de los individuos, el trastorno remite en la edad adulta.
Muchos individuos con trastorno de conducta particularmente los de tipo de inicio adolescente
y los que tienen menos síntomas y más leves logran una adaptación social y laboral adecuada
como adultos.
Los individuos con trastorno de conducta tienen riesgo de presentar después, como adultos,
trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático,
trastornos del control de los impulsos, trastornos psicóticos, trastorno de síntomas somáticos y
trastornos relacionados con el consumo de sustancias.
Los síntomas del trastorno varían con la edad, al tiempo que el individuo desarrolla mayor fuerza
física, habilidades cognitivas y la madurez sexual.
Los comportamientos sintomáticos que aparecen primero tienden a ser más leves (p. ej., mentir,
robar en tiendas), mientras que los problemas de conducta que aparecen al final tienden a ser
más graves (p. ej., violación, atraco).
Cuando los individuos con trastorno de conducta alcanzan la edad adulta, los síntomas de
agresión, destrucción de la propiedad, engaño y transgresión de las normas, incluida la violencia
contra compañeros de trabajo, socios y niños, puede mostrarse en el lugar
de trabajo y en casa hasta el punto de poder considerarse un trastorno de la personalidad
antisocial.
Factores de riesgo y pronostico
Los factores de riesgo son el temperamento infantil de difícil control y una inteligencia por debajo
de la media, especialmente en lo referente al CI verbal:
Temperamentales
Los factores de riesgo a nivel familiar son el rechazo y la negligencia por parte de los padres, la
crianza incoherente, la disciplina severa, el abuso físico o sexual, la falta de supervisión, el vivir
en una institución a una edad temprana, los cambios frecuentes de cuidadores, una familia muy
numerosa, la delincuencia de los padres y ciertos tipos de psicopatología familiar a nivel de la
comunidad son el rechazo de los compañeros, la asociación con un grupo de compañeros
delincuentes y un barrio expuesto a la violencia. Ambos tipos de factores de riesgo tienden a ser
más frecuentes y graves entre los individuos con el subtipo de trastorno de conducta de inicio
infantil:
Ambientales
Genéticos y fisiológicos. El trastorno de conducta está influenciado por factores genéticos y
ambientales. El riesgo aumenta en los niños con un padre biológico o adoptivo, o un hermano
con trastorno de conducta. El trastorno también parece ser más frecuente en los niños con
padres biológicos que presentan un trastorno grave por consumo de alcohol, trastorno depresivo
y bipolar o esquizofrenia, o con padres biológicos que tienen antecedentes de TDAH o trastorno
de conducta. Los antecedentes familiares caracterizan especialmente a los individuos con
trastorno de conducta del subtipo de inicio infantil. Se ha observado sin ambigüedades que la
frecuencia cardíaca en reposo es más lenta en los individuos
con trastorno de conducta que en quienes no lo padecen, y este marcador no es característico
de ningún otro trastorno mental.
Modificadores del Curso
La persistencia es más probable en las personas cuyos comportamientos cumplen los criterios
del subtipo de inicio infantil y los requisitos del especificador "con emociones prosociales
limitadas". El riesgo de que el trastorno de conducta persista aumenta si concurren el TDAH
y el abuso de sustancias.
Aspectos diagnósticos relacionados con la cultura
El diagnóstico de trastorno de conducta puede realizarse mal a veces en los entornos donde
los patrones de comportamiento disruptivo son vistos como próximos a lo normal (p. ej., en
las áreas de alta criminalidad, con amenazas constantes, o en las zonas de guerra). Por lo
tanto, debe tenerse en cuenta el contexto en el que se producen los comportamientos
Consecuencias funcionales del trastorno de conducta
Aunque los niños con TDAH a menudo manifiestan un comportamiento impulsivo e hiperactivo
que puede resultar disruptivo, este comportamiento no vulnera por sí mismo las normas sociales
o los derechos de otros, por lo que no suelen cumplir los criterios del trastorno de conducta.
Cuando se cumplen los criterios de ambos trastornos, deben darse a su vez los dos diagnósticos.
Trastornos depresivo y bipolar.
Trastornos de adaptación:
El diagnóstico de trastorno de adaptación (con alteración de la conducta o con alteración mixta
de las emociones y la conducta) debería considerarse si se producen problemas de conducta
clínicamente significativos que no cumplen los criterios de otro trastorno específico en clara
asociación con el inicio de un factor estresante psicosocial y no se resuelven dentro de los 6
meses después de que cese el factor estresante (o sus consecuencias).
El trastorno de conducta solamente se diagnostica cuando los problemas de conducta
representan un patrón repetitivo y persistente que se asocia a deterioro en áreas del
funcionamiento social, académico o laboral.
Comorbilidad
Tanto el TDAH como el trastorno negativista desafiante son frecuentes en los individuos con
trastorno de conducta y esta presentación comórbida predice los peores resultados.
Los individuos que muestran características de personalidad de un trastorno asociado de la
personalidad antisocial a menudo vulneran los derechos básicos de los demás o infringen las
normas sociales propias de la edad; en consecuencia, su patrón de comportamiento a menudo
cumple los criterios del trastorno de conducta.
El trastorno de conducta puede ser concurrente con uno o más de los siguientes trastornos
mentales: trastorno específico del aprendizaje, trastornos de ansiedad, trastornos depresivo y
bipolar, y trastornos por consumo de sustancias.
Los logros académicos, particularmente en lectura y otras
habilidades verbales, a menudo están por debajo del nivel esperado para la edad y la inteligencia,
y pueden justificar el diagnóstico adicional de trastorno específico del aprendizaje o trastorno de
la comunicación.
Trastornos del neurodesarrollo
Los trastornos del neurodesarrollo son un grupo de afecciones con inicio en el período del desarrollo.
Los trastornos se manifiestan normalmente de manera precoz en el desarrollo, a menudo antes de que el niño
empiece la escuela primaria, y se caracterizan por un déficit del desarrollo que produce deficiencias del
funcionamiento personal, social, académico u ocupacional.
los individuos con un trastorno del espectro autista a menudo tienen una discapacidad intelectual (trastorno del
desarrollo intelectual).
El trastorno del espectro autista se diagnostica solamente cuando los déficits característicos de la comunicación
social están acompañados por comportamientos excesivamente repetitivos, por intereses restringidos y por la
insistencia en la monotonía. El trastorno del espectro autista se caracteriza por déficits persistentes en la
comunicación social y la interacción social en múltiples contextos, incluidos los déficits de la reciprocidad social,
los comportamientos comunicativos no verbales usados para la interacción social y las habilidades para
desarrollar, mantener y entender las relaciones.
La discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) se caracteriza por un déficit de las capacidades
mentales generales, como el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, el pensamiento
abstracto, el juicio, el aprendizaje académico y el aprendizaje de la experiencia.
La discapacidad intelectual puede deberse a un daño adquirido durante el período del desarrollo a causa, por
ejemplo, de una lesión cerebral grave, en cuyo caso también puede diagnosticarse un trastorno neurocognitivo.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo definido por niveles problemáticos de inatención, desorganización
y/o hiperactividad-impulsividad. La inatención y la desorganización implican la incapacidad de seguir tareas, que
parezca que no escuchan y que pierdan los materiales a unos niveles que son incompatibles con la edad o el
nivel del desarrollo. La hiperactividad-impulsividad implica actividad excesiva, movimientos nerviosos,
incapacidad de permanecer sentado, intromisión en las actividades de otras personas e incapacidad para
esperar que son excesivos para la edad o el nivel del desarrollo.
Discapacidades intelectuales
Criterios diagnósticos
La discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) es un trastorno que comienza durante el
período de desarrollo y que incluye limitaciones del funcionamiento intelectual como también del
comportamiento adaptativo en los dominios conceptual, social y práctico.
Los diversos niveles de gravedad se definen según el funcionamiento adaptativo, y no según las puntuaciones de
cociente intelectual (CI), porque es el funcionamiento adaptativo el que determina el nivel de apoyos requerido.
Además, las medidas de CI son menos válidas para las puntuaciones más bajas del rango de CI.