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UNIVERSIDAD SEÑOR DE SIPAN

TÍTULO:

“ADICCIONES, PROBLEMA
FUNDAMENTAL EN LA ADOLESCENCIA”

CURSO:

AUTOR:
LILIANA VILLEGAS QUINTEROS

PIMENTEL
JUNIO 2019
INDICE
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 3
CUERPO ...................................................................................................................................... 4
1. ADOLESCENCIA ............................................................................................................... 4
2. ADICCIONES EN LA ADOLESCENCIA......................................................................... 4
2.1. FACTORES DE RIEGOS .......................................................................................... 5
2.2. ETAPAS DE LA ADICCIÓN ...................................................................................... 5
2.3. EL PENSAMIENTO ADICTIVO Y SUS MECANISMOS DE DEFENSA ............ 6
2.4. CONSENCUENCIAS ................................................................................................. 7
2.5. SOLUCIONES ............................................................................................................. 7
CONCLUSIÓN ............................................................................................................................ 9
REFERENCIAS ........................................................................................................................ 10
INTRODUCCIÓN
Diversos estudios epidemiológicos, reportes estadísticos e informes nacionales sobre el
consumo de drogas en población joven del Perú coinciden en que las sustancias
capaces de generar dependencia más consumidas por este sector, y las que originan la
mayor cantidad de problemas de salud pública, son el alcohol, por el lado de las drogas
socialmente aceptadas, y la marihuana, en el rubro de las drogas ilegales. Sin embargo,
en nuestro medio el campo de la investigación en adolescentes y jóvenes involucrados
en el abuso y dependencia a sustancias ha tenido escaso desarrollo, aun habiéndose
confirmado la precocidad del inicio en el consumo del alcohol y de la marihuana y la
notoria incorporación de las mujeres adolescentes y jóvenes en el consumo. También
es importante decir que si bien las dos sustancias mencionadas llegan a tener los
indicadores más altos de consumo, el fenómeno del policonsumo de drogas, o consumo
simultáneo o secuencial de una o más drogas, está llegando a tener notable presencia.
Este fenómeno se observa con más nitidez en el consumo de marihuana, alertándose
que actualmente existe un proceso de extinción de los consumidores “puros” o
“exclusivos” del cannabis. También es visible en el medio el reducido campo alcanzado
por la investigación en la familia del joven implicado en el abuso de alcohol y otras
drogas, aun habiéndose establecido que la familia juega un rol en la etiología y
prolongación del consumo de drogas. x El ambiente familiar, es decir, la relación entre
padres e hijos, los estilos de crianza, creencias y mitos, clima familiar, conflictos,
capacidad de recuperación de los periodos de crisis, percepción parental del consumo
de alcohol y otras drogas, entre otros factores, al parecer pueden determinar la
proclividad a ciertos factores de riesgo adolescente o juvenil; o por el contrario, pueden
contribuir al empoderamiento psicológico, emocional, conductual y desarrollo de una
buena calidad de vínculos paternales y del sistema familiar. En la literatura internacional,
un considerable número de investigaciones sostienen que durante la niñez y
adolescencia los padres de familia juegan un papel fundamental en el desarrollo de los
valores sociales y el fomento de la adopción de actitudes prosociales y estilos de vida
saludables.
CUERPO

1. ADOLESCENCIA

La adolescencia es la transición de la niñez a la vida adulta, es el periodo durante el


cual el niño alcanza la madurez sexual pero aun no ha asumido los roles ni las
responsabilidades o derechos que tienen los adultos (Lefrancois, 1999).
Los cambios que se dan en la adolescencia son muchos, pero algunos de los principales
son: los cambios físicos en estatura y peso, cambios en la composición corporal,
cambios sexuales (maduración sexual), cambios en el pensamiento y procesamiento de
la información (Piaget 1958, lo define como etapa de las operación formales), cambios
en las nociones del “yo” y formación de la identidad, cambios en las relaciones con los
padres, entre otros cambios.
Así como la adolescencia es una etapa con muchos cambios, de ello también surgen
riesgos, siendo los hombres quienes con mayor frecuencia se implican en
comportamientos imprudentes, lo cual no se debe tomar a la ligera, pues algunas
conductas pueden ocasionar peligros para la salud a largo plazo,

2. ADICCIONES EN LA ADOLESCENCIA
Según la OMS, cualquier sustancia, natural o sintética, que al consumirse pueda alterar
la actividad mental y física de las personas, debido a sus efectos sobre el sistema
nervioso central, es una “droga”.
En 1982, la OMS intentó delimitar cuáles eran las sustancias que producían
dependencia y declaró como droga “aquella con efectos psicoactivos (capaz de producir
cambios en la percepción, el estado de ánimo, la conciencia, y el comportamiento)
susceptible de ser auto-administrada”.
La adicción es un problema de salud ocasionado por el frecuente consumo de drogas.
Se le conoce como adicción, drogodepencia, drogadicción o farmacodependencia a la
dependencia a alguna sustancia psicoactiva (ya sea legal o ilegal), pudiendo ser una
dependencia fisiológica o psicológica, la cual es producida por el uso continuo o abuso
de la sustancia, provocando en el adicto una búsqueda ansiosa por la sustancia.

El papel que juegan la tolerancia, dependencia y abstinencia es el elemento principal


para que la adicción siga su curso, afectando las esferas biológicas, psicológicas y
sociales del adicto, por lo cual es considerada como una enfermedad crónica, progresiva
y mortal.

2.1. FACTORES DE RIEGOS

Aunque mucho se han estudiado las causas del problema de la adicción, no existe una
causa especifica, puesto que cada caso es diferente, sin embargo, se ha identificado
que el consumo de drogas es el resultado de la interacción de múltiples factores
(biológicos, psicológicos y la sociales). Y es a través del estudio de los factores de
riesgos, la manera en la que se puede intervenir para prevenir que los adolescentes y
jóvenes desarrollen problemas de drogadicción. Sin dejar de lado que al momento de
hacer intervenciones preventivas, lo ideal es apoyarse en la estructura de un modelo
teórico.

Flay y Petraitis (1995), en su teoría referida a las conductas de consumo, destacan 5


factores de riesgo: el medio social (desorganización social), la vinculación social (familia,
amigos y escuela), el aprendizaje social (observación, normas y refuerzo), intrapsiquica
de la persona (autoestima, habilidades, eficacia y estrés) y cambio en el conocimiento,
actitud y comportamiento (valores y creencias que determinan la conducta).

2.2. ETAPAS DE LA ADICCIÓN

Generalmente, las drogas parecen prometer resultados positivos o agradables que las
hacen atractivas para quien las busca, sin embargo existe la cara opuesta donde hay
daños a la salud, problemas, infelicidad y otras complicaciones. Si no se ignorara la cara
negativa de las drogas, su atractivo desaparecería fácilmente.

Arnold M. Washton (2005), compara al proceso de adicción con el establecimiento de


una relación toxica, donde a medida que la relación va avanzando por etapas, el
compromiso crece y el influjo o control que ejerce la droga sobre el adicto es cada vez
mas fuerte. Basado en esta comparación, Arnold Washton (2005) establece cinco
etapas del proceso de la adicción:

1. Enamoramiento: es donde el primer contacto con las drogas es una experiencia


agradable, que deja marcado un enamoramiento o atracción apasionada por
volver a consumir la sustancia. Esta percepción distorsionada de la realidad
emociona o tranquiliza al adicto, lo cual incrementa la posibilidad de repetirse.
2. Luna de miel: Cuando la persona se ha dado cuenta de que el consumo de
drogas puede aliviarlo o transportarlo mágicamente lejos de los sentimientos
negativos (reforzamiento), el paso a la adicción es mas fácil. La baja tolerancia
a la frustración o la incapacidad de enfrentar adversidades conduce a la
búsqueda de “soluciones mágicas”. En esta fase, el futuro adicto siente que la
droga es inofensiva y no puede ver las consecuencias que el autoengaño le
traerá a largo plazo.
3. Traición: Con el paso del tiempo, el adicto sufre deterioro en las principales
esferas de si vida, y es muy probable que a este punto este haciendo cosas que
normalmente no haría con el fi de mantener si adicción (como robar o engañar).
La luna de miel se acaba y la relación se torna oscura
4. En la ruina: En este etapa, el adicto consume dosis cada vez mayores, ya no por
placer, sino para evitar los estados de animo negativos y malestares de la
abstinencia, los efectos positivos van disminuyendo, ya ha desarrollado la
tolerancia a la sustancia y la dependencia bioquímica tiene atrapado al individuo,
lo cual incrementa sus problemas.
5. Aprisionados: El adicto llega a un estado de desesperación en su relación con la
sustancia, su vida gira alrededor de la droga y se comporta cada vez mas
impulsivo o incontrolado. Esta etapa es un descenso a la desesperación y la
destrucción personal y en los mejores casos el adicto puede empezar a buscar
ayuda para salir de su adicción aunque la recuperación es un proceso difícil y
doloroso.

2.3. EL PENSAMIENTO ADICTIVO Y SUS MECANISMOS DE DEFENSA

El fenómeno del pensamiento anormal de la adicción fue reconocido por primera vez
por alcohólicos anónimos, en donde se le dio el nombre de “pensamiento desagradable”.
Los veteranos de AA empleaban este término para describir al "borracho seco", es decir,
al alcohólico que se abstiene de beber pero se comporta de manera muy similar al
bebedor activo.
Sin embargo, las distorsiones del pensamiento no solo se dan en los adictos; ni se
relacionan necesariamente al consumo de sustancias químicas, pues es posible
observar el pensamiento distorsionado en personas que pueden presentar problemas
de adaptación.
Los tres mecanismos de defensa mas comunes en el pensamiento adictivo son: la
negación, racionalización y la proyección.
Los mecanismos de defensa del adicto son inconscientes y su función es protegerlos de
una realidad inaceptable y catastrófica, solo los podrá detener el adicto si aprende a
identificarlos y percibirlos durante su recuperación, demostrando que su percepción es
errónea.
La negación no significa mentir para un adicto, su negación no es intencional ni
consciente, ya que cree con sinceridad que esta diciendo la verdad. Para el adicto lo
mas aterrador es aceptar la realidad de su enfermedad, debido a la estigma social de
su condición, la debilidad de su personalidad, el miedo a la sobriedad y el no poder
aceptar su falta de control. El adicto toma conciencia de su enfermedad hasta que
supera la negación (Tweski, 2010).
La racionalización y proyección refuerzan la negación y mantienen el status quo.
Racionalizar significa dar buenas razones en lugar de la razón verdadera. Algunas
racionalizaciones pueden sonar bastante razonables, lo cual las hace engañosas,
desviando la atención de las razones verdaderas.
Una regla empírica muy confiable es que cuando la persona da más de una razón para
hacer algo, probablemente esta racionalizando, pues generalmente la verdadera razón
de algo es una. El adicto, suele buscar razones que parezcan válidas para decir que no
es adicto y justificar el consumo de sustancias.

2.4. CONSENCUENCIAS

Las consecuencias del uso de drogas pueden ser muy variadas según el tipo de droga
que se consume, la prolongación del tiempo del consumo (sean semanas, meses o
años), así como la biología o condiciones bioquímicas del adicto, donde la presencia de
otras enfermedades orgánicas y neurológicas juegan un papel importante para el
deterioro causado por el consumo de drogas.
Al hablar de drogas con los adolescentes es importantes señalarles lo delicado del tema
con referencia a las consecuencias, pues existe el pensamiento mágico en los adictos
de que “a ellos no les va a pasar”, o que las drogas no hacen daño debido a que muchos
de los daños que ocasionan no se ven a simple vista, pero la realidad es que las
consecuencias son reales.
A corto plazo, las personas adictas pueden perder o ganar peso, presentar cambios
emocionales bruscos (como pasar de la tristeza a la ira), irritabilidad emocional,
insomnio y problemas para dormir, ansiedad. Además, gastan mucho dinero para
conseguir la droga, buscan ansiosos y con desesperación la droga, lo cual les crea
problemas y alejamiento con sus seres queridos, pudiendo llegar a involucrarse en
problemas legales como le delincuencia.
A largo plazo, muchos adictos enferman, son arrestados o mueren por sobredosis o
enfermedades. Muchos suelen presentar deterioros en la memoria y algunos órganos
(como pulmones, hígado y corazón) debido a los estados crónicos de intoxicación.
También se pueden presentar problemas en la gestación como embarazos de alto
riesgo, malformaciones fetales o bebés con bajo peso al nacer.

2.5. SOLUCIONES
Los adictos que ya han pasado las etapas del enamoramiento y luna de miel, suelen
sentirse mal consigo mismos, difícilmente pueden frenar su adicción debido al repertorio
conductual y lo inmensos que se encuentran en su estilo de vida adictivo, a su vez,
sienten que son discriminados o rechazados por la sociedad, y es probable que hayan
contemplado la posibilidad de buscar ayuda, aunque esto no es garantía de sanación.
La recuperación para un adicto es larga y difícil, pues representa una lucha de
obstáculos y cambios que forman todo un proceso de recuperación que requiere
constancia y esfuerzo. Es común que antes de lograr la sobriedad, el adicto se tropiece
con las recaídas.
Lo ideal es prevenir oportunamente a los adolescentes para evitar las consecuencias y
la complejidad de los procesos de rehabilitación. Al momento de prevenir es bueno
atacar a los factores de riesgo y reforzar aquellos factores protectores como la buena
autoestima, la fijación de metas y la adherencia a la escuela.
Pero cuando tenemos a un joven que ya es adicto y ha pasado por varias o todas las
etapas de la adicción, existen varias opciones de tratamiento, que van desde los
internamientos en centros especializados, hasta los grupos de ayuda mutua como
narcóticos anónimos (NA) o alcohólicos anónimos (AA), el acceso al tratamiento esta en
función de las posibilidades económicas de la familia del adicto.
Los tratamientos para el adicto siempre comienzan por buscar la sobriedad, pues esta
es la única manera en la que se puede reeducar al adicto. A este proceso se le conoce
como “desintoxicación”, desintoxicar al adicto puede sonar muy sencillo, pero la realidad
es que es un proceso muy difícil de sobrellevar para el adicto debido a la sintomatología
del síndrome de abstinencia.
Posterior a la desintoxicación, se puede comenzar a trabajar con estrategias
psicológicas como las terapias cognitivas, conductuales, psicoterapias individuales,
grupales o familiares, uso de programas de 12 pasos como los de los grupos de AA o
el modelo Minnesota, entre otras. Es importante señalar que lo esencial es trabajar
sobre las percepciones y creencias erróneas del adicto que forman la estructura del
pensamiento adictivo, así como la percepción de riesgo sobre el consumo de drogas. El
proceso de recuperación de un adicto puede durar toda la vida, puesto que no es un
camino fácil, por lo que es mejor si se involucra la familia y se suma al proceso de cambio
y a las conductas encaminadas a la sanación de la enfermedad y el bienestar común.
Si se detecta un caso de adicción en una familia, lo primero que se tiene que hacer es
dirigirse a la orientación de un profesional en el área o de una institución pública
reconocida en su labor en el tratamiento de las adicciones, evitando la imitación de otros
que hayan intentado ayudar a algún familiar adicto, es decir, no utilizar remedios caseros
o consejos que carezcan de sustento, pues la adicción merece seriedad y atención al
igual que cualquier otra enfermedad.
CONCLUSIÓN

1. Son más frecuente los intentos por detener el consumo sea de alcohol o
marihuana en aquellos que acuden a recibir apoyo profesional en compañía de
sus padres, en comparación a los que acuden al mismo servicio a solas.

2. En los consumidores de marihuana el uso está acompañado frecuentemente de


tabaco, alcohol y cocaína, mientras que en los que beben alcohol el consumo
está acompañado por la cocaína, marihuana y tabaco.

3. En los consumidores de marihuana el uso está acompañado frecuentemente de


tabaco, alcohol y cocaína, mientras que en los que beben alcohol el consumo
está acompañado por la cocaína, marihuana y tabaco
REFERENCIAS
Referencias:
- A. Tweski, El pensamiento adictivo, como distinguir y corregir sus conductas
codependientes; editorial Patria, 2010.
- A.Washton, Querer no es poder, como comprender y superar las adicciones, Paidos
editorial, 2005.
-K. Moreno, Cómo proteger a tus hijos contra las drogas guía practica para padres,
Centros de integración juvenil A.C., 1999.
-B. García, El modelo Minnesota un tratamiento para las adicciones, Universidad de
Deusto, 2010-2011.
-T. Laespada, L. Iraurgi, E. Aróstegui, Factores de riesgo y de protección frente al
consumo de drogas en jóvenes de la CAPV, Universidad de Deusto, 2004.
-R. Velasco, Las adicciones manual para maestros y padres, editorial trillas, 1997.
-C, Pickhardt, Guías para padres claves para criar un hijo libre de drogas, 1992.
-R. Schwebel, Decir no no es suficiente como tratar a sus hijos en el tema de las
drogas y el alcohol, Paidos editorial, 1989.
-G. Lefrancois, El ciclo de la vida, sexta edición, editorial Tomson, 1999.
-Encuesta nacional de adicciones ENA-2011, secretaria de salud del gobierno federal,
2011.
-J. Gonzalez, L. Guerra, D. Diaz y J. Arellánez, Adherencia escolar y consumo de
drogas, Centros de integración juvenil, México, 1999.
-V. Araiza, A. Silva, N. Coffin y L. Jiménez, Hábitos de estudio, ambiente familiar y su
relación con el consumo de drogas en estudiantes.
-J. Uribe, J. Verdugo y X. Zacarías, Relación entre percepción de riesgo y consumo de
drogas en estudiantes de bachillerato, Psicología y salud vol. 21 No 1, enero-julio
2011.

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