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Sociedad Colonial en América

La sociedad colonial hispanoamericana se formó a través del proceso de


conquista y colonización. A través de la conquista iniciada en la primera mitad
del siglo XVI, América (o las Indias como se le llamaba entonces), pasó al
dominio de la Corona de Castilla y los habitantes locales pasaron a estar
sujetos de la autoridad de los conquistadores. El establecimiento de pobladores
españoles en tierras americanas fue simultáneo a la conquista y se afirmó e
intensificó en la segunda mitad del siglo XVI. Los propios conquistadores
fueron, a veces, los primeros en afincarse. Fueron los protagonistas del periodo
más difícil y comenzaron el sometimiento de los indígenas, iniciaron una nueva
explotación económica, crearon los primeros órganos de gobierno e hicieron
las primeras apropiaciones de tierras.

Durante el siglo XVII, los descendientes de los conquistadores, junto con las
nuevas corrientes de inmigrantes, completan el período de formación de la
sociedad hispanoamericana. La población española afincada en América se
sentirá cada vez más americana y menos europea por obra del medio
geográfico, las nuevas costumbres y la lejanía con respecto a España.

A la población autóctona y a la población española ya que agregar la


presencia de población africana, “inmigrantes forzados” que eran traídos a
América como esclavos. La mezcla de estos tipos étnicos, a través de un
intenso mestizaje, formó una sociedad caracterizada por su carácter mestizo.

Características De La Sociedad Colonial

Aunque variaban de una región a otra de Hispanoamérica y fueron


evolucionando con el paso del tiempo, hay ciertas características de la
sociedad colonial que son generales para toda la región y todo el período.
Entre esas características encontramos:
A) Existencia de diferencias raciales que coincidían con diferencias
sociales. Los blancos constituían un grupo privilegiado diferenciándose
de indios, negros y mestizos por sus ocupaciones, sus normas de
conducta, sus ideales y costumbres.

B) Existencia de diferencias legales que creaban beneficios o perjuicios a


determinadas personas. No todos eran iguales ante la ley. Una primer
diferencia era entre libres y esclavos. Los blancos eran libres, los negros eran
esclavos (por lo tanto no eran personas, sino cosas). Los indios eran
considerados libres, pero sometidos a tutela del estado español, como si se
tratara de menores de edad. Los mestizos estaban excluidos de ciertos
derechos que tenían los blancos (no podían ocupar cargos, ni tener indios bajo
su tutela, ni concurrir a las universidades, etc.). Pero había excepciones, sobre
todo cuando se trataba de personas que hacían fortuna y en ese caso se
dejaban de lado las exclusiones (“poderoso caballero es Don Dinero” decía un
poeta español refiriéndose a como el dinero cambiaba condiciones sociales y
legales).

Por diversas circunstancias, algunos miembros de la sociedad colonial


gozaban de privilegios especiales. Por ejemplo los conquistadores y sus
descendientes, los nobles españoles radicados en América, los altos
funcionarios.

C) La Iglesia Católica ocupaba un lugar muy importante en la vida cotidiana


de los habitantes de Hispanoamérica y también en todas las actividades
oficiales. Era la religión oficial y la única admitida por el gobierno español.
Disponía de cuantiosos bienes y tenía a su cargo escuelas, asilos, hospitales.
La educación, la ciencia y las actividades intelectuales eran monopolizadas por
el clero. Los sacerdotes cumplían un rol muy importante en la sociedad: eran
respetados y oídos sus consejos. Las fiestas populares y las celebraciones
sociales estaban relacionadas con festividades religiosas.

D) El enfrentamiento entre los españoles europeos y los españoles


americanos o criollos. A medida que fueron naciendo generaciones de
colonizadores en América y que la lejanía con respecto a España se hacía
sentir en las costumbres, se hizo evidente el choque entre los que llegaban de
Europa y los nacidos en Hispanoamérica. El enfrentamiento se profundizó en el
siglo XVIII y se hizo sentir en la disputa por la ocupación de cargos.
.

Postura

La sociedad colonial básicamente es el fruto de la interacción del mundo


indígena con el español. Ambas realidades presentaban un panorama social
muy complejo al momento de la conquista española.

En América la existencia de innumerables pueblos determinó una importante


diversidad cultural, expresada en sociedades muy diferentes entre sí. Había
desde pueblos con una simple organización tribal hasta grandes "imperios" en
Mesoamérica y Perú. Mientras en los primeros el parentesco era el principal
elemento de integración social, los "imperios" poseían una sofisticada
estratificación dentro de un complejo ordenamiento estatal.

Por otra parte, los europeos del siglo XVI provenían de un continente en el cual
predominaba una sociedad estamental caracterizada fundamentalmente por la
existencia de tres grandes cuerpos sociales: nobleza, clero y estado llano. La
movilidad social era muy escasa y la pertenencia a cada estamento dependía
de la pureza de la sangre. Es decir, quien nacía en cuna noble moría noble y
quien nacía campesino terminaba sus días de igual manera.

En el siglo XVI indiano no hubo una sociedad única sino varias coexistentes y
coincidentes en diversos grados de relación y dependencia. A grandes rasgos
se pueden identificar dos universos sociales: las llamadas "república de los
españoles" y "república de los indios". Los españoles se concentraron
esencialmente en torno a las ciudades, en tanto los nativos permanecieron en
el ámbito rural. Esto implicó la aparición de una dicotomía campo-ciudad muy
significativo en la historia de la América española.

El panorama descrito varió sustancialmente a lo largo del segundo siglo


colonial. La inevitable mezcla biológica entre indígenas, españoles y negros
configuró un mundo multirracial, donde mestizos, mulatos y zambos
experimentaron un crecimiento continuo. La sociedad americana, constituida
por una serie de grupos con diferentes derechos, privilegios, ocupaciones
laborales y posición económica, tomó un marcado carácter estamental.

Para el siglo XVIII, en palabras de María Ángeles Eugenio, "nos encontramos


ya con una estructura social perfectamente estratificada, pero no sólo en
función de la riqueza de sus individuos, sino en función de lo que mayor
trascendencia tuvo en la sociedad hispanoamericana: el color y la fisonomía de
tales individuos; o sea, una élite de blancos o casi blancos y una masa de
gente de color que, en términos generales, se denominó oficialmente castas”

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