Imperio, la vida era corta, las libertades limitadas y la incertidumbre económica muy
elevada. Ahora bien, no era lo mismo vivir en el campo que las ciudades. Si era urbanita,
podía socializarse y disfrutar de una oferta de ocio abundante, apta para casi todos los
bolsillos, y tenía un sistema de servicios públicos sin parangón en la Antigüedad.