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INTRODUCCIÓN

Es un deber a la vez un derecho que posee toda pareja en el mundo para decidir
libremente y conscientemente el número de hijos que quieren tener. Esta decisión incluye
en el establecimiento del momento en el que lo van a tener, como los educaran y
atenderán sus necesidades.

Es importante que la gente se dé cuenta que la paternidad no es cosa de juego y tome


con responsabilidad el papel de ser padre, además de que la vida de otro ser está en
nuestras manos, de la paternidad depende el futuro de las sociedades.
La paternidad es uno de los hitos más importantes en el tránsito de la juventud a la
adultez. Se trata, en síntesis, de la culminación de un largo rito de iniciación que lleva al
sujeto a convertirse en “hombre”: si un hombre tiene un hijo se reconoce así mismo
como un varón pleno y, además, se le reconoce públicamente como tal. En
efecto, el varón, consagra con la paternidad, la relación con su mujer e hijos: se
convierte en jefe del hogar y tiene la autoridad del grupo familiar.

Maternidad y paternidad responsable


La paternidad y maternidad responsable es “el vínculo permanente de sangre o relación,
entre el padre y la madre con sus hijos e hijas, con reconocimiento social, que entraña
sentimientos, derechos y obligaciones, ejercidos con responsabilidad para el desarrollo
integral de la familia.
“La decisión de tener un hijo o hija es un asunto muy serio. Debe tenerse en cuenta que:

 La responsabilidad de tenerlo debe ser tomada en pareja y ambos deben


asumir las consecuencias de su decisión.
 Concebir un hijo o hija es responsabilidad del padre y la madre, criarlo
debe ser también una experiencia compartida.
 Un hijo o hija debe ser deseado. También debe ser concebido cuando la
pareja lo decida.
 Los hijos/as tienen el derecho de nacer y desarrollarse en el seno de una
familia.
 La planificación familiar permite a la pareja regular su fecundidad y
asumirla.

Interacción entre padre e hijo

Incluye los espacios y tiempos para expresar mutuamente los sentimientos, opiniones,
emociones y afectos en el proceso de socialización. Constituye el eje alrededor del cual
se forma la seguridad emocional que permite a las personas ejercer su capacidad para
ser autónomas y expresar sus capacidades y talentos.

La afectividad y la ternura son los rasgos distintivos de una buena paternidad.

La maternidad y paternidad responsable se refiere a brindarles a los hijos todo aquello


que necesitan para su desarrollo. Ser padre hoy supone un cambio profundo respecto a
los modelos paternos de su familia de origen, la paternidad y modernidad representa una
construcción sociocultural, y por este hecho su significado es muy diverso, depende de la
dinámica de la sociedad misma y también varía este concepto de paternidad de un
individuo a través de su vida.
La participación o el distanciamiento de los hombres en los eventos reproductivos
marcara su vínculo y responsabilidad con los hijos.

La ausencia del padre o la madre afecta directamente a los hijos e hijas. Vivirla de manera
distante o ausente, con violencia y sin responder a las necesidades emocionales y
económicas de sus hijos pueden derivar en:

 formación de hogares encabezados por mujeres expuestas a desventajas


socioeconómicas.
 Aumento de la pobreza.

Asimismo los hijos e hijas están propensos a:

 Abandonar las escuelas.


 El trabajo infantil y la explotación de todo tipo, sobre todo la sexual.
 El impacto negativo en su desarrollo psicológico y afectivo.
 Involucramiento en la delincuencia.
 Expulsión del hogar para vivir en situación de calle.
 El establecimiento de uniones tempranas.
 Repetir el modelo del padre que tuvo.

El compromiso que se debe asumir como padre y madre responsable

Se involucren en la decisión de asumir un embarazo responsable o en la posibilidad de


evitar embarazos no deseados

 cuídense y eduquen con más educación a sus niños y niñas.


 Participen de manera activa en el embarazo, parto y posparto.
 Reconozcan de manera legal a aquellos hijos e hijas que procrearon.
 Sea el proveedor de la familia, no solo en lo económico sino también en lo
afectivo.
 Construyan día a día vínculos afectivos solidos basados en el respeto.
 Aunque sean sus hijos son sujetos de derechos, los niños aprenden por el
ejemplo e imitan las conductas de los mayores.

Cuáles son las áreas de responsabilidad de la pareja:

Cuidar su salud física, en especial de la mujer y la de sus hijos.

 Permitir que sus hijos tengan tiempo para jugar, pasear, conversar con sus
amigos, etc.
 Decidir de manera consciente y bien informada sobre el número de hijos
que deseen tener y el momento más apropiado, eligiendo libremente algún
método de planificación familiar.

Responsabilidades de la pareja en el área psicológica:

Dar confianza y aliento a sus hijos para que se sientan seguros.

 Manifestarles amor y comprensión a través de actitudes y gestos


concretos: acariciarlos, jugar con ellos, etc.
 Dedicarles tiempo para compartir sus juegos, ayudarlos en sus estudios,
etc.
Responsabilidades de la pareja en el área sociocultural:

 Enseñar a los hijos a relacionarse positivamente con las demás personas.


 Comportarse correctamente en todo momento y situación, dando buen
ejemplo a sus hijos.
 Transmitirles las costumbres y valores propios de la comunidad formando
así su identidad.

Responsabilidades de la pareja en el área económica:

 Buscar los ingresos económicos necesarios para satisfacer los gastos de


la familia.
 Buscar satisfacer las necesidades básicas de la familia: alimentación,
vivienda, vestido.
 Dar educación a los hijos.
 No permitir que los niños trabajen en perjuicio de su salud, de sus
estudios y de su recreación.

Responsabilidades de la pareja en el área educativa:

 Enseñar disciplina a los hijos en cuanto al comportamiento, respeto a


horarios, orden, limpieza, etc.
 Enseñarles a respetar a la familia, profesores. compañeros y a todas las
personas de su entorno.
 Orientarlos en el cuidado de su salud física y mental (higiene personal.
recreación. etc.)

Planificación familiar

La planificación familiar es la decisión libre, voluntaria e informada de las


personas para elegir cuándo, cuántos y cada cuánto tiempo van a tener hijos,
así como la decisión de los hombres y las mujeres de que puedan ejercer su
derecho a elegir los métodos anticonceptivos que consideren pertinentes para
planificar su familia.
La anticoncepción contribuye a reducir el número de embarazos riesgosos,
permitiendo particularmente a las mujeres de postergar el embarazo hasta
encontrarse en mejores condiciones de salud.
La planificación familiar es una estrategia fundamental en el logro de la salud
sexual y reproductiva. En países en donde la fecundidad es baja, las tasas de
muerte materna son igualmente bajas, y estas aumentan en la medida en que
la fecundidad aumenta, por el reconocido riesgo acumulativo que ocurre
durante la vida reproductiva.

Recomendaciones :

La paternidad (o maternidad) no admite devoluciones:


Nuestros hijos deben ser aceptados con todos sus ingredientes y sus herencias, para
adaptarlos a la nueva sociedad donde les ha tocado vivir, sumándoles apoyo y
elevándoles su auto-estima, dignificando su integración social y manifestándonos
abiertamente orgullosos de nuestro rol, aunque sea difícil, con momentos de
atragantamiento y dolor, porque el paquete de un ser humano, donado por la vida, no
tiene fecha de caducidad y tampoco admite ninguna devolución o cambio.

La paternidad (o maternidad) siempre debe tener preguntas para buscarles


respuestas.
Hay que desechar las relaciones padres-hijo donde no surgen las preguntas, pues ello
indica que hay una ausencia total de diálogo entre personas. Toda pregunta o
interrogante debe obligar a buscar una respuesta, la mejor que encaje en esa familia en
concreto y que destaque los valores y las enseñanzas que caracterizan y distinguen a
todos sus miembros. Un padre (o una madre) no puede permanecer inactivo frente a una
inquietud o considerarse inerme o impotente ante una duda, el camino trazado siempre
debe ser correr a buscar la oportunidad que nos brinde una solución real.

La paternidad (o maternidad) siempre debe ser compartida.


No hay padres o madres, aunque ambos vivan y compartan el mismo techo, pues ambos
tienen motivos para preocuparse y para aportar, cada cual en la esfera más vinculada con
su posición, capacidad, o tiempo de presencia en la vida de los hijos. Debe haber quien
sostenga la bandera de la integración y el empeño, mientras que otro puede brindar
supervisión y asesoría en calma y apoyo.

La paternidad (o maternidad) debe ser consensuada.


Cualquier mensaje que reciba un hijo debe haber pasado los filtros de los padres, con el
único propósito de transmitir imagen de unidad de criterio, pues de lo contrario los padres
pasan de tener una misión orientadora a ser manipulados por los oportunismos de
nuestros hijos. Es mejor decir "hemos pensado que..." a cometer el error de transmitirle
"tu madre cree, pero yo pienso...".

La paternidad (o maternidad) siempre está de guardia.


No podemos descuidarnos porque el hijo, con su miedo al monitoreo constante y a las
diferencias de visión de la misma realidad, desde ópticas generacionales diferentes, está
acechando para pasar desapercibido y escabullirse en el sinsentido de la calle, donde las
opciones no son las mejores ni tampoco están bien definidas. Por ello, debemos
convertirnos en médicos de guardia o serenos de la vida de nuestros hijos, haciéndoles
conocer que ahí vamos a estar y que ante cualquier impulso que tenga es mejor que nos
consulte para poder explicarles nuestra actitud, con comparaciones con episodios de
frustración y desagravio en otras familias, evitando los malos pasos y procurando la
reflexión sin cortapisas.

La paternidad (o maternidad) no va a ser merecedora de ningún diploma.


Nadie nos va a entregar una medalla o un diploma, pues el único reconocimiento es un
beso, una caricia, una llamada telefónica o una felicitación, una presencia en algún
cumpleaños y un sí cuando los necesitemos, en el mejor de los casos.

La paternidad (o maternidad) debe estar en continua evaluación.


A diario nos debemos preguntar y consultar sobre nuestro papel en la formación de
nuestros hijos, a través de una paternidad responsable, quizás cada mes o cada semana,
si hubiese lugar, pues a partir de este ejercicio podemos re-formular estrategias, re-definir
acciones y re-encauzar nuestro proyecto personal, como padres y como miembros de una
familia, a favor de quienes todavía están por venir.

La paternidad (o maternidad) es una responsabilidad


Si la paternidad (o maternidad) la aceptamos como una responsabilidad (un deber)
estamos estableciendo los lineamientos de una paternidad (o maternidad) responsable,
de lo contrario estamos comportándonos como autómatas y la monotonía, el cansancio
con desenfado y el hastío nos van a provocar momentos donde podemos recordar
nuestro paso por este mundo como el peso de una cruz hacia esa cruxificción que puede
significar un desastre para nosotros, como padres, o para nuestros hijos, olvidándose de
lo que quisimos darles como padres y ese nivel de responsabilidad lo van a descargar
después en nuestros nietos.

CONCLUSIONES

Tener un hijo es una de las mejores etapas de la vida, no permitas que esto se vuelva una
pesadilla, el tener un hijo implica mucha responsabilidad y sacrificio, se trata de una vida
no de un objeto. Es por eso que si no tienes la capacidad suficiente para tenerlo cuídate,
porque si no estás preparado es probable que eches a perder tu vida. El tener un hijo es
una decisión de pareja, los dos deben estar listos para esto, pues se formara una familia y
si quieres que sea una familia feliz es mejor no cometer errores.

Existen muchos métodos para prevenir el embarazo es mejor usarlos y no arriesgar el


tiempo que te queda por disfrutar la vida.

Tener un hijo implica darle muchas cosas y no solo cosas materiales, es por eso que a
una edad corta o tener un hijo si tienes problemas de cualquier tipo no te permitirá tener
una paternidad y maternidad responsable.

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