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SECRETARIA DE EDUCACIÓN

SUBDIRECCION DE EDUCACIÓN SUPERIOR

ASIGNATURA: HISTORIA DE LA EDUCAC ION EN MEXICO CONTEMPORANEO

UNIVERSIDAD POPULAR AUTONOMO VERACRUZANO

MAESTRO. RUBEN LARA CONTRERAS

ALUMNO. GELASIA SANTIAGO SANTOS

SEDE: CITLALTEPEC. VER


EDUCACIÓN PRIVADA EN MEXICO

La educación privada en México se inicia desde tiempos de la colonia cuando los


llamados preceptores se ocupaban de la educación individual de niños, niñas y jóvenes.

Si bien desde los albores del siglo XVI existió en la Nueva España la preocupación por
educar, no fue sino hasta principios del XVII cuando esta actividad fue normada por el
gremio de maestros y por el Ayuntamiento, de modo que las escuelas de primeras
letras funcionaron bajo la jurisdicción de la corona española.

A partir de la expedición de la Cortes de Cádiz en 1812 la vigilancia sobre la educación


quedó en manos del Ayuntamiento. Esta misma distribución de la responsabilidad
educativa se continuó en las constituciones estatales del México independiente
promulgadas entre 1824 y 1827, lo que supone, por tanto, una larga tradición e
vigilancia sobre todos los aspectos de la vida educativa, incluyendo a las escuelas
particulares, cuyos dueños y clientela se encargaban de cubrir los gastos.

La independencia no interrumpió la continuidad del proceso de reforma de educativa


que promovieron la Cortes de Cádiz, ni tampoco frenó otros proyectos como la creación
de un plan de enseñanza pública general y la formación de un órgano estatal que
centralizara y organizara las actividades en este ramo. Esto se explica en tanto que
esas tareas estaban encaminadas a dar cohesión y sentido a la nueva nación y con ello
a legitimar su permanencia.

En el mundo hispánico la educación encontró su razón de ser en la tradición católica, lo


que le imprimió su carácter de unidad ideológica y cultural. En el México independiente,
si bien el proceso de secularización había conducido a que el Estado asumiera casi
toda la responsabilidad educativa, no con ello se pensó en relevar por completo a la
Iglesia de sus funciones docentes. Bajo la vigilancia de los órganos estatales, se insistió
que debería continuar desarrollando tareas educativas para cubrir la demanda de las
escuelas de primeras letras. Entre 1786 y 1817 se habían expedido decretos que
exigían a la Iglesia que cumpliera con su obligación de abrir escuelas gratuitas de
primeras letras, (llamadas desde tiempo atrás "escuelas pías"), no sólo en los
conventos, sino en cada parroquia. El interés del Ayuntamiento era obvio, pues a través
de esta instancia, la Iglesia ofrecía educación gratuita a los niños sin recursos.

La exigencia de que la Iglesia participara en la educación como parte del proyecto de


instrucción pública fue una idea permanente en los inicios del siglo XIX, que se dejó ver
en los planes y reglamentos de la época. Se especificaron los límites de la educación
particular en el "Reglamento General de Instrucción Pública" expedido por las Cortes
Españolas el 29 de junio de 1821, el cual tuvo gran influencia sobre los planes
educativos del México independiente. Las escuelas particulares gozaron de una libertad
condicionada, ya que desde un principio se les fijaron ciertas restricciones. En el
proyecto del reglamento general de instrucción pública de 1823 se decía que "todo
ciudadano tiene facultad de formar establecimientos particulares de instrucción en todas
las artes y ciencias, y para todas las profesiones, pero el Estado se reservaba la
autoridad de supervisar y asegurarse de que los maestros de estas escuelas tuvieran
las aptitudes y preparación necesarias para la enseñanza".

Efectivamente la libertad educativa consistía entonces en que los maestros de las


escuelas particulares no tuvieran que ser examinados, lo que sí sucedía con los
maestros del Ayuntamiento, aunque el Estado se encargaba de que los maestros
particulares observaran "las reglas de la buena policía " pusieran "la mayor vigilancia
para que las máximas y doctrinas que enseñen sean conformes a la Constitución
Política de la Nación, a la sana moral". Desde entonces no hubo duda de que el Estado
velaría porque la educación se ajustara a lo que éste consideraba "buena policía", y a
los principios emanados de la Constitución y calificaría la pertinencia de los maestros
según los límites fijados en la ley. Las reformas llevadas a cabo por Valentín Gómez
Farías en 1833 reiteraban la obligación que tenía la Iglesia para abrir escuelas de
primeras letras en parroquias y casas de religiosos haciendo hincapié en que tenían
que ser gratuitas, razón por la cual formaban parte del sistema público de educación.

El concepto de educación particular empieza a adquirir sentido más por razones de


pertenencia a un estrato social determinado que sólo por cuestiones ideológicas. Los
maestros particulares, que daban clases de baile, música o dibujo a domicilio - y que
siempre habían existido- así como los ayos, dedicados a la educación de niños de la
aristocracia dentro de sus propios hogares, hacia 1830 empiezan a abrir escuelas
reforzadas con la llegada de maestros franceses para un alumnado capaz de
sostenerlas, sin recibir ningún subsidio del gobierno. Estos establecimientos se
consideraron entonces como escuelas privadas, en tanto que las de la Compañía
Lancasteriana y las de los conventos y parroquias eran gratuitas y por lo tanto públicas.
Esta distinción económica no las excluía de la vigilancia del Estado, en el sentido de
que no podían enseñar nada contrario a la moral ni a las reglas del gobierno.

En las primeras leyes de instrucción pública, tanto de liberales como de conservadores,


se insistió en la libertad de enseñanza entendida en formas distintas. En los debates
constitucionales de 1857 se percibió ya la conciencia de que el medio para romper el
poder ideológico de la Iglesia no era mediante el fomento a la enseñanza privada, sino
al contrario, con el fortalecimiento de la instrucción pública.

La paulatina pero creciente secularización que se fue operando en consonancia con las
ideas liberales del siglo XIX minó el consenso católico, es decir, se redujeron los
espacios del culto, y se amplió el terreno de la vida secular. A partir de ese momento,
existió de parte de quienes defendían ideas distintas, la necesidad de crear
generaciones nuevas que reprodujeran y defendieran los diferentes puntos de vista.
Desde tiempos de la República Restaurada, la escuela católica se traduce como
escuela privada, en oposición fortísima a la de gobierno y a las políticas apoyadas por
el positivismo y la indiferencia religiosa del Ayuntamiento. Estas escuelas estaban
inmersas dentro de una cultura que privilegiaba el conocimiento de la doctrina cristiana
como único medio de asegurar la sobrevivencia moral de la sociedad, y como único
medio de normar las relaciones dentro de la familia. La escuela particular en México
adquirió desde entonces el sentido que tiene actualmente, de ser una opción a la
escuela estatal, donde las políticas oficiales pueden ser cuestionadas y aún
combatidas. La escuela católica surgió como un lugar donde se rechazaron las leyes de
Reforma, donde se criticaron violentamente las políticas anticlericales del gobierno,
pero sobre todo como un espacio donde podrían reproducirse los valores y las
tradiciones católicas.

En los años del porfiriato la Iglesia y el Estado mantuvieron la confrontación iniciada en


el siglo XIX por el poder sobre la orientación y la dirección de la educación. Sin
embargo, Díaz no pretendía tener al clero por enemigo; por el contrario, buscó su
alianza, aunque sin modificar las leyes de Reforma; al triunfo de los liberales, decidió
seguir una política de condescendencia y tolerancia con la Iglesia que le permitió
alcanzar la "paz'. Gracias a esta postura del dictador, la Iglesia se reorganizó y obtuvo
los espacios suficientes para intervenir en la educación.

La ideología educativa oficial no logró ocultar las continuas concesiones a la escuela


confesional, como lo demuestra la creación de nuevas diócesis, de nuevos conventos
para hombres y para mujeres, el gran número de órdenes religiosas que llegaron a
México a fundar sus escuelas, que con las ya establecidas, funcionaron sin ningún
problema por parte del Estado. Los ataques desde el seno de la Iglesia contra el
régimen no descalificaban la dictadura, sino la filosofía positivista, atea, que la permeó.
Los liberales continuaron sus esfuerzos para evitar que la educación siguiera en manos
de la Iglesia, pero la tolerancia de don Porfirio le concedió una posición de privilegio.

Gran parte de las primarias particulares dependían de las parroquias o de maestros


muy acreditados en las localidades, escuelas pequeñas pero con prestigio social. Las
preparatorias (que incluían tanto a la secundaria como a la preparatoria propiamente
dicha), dependían en su mayoría de los Seminarios Diocesanos. El crecimiento de la
educación confesional fue considerable en la época porfirista; sin embargo, la política
planificadora del Secretario Joaquín Baranda mantuvo el predominio del Estado y sus
escuelas sobre la iniciativa privada; en l888 se promulgó la Ley de Enseñanza
Obligatoria, aunque sólo el 33% de los niños acudían a la escuela primaria. Los datos
sobre las escuelas son contradictorios, aunque todos coinciden en señalar un
predominio de las oficiales. Moisés González Navarro, basándose en un informe de la
época, afirma que las escuelas del Estado representaban el 77% del total, dejando el
restante 33% a las escuelas particulares. Vera Estañol consideraba que en l910
acudían a las escuelas oficiales 733 247 niños en tanto que a las particulares iban 167
756, un 22.8%. Otros datos señalan que las escuelas particulares eran entonces 2,230,
(el l8.7% del total); en tanto las oficiales eran 9,710, (el 81.3%). Para el Distrito Federal
se habla del funcionamiento de 238 escuelas privadas con una asistencia de 12 287
alumnos, en tanto que las oficiales eran 390, con 51 555 alumnos.

La sociedad porfiriana se encontraba polarizada; por un lado la inmensa mayoría de la


población, de extracción rural vivía en condiciones de supervivencia, y por otro, un
pequeño sector era dueño de un gran poder económico que buscaba en la educación
algo más de lo que ofrecía la escuela oficial. Como señala Pani "las familias ricas tenían
repulsión por las escuelas oficiales". , y por ello buscaron la creación de las escuelas
del clero, o de las escuelas para grupos de extranjeros que también anhelaban una
educación diferente.

La paz porfírica permitió, en los inicios del siglo XX, el advenimiento de muchos grupos
de religiosos y religiosas que abrirían las puertas de sus escuelas para convertirse en
las escuelas particulares de mayor prestigio en el país. Lasallistas, jesuitas, maristas,
salesianos, Religiosas de la Enseñanza, josefinas, Religiosas del Sagrado Corazón,
Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, teresianas, ursulinas, Salesas, Esclavas
del Divino Pastor, entre otras. Un número muy considerable de escuelas confesionales
se abrieron en muy poco tiempo. No existen datos precisos sobre este punto ya que las
escuelas no tenían que manifestarse como religiosas o no, y tampoco se hacían
encuestas periódicas y confiables. Sin embargo se puede afirmar que hubo un aumento
de la educación privada a finales del porfiriato de escuelas que demostraron tener un
gran arraigo en la población. La Revolución trajo consigo infinidad de cambios en las
instituciones y en la vida general del país. Las escuelas particulares sufrieron pocos
trastornos en los primeros tres años del movimiento, ya que el régimen maderista fue
moderado en su trato con las instituciones educativas y no intervino en el
funcionamiento de las escuelas confesionales. El año de l9l4 marcó una fecha
definitiva en cuanto a la vida de los colegios particulares, fundamentalmente los
católicos. Fue sin duda su año más difícil durante la etapa revolucionaria. Diferentes
facciones, algunas anticlericales, acusaron a los religiosos, no sin razón, de apoyar al
régimen de Victoriano Huerta, por lo que intensificaron la persecución de sacerdotes y
montaron una campaña en contra de las escuelas que éstos dirigían; la lucha fue
enconada, por lo que muchos planteles cerraron durante algunos años o
desaparecieron definitivamente. Hay quienes aseguran que en ese año "todos los
colegios sufrieron la clausura de sus actividades a mano militar".

Cuando la revolución armada llegó a su fin, el país entró en un período de


reconstrucción que no sería fácil. Al quedar Venustiano Carranza como jefe supremo de
la nación convocó el l4 de septiembre de 1916 al Congreso Constituyente donde
presentó un proyecto de Constitución que mantenía muchos de los principios liberales
de la anterior Carta Magna de 1857. El proyecto, de tendencia conservadora, no agradó
a la mayoría parlamentaria, a la que pertenecía el nuevo sector liberal triunfante en la
lucha revolucionaria, el cual más que un cambio en el aspecto de organización política,
buscaba una transformación económica y social. En materia de educación, el proyecto
carrancista proclamaba que la enseñanza sería laica en establecimientos oficiales, y
gratuita la primaria elemental y superior impartida en ellos. Este artículo sostenía el
laicismo sólo para las escuelas dependientes del gobierno; las instituciones particulares
quedaban en entera libertad de acción y el Estado no tenía derecho de intervenir en las
políticas educativas de éstas. La redacción del artículo educativo, tal y como lo
proponía Carranza, favorecía sin duda a los católicos y a sus escuelas, pues les
permitía buenos espacios para su funcionamiento. Este era el texto de dicho artículo:
Habrá plena libertad de enseñanza, pero será laica la que se dé en los establecimientos
oficiales de educación y gratuita la enseñanza primaria y elemental que se imparta en
los mismos establecimientos.
Sin embargo, la iniciativa no fue aceptada por el Constituyente, que buscaba un cambio
sustancial sobre todo en lo relativo a cuestiones religiosas; por consiguiente, optó por el
proyecto de la comisión encargada de la redacción del artículo tercero. Esta propuso
extender el laicismo a las escuelas particulares de educación primaria, así como
prohibir a miembros de asociaciones religiosas establecer, dirigir o impartir enseñanza
en los colegios. La nueva reglamentación propuesta recogía algunas de las
disposiciones ya puestas en práctica en artículos constitucionales previos y en decretos
estatales anteriores; con ella el Estado adquiriría control político e ideológico sobre la
educación al tiempo que limitaba la acción del clero en la materia. La Constitución
afectó jurídica y políticamente el destino de la Iglesia al adjudicar al Estado el control
educativo y de otras instancias tales como el manejo del estado civil de las personas, la
reglamentación del culto público y la secularización de los hospitales y cementerios. El
Estado trataba a la Iglesia como una institución política, y no daba validez a su función
religiosa, lo que esta última no estaba dispuesta a aceptar. Ante el menoscabo de su
acción participativa, la Iglesia como contendiente por el poder se alió a un grupo social
integrado por católicos militantes, pertenecientes a las esferas de profesionistas e
intelectual de las clases media y alta y junta lucharon por recuperar el poder y los
privilegios perdidos. La libertad de enseñanza entendida a la manera constitucionalista
(educación laica), en torno de la cual se dieron las mayores disputas, fue la manera
como el Estado ejerció "democráticamente" un fuerte control ideológico, aniquilando a
uno de los contendientes por el poder educativo. La orientación revolucionaria de la
educación debería impedir la penetración de las ideas religiosas. Los constituyentes
pensaban que con el artículo tercero destruirían a la escuela católica, ese elemento tan
importante para mantener vivo el espíritu de la Iglesia. El texto que se votó "se orientó
hacia la destrucción de aquello que los revolucionarios consideraron el instrumento
privilegiado de la Iglesia para el mantenimiento de su empresa sobre los espíritus: la
escuela católica". En estos términos, el texto del artículo educativo impediría al clero
tomar de nuevo la avanzada. El artículo propuesto por los revolucionarios quedó en los
siguientes términos: La enseñanza es libre: pero será laica la que se dé en los
establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental
y superior, que se imparta en establecimientos particulares. Ninguna corporación
religiosa, ni ministro de algún culto podrá establecer o dirigir escuelas de instrucción
primaria. Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la
vigilancia oficial. En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la
enseñanza primaria.

La Iglesia, jurídicamente incapacitada para evitar esta decisión amparada en conceptos


supuestamente democráticos y legales, se encontró ante una situación de
subordinación y desventaja a la que tuvo que enfrentar para mantenerse vigente en el
terreno educativo. Afortunadamente para la Iglesia, el Estado dejó un reducto por donde
pudo continuar su obra educativa. El artículo tercero no limitó la participación de los
miembros de sociedades religiosas en su calidad de maestros. La única prohibición
consistió en que corporaciones o ministros religiosos dirigieran o establecieran
instituciones educativas. Sin embargo, esto último podía ser solucionado mediante
ingeniosas maniobras, tales como crear sociedades de carácter civil para acreditar la
procedencia de las órdenes.

En la Constitución de 1917 el Estado ratificó el compromiso de otorgar educación


primaria a todos los niños mexicanos, y de esta forma refrendó su papel como rector
absoluto y proveedor de la educación. Sin embargo, continuaba abierta la posibilidad
negociada de la existencia de escuelas particulares.
CONCLUSION.

La educación privada o particular es un conjunto heterogéneo de escuelas, que han


ejercido una influencia considerable sobre todo en la formación de ciertos sectores
sociales. Esto se hizo patente en la labor desempeñada por la escuela católica que sin
duda logró, cuando menos hasta la década de los setenta, mantener a través de su
colegio la cultura, la tradición y los valores de la Iglesia católica.

Enclavadas en un sistema impuesto por el Estado, su gran diferencia fue la posibilidad


de desempeñarse con bastante autonomía en sus principios, valores, métodos y
funcionamiento, sobre todo en cuanto a la enseñanza de la religión a pesar de la
legislación adversa y las constantes restricciones impuestas. Encontramos en ellas
características particulares motivadas por diversos factores, sobre todo de índole
económica e ideológica que les adjudicaron ciertas ventajas si las comparamos con los
planteles pertenecientes al sistema oficial.

Las escuelas privadas se distinguieron, sobre todo las dirigidas a los sectores
económicos privilegiados, por desarrollar métodos educativos autónomos, en ocasiones
comunes a un grupo de ellas, en otros enteramente propios. Si bien la educación
particular, tal y como se entiende en la actualidad, ha sido un fenómeno constante y de
desarrollo sostenido, no se puede afirmar que sus condiciones no hayan variado.
3.2HISTORIA DE LA EDUCACION TECNICA.

INTRODUCCIÓN.

Prepara a los estudiantes para que se incorporen a la actividad productiva. Tiene como
antecedente la educación primaria; se cursa en uno a cuatro años, según la
capacitación de que se trate; prepara al educando en especialidades industriales,
agropecuarias, comerciales y de servicios.

Es conveniente, antes de entrar al tema, señalar que los saberes prácticos empiezan a
desarrollarse a partir de la Revolución Industrial, cuando la producción de bienes
materiales empezó a ser la premisa de la civilización humana, situación que empieza a
manejar un sistema de educación más utilitarista. Si bien la existencia del artesano es
una entidad que nace con la civilización, éste grupo se encontraba en un lugar especial
y reservado, mismo que se reproducía al interior, sin tener la oportunidad de interactuar
con el resto de la sociedad, habría que recordar entre las ordenanzas de los gremios, la
importancia que se le daba al secreto profesional; no obstante es en éstos que se
encuentran las primeras instituciones preocupadas por enseñar estos conocimientos
técnico-prácticos, aunque fuera sólo al interior de los propios gremios.

Pero a partir del siglo XVI en algunos países se sintió la necesidad de contar con
personas especializadas en el ámbito técnico, para estimular el desarrollo industrial.
Aunque éste va ser un largo proceso, hasta el momento en que surgen los primeros
especialistas, en especial porque la sociedad tardo en otorgarles el mismo prestigio que
a los que realizaban estudios universitarios. Recordar como la Universidad institución
educativa que se origina en la edad media va privilegiar el conocimiento teórico erudito
de las clases dominantes, como otra forma más de control social, en su seno los
conocimientos prácticos no tenían cabida.

En México, hasta antes de la Independencia este tipo de enseñanza se circunscribió al


área de la educación informal, entre los gremios de artesanos, pero cuando el país se
independizó de España, se expresó inmediatamente la necesidad de establecer
escuelas de carácter técnico, mismas que posibilitarían el progreso de una sociedad
que accedía a la industrialización y rompía viejos moldes económicos, políticos y por
tantos educativos.
HISTORIA DE LA EDUCACIÓN TÉCNICA.

Antes de pasar al México Independiente, habría que señalar que durante el período de
desarrollo mesoamericano se menciona la existencia de escuelas donde se enseñaban
oficios, aunque a la fecha los trabajos son muy generales y no especifican la forma, ni
el tipo de materias que se impartían, lógico es plantear la existencia de clases
especializadas en la construcción, en el tallado de las piedras, el trabajo de la madera,
etc. Además de las enseñanzas impartidas en derredor de los artesanos en las
escuelas de los Calpulli por ejemplo. En cambio durante la Colonia se conservan
registros más precisos sobre los esfuerzos en pro de la creación de estos centros de
estudio, son famosos los organizados por misioneros como Fray Pedro de Gante, el
primero en San Francisco, la Escuela de Artes y Oficios de San José de los Naturales,
donde se enseñaba además de religión lectura, escritura y latín, artes y oficios, como:
pintura, escultura, artesanías, arte de bordar, y talleres donde trabajaban canteros,
herreros, carpinteros, albañiles, sastres y zapateros. Así mismo Don Vasco de Quiroga
en 1531, propuso al Consejo de Indias un plan de organización social para los
indígenas, con el fin de establecer unos 200 hospitales-pueblo, o sea congregaciones
de indígenas fundadas en la práctica del cristianismo, el trabajo colectivo y la vida
comunal, y cuyo funcionamiento comprendía la instrucción de la niñez, la protección a
los huérfanos, el hospedaje a los peregrinos, el albergue a los desvalidos y el cuidado
de los enfermos de ahí el nombre de Hospitales y en especial la enseñanza de alguna
artesanía; lugares que a la fecha son muestra real de este esfuerzo, pues en varios
pueblos de Michoacán aún se muestra ésta tradición artesanal. No habría que olvidar,
también, la forma en que estos cronistas misioneros se expresaron sobre la calidad del
trabajo de los artesanos indígenas y la facilidad con que aprendían estas artes y oficios.

Ya al final del siglo XVIII se empezaron a crear otras instituciones educativas más
formales, en el ámbito de la enseñanza técnica, como el Real Seminario de Minería que
mereció, por su diferente orientación se le haya denominado la "primera casa de las
ciencias en México". Fue creado en 1783 cuando se expidieron las Reales Ordenanzas
para la dirección régimen y gobierno del importante Cuerpo de la Minería en Nueva
España y de su Real Tribunal General, donde se incluía un capítulo a la educación y la
enseñanza dentro del Colegio, iniciando sus actividades el 1 de enero de 1792. Durante
el gobierno de don Benito Juárez se convierte en Escuela Especial de Ingenieros
transformándose en nacional en 1883; incluyéndose en su curricular nuevos estudios
como Ingeniero topógrafo, hidrógrafo, de caminos, puentes y canales, industrial y por
supuesto de minas y metalurgista e ingeniero geógrafo.
En esos años se crea otra importante academia, La Real Academia de las Nobles Artes
de San Carlos, fundada en 1781 e inaugurada el 4 de noviembre de 1785, donde
además de enseñarse al arte arquitectónico se incluyó la ingeniería y las obras públicas
y en 1788 el Jardín Botánico.

Existe un caso singular todavía durante el México colonial cuando a instancias del virrey
segundo Conde de Revillagigedo se determina establecer escuelas de Hilado y tejido
bajo nuevas técnicas "en las que se aprovecharía la habilidad manual de los indígenas,
a fin de integrarlos a una producción de la que se alejaban por el oprobioso trato
recibido generalmente en los obrajes", una de éstas se establece en 1792 en el poblado
de Tuxtla, hoy Guerrero, "sería el primer establecimiento experimental para la
enseñanza técnica y fabril que se instituyera en la nueva España a nivel público."

Todas estas Reales Academias, además del ejemplo de la escuela de Tuxtla responden
a las inquietudes reformistas del movimiento intelectual de este momento denominado
como la Ilustración, Despotismo Ilustrado, visto como control del estado, así como a las
influencias de la revolución industrial, tardía en nuestro país, situaciones que empiezan
a cambiar los rígidos cánones de la escolástica y la producción, y con ello la apertura
hacia otros conocimientos y saberes. Proceso que fue interrumpido en parte por la
guerra de independencia, pero que a su vez se impulsó con la apertura del país al
mundo, gracias a las posibilidades generadas por este proceso.

MÉXICO SIGLO XIX.

Resulta interesante que el iniciador de la revolución de Independencia, don Miguel


Hidalgo y Costilla fuera uno de los primeros en estimular la enseñanza técnica dentro
de sus curatos, con la formación de escuelas de artes y oficios. En 1803 logró
establecer una escuela taller en el pueblo de Dolores, desafortunadamente la lucha que
inicia en 1810 vino a interrumpir su obra.

Con la obtención de la independencia en el país se plantearon por primera vez nuevas


y diferentes influencias educativas que van a modificar enormemente la tradición
escolar Colonial. Existen varios registros de extranjeros que implantan escuelas con
nuevas características, muchos de ellos de origen francés, brillantes pedagogos como
lo expresa Sergio Sánchez, quien dice, se dedican a fundar escuelas de artes y oficios
y comerciales; de éstos menciona a: Eduardo Turreau de Linieres, Germán Nicolás
Prisette, Federico Wauthier, Carlos Vreniere, Esteban Guénot y G. L. Voidet de
Beaufort. Uno de éstos Federico Wauthier fundó el primer establecimiento de este tipo
en la ciudad de México en 1822 en su propio domicilio en la calle de Revillagigedo.
Por parte del gobierno oficial, durante la regencia con Agustín de Iturbide, en la
Memoria que presentó el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones
Exteriores e Interiores -dependencia que en ese momento tiene a su cargo el ramo
educativo-, en 1821, se planteó la promoción de planteles educativos que
proporcionaran esta enseñanza práctica. Asimismo se decretó la supresión de los
gremios en 1823, mismo que significaba el fin de este único tipo de enseñanza. Existe
un proyecto de educación, también de 1823, que en sus artículos 137 y 157 ordena la
creación de establecimientos de instrucción", entre los que se mencionan Politécnicos,
escuelas de ingenieros de minas, caminos y puentes, canales, de comercio y de artes y
oficios.

Surgen entonces críticas al modelo de educación universitario que se consideraba


anacrónico y aparecen los Institutos* (* Ver en Conceptos Instituto) como contrapartida
enarbolando la idea de modernidad, dentro de un mundo que intenta organizarse y
donde, se puede decir, no existía un sistema nacional educativo. Esta es la etapa en
que nacen los institutos como una transición entre las viejas universidades y las que
hoy conocemos, "al abolir las universidades durante la segunda mitad del siglo XIX,
tomaron su lugar las agrupaciones escolares formalmente constituidas y las
agrupaciones informales que ampliaron notablemente las posibilidades académicas en
lo cualitativo y en lo cuantitativo; brindaron una preparación secundaria y profesional
con un enfoque mucho más práctico, que iba dejando de lado la imagen medieval de
hombre culto como sinónimo de hombre de iglesia" . Sobre este mismo aspecto, dice,
Carmen Castañeda que el instituto venía a representar los intereses del grupo liberal
que deseaba eliminar instituciones que recordaran el pasado colonial, sin embargo,
curiosamente durante la primera mitad del siglo XIX esta fue la ambición tanto de los
gobiernos liberales como de los conservadores y hubo ocasiones en que los
conservadores lucharon aún más intensamente, tal es el caso de la Escuela de Artes y
Oficios idea largamente acariciada por Lucas Alamán, para ser finalmente los liberales
con Comonfort en el Gobierno, en 1856, quienes logren su instalación.

Lucas Alamán fue uno de los primeros alumnos del Real Colegio de Minería y gran
promotor de la industrialización del país, según Alamán, no era posible cambiar
súbitamente la tradición productiva del país radicalmente minera... sobre este ramo
debían descansar inicialmente los giros industriales. Para ello era necesario reavivar,
también el endeble comercio "se inclina finalmente por un fomento de la industria en la
que el estado debía ser el primer impulsor por cuantos medios y facultades estuvieran a
su alcance."

Junto con los capitales que se invirtieron para establecer las primeras industrias -textiles
sobre todo- e impulsar las antiguas -la minería, por ejemplo- se vio la urgencia por
contar con personal capacitado para trabajar en las primeras fábricas, todo ello condujo
al establecimiento de las primeras escuelas técnicas oficiales como la Nacional de Artes
y Oficios, creada por decreto presidencial el 19 de abril de 1856. Sobre esta Escuela
hay que advertir que existen varios decretos para establecerla el primero fue en 1833,
firmado por el propio Comonfort, en un momento en que luchaba al lado de Santa Ana,
que no llega a realizarse; otro más en 1843, ésta vez por el propio Santa Ana como
presidente. Si bien el proceso ya se había iniciado con la instalación de varias escuelas
técnicas y/o industriales de carácter privado, como las creadas junto o dentro de las
fábricas, finalmente la Escuela fue inaugurada en marzo de 1857, con más de 100
alumnos procurando la asistencia de alumnos pensionados de diferentes lugares de la
república; se instaló en el bello edificio de San Jacinto junto con la escuela de
Agricultura, donde se impartían, entre otras, las cátedras de: mecánica, herrería,
diseño, carpintería, talabartería, plomería, tejido e hilado, sastrería, hojalatería, alfarería
y tornería. A finales de siglo, en 1892, se le incorpora la Escuela Práctica de
Maquinistas, situación que empezará enfocar a la escuela hacia un nivel superior de
enseñanza. Después de la Ley Barreda en 1867 se le otorga el edificio secularizado del
convento de mujeres de san Lorenzo, donde permaneció hasta 1959, fecha en que se
cambia a la Unidad Profesional de Zacatenco del Politécnico.

En 1838 se funda el Colegio Militar establecimiento importante para la historia de la


enseñanza de la ingeniería en el país, pues en él se forman los primeros ingenieros
especializados en mecánica bélica, hidráulica, y construcción, situación que los llevará
a ser los mentores de muchas de las primeras escuelas de ingeniería, como el propio
Politécnico durante el siglo XX.

En 1840 se crea la primera junta de fomento que en cierta forma venía a sustituir la
actividad del Banco de Avió fundado por Alamán, con la intención de seguir impulsando
la industria y el comercio, además de las comunicaciones, de éstas con gran desarrollo
en ese momento las vías férreas. Algunas juntas se llamaban de Fomento al Comercio
(o mercantil) y de instrucción (a veces se agregaba de instrucción mercantil), de una de
éstas nace el Instituto Comercial en 1845, hoy Escuela Superior de Comercio y
Administración (ESCA), la decana de las Escuelas Técnicas oficiales en México, misma
que junto con otras pasó a formar parte del Instituto Politécnico Nacional en 1936. A
ésta también con la Ley Barreda de 1867 se le otorga nuevo edificio en el Hospital de
Terceros de San Francisco.

Sobre las escuelas particulares fundadas por extranjeros destaca una comercial, la
establecida por Eduardo Turreau de Liniers como Colegio Mexicano de San Felipe de
Jesús donde se impartían "todos los ramos que debe saber un comerciante."

En esta Escuela "tan luego como los alumnos hayan adquirido los conocimientos
necesarios harán la aplicación de todo lo que habrán aprendido, figurando entre ello, las
casas de comercio situadas en diferentes ciudades, que se comunicarán en diversas
lenguas que tratarán operaciones imaginarias, cimentadas en las localidades y uso de
los sitios; ellos las seguirán y llevarán a su fin, como si fuesen reales y efectivas, las
liquidarán sucesivamente con contestaciones o sin ellas, y terminarán el trabajo
haciendo el balance general de sus cuentas", se concedió el permiso el 25 de junio de
1844.

Durante la intervención francesa con el gobierno del emperador Maximiliano se coincide


con la idea de estimular la creación de estas escuelas y nuevamente se menciona la
fundación de politécnicos, en la ley de 1865 título IV se ordenaba la reorganización de
la instrucción superior para resolver el problema de la formación de profesionales, con
seis carreras, tres en el rubro de literarias y tres llamadas prácticas. Estas últimas
tendrían que ofrecerse en las escuelas militar, de minas y politécnica.

Para mediados de siglo con el advenimiento del gobierno de Juárez se da un


acontecimiento muy importante para el sistema educativo, en especial en el oficial, al
expedirse la Ley "Barreda" del 2 de diciembre de 1867, última de las leyes de Reforma
misma que por primera vez organizó todo el sistema dándole una estructura coherente
por niveles educativos, que en su parte fundamental se estructura mediante un sistema
de instituciones educativas, dividido en dos niveles:

a) de instrucción primaria b) de instrucción secundaria propiamente dicha

y la enseñanza terciaria o superior, sin plena conciencia de lo que ello significaba de


acuerdo a los que expresa Meneses y Morales.

Es en este momento cuando el antiguo Colegio de Minería nacido al final del periodo
colonial, se convierte en La Escuela de Ingenieros. Un aspecto significativo que marca
esta Ley es que por primera vez, se manifiesta un marcado "interés por llevar la
educación a las mujeres".

En adelante, durante el porfiriato se harán múltiples esfuerzos por incrementar este tipo
de escuelas, así fue como aparecieron los Institutos de Ciencias en los estados.
Resulta curioso que a este tipo de enseñanza se le consideraba como "especial" * ( *
Ver Concepto) porque preparaba prácticamente en oficios más que en dar formación
profesional, además porque se juzgaba un tipo "especial" de instrucción. Otro aspecto
característico de este siglo es que este tipo de estudios no requiere más que la primaria
inferior y superior, en ocasiones, pero no estudios preparatorios de nivel medio superior
porque su fin básico era la capacitación, la instrucción y no la profesionalización,
situación que va cambiar hasta el siglo XX. Por ejemplo, el 15 de septiembre de 1897,
se expide la Ley de Enseñanza Profesional para la Escuela Nacional de Ingenieros y
como éste hay otros ejemplos en la Escuela Superior de Comercio y en la de Artes y
Oficios.

A partir de mediados de este siglo empiezan aparecer Médicos Homeópatas en el país,


sobre todo de origen español, más tarde este movimiento terapéutico de la Medicina
provocará la aparición de la Escuela de Medicina Homeopática, en 1889, cuyo primer
director fue el dr. Joaquín Segura y Pesado, en la calle de canoa núm. 6 y 7 (hoy
Donceles). Misma que se convertiría en Escuela Oficial por decreto de Porfirio Díaz, a
partir del 1º de enero de 1896, escuela que se incorpora al naciente Politécnico en
1936.

Entre las escuelas fundadas durante el porfiriato se encuentra la Escuela Nacional de


Artes y Oficios para mujeres fundada en 1871 e inaugurada en noviembre de ese
mismo año. Con este plantel se abre una enorme posibilidad de superación para la
mujer, si bien en un principio todas estas escuelas que se fundan se organizan con
oficios "propios de su género" permiten a la mujer ingresar a un tipo de educación, que
más tarde le va posibilitar entrar de lleno al mundo productivo y cambiar
fundamentalmente el modelo tradicional de madre y ama de casa casi exclusivamente.

Gracias a la constitución de 1857, también se empiezan a establecer una serie de


escuelas de artes y oficios en diversos estados, aunque los problemas políticos no
permitieron su instalación en forma general hasta después de la asonada del Plan de
Tuxtepec, cuando el gobierno de Porfirio Díaz las impulsa. Para 1900 funcionaban en
las siguientes ciudades: Pachuca, Aguascalientes, Campeche, Toluca, Saltillo, Morelia,
San Luis Potosí aquí una para hombres y otra para mujeres y en Guadalajara Jalisco
ésta última fundada ya al arribo del siglo XX, en 1900.

También durante este periodo se crearon escuelas de artes y oficios en instituciones de


beneficencia pública o social, como Casas de Niños Expósitos o bien cárceles, uno de
estos casos es la Escuela de Artes y Oficios de Puebla dependiente de la Beneficencia
Pública del Estado. En algunos casos se da sólo la instalación de algunos talleres como
complemento a otra enseñanza. Una de éstas es la Escuela Industrial de Huérfanos
establecida en el edificio del Tecpan, que antes era un asilo de jóvenes. Esto se realizó
para instruir y educar a la "clase desheredada", ubicándose talleres y otros cursos,
entre los primeros, están: imprenta, tejeduría, carpintería, sastrería y zapatería. Aunque
también se impartía instrucción primaria, con: lectura, escritura, aritmética, cálculo
elemental, gramática castellana, moral cristiana, música, y dibujo.

La Escuela abrió sus puertas el lunes 10 de octubre de 1880.

Otro tipo de estas Escuelas son las Salesianas o de Don Bosco instaladas en las
ciudades de México, Puebla, Monterrey y Guadalajara, para la enseñanza de jóvenes
obreros y campesinos de escasos recursos, donde "alcanzaron merecida fama las
nuevas técnicas gráficas que ahí se aprendían."

A principios del nuevo siglo empezaron a surgir nuevas escuelas de carácter técnico,
varias de mujeres, de éstas las más renombradas han sido: en 1901 la Escuela Miguel
Lerdo de Tejada para mujeres con enseñanza comercial; en 1903 la Escuela Primaria
Industrial para varones doctor Mora y en 1910 la Escuela Primaria Industrial para
mujeres, Corregidora de Querétaro, destinada a la enseñanza de oficios e industrias
domésticas.
Ya en el umbral del Porfiriato un hombre gran impulsor del sector educativo, don Justo
Sierra, creó en 1905, la primera Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes y
dentro de ella la primera sección destinada a la enseñanza técnica, en 1907.

Justo Sierra visionario de las posibilidades de la educación técnica encomienda al


ingeniero Felix F. Palavicini, egresado del prestigiado Conservatorio de Artes y Oficios
de París, visitar en el extranjero, en 1906, una serie de instituciones con este sistema,
precisamente en Francia se ocupó de observar los sistemas en la enseñanza industrial
y en Estados Unidos el entrenamiento manual. En el informe leído por el c. presidente
de la República, al abrirse el tercer periodo de sesiones del 23º congreso de la unión, el
16 de septiembre de 1907, menciona que:

Dado el aumento de labores de la Secretaría de Instrucción Pública y la complexidad


(sic) de las mismas, ha sido preciso crear una nueva sección destinada a la enseñanza
técnica. en ella se han aprovechado los conocimientos de dos de los profesores (no
dice quienes) que, comisionados por esa secretaría, han permanecido durante varios
años en países extranjeros."

Deducimos que uno de ellos debió haber sido el Ing. PALAVICINI.

Este mismo ingeniero, años más tarde ocuparía el Ministerio de Instrucción Pública y
fundó, en 1915, la primera Dirección de Enseñanza Técnica en el país; si bien en 1907
se había establecido el departamento encargado de esta área, no llegó a funcionar; tal
vez motivado también por el viaje de PALAVICINI. Con esta dependencia se inicia de
manera formal en nuestro país un proceso que tomará casi 20 años para estructurar
todo un Sistema de Educación Tecnológica que engloba los denominados aspectos
"industrial y comercial", aunque este departamento también fue de efímera vida, pues
desparece con la propia Secretaría de Instrucción Pública en 1917.

Hasta antes sólo se había fomentado la creación básica de escuelas de artes y oficios
pero ante la carencia de obreros debidamente especializados se inicia un explosivo celo
por crear escuelas primarias industriales y se inicia asimismo el proceso de
profesionalización de ésta área.

Con la reapertura de la Universidad, bajo una moderna visión se rompen viejos moldes
educativos y se incluye en su estructura algunas facultades de carácter técnico como la
de Ingeniería heredera de la Escuela Nacional de Ingenieros y la de Comercio,
denominada como Facultad de Contaduría y Comercio.
MÉXICO POSREVOLUCIONARIO

A pesar de todos estos esfuerzos don VÍCTOR BRAVO AHUJA señala que:

Hasta antes de nuestro movimiento social iniciado en 1910, la Educación Técnica no


tuvo una orientación acorde con las necesidades de la nación, sino que la estructura del
Sistema de esta enseñanza, al servicio del pueblo y para el desarrollo de nuestra
industria, es obra y fruto de la labor continuada de los gobiernos emanados de la
Revolución.

No cabe duda que la Revolución Mexicana impulso este sistema, ya que estaba de
acuerdo con los fines sociales y económicos que se pretendían alcanzar.
Lamentablemente durante los primeros años, la misma lucha impidió que se
desarrollara el área, a pesar de algunos intentos, va ser durante el gobierno del señor
don Venustiano Carranza, cuando éste invitó a don FÉLIX F. PALAVICINI a ocupar el
cargo del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, cuando se puedan llevar a
cabo varias acciones, habría que recordar que es el mismo PALAVICINI el que por
encargo de Justo Sierra hizo un estudio sobre este tipo de escuelas en Europa y en
Estados Unidos, pero además era ingeniero egresado del Conservatorio de Artes y
Oficios de Paris. Como Secretario estuvo de 1914 a noviembre de 1916, en este
momento ya formaba parte de los inquietos ideólogos del movimiento preocupado por la
educación revolucionaria. Por ello fue que al gobierno de Carranza le correspondió el
mérito de incorporar la idea de la enseñanza técnica en el proyecto revolucionario y
definir la educación nacional, aun cuando los problemas políticos que todavía habría de
sufrir el país impidieron que estos planes consolidaran, no obstante, de esta época son
fundamentales rescatar las siguientes acciones:

La creación de la Dirección General de Educación Técnica, que funcionó de agosto de


1915 al 28 de febrero de 1917.

La transformación de la Escuela Nacional de Artes y Oficios en Escuela Práctica de


Ingenieros Mecánicos y Electricistas. (En 1921 se transforma en EIME Escuela de
Ingenieros Mecánicos y Electricistas, o sea se le quita lo de Práctica y en 1932
finalmente se denomina ESIME Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica,
nombre que conserva actualmente).

Además por primera vez se especifica claramente entre sus objetivos la formación de
ingenieros mecánicos electricistas que gracias a los conocimientos científicos y con el
aprendizaje en el manejo de máquinas, podrían instalar o dirigir con éxito plantas o
talleres mecánicos y eléctricos, ya no como obreros sino como dirigentes de empresa,
situación que va modificar sustancialmente este tipo de enseñanza; también la secular
ESCA desde 1905 empieza a ofrecer la carrera de Contador de Comercio, todavía
durante el Porfiriato. En forma general se puede aseverar que la educación técnica
comienza a formalizarse, de tal manera que en unos años más se va convertir en un
Sistema que requerirá de funciones y entidades educativas distintas, pero aún tendrán
que pasar algunos años para que esto suceda.

Entre las opiniones que PALAVICINI expresa sobre la educación técnica se encuentra
una muy interesante referente a la Escuela Politécnica de París, cuando dice, que
forma "grandes teóricos, que no tienen, en su gran mayoría, más porvenir que profesar
en los Liceos y Universidades o servir en los empleos administrativos", por lo que
sugiere un tipo de establecimientos que ha visto en Suiza denominados TECHNICUN;
donde el alumno entra muy joven, después de la primaria y cuando sale cuatro años
después está "provisto de los conocimientos necesarios para emprender negocios
positivos con todas las fuerzas de la juventud" y dice que esta "es la escuela intermedia
entre las destinadas a formar artesanos instruidos (artes y oficios) y las dispuestas a
formar ingenieros de grado superior... cuya instrucción deberá ser tal, que puedan
fácilmente utilizar los proyectos y los planos del ingeniero y dirigir con inteligencia la
ejecución..." y la define finalmente como la escuela que forma a los alumnos en "los
conocimientos teóricos y prácticos que les son indispensables para ocupar con una
competencia real los numerosos puestos intermediarios entre el pensamiento que
concibe y la mano que ejecuta".

Será unos años más tarde cuando se retome la idea del Politécnico, pero bajo otra
perspectiva, en ese momento lo que se requería, era un técnico especializado, no ya el
obrero calificado, aunque siempre considera la necesidad de contar con ingenieros,
pero para él era de mayor relevancia la necesidad de preparar numerosos técnicos.

Durante su gestión se creó la escuela industrial "Gertrudis Armendáriz de Hidalgo".

Para 1919 existen 88 escuelas de carácter técnico entre mineras, industriales,


comerciales y de artes y oficios, de éstas 71 oficiales y 17 particulares.

En el proyecto de ley para la creación de la Secretaría de Educación Pública se planteó


que "Las escuelas rurales, primarias y técnicas se desarrollarán aún a costa de las
universitarias". Esta ley también planteaba la creación de una escuela técnica en cada
estado o territorio agregándose los siguientes: las escuelas técnicas tendrán un
carácter moderno y eminentemente práctico. No es indispensable dotarlas de talleres
costosos pero sí de buenos maestros los cuales importaremos primero y luego
formaremos.
LA ENSEÑANZA TÉCNICA SE OFICIALIZA DEFINITIVAMENTE.

Con la llegada de don José Vasconcelos en 1921 a la Secretaría -esta vez ya de


Educación Pública-todos los esfuerzos empiezan a fructificar en un sistema de
educación técnica, por eso la iniciativa de la ley para restablecerla claramente
especifica que, se van a "establecer institutos técnicos en número de uno por lo menos
en cada Estado de la República".

Es en este momento que la EPIME cambia a EIME con el lema: "la educación para la
producción", quitándosele lo de práctica situación que la va encaminando hacia la
profesionalización, respecto al lema resulta ad hoc al momento que se esta viviendo,
cuando la educación tiene como consigna estimular el desarrollo económico a través
del impulso de la industria, situación que no se conseguiría sin la participación del
sistema educativo, por ello no debe extrañarnos que un humanista como Vasconcelos
hubiera expuesto el 9 de diciembre de 1922 que:

Más urgente que la educación superior, es transformar nuestras antiguas escuelas de


artes y oficios en modernos institutos técnicos, en ellos deseamos formar peritos
mecánicos industriales de todo género.

Sería entonces de esperarse que con la SEP surgiera una sección especialmente
dedicada a este sector, la Dirección de Enseñanzas Técnicas, con don Roberto
Medellín Ostos, brevemente como su primer director, pues es sustituido poco después
por Luis V. Massieu como director y en la Secretaria de la dirección Juan Mancera. A
ésta dependencia se le encomendó: "formar hombres útiles a la sociedad no sólo por
sus conocimientos sino por la aplicación práctica que de los mismos hagan al comercio,
la agricultura, industria y demás recursos" .

Importantes escuelas técnicas se organizaron en tiempos de Vasconcelos, como la


Escuela Industrial Gabriela Mistral, el Instituto Técnico Industrial antecedente de la
Vocacional 1 hoy CECyT No. 1 y la Escuela de Constructores hoy Escuela Superior de
Ingeniería y Arquitectura, dentro de ésta última se daban las siguientes carreras:
constructor técnico, montador eléctrico, carpintero, plomero constructor, cantero
marmolista, maestro de obras, fundidor, decorador, escenógrafo, ebanista, vitrista,
perforador de pozos petroleros y capitán de minas. Como podrá observarse la mayoría
encaminadas a la construcción, pero con una propuesta teórico-práctica diferente, que
en México hizo escuela dentro de la corriente funcionalista de la Arquitectura, con
representantes de la talla de Juan O´Gorman, misma que cambio las bases clásicas de
la arquitectura y que además formó las primeras generaciones que pudieron tomar el
lugar de los extranjeros en el momento de la expropiación petrolera.
Del impulso educativo de Vasconcelos forma parte el desarrollo de esta área, no
olvidando la formación de maestros con la creación de la Escuela Tecnológica para
Maestros en 1923, desafortunadamente de corta duración, después con Moisés Sáenz,
en 1928, se habló de la Escuela Normal Técnica Industrial que tampoco prosperó. Muy
recientemente el Sistema de Institutos Tecnológicos creó en Querétaro, en 1976, una
dependencia similar denominada Centro Interdisciplinario de Investigación y Docencia
en Educación Técnica (CIIDET). Así mismo, se empezó a plantear la formación de un
Instituto Tecnológico Mexicano, que no llegó tampoco a funcionar.

Dentro de la concepción Vasconcelista de la educación y la conformación de un nuevo


México transformado por esta actividad, se cubrían todos los aspectos del quehacer
humano, por eso para éste visionario la educación técnica era parte de la construcción
material de la nueva sociedad, la que junto con la espiritual como la educación artística,
indígena, universitaria se conjugaría en un nuevo concepto cultural del mexicano.

Aquí quisiera hacer mención de la importancia que ha tenido la existencia de los


ingenieros en la formación de las escuelas técnicas del país, desde el siglo XIX. Desde
un Lucas Alamán egresado del Colegio de Minería a principio del siglo XIX, pasando
por un PALAVICINI egresado del Conservatorio de Artes y Oficios de París a finales de
éste siglo, hasta los ingenieros del siglo XX egresados tanto de la Escuela Nacional de
Ingenieros como Medellín Ostos o del Colegio Militar, como los MASSIEU, BATÍZ,
BERNARD y tantos otros que participaron en la organización de este sistema, sumados
más tarde a los propios ingenieros surgidos del politécnico que regaron el sistema a lo
largo de todo el país con el surgimiento de los Institutos Tecnológicos. Resulta
interesante señalar este aspecto porque a pesar de ser lógica su participación en la
estructuración de la enseñanza es digno de subrayarse, por ser individuos alejados del
dominio pedagógico, pero que, sin embargo, se preocupan continuamente por organizar
este sistema de enseñanza de la mejor manera, tomando como ejemplo a otros países,
de ahí la encomienda de PALAVICINI, de Vallejo Márquez, de GUSTAVO ALVARADO
PIER, este último en los años de 1940, visitando los tecnológicos más adelantados de
Estados Unidos antes de establecer los primeros del país. Y más recientemente del
ingeniero ANTONIO PADILLA SEGURA quien también visita una serie de Instituciones
técnicas de Estados Unidos y Europa para obtener ideas sobre la creación de
laboratorios de enseñanza para la Unidad Zacatenco del IPN en 1959-60.

Lamentablemente durante la primera mitad del siglo XX gran parte de su esfuerzo se


quedó en el Distrito Federal, no obstante se fundaron algunas escuelas industriales en
varios estados de la República, entre éstas las de: Zamora, Orizaba, San Luis Potosí,
Ciudad Juárez, Culiacán y Zacatecas. Además de algunos centros culturales obreros y
escuelas de artes y oficios en provincia. De estas escuelas fueron, en 1922, en
Guadalajara, la Escuela Industrial para señoritas, destinada a la enseñanza de oficios.
En el mismo año, en Cortázar, Guanajuato, una Escuela de Artes y oficios para
varones, que desapareció posteriormente por razones presupuéstales. Y en Orizaba,
Veracruz, otra Escuela Industrial de Artes y oficios.

El presidente Álvaro Obregón señaló en su informe del 1o. de septiembre de 1924 lo


siguiente:

"Cuando la enseñanza industrial se organice en toda la República, convendrá declararla


obligatoria, para que al terminar el niño su educación primaria superior y sin medios
suficientes para seguir una carrera profesional, quede obligado a concurrir a la Escuela
Técnica Industrial, sin ser explotado prematuramente por sus padres, como sucede
ahora".

APARECEN LAS ESCUELAS INDUSTRIALES FEDERALES.

La disparidad académica era la característica de la mayoría de este tipo de instituciones


educativas, en los años veinte, con gran cantidad de materias de orden práctico,
algunas de enseñanza femenina y otras masculinas, según el pensamiento de la época,
como clases de para las primeras de: economía doméstica, curtiduría de flores, pintura,
bordado, lencería, cocina y repostería; y para los hombres de: herrería, forja, ajuste
mecánico, repujado en lamina (hojalatería), talabartería, zapatería, fabricación de
colchonetas, carpintería, ebanistería y tallado, talabartería y peletería, y tejido de
henequén, o bien la manufactura de artefactos de mimbre; o sea combinaba estudios
diferentes para enseñarse al mismo tiempo en un mismo plantel aunque hasta este
momento perfectamente separadas las escuelas de mujeres de hombres, a excepción
de la ESCA que fue la primera en ofrecer la coeducación en México (1889).

Los talleres se cursaban por periodos de un mes cada uno, contaba además con
estudios de nivel medio, una especie de pre vocacional, en la que los alumnos podían
elegir el oficio de su agrado en los primeros tres o cuatro meses, después de haber
experimentado varios; en el segundo año ampliaban sus conocimientos y en el tercero
los perfeccionaban. Sus trabajos eran exhibidos para la población aledaña a la Escuela,
cada seis meses en un taller, ofreciendo sus productos en venta con lo que lograban
sufragar algunos gastos de la Escuela y de los propios alumnos; además se tenía una
especie de curso industrial a realizarse en 4 años, al igual que la carrera comercial, que
se hacía de dos a cuatro años según "la extensión de conocimientos", que se
pretendían alcanzar.

Para 1925 la dirección sube de categoría a Departamento, situación diferente a las


actuales administraciones oficiales, pero de acuerdo a la organización de entonces se
coloca en un tercer nivel de mando, denominándosele como Departamento de
Educación Técnica Industrial y Comercial, conocido por su siglas como DETIC, mismo
que funcionó, aunque con variaciones en su denominación, hasta la creación de la
Subsecretaría de Educación Técnica en 1959.

En este momento dependen del DETIC las siguientes dependencias en el D. F.:

EIME, Escuela de Ingeniería Mecánica Electricista

ITI, Instituto Técnico Industrial

Escuela Técnica de constructores

La de Arte Industrial la Corregidora de Querétaro

La de Artes y Oficios para señoritas

La de Enseñanza Doméstica

La Industrial Gabriela Mistral

La Industrial y Doméstica sor Juana Inés de la Cruz

ETIC Escuela Técnica Industrial y comercial de Tacubaya

Escuela Industrial doctor Balmis

ESCA Escuela Superior de Comercio y Administración

Las comerciales; Miguel Lerdo de Tejada y Dr. Mora

Dos centros industriales nocturnos de cultura popular y 24 escuelas nocturnas.

Dependía, también, la estación de radio-telefónico en su parte electro-técnica.

Durante este periodo de gobierno de 1924 a 1928 está a cargo del DETIC otro
ingeniero militar de gran importancia para la constitución de la enseñanza técnica en
México pos revolucionaria, el Ing. MIGUEL BERNARD, él en una preocupación por
conocer a fondo el sistema dispone que se realicen folletos de información general por
cada una de las escuelas y para ello manda fotografiar cada una de éstas
proporcionándonos una imagen exacta de lo que se enseñaba en el área durante esos
años.

En 1928 el departamento entra en una primera reorganización debido a la forma caótica


en que han ido apareciendo las escuelas, lo que ha provocado una desorganización del
sistema y se emprende una primera reclasificación de las escuelas técnicas y de
enseñanza práctica que de él dependían. Ubicándose en tres grandes rubros:

De enseñanza de pequeñas industrias, incluidas las de tipo hogareño

De formación de obreros calificados, y

De enseñanza técnica superior.

Para 1930 sorprende encontrar que los alumnos inscritos en el sistema de educación
técnica alcanzaban una cifra de 19,356 educandos, lo que nuevamente promovió una
reforma, esta vez de planes y programas de estudio. Aquí es cuando se aprecia como
un sistema se va adecuando a necesidades concretas, un informe expresaba que la
reforma de éstos se hace con la experiencia adquirida en años anteriores, dando a la
enseñanza una orientación única y definida, procurando que ésta resultara
"eminentemente práctica y adaptable al ambiente de lucha por la vida de los tiempos
que corren". Ello significaba adaptar estudios a las condiciones de producción y
consumo en las distintas regiones, ya fuera en el campo o la ciudad, dando
preeminencia a la educación industrial.

"LA ESCUELA POLITÉCNICA"

En 1931, llega al Ministerio de Educación don NARCISO BASSOLS y como jefe del
Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial, don LUIS ENRIQUE
ERRO (nombramiento del 6 de noviembre) quienes realizan nuevamente una reforma
en el área, esta vez de gran trascendencia, ya que plantean con mayor seguridad la
necesidad de contar, con lo que ellos denominan una "Escuela Politécnica".

Aquí cabría señalar un aspecto que va ser determinante en la formación de este


sistema Politécnico, después de la Autonomía Universitaria de 1929 la que además
para estos momentos se presenta como la reacción ante los proyectos que se avecinan
de educación socialista, existe una preocupación sobre si sería la Universidad la que
debía incluir este tipo de estudios, en especial los superiores, o bien se creaban otras
entidades con otras características más afines al nuevo proyecto educativo, al respecto
existe un interesante memorando del 24 de diciembre de 1931, recién nombrado
secretario BASSOLS, que envía éste al abogado de la oficina consultiva y de
revalidación de estudios, donde le pide "se sirva hacer estudio con el fin de fijar el
alcance de los artículos 1º, 4º y 5º de la ley del 6 de julio de 1929, que confirió
autonomía a la universidad, a fin de determinar si la UNAM es la única que puede
formar profesionistas y técnicos o si cabe la posibilidad de que el estado por medio de
la SEP u organismos de escuelas técnicas lo puedan hacer. Cabe también la
posibilidad de que la UNAM prepare profesionistas y los técnicos no universitarios sean
formados por el estado a través de escuelas politécnicas". De nuevo se manifiesta el
surgimiento de la confrontación entre Universidad - Politécnico, que no será sólo
deportiva y que perdurará hasta el movimiento del 68, cuando se unen los intereses de
las dos instituciones. Trabajar a profundidad el surgimiento, desarrollo, causas y
consecuencias de este enfrentamiento sería un buen caso de estudio e investigación,
que a la fecha no se ha realizado.

El presidente de la República manifestó su posición respecto a este tipo de educación y


delinea una política más integral que va sentando las bases de un sistema.

En el campo de la enseñanza técnica puede decirse que tanto las administraciones


anteriores como la actual se ha esforzado por encontrar los caminos y procedimientos
más certeros para organizar un verdadero sistema de enseñanza industrial que
signifique aportación considerable para el aprovechamiento de nuestros recursos
naturales, la transformación de nuestras materias primas y el correlativo mejoramiento
del nivel de vida de nuestro pueblo. Variados y costosos esfuerzos han sido hechos y el
caudal de experiencias y conocimientos que ha reunido permite establecer
conclusiones sobre lo que no debe hacerse, ofrece las causas de la ineficiencia de
ciertas actividades de nuestras escuelas y sugiere caminos por los que debe continuar
el esfuerzo.

Al mismo tiempo, racionalizando y unificando las actividades de cada escuela, se


espera acercar más y más la enseñanza técnica a los trabajadores porque son los que
producen la riqueza con su trabajo, quienes más necesitan la educación industrial que
puede impartir el Gobierno.

En respuesta a estas demandas la Escuela Politécnica organiza sus ciclos educativos


en tres niveles; pre-aprendizaje, preparatoria técnica y altos estudios , que
corresponderían a lo que fueron después la, prevocacional, la vocacional y la
enseñanza superior. Aquí cabría hacer la reflexión de cómo en este primer proyecto se
sigue una influencia más europea afrancesada (se menciona que ésta es a sugestión
de Carlos Vallejo Márquez, quien había estudiado en Europa y estaba relacionado con
este tipo de niveles, en especial habría que marcar el término de altos estudios de
influencia francesa). En cambio más tarde va ser bajo la óptica de la influencia de la
educación socialista.

En algunas de las escuelas de este momento llegan a ofrecerse los tres niveles,
aunque se crean algunas nuevas, o bien algunas antiguas escuelas industriales se
cambian de denominación. Como la Escuela Industrial Gabriela Mistral de mujeres que
se convierte en Academia No. 3 de Comercio y Costura, como otro de los intentos por
reorganizar la educación técnica de las mujeres hacia actividades más productivas, la
EIME así como la de Constructores se convierten en Superiores quedando la primera
como ESIME y la segunda como Escuela Superior de Construcción. Erro había
expresado que las mujeres deberían de ir al Escuela no para aprender hacer rizos y
pintarse las uñas, sino para poder adquirir un conocimiento que las capacitara para
incorporarse al sector productivo. No obstante todavía existe un prejuicio de género
pues las escuelas de mujeres que surgen antes y en este momento son todavía de
oficios "propios de su sexo", es más se llega expresar la idea de que en la medida en
que se capacitara mejor a la mujer en actividades propias del hogar, ésta desempeñaría
mejor esta labor, en beneficio primero de su familia y después de la sociedad en
general.

En el ámbito nacional destaca de este momento la inauguración oficial de una escuela


mucho tiempo anhelada, que si bien existía en forma privada dentro de la fábrica de Río
Blanco, para este momento se convierte en la primera escuela federal de tipo superior,
La Escuela de Industrias Textiles de Río Blanco, ello ocurre en 1933. El requisito
indispensable para ingresar a estos centros era ser obrero o bien hijo de obreros de la
industria textil, por lo que se busca la manera de otorgarles manutención completa,
unos pensionados por el Gobierno y otros por los empresarios. El costo de instalación
de estas escuelas siempre ha sido enorme, ya que se tiene que importar maquinaria de
la más moderna y adecuar sus instalaciones como si fueran una auténtica fábrica. Este
ha sido uno de los mayores problemas de la educación técnica y en ello reside la
admiración que merece el desarrollo de este sistema.

Surge en este momento una Escuela con características diferentes, la Preparatoria


Gabino Barreda después Universidad Obrera, fundada por LOMBARDO TOLEDANO en
1933, ésta formará algunos de los profesionales de áreas como Médico Biológicas,
Estudios Económicos y algunas ingenierías como ingeniería municipal, de la primera
rama pasara al Politécnico la Escuela Nacional de Bacteriología Parasitología y
Fermentaciones como Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, de la segunda la
carrera de Economía años más tarde escuela independiente, así el Politécnico va
estructurar sus tres áreas de estudio. Sobre la Escuela de Ciencias Biológicas es
pertinente comentar que englobó una serie de interesantes carreras y escuelas de gran
trascendencia en la conformación socio-educativa del país, como medicina rural,
enfermería rural y antropología, esta última la perdió al formarse en 1942 la Escuela
Nacional de Antropología.
CREACIÓN DEL INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

De esta forma, la Historia de la Educación Técnica se acerca a uno de sus momentos


claves, la creación del Instituto Politécnico Nacional en 1936, situación que estaba
prevista en el Plan de gobierno del general Lázaro Cárdenas, denominado como
sexenal, cuando manifiesta claramente que durante su gestión se crearán "Politécnicos
Locales o Regionales para formar los capitanes y el estado mayor de las clases obreras
del país".

Resulta curioso que en el Politécnico se habla mucho del origen, filosofía y


pensamiento del Instituto; como la plataforma ideológica que lo sustenta, sin embargo
existen posiciones tan encontradas desde su nacimiento que lo único que puede
rescatarse es esa posición populista de dar oportunidad a un grupo normalmente
alejado de la educación superior, otorgándole la enorme posibilidad de ascenso social a
través de la educación; por primera vez el más desheredado tendrá acceso a la
educación en todos sus niveles. Otro gran logro del Instituto Politécnico Nacional fue
que posibilitó, en gran escala y en todas las áreas del conocimiento, la llegada de la
mujer al mundo productivo; resulta extraño que haya sido precisamente una institución
de carácter técnico la que haya logrado este cambio social, cuando estas áreas se
concebían como ámbitos del hombre. Claro esta que primeramente fueron las escuelas
de comercio a las que accedieron las mujeres, después las de médico-biológicas y al
último las de ingenierías, pero a la fecha ha sido tal el arribo femenino que existen
carreras donde es superior el número de éstas. Exceptuando estos aspectos,
importantes, el Politécnico ha variado de políticas y sustentos de acuerdo a la propia
derivación política de sus gobernantes, por ser una dependencia ligada a la estructura
oficial depende ideológicamente de esta posición.

Sobre el origen del Politécnico, a la fecha, existen una serie de mitos, muchos de ellos
generados por la propia comunidad y sus fundadores, como una forma de eliminar otros
antecesores y antecedentes, por ejemplo el gobierno del Gral. Cárdenas inicia con un
Secretario de Educación Pública, IGNACIO GARCÍA TÉLLEZ y como Jefe del DETIC
Francisco Vázquez del Mercado quienes inician el proceso final de integración del
proyecto investigando nuevamente en el extranjero sobre sistemas de educación
técnica, como una inquietud por conocer lo que se ha hecho en el exterior, no como una
forma de copiar, sino más bien de asimilar experiencias para adecuarlas a nuestro
entorno cultural. Lamentablemente este primer esfuerzo se pierde en el maremagno
que provoca el cambio de gabinete a finales de 1935 y con la llegada de GONZALO
VÁZQUEZ VELA a la SEP, también accede otro jefe del DETIC JUAN DE DIOS BATÍS,
mismos que la Institución considera junto con Cárdenas los fundadores del Instituto,
Bátiz ya había ocupado este mismo puesto en 1930 durante el gobierno de Pascual
Ortiz Rubio, pero además tenía una relación de parentesco político con el presidente
Lázaro Cárdenas, situación que le facilita en 1935-36, tener en cierta forma mano libre
en la organización del Instituto. Ello conllevó a modificar algunos aspectos ideológicos
socialistas radicales y dar origen a una Institución más conservadora en ese sentido.
Sin embargo, a la fecha tampoco se han hecho estudios precisos y profundos sobre
estos hechos, que tienen relación con la creación del Consejo Nacional de la Educación
Superior y la Investigación Científica.

Desafortunadamente todo esto provocó que la Institución naciera sin un decreto oficial y
que su primer director quedara también en la bruma de la efervescencia política
mencionándose a MEDELLÍN OSTOS como el primero, mismo que tal parece no llegó a
fungir, por lo que la Institución maneja a JUAN DE DIOS BÁTIZ como tal.

El aspecto más importante que maneja el proyecto del Politécnico es la constitución de


toda una estructura académica en niveles, que cubre tres áreas fundamentales del
conocimiento, en el campo de la tecnología; ciencias físico matemáticas; médico
biológicas; y sociales y administrativas. Ahora sí, por primera vez, se obtiene
coherencia curricular en el sistema, lo que posibilita la movilidad y el intercambio de
alumnos entre cualquier escuela del sistema, estableciéndose por primera vez un
sistema de educación técnica con una conducción única. Las escuelas que lo
integrarían prepararían aprendices, obreros técnicos calificados, maestros técnicos,
ingenieros y directores técnicos, así lo manifiesta el presidente Cárdenas en su informe
del 31 de agosto de 1935.

Si bien el Instituto Politécnico Nacional se plantea, como su nombre lo indica a nivel


Nacional, con un buen número de escuelas técnicas en varios estados de la república
"verdaderas sucursales" del IPN con una población de 3,465 alumnos, muy pronto los
problemas políticos a los que se enfrentó durante el periodo de Manuel Ávila Camacho
le cercenaron estas escuelas, algunas de ellas con el tiempo se convertirían en
Tecnológicos, casos precisos son Durango y Puebla.

Resulta curioso que justo en el año anterior al inicio de actividades del Instituto
Politécnico Nacional, 1935, se realizó en el país un Censo Industrial, que entre sus
propósitos tuvo conocer las necesidades reales de la enseñanza técnica; el objetivo
primordial era "capacitar al mayor número de personas en el lapso más breve,
procurando que el educando adquiriera, desde el momento de iniciar sus estudios,
habilidades que pudieran ser bien remuneradas"

La educación técnica siempre prevé este problema y va escalonando su proceso, en


cada uno de ellos, es posible adquirir una habilidad bien definida, que le permite
desarrollar un trabajo determinado.

De los 79 planteles que conforman el IPN en su inicio, 34 estaban ubicados fuera del
Distrito Federal, aunque en 1940, por reorganización de la Secretaría de Educación, se
segregaron a este Sistema las Escuelas de Enseñanzas Especiales, las Pre
vocacionales existentes fuera del Distrito Federal y las que pudieran denominarse de
Artes y Oficios, para crear con ellas una nueva dependencia. Por eso en 1941, las pre
vocacionales foráneas, pasaron a depender de la Dirección General de Segunda
Enseñanza. Asimismo las escuelas de artes y oficios pasan a formar parte del
Departamento de Enseñanzas Especiales*.( * Ver Concepto Enseñanza Especial.)

Para cubrir las necesidades de los alumnos, que en un principio, en su mayoría, fueron
de provincia (situación que poco a poco se revierte), el DETIC ofrece los servicios de un
Internado para que los jóvenes sin recursos pudieran realizar sus estudios; con el
tiempo esta dependencia se fue corrompiendo convirtiéndose en parte del control
político por parte de la Federación de Estudiantes Técnicos la FNET, lo que finalmente
ocasionó una huelga en 1956, que terminó con el cierre definitivo de la dependencia.

La forma en que surgió el Politécnico un tanto cuanto extraoficial y enfrentado a la


Universidad, a la distancia cuando finalizó el periodo Cardenista, va ocasionarle serios
problemas, en especial con la UNAM, crisis de las que saldrá la Institución mermada,
pues en la huelga de 1942 cuando se exige que la Universidad avale los títulos
expedidos por el IPN los jóvenes de la FNET se levantan en huelga, fallecen unos
cuantos, con lo que el problema se complica y finalmente se les concede la auto validez
académica. Pero pierden las pre vocacionales de provincia y con ello su renglón de
Instituto Nacional.

Durante los primeros años de existencia del Politécnico se registran gran cantidad de
estudiantes latinoamericanos, en especial centroamericanos, se subraya este hecho
porque la educación técnica en el resto de Latinoamérica es tardía, durante uno de los
Congresos Internacionales de Historia de la Educación celebrado en Santiago Chile en
1998, se pudo verificar que la mayoría de estas Instituciones son del siglo XX y tardías,
por algunas ponencias que se presentaron de Argentina, Colombia, Brasil y Venezuela,
situación que se agrava en la cercana Centroamérica y, que ello, sin duda ocasionó
esta afluencia de alumnado a México. De la misma manera, resulta interesante como se
incorporan a la reciente institución una gran cantidad de maestros exiliados tanto
españoles como alemanes, enriqueciendo enormemente la potencialidad del Instituto.

Ante la insuficiencia de técnicos, la iniciativa privada también emprende acciones


encaminadas a cubrir sus necesidades de personal capacitado, aunque con otros fines
precisos, que no son precisamente, como en la educación oficial de carácter social,
pues la formación que va otorgar esta directamente encaminada a la preparación del
dirigente industrial-empresario. Así es como fue fundado en 1943, el Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey según modelo del Instituto de
Massachusetts, E.U.A. Otras Instituciones que cumplen estas funciones son el Instituto
Tecnológico Autónomo de México, en 1944, en el ámbito de la educación para la mujer
se crea la Universidad Femenina de México y dentro de este fervor creativo de
instituciones de educación superior privadas, también están las universidades
Iberoamericana y Motolinia, en 1946.

Manuel Ávila Camacho, en su informe de septiembre de 1944 manifestó la exigencia de


empezar a establecer otros centros de educación tecnológica en los estados de la
república, cuando dice, que: "la Secretaría de Educación ha establecido contactos con
industriales y sindicatos para sentar, sobre un conocimiento imparcial de la realidad, un
programa de educación técnica que, a partir de 1945, habrá de manifestarse merced a
la fundación de centros técnicos regionales".

Una condición ajena al país vendrá a detonar definitivamente el desarrollo de este


ámbito educativo, la segunda guerra mundial, que posibilitó el crecimiento industrial de
las naciones que de alguna forma no se encontraban directamente involucradas, ya que
éstas tenían que producir lo que las grandes potencias no podían realizar

Máquinas y escuelas será la divisa de nuestro empeño. Máquinas para facilitar, activar
y aumentar las faenas de nuestros campos. Máquinas para elaborar las materias primas
que, a bajo precio, vendemos al extranjero y que importamos más tarde convertidas en
artículos manufacturados, caros y escasos. Y también escuelas. Escuelas en cuyas
aulas el adiestramiento en las técnicas más modernas no conduzca a los educandos a
las sórdidas conclusiones de un maquinismo automático y de un materialismo servil.

El Lic. Miguel Alemán Valdés al dar a conocer su programa de gobierno, expresó lo


siguiente que fue contundente y definitivo en la constitución de la Educación
Tecnológica:

...la industrialización del país, la rehabilitación de nuestros ferrocarriles, el desarrollo de


la aviación y de la marina mercante, la mecanización del campo, la electrificación rural y
el anhelo de que México no sólo aproveche los adelantos de la ciencia universal, sino
que pueda aportar a su desarrollo el genio de nuestro pueblo, requiere que las escuelas
técnicas se multipliquen en el país.

De entonces a la fecha el sistema ha crecido enormemente, captando un gran


porcentaje de la población educativa del país, que en algunos casos supera a la
enseñanza universitaria.

En 1958 se crea la Subsecretaría de Enseñanzas Técnica y Superior por la enorme


necesidad de contar con un organismo que atendiera una de las ramas educativas de
mayor importancia para el desarrollo nacional, en especial el económico, aunque
empieza a fungir a partir de enero de 1959.
SE CREA UN SISTEMA NACIONAL DE EDUCACIÓN TECNOLÓGICA.

En la década de 1970 se estructura el Sistema Nacional de Educación Tecnológica


(SNET) formado por cinco dependencias centralizadas (direcciones generales de
Educación Tecnológica Agropecuaria, Educación Tecnológica Industrial, Ciencia y
Tecnología del Mar, Institutos Tecnológicos y Centros de Capacitación), dos
desconcentradas (Instituto Politécnico Nacional -IPN- y Centro de Ingeniería y
Desarrollo Industrial) y tres descentralizadas (Centro de Investigación y de Estudios
Avanzados del IPN, Centro de Enseñanza Técnica Industrial de Guadalajara y Colegio
Nacional de Educación Profesional Técnica), todas ellas coordinadas por la
Subsecretaría de Educación e Investigación Tecnológicas.

A la fecha el sistema maneja 5 niveles; capacitación, medio básico, medio superior,


superior y posgrado. Las áreas que contiene son: industrial, agropecuaria, ciencias del
mar, economía, administración y ciencias biológicas, entre otras.

Las dependencias oficiales son:

La Dirección de Centros de Formación para el trabajo, que coordina 198 planteles


denominados CECATI (Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial). En éstos se
imparten cursos de capacitación para y en el trabajo de acuerdo a las necesidades de
las empresas y/o de los trabajadores en cursos con duración entre 100 y 450 horas en
3 a 5 meses, dependiendo del grado de competencia o dominio deseado. Los Centros
de Capacitación (CECAP) imparten especialidades requeridas por la industria y los
servicios; los Centros de Enseñanza Ocupacional (CEO), desde economía doméstica y
artesanías, hasta oficios calificados; los Centros de Estudios Tecnológicos (CET), para
quienes hayan concluido la secundaria, técnicos profesionales en cursos de seis
semestres, al término de los cuales obtienen el título y la cédula profesional;

La Dirección General de Educación Secundaria Técnica coordina 118 planteles en el


Distrito Federal de nivel básico.

El Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica cuyo objetivo es la formación de


recursos humanos en el nivel medio superior terminal, de profesionales técnicos que el
sector productivo demande, con 260 planteles en todo el país. A partir de 1998 se
permite mediante un programa de complementación académica obtener el bachillerato
tecnológico.

La Dirección General de Educación Tecnológica Industrial que forma recursos en los


niveles de mandos intermedios y ofrece en el nivel medio superior tres modalidades
educativas: técnico básico, estudios terminales y bachillerato tecnológico, a través de
los CETIS y CBTIS con 166 CETIS y 261 CBTIS en la República, ambos con educación
bivalente. De éstos los Centros de Enseñanza Técnica Industrial (CETIS), forman
tecnólogos y profesionales con licenciatura y profesores de enseñanza técnica
industrial. En estos planteles se realiza investigación básica y aplicada; para ingresar a
ellos se requiere haber terminado la secundaria; la duración de la carrera es de cuatro
años. La Unidad de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar se remonta a 1948
cuando se abrieron dos escuelas prácticas de pesca, una en Guaymas y otra en
Alvarado, después operaron las de La Paz, Lerma (Camp.) y Manzanillo. En un principio
dependieron de la Secretaría de Marina y más tarde de la Secretaría de Industria y
Comercio; y entre 1970 y 1980 se integraron al Sistema Nacional de Educación
Tecnológica de la SEP. Manejan los niveles medio superior, superior y posgrado en el
sector marítimo y pesquero con 30 Centros de Estudios Tecnológicos del Mar un Centro
de Estudios Tecnológicos en Aguas Continentales y el Instituto Tecnológico del Mar,
todos ellos para mejorar los sistemas de transformación e industrialización en el sector
primario.

La Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria, se inició en las escuelas


centrales agrícolas creadas en 1925 como dependencias de la Secretaría de Agricultura
y Fomento. Actualmente forma técnicos y profesionales en el sector agropecuario y
forestal, con las modalidades de bachillerato tecnológico, licenciatura y maestría, con
196 Centros de Bachillerato Tecnológico Agropecuario y 6 Centros de Bachillerato
Tecnológico Forestal, veinte Institutos Tecnológicos Agropecuarios y un Instituto
Tecnológico Forestal.

La Dirección General de Institutos Tecnológicos forma profesionales que apoyen a los


sectores productivos, así como, para contribuir al desarrollo nacional a través de la
investigación en avances tecnológicos. Tiene 76 Institutos Tecnológicos, un Centro
Nacional de Investigación y Desarrollo Tecnológico, un Centro Interdisciplinario de
Investigación Docencia en Educación Técnica y cuatro Centros Regionales de
Optimización y Desarrollo de Equipo.

Con el proceso de descentralización educativa se han creado servicios estatales en el


área; con 137 Institutos de Capacitación para el Trabajo, 218 Colegios de Estudios
Científicos y Tecnológicos de los Estados y 38 Institutos Tecnológicos Superiores.

El Instituto Politécnico Nacional órgano desconcentrado de la SEP, maneja los niveles


de medio superior al posgrado y la investigación distribuidos en tres áreas del
conocimiento: Médico Biológicas, Sociales y Administrativas e Ingeniería y Físico
Matemáticas, distribuidas en 15 CECyT, 17 Escuelas Superiores, 2 Escuelas
Nacionales, un Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, varias Unidades
Profesionales Interdisciplinarias, y Centros de Investigación, en total 50 planteles.

El Cinvestav-IPN, organismo público descentralizado tiene su sede en el D.F y existen


seis unidades en provincia, Irapuato, Mérida, Guadalajara, Saltillo, Querétaro y
Tlaxcala, en todas ellas se realizan actividades de investigación y desarrollo
tecnológico.
CONCLUSIÓN.

Con este panorama terminamos un largo camino, con una amplia historia que ha
proporcionado a México el personal y el profesionista que posibilitó el crecimiento
industrial, aún existen muchos ámbitos y temas por estudiar que nos den un marco
general que demuestre en qué forma esta educación ha generado o desarrollado
industria o viceversa qué industria ha generado y desarrollado la educación tecnológica,
pero es indudable que sin este desarrollo educativo no hubiera sido posible la
industrialización obtenida en México durante este siglo.

En cuanto al servicio social que ha proporcionado este tipo de educación es indudable


su alto valor por el impulso y mejoramiento que ha prestado a las clases
económicamente desprotegidas, antes imposibilitadas de un ascenso social y
económico por medio de la educación. Falta aún borrar del sistema de pensamiento el
atavismo que se tiene hacia el trabajo ejercido fundamentalmente con las manos, sin
reflexionar que para la realización de éste se requiere del desarrollo de la ciencia y la
tecnología ambas unidas forzosamente para poder evolucionar correctamente.

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