Si bien desde los albores del siglo XVI existió en la Nueva España la preocupación por
educar, no fue sino hasta principios del XVII cuando esta actividad fue normada por el
gremio de maestros y por el Ayuntamiento, de modo que las escuelas de primeras
letras funcionaron bajo la jurisdicción de la corona española.
La paulatina pero creciente secularización que se fue operando en consonancia con las
ideas liberales del siglo XIX minó el consenso católico, es decir, se redujeron los
espacios del culto, y se amplió el terreno de la vida secular. A partir de ese momento,
existió de parte de quienes defendían ideas distintas, la necesidad de crear
generaciones nuevas que reprodujeran y defendieran los diferentes puntos de vista.
Desde tiempos de la República Restaurada, la escuela católica se traduce como
escuela privada, en oposición fortísima a la de gobierno y a las políticas apoyadas por
el positivismo y la indiferencia religiosa del Ayuntamiento. Estas escuelas estaban
inmersas dentro de una cultura que privilegiaba el conocimiento de la doctrina cristiana
como único medio de asegurar la sobrevivencia moral de la sociedad, y como único
medio de normar las relaciones dentro de la familia. La escuela particular en México
adquirió desde entonces el sentido que tiene actualmente, de ser una opción a la
escuela estatal, donde las políticas oficiales pueden ser cuestionadas y aún
combatidas. La escuela católica surgió como un lugar donde se rechazaron las leyes de
Reforma, donde se criticaron violentamente las políticas anticlericales del gobierno,
pero sobre todo como un espacio donde podrían reproducirse los valores y las
tradiciones católicas.
La paz porfírica permitió, en los inicios del siglo XX, el advenimiento de muchos grupos
de religiosos y religiosas que abrirían las puertas de sus escuelas para convertirse en
las escuelas particulares de mayor prestigio en el país. Lasallistas, jesuitas, maristas,
salesianos, Religiosas de la Enseñanza, josefinas, Religiosas del Sagrado Corazón,
Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, teresianas, ursulinas, Salesas, Esclavas
del Divino Pastor, entre otras. Un número muy considerable de escuelas confesionales
se abrieron en muy poco tiempo. No existen datos precisos sobre este punto ya que las
escuelas no tenían que manifestarse como religiosas o no, y tampoco se hacían
encuestas periódicas y confiables. Sin embargo se puede afirmar que hubo un aumento
de la educación privada a finales del porfiriato de escuelas que demostraron tener un
gran arraigo en la población. La Revolución trajo consigo infinidad de cambios en las
instituciones y en la vida general del país. Las escuelas particulares sufrieron pocos
trastornos en los primeros tres años del movimiento, ya que el régimen maderista fue
moderado en su trato con las instituciones educativas y no intervino en el
funcionamiento de las escuelas confesionales. El año de l9l4 marcó una fecha
definitiva en cuanto a la vida de los colegios particulares, fundamentalmente los
católicos. Fue sin duda su año más difícil durante la etapa revolucionaria. Diferentes
facciones, algunas anticlericales, acusaron a los religiosos, no sin razón, de apoyar al
régimen de Victoriano Huerta, por lo que intensificaron la persecución de sacerdotes y
montaron una campaña en contra de las escuelas que éstos dirigían; la lucha fue
enconada, por lo que muchos planteles cerraron durante algunos años o
desaparecieron definitivamente. Hay quienes aseguran que en ese año "todos los
colegios sufrieron la clausura de sus actividades a mano militar".
Las escuelas privadas se distinguieron, sobre todo las dirigidas a los sectores
económicos privilegiados, por desarrollar métodos educativos autónomos, en ocasiones
comunes a un grupo de ellas, en otros enteramente propios. Si bien la educación
particular, tal y como se entiende en la actualidad, ha sido un fenómeno constante y de
desarrollo sostenido, no se puede afirmar que sus condiciones no hayan variado.
3.2HISTORIA DE LA EDUCACION TECNICA.
INTRODUCCIÓN.
Prepara a los estudiantes para que se incorporen a la actividad productiva. Tiene como
antecedente la educación primaria; se cursa en uno a cuatro años, según la
capacitación de que se trate; prepara al educando en especialidades industriales,
agropecuarias, comerciales y de servicios.
Es conveniente, antes de entrar al tema, señalar que los saberes prácticos empiezan a
desarrollarse a partir de la Revolución Industrial, cuando la producción de bienes
materiales empezó a ser la premisa de la civilización humana, situación que empieza a
manejar un sistema de educación más utilitarista. Si bien la existencia del artesano es
una entidad que nace con la civilización, éste grupo se encontraba en un lugar especial
y reservado, mismo que se reproducía al interior, sin tener la oportunidad de interactuar
con el resto de la sociedad, habría que recordar entre las ordenanzas de los gremios, la
importancia que se le daba al secreto profesional; no obstante es en éstos que se
encuentran las primeras instituciones preocupadas por enseñar estos conocimientos
técnico-prácticos, aunque fuera sólo al interior de los propios gremios.
Pero a partir del siglo XVI en algunos países se sintió la necesidad de contar con
personas especializadas en el ámbito técnico, para estimular el desarrollo industrial.
Aunque éste va ser un largo proceso, hasta el momento en que surgen los primeros
especialistas, en especial porque la sociedad tardo en otorgarles el mismo prestigio que
a los que realizaban estudios universitarios. Recordar como la Universidad institución
educativa que se origina en la edad media va privilegiar el conocimiento teórico erudito
de las clases dominantes, como otra forma más de control social, en su seno los
conocimientos prácticos no tenían cabida.
Antes de pasar al México Independiente, habría que señalar que durante el período de
desarrollo mesoamericano se menciona la existencia de escuelas donde se enseñaban
oficios, aunque a la fecha los trabajos son muy generales y no especifican la forma, ni
el tipo de materias que se impartían, lógico es plantear la existencia de clases
especializadas en la construcción, en el tallado de las piedras, el trabajo de la madera,
etc. Además de las enseñanzas impartidas en derredor de los artesanos en las
escuelas de los Calpulli por ejemplo. En cambio durante la Colonia se conservan
registros más precisos sobre los esfuerzos en pro de la creación de estos centros de
estudio, son famosos los organizados por misioneros como Fray Pedro de Gante, el
primero en San Francisco, la Escuela de Artes y Oficios de San José de los Naturales,
donde se enseñaba además de religión lectura, escritura y latín, artes y oficios, como:
pintura, escultura, artesanías, arte de bordar, y talleres donde trabajaban canteros,
herreros, carpinteros, albañiles, sastres y zapateros. Así mismo Don Vasco de Quiroga
en 1531, propuso al Consejo de Indias un plan de organización social para los
indígenas, con el fin de establecer unos 200 hospitales-pueblo, o sea congregaciones
de indígenas fundadas en la práctica del cristianismo, el trabajo colectivo y la vida
comunal, y cuyo funcionamiento comprendía la instrucción de la niñez, la protección a
los huérfanos, el hospedaje a los peregrinos, el albergue a los desvalidos y el cuidado
de los enfermos de ahí el nombre de Hospitales y en especial la enseñanza de alguna
artesanía; lugares que a la fecha son muestra real de este esfuerzo, pues en varios
pueblos de Michoacán aún se muestra ésta tradición artesanal. No habría que olvidar,
también, la forma en que estos cronistas misioneros se expresaron sobre la calidad del
trabajo de los artesanos indígenas y la facilidad con que aprendían estas artes y oficios.
Ya al final del siglo XVIII se empezaron a crear otras instituciones educativas más
formales, en el ámbito de la enseñanza técnica, como el Real Seminario de Minería que
mereció, por su diferente orientación se le haya denominado la "primera casa de las
ciencias en México". Fue creado en 1783 cuando se expidieron las Reales Ordenanzas
para la dirección régimen y gobierno del importante Cuerpo de la Minería en Nueva
España y de su Real Tribunal General, donde se incluía un capítulo a la educación y la
enseñanza dentro del Colegio, iniciando sus actividades el 1 de enero de 1792. Durante
el gobierno de don Benito Juárez se convierte en Escuela Especial de Ingenieros
transformándose en nacional en 1883; incluyéndose en su curricular nuevos estudios
como Ingeniero topógrafo, hidrógrafo, de caminos, puentes y canales, industrial y por
supuesto de minas y metalurgista e ingeniero geógrafo.
En esos años se crea otra importante academia, La Real Academia de las Nobles Artes
de San Carlos, fundada en 1781 e inaugurada el 4 de noviembre de 1785, donde
además de enseñarse al arte arquitectónico se incluyó la ingeniería y las obras públicas
y en 1788 el Jardín Botánico.
Existe un caso singular todavía durante el México colonial cuando a instancias del virrey
segundo Conde de Revillagigedo se determina establecer escuelas de Hilado y tejido
bajo nuevas técnicas "en las que se aprovecharía la habilidad manual de los indígenas,
a fin de integrarlos a una producción de la que se alejaban por el oprobioso trato
recibido generalmente en los obrajes", una de éstas se establece en 1792 en el poblado
de Tuxtla, hoy Guerrero, "sería el primer establecimiento experimental para la
enseñanza técnica y fabril que se instituyera en la nueva España a nivel público."
Todas estas Reales Academias, además del ejemplo de la escuela de Tuxtla responden
a las inquietudes reformistas del movimiento intelectual de este momento denominado
como la Ilustración, Despotismo Ilustrado, visto como control del estado, así como a las
influencias de la revolución industrial, tardía en nuestro país, situaciones que empiezan
a cambiar los rígidos cánones de la escolástica y la producción, y con ello la apertura
hacia otros conocimientos y saberes. Proceso que fue interrumpido en parte por la
guerra de independencia, pero que a su vez se impulsó con la apertura del país al
mundo, gracias a las posibilidades generadas por este proceso.
Lucas Alamán fue uno de los primeros alumnos del Real Colegio de Minería y gran
promotor de la industrialización del país, según Alamán, no era posible cambiar
súbitamente la tradición productiva del país radicalmente minera... sobre este ramo
debían descansar inicialmente los giros industriales. Para ello era necesario reavivar,
también el endeble comercio "se inclina finalmente por un fomento de la industria en la
que el estado debía ser el primer impulsor por cuantos medios y facultades estuvieran a
su alcance."
Junto con los capitales que se invirtieron para establecer las primeras industrias -textiles
sobre todo- e impulsar las antiguas -la minería, por ejemplo- se vio la urgencia por
contar con personal capacitado para trabajar en las primeras fábricas, todo ello condujo
al establecimiento de las primeras escuelas técnicas oficiales como la Nacional de Artes
y Oficios, creada por decreto presidencial el 19 de abril de 1856. Sobre esta Escuela
hay que advertir que existen varios decretos para establecerla el primero fue en 1833,
firmado por el propio Comonfort, en un momento en que luchaba al lado de Santa Ana,
que no llega a realizarse; otro más en 1843, ésta vez por el propio Santa Ana como
presidente. Si bien el proceso ya se había iniciado con la instalación de varias escuelas
técnicas y/o industriales de carácter privado, como las creadas junto o dentro de las
fábricas, finalmente la Escuela fue inaugurada en marzo de 1857, con más de 100
alumnos procurando la asistencia de alumnos pensionados de diferentes lugares de la
república; se instaló en el bello edificio de San Jacinto junto con la escuela de
Agricultura, donde se impartían, entre otras, las cátedras de: mecánica, herrería,
diseño, carpintería, talabartería, plomería, tejido e hilado, sastrería, hojalatería, alfarería
y tornería. A finales de siglo, en 1892, se le incorpora la Escuela Práctica de
Maquinistas, situación que empezará enfocar a la escuela hacia un nivel superior de
enseñanza. Después de la Ley Barreda en 1867 se le otorga el edificio secularizado del
convento de mujeres de san Lorenzo, donde permaneció hasta 1959, fecha en que se
cambia a la Unidad Profesional de Zacatenco del Politécnico.
En 1840 se crea la primera junta de fomento que en cierta forma venía a sustituir la
actividad del Banco de Avió fundado por Alamán, con la intención de seguir impulsando
la industria y el comercio, además de las comunicaciones, de éstas con gran desarrollo
en ese momento las vías férreas. Algunas juntas se llamaban de Fomento al Comercio
(o mercantil) y de instrucción (a veces se agregaba de instrucción mercantil), de una de
éstas nace el Instituto Comercial en 1845, hoy Escuela Superior de Comercio y
Administración (ESCA), la decana de las Escuelas Técnicas oficiales en México, misma
que junto con otras pasó a formar parte del Instituto Politécnico Nacional en 1936. A
ésta también con la Ley Barreda de 1867 se le otorga nuevo edificio en el Hospital de
Terceros de San Francisco.
Sobre las escuelas particulares fundadas por extranjeros destaca una comercial, la
establecida por Eduardo Turreau de Liniers como Colegio Mexicano de San Felipe de
Jesús donde se impartían "todos los ramos que debe saber un comerciante."
En esta Escuela "tan luego como los alumnos hayan adquirido los conocimientos
necesarios harán la aplicación de todo lo que habrán aprendido, figurando entre ello, las
casas de comercio situadas en diferentes ciudades, que se comunicarán en diversas
lenguas que tratarán operaciones imaginarias, cimentadas en las localidades y uso de
los sitios; ellos las seguirán y llevarán a su fin, como si fuesen reales y efectivas, las
liquidarán sucesivamente con contestaciones o sin ellas, y terminarán el trabajo
haciendo el balance general de sus cuentas", se concedió el permiso el 25 de junio de
1844.
Es en este momento cuando el antiguo Colegio de Minería nacido al final del periodo
colonial, se convierte en La Escuela de Ingenieros. Un aspecto significativo que marca
esta Ley es que por primera vez, se manifiesta un marcado "interés por llevar la
educación a las mujeres".
En adelante, durante el porfiriato se harán múltiples esfuerzos por incrementar este tipo
de escuelas, así fue como aparecieron los Institutos de Ciencias en los estados.
Resulta curioso que a este tipo de enseñanza se le consideraba como "especial" * ( *
Ver Concepto) porque preparaba prácticamente en oficios más que en dar formación
profesional, además porque se juzgaba un tipo "especial" de instrucción. Otro aspecto
característico de este siglo es que este tipo de estudios no requiere más que la primaria
inferior y superior, en ocasiones, pero no estudios preparatorios de nivel medio superior
porque su fin básico era la capacitación, la instrucción y no la profesionalización,
situación que va cambiar hasta el siglo XX. Por ejemplo, el 15 de septiembre de 1897,
se expide la Ley de Enseñanza Profesional para la Escuela Nacional de Ingenieros y
como éste hay otros ejemplos en la Escuela Superior de Comercio y en la de Artes y
Oficios.
Otro tipo de estas Escuelas son las Salesianas o de Don Bosco instaladas en las
ciudades de México, Puebla, Monterrey y Guadalajara, para la enseñanza de jóvenes
obreros y campesinos de escasos recursos, donde "alcanzaron merecida fama las
nuevas técnicas gráficas que ahí se aprendían."
A principios del nuevo siglo empezaron a surgir nuevas escuelas de carácter técnico,
varias de mujeres, de éstas las más renombradas han sido: en 1901 la Escuela Miguel
Lerdo de Tejada para mujeres con enseñanza comercial; en 1903 la Escuela Primaria
Industrial para varones doctor Mora y en 1910 la Escuela Primaria Industrial para
mujeres, Corregidora de Querétaro, destinada a la enseñanza de oficios e industrias
domésticas.
Ya en el umbral del Porfiriato un hombre gran impulsor del sector educativo, don Justo
Sierra, creó en 1905, la primera Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes y
dentro de ella la primera sección destinada a la enseñanza técnica, en 1907.
Este mismo ingeniero, años más tarde ocuparía el Ministerio de Instrucción Pública y
fundó, en 1915, la primera Dirección de Enseñanza Técnica en el país; si bien en 1907
se había establecido el departamento encargado de esta área, no llegó a funcionar; tal
vez motivado también por el viaje de PALAVICINI. Con esta dependencia se inicia de
manera formal en nuestro país un proceso que tomará casi 20 años para estructurar
todo un Sistema de Educación Tecnológica que engloba los denominados aspectos
"industrial y comercial", aunque este departamento también fue de efímera vida, pues
desparece con la propia Secretaría de Instrucción Pública en 1917.
Hasta antes sólo se había fomentado la creación básica de escuelas de artes y oficios
pero ante la carencia de obreros debidamente especializados se inicia un explosivo celo
por crear escuelas primarias industriales y se inicia asimismo el proceso de
profesionalización de ésta área.
Con la reapertura de la Universidad, bajo una moderna visión se rompen viejos moldes
educativos y se incluye en su estructura algunas facultades de carácter técnico como la
de Ingeniería heredera de la Escuela Nacional de Ingenieros y la de Comercio,
denominada como Facultad de Contaduría y Comercio.
MÉXICO POSREVOLUCIONARIO
A pesar de todos estos esfuerzos don VÍCTOR BRAVO AHUJA señala que:
No cabe duda que la Revolución Mexicana impulso este sistema, ya que estaba de
acuerdo con los fines sociales y económicos que se pretendían alcanzar.
Lamentablemente durante los primeros años, la misma lucha impidió que se
desarrollara el área, a pesar de algunos intentos, va ser durante el gobierno del señor
don Venustiano Carranza, cuando éste invitó a don FÉLIX F. PALAVICINI a ocupar el
cargo del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, cuando se puedan llevar a
cabo varias acciones, habría que recordar que es el mismo PALAVICINI el que por
encargo de Justo Sierra hizo un estudio sobre este tipo de escuelas en Europa y en
Estados Unidos, pero además era ingeniero egresado del Conservatorio de Artes y
Oficios de Paris. Como Secretario estuvo de 1914 a noviembre de 1916, en este
momento ya formaba parte de los inquietos ideólogos del movimiento preocupado por la
educación revolucionaria. Por ello fue que al gobierno de Carranza le correspondió el
mérito de incorporar la idea de la enseñanza técnica en el proyecto revolucionario y
definir la educación nacional, aun cuando los problemas políticos que todavía habría de
sufrir el país impidieron que estos planes consolidaran, no obstante, de esta época son
fundamentales rescatar las siguientes acciones:
Además por primera vez se especifica claramente entre sus objetivos la formación de
ingenieros mecánicos electricistas que gracias a los conocimientos científicos y con el
aprendizaje en el manejo de máquinas, podrían instalar o dirigir con éxito plantas o
talleres mecánicos y eléctricos, ya no como obreros sino como dirigentes de empresa,
situación que va modificar sustancialmente este tipo de enseñanza; también la secular
ESCA desde 1905 empieza a ofrecer la carrera de Contador de Comercio, todavía
durante el Porfiriato. En forma general se puede aseverar que la educación técnica
comienza a formalizarse, de tal manera que en unos años más se va convertir en un
Sistema que requerirá de funciones y entidades educativas distintas, pero aún tendrán
que pasar algunos años para que esto suceda.
Entre las opiniones que PALAVICINI expresa sobre la educación técnica se encuentra
una muy interesante referente a la Escuela Politécnica de París, cuando dice, que
forma "grandes teóricos, que no tienen, en su gran mayoría, más porvenir que profesar
en los Liceos y Universidades o servir en los empleos administrativos", por lo que
sugiere un tipo de establecimientos que ha visto en Suiza denominados TECHNICUN;
donde el alumno entra muy joven, después de la primaria y cuando sale cuatro años
después está "provisto de los conocimientos necesarios para emprender negocios
positivos con todas las fuerzas de la juventud" y dice que esta "es la escuela intermedia
entre las destinadas a formar artesanos instruidos (artes y oficios) y las dispuestas a
formar ingenieros de grado superior... cuya instrucción deberá ser tal, que puedan
fácilmente utilizar los proyectos y los planos del ingeniero y dirigir con inteligencia la
ejecución..." y la define finalmente como la escuela que forma a los alumnos en "los
conocimientos teóricos y prácticos que les son indispensables para ocupar con una
competencia real los numerosos puestos intermediarios entre el pensamiento que
concibe y la mano que ejecuta".
Será unos años más tarde cuando se retome la idea del Politécnico, pero bajo otra
perspectiva, en ese momento lo que se requería, era un técnico especializado, no ya el
obrero calificado, aunque siempre considera la necesidad de contar con ingenieros,
pero para él era de mayor relevancia la necesidad de preparar numerosos técnicos.
Es en este momento que la EPIME cambia a EIME con el lema: "la educación para la
producción", quitándosele lo de práctica situación que la va encaminando hacia la
profesionalización, respecto al lema resulta ad hoc al momento que se esta viviendo,
cuando la educación tiene como consigna estimular el desarrollo económico a través
del impulso de la industria, situación que no se conseguiría sin la participación del
sistema educativo, por ello no debe extrañarnos que un humanista como Vasconcelos
hubiera expuesto el 9 de diciembre de 1922 que:
Sería entonces de esperarse que con la SEP surgiera una sección especialmente
dedicada a este sector, la Dirección de Enseñanzas Técnicas, con don Roberto
Medellín Ostos, brevemente como su primer director, pues es sustituido poco después
por Luis V. Massieu como director y en la Secretaria de la dirección Juan Mancera. A
ésta dependencia se le encomendó: "formar hombres útiles a la sociedad no sólo por
sus conocimientos sino por la aplicación práctica que de los mismos hagan al comercio,
la agricultura, industria y demás recursos" .
Los talleres se cursaban por periodos de un mes cada uno, contaba además con
estudios de nivel medio, una especie de pre vocacional, en la que los alumnos podían
elegir el oficio de su agrado en los primeros tres o cuatro meses, después de haber
experimentado varios; en el segundo año ampliaban sus conocimientos y en el tercero
los perfeccionaban. Sus trabajos eran exhibidos para la población aledaña a la Escuela,
cada seis meses en un taller, ofreciendo sus productos en venta con lo que lograban
sufragar algunos gastos de la Escuela y de los propios alumnos; además se tenía una
especie de curso industrial a realizarse en 4 años, al igual que la carrera comercial, que
se hacía de dos a cuatro años según "la extensión de conocimientos", que se
pretendían alcanzar.
La de Enseñanza Doméstica
Durante este periodo de gobierno de 1924 a 1928 está a cargo del DETIC otro
ingeniero militar de gran importancia para la constitución de la enseñanza técnica en
México pos revolucionaria, el Ing. MIGUEL BERNARD, él en una preocupación por
conocer a fondo el sistema dispone que se realicen folletos de información general por
cada una de las escuelas y para ello manda fotografiar cada una de éstas
proporcionándonos una imagen exacta de lo que se enseñaba en el área durante esos
años.
Para 1930 sorprende encontrar que los alumnos inscritos en el sistema de educación
técnica alcanzaban una cifra de 19,356 educandos, lo que nuevamente promovió una
reforma, esta vez de planes y programas de estudio. Aquí es cuando se aprecia como
un sistema se va adecuando a necesidades concretas, un informe expresaba que la
reforma de éstos se hace con la experiencia adquirida en años anteriores, dando a la
enseñanza una orientación única y definida, procurando que ésta resultara
"eminentemente práctica y adaptable al ambiente de lucha por la vida de los tiempos
que corren". Ello significaba adaptar estudios a las condiciones de producción y
consumo en las distintas regiones, ya fuera en el campo o la ciudad, dando
preeminencia a la educación industrial.
En 1931, llega al Ministerio de Educación don NARCISO BASSOLS y como jefe del
Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial, don LUIS ENRIQUE
ERRO (nombramiento del 6 de noviembre) quienes realizan nuevamente una reforma
en el área, esta vez de gran trascendencia, ya que plantean con mayor seguridad la
necesidad de contar, con lo que ellos denominan una "Escuela Politécnica".
En algunas de las escuelas de este momento llegan a ofrecerse los tres niveles,
aunque se crean algunas nuevas, o bien algunas antiguas escuelas industriales se
cambian de denominación. Como la Escuela Industrial Gabriela Mistral de mujeres que
se convierte en Academia No. 3 de Comercio y Costura, como otro de los intentos por
reorganizar la educación técnica de las mujeres hacia actividades más productivas, la
EIME así como la de Constructores se convierten en Superiores quedando la primera
como ESIME y la segunda como Escuela Superior de Construcción. Erro había
expresado que las mujeres deberían de ir al Escuela no para aprender hacer rizos y
pintarse las uñas, sino para poder adquirir un conocimiento que las capacitara para
incorporarse al sector productivo. No obstante todavía existe un prejuicio de género
pues las escuelas de mujeres que surgen antes y en este momento son todavía de
oficios "propios de su sexo", es más se llega expresar la idea de que en la medida en
que se capacitara mejor a la mujer en actividades propias del hogar, ésta desempeñaría
mejor esta labor, en beneficio primero de su familia y después de la sociedad en
general.
Sobre el origen del Politécnico, a la fecha, existen una serie de mitos, muchos de ellos
generados por la propia comunidad y sus fundadores, como una forma de eliminar otros
antecesores y antecedentes, por ejemplo el gobierno del Gral. Cárdenas inicia con un
Secretario de Educación Pública, IGNACIO GARCÍA TÉLLEZ y como Jefe del DETIC
Francisco Vázquez del Mercado quienes inician el proceso final de integración del
proyecto investigando nuevamente en el extranjero sobre sistemas de educación
técnica, como una inquietud por conocer lo que se ha hecho en el exterior, no como una
forma de copiar, sino más bien de asimilar experiencias para adecuarlas a nuestro
entorno cultural. Lamentablemente este primer esfuerzo se pierde en el maremagno
que provoca el cambio de gabinete a finales de 1935 y con la llegada de GONZALO
VÁZQUEZ VELA a la SEP, también accede otro jefe del DETIC JUAN DE DIOS BATÍS,
mismos que la Institución considera junto con Cárdenas los fundadores del Instituto,
Bátiz ya había ocupado este mismo puesto en 1930 durante el gobierno de Pascual
Ortiz Rubio, pero además tenía una relación de parentesco político con el presidente
Lázaro Cárdenas, situación que le facilita en 1935-36, tener en cierta forma mano libre
en la organización del Instituto. Ello conllevó a modificar algunos aspectos ideológicos
socialistas radicales y dar origen a una Institución más conservadora en ese sentido.
Sin embargo, a la fecha tampoco se han hecho estudios precisos y profundos sobre
estos hechos, que tienen relación con la creación del Consejo Nacional de la Educación
Superior y la Investigación Científica.
Desafortunadamente todo esto provocó que la Institución naciera sin un decreto oficial y
que su primer director quedara también en la bruma de la efervescencia política
mencionándose a MEDELLÍN OSTOS como el primero, mismo que tal parece no llegó a
fungir, por lo que la Institución maneja a JUAN DE DIOS BÁTIZ como tal.
Resulta curioso que justo en el año anterior al inicio de actividades del Instituto
Politécnico Nacional, 1935, se realizó en el país un Censo Industrial, que entre sus
propósitos tuvo conocer las necesidades reales de la enseñanza técnica; el objetivo
primordial era "capacitar al mayor número de personas en el lapso más breve,
procurando que el educando adquiriera, desde el momento de iniciar sus estudios,
habilidades que pudieran ser bien remuneradas"
De los 79 planteles que conforman el IPN en su inicio, 34 estaban ubicados fuera del
Distrito Federal, aunque en 1940, por reorganización de la Secretaría de Educación, se
segregaron a este Sistema las Escuelas de Enseñanzas Especiales, las Pre
vocacionales existentes fuera del Distrito Federal y las que pudieran denominarse de
Artes y Oficios, para crear con ellas una nueva dependencia. Por eso en 1941, las pre
vocacionales foráneas, pasaron a depender de la Dirección General de Segunda
Enseñanza. Asimismo las escuelas de artes y oficios pasan a formar parte del
Departamento de Enseñanzas Especiales*.( * Ver Concepto Enseñanza Especial.)
Para cubrir las necesidades de los alumnos, que en un principio, en su mayoría, fueron
de provincia (situación que poco a poco se revierte), el DETIC ofrece los servicios de un
Internado para que los jóvenes sin recursos pudieran realizar sus estudios; con el
tiempo esta dependencia se fue corrompiendo convirtiéndose en parte del control
político por parte de la Federación de Estudiantes Técnicos la FNET, lo que finalmente
ocasionó una huelga en 1956, que terminó con el cierre definitivo de la dependencia.
Durante los primeros años de existencia del Politécnico se registran gran cantidad de
estudiantes latinoamericanos, en especial centroamericanos, se subraya este hecho
porque la educación técnica en el resto de Latinoamérica es tardía, durante uno de los
Congresos Internacionales de Historia de la Educación celebrado en Santiago Chile en
1998, se pudo verificar que la mayoría de estas Instituciones son del siglo XX y tardías,
por algunas ponencias que se presentaron de Argentina, Colombia, Brasil y Venezuela,
situación que se agrava en la cercana Centroamérica y, que ello, sin duda ocasionó
esta afluencia de alumnado a México. De la misma manera, resulta interesante como se
incorporan a la reciente institución una gran cantidad de maestros exiliados tanto
españoles como alemanes, enriqueciendo enormemente la potencialidad del Instituto.
Máquinas y escuelas será la divisa de nuestro empeño. Máquinas para facilitar, activar
y aumentar las faenas de nuestros campos. Máquinas para elaborar las materias primas
que, a bajo precio, vendemos al extranjero y que importamos más tarde convertidas en
artículos manufacturados, caros y escasos. Y también escuelas. Escuelas en cuyas
aulas el adiestramiento en las técnicas más modernas no conduzca a los educandos a
las sórdidas conclusiones de un maquinismo automático y de un materialismo servil.
Con este panorama terminamos un largo camino, con una amplia historia que ha
proporcionado a México el personal y el profesionista que posibilitó el crecimiento
industrial, aún existen muchos ámbitos y temas por estudiar que nos den un marco
general que demuestre en qué forma esta educación ha generado o desarrollado
industria o viceversa qué industria ha generado y desarrollado la educación tecnológica,
pero es indudable que sin este desarrollo educativo no hubiera sido posible la
industrialización obtenida en México durante este siglo.