CONCEPTO DE ÉPOCA CATEGORÍA ESTÉTICA DEFINICIÓN: DEFINICIÓN: Periodo de la historia y la cultura El concepto “barroco” surge con de Occidente caracterizado por la posterioridad a la propia época que crisis del mundo heredado, lo que denomina y tiene un origen despectivo. se manifestó en distintos ámbitos: “Barroco” habría surgido de la expresión religioso, artístico-cultural, político berrueco (“perla irregular”), de carga y económico. negativa, centrada en la irregularidad y poca sujeción a modelos o paradigmas de belleza tradicionales. CARACTERÍSTICAS: CARACTERÍSTICAS:
-En Europa predominó desde fines -Se le considera “arte de la Contrarreforma” , del siglo XVI y durante todo el siglo en la medida en que coincidió con la XVII y en América desde mediados respuesta de Roma a la avanzada protestante, del XVII hasta mediados del XVIII. propiciando una mayor sensorialidad persuasiva de la fe. Lezama Lima le llama -En el contexto español, se “arte de la contraconquista”. evidencia la ruina o decadencia de -Es un estilo de múltiples facetas; entre ellas, un pasado glorioso, sumada a la gusto por lo raro, el ingenio, lo insólito, las corrupción de las autoridades, las asociaciones sorprendentes y la innovación luchas intestinas, todo lo cual formal (no se podía innovar libremente en los generó denuncias y propuesta de contenidos). Además, el gusto por los reformas. contrastes (como el claroscuro), las tensiones irresueltas, la mezcla, el anticlasicismo, la -Una de las características oscuridad de la forma y los motivos religiosas, encabezada por los religiosos, lo que en América se suma a la jesuitas, fue el deseo de regresar a incorporación de elementos propios de las la piedad original, utópica, para lo culturas indígenas (ver Cuadro “La última cual se supuso que América sería el cena”, óleo sobre lienzo, 1748, de Marcos lugar de esa utopía (cf. Champi). Zapata).
-El estilo barroco ha sido tachado de recargado, centrado en el adorno y la decoración en exceso. Se le acusa de privilegiar la forma frente al contenido, de confundir los límites entre lo sensual y lo místico, de recubrir con adornos el mensaje evangélico.
-En cuanto a los temas, hay una serie de motivos y tópicos estético-literarios muy sombríos, centrados en la incertidumbre del ser humano frente al mundo, en la nostalgia por un pasado glorioso que se aprecia como ruina y en el temor a la muerte, entre otros. CARACTERÍSTICAS COMUNES AL PERIODO Y AL ESTILO
-“Estilo apropiado a la estructura de poder de la monarquía hispánica del siglo XVII” (John Beverly, 1988)
Hay una sensación de inestabilidad en distintos niveles, de inadecuación entre la forma tradicional de explicación del mundo y la vida, pues las explicaciones antiguas ya no funcionan. La falta de unicidad en la explicación religiosa del mundo –que comenzó a desencadenarse, entre otras cosas, tras la aparición del cuarto continente– genera un horror vacui (horror al vacío) que, en términos religiosos, se produce a partir de la constatación de que la visión religiosa tradicional no es la única ni permite explicarlo todo. El cisma de la iglesia propiciado por Lutero (1517) generó un quiebre en la comunidad cristiana tradicional, lo que iniciaría un proceso de desengaño del mundo: esto puede apreciarse, en la literatura, por ejemplo, en la confusión entre sueño y realidad o entre el espejo y el reflejo, la indistinción entre el decorado o el traje y lo que hay detrás o debajo, la confusión entre verdad e ilusión, etcétera. Por otro lado, para el caso particular de la monarquía hispánica, los vasallos no saben con certeza a qué atenerse, pues las autoridades no los cobijan, los religiosos no pastorean adecuadamente a sus ovejas, en suma, la gran nave de la monarquía parece estar naufragando.
Hay un gran interés por olvidar esta angustia mediante la fiesta, el rito y la ceremonia, todo lo cual busca reafirmar el orden de mundo resquebrajado: impresionar al pueblo con el poder de la iglesia y de las instituciones de gobierno apuntaba a mantener un orden de mundo en crisis (cf. Maravall). Se produce mucho gasto en fiestas fastuosas y un afán de regular las costumbres de la plebe, como una forma de mantener el orden social. En América, surgen importantes figuras criollas (en México sor Juana Inés de la Cruz y Carlos de Sigüenza y Góngora, en Perú el Lunarejo, por ejemplo) que dan muestras de un saber a la altura de Europa y de un orgullo por haber nacido en América. Ya en el siglo XVIII este orgullo por la patria (entendida como la tierra donde se nació) generará nuevos escritos para demostrar que América no era inferior a Europa y que los criollos no tenían nada que envidiarles a los peninsulares: para ello, incluso rescataron (o más bien se apropiaron de) ciertas tradiciones indígenas ancestrales, con el fin de demostrar que el culto al saber era anterior a la llegada de los españoles; la única diferencia respecto de Europa es que a América en esa época aun no había llegado la luz del Evangelio, como señala Juan José de Eguiara y Eguren en México, hacia 1735.
Bibliografía general
Beverly, John. John Beverley, «Nuevas vacilaciones sobre el Barroco», en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, vol. 14, núm. 28, 1988: 215-227.
Chiampi, Idlemar. Barroco y modernidad. México, Fondo de Cultura Económica, 2000.
Echeverría, Bolívar. La modernidad de lo Barroco [2000]. México: ERA/UNAM , 2013.
Lezama Lima, José. “La expresión americana”
Maravall, José Antonio. La cultura del Barroco [1975]. Barcelona: Ariel, 1990.
Moraña, Mabel. “Barroco y conciencia criolla”
Picón Salas, Mariano. De la Conquista a la Independencia. Tres siglos de historia cultural hisoanoamericana. México: Fondo de Cultura Económica, 1965, 4ª edición.
Sarduy, Severo. Ensayos generales sobre el Barroco. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1987.