Con toda seguridad el tema no es nuevo. El hombre ha desarrollado formas distintas de hacer
las cosas desde que apareció sobre la faz de la tierra y ha modificado desde entonces el medio
que le rodea. Tampoco es una actividad privativa de los humanos, ya que otros organismos lo
hacen también. Los glóbulos blancos y los castores, por ejemplo.
Las dos dimensiones que le agregan significado e importancia a la discusión hoy son la
velocidad del cambio tecnológico y el efecto de las innovaciones sobre nuestro estilo de vida.
Este efecto es una mezcla contrastante de fascinación y temor al mismo tiempo. Nos agradan
los beneficios que se desprenden de la tecnología, pero nos sentimos amenazados por ella.
Un ejercicio de reflexión hacia el pasado ayuda a entender mejor lo que sucede el día de hoy,
aunque lleva implícita la dificultad de transferir el aprendizaje de lo sucedido entonces a lo que
podría suceder ahora. Aun así, resulta útil imaginar las posturas de aversión al cambio que
debieron haber sido generadas por la aparición de innovaciones tales como la imprenta, la
electricidad, el motor de combustión interna o el teléfono.
Al analizar las objeciones que surgieron frente a una novedad, deberíamos tratar de entender
cuándo fue que la novedad dejó de serlo para convertirse, incluso, en ítem de primera
necesidad. Sin duda, las primeras que surgieron frente al teléfono (convencional, desde luego;
no celular) debieron ser del tipo ‘no necesito esto es muy caro puedo ir a ver a mis vecinos en
persona es muy frío e impersonal produce cáncer etcétera.
Hoy día, llamar a parientes y amigos por teléfono de larga distancia es un acto revestido de
cierta calidez que contrasta con la frialdad de enviar un mensaje por correo, ya sea tradicional
o electrónico. ¿Cuándo comenzó el teléfono a ser un cálido medio de comunicación? ¿O
cuando dejó de ser un lujoso indicador de status para convertirse en un indicador de mínimo
desarrollo urbano?
Lo que debemos tratar de responder con estos ejercicios de reflexión histórica es, en pocas
palabras, ¿cuándo y por qué una novedad tecnológica dejó de ser cuestionable y pasó a ser
parte del comportamiento de compra común de las personas?
Otro ejercicio de reflexión, tanto o más productivo, consiste en visualizar el futuro en una
época en que la sociedad haya aceptado masivamente cambios que hoy consideramos
amenazantes.
Por ejemplo, imaginar un mundo en el que el papel exista como envoltorio o como artículo de
limpieza, pero no como medio de comunicación, ayudaría no solo a entender mejor sino a
valorar en su justa dimensión los cambios y la conveniencia de la comunicación electrónica.
Hay aplicaciones en las que ya no extrañamos el uso del papel, mientras que en otras
volteamos a verlo con cierta suspicacia. Si dos personas entramos a una función de cine ¿es
absolutamente necesario que nos entreguen dos papeles que hacen las veces de boletos? ¿No
podrían darnos uno solo especificando su valor de entrada para dos personas? ¿O ninguno?
Llenar una forma de depósito en una sucursal bancaria sirve sólo para que un empleado lea los
datos escritos y los transcriba desde su computadora al sistema del banco. Es mejor dictárselos
o teclearlos directamente nosotros, como ya sucede en algunos bancos.
Nos aferramos al papel porque vemos amenazado nuestro estilo de vida en su ausencia. Aún
más, nos vemos amenazados porque es precisamente la escritura electrónica lo que lo
sustituye. Este cambio ocasiona una angustia mayor cuando nos referimos a los libros y
externamos nuestro temor de que la gente deje de leer. ¿Será el papel el único medio a través
del cual se pueda leer?
Por otro lado, más allá de la supervivencia del papel, sentimos la fascinación de poder
comunicarnos con quién sea, donde quiera que esté, transmitiendo en vivo imagen, voz e
información.
Tan fuerte es el contraste entre amenazas y fascinación que resulta muy útil para entender
mejor al mercado categorizar a las personas dentro de un continuo que vaya de la posición
extrema a favor del cambio, hasta la posición extrema de aversión a él.
Una clasificación así sobrepasa otras, obsoletas en el mundo de hoy, como la de derecha e
izquierda, ya que, de hecho, reconoce que en ambas ideologías se pueden encontrar
individuos a favor del cambio e individuos en contra de él. Sabríamos entender mejor las
posiciones opuestas de Green Peace y la Organización Mundial del Comercio, o las de
globalifílicos frente a globalifóbicos.
Para atender mejor al mercado, debemos tener en cuenta que la tecnología juega un triple
papel en el mundo de los negocios: como formadora de productos y servicios, como medio de
entrega de los mismos y como medio de comunicación entre mercados y clientes.
Es decir, cambian las formas de relacionarse y tienen consecuencias no solamente sobre los
productos y servicios, los medios de entrega y la comunicación, sino también sobre la
información que las empresas son capaces de registrar acerca de ellas.
Tal vez sea tarde para advertir que no todos los negocios pasarán a ser dot.com el día de
mañana, pero no lo es para reflexionar hacia el pasado acerca de por qué no surgieron, en su
momento, los fax-business como precursores de los e-business actuales. No son tecnologías
equivalentes, pero podemos aprender mucho de cuáles fueron las consecuencias de su
aparición.
El punto no es discutir si debemos estar a favor o en contra del cambio tecnológico, sino de
comprender las implicaciones que la innovación tecnológica tiene sobre el comportamiento de
compra y la estrategia de los negocios.
LAS COORPORACIONES SIGLO XXI
Una persona de éxito siempre observará la vida como una sucesión continua de objetivos. En
el caso de los proyectos de Corporaciones encadenadas, el plan de negocios establece
perfectamente que objetivos se deben cumplir, y en caso de que no se cumplan, las
consecuencias pueden ser fatales, como pérdida de confianza, pérdida de inversión o pérdida
de gente.
Por ello las Corporaciones del Siglo XXI no tienen territorio ni bandera, se distribuyen a los
largo y ancho de nuestro planeta como pequeñas empresas de servicios, pero encadenadas a
un sistema de empresas que la trasforman en una gigantesca corporación, comandada por un
e-CEO que nadie conoce ni sabe en que país esta.
Que papel juega Latinoamérica en este cambio…Para nosotros, los latinos, esto tiene muchas
ventajas y la principal es que muchas corporaciones mundiales (de USA varias, pero muchas de
Europa, y Oriente) ya están buscando países latinoamericanos para ubicar sus empresas, ya
que son más seguros y “baratos”. Algunos países tienen mano de obra calificada y en otros se
deberá prepararla con fondos de organizaciones mundiales para la educación. Esto creara
estabilidad laboral y desarrollo a todos nuestros países latinoamericanos.
Ya hay varias empresas de comunicaciones que han puesto sus Call Center en países
latinoamericanos y desde allí dan servicio al mundo. Los problemas que están teniendo estas
corporaciones de avanzada son la falta de “seriedad” de los gobiernos de turno (muchos han
pedido su mordida) y la inestabilidad social (revueltas y manifestaciones dignas de los años
sesenta).
1. Gobiernos Inescrupulosos, que por falta de seriedad prioricen mas sus bolsillos que al
pueblo.
3. Empresarios Ignorantes que no invierten en educación, que creen que enviar a sus
empleados a seminarios o cursos es perdida de tiempo y dinero. Que no reflexionan que un
empleado instruido es doblemente productivo.
una globalización
Las nuevas tecnologías surgieron de la globalización en el lugar de los nuevos tipos de obras
como el software y las bases de datos. Unas facilitan la reproducción y otras comunicaciones al
público (cable, satélite), además de la digitalización de las obras permite su almacenamiento y
transmisión pública. La combinación de estas tecnologías es el lugar de la 'sociedad de la
información ", el resultado de la confluencia de estas diversas innovaciones. Esta sociedad es
una especie de" autopista "de la información. Toda clase de obras, de forma instantánea y
desde todo el planeta, modificarlas y retransmitirlas, constituyendo un mercado mundial de la
información.
Tecnologías ", capítulo" Riesgos de las nuevas tecnologías en la protección de los derechos
intelectuales ",
En este estado de las cosas se reformulan las estructuras para permitir la participación activa
de los países. Particularmente, en el caso de Chile, la globalización se hace mediante la
inserción de su economía hacia el mundo desde la década de 1980 y con un impulso creciente
desde los años 20 años. Chile debió adaptar su legislación para asegurar la inversión
extranjera, así como el enfoque en la creatividad mediante la utilización de la capacidad de los
expertos y técnicos ales, Adaptando las nuevas tecnologías . Las normas de propiedad
intelectual y la industria son las herramientas para la administración tecnológica y el
conocimiento, así como también para otorgar una protección legal esencial paraLos creadores
e inventores.
Son de relevancia los tratados de libre comercio suscritos con la Unión Europea y Estados
Unidos, Junto a la membrecía de Chile En La OMS (con Lo que sé Debio adecuar la Legislación
por el Acuerdo Sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el
Comercio, ADPIC). En la aristía de los derechos del autor comprometidos en la era de la
globalización se reúnen los asuntos de orden legal preocupante a los creadores, ya quienes se
dedican a las industrias de la cultura. También tiene cuestiones de orden social, económico,
tecnológico y de democracia.
¿Qué hacer con las creaciones de la mente ?: invenciones, obras literarias y artísticas, los
símbolos, nombres, imágenes, dibujos y modelos en el comercio. Se divide en propiedad
industrial y el derecho de autor.
El derecho de autor es el cuerpo de leyes que concede a los autores, artistas y demás
creadores protección por sus creaciones literarias y artísticas, a las que generalmente se hace
referencia como “obras”. Estrechamente relacionados con el derecho de autor están los
“derechos conexos”, que conceden derechos similares o idénticos a los del derecho de autor,
aunque a veces más limitados y de más corta duración. Los beneficiarios de los derechos
conexos son los artistas intérpretes y ejecutantes (tales como los actores y los músicos), que