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En otro artículo de la misma monografía William Curtis definirá a la arquitectura de Enric
Miralles como Arquitectura Topográfica: la arquitectura como paisaje (y el paisaje como
arquitectura). (1998, p. 9)
unos sobre otros para materializar la idea, en un sitio y unos condicionantes
concretos. La constructibilidad, la recopilación de datos y su clasificación las
supone en igualdad de condiciones, vinculando el proceso de construcción
desde un comienzo; tratarlo todo igual: considerar de la misma manera la
colocación de un árbol que la de un programa específico o la de una
construcción (p. 261) y también más adelante: yo no opero con criterios
visuales, sino constructivos. (p. 266) Sobre esta valorización de la
constructibilidad como uno de los puntos de partida descansa su concepto de
continuador de una tradición.
Las formas utilizadas son guiadas por una profunda lectura del programa y de
las trazas preexistentes en el lugar, afirmando que sus proyectos se construyen
de esta manera: dialogando con lo que existe. (p. 263) La recurrencia a ellas
revelan las multiplicidades y singularidades (p. 270) ante un problema, nunca
su reducción. También se deben a un método de trabajo que considera
continuo e inacabado, en el que la información y el proceso de un proyecto es
trasladado a otro. Este desplazamiento como técnica (p. 263) del modo de
proyectar se antepone a lo que considera la mímesis2 como base fundamental
de operación de la arquitectura clásica. (p. 263)
2
Su primera socia y esposa emplea la misma palabra para referirse a la acción contrapuesta
de su método de trabajo, al decir que sus obras son un Diálogo con la naturaleza, juego con el
entorno, jamás mímesis ni imposición (Carme Pinós, 1998, p: 12) en coincidencia con este
pensamiento.
FASE ARGUMENTATIVA
3
Se van agregando cosas a medida que la propia construcción las ordena dice Miralles en otro
párrafo de la conversación.
4
No es de extrañar que el discurso resultante tenga un carácter incorpóreo y dislocado (W.
Curtis, 1998, p. 14)
esta situación: hecha de fragmentos y saltos cortos, de memoria corta repetirá
Zaera, muchas veces inconexos y con alta carga de diseño por metro
cuadrado.
En otra parte de la conversación, Miralles afirma que siempre trabaja desde las
plantas, nunca desde las secciones o desde configuraciones tridimensionales,
plantas a distintos niveles (p. 268). Esto no parece ser cierto en una primera
lectura, sino más bien otro mecanismo de distracción, en vista de la
complejidad espacial de sus obras, de la postulada idea de que la construcción
va ordenando el proceso y el dedicado diseño que las secciones también
presentan. La palabra desde brinda una clave.
Hemos visto que, cuando se desea expresar gráficamente su
242)