El presente decreto se divide en 12 capítulos en los cuales establece una serie de normas
sanitarias para la perforación y uso de pozos subterráneos. A continuación se nombrara
cada capítulo y se explicara su contenido de forma breve.
En este capítulo se establece que todas las actividades relacionadas a un pozo perforado
quedan sujetas a la vigilancia del ministerio de sanidad y asistencia social.
Por otra parte se definen los términos que se utilizaran en el desarrollo de las normas.
El presente capitulo habla sobre los pasos a seguir para la solicitud del permiso de
perforación de un pozo, esta solicitud debe realizarse de forma escrita y debe contener la
ubicación donde se proyecta perforar el pozo, autorización del ministerio del ambiente para
la perforación, constancia expedida por la empresa responsable del abastecimiento público
de agua potable de que no se encuentra en condiciones de prestar dicho servicio y un plano
topográfico a escala conveniente donde se marque el sitio escogido para la perforación.
También se establece que una vez realizada la solicitud, el órgano competente realizara una
inspección al sitio propuesto para la perforación y de cumplir los requerimientos se le
asignara un código al pozo para su posterior monitoreo, es importante resaltar que la
autoridad sanitaria inspeccionara cuantas veces crea conveniente las obras de perforación
con la finalidad de verificar que su construcción se ejecute siguiendo las normas.
Esta sección establece que el dueño del pozo o el encargado de su explotación tienen la
responsabilidad de garantizar que el agua que suministra cumpla permanentemente con las
normas sanitarias de calidad de agua potable y deberá realizar periódicamente pruebas
bacteriológicas y análisis físico-químicos y enviar copia de los resultados a la autoridad
competente.
Capitulo IV: De los sitios para la ubicación de pozos perforados destinados al
abastecimiento de agua potable
Este capítulo habla sobre las condiciones que debe tener el terreno donde se planea perforar
el pozo, este debe estar libre de toda fuente de contaminación real o potencial y debe estar
ubicado en zonas no inundables.
El terreno debe estar a una distancia mínima de 30 metros de una planta industrial, 10
metros de linderos de propiedad de terreno, 50 metros de otros pozos y a 100 metros de
granjas avícolas, porcinas u otras destinadas a la cría de animales.
Adicionalmente habla sobre la protección que debe tener el terreno que rodea el pozo, esta
debe ser con tela metálica de una altura mínima de 1,8 metros, dotada de una puerta de 4
metros de ancho con la debida protección para evitar el libre acceso de personas y animales.
Sobre la longitud ciega de la tubería de revestimiento establece que en ningún caso debe ser
menor a 10 metros medidos a partir de la superficie del terreno. El espacio anular entre esta
tubería y la perforación comprendido entre la superficie del terreno hasta una profundidad
de 6 metros debe sellarse en un anillo de protección de mortero de cemento en la
proporción de 50 kilos de cemento por 20 litros de agua.
Para evitar la entrada de aguas superficiales a los pozos deberán tomarse las siguientes
precauciones:
Para determinar la producción del pozo, se bombeara previamente a caudal constante por
un tiempo no menor de 72 horas, pasado este tiempo deberá bombearse a caudal variable
determinándose para cada roto de bombeo, el nivel que mantenga el acuífero.
La producción del pozo se tomara igual o menor que al 70% de la máxima producción
determinada de acuerdo a lo expresado anteriormente.
Este capítulo establece la eficiencia de la bomba no debe ser menor al 65% excepto en
casos justificados y esta debe instalarse a una profundidad que asegure la sumergencia total
de la bota de succión para el máximo descenso del nivel de bombeo.
Por otra parte indica que cuando el suministro de energía eléctrica presente fallas
frecuentes, el propietario o responsable del pozo debe instalar una planta eléctrica de
emergencia o un motor de combustión interna de capacidad y características adecuadas.
Este capítulo establece que los pozos serán sometidos a desinfección una vez terminada la
construcción y antes de utilizar el agua proveniente del mismo, cuando se hayan efectuado
reparaciones o modificaciones en la perforación o equipo del pozo y cuando los resultados
de los exámenes bacteriológicos practicados a la muestras de agua indiquen contaminación
por organismos coliformes.