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CONGRESO ARGENTINO Y REGIONAL DE EDUCACION INCLUSIVA– TIGRE

Panel: ¿Es más costosa la educación inclusiva? Coordinación y capacitación dentro del sistema educativo y
sus efectos directos en la recepción de la diversidad en el aula.

CAPACITACIÓN DEL DOCENTE COMÚN Y EL PROFESIONAL DE APOYO PARA


UNA TAREA COORDINADA EN EL AULA COMÚN, DIVERSA E INCLUSIVA

Dra. María Eugenia Yadarola 1

En general, cuando se habla de capacitación se piensa en la realización de un curso,


jornada, etc. de actualización o perfeccionamiento en algún área o temática específica.
Ahora bien, uno o más cursos no parecen ser suficientes para preparar a un docente
común que deberá enfocar su programación áulica desde el Diseño Universal y así
enseñar a la diversidad de sus alumnos. Requiere una formación teórico-práctica,
reflexiva y ética en educación inclusiva. Encarar la capacitación para la inclusión es
orientar la formación docente y de los profesionales de apoyo desde tres aspectos:
En primera medida, modificando y completando la formación en la carrera docente en
relación a la educación inclusiva. Así, también la formación de grado de los profesionales
de apoyo, que deberán contar con una preparación pedagógica que los habilite a asesorar
en un ámbito educativo e inclusivo.
La capacitación que se encare a través de otros cursos o jornadas será formativa si
además promueve la reflexión practico-teórica sobre la propia práctica, favoreciendo el
análisis del contexto áulico y sus necesidades, la comprensión de las estrategias para
facilitar el aprendizaje de todos. Será formativa, especialmente, si genera un cambio de
actitud, un saber ser, sumado al saber y al saber hacer sobre la educación inclusiva.
Desde FUSDAI venimos hace más de 23 años trabajando en este sentido, capacitando y
formando hacia la inclusión educativa.
Además esa capacitación deberá complementarse con el intercambio de experiencias
entre los equipos docentes, directivos y los profesionales de apoyo, suscitando la
comunicación entre los miembros de una comunidad para un trabajo en colaboración,
coordinando dicha capacitación con la construcción de un proyecto inclusivo de la
institución educativa, en los distintos niveles del sistema educativo.
Es fundamental identificar claramente los roles del docente en relación con el profesional
de apoyo. Ser docente, es ser un profesional de la educación cuyo deber es enseñar a
sus estudiantes, ayudarlos a formarse y desarrollarse como personas íntegras, con el
ejemplo y el ejercicio de valores sociales. Es más, en esta era digital los desafíos a los
que debe responder se complejizan aún más. Ya no podemos ver al docente como un
contenidista que enseña una disciplina de modo uniforme y arbitrario, pretendiendo que
todos aprendan igual y en un mismo ritmo. El docente común es el gestor del aula común
y diversa, que se debe comprometer éticamente con la educación inclusiva. Necesita

1
Doctora en Ciencias de la Educación. Presidente de la Fundación Síndrome de Down para su Apoyo e Integración-
FUSDAI-. Directora de la Maestría y Especialización en Inclusión Educativa y Discapacidad y Coordinadora del
Programa de Inclusión de la Discapacidad en la Universidad –PROINDU-. Universidad Católica de Córdoba. Profesora
Titular en el posgrado de Universidad Tecnológica Nacional y en la Universidad Nacional de Córdoba y Profesora Titular
de grado en la Universidad Católica de Córdoba.
interpretar la situación áulica concreta, diversa, compleja, dinámica e imprevisible, para
poder comprender a sus estudiantes en contexto. Entender qué necesita cada alumno
para aprender, con el convencimiento que todos son educables y que el aula común es el
aula de todos, con todos y en todo momento.
Así podrá ir avanzando de elaborar adaptaciones curriculares a construir un currículo
flexible ajustado a la diversidad, desde enfoque del Diseño Universal. Así elaborará el
diseño de la programación áulica (tanto anual como diaria) sobre la base de todos y cada
uno de los estudiantes, para luego implementar y evaluar dicha programación,
reajustando los aspectos de la enseñanza en función de los aprendizajes de todos.
El docente debe hacer accesibles los espacios áulicos, los materiales, la comunicación,
aspectos en los cuales la institución educativa del sistema (desde el nivel inicial al nivel
universitario) o para-sistemática deberá hacerse cargo de su responsabilidad (haciéndose
toda accesible). Asimismo debe ajustar su enseñanza a la diversidad (de ritmos, modos
de aprender, capacidades, características, etc.) en la planificación curricular, en su
realización y evaluación, buscando estrategias y recursos didácticos variados,
estimulantes y adecuados; estimulando la participación en actividades áulicas y
extraáulicas, con altas expectativas de aprendizaje hacia todos. La estrategia clave, es el
trabajo cooperativo, el intercambio en grupos heterogéneo entre compañeros con y sin
discapacidad, en un clima de respeto y solidaridad, enriqueciendo los aprendizajes y la
enseñanza.
Así, el docente entrará a su clase sabiendo que hablará de frente a sus alumnos para que
el estudiante con sordera pueda leerle los labios; que hizo y hará accesibles sus
materiales para que pueda estudiar el alumno con ceguera; que ajustó contenidos y
actividades para que el estudiante con discapacidad intelectual los pueda aprender; etc.
Pero no debe ser un trabajo en soledad. Es una tarea colegiada, con los otros docentes
comunes de la institución educativa. Y también una tarea en colaboración con los
profesionales de apoyo, quienes pueden asesorar, orientar, desde una mirada
pedagógica, contextual y compleja. Esos profesionales tendrán que estar apoyando al
aula y al docente, sin reemplazarlo en su función de enseñante, abandonando el trabajo
unidireccional (sólo para el alumno con discapacidad) para enfocar la colaboración en la
comprensión y orientación de la vida del aula para que sea inclusiva.
Es de notar que la inclusión educativa requiere un costo económico menor que las
escuelas segregadas; incluso un costo menor que lo que hoy gasta el área salud en
profesionales de apoyo trabajando individualmente con los chicos con discapacidad. Hoy
en Argentina se puede observar que quizás tenemos en un aula varios profesionales de
apoyo (mal llamados maestros integradores) que están con determinados estudiantes, sin
considerar el resto de la clase. Y, por otro lado, tenemos escuelas que están sin el apoyo
y asesoramiento necesario.
Para realmente construir una educación inclusiva es necesario que los profesionales sean
asesores de la escuela, del aula; es necesario que los docentes sean competentes para
enseñar a la diversidad; es necesario que toda la institución educativa colabore y coordine
acción junto con las familias. Una educación inclusiva será así una ayuda para el
aprendizaje y desarrollo de todos, no para algunos.

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