Aunque la prioridad son las medidas de soporte vital, la inmovilización ha de ser lo más
importante. Debemos sospechar lesión medular ante todo traumatizado con mecanismo
lesional compatible y en traumatismos de alta energía como los accidentes de tráfico o las
precipitaciones desde altura.
ANAMNÉSIS
EXPLORACIÓN
Exploración vertebral
Exploración neurológica
- Fuerza muscular: La lesión del tracto cortico-espinal produce déficit ipsilateral. Se valora
mediante la escala de graduación motora: 0 = ausencia de contracción, 1 = contracción no
efectiva, 2 = movimiento activo sin vencer la gravedad, 3 = movimiento que vence la
gravedad, 4 = movimiento contra resistencia, 5 = fuerza normal
- Reflejos: Los reflejos desaparecen en el shock medular y tras la reversión de este se produce
una fase de recuperación con hiperreflexia.
- El reflejo bulbocavernoso o contracción brusca del esfínter anal como consecuencia del
estímulo generado sobre el pene o la vulva, está siempre presente aunque exista una lesión
medular completa; únicamente desaparece durante el período de shock medular. La
reaparición del reflejo indica que este ha finalizado y el grado de lesión es prácticamente
definitivo, lo que suele ocurrir en las primeras 48 horas.
Para la toma de decisiones terapéuticas es básico el considerar dos tipos de lesiones: - Lesión
medular completa: pérdida completa de la movilidad y de la sensibilidad distal a la lesión
incluyendo niveles sacros, estando presente el reflejo bulbocavernoso.
- Lesión medular incompleta: presentan algún tipo de función motora o sensitiva distal al
nivel lesionado con “preservación sacra” (sensibilidad perianal, tono rectal y capacidad de
flexión del primer dedo). Estos enfermos podrán recuperar algunas de sus funciones siempre
que se realice descompresión y estabilización quirúrgica en las primeras 8 horas del
traumatismo.
3.Síndrome medular anterior: afecta a los dos tercios anteriores de la médula con parálisis y
pérdida de la sensibilidad al dolor y la temperatura y preservación de la propiocepción.
Evaluación Radiológica
El objetivo es detectar lesiones “sospechosas” para luego confirmar nuestro diagnóstico con
posteriores estudios.
Recordar una obviedad como es que cualquier proyección que requiera la movilización del
cuello está contraindicada en el manejo urgente del trauma cervical. En las radiografías deben
visualizarse las dos zonas críticas como son la unión cérvico-torácica (C6-T1) y la charnela
tóraco-lumbar (T11-L1), ya que en ellas ocurren el 80% de las lesiones. No es extraño que
una mala técnica nos impida valorar C7 en una proyección cervical. Si así fuere, no
dudaremos en solicitar otra nueva, que puede que precise de la llamada “posición del
nadador” por parte del paciente. Debemos valorar fundamentalmente el contorno y la altura
de los cuerpos vertebrales, la alineación y el espacio intervertebral. De las 4 líneas a seguir
(línea anterior de los cuerpos vertebrales, línea posterior, línea espinolaminar y la línea que
conforman las apófisis espinosas) la más importante es la espinolaminar, ya que un signo
indirecto de compresión medular es una alteración de este trazado. Asi mismo, no debemos
olvidar examinar las partes blandas, ya que pueden indicarnos la presencia de un hematoma
prevertebral.
La radiografía lateral permite detectar hasta dos terceras partes de las lesiones cervicales
traumáticas. Debe visualizarse la charnela occipitoatloaxoidea y el platillo superior del
cuerpo de T1. Ante la falta de visualización de C7 debemos repetir la placa si es preciso,
recurriendo a la proyección de nadador modificada (sin movilizar el cuello). Posteriormente
deberemos completar el estudio con la antero-posterior y la transoral, que nos van a permitir
una mejor evaluación de la zona cervicotorácica y de la charnela occipitoatloaxoidea,
respectivamente, aunque esta última requiere la colaboración del paciente. La luxación de
odontoides puede sospecharse cuando el espacio preodontoideo es > 3 mm en el adulto y de
5 mm en el niño.
En la transoral puede verse una asimetría en las distancias entre la odontoides y las masas
laterales del atlas.
Las proyecciones básicas de la columna dorsal y lumbar son AP y lateral. Deben visualizarse
las 12 vértebras dorsales y las 2 primeras lumbares, en las primeras, y las 5 vértebras lumbares
y las últimas dorsales, en las segúndas.
TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA
Se debe realizar a todos los traumatismos medulares con lesiones detectadas o sospechadas
en las radiografías simples, con mayor urgencia en las lesiones inestables o que estén ya
produciendo daño neurológico susceptible de mejorar y estabilizarse tras descompresión
quirúrgica y artrodesis.