La partición de la herencia es el reparto de los bienes del fallecido entre los herederos
en proporción a la cuota que a cada uno de ellos corresponde. La partición deberá
hacerse una vez que se ha acreditado con el testamento o con la declaración de
herederos quiénes son las personas con derecho a la herencia y una vez que dichas
personas han aceptado la herencia.
En consecuencia, para poder entender esta figura legal, debe distinguirse en primer
término, las modalidades y formas de suceder admitidas por el ordenamiento jurídico:
En los casos en los que el testamento no ha resuelto la división y partición de los bienes,
así como en los casos de sucesión intestada, serán los herederos declarados los que
deberán proceder a realizar la división y partición, la cual, en caso de acuerdo unánime,
podrá ser formalizada a través de la vía notarial. En caso de falta de acuerdo de los
herederos, sin embargo, cualquiera de ellos podrá requerir judicialmente.
(Figueroa 2013)
b. Para otros, la acción tiene carácter personal, pues tiende al ejercicio del derecho
personal que tienen los copropietarios de requerir de los otros copropietarios, la división
de la cosa común.
c. Tesis mixta.
Según Lacruz (2001: 41) nos señala que la doctrina considera que partición o división de
la herencia es el negocio jurídico que impide o pone fin a la comunidad hereditaria
mediante la distribución entre los coherederos de las titularidades activas contenidas
en la herencia.
LO QUE DICE LA LEY SOBRE LA DIVISIÓN Y PARTICIÓN DE LA HERENCIA EN PERÚ
Así, el artículo 844 y 845 del Código Civil establecen que, si hay varios herederos, cada
uno de ellos es copropietario de los bienes de la herencia en proporción a la cuota que
tenga derecho a heredar, y a su vez, que el estado de indivisión hereditaria se rige por
las disposiciones relativas a la copropiedad.
La regulación relativa a la copropiedad por otro lado, refiere que los copropietarios
están obligados a hacer partición cuando uno de ellos o el acreedor de cualquiera lo
pida. Es decir, que en el caso de que uno solo de los herederos requiera la división y
partición de los bienes heredados, los demás copropietarios deberán proceder a acordar
los términos en los que tal hecho se producirá. En caso de falta de acuerdo para
formalizar la división y partición de la herencia, cualquiera de los copropietarios podrá
requerir mediante un proceso judicial
d. La partición judicial.
e. La partición arbitral.
Que a su vez podemos agrupar en partición extrajudicial, y por otro lado la judicial y la
arbitral.
En los casos de sucesión intestada, serán los herederos quienes podrán realizar la
división y partición de los bienes. Para tales efectos, podrán formalizar el acuerdo
tomado de manera unánime, a través de escritura pública. En caso contrario, cualquiera
de los herederos podrá solicitar la división y partición de la herencia por vía judicial.
Debe tenerse en cuenta, asimismo, que el artículo 984 del Código Civil, admite la
posibilidad de que, en ausencia de acuerdo de división y partición, podrá ser igualmente
el acreedor de cualquiera de los coherederos quien inicie la acción correspondiente
Es decir:
Toda vez que en los casos de división y partición de herencia por vías de testamento en
las que el causante haya dispuesto la forma en que ésta se producirá, no se exigirá más
requisito que la ejecución del testamento; en los demás casos, deberán distinguirse
entre:
TIEMPO DE LA PARTICION
La partición mediata se da cuando debe transcurrir el plazo fijado por el testador o por
los herederos, o cuando se trata de un estado de indivisión necesario.
PARTICION TESTAMENTARIA
La partición de los bienes hereditarios hecha por el propio testador hace innecesaria
después de la apertura de la sucesión otra partición, a no ser que no haya comprendido
la totalidad de los mismos, ya que no se encontraban en el dominio del testador cuando
dispuso la partición pero si en el momento de su muerte. En este caso, la partición
testamentaria no se invalida, no se anula, ni aún en el supuesto en que la operación no
se hubiera adecuado a las cuotas proporcionales de los destinatarios. Si la partición
testamentaria no incluyó todos los bienes entonces tal situación da lugar a una partición
complementaria, en donde se distribuirán los bienes no comprendidos, de conformidad
a la ley. En cambio, si la partición testamentaria no fue equitativa, dará lugar, cuando
fallezca el testador, a una reducción en la parte que exceda lo permitido por la ley.
El Código Civil en su artículo 853, regula la partición hecha por todos los coherederos de
modo voluntario y al margen de todo procedimiento judicial. Señala que debe hacerse
por escritura pública cuando se trata de bienes inscritos en los registros públicos y, en
caso contrario, hasta que se haga en documento privado con firmas notariales
legalizadas. Como implica un acto de disposición, requiere del voto unánime de todos
los copropietarios (art. 971 del C.C). Este es el caso de la partición convencional en
donde todos los participantes son personas capaces legalmente.
Según se colige de los artículos 852, primer párrafo y 853 del Código Civil, cualquiera de
los coherederos puede pedir la partición judicial de la herencia cuando:
El artículo 854 señala que la titularidad de la acción judicial que se tramita por las reglas
del proceso contencioso abreviado (de acuerdo al inciso I de la IV Disposición final del
texto único ordenado de D. Legislativo 768. Código Procesal Civil de 1992) corresponde:
A cualquier heredero.
A cualquier acreedor de la sucesión o de cualquiera de los herederos.
La acción judicial debe promoverse cuando no haya más remedios, porque, como ya
señalamos, la partición extrajudicial es más recomendable. Según el artículo 855 del
Código Civil, la partición judicial es obligatoria (tramitándose a través del proceso
abreviado, conforme lo ordena el inciso 1 de la Cuarta Disposición Final del Código
Procesal Civil) en los siguientes casos:
Por otro lado, en lo que atañe al órgano jurisdiccional que tiene competencia para
conocer del proceso de partición judicial de la masa hereditaria, cabe indicar que el
artículo 19 del Código Procesal Civil prescribe al respecto que en materia sucesoria, es
competente el Juez del lugar en donde el causante tuvo su ultimo domicilio en el país,
siendo tal competencia improrrogable. El artículo 19 del Código Procesal Civil guarda
concordancia con lo señalado en el artículo 663 del Código Civil, que preceptúa que
corresponde al juez del lugar donde el causante tuvo su último domicilio en el país,
conocer de los procedimientos no contenciosos y de los juicios relativos a la sucesión.
Estas disposiciones contienen cinco casos en los que la partición judicial debe
suspenderse:
Cuando hay desacuerdo entre los herederos sobre los derechos de alguno de
ellos.
Cuando el desacuerdo incide sobre la obligación de colacionar por parte de
algunos o algunos de ellos.
Cuando el desacuerdo versa sobre el valor de los bienes colacionables.
El artículo 860 se pone en el caso de que no sea posible la adjudicación en especie a cada
uno de los coherederos y tampoco haya dinero suficiente para pagar a los que
corresponda el valor de sus respectivas cuotas.
Tal situación determinará la venta de los bienes hereditarios que sean menester, previo
acuerdo mayoritario de los herederos y con aprobación judicial. Las concordancias las
encontramos en los artículos 787, incisos 7 y 971 del C.C.
Si los herederos por unanimidad acuerdan la venta de los bienes necesarios, entonces
no habrá necesidad de aprobación judicial, porque el artículo 971 inciso 1, señala que
las decisiones sobre el bien común para disponer de él se adoptará por unanimidad, lo
cual es lógico porque siendo todos ellos titulares del dominio sobre los bienes comunes,
gozan del jus disponendi sin restricción alguna.
El artículo 862 que regula este caso guarda concordancia con el 852. Así, no habrá
nulidad ni será necesaria otra partición. Tendrá eficacia jurídica, determinando solo al
prorrateo para su correspondiente reducción.
Esta situación se da cuando el testador asigna porciones que reunidas excedan el total
de la herencia, en cuyo se reducirán a prorrata, salvo lo dispuesto por el testador.
E) PARTICION DE CREDITOS
El artículo 863 del C.C. norma este punto señalando: “Los créditos que constituyen parte
del activo hereditario se dividirán entre los herederos en proporción a la cuota que
tienen en la herencia”.
Tal como lo señala el artículo 864 del Código Civil, la omisión de algunos bienes en la
partición no es motivo para que ésta no continúe, para dejarla sin efecto, ni para pedir
la nulidad de la practicada. Los bienes omitidos deben ser partidos
complementariamente.
Así, el saneamiento por evicción es una obligación que corresponde a los copropietarios
con motivo de la partición que implica una permuta. El artículo 1484 del C.C. vigente
establece el ámbito de aplicación.
Conforme al artículo 1497 del C.C, cabe la renuncia al saneamiento por evicción; la cual
ocurre cuando se pacta que el transferente no quedará sujeto a la obligación de
saneamiento por evicción. Peri si se produce esta, debe devolver la contraprestación
que recibió, a no ser que el adquiriente renuncie expresamente a dicha devolución. No
es válida esta renuncia si el transferente actuó con dolo o culpa inexcusable.
El artículo 868 de nuestro Código Civil constituye un caso especial de improcedencia del
saneamiento por insolvencia del deudor de un crédito adjudicado en la partición a
alguno de los herederos, si el estado de insolvencia se ha realizado con posterioridad a
dicha partición. Este es el riesgo propio que todo adquiriente de derechos crediticios
asume, no pudiendo extender la obligación del saneamiento a los restantes
coherederos, a no ser que hubieren actuado con dolo o culpa frente a una situación
razonablemente previsible que ocultaron.
1. CARGAS
La herencia comprende los bienes, derechos y obligaciones del patrimonio del causante
que es transmitido con motivo de su muerte a los causahabientes.
Las cargas de la herencia, son los gastos ocasionados por la muerte del causante y por
los trámites de la respectiva sucesión. La diferencia entre deudas y cargas de la herencia
está en que las primeras provienen de obligaciones contraídas por éste, anteriores por
consiguiente a su muerte, mientras las cargas son gastos posteriores a su fallecimiento.
(JARA QUISPE, 2009)
a) Los gastos de sepelio o de incineración de los restos del causante, cuyo pago es
preferencial por razón de su necesidad.
b) Gastos provenientes de la última enfermedad del causante, que responden, más
que nada, a la costumbre que ha terminado por imponerse; empero, no podría
limitarse a un periodo de tiempo.
c) Los gastos de administración (artículo 869, inciso 3), que comprenden la
retribución del albacea, los honorarios profesionales y los gastos judiciales, entre
otros.
El derecho a este beneficio tiene una duración de tres meses (artículo 870 del C.C.), lo
cual no impide que el causante por testamento pueda extenderlo, a través de su cuota
de libre disposición, a un periodo mayor.
2. DEUDAS
2.1 DEUDAS DE LA HERENCIA
Son las obligaciones patrimoniales generadas en vida por el propio causante y que no
fueron cancelas. Estas pueden tener un origen contractual que provenga, por ejemplo,
de un mutuo o de cancelación de precio en un contrato de compra venta. Puede también
originarse en un acto de responsabilidad extracontractual de naturaleza civil o penal.
(FERNÁNDEZ ARCE, 2014)
El artículo 781 señala que “Cuando la herencia esta indivisa la deuda del causante gravita
sobre la masa hereditaria”, y lo hace debido a que los herederos no pueden ser
emplazados individualmente para satisfacer los créditos que existen contra la herencia,
porque estos son copropietarios solo en cuotas ideales, mas no de partes materiales.
Por tanto, mientras perdure la indivisión de la herencia, se deberá exigir la deuda en
forma conjunta a la totalidad de herederos, por ser todos estos, sin excepción, los
cotitulares del patrimonio hereditario en su integridad. Esto es también una exigencia
de carácter procesal por constituir un litisconsorcio necesario y si no se cumple este
requisito, el juez suspenderá la tramitación del proceso hasta que se establezca
correctamente la relación procesal.
Asimismo, aun cuando el causante haya sido un deudor solidario, esta solidaridad no se
trasmite a sus herederos, ya que estos asumen la deuda en proporción a sus respectivas
participaciones en la herencia.
Quiere decir que deuda persigue los bienes; primero, en propiedad del causante,
después, en condominio en propiedad individual de cualquiera de ellos cuando se
efectúa la partición. Lo más importante de la nueva disposición es que declara la
mancomunidad de los herederos, principio que fluía sin expresarse en el ordenamiento
derogado. No hay, pues, solidaridad entre los herederos. Por tanto, es aplicable el
artículo 1172 que expresa que cada uno de los acreedores sólo puede pedir la
satisfacción de la parte del crédito que le corresponde; en tanto que cada uno de los
deudores se encuentra obligado a pagar únicamente su parte de la deuda. Pero si la
obligación es indivisible, es pertinente lo expuesto en el artículo 1176, que expresa que
cualquiera de los acreedores puede exigir, en ese caso, la ejecución total de la obligación
a cualquiera de los deudores. A esto se refiere el artículo 877 cuando manifiesta que "el
heredero que hubiere pagado una deuda de la herencia debidamente acreditada, o que
hubiere sido ejecutado por ella, tiene derecho a ser resarcido por sus coherederos en la
parte proporcional que a cada uno de ellos corresponda".Quiere decir que deuda persigue
los bienes; primero, en propiedad del causante, después, en condominio en propiedad
individual de cualquiera de ellos cuando se efectúa la partición. Lo más importante de la
nueva disposición es que declara la mancomunidad de los herederos, principio que fluía sin
expresarse en el ordenamiento derogado. No hay, pues, solidaridad entre los herederos. Por
tanto, es aplicable el artículo 1172 que expresa que cada uno de los acreedores sólo puede
pedir la satisfacción de la parte del crédito que le corresponde; en tanto que cada uno de los
deudores se encuentra obligado a pagar únicamente su parte de la deuda. Pero si la obligación
es indivisible, es pertinente lo expuesto en el artículo 1176, que expresa que cualquiera de los
acreedores puede exigir, en ese caso, la ejecución total de la obligación a cualquiera de los
deudores. A esto se refiere el artículo 877 cuando manifiesta que "el heredero que hubiere
pagado una deuda de la herencia debidamente acreditada, o que hubiere sido ejecutado por
ella, tiene derecho a ser resarcido por sus coherederos en la parte proporcional que a cada
uno de ellos corresponda".
En principio, conceptual mente, la carga va unida a la persona o bien, por el solo hecho de
existir, en virtud de lo cual su procedencia puede ser independiente de la voluntad individual.
Es por ello que puede decirse que se trata de una consecuencia de algo, como en el caso de la
sucesión, que es consecuencia de la muerte del causante, por lo que se les denomina cargas
de la sucesión a las obligaciones originadas por el fallecimiento del causante (GONZÁLEZ
GARCÍA, BORDA).
Esto lleva a deducir que, en rigor, estas cargas no se transmiten sucesoriamente, porque no
eran obligaciones previas del causante que aun constituyendo pasivos de la masa no hay en
ellas sucesión mortis causa OTHIER), naciendo ellas directamente para los herederos.
Es preciso señalar que el pago de las cargas de la sucesión tiene preferencia respecto al pago
de las deudas. Si bien las deudas son de mayor antigüedad en el tiempo (por haber sido
contraídas por el causante cuando éste vivía) que las cargas, la razón de su orden de prioridad
secundario respecto de éstas reside en que sería sumamente engorroso y dificultoso realizar
los trabajos relativos al funeral o sepelio del causante, así como administrar (con los gastos
que ello conlleva) la sucesión en sí, de no ponerse a estas cargas como de reembolso
preferente.
Este precepto legal consagra un principio fundamental del Derecho sucesorio; los
acreedores del causante deben ser pagadas de modo preferente con la masa hereditaria
antes que los acreedores de los herederos.
Deriva del derecho preferencial de pago que tienen los acreedores del causante si
carecen de garantía real concreta. La ley les reconoce que el derecho a solicitar su pago
difiera la partición, mientras no sean pagadas sus créditos o asegurados los mismos si
aún no fueron exigibles.
Este dispositivo legal se justifica como necesaria medida de protección a los acreedores
que lo soliciten. Recordemos que uno de los fundamentos del Derecho sucesorio es
velar por la protección de los acreedores del causante concediéndoles un derecho
preferencial de pago.
Se puede encontrar concordancia con este dispositivo legal en el artículo 857 del C.C.
Constituye una deuda de la herencia. Se refiere a otra de las obligaciones que afecta a
la sucesión hereditaria de una persona que ha fallecido dejando hijos alimentistas, los
que no tienen la calidad legal de herederos (art. 417). Estos hijos alimentistas a que
alude el mencionado artículo 417 son aquellas que no han sido reconocidas por el
progenitor ni exime resolución declarativa de paternidad.
De acuerdo al artículo 661 del C.C. el pago de las cargas y deudas de la herencia incumbe
a los herederos y solo hasta donde alcancen los bienes de aquella. Esta es la regla
general que admite dos excepciones:
El artículo 880 establece una regla muy importante al término de la regulación del
Derecho sucesorio; el heredero o legatario, por el hecho de asumir los derechos
patrimoniales del causante a su muerte, no pierde necesariamente su condición de
acreedor de este.
CONCLUSIONES: