2019
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En la misa, se leen los versículos 12 al 18
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Entre los 18 y 60 años, aunque no parece ser muy habitual hacerlo.
algarabía del carnaval. Con él y en plena provocación, el público expectante disfruta del
espectáculo que con su accionar, nos recuerda que la jocosidad es bandera popular. El
demonio es espantado -¿o distraído?- con el “agua bendita” etílica arrojada por el sacerdote
y sus monaguillos, que acompañan en todo momento al cortejo, garantizando la llegada de
la carroza a su morada, donde finalmente podrá descansar. Dicho sea, labor idéntica a los
miembros de la Iglesia, encargados de guiar al fiel y a sus almas al encuentro con El
Salvador.