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A mediados del siglo XIX, un monje agustino
llamado Gregor Mendel consiguió deducir las
bases de las leyes de la herencia, con tan sólo un
huerto de guisantes y un poco de matemáticas...
Empezó cruzando plantas de guisantes de color
verde entre sí.
X
El siguiente paso era cruzar guisantes verdes
con amarillos.
>
Mendel entonces se preguntó: “¿Qué pasará si
cruzo los híbridos entre sí?”
X
Hasta ahí, se parece bastante a lo que había
conseguido en sus primeras pruebas.
La cosa funciona como si “verde” predominara
sobre “amarillo”, y “liso” sobre “rugoso”. Se
podría simbolizar así:
X
AABB aabb
AaBb
El próximo paso era cruzar estos híbridos de
dos caracteres entre sí.
AaBb AaBb
¡Lo que obtuvo fue una sorpresa absoluta!
Eso significaba no sólo que la información de
colores y texturas se conservaba (lo cual ya
sabía) sino que se heredaba de manera
independiente.
9 3 3 1
Y sus genotipos correspondientes:
- Herencia intermedia
- Codominancia
- Mutaciones
- Epistasias
- Etc.
Aún así, hay que reconocer el mérito a Mendel,
por sentar las bases de la Genética, aplicando un
correcto método científico, la estadística y una
formidable intuición.
FIN